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Revista Ciencias de la Salud

Print version ISSN 1692-7273On-line version ISSN 2145-4507

Rev. Cienc. Salud vol.3 no.1 Bogotá Jan./June 2005

 

Aproximación a la medicina tradicional colombiana. Una mirada al margen de la cultura occidental

Approximation to the Traditional Medicine in Colombia

Sandy Marcela Granados Andrade*, Luis Eduardo Martínez*, Paola Morales*, Gabriel Ricardo Ortiz*, Hernando Sandoval*, Germán Zuluaga†

* Estudiante de Medicina. Universidad del Rosario
† Director del Grupo de Estudios en Sistemas Tradicionales de Salud. Universidad del Rosario. gzuluaga@ietnobiolog.org

Recibido: diciembre de 2004. Aceptado: febrero de 2005.


En este artículo se realiza una aproximación a la medicina tradicional colombiana y a partir de ahí se encuentra un gran conocimiento que ha mantenido la salud de muchas de nuestras comunidades y que por la rigidez de nuestra cultura occidental desconocíamos. No estamos seguros de cuál será nuestro futuro, pero vemos aquí una puerta que espera ser abierta para ofrecernos ya sea nuevos saberes, como herramientas de trabajo, o simplemente su apoyo para hacer nuestras vidas más llevaderas.

Para aproximarse a la medicina tradicional es necesario entender previamente que nos acercamos a un tipo diferente de conocimiento del que estamos acostumbrados en la formación médica de occidente, por lo tanto, es importante considerar los antecedentes que han suscitado dicho acercamiento y que han despertado el interés por reconocer y recuperar otras formas del actuar médico, en especial aquellas que atañen a los conceptos que se han manejado en la tradición de nuestros pueblos y que han tenido su origen y desarrollo muchos años antes de lo que hoy conocemos como medicina moderna.

MODELO BIOMÉDICO MODERNO FRENTE A MEDICINA TRADICIONAL

En la actualidad, el concepto de salud está determinado por lo que se puede denominar como modelo biomédico, el cual es de carácter curativo, organicista y especializado. Para superar algunos inconvenientes que implican este tipo de concepciones se requiere un modelo en el que se sustenten la formación de los profesionales de la salud y las políticas que se suscitan al respecto. Dicho modelo debe tener en cuenta aspectos como:

1. Hacer hincapié en la importancia de las acciones preventivas que todos los miembros de la sociedad pueden realizar desde su quehacer cotidiano.

2. Fomentar la participación que el individuo mismo debe tener en la solución de sus problemas de salud (autocuidado).

3. Promover una visión cada vez más integral de ser humano, lo cual implica fomentar una sensibilidad hacia lo cultural, lo comunitario, la espiritualidad y todos los demás aspectos que hacen parte inherente de él, a fin de generar de esta forma una visión ecosistémica, menos parcializada y más acorde con la realidad humana.

4. Generar decisiones de carácter local, con objetivos claros y alcanzables por la comunidad.

Esto plantea una nueva visión con respecto a la relación existente entre tres aspectos fundamentales que se deben considerar: salud, naturaleza, y cultura. El primero, salud, implica el desarrollo del nuevo modelo mencionado, que sobrepasa la visión de atención al paciente y busca asumir integralmente a la “persona humana”. Con respecto al segundo, naturaleza, se ha observado históricamente una progresiva separación entre el hombre y ésta, situación que se fomentó con mayor auge a partir de la revolución industrial, y desde allí con la avalancha de desarrollo tecnológico y científico. Sólo desde 1960 se suscitaron movimientos que marcaron un llamado dirigido a promover un reencuentro con el mundo natural. Y, el tercero, cultura, se refiere a entender la dimensión cultural.

Dado lo anterior, emergen entonces diferentes disciplinas llamadas a consolidar un mejor y más efectivo abordaje de los temas referentes al binomio salud-enfermedad en los que se integren esta triple dimensión de la vida.

IDENTIFICACIÓN DE LOS SISTEMAS MÉDICOS

Medicina moderna-occidental

Frente a la dificultad para definir y caracterizar un sistema de medicina moderna, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere a ésta como el modelo biomédico imperante, oficial en los ministerios de Salud, y validado por la formación académica de las facultades de medicina del mundo.

Medicinas alternativas y complementarias

Las medicinas alternativas son el resultado de hipótesis o teorías planteadas en un momento histórico determinado, por una persona o un grupo de personas, que buscan alternativas en la interpretación del concepto salud-enfermedad. El Ministerio de la Protección Social de Colombia emitió un concepto jurídico sobre la reglamentación de las medicinas alternativas, en el que considera que deben ser llamadas terapias alternativas, porque para ellos la medicina es una sola, por lo tanto, no debe hablarse de medicinas alternativas.

Medicina popular, campesina y folclórica

La medicina folclórica hace referencia al término folclore, entendido como la ciencia de las tradiciones y costumbres de un país o un grupo humano; no obstante, con frecuencia se emplea en un ámbito peyorativo. A persa de lo anterior, existe otro concepto que dice que la medicina folk es aquella tradición médica que ha sido parcialmente integrada a la sociedad mayor.

Así, con medicina popular se alude a una serie de creencias, conceptos y prácticas en torno a la salud y enfermedad que son construidas espontáneamente por un grupo humano a partir de referencias externas, sin un sistema formal de conocimiento, que puede tener eficacia o no y que no muestra elementos suficientes para ser considerado sistema médico tradicional, ya que no hay cabezas médicas reconocidas ni posee un conocimiento estructurado como modelo médico.

En Latinoamérica usualmente se emplean tres categorías distintas para referirse a las poblaciones rurales: campesinos mestizos, indígenas y afroamericanos. En los tres casos pueden ser encontrados sistemas de medicina tradicional elaborados y vigentes en su cultura, por lo que el concepto de medicina tradicional sería más apropiado.

Medicina tradicional

Para que una medicina pueda considerarse tradicional, además de sus elementos teóricoprácticos, debe cumplir con el requisito de tener arraigo histórico, cultural y social, en el entramado de la tradición de un pueblo. Así, la medicina tradicional se define en concordancia con la tradición del pueblo que la utilice.

En la actualidad son reconocidos numerosos sistemas médicos tradicionales, por lo cual es difícil encontrar características comunes a todos ellos y establecer sus límites. Greebe (1) propuso que las medicinas tradicionales constituyen un patrimonio anónimo de un pueblo, que se transmiten de generación en generación por transmisión oral, que sus creencias y prácticas son perdurables, que se fundamentan en conocimientos empíricos acerca del medio ambiente basados en la observación y en la tradición que permiten al hombre intentar el control de su medio ambiente, que abarca un número pequeño de recursos y componentes sobre los que cada cultura se diferencia por su utilización particular.

Chamanismo

El chamanismo ha sido un fenómeno universal y fue la primera forma científica de conocimiento y de manejo del universo. Sostiene la coherencia social y cultural del pueblo y armoniza el universo. Mircea Eliade (2) recopiló, de forma muy completa, información sobre el chamanismo y afirmó que el chamán es el especialista de la realidad y el especialista del alma humana que viaja a una región de los espíritus y es experto en las técnicas arcaicas del éxtasis (conocimiento experimental reproducible, del origen, mediante transportación o trance).

El trance se define como el estado en el cual no hay pérdida de conciencia, donde la persona que lo experimenta está ubicada en tiempo, espacio y persona, con coherencia interna del contenido. Además, es dirigido (por un chamán) y se tiene con una intencionalidad. Este trance puede ser endógeno, cuando se logra por ayuno, vigilia, abstinencia sexual, música, mortificación, purificación o técnicas de meditación y respiración, y exógeno, si es producido por sustancias psicotrópicas que pueden ser de origen natural o sintético.

A diferencia del trance, la alucinación se define como un estado caracterizado por la pérdida de la conciencia o la percepción, con desorientación en tiempo, espacio o persona, con un contenido incoherente, desorganizado, sin intencionalidad y no dirigido. Un chamán debe conocer muy bien todo su entorno, por ello es especialista de la realidad, la cual incluye historia, mitos, cosmovisión, conocimiento profundo de la naturaleza, conocimiento de plantas medicinales y dominio del trance,

Red de curanderismo

En la cordillera de los Andes hay una comunicación de la llanura con la altiplanicie, dada a través de los ríos que vienen de la cordillera. En los extremos de estos ríos hay pueblos indígenas con características similares (pueblos fluviales, quechua parlantes, comerciantes, etc.) y diferentes de los pueblos interfluviales. Esta distribución territorial permite la transmisión y conservación de conocimiento medicinal selva- Andes de manera unidireccional. La transmisión va de indígena a indígena, de indígena a mestizo, de mestizo a blanco, y de bajo a bajo, de bajo a alto y de alto a alto, que constituye una pirámide de transmisión del conocimiento y del poder en la cual entre más se aleje del origen, el conocimiento es más débil y menos puro, al igual que el poder.

La cima de la pirámide es donde se ubica el chamán más poderoso, quien extrae el conocimiento y el poder de la naturaleza, y utiliza su lengua original. Es el que capta, transforma, media, adapta y genera el conocimiento. En los siguientes ámbitos se transmite y difunde este conocimiento (traducción y adaptación).

EL PENSAMIENTO DE LOS MAYORES O CÓDIGO DE ÉTICA DE LA MEDICINA INDÍGENA DEL PIEDEMONTE AMAZÓNICO COLOMBIANO

En Yurayaco, Caquetá, en junio de 1999, se reunieron médicos indígenas representantes de los pueblos inga, cofán, siona, kamsá, coreguaje, tatuyo y corijina, con el fin de conocerse, intercambiar conocimientos, hacer amistad y unirse por una sola causa y un solo pensamiento.

Recibieron como herencia de sus antepasados una gran sabiduría con las plantas medicinales, con el conocimiento de la selva y con el manejo del bejuco sagrado, el yagé, todo lo anterior que es un regalo de Dios. Luego de este encuentro han llegado al acuerdo de establecer unas reglas básicas de disciplina, de comportamiento, de seriedad y de respeto entre ellos. Por ello proponen la elaboración de un código de ética médica, que prefieren llamarlo el Pensamiento de los mayores.

Conceptos en medicina tradicional

Dentro de los conceptos de salud y enfermedad, según el conocimiento moderno, ‘científico' y el de la medicina tradicional, existen grandes diferencias, pues el conocimiento tradicional va a la esencia misma del hombre, a su estructura primordial, a la subjetividad, a la que nosotros no damos importancia. Este conocimiento tradicional no saca al hombre de su estructura básica, no lo observa como un individuo sin interacción; al contrario, su estudio va dentro de todo su contexto social, su funcionalidad y sus alteraciones.

Así como los conceptos de salud-enfermedad, la forma de abordar a los pacientes, el método diagnóstico son diferentes de una forma de medicina moderna a una de medicina tradicional, lo más lógico es que la etiología de las afecciones del hombre y su nominación también lo sean, y esto es un obstáculo dentro del diálogo intercultural, pues de este modo se favorecen las confusiones.

Algunos conceptos presentes en la medicina tradicional y que deben ser examinados con mucha atención incluyen el concepto de frío y de calor, el concepto de limpieza y de purga, los cuidados de la mujer, la menstruación, el embarazo, el parto y el puerperio.

Autocuidado y salud en la comunidad

Actualmente en el ser humano hay una pérdida de la conciencia del autocuidado, favorecida por el sistema actual de salud, en el cual la responsabilidad de la salud recae sobre el médico, quien se convierte en el sujeto que debe garantizar el bienestar y la curación del individuo en un momento determinado cuando existe ‘enfermedad'; pero incluso en este sistema se requiere la participación del ‘paciente' para realizar el tratamiento indicado por el médico, y de este modo aliviar o curar de la patología presente, pues si la persona no efectúa dichas indicaciones, no obtendrá el beneficio establecido.

Esta falta de autocuidado permite en el organismo la existencia de terrenos propicios para la colonización de diferentes agentes etiológicos, como ya ha sido planteado, y su manifestación en enfermedades que cada vez son más graves, más difíciles de manejar, que requieren un mayor grado de complejidad en su atención y, por lo tanto, un gasto de recursos económicos, físicos y humanos, superior.

En las políticas de salud está bien establecida la necesidad de la prevención, la cual va de la mano con el autocuidado, pero encontramos incoherencias entre dichos planteamientos, la educación formal del personal de salud, los programas realizados en la población y la práctica médica en general. Realmente la única prevención que se está llevando a cabo en la actualidad, con un beneficio significativo e importante, es la vacunación, la cual ha mostrado gran disminución en la morbimortalidad de la población infantil, a la cual ha sido aplicada; no obstante, en la cotidianidad los médicos no saben cómo realizar y orientar programas de prevención de enfermedades frecuentes dentro de una población determinada, y los individuos de esta población no conocen cómo cuidar su salud, porque han dejado de lado su medicina, cuidados y alimentación tradicionales.

Si en verdad se quieren realizar programas de prevención que disminuyan la prevalencia de diversas entidades, es necesario volver a la comunidad y reconcientizar al hombre sobre su responsabilidad en el cuidado de su salud, pues es el individuo como tal quien se debe apropiar de su bienestar y garantizar así la armonía interna y externa, que le permite vivir saludablemente. Si esto se logra, cada persona estaría comprometida con la prevención de su enfermedad, porque siempre actuaría protegiendo su salud.

Al tomar conciencia de mí, de mi salud, de mi bienestar, de la responsabilidad en el cuidado de mi cuerpo, entraría a actuar de manera muy importante y primordial el autocuidado, el cual necesariamente precisa que se retomen otra vez los conocimientos tradicionales, que incluyen el adecuado uso y, por lo tanto, el cultivo de plantas alimenticias y medicinales propias de dicha comunidad, así como cuidados especiales en diferentes estados de apertura del cuerpo (menstruación, posparto, resfrío, entre otros), hábitos alimenticios y diferentes actividades.

Por otro lado, en la búsqueda de la recuperación del conocimiento tradicional de las comunidades es importante lograr su participación y compromiso en dicho proceso, pues el conocimiento está dentro de la población y permanece latente en algunos individuos (generalmente en los abuelos), pero requiere ser explorado nuevamente para que reviva, es decir, se debe trabajar en la comunidad, con ella y con sus conocimientos, a fin de alcanzar de esta manera la recuperación de su salud.

BOTÁNICA, ECOLOGÍA Y MEDICINA

Es importante resaltar que los primeros aportes al conocimiento de las plantas medicinales de Colombia nacen en la botánica, y de ahí que José Celestino Mutis se constituya en uno de los más representativos conocedores del tema y líder de la Expedición Botánica, considerada el punto de partida para el abordaje de un mundo infinito de conocimiento, fundamental para el ejercicio de la medicina.

Hoy la medicina moderna desconoce la existencia de un arsenal terapéutico procedente de la naturaleza, por considerar que su estudio es materia y responsabilidad de otras disciplinas. Así se niega la posibilidad de entender y aceptar que la salud y la medicina se constituyen como un patrimonio colectivo y no como un bien al que puede acceder una minoría.

A pesar del amplio desconocimiento de las plantas medicinales, su uso aún continúa vigente en la cotidianidad de muchos pueblos, gracias al triple legado que nos han dejado los aportes de la medicina tradicional indígena, los conocimientos traídos por los españoles y la contribución de la cultura negra africana, que ha sido transmitido de generación en generación hasta la actualidad, aunque con pérdidas importantes de conocimiento de una generación a otra. Sin embargo, hoy la gente no sólo se apoya en este conocimiento tradicional para el cuidado de su salud, sino que pide que sea difundido y protegido.

Como consecuencia, surge el despertar de unos pocos que pretenden reconocer y estudiar todo este conocimiento, orientando sus intereses a la creación de una nueva disciplina llamada etnobotánica, la cual pretende estudiar las relaciones entre el hombre y los recursos vegetales, aspectos biológicos, médicos, sociales, políticos, culturales, religiosos y económicos. Es decir, surge la necesidad de abarcar al hombre en un plano mucho más amplio, que va más allá de lo tangible.

Con lo anterior, es más fácil acercarse a la idea que hombre y naturaleza se conjugan en una misma integralidad, donde la segunda provee al hombre de todo lo que necesita (agua, alimento, medicina, etc.) y donde el hombre provee a la naturaleza de cuidado, protección, recuperación y conservación de los recursos que ella le ofrece, todo lo cual constituye una relación simbiótica, que se nutre y fortalece de los beneficios que cada uno obtiene del otro.

Así es como el conocimiento de la botánica médica pretende no sólo identificar una riqueza terapéutica en la naturaleza, sino también su aplicabilidad en la prevención de dolencias y enfermedades, sin caer en el error de categorizar las plantas medicinales simplemente como una ‘alternativa' terapéutica, ya que ellas están incluidas en un espectro más amplio del hombre, que abarca su religión y concepto de vida.

LA MEDICINA TRADICIONAL EN NUESTRA VIDA Y PROFESIÓN

… El respeto que debe existir hacia la medicina y los sistemas tradicionales de salud por parte de la medicina occidental debe aumentar, no sólo hacer parte de un diálogo intercultural que permita una búsqueda de una ciencia común con sus respectivas fronteras y campos de acción. Debe ser una ciencia que ayude a comprobar si son necesarias otras formas de tratamiento médico, si no es posible no desconocerlo, negarlo de raíz, lo cual cerraría las fronteras a dos culturas y tradiciones cuyo único fin es ayudar a los pacientes con su dolor y enfermedad…

Lo importante es poder llegar a aplicar estos nuevos conocimientos y poderlos integrar con la medicina occidental que aprendimos a manejar, crear un discurso propio basado en lo aprendido y en buscar la limpieza propia para poder llegar a proponer una limpieza y una forma de renovación y cura para los pacientes. El fin último es conocer la naturaleza y las oportunidades que nos brinda de salud, bienestar, y aprovecharla pero sin causarle daño y procurar en lo posible su cuidado y recuperación...

Luis Eduardo Martínez López Octubre, 2004

La universidad, constituida como una fuente de conocimiento, me ha permitido tener una aproximación o entendimiento parcial de la realidad que forma parte de mi vida. Ha dejado inquietudes y, sobre todo, motivaciones que me impulsan a la búsqueda de otras formas de realidad, de las cuales tengo certeza de su existencia, pero no de lograr la comprensión y asimilación total de ellas…

Hoy me encuentro sorprendida ante la infinidad de conocimientos referentes a la naturaleza humana (en toda la expresión de la palabra) que se encuentran disponibles en mi cotidianidad, en mi familia, mi comunidad; pero que han sido relegados o, peor aún, reemplazados por la imperante cultura occidental. A pesar de ello, siento una profunda alegría al saber que dichos conocimientos todavía se encuentran vigentes en el pensamiento de los que hoy se niegan a la globalización y siguen defendiendo su tradición, su raíz, aquellos personajes con los que nunca pensé tener nada en común... Los indígenas.

Es gratificante el hecho de poder sentarme hoy a escribir, con respeto y admiración, sobre la importancia de la conservación de las culturas indígenas, no sólo de Colombia sino del mundo entero, ya que en ellas están muchas de las respuestas tan anheladas y exigidas a la medicina moderna. Es tranquilizante saber que naturaleza y hombre se conjugan en un todo indivisible. Por lo tanto, sabiendo que la madre naturaleza es la máxima proveedora, nunca tendremos carencia de alimento y medicina, premisa que tanto nos preocupa…

Sandy Marcela Granados Andrade Octubre, 2004

Es indiscutible la novedad presentada en el contenido de esta rotación, no sólo porque aportó conceptos que hasta septiembre de este año no existían para mí y, además, no eran parte de lo que (en mi programación mental y cultural) consideraba parte de mi formación profesional, sino que ordenó y dio sentido a ideas y conceptos que había recibido en estos años de formación —un ejemplo fehaciente de esto último lo constituye todo lo referente a la relación médico-paciente, lo que por supuesto no era nuevo para mí—. Por lo tanto, fue toda una sorpresa para mí el descubrir cómo este tema tiene una dimensión maravillosamente más compleja y más dinámica, sobre todo si se considera que hay otras formas de conocimiento desde donde abordar el asunto. Con respecto al acercamiento a la medicina tradicional y a todo ese nuevo panorama que implica aceptar que existe una forma diferente de conocimiento, no puedo negar que se ha generado en mí sentimientos de respeto y admiración, pero al tiempo se despierta el temor que existe en el hombre, por lo desconocido y novedoso, de perder la seguridad en lo que hasta el momento constituía lo único existente…

Hernando Sandoval Rodríguez Octubre, 2004

En este mes, muy corto tiempo a decir verdad, la forma de ver el mundo me ha cambiado. Tal vez no entienda muchas de las cosas vividas, enseñadas, compartidas, pero puedo decir que todo esto me ha abierto un campo inimaginable que me ha llevado a un mundo desconocido, aunque pertenezca y provenga de él. Ya no puedo seguir concibiendo la realidad de una manera tan simplista como antes: no sólo lo que puedo ver, tocar o escuchar existe, y mucho menos lo que hago termina allí, en el acto, sino que va más allá, tiene trascendencia.

Es increíble cómo las estructuras de conocimiento y los conceptos que antes parecían tan sólidos, lógicos e irrebatibles puedan cambiar, tambalear y hasta derrumbarse al permitirme la aproximación a formas diferentes de pensamiento. Con esto no estoy negando, invalidando ni mucho menos abandonando el conocimiento occidental; por el contrario, he encontrado el sustrato para comprenderlo mejor, hacerlo más valioso y, por qué no, más completo.

Cómo concebirme ahora de forma individual, sin raíces ni relaciones con los demás ni con la naturaleza, cómo creerme un ser solitario, autosuficiente, cuando cada cosa hace parte de una misma realidad y todo depende de lo demás, cuando yo misma soy parte de esa naturaleza viva del universo; por esto ahora parece imposible seguir viviendo en esa cajita mágica donde nada me toca, nada tiene que ver conmigo ni yo con nadie.

Son muchos los momentos, por no decir que todo el tiempo, en los que pisamos, utilizamos y luego olvidamos al ser humano, a la naturaleza, a sus recursos y a sus riquezas para alcanzar lo que queremos —cosas materiales generalmente, con las cuales creemos ser más felices—, sin darnos cuenta de que nos engañamos y alejamos cada vez más de este propósito, pues se nos ha olvidado que la esencia de la vida radica en la sencillez, en los milagros que en cada instante se nos regalan. Hemos dejado de sorprendernos por la belleza de una flor, por la sonrisa de un niño, por el canto y el color de un pájaro, por el ruido de un río, por la posibilidad de levantarnos cada día y tener a nuestro lado a alguien con quien compartir nuestra vida…

No sé con qué cosas me vaya a encontrar, pero de ahora en adelante va a ser muy difícil aproximarme a alguien olvidando todo esto, enfocada sólo en aliviar sus síntomas, sin tratar de ir más allá; de trabajar con este ser conjuntamente para encontrar la verdadera causa de su dolencia, y así tal vez poder solucionarla; de prevenir la pérdida de la armonía y la cronificación de muchas patologías; de incentivar el autocuidado, el cultivo y protección de plantas, o de reconocer que mi conocimiento es mínimo. Es mucho lo que la naturaleza me ofrece por diferentes vías y siempre existirá alguien con un poder muy grande dispuesto a compartir su conocimiento en pro de quien lo necesite, siempre y cuando éste sea solicitado y se tenga la confianza suficiente para caminar por esta senda diferente.

Paola Morales Agatón Octubre, 2004

He visto que la vida en el mundo y la medicina moderna se rigen por paradigmas rígidos, donde aprendemos a comportarnos y a pensar de determinada forma. Así es como creo que nuestra posición de ‘curadores y científicos' no está en el contexto cultural, social, personal, espiritual que debería estar…

Desde hace un tiempo me ha parecido que las palabras conocimiento y sabiduría son diferentes. En la medicina moderna pareciera que se usaran como sinónimos, es más da la impresión de que la ciencia occidental toma esos conocimientos como si se tratarán al tiempo del todo y del origen…

He pensado en todos aquellos momentos en que he estado más cerca de la naturaleza y de mí mismo (creo que son inseparables), y es de ella, de la naturaleza (la madre Tierra), de la cual dependemos; sin embargo, en la mayor parte de momentos en esta civilización estamos alejados de ella. Sencillamente siento que me alimenta el hecho de estar a su lado…

La palabra autocuidado, creo, es más compleja de lo que parece, pues nuestro bienestar no depende de la sociedad, sino de cada uno de nosotros, en todos las esferas de la persona. En el caso de la medicina, qué mejor tener un cuerpo sano para tener una mente sana, pero esta salud va más allá del cuerpo, llega hasta el espíritu, que renueva posteriormente nuestro entorno más importante, la naturaleza…

Me cuesta trabajo asimilar la clasificación de dolencias de acuerdo con si son debidas al frío o al calor. Es difícil. He aprendido a ver las enfermedades en miniatura o, por lo menos, a imaginármelas, y automáticamente pienso en el aspecto corporal, en la célula, en la molécula, en el gen, más no pienso en la persona en sí, en su vida, en su entorno, en su forma de vivir, en sus dolencias del alma. Estas dos clasificaciones son muy diferentes, principalmente por su visión de la persona, lo cual nos puede aportar un importante número de claves acerca de ella. Lo único es poner atención (tener los ojos abiertos)…

Recordé que el mundo esta lleno de señales que son captadas cuando despertamos, ya que están escritas con símbolos raros, que no entendemos. Recordé que somos parte de un todo y así es como actuamos en la vida, tan campantes; pero que todo eso tiene un efecto en algo más. Recordé también que las personas son personas, y por ello merecen mi atención, mi corazón, mi ser y mi estar (un punto difícil). Recordé que soy parte de algo muy grande, expresado en su forma más sencilla y compleja en la naturaleza, que no sólo es el hecho de consumir, sino de renovarnos. Recordé que estoy haciendo mi camino, al cual le falta un poco de dirección en mi beneficio y para los que me rodean.

Muchas veces me siento en un nudo, me siento parte de un nudo, y en ese momento me inspira mucho respeto y me da miedo la fuerza que puede tener la naturaleza en un rayo, el cual desde otro punto de vista, lejos del nudo, debe inspirar belleza, sin dejar a un lado el respeto.

Gabriel Ricardo Ortiz Prieto Octubre, 2004


BIBIOGRAFÍA

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LECTURAS RECOMENDADAS

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2. Barón C, Reichel E, Pinzón C, Preafán C. Diversidad étnica, cultural y constitución colombiana de 1991. Legitimidad de las diferencias: realidades, retos y respuestas. En: Derecho, etnias y ecología. Bogotá: Conciencias; 1995.

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