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Revista Ciencias de la Salud

versión impresa ISSN 1692-7273versión On-line ISSN 2145-4507

Rev. Cienc. Salud v.4 n.1 Bogotá ene./jun. 2006

 

Fonoaudiólogos y profesores: lo que hay detrás de los problemas al trabajar juntos

Speech Therapist and Teachers: Problems as They Work Together

Beatriz Álvarez*

* Fonoaudióloga. Profesora Universidad del Rosario y candidata a doctora en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona.

Recibido: septiembre 16 de 2005 Aceptado: octubre 9 de 2005


Este documento presenta una descripción de las relaciones interprofesionales entre maestros y fonoaudiólogos durante reuniones de casos de intervención.

Cuando se es fonoaudiólogo de consulta externa en un centro privado o público que atiende a una gran población de escolares, tarde o temprano es necesario afrontar una de las situaciones más difíciles del servicio: la reunión con los profesores de estudiantes en terapia (1). Durante muchos años, los servicios fonoaudiológicos fueron “demasiado propios de ambientes clínicos” y el encuentro entre estos profesionales y los maestros no era frecuente; ahora unos y otros se requieren mutuamente. Los maestros demandan que los estudiantes reciban intervenciones terapéuticas y esperan informes y avances; los fonoaudiólogos saben que el trabajo fuera del aula no es suficiente para conseguir que el desempeño del estudiante mejore. Así, son cada vez más comunes reuniones entre los profesores del estudiante en terapia, el fonoaudiólogo del colegio y el fonoaudiólogo externo.

SERVICIOS FONOAUDIOLÓGICOS EDUCATIVOS: PROPIOS Y EXTERNOS

En Colombia, durante la última década, los colegios han integrado un equipo de profesio- nales dedicados a garantizar la salud física, emocional y comunicativa de todos los estudiantes. Este grupo suele estar formado por médicos, enfermeras, psicólogos, terapeutas ocupacionales, psicopedagogos y fonoaudiólogos. Aunque han tenido inconvenientes de integración en el ambiente educativo, las nuevas disposiciones en política educativa han dado reconocimiento e importancia a estos servicios.

Las funciones principales del grupo son brindar asesoría a la comunidad educativa e identificar a estudiantes en riesgo o con problemas que puedan afectar su desempeño académico. Generalmente no ofrecen intervención terapéutica individualizada, por lo que establecen vínculos con profesionales externos.

Para el caso del servicio de fonoaudiología, el fonoaudiólogo del colegio recibe remisiones de profesores o detecta, por otros mecanismos, las dificultades comunicativas de un estudiante en particular, realiza una valoración y, siguiendo criterios de elegibilidad, decide si es necesario que reciba atención terapéutica fuera de la institución y hace la remisión correspondiente.

Para hacer el empalme correspondiente entre el colegio y los servicios externos, se realizan varias reuniones. La primera reunión de entrega del caso, la segunda de entrega de informe de evaluación y decisiones de intervención, y otras convenidas posteriormente para analizar los avances del tratamiento.

REUNIONES DE FONOAUDIÓLOGOS Y MAESTROS: TRADICIÓN, BARRERAS Y PRECONCEPCIONES

El conflicto clínico vs. el educativo continúa marcando las interacciones entre maestros y fonoaudiólogos. Para solucionar los efectos de este conflicto en el trabajo de desarrollar formas de ofrecer servicios acordes a las necesidades de la escuela, se han generado nuevos modelos de intervención. Estos modelos han llevado a los fonoaudiólogos a salir de un pequeño salón dedicado a la terapia para ‘mostrarse' ante el maestro, en clase y en reuniones de asesoramiento (2). Aún así, las barreras para la interacción anidan en el imaginario que se han formado unos de otros. El profesor continúa pensando que el discurso del fonoaudiólogo es muy clínico para la escuela, que su status de clínico/ médico considerado superior al del maestro es amenazante, y que no sabe lo suficiente del currículo y de lo que pasa en el aula como para brindarles asesoría (1, 3). Por su parte, el fonoaudiólogo, tradicionalmente, se ha mostrado como un asesor directivo, ejerciendo un rol de mando sobre el maestro y considerándolo menos experto profesionalmente. Aunque las nuevas generaciones de maestros y fonoaudiólogos se esfuerzan por el acercamiento, los viejos imaginarios siguen vigentes. Dichos imaginarios, determinan las actuaciones de los participantes de la reunión, el ambiente y las características de la misma.

LAS REUNIONES

Las características de las reuniones entre profesores y fonoaudiólogos pueden presentarse siguiendo las categorías propuestas por Izquierdo: tiempo y desarrollo de la reunión, organización escolar, profesores y comunicación, y cambio y desarrollo personal y profesional (4).

Tiempo y espacio del grupo

La primera reunión es programada por los maestros y el fonoaudiólogo del colegio, según sus propios horarios de atención y se realiza en la sala destinada al trabajo de los terapeutas. Los profesores asistentes son los que imparten las clases en que el estudiante en cuestión tiene un mal desempeño y en ocasiones todos los profesores del alumno además está siempre presente el director del curso. Los niños con desórdenes del lenguaje suelen tener problemas con las matemáticas, ciencias sociales y lenguas. Las reuniones incluyen un número no mayor de cuatro o cinco profesores, el psicólogo, el fonoaudiólogo del colegio y el externo, y en ocasiones otros profesionales. Generalmente no existen contactos previos entre los maestros y el fonoaudiólogo externo y casi siempre se conocen en la primera reunión.

Esto impone gran expectativa y tensión al encuentro, sobre todo porque se remueven las concepciones que tienen unos de otros. Sin embargo, durante el transcurso de las reuniones puede llegar a crearse un ambiente de colaboración, confianza y eficiencia, de lo que se hablará más adelante.

Escuela, organización escolar, profesores y comunicación

Dentro de la organización escolar los servicios terapéuticos se conciben como servicios de apoyo o servicios orientación. No tienen asig nadas horas de clases académicas pero deben participar en un gran número de reuniones administrativas, académicas y de orientación. Su sostenibilidad dentro de la escuela depende en gran medida de la opinión que tengan de ellos los administradores, quienes pueden darles mayor o menor importancia y alcance a sus prácticas. Aunque el reconocimiento de los administradores es de gran ayuda, es crucial el posicionamiento que hayan logrado los profesionales de estos servicios por sus propios medios, es decir, gracias a una labor eficiente y cercana a los maestros.

El objetivo de la primera reunión es entregar un caso de terapia. El fonoaudiólogo interno realiza las presentaciones pertinentes y comenta las generalidades del caso. Luego, cada uno de los maestros da un informe sobre cómo es el desempeño del estudiante en su clase, el fonoaudiólogo externo toma nota y hace las preguntas que considera convenientes para tener toda la información necesaria sobre cómo se comporta el estudiante en las clases.

El momento de las preguntas suele ser un punto álgido, porque ahí se desentraña lo que cada uno esconde. El fonoaudiólogo intenta comprobar el imaginario de que el maestro tiene que ver algo más de lo que se cree en los problemas del estudiante, y el maestro, a su vez, desea librarse de culpas y, al mismo tiempo, poner en evidencia la falta de experiencia y de conocimiento de los fonoaudiólogos en lo que tiene que ver con el currículo y la clase. Además, este momento es clave para que quien lo lidera se muestre como una figura creíble. Este punto es vital para construir un ambiente de cooperación entre los participantes. A partir de ellas pueden ocurrir dos cosas: o se logra el reconocimiento mutuo entre maestros o profesores o se crea una relación de superioridad-inferioridad que hará poco cordiales y productivas las próximas reuniones, hasta el punto de extinguirlas.

Si en este momento el fonoaudiólogo externo muestra una actitud de superioridad, hace preguntas demasiado técnicas que incluyan juicios de valor hacia el maestro o utiliza un discurso clínico poco cercano al maestro y patologizante del estudiante, el maestro se mostrará reacio a cualquier interacción. Si, en cambio, el fonoaudiólogo utiliza un discurso sobre el lenguaje y la comunicación en la escuela compartido por el maestro, se identifica con éste como una figura que conoce y sufre las dificultades de los procesos de enseñanza y si, además, ofrece explicaciones claras a los comentarios de los maestros en clave pedagógica, tendrá éxito en la colaboración-asesoramiento y será reconocido como verdadero, creíble, adecuado e inteligible. Así mismo, podrá establecer una relación de liderazgo compartido.

Es común que una vez el fonoaudiólogo externo gane el reconocimiento del grupo, los participantes esperen de él que tome las decisiones importantes, que dé la asesoría pertinente, en definitiva que resuelva en solitario “el problema” del estudiante y sólo dé al grupo las soluciones a aplicar. Lo que no es un buen camino, así que es importante desarrollar un estilo de conducción participativo, y promover que todos los miembros compartan la necesidad de tomar decisiones conjuntas (5). Debe cuidar no opacar la figura del fonoaudiólogo interno, pues en ocasiones son comunes posteriores rivalidades entre uno y otro, lo que podría afectar las relaciones del grupo.

Si el fonoaudiólogo ha logrado llegar a este punto, la segunda reunión de entrega de informe de evaluación será más relajada y productiva, más aún si ofrece a los maestros toda la información y aclaraciones posibles sobre las dificultades del estudiante y cómo éstas afectan su desempeño en la clase. El maestro agradece la información que se le ofrece sobre el desorden del estudiante y se involucra activamente en la lectura de las características del estudiante en clave académica y pedagógica. En esta reunión los participantes aportan lecturas interesantes del caso que determinan un plan de intervención convenido por todos, pero ejecutado en gran medida por el fonoaudiólogo externo. Esto articula enormemente el trabajo del grupo y vincula profesional y personalmente a los participantes con el caso de intervención.

Las próximas reuniones de seguimiento se constituyen en un intercambio exitoso de información, avances del estudiante, asesoramiento y colaboración. En estas reuniones es donde los participantes muestran el desarrollo personal y profesional que logran en el grupo, que generalmente está relacionado con el cambio en la forma en que ven al estudiante y el aprendizaje, y con la forma en que ven su trabajo y el de otros profesionales en la enseñanza.

Así, en las reuniones siguientes cuando se da la oportunidad de hablar sobre por qué un estudiante cambia su desempeño, debido a qué mejora y qué formas de enseñanza no son tan buenas para él y otros de la clase, los participantes reflexionan sobre estrategias, concepciones pedagógicas y la naturaleza de los procesos de aprendizaje. Aunque estas reflexiones resultan muy interesantes para el grupo, es difícil decir cuáles son los cambios reales que generan en la clase y también en la forma en que el fonoaudiólogo lleva estos casos de intervención fuera del colegio.

Es claro que este documento se escribió desde la visión del fonoaudiólogo y que las lecturas que se hacen de los maestros y de lo que ocurre en las reuniones están fuertemente matizadas por la formación profesional y creencias de dicha comunidad. Por eso sería muy interesante invitar a un maestro a hacer su propio documento sobre el tema y sobre cómo ha vivido e interpreta lo que ocurre en este tipo de reuniones.


BIBLIOGRAFÍA

1. Álvarez B, Sepúlveda A. La Fonoaudiología Escolar en los Centros Educativos del Distrito Capital. Tesis de Grado. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá DC. 2000. p. 90-93

2. Neidecker E, Blosser J. School Programs in Speech-Language: Organization and Management. 3ª ed. New Jersey: Prentice Hall; 1993. p. 101 – 115.

3. McCartney E. Speech/Language Therapist and Teachers Working Together: A Systems Approach to Collaboration. 1ª ed. Londres. Whurr. 1999. p. 73 - 87

4. Izquierdo C. La Reunión de Profesores. Participar, observar y analizar la comunicación en grupo. 1ª ed. Barcelona: Paidós. 1996. p. 45 - 50.

5. Hersey P, Blanchard K. Management of Organization Behavior: utilizing Humana resources. New Jersey: Prentice Hall. 1982. Citado por Izquierdo C. En: La Reunión de Profesores. Participar, observar y analizar la comunicación en grupo. 1ª ed. Barcelona: Paidós. 1996. p. 65 - 72.

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