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Revista Ciencias de la Salud

versión impresa ISSN 1692-7273versión On-line ISSN 2145-4507

Rev. Cienc. Salud v.5 n.2 Bogotá mayo/ago. 2007

 

Estudio exploratorio de las condiciones de seguridad en trabajadores de la salud expuestos a fármacos antineoplásicos

Preliminary Study on Safety Conditions in Health Workers Exposed to Antineoplastic Drugs

Maritza Rojas Martini,1 Evelyn Medina,2 Aracelis Hernández,3 Saba Infante4

1 MSc en Toxicología, University of Surrey, England . MRM-CONSULTOX, Trigal Norte, Valencia, Venezuela. Centro de Investigaciones Toxicológicas de la Universidad de Carabobo (CITUC), Valencia, Venezuela. Correo electrónico: rojas.m@intercable.net.ve

2 Farmacéutico, Universidad Los Andes, Mérida, Venezuela. Centro de Investigaciones Toxicológicas de la Universidad de Carabobo (CITUC), Valencia, Venezuela. Correo electrónico: matahe@telcel.net.ve

3 Doctora en Estadística, USB. Facultad de Ciencia y Tecnología, Departamento de Matemática, Universidad de Carabobo, Valencia, Venezuela. Correo electrónico: arhernan@uc.edu.ve

4 Doctor en Estadística, USB. Facultad de Ciencia y Tecnología, Departamento de Matemática, Universidad de Carabobo, Valencia, Venezuela. Correo electrónico: sinfante@uc.edu.ve

Recibido: mayo 2 de 2007 Aprobado: junio 30 de 2007


Resumen

Este artículo se basa en un estudio de las condiciones de exposición ocupacional de un grupo de trabajadores que manejan fármacos antineoplásicos (FAN) en cinco centros de salud de Valencia, Venezuela, para evaluar de forma preliminar el riesgo potencial de desarrollar signos-síntomas derivados de este oficio. Fue un estudio descriptivo, transversal. La información que se obtuvo hizo referencia a datos demográficos, historia ocupacional y clínica, turnos de trabajo, prácticas de seguridad e higiene, eliminación de residuos, drogas administradas y estilos de vida.

Los signos-síntomas más prevalentes se ajustaron con la edad, el hábito de fumar y el turno de trabajo; los resultados muestran que la edad tuvo una influencia significativa en la presencia de tos y mareos; el hábito del cigarrillo, en la presencia de dolor abdominal; el turno de trabajo, en las náuseas y pérdida del cabello. Las náuseas fue el síntoma más presentado (55%). Los mareos se asociaron directamente con el uso de bata de tela y negativamente con uso de la mascarilla a media cara.

Ninguno de los centros de salud presenta condiciones satisfactorias para el manejo de FAN y sus condiciones de trabajo están muy por debajo de lo recomendado. Mediante la investigación más detallada que seguirá a este estudio preliminar, se podrán obtener datos más concluyentes, utilizando el monitoreo ambiental y biológico acompañados de un examen físico que permitiría una evaluación más adecuada de la exposición y de la efectividad de las medidas de protección personal reportadas como utilizadas.

Palabras clave: drogas antineoplásicas, exposición ocupacional, riesgos laborales.

Summary

A study was done to establish work practices and preventive measures for nurses handling antineoplastic drugs (AND) and to determine the risk of developing AND-related symptoms. A descriptive cross sectional study was made. Workers from 5 health centers in Valencia, Venezuela, were selected. Demography, occupational and clinical history, shift, work practices, safety precautions, antineoplastic drugs used, residues disposal and life styles were obtained via a questionnaire. Most prevalent symptoms were adjusted for age, shift, and smoking. Age was significant for cough and dizziness; smoking was significant for abdominal pain and shift was significant for nausea and cough. Nauseas were the most prevalent symptom (55%). Dizziness was directly associated with use of gowns and inversely half-face respirator. None of the studied centers had satisfactory working conditions. A follow up study should be made including physical exam and environmental and biological monitoring.

Key words: Antineoplastic drugs, occupational exposure, occupational risks.


INTRODUCCIÓN

Los agentes antineoplásicos (citotóxicos o citostáticos) interfieren el crecimiento y desarrollo de las células malignas y neoplasias, interrumpiendo a su vez el crecimiento celular, por ello son activos frente a células que están en proceso de división. Ello hace que por sí mismos sean carcinógenos, mutágenos y/o teratógenos (comprobado en experimentación animal) (1, 2), con capacidad de destruir células normales y ocasionar efectos tóxicos que se manifiestan con variada sintomatología (5-10). Por lo anterior se consideran peligrosas para los trabajadores del área de la salud que las manipulan (3, 11, 12).

Las autoridades sanitarias de países desarrollados y organismos internacionales han establecido normas preventivas y reguladoras para su manejo (13-17). En Venezuela, la precaución en su manipulación y sus posibles efectos en la salud pareciera no ser suficiente en las personas encargadas de manipularlas y/o administrarlas. Debido a la importancia de conocer los riesgos para la salud de los(as) trabajadores(as) que están en permanente contacto con ellas y, hasta donde alcanza nuestro conocimiento, la falta de publicaciones nacionales en la materia se decidió estudiar las condiciones laborales de un grupo seleccionado de trabajadores que manejan FAN en cinco centros de salud de la ciudad de Valencia, Venezuela, con el propósito de evaluar de forma preliminar su riesgo potencial de desarrollar signos-síntomas derivados de este oficio; a su vez, establecer si existe la necesidad de continuar con una evaluación más profunda que permita hacer recomendaciones concluyentes para evitar sus efectos adversos.

METODOLOGÍA

La población estuvo constituida por el personal de las unidades de oncología de cinco centros de salud de la ciudad de Valencia, Venezuela. La muestra la conformaron veinte trabajadores que pertenecen a dichos centros. La participación fue voluntaria y mediante firma de una carta de consentimiento.

RECOLECCIÓN DE DATOS

Se realizó una entrevista a cada participante con información que hizo referencia a datos demográficos, historia ocupacional, turnos de trabajo, entrenamiento en medidas de seguridad para el manejo de este tipo de fármacos, actividades que realizan, uso de equipos de protección personal (EPP), sitio de manipulación de FAN, fichas de seguridad, prácticas de seguridad e higiene, eliminación de residuos, drogas administradas, historia de abortos e infertilidad, signos-síntomas asociados a dicha exposición y estilos de vida (consumo de alcohol y cigarrillos).

TIPO DE ESTUDIO

Estudio descriptivo de corte transversal. Los datos fueron procesados según el paquete estadístico SPSS versión 11.0. Se usó un modelo de regresión logística de respuesta binomial para modelar la variable respuesta “síntoma” en función de las variables independientes edad, hábito de fumar y turno de trabajo. El modelo propuesto para cada síntoma fue el siguiente:

El interés fue probar la hipótesis: H0: βk = 0 contra H1: βk ≠ 0 para algún k, permitiendo determinar la significación de las variables independientes. Se usó el Test Estadístico de Wald (Tw) para comprobar la hipótesis planteada, donde:

La regla de decisión consistió en aceptar la hipótesis nula Ho si: . |

En caso contrario, se concluye la hipótesis alternativa H1. Se consideró un error de α = 0.05, donde = Z0.975 =1.96 y se rechaza H0 si ïTwï > 1. 96. A su vez, los intervalos de confianza (IC 95%) para las razones o cocientes de Odds (OR), se determinaron mediante la fórmula donde S(βk) es el error estándar (EE). Se usó el coeficiente de correlación de Spearman para la asociación entre variables.

RESULTADOS

La edad promedio de la población estudiada fue 41,25 ± 7,43 años (Rango = 31-57 años). El turno de trabajo fue: Mañana, diecisiete trabajadoras (85%); noche dos (10%) y día completo una (5%). Las ocupaciones y entrenamiento en medidas de seguridad en la manipulación de FAN se muestran en la tabla 1. Al preguntarse por las actividades ejercidas, nueve (45%) respondieron que preparan los medicamentos y los administran a los pacientes y once (55%) que preparan los productos, los administran a los pacientes y también limpian la zona de trabajo. La tabla 2 muestra la estratificación de los individuos estudiados según años de servicio y estilos de vida reportados; la tabla 3, la distribución de la población estudiada de acuerdo con entrenamiento y uso de EPP.

Tres de los centros estudiados poseen un área aislada, específica para la preparación de FAN; los restantes las preparan y administran en salas médicas comunes. A su vez, cuatro instituciones (80%/5) tienen las fichas de seguridad o literatura relativa a efectos tóxicos potenciales de los FAN. Las tablas 4 y 5 reflejan las respuestas relacionadas con las medidas de higiene y seguridad que comprenderían los protocolos de vigilancia sanitaria a ser cumplidos en el manejo de estos citostáticos. Ninguno de los centros estudiados tienen el gabinete de seguridad clase II tipo B o tipo A (cabina se seguridad biológica de flujo vertical laminar), obligatoria para la manipulación de FAN. Las once personas entrenadas que reportan tener una campana estándar describen que su uso es solo para FAN, siempre la usan y está en buen estado; los tres restantes no poseen campana. Así mismo, el 50% de los que no recibieron entrenamiento tienen la campana estándar, siempre la usan y también está en buen estado; el 50% restante no la tiene. Los resultados de cómo realizan la eliminación de residuos se muestran en la tabla 5.

Tabla 1. Distribución de la población, estudiada según ocupación y entrenamiento

Tabla 2. Distribución de la población, estudiada según años de servicio y estilos de vida


(1): Media 13.58 ± 6.00 años (Rango= 2-30 a)

Tabla 3. Distribución de la población, estudiada según si han sido entrenados, el EPP que usan y su respectivo estado


NA: No aplicable. Cada persona usaba diferentes versiones de cada uno de tres tipos de EPP, por tanto, no pueden totalizarse las columnas correspondientes a “no tiene”, ya que pueden usar uno u otro.

Tabla 4. Distribución de la población, estudiada según medidas higiénico-sanitarias cumplidas en varios casos

Tabla 5. Distribución de la población, estudiada según dónde realizan la eliminación de residuos y entrenamiento

Con referencia a las medidas de protección personal usadas para limpiar derrames/salpicaduras y fragmentos de vidrio, todos los individuos entrenados usan guantes y bata; seis (42,8%/14) usan lentes y sólo uno (7,1%/14) usa respirador. A su vez, nueve (64,3%/14) utilizan gasa húmeda para la mencionada limpieza, tres papel absorbente (21,4%/14) y dos gasa seca 2 (14,3%/14). De igual manera, once de ellos (78,6%/14) limpian y/o recogen fragmentos de vidrio con papel absorbente, dos (14,3%/14) lo hacen con gasa húmeda y uno (7.1%/14) con gasa seca.

Los EPP que usan los no-entrenados para limpiar derrames/salpicaduras son: todos usan guantes y bata; sólo uno (16.7%/6) usa lentes y ninguno usa respirador. A su vez, la gasa húmeda y la gasa seca son utilizadas para la limpieza de estos derrames, en igual proporción: tres (50%/6). Para la limpieza y/o recolección de fragmentos de vidrio, tres (50%/6) utilizan gasa seca, dos gasa húmeda (14.3%/6) y uno papel absorbente 1(16.7%/6).

La tabla 6 muestra los resultados de salud según años de servicio. Se preguntaron once signos-síntomas relacionados con las FAN y fueron reportados siete. Al correlacionar los síntomas reportados con el uso de EPP se obtuvo una asociación entre “mareos” y el “uso de la bata de tela”, de 0,625. Contrario a esto, la correlación entre la frecuencia de “uso de la mascarilla a media cara” y la presencia de “mareos” resultó en -0,673. En los síntomas restantes no se observó correlación alguna.

Los resultados de los signos-síntomas más prevalentes y OR ajustados para edad, hábito de fumar y turno de trabajo se muestran en la tabla 7. Al ajustar para estos posibles confusores se determinó que para un a = 0,05 la edad tuvo una influencia significativa en la presencia de tos y mareos, el hábito del cigarrillo tuvo una influencia significativa para un a = 0,1 en la presencia del dolor abdominal. A su vez, el turno de trabajo al parecer fue un factor que contribuyó de manera significativa en la presencia de náuseas y pérdida del cabello.

Al preguntar sobre la frecuencia de infertilidad, se encontró un caso que tenía turno de la mañana con 6-10 años de servicio. Otro se reportó en una trabajadora que cumplía el turno de la noche con 11-20 años de servicio y el tercero reportó tanto infertilidad como el único caso de aborto, en el turno día completo con 6-10 años de servicio. No se reportaron malformaciones congénitas. La información obtenida sobre los medicamentos que manipulan se muestra en la tabla 8.

DISCUSIÓN

A los riesgos potenciales para la salud por la exposición a FAN se le suman los efectos adicionales debidos al consumo de cigarrillo y alcohol y a los posibles efectos sobre el feto, haciendo hincapié en la importancia de una notificación inmediata ante cualquier sospecha de embarazo en una trabajadora.

Resulta inesperado que ninguna de las trabajadoras encuestadas trabaje por las tardes ni haga rotación de turnos; sin embargo, esto deriva en algún tipo de protección, ya que la mayor proporción (85%), manipula FAN menos de cinco horas al día.

El nivel de conocimiento en FAN (tabla 1) y sus riesgos de exposición no se considera satisfactorio. Esto concuerda con otras publicaciones consultadas (18). El hecho de que el 27% de las enfermeras (4/15) no haya recibido entrenamiento, siendo las que se ocupan principalmente de la manipulación de estos productos tan tóxicos, es preocupante, por su seguridad y por la de sus pacientes. De las once entrenadas, casi la mitad (cinco), recibieron dicho entrenamiento sólo un día. De la misma manera, uno de los centros estudiados no posee las fichas de seguridad de los productos, herramienta fundamental para el conocimiento de los riesgos a los que se está sometido en el área ocupacional. Igualmente, en el 55% del personal se concentran las multitareas (preparan y administran productos, además de limpiar zona de trabajo), de lo que se deriva mayor riesgo de exposición laboral. El uso de EPP (tabla 3), individuales e institucionales, debe ser obligatorio en la manipulación de FAN, incluyendo instalaciones tecnológicas de alta seguridad, como la campana de seguridad de flujo vertical laminar, cuya función es proteger al operador, al fármaco y al ambiente (19). Anderson et ál. detectaron actividad mutagénica en muestras de orina de farmacéuticos que preparaban fármacos usando campana horizontal, protección ocular, guantes y mascarilla (20). Cuando usaban campana de flujo vertical y guantes, la actividad mutagénica no era detectada; de allí la relevancia de este equipo.

Tabla 6. Distribución de la población, estudiada según frecuencia con que reportan la presencia de signos/síntomas y años de servicio

Tabla 7. Signos/síntomas más prevalentes y su asociación con confusores

Ninguno de los cinco centros de salud investigados presenta un nivel alto de cumplimiento de medidas de seguridad para el manejo de FAN. Esto puede ser atribuido en gran parte a la falta de dicha campana tipo A o tipo B, que evitan el escape de aerosoles contaminantes hacia el operador (12).

Del 85,71% de los trabajadores entrenados que reportan usar siempre la bata desechable, larga y de manga larga, sólo 9 (64,29%) la reportan como en buen estado (tabla 3) frente al 100% de los no-entrenados que reportan usar siempre dicha bata y se encuentran en buen estado. Las batas en buen estado representa un acierto, pues la bata (además de larga, mangas largas, cerrada por delante y si es posible con puños elásticos) debe estar siempre en buen estado (2, 9).

Por otra parte, la exposición por inhalación es controlada con respiradores que deben usarse siempre que haya riesgo de inspiración de partículas o de gotas de medicamento por nariz y boca. Estos deben filtrar partículas finas, ya que las mascarillas quirúrgicas (usadas por el 42,86% del personal entrenado) no proporcionan una protección adecuada frente al ingreso de aerosoles citostáticos.

Tabla 8. Distribución de la población, estudiada según medicamentos administrados


(1): No. de personas que usa “cada uno” de los medicamentos mencionados en esa fila
(2): % calculado con base en el total de individuos (n=20)

El 57,14% del personal entrenado y todos los no-entrenados que usan mascarilla media cara se exponen a que una parte importante de la cara esté al descubierto. Al referirse al uso de guantes, 92,86% de los entrenados y 83,3% de los noentrenados usan guantes desechables con talco, hecho que concuerda con la norma relativa a que los guantes deben ser desechables e impermeables; sin embargo, no se aconseja el uso de guantes con talco, ya que pueden atraer partículas de citostáticos (2,4). Además, dado que ningún material puede garantizar una seguridad absoluta, tendría que utilizarse doble par de guantes que deberían ser cambiados cada hora, o de inmediato al romperse o mancharse con algún medicamento (21).

La correlación directa al asociar mareos y el uso de la bata de tela indicaría paradójicamente que mientras más se usa esta bata hay mayor susceptibilidad a presentar mareos. Esto pudiera explicarse por una potencial contaminación de la bata y el hecho de permanecer con ella todo el horario de trabajo. Contrario a esto, la correlación negativa resultante entre la frecuencia de uso de la mascarilla a media cara y la presencia de mareos significa que, mientras menos se usa dicha mascarilla, la persona podría presentar más mareos.

Casi la totalidad de los trabajadores con o sin entrenamiento (tabla 4) se cambia los guantes inmediatamente en caso de accidentes, conducta adecuada, teniendo en cuenta que ningún guante es completamente impermeable a todos los citostáticos. La permeabilidad del guante depende del tipo de medicamento, tiempo de contacto y del grosor, material e integridad del mismo (4). Los resultados de limpiar-lavar el mesón tanto al comenzar como al finalizar el trabajo indica que es posible que la otra mitad de los trabajadores comiencen sus tareas con un mesón contaminado de la jornada anterior, aún bajo la premisa de que el 85% de todos los trabajadores reportan cubrir el mesón de trabajo con papel absorbente, lo cual no garantiza ausencia de contaminación.

La eliminación de agujas, viales y frascos (tabla 5) es consistente con la normas de seguridad, ya que para ello se requieren contenedores rígidos, a prueba de perforaciones y con cierre hermético (2). Estos envases deberían incinerarse en hornos que alcancen 1000ºC, provistos de filtros HEPA (High-efficiencyparticulate-air-filter), para evitar la contaminación del ambiente. A su vez, es aconsejable hacer la limpieza de derrames y fragmentos de vidrio con gasa humedecida con agua, neutralizante o detergente, facilitándose la absorción del medicamento en el líquido humectante.

La carencia de fichas de seguridad en uno de los centros refleja descuido en la precaución de los posibles riesgos a la salud relacionadas con la exposición a FAN y es consistente con otros trabajos publicados (11).

En relación con la presencia de signos-síntomas (tabla 6) que se pudieran asociar a la exposición, entre los FAN más tóxicos para el manipulador se encuentran metrotexate, ciclofosfamida y cisplatino, las dos primeras usadas en 90% cada una y la última en un 70%. Las náuseas fue el síntoma más frecuente (55%). Se conoce que entre los citostáticos que presentan mayor riesgo para inducir náuseas y emesis se encuentran ciclofosfamida (usado por el 90% de los trabajadores estudiados); cisplatino (70%) y citarabina (10%) (4, 9). Al contrario de otros trabajos que reportan la interrupción del ciclo menstrual como el síntoma más frecuente en enfermeras que manejan FAN y cuya edad está entre treinta y cuarenta y cinco años (22), en este estudio tal efecto estuvo ausente. Las alergias reportadas son consistentes con la literatura que muestra que de los efectos tóxicos más frecuentes se encuentran los cutáneos y las reacciones de hipersensibilidad inmediata y de anafilaxia sistémica (2, 22).

En cuanto a los resultados derivados de ajustar cada uno de los síntomas reportados con los confusores edad, fumar y turno de trabajo (tabla 7), la correlación significativa encontrada entre la tos y la edad se podría explicar, pues en términos generales las enfermedades respiratorias con sus complicaciones infecciosas son comunes en las trabajadoras de la salud por estar en contacto cercano con personas enfermas (23). Los adultos mayores, además, tienen un riesgo más elevado de sufrir complicaciones respiratorias debido a que por la edad su sistema inmunológico ha disminuido, más aún si son inmuno-deprimidos o padecen diabetes mellitus, hipertensión arterial u otras enfermedades crónicas, por lo que posterior a una pequeña infección viral –gripe o catarro– puede verse afectados por una de tipo bacteriano con efectos más graves para su salud. De allí la importancia de los programas de vacunación, por ejemplo para la gripe, en estos grupos etarios que se consideran de alto riesgo (24).

La relación significativa entre el hábito del cigarrillo y el dolor abdominal podría explicarse, ya que, por un lado, no se puede negar que la profesión de los trabajadores de la salud en sí misma es estresante. Esto contribuye al hábito del cigarrillo el cual, junto con los estresores, se correlaciona positivamente con los síntomas físicos y psicológicos, como el dolor abdominal (25).

La significación encontrada entre mareos y edad está reportada en la literatura. Márquez RL et ál. explican que para la prevención de síntomas de acidez o enfermedad de reflujo gastroesofágico (que pueden cursar con dolor abdominal) se recomienda dejar de fumar (26). El cigarrillo, aparte de reducir el estrés, facilita la disminución del apetito (especialmente el de carbohidratos), pero inhibe la eficiencia del metabolismo de la digestión que podría traer como consecuencia la presencia de dolor abdominal (27).

Con referencia a la asociación significativa encontrada entre mareos y edad, Tinetti et ál. describen que el mareo se relaciona con una multiplicidad de sensaciones y actividades que lo desencadenan (28); esto sugiere que dicho síntoma puede ser un síndrome de la edad similar al delirio de las caídas. Los hallazgos de este estudio son igualmente consistentes con lo publicado por Varela et ál., quienes reportan que a mayor edad se presentan mayor cantidad de problemas sociales, caídas, incontinencia urinaria, mareos, desnutrición, déficit cognitivo y depresión, todos asociados con deterioro funcional (29).

El hallazgo que permite determinar una asociación significativa entre el turno de trabajo y las náuseas no es extraño. Este síntoma ha sido uno de los más citados como relacionados con la exposición a FAN (30). Las drogas citotóxicas pueden causar problemas inmediatos como dermatitis, mareos, náuseas y cefaleas. Sin embargo, nuestros resultados difieren de los reportados por Krstev S. et ál., aunque estos demuestran que las enfermeras que manejan FAN reportaron más síntomas que las no-expuestas y los mencionados síntomas, entre ellos náuseas, no dependían de factores como la edad, el hábito de cigarrillo o el turno de trabajo (11).

La pregunta referida a algún tipo de cáncer resultó negativa, aún cuando está reportado que la mayoría de los citostáticos han demostrado propiedades carcinogénicas en animales experimentales (1, 2). En cuanto a efectos reproductivos, solo se reportaron tres casos de infertilidad y uno de aborto, aunque se han documentado casos de abortos espontáneos y malformaciones y alteraciones en la menstruación e infertilidad (18). Es importante el hecho de que los síntomas asociados con náuseas, alergias y enrojecimiento facial se presentan en menor proporción en las personas con mayor rango de años de servicio. Esto podría explicarse, por una parte, por la tolerancia que se va adquiriendo a exposiciones tóxicas y, por otra, a que la experiencia favorece el mayor empleo de EPP.

Entendemos que los datos sobre signos-síntomas no pueden considerarse concluyentes, pues se requeriría, que la encuesta estuviera acompañada de examen físico, asunto que se puede abordar en estudio posterior. Sin embargo, es necesario tomar en cuenta que algunos de los síntomas referidos se relacionan directamente con los efectos de irritación de la exposición a FAN, lo que implica que podríamos estar frente a un grado importante de exposición. Estos síntomas suelen ser inespecíficos, por lo que es necesaria una interpretación prudente de su presencia para poder asociar su aparición con la exposición a alguna sustancia concreta (4).

En cuanto a los medicamentos usados (tabla 8), los resultados de este trabajo son similares a los presentados por González MI (4), quien reporta que dentro del proceso de utilización de agentes citostáticos, la ciclofosfamida, metotrexato y 5-fluoracilo están entre los más usados. En el trabajo de la autora los medicamentos mencionados constituyen el 81% de los agentes antineoplásicos preparados, a diferencia del presente estudio, donde los dos primeros constituyeron el 90% de frecuencia de uso y el 5-Fluoracilo, el 80%. Entre las publicaciones revisadas, los medicamentos más tóxicos para el manipulador (9), por generar mayor cantidad de aerosoles son el metotrexato, la ciclofosfamida y el cisplatino, con una frecuencia de uso en la población objeto de estudio de 90% para las dos primeras y 70% para la última.

LIMITACIONES DEL ESTUDIO

Una de las limitaciones es el reducido tamaño de la muestra. Es necesario señalar que debido a que la participación fue voluntaria, no hubo respuesta de un número mayor de empleados relacionados con el tema de estudio, quienes en muchas instancias, y aún con la ventaja de que los resultados puedan ser de su provecho, no les agrada ser investigados.

De la misma manera, en uno de los centros asistenciales más grandes de la ciudad no se pudo abordar el estudio, ya que las autoridades encargadas del mismo no permitieron la investigación. Se podría inferir que la causa fue el temor a ser evaluados, aún cuando se les explicó la absoluta confidencialidad del nombre de la institución para los efectos de publicación de los resultados. Estas razones hicieron que el estudio quedara conformado con la presente muestra.

Aparte de lo anterior, por ser una investigación de carácter “preliminar”, la evaluación de la exposición solo se basó en el cuestionario, lo cual no garantiza la medición cuantitativa de parámetros que, sin duda, se abordarán en un estudio posterior, el cual deberá incluir algunas de las siguientes metodologías de “evaluación del riesgo” ante agentes citostáticos, siempre y cuando su implementación sea factible.

EVALUACIÓN DEL RIESGO (4)

1) Métodos analíticos de control ambiental y control biológico (aun con las limitaciones que estos también presentan):

a. Monitoreo biológico: ensayos de mutagenicidad urinaria de los trabajadores expuestos y determinación de tioéteres en orina (cuando sea pertinente).
b. Determinación analítica de las sustancias a las que están expuestos los trabajadores (o sus metabolitos) en fluidos biológicos.

2) Indicadores de “efecto”: entre ellos, métodos citogenéticas, daño al ADN.

3) Pruebas complementarias de laboratorio clínico.

4) Examen físico.

Esta batería de métodos podría permitir una aproximación mucho más exacta de los efectos de la exposición a FAN.

Sin embargo, a pesar de las limitaciones del estudio, estos hallazgos indican que las trabajadoras estudiadas tienen la posibilidad de verse afectadas por la toxicidad inherente de las FAN.

CONCLUSIONES

Hasta donde es posible emplear la información suministrada en el instrumento de recolección de datos y la inspección ocular por parte de los autores, las condiciones de trabajo en todas las instituciones examinadas deben ser mejoradas, estableciendo una política consistente sobre el uso seguro de FAN, y haciendo prioritaria su aplicación.

Con la investigación más detallada que seguirá a este estudio preliminar se podrán obtener, aparte de una muestra mayor, datos más precisos y concluyentes, utilizando las metodologías mencionadas, que permitiría una estimación más adecuada de la exposición y de la efectividad de las medidas de protección personal reportadas como utilizadas. Una muestra más numerosa y representativa tendrá la ventaja de poder extrapolar el estudio a instituciones de salud similares a las aquí evaluadas.

El alto riesgo de estas drogas y la posibilidad de exposiciones múltiples y combinadas obligan a la adopción de niveles estrictos de prevención para reducir la exposición, pues siempre existe la posibilidad de algún grado de riesgo por la inexistencia de niveles permisibles, seguros, cuando de drogas potencialmente carcinogénicas se trata.


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