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Revista Ciencias de la Salud

versión impresa ISSN 1692-7273versión On-line ISSN 2145-4507

Rev. Cienc. Salud v.6 n.2 Bogotá mayo/ago. 2008

 

Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM): el hambre, la salud de las mujeres y de los niños en Latinoamérica

The Millennium Development Goals: the Hunger, the Children and Women Health in Latin America

Maria Rejane Ferreira da Silva*

* PhD en Salud Pública. Profesora de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Pernambuco investigadora y colaboradora del Departamento de Salud Colectiva - FIOCRUZ/RECIFE. Dirección: Centro de Pesquisas Aggeu Magalhães. Av. Prof. Moraes Rego, s/n. Campus da UFPE. Recife/PE – Brasil. CEP: 50670-420. Correo electrónico: rejane@cpqam.fiocruz.br.


En septiembre del año 2000, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) realizó la primera cumbre del milenio. En esta asamblea, realizada en Nueva York, fue aprobada una agenda de compromisos, firmada por 190 dirigentes mundiales, a la cual se conoce como Declaración del Milenio. En esta declaración, los líderes se comprometieron a "…liberar a nuestros semejantes, hombres, mujeres y niños, de las condiciones abyectas y deshumanizadoras de la pobreza extrema, a la que en la actualidad están sometidos más de 1.000 millones de seres humanos. Estamos empeñados en hacer realidad para todos ellos el derecho al desarrollo…" [1].

Los objetivos propuestos se refieren a la reducción del hambre y la pobreza, la enseñanza primaria universal, la igualdad de género, la reducción de la mortalidad infantil, la reducción de la mortalidad materna, la detención del avance del VIH/SIDA y el paludismo, la sostenibilidad del medio ambiente y, finalmente, el último, sugiere la creación de una asociación mundial para el desarrollo a través de un compromiso que aúne voluntad política y recursos en forma de alianzas entre países ricos y pobres. El cumplimento de dichos objetivos fueron fijados para el año 2015 y tiene como referencia la situación mundial de los años 1990.

Aunque existan muchos vacíos en las metas establecidas, bajo la mirada crítica de los movimientos sociales, sobre todo de mujeres, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) representan el compromiso más ambicioso asumido por los gobiernos en una cumbre de la ONU. Así, se eligieron como puntos para reflexión el hambre, la salud de las mujeres y de los niños, y pasados ocho años de la asamblea del inicio del milenio, el panorama no parece muy animador.

EL HAMBRE EN EL MUNDO

“Las promesas no sustituyen los alimentos. H oy sufren hambre más personas en los países en desarrollo –820 millones– que en 1996”.

Jacques Diouf, Director General de la FAO Roma, Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA), octubre de 2006.

Actualmente, la población mundial sobrepasa los 6.000 millones de personas. Aunque haya desacuerdos entre las diferentes organizaciones (gubernamentales y no gubernamentales) respecto a las estadísticas presentadas sobre el hambre en el mundo, es lamentable y a la vez preocupante el número de personas hambrientas. Según la Organización de las Naciones para la Agricultura y la Alimentación (FAO), 854 millones padecen de hambre y la cifra total de personas que presentan carencias nutricionales severas que les impiden el desarrollo normal de sus funciones vitales alcanza casi los 3.000 millones de seres humanos. Es lamentable porque esto sucede en un planeta que produce un volumen de alimentos capaz de alimentar adecuadamente a 12.000 millones de personas, casi el doble de su población. Es preocupante porque la historia de la humanidad está llena de experiencias de conflictos, guerras, migraciones, invasiones a causa del hambre endémica, epidémica o cíclica [2-3].

Aunque se celebren las pocas experiencias exitosas en algunos países, en 2006, la FAO anunciaba que aumentó en 50 millones el número de personas que pasan hambre en el mundo a causa de la carestía de los alimentos y de la energía. El alza en el precio de los alimentos afectó, principalmente, a los países en vías de desarrollo. Por otro lado, la expansión de los biocombustibles extraídos de productos de consumo humano es también señalada como una causa importante de la crisis alimentaria [5].

En América Latina y el Caribe, más de 52 millones de personas aún sufren desnutrición o hambre, lo cual representa el 10% de la población. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), entre los años 1990 y 2003, de 24 países con informaciones disponibles, apenas cinco alcanzarán la meta propuesta de reducción de la desnutrición. En otros tres países la subnutrición aumentó [4]. Lo que impresiona es que paradójicamente, ésta es la región que más exporta alimentos en el mundo [4]. Esto indica que la causa principal del hambre en la región no se explica por la falta de capacidad para producir alimentos, sino en la injusticia social y en la exclusión política y económica. Es una consecuencia de las enormes desigualdades en la distribución de la riqueza [5].

Los compromisos y las promesas de la Cumbre del Milenio no fueron suficientes para frenar la especulación de los precios de los alimentos por las grandes empresas trasnacionales, de las grandes cadenas de producción y de distribución alimenticia y de los grandes supermercados que comercializan los productos básicos. En el último decenio, también s e ha acelerado el ritmo de concentración del mercado agrícola internacional en unas pocas empresas trasnacionales, aumentando simultáneamente la dependencia e inseguridad alimentaría de la mayoría de los pueblos [6].

Pasada la mitad del plazo, no parece haber esfuerzos por parte de la mayoría de los gobiernos, sobre todo de los más ricos, dirigidas al control de la especulación de los precios de los alimentos y tampoco a las inversiones en la autonomía agrícola de las regiones menos desarrolladas, a pesar de la advertencia de la propia FAO de que la crisis alimentaria continúa generando conflictos alrededor del mundo, lo que representa una amenaza a la estabilidad política de muchos países, especialmente en África y Centroamérica.

En situaciones conflictivas y de crisis alimentaria, las mujeres y los niños suelen ser los grupos más afectados. El hambre mata a todos, pero primero a los niños y a las mujeres, quienes, a menudo, son los más vulnerables y están menos protegidos.

LA SALUD DE LAS MUJERES Y DE LOS NIÑOS

“Las Mujeres de Paz de Latinoamérica y el Caribe, reunidas en San Miguel, provincia de Buenos Aires, Argentina, del 26 al 30 de mayo del 2008; convocadas por: 1) las expresiones beligerantes y el clima bélico que amenazan con desestabilizar la paz en la Región, específicamente en Bolivia, y que generan confrontaciones que alcanzan a países hermanos como Colombia, Ecuador y Venezuela; 2) la falta de implementación de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad
de las Naciones Unidas; 3) el alarmante incremento de la trata y tráfico de mujeres, niñas, niños y jóvenes para la prostitución y otras formas de explotación sexual, explotación laboral y tráfico de órganos, en suma, todas formas graves de violación a los derechos humanos que atentan contra la paz y la seguridad de nuestros pueblos, por lo que no podemos permanecer indiferentes ni en silencio...

Declaración de las Mujeres de Paz de Latinoamérica y el Caribe por la Paz y la Justicia

Aunque se reconozca la importante iniciativa y relevancia de los ODM, la salud de las mujeres y de los niños fue enfocada desde una perspectiva técnica, dimensionada a través de metas e indicadores que no reflejan los avances conceptuales y varios condicionantes socioeconómicos, culturales y políticos característicos de las sociedades marcadas por las desigualdades y que, en último término, determinan el estado de salud de la población [7]. En el caso particular de la salud de las mujeres, la meta se enfoca hacia el logro de la reducción de la mortalidad materna. Sin embargo, algunos temas, tales como la violencia, el acceso a los servicios de salud, los derechos sexuales y reproductivos y la feminización de la pobreza fueron abandonados. Pero siguen señalados como prioridades en la agenda de las luchas de los movimientos sociales, sobretodo feminista, que a la vez reclama la falta de la transversalidad de género como una estrategia para el alcance de todos los objetivos [7].

A parte del vacío que se observa en la Declaración del Milenio, que resulta en la permanente lucha política por la inclusión de los temas olvidados en las políticas públicas, respecto a la salud de las mujeres y de los niños, aunque se destaquen importantes progresos en algunos pocos países, el “índice de concentración”1 del Banco Mundial revela que las mayores inequidades en salud se concentran en las regiones más pobres de Latinoamérica [4].

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), al analizar indicadores como esquema básico de vacunación universal, atención prenatal y atención al parto por profesional calificado, en esta región, los índices de concentración demuestran que dichos beneficios se concentran, en mayor medida, en los hogares más ricos que en el resto del mundo. Por ejemplo, en Bolivia, la cobertura de partos institucionalizados alcanzó 39% en el quintil más pobre, mientras que esa proporción ha sido de 95% en el quintil más rico. Respecto a mortalidad de niños menores de 5 años, en 2002, a nivel mundial, el índice de concentración era de –0,12, mientras que en Latinoamérica era de –0,17. Los índice más altos, –0,26, –0,25 y –0,22, fueron detectados en Brasil, Bolivia y Perú, respectivamente. Aún, según el informe de la OPS, esas y otras necesidades, como las tasas diferenciales de enfermedades infecciosas, enfermedades crónicas y acceso a los servicios de salud, afectan en mayor proporción a las mujeres y a numerosos grupos étnicos. La conclusión del análisis revela que para todos los indicadores estudiados, los índices de concentración en la región son más distantes de cero que en el resto del mundo, lo que destaca a Latinoamérica con la lamentable calificación de la más inequitativa del mundo [4].

LA ESPERANZA DE CAMBIO

Desgraciadamente, los pueblos de Latinoamérica y de otras regiones pobres del mundo, todavía conviven con la pobreza, el hambre, las enfermedades y las muertes evitables, a pesar de los avances de la ciencia y tecnología, además de la gran riqueza, sin precedentes, que hoy se acumula en el planeta [4].

No obstante, involucrados en incontables reuniones, los líderes de gobiernos y de estados, no tienen tiempo para escuchar los gemidos de los millones de personas excluidas del derecho a la salud, a la educación, al trabajo y, en último término, al derecho a la vida. Se olvidan del pasado y de la historia que posibilitó el desarrollo de los países ricos. Sin embargo, los pueblos de Latinoamérica tienen una larga tradición de luchas y siguen alimentando de fuerzas y esperanzas a sus hermanos para que los gemidos se transformen en gritos. Quizás sean oídos, y de esa forma las promesas se transformen en realidad.

La esperanza es que se llegue al 2015 sin la frustración de lo que fue prometido en Alma Ata (1978): “Salud para todos en el año 2000”. Y al contrario, se pueda brindar de hecho: ¡Salud!

NOTA AL PIE

1. El índice de concentración es una medida para determinar el grado en que una variable está distribuida de manera desigual a lo largo del perfil de ingresos de una población. Aspectos como la mortalidad infantil (“males”) fortalecen un índice de concentración negativa, mientras que aspectos como la vacunación (bienes) fortalecen un valor positivo. Un índice de concentración igual a cero indica equidad absoluta.


REFERENCIAS

1. Naciones Unidas. Declaración del Milenio. Resolución aprobada por la Asamblea General. Nueva York, 13 de septiembre de 2000.

2. Alencar, AG. Do conceito estratégico de segurança alimentar ao plano de ação da FAO para combater a fome. Rev Bras Polít Int 2001; 44:137-144.

3. FAO/ONU. El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo - 2005. Roma, 2005.

4. Organização Pan-Americana da Saúde. Saúde nas Américas: 2007. Washington, D.C.: OPAS,© 2007-2v. (OPAS, Publicação Científica e Técnica No. 622).

5. FAO/ONU, Sala de Prensa. http://www.fao.org/newsroom/es/focus/2008/1000780/index.html. Acceso en 08 jul. 2008.

6. Cárdenas, E. Crisis mundial: El problema del hambre en el mundo. http://www.worldvision.cl/articulos_detalle.php. Acceso en 08 jul. 2008.

7. Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe. Salud, derechos sexuales y derechos reproductivos plenos. http://www.mujeresenred.net/news/article.php3?id_article=119. Acceso en 08 jul. 2008.

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