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Revista Ciencias de la Salud

versión impresa ISSN 1692-7273versión On-line ISSN 2145-4507

Rev. Cienc. Salud v.7 n.3 Bogotá sep./dic. 2009

 

Inventario de hábitos de estudio en una clase para toma de decisiones de estudiantes de fisioterapia

Study habits inventory of physical therapy students in a decisions making class

Martha Torres Narváez1, Ingrid Tolosa Guzmán2, Carmenza Urrea González3, Angélica Monsalve Robayo4

1. Fisioterapeuta y profesora auxiliar de carrera de la Facultad de Rehabilitación y Desarrollo Humano de la Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia. Correo electrónico: martha.torres@urosario.edu.co.
2. Fisioterapeuta y profesora auxiliar de carrera de la Facultad de Rehabilitación y Desarrollo Humano de la Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia. Correo electrónico: ingrid.tolosa@urosario.edu.co.
3. Fisioterapeuta de la Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga, Colombia. Correo electrónico: carmenza_u@yahoo.com.
4. Terapeuta ocupacional y profesora auxiliar de carrera de la Facultad de Rehabilitación y Desarrollo Humano de la Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia. Correo electrónico: angelica.monsalve@urosario.edu.co.

Recibido: 27 de marzo de 2009 Aceptado: 2 de diciembre de 2009


Resumen

Objetivo. Presentar los resultados de la prueba Inventario de Hábitos de Estudio (IHE) administrada a estudiantes de la asignatura Toma de Decisiones IV, del Programa de Fisioterapia de la Universidad del Rosario. Metodología. En el segundo semestre de 2006 se indagó por los hábitos de estudio y las condiciones que influyen en la forma como los estudiantes de la asignatura asumen su actividad universitaria. El instrumento utilizado fue el Inventario de Hábitos de Estudio (IHE), descrito por Pozar, el cual permite conocer la manera como el alumno involucra en su estudio los materiales, el ambiente y la planeación de las actividades que realiza en su rol universitario. La muestra estuvo constituida por 46 de los 54 estudiantes inscritos en la asignatura, correspondiente al 85% de la población total. Resultados. El 33% de los estudiantes encuentra que los factores ambientales de estudio no son satisfactorios para el proceso de aprendizaje; el 41% manifiesta que la planificación del estudio es insuficiente; el 61% de los estudiantes valora la utilización de materiales como un factor positivo; el 93% evalúa positivamente la asimilación de contenidos, lo cual valida la necesidad de confrontar el sentido y significado que tiene para estudiantes y profesores "la asimilación de contenidos", por cuanto el estudio muestra que es inversa al desempeño académico. Conclusión. Se hace necesario implementar estrategias que fortalezcan los hábitos en los estudiantes considerando las condiciones particulares de cada grupo de estudiantes, a fin de conseguir el éxito académico y de formación personal.

Palabras clave: hábitos de estudio, inventario de hábitos de estudio, aprendizaje.

Abstract

Objective. To present the results of Study Habits Inventory, administered to students of the signature Decision Making IV, of Physiotherapy Program of the Rosario University. Methodology. It was investigated in the second half of 2006, study habits and conditions that influence how students of the subject assumes its university activity. The instrument used was the Inventory of Study Habits - described by Pozar, which let to know how the student engages in his studio, materials, environment and planning in its efforts to exercise their academic role. It was administered to a sample of 46 students enrolled in the 54 subjects at 85% of the total population. Results. 33% of students found that the environmental study is not satisfactory to the learning process, similar to the 41% who said that the planning study is insufficient, the use of materials was evaluated by 61% of students as a positive factor as well as 93% in the category of assimilation of content. This calls to validate the need to confront the meaning and significance for students and professors "content assimilation" as the study shows that it is reverse to academic performance. Conclusion. It is necessary to implement strategies that strengthen habits in students to achieve academic success and personal training considering the particular conditions of each group of students.

Key words: study habits, inventory study habits, learning.


Introducción

El objetivo de este artículo es presentar los resultados de la prueba Inventario de Hábitos de Estudio (IHE), administrada a los estudiantes de la asignatura Toma de Decisiones IV, del Programa de Fisioterapia. El interés de la aplicación del IHE está dado por el deficiente desempeño académico que en esta asignatura se ha reportado en los últimos años.

Los procesos académicos del Programa de Fisioterapia de la Universidad del Rosario, en coherencia con el propósito institucional de conseguir la excelencia académica y la formación integral de los estudiantes, requieren actividades de seguimiento curricular para estructurar planes de mejoramiento, en relación con el rol que profesores y estudiantes tienen en el proyecto educativo. En consecuencia, el Programa busca que la comunidad académica se apropie del proyecto educativo y sea conciente de la relevancia que tiene conocer las variables que impactan los procesos de aprendizaje, lo cual valida el seguimiento del desempeño académico de los estudiantes como uno de los mecanismos de autoevaluación y autorregulación de los procesos académicos.

Este seguimiento se hace evidente a través de la relación estudiante-profesor, en la cual una estructura efectiva de hábitos de estudio conlleva al aprendizaje y a un óptimo desempeño académico. En el aprendizaje la percepción y la cultura favorecen un proceso reflexivo en el que el individuo se puede ver a sí mismo, a la vez, como sujeto y objeto conocido (1). En este sentido, el individuo, además de mostrar deseos de aprender, trata de averiguar cómo aprende; es aquí donde interesa explorar otras variables que influyen en el desempeño académico de los estudiantes, en una asignatura que mantiene un alto índice de pérdida, a pesar de ajustes y estrategias implantadas bajo el modelo pedagógico conceptual y el aprendizaje significativo.

La complejidad del proceso de aprendizaje hace necesario identificar y dinamizar las variables internas y externas que condicionan este proceso en educación superior. La naturaleza de la asignatura foco del estudio demanda gran responsabilidad respecto a la manera como los individuos asumen su rol de estudiantes, puesto que involucra elementos fundamentales del razonamiento clínico del fisioterapeuta. En este razonamiento, el estudiante asume la problemática del funcionamiento y la discapacidad a partir del movimiento corporal humano. Para lograrlo, requiere de un trabajo individual y grupal en el que procesa de manera crítica los aprendizajes previos con los aportes recibidos del profesor y de las actividades del aula, que promueven habilidades desde lo conceptual, procedimental y actitudinal.

El trabajo individual del estudiante requiere de hábitos de estudio efectivos, que le permitan administrar eficientemente sus recursos cognitivos, materiales y ambientales, para alcanzar los logros propuestos en su formación como profesionales de la salud. Por su parte, el aprendizaje grupal involucra la efectividad de los hábitos de estudio individuales, puesto que el debate y la retroalimentación ponen en evidencia el aprendizaje que cada individuo apropia. Se puede establecer que el rendimiento de los estudiantes, su integración al medio universitario, su sensibilización, su formación para el trabajo en los grupos de discusión, el análisis de sus roles y el trabajo en equipo constituyen procesos que se van logrando a lo largo de todo el semestre y de su vida académica.

El Programa de Fisioterapia, en relación con sus planes de mejoramiento curricular, ha instaurado estrategias orientadas por estudiantes y profesores para mejorar el desempeño académico. Los profesores gestionan las asesorías académicas y algunos participan en el programa de tutorías, mientras que los estudiantes tienen a cargo las monitorías académicas.

La asesoría académica consiste en actividades de refuerzo realizadas en sesiones, independientes del cronograma de clase. Con estas actividades el profesor trabaja temas que desarrollan habilidades conceptuales o procedimentales, con el objetivo de facilitar la integración de los conocimientos previos. Esta integración es una de las dificultades que en el proceso de aprendizaje han identificado los profesores, especialmente en los procesos de análisis e inferencia.

El programa de tutorías apoya el proceso de formación del estudiante a través de encuentros individuales y grupales en los cuales se descubren aspectos que inciden en el desempeño académico, como los relacionados con la motivación, el interés, las metodologías de estudio y las relaciones con pares y profesores.

Por su parte, la monitoría académica promueve espacios de interacción entre pares y dinamiza los procesos de aprendizaje para incidir positivamente en el desempeño académico. El monitor es un estudiante seleccionado por el equipo de tutores y los profesores de la asignatura, por sus cualidades académicas y de liderazgo. El monitor y el profesor estructuran un plan de trabajo que se articula con los propósitos de formación del programa (2).

Para fortalecer la asesoría académica, en el segundo período de 2006 se implementó la estrategia de grupo de estudio, con la herramienta pedagógica de análisis de caso. El grupo de estudio tuvo como objetivo hacer efectiva la capacidad del estudiante de integrar los conceptos fundamentales de anatomía, biomecánica, evaluación del movimiento humano y ejercicio terapéutico, ya que éstos favorecen el aprendizaje de habilidades conceptuales y procedimentales fundamentales para el razonamiento clínico, lo que, a su vez, genera la argumentación crítica y el análisis de los casos propuestos para dicho proceso.

Aunque las estrategias de asesoría, monitoría académica y grupo de estudio han considerado variables pedagógicas y didácticas acordes con el aprendizaje significativo, no han considerado el análisis de los hábitos de estudio, fundamentales para el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Los temas de deserción y fracaso académico también interesan a las instituciones de educación superior, puesto que el compromiso con la formación de profesionales implica una evaluación constante de los procesos pedagógicos y de la integralidad del proyecto educativo.

Uno de los aspectos fundamentales de esta evaluación es la autonomía que el estudiante puede ejercer en su proceso de aprendizaje. Ésta se puede evidenciar en la manera como el estudiante organiza sus recursos para el estudio, es decir, cuando tiene conciencia de los hábitos de estudio que posee y de la manera como éstos lo acercan o lo alejan de su éxito académico.

Es evidente el interés de algunas instituciones educativas por abordar el tema de hábitos de estudio, en tanto que éstos posibilitan una actitud y disposición que favorece o entorpece el proceso de aprendizaje. En este sentido, instituciones de educación superior en países como México, España, Perú y Colombia han realizado investigaciones al respecto, con estudiantes de Psicología, Química, Diplomaturas de Magisterio y de Educación Social, Contaduría Pública y Terapia Ocupacional (3-11).

La literatura y la práctica cotidiana evidencian que "el hábito de estudio representa para la vida académica un factor preponderante para alcanzar el éxito académico. Puede ser definido como la aplicación de métodos y actitudes que facilitan la adquisición de conocimientos cada vez más complejos" (12). Es así como los hábitos de estudio deben estar articulados con las características de la profesión, en general, y con los objetivos específicos de la actividad académica, en particular.

Entre los hábitos de estudio que mejoran el desempeño académico de los estudiantes en educación superior cabe señalar: la administración del tiempo; las habilidades cognitivas como la memoria, la atención y la concentración; la comprensión de lectura; los apuntes de clase; la redacción; el concepto de sí mismo; la motivación y voluntad; las relaciones interpersonales, y el trabajo en equipo (13).

Existen diferentes herramientas para evaluar este tipo de hábitos. Una de ellas es el Inventario de Hábitos de Estudio (IHE), descrito por Pozar en 2002. Este inventario validado busca detectar el grado de conocimiento que un estudiante tiene de su ocupación, a través de un instrumento que, además de establecer "la naturaleza y grado de los hábitos, actitudes o condiciones con que el estudiante se enfrenta a su específica tarea de estudio", permite identificar acciones que favorezcan la adquisición o mejoramiento de aquellos hábitos de estudio considerados facilitadores del proceso de aprendizaje (12).

El inventario de Pozar consta de 90 elementos organizados en once factores, distribuidos por escalas de la siguiente manera:

Escala I. Condiciones ambientales de estudio: cuenta con 18 elementos que recopilan los condicionamientos del ambiente que rodea al estudiante, como son los personales, el ambiente físico, el comportamiento académico y el rendimiento.

Escala II. Planificación del estudio: identifica doce elementos que indagan sobre la planificación del estudio. Incluye horarios de todas las actividades en los cuales se contemplan espacios de descanso y la organización de los materiales y elementos necesarios para el estudio.

Escala III. Utilización de materiales: a través de 15 elementos, establece el manejo de libros, de la lectura y de los resúmenes.

Escala IV. Asimilación de contenidos: consta de dos factores y 15 elementos para determinar el grado de memorización y la personalización, que hace referencia al trabajo personal y en equipo.

El Programa de Fisioterapia, en su proceso de seguimiento curricular, realizó una reflexión sobre sus procesos académicos, indagando sobre las prácticas metodológicas y su coherencia con los objetivos de formación previstos en el proyecto educativo. Esto implicó involucrar al estudiante en la comprensión y dinámica de la propuesta curricular que enmarca su proceso de formación (14).

Como estrategia de seguimiento académico, el Programa analizó los resultados del desempeño de los estudiantes en los años 2005 y 2006. Éstos evidenciaron que, aunque existe una disminución en el índice de fracaso, la asignatura Toma de Decisiones IV mantiene un alto porcentaje de reprobación. En el primer semestre de 2005 el 40% de los estudiantes perdió la materia; en el segundo semestre del mismo año, el 46% lo hizo, y en el primer semestre de 2006, el 23%.

Esta asignatura está diseñada para formar al estudiante en el desarrollo de habilidades para el razonamiento clínico en condiciones de deficiencia funcional del movimiento corporal humano, a través del estudio de diferentes técnicas de intervención en fisioterapia. Para cursar esta asignatura, el estudiante debe haber cumplido con el 50% de su proceso de formación y ya debe haber iniciado prácticas clínicas. Los profesores que la orientan son fisioterapeutas, con una experiencia docente de más de 13 años en educación superior. La asignatura tiene una intensidad horaria semanal presencial de 10 horas, que representa el 27% de la carga académica semanal del estudiante.

El programa de la asignatura señala como prácticas pedagógicas la mesa redonda, el club de revista, el taller, las demostraciones prácticas y el análisis de caso. Los materiales de enseñanza utilizados son la guía de estudio y el portafolio, los cuales actúan como mediadores del proceso de enseñanza-aprendizaje. Las estrategias de evaluación incluyen pruebas escritas, orales y sustentación de casos (15).

Metodología

La investigación se realizó desde el programa de tutorías. Su propósito fue indagar sobre los hábitos de estudio y las condiciones que influyen en la forma como los estudiantes de la asignatura Toma de Decisiones IV, del segundo semestre de 2006, asumen su actividad universitaria.

Al comenzar se revisaron en la literatura diferentes instrumentos que evalúan hábitos de estudio. Uno de ellos fue el validado en la Universidad de Chicago, denominado Encuesta de Hábitos de Estudio y Actitudes, cuyo propósito es evaluar a los residentes de cirugía, y cuyos resultados son comparados con el Examen Americano de Entrenamiento Anual en Cirugía. Los temas relacionados con los hábitos de estudio que en ésta se desarrollan se centran en la memorización, las técnicas de lectura, la motivación, el manejo del tiempo, la organización de un horario, la concentración, las relaciones conceptuales, las habilidades escritas, el uso de recursos, la facultad de consultar, la capacidad de cuestionar, la autopercepción de habilidades de estudio, el método centrado en el instructor versus el método centrado en el aprendiz, y la organización y el aprendizaje autónomo versus el aprendizaje grupal (16).

Por su parte, Rodríguez, Zabala y Rocha desarrollaron en un artículo (17) los diferentes hábitos de estudio y profundizan sobre la motivación en la acción tutorial. Para tal fin, los autores utilizan el Cuestionario de Hábitos de Estudio y Motivación para el Aprendizaje (HEMA), el cual contempla cien preguntas, agrupadas en ocho bloques, que evalúan estos dos elementos. En éste se incluye la evaluación de factores ambientales, de salud física y emocional, aspectos sobre el método de estudio, la organización de planes y horarios, la realización de exámenes, la búsqueda de información, la comunicación escrita y oral y la motivación para aprender.

El tercer estudio consultado, desarrollado por De la Fuente y Cardelle (18), plantea un modelo basado en el paradigma presagio-proceso- producto, en el cual se clarifican los efectos potenciales de los hábitos de estudio y el estilo de la relación emoción-acción sobre el desempeño académico de estudiantes de diferentes carreras de pregrado. En dicha investigación los hábitos de estudio fueron establecidos a partir del Inventario de Hábitos de Estudio construido por Pozar.

Por su parte, Martínez-Otero y Torres analizaron los hábitos de estudio en una muestra de estudiantes universitarios, utilizando también el Instrumento diseñado por Pozar. En su estudio los autores compararon los perfiles de desempeño de los estudiantes de diferentes carreras y hallaron gran similitud entre ellos (3).

Luego de revisar diferentes instrumentos para evaluación de hábitos de estudio, se seleccionó por conveniencia el de Pozar, dado que contiene los elementos pedagógicos que se consideran pertinentes en el análisis del desempeño de la población objeto del estudio, además de que permite conocer la manera como el estudiante involucra en su estudio los materiales, el ambiente y la planeación en las actividades que realiza para ejercer su rol escolar o universitario.

En consecuencia, el Inventario de Hábitos de Estudio se aplicó a 46 estudiantes, de los 54 inscritos en la asignatura Toma de Decisiones IV, correspondientes al 85% de la población total. La prueba se administró en un escenario de clase con acompañamiento directo por parte del profesor, quien orientó el proceso a los estudiantes que asistieron a esa sesión, de acuerdo con lo expresado en el manual descriptivo del instrumento.

El Inventario de Hábitos de Estudio incluye instrucciones generales y específicas de aplicación y normas de corrección y puntuación para la implementación de la prueba y el análisis de los resultados. La puntuación máxima para cada escala es: escala I: 33 puntos, escala II: 24 puntos, escala III: 24 puntos y escala IV: 30 puntos. Además de los anteriores, el Inventario incluye un quinto ítem de análisis referente a la sinceridad, el cual tiene una puntuación máxima de 30 puntos (12).

Las preguntas sobre condiciones ambientales (escala I) incluyen los siguentes temas: la dinámica de relación del estudiante con las personas con quien convive y estudia, la disciplina y actitud hacia el estudio, la disposición y lugar en donde éste se ubica para realizar las actividades propias de su rol, el comportamiento en clase y los resultados académicos obtenidos.

La planificación de actividades escolares (escala II) se refiere a la estructura del horario y a la organización de cada una de las tareas relacionadas con sus actividades universitarias, respetando y cumpliendo el horario establecido, hasta convertirse en un hábito que efectivamente se instaura para favorecer el estilo de aprendizaje.

La utilización de materiales (escala III) incluye las técnicas de lectura, el uso de la bibliografía, la manera como el estudiante apropia los temas estudiados (como por ejemplo la elaboración de mapas conceptuales y resúmenes), entre otros.

En la asimilación de contenidos (escala IV) el instrumento indaga el trabajo individual y colectivo del estudiante, así como el método de memorización empleado. Finalmente, la escala de sinceridad (escala V) mide la honestidad de las respuestas de los estudiantes en las preguntas formuladas a través del inventario (12).

Para el análisis e interpretación de los resultados se recogió la información proporcionada por el total de estudiantes participantes y se transcribió a una base de datos simple que permitiera identificar el valor porcentual obtenido en cada parámetro evaluado, de acuerdo con la escala de calificación del instrumento. En atención al manual, los resultados de la prueba se analizaron de forma separada, lo que permitió conocer la tendencia del comportamiento de los estudiantes en cada una de las escalas del IHE.

Resultados

A continuación, en la figura 1, se presenta el perfil general del grupo de estudiantes (46) en relación con las escalas del Inventario de Hábitos de Estudio:

Figura 1. Perfil de los estudiantes (grupo objetivo) según las escalas del IHE

El perfil muestra que el grupo en general se encuentra en una categoría normal en la escala de condiciones ambientales de estudio y en la de asimilación de contenidos, por el contrario, obtienen una puntuación categorizada en bien en la escala referente a utilización de materiales. Es de especial atención el puntaje obtenido en la escala de planificación del estudio, pues obtuvo el más bajo, junto con la escala de sinceridad. Esta planificación está íntimamente relacionada con la capacidad de organizar las actividades académicas y las no académicas en una rutina determinada y bien distribuida, que permita desarrollar con eficiencia y éxito los derroteros cotidianos de la vida universitaria.

Los resultados se expresan siguiendo las instrucciones metodológicas del instrumento y se reportan en la tabla 1:

Tabla 1. Resultados obtenidos por área según el Inventario de Hábitos de Estudio

Al revisar de manera detallada las áreas evaluadas, se encuentra que en condiciones ambientales de estudio el 67% de la población se ubica en las categorías normal, bien y excelente; mientras el 33% está en las categorías mal y no satisfactorio.

Una segunda área que se pudo visualizar a través de la aplicación de la prueba es la de planificación del estudio, en cuanto a la organización y el establecimiento de horarios. Se evidencia que un porcentaje significativo de estudiantes (59%) se encuentra en las categorías normal, bien y excelente, y que el 41% restante se ubica entre los rangos mal y no satisfactorio, lo que implica revisar las estrategias utilizadas por los estudiantes para planear y organizar adecuadamente sus actividades relacionadas con el rol universitario y, en general, con sus hábitos de vida cotidiana.

En cuanto a la utilización de materiales, tercera área evaluada, el 61% de los estudiantes se encuentra en las categorías normal, bien y excelente, y el 39% restante en no satisfactorio y mal.

La cuarta área evaluada corresponde a la asimilación de contenidos, en la cual se observa un porcentaje significativo de estudiantes, 93%, ubicado en las categorías normal, bien y excelente, y un bajo porcentaje de estudiantes, 7%, ubicado en las categorías mal y no satisfactorio.

Finalmente, se evaluó la sinceridad de los estudiantes al responder las preguntas, la cual nos indica que el 30% se encuentra en la categoría mal y no satisfactoria, mientras que el 70% restante se distribuye en las categorías normal, bien y excelente.

Conclusión y discusión

Existen investigaciones que documentan el impacto de los hábitos de estudio en el rendimiento intelectual y académico de los estudiantes (3-5, 17). Algunas de éstas evidencian diferencias entre la rutina académica y el semestre en el que se encuentran los estudiantes (6), además de reconocer la relación de las estrategias de estudio y los hábitos con el futuro perfil profesional del alumno universitario (3, 7).

La literatura valida la manera como el profesor puede apoyar el aprendizaje mediante orientaciones a su rutina académica, como estrategia de docencia basada en la evidencia (8). También plantea el abordaje del tema en los programas de tutorías, encaminados a detectar las deficiencias en la organización de las actividades y recursos, así como el manejo de actitudes y comportamientos del estudiante para favorecer el aprendizaje y el rendimiento académico (5, 7, 9).

Aschby, Anders, Len y Kia (19) –en un estudio realizado en la Universidad del Estado de Florida sobre por qué el tiempo dedicado al estudio no predice el grado de puntación media que los estudiantes alcanzan durante sus últimos años de colegio y las implicaciones que esto tiene para el posterior desempeño académico en la universidad– afirmaron que conocer las características de estudio y los factores que regulan el tiempo dedicado al mismo ayuda a determinar el compromiso del estudiante para alcanzar logros académicos.

Adicionalmente, Schmitz y Wiese realizaron un estudio (20) en el Instituto de Psicología de la Universidad de Darmstadt, en Alemania, y en la Universidad de Zurich, en Suiza, sobre las nuevas perspectivas para la evaluación de sesiones de entrenamiento en aprendizaje autorregulado, utilizando análisis de series de tiempo y diario de datos. Para ello, los investigadores usaron el modelo propuesto por Zimmerman (2000), donde se define el concepto de autorregulación como los "pensamientos autogenerados, los sentimientos y las acciones que son planeadas y cíclicamente adaptadas para el alcance de metas personales", y el cual está basado en la perspectiva social-cognitiva de Bandura (21). El estudio de Schmitz y Wiese concluye demostrando las ventajas del uso de diarios estandarizados para obtener datos válidos del aprendizaje cotidiano obtenido en las clases.

Por otra parte, las experiencias que se han generado en la Universidad del Rosario, como la del Programa de Terapia Ocupacional en el primer período académico de 2005, describen la puesta en marcha de un programa de hábitos de estudio con base en el modelo canadiense de desempeño ocupacional. Este programa constituyó una estrategia de acompañamiento a los estudiantes para su proceso de transición educativa a la universidad (11).

Con lo anteriormente descrito se puede observar la importancia de caracterizar los hábitos de estudio, teniendo en cuenta la edad, el nivel académico, el ambiente de trabajo, el uso de recursos, la organización de actividades, las relaciones interpersonales y los métodos de estudio, entre otros, para conocer la dinámica de aprendizaje y su relación con la deserción académica, en la perspectiva del aprendizaje significativo.

El estudio realizado con los estudiantes inscritos en la asignatura Toma de Decisiones IV, descrito en este artículo, resalta el alto porcentaje obtenido en la escala de asimilación de contenidos reportada en la aplicación del Inventario de Hábitos de Estudio de Pozar. Lo anterior valida la necesidad de confrontar el sentido y significado que tiene para estudiantes y profesores la asimilación de contenidos en una asignatura teórico-practica, que demanda la argumentación y toma de decisiones de propuestas terapéuticas en el ámbito de las deficiencias del movimiento corporal humano.

El estudio muestra una relación inversa entre la percepción que tienen los estudiantes con respecto al grado en que asimilan contenidos y su rendimiento académico. Esta observación posibilita nuevas indagaciones, ya que para un aprendizaje efectivo es importante que estudiantes y profesores converjan en las finalidades del proceso y en los métodos eficaces que demanda la formación profesional en el área de la salud.

Asimismo, se destaca que la utilización de materiales y la planificación del estudio muestran tendencias similares. En estas escalas, los resultados fueron más bajos respecto al porcentaje de estudiantes ubicados en las categorías normal, bien y excelente contemplados en las escalas de asimilación de contenidos y condiciones ambientales.

De los resultados anteriores se puede concluir la relevancia de generar estrategias que permitan determinar tempranamente los hábitos de estudio y sus implicaciones en el desempeño académico de los estudiantes. Lo anterior amerita que éstos asuman, desde los primeros niveles de formación, una actitud reflexiva y conciente del proceso de aprendizaje y de adherencia a las estrategias y programas que se implementen.

Adicionalmente, se debe contar con el acompañamiento de los profesores, especialmente en lo referente a la manera como cada individuo estructura sus procesos metacognitivos, es decir, en su capacidad para conocer y trasforma las actividades cognitivas que involucra en el aprendizaje, de acuerdo con el proyecto educativo del programa en el cual realiza su formación profesional. En este sentido, la implementación de estrategias para fortalecer los hábitos en los estudiantes, a fin de conseguir el éxito académico y de formación personal, debe considerar las condiciones particulares de cada grupo de estudiantes.

Se sugiere, además, desarrollar investigaciones que fortalezcan la detección temprana de hábitos viciosos y el reforzamiento de rutinas de estudio que garanticen la optimización de cualidades y consideren los factores del contexto socio-cultural, las habilidades presentes, las demandas de la actividad universitaria y la actitud asumida por los estudiantes y profesores en el proceso de formación integral.

Los resultados de éste estudio muestran, a corto plazo, la importancia de articular en el Programa de Fisioterapia las asesorías, monitorias académicas y tutorías con el desarrollo de habilidades cognitivas y funciones ejecutivas, como estrategias novedosas que inciden positivamente en el proceso de aprendizaje y en la disminución del fracaso académico. Los autores, interesados en integrar las estrategias de control del fracaso académico con las habilidades que favorecen hábitos de estudio exitosos, sugieren incluir en la estructura académica los dominios cognitivos. Estos implican procesos ligados a la adquisición, organización, retención y uso del conocimiento; incluyen tanto las competencias más básicas, relativas a la atención, la percepción o la memoria, como las capacidades intelectuales complejas que subyacen, por ejemplo, al razonamiento y a la producción y compresión del lenguaje. Por su parte, las funciones ejecutivas se refieren a aquellos procesos mediante los cuales los individuos resuelven deliberadamente problemas internos y externos (24), aspecto que debe ser entrenado en la formación profesional.

Finalmente, al considerar la correlación que la literatura y los resultados de este estudio muestran entre los hábitos de estudio y el rendimiento académico, se sugiere involucrar explícitamente los elementos señalados por Pozar en el IHE en las prácticas pedagógicas del Programa de Fisioterapia. Esta inclusión implica capacitar a estudiantes y profesores sobre las condiciones y el ambiente que favorecen el aprendizaje significativo, de tal manera que el excelente razonamiento clínico para la resolución de problemas de salud desde el movimiento humano se articule con el desarrollo de pensamiento formal, que agudice y haga efectiva la toma de decisiones y, por ende, el rendimiento académico. Esta apropiación de condiciones de estudio en el currículo, por su especificidad, demanda el acompañamiento de expertos en el tema y abre oportunidades para nuevas investigaciones en el área.


Referencias

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