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Revista Ciencias de la Salud

Print version ISSN 1692-7273On-line version ISSN 2145-4507

Rev. Cienc. Salud vol.8 no.1 Bogotá Jan./Apr. 2010

 

Editorial

Para mí es un placer y un honor escribir el editorial de una revista tan interesante como Ciencias de la Salud, a la que me unen lazos fraternos. Más aún, creo que debe resaltarse la calidad científica de los trabajos de investigación que en ella se presentan, y los interesantes reportes, como el estudio titulado "Determinación del polimorfismo C677T de metilentetrahidrofolato reductasa (MTHFR), en una población piloto de estudiantes de la Universidad del Rosario".

Tema interesante e importante: el manejo con suplemento de acido fólico siempre será de actualidad por el hecho de que produce un cambio sustancial en el pronóstico y en el resultado final del ejercicio médico. No podemos desconocer la diferencia que se observa en la frecuencia de defectos del tubo neural en los casos que reciben este suplemento frente a los que no lo reciben. Este hecho nos devuelve a lo básico en investigación científica, al interés primordial de toda investigación médica: el ser humano. Trabajamos por el hombre y para el hombre, y muchas veces buscamos sentir lo que sienten y vivir lo que viven nuestros pacientes objeto de estudio.

Pienso que uno se hace investigador simplemente por gusto. No es para ganarse el Premio Nobel ni para descubrir avances fantásticos de la ciencia-ficción que solucionen todos los problemas de la humanidad. Me parece más útil trabajar por las verdaderas necesidades diarias, por los problemas cotidianos, y luchar por encontrar una pronta solución a ellos. Considero que esas pequeñas cosas de la vida que nos molestan son "los grandes problemas" de un país. Por eso creo que en esos aparentes pequeños problemas debemos invertir la mayor parte de nuestro tiempo, centrar nuestros esfuerzos como médicos, como genetistas y como investigadores. Buscar una mejor calidad de vida para nuestros pacientes, es parte fundamental de nuestra tarea. Vivo con la esperanza de crear una conciencia colectiva sobre lo que es y lo que realmente significa ser un investigador en Colombia. Puede que todavía no lleguemos a descubrir curas fantásticas para enfermedades de origen genético hasta ahora incurables, pero no por eso dejaríamos de hacer lo que estamos haciendo: investigar.

Con frecuencia encuentro estudiantes que me dicen que es imposible investigar en Colombia, que aquí no hay recursos y que no tenemos la capacidad de hacer grandes cosas. A ellos siempre les respondo que hace mucho tiempo aprendí el valor de lo simple, de lo aparentemente no importante. Considero que el hecho de que un trabajo de investigación sea modesto en sus aportes iniciales, no por ello es menos valioso que otros. Eso lo he aprendido con el paso de los años y he visto cómo la sumatoria de una serie de trabajos pequeños bien ordenados en una misma línea de investigación, llega a dar una enorme información y contribuye de una manera insospechada al conocimiento de una enfermedad.

Desde hace algún tiempo estamos en capacidad de descubrir genes, identificar la mutación causal de una patología especifica, inferir qué cambió la secuencia del gen, encontrar qué tipo de proteína producía y definir su función, para continuar con genómica, proteómica y demás posibles avances que ciertamente son prometedores. No olvidemos que muchas veces nuestra investigación científica comenzó con "observar" para "descubrir". Pudiera decirse que la observación es lo que nos permite el primer análisis de un problema. Así suene filosófico, bastante lento o incluso inerte, creo que la observación analítica es el primer paso del trabajo científico.

Muchos de nuestros más importantes trabajos médicos comenzaron con sólo observar, describir y analizar; de ahí, no fue tan difícil dar el salto a estudios más complejos. De modo que un profesor que empieza a incursionar en el campo de la investigación, un estudiante que sueña con ser un gran científico, un inquieto y estudioso "ratón" de laboratorio, debe saber que en medio de nuestras limitantes económicas, de disminuidos recursos o de dificultades para capacitación, siempre es posible lograr al menos parte de lo que se sueña. No ha sido fácil, no es fácil y no lo será en el futuro, pero ¿quién dijo que algo es fácil en un país como el nuestro? Desde hace muchos años aprendí que Sigmund Freud tenía razón cuando dijo: "He sido afortunado, nada me ha sido fácil"; cuando logré introyectar el significado de esa frase, comprendí que la adversidad no sería el factor que me detendría en mi carrera científica. Ojalá nuestras universidades estén llenas de jóvenes estudiantes soñadores, tenaces e incansables, dispuestos a seguir y a disfrutar esta labor de la investigación científica en Colombia.

Marta Lucía Tamayo F., MD, MSc
Médica Genetista
Profesora titular e investigadora, Instituto de Genética Humana
Facultad de Medicina
Pontificia Universidad Javeriana

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