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Dimensión Empresarial

Print version ISSN 1692-8563

Dimens.empres. vol.11 no.2 Barranquilla July/Dec. 2013

 

EDITORIAL

Reflexiones en torno a la competitividad

Uno de los temas que se ha analizado bastante en la última década, desde el ámbito empresarial y territorial, es la competitividad. A pesar que es un concepto que ha causado controversia en diferentes ámbitos este ha adquirido cada vez mayor importancia, razón por la cual muchos territorios han empezado a implementar importantes estrategias para su mejoramiento.

Aunque no existe hasta ahora un consenso general sobre el significado de la competitividad, se destacan dos grandes enfoques para abordarla. La presentada por el WCC (World Competitiveness Center) del Institute for Management and Development y el Institute for Strategy and Competitiveness (ISC) de la Universidad de Harvard. Mientras que para el enfoque WCC, es el ambiente competitivo de las naciones el que crea y mantiene la competitividad de las empresas, para el enfoque de ISC las condiciones macroeconómicas dan las oportunidades pero son las empresas las que crean bienes y servicios con valor agregado usando métodos eficientes.

En su enfoque, el ISC presenta el problema diferenciando empresas y entorno, dejando a este último las políticas gubernamentales como un factor de capital importancia. El problema se puede reducir a la capacidad de endogenizar la información existente en el mundo económico dentro de la empresa, para con ello tomar decisiones más acertadas por parte de las gerencias o direcciones. Dos elementos se pueden controvertir a su propuesta: uno, se requeriría un aparato de inteligencia estratégica de tal tamaño dentro de las empresas que hacen inviable la posibilidad de la competitividad para la mayoría de ellas; y, dos, la diferenciación entre empresa y entorno cuando se trata de grandes empresas, es decir con capacidad competitiva, es claramente difusa si se consideran aspectos políticos y sociales en los cuales conviven.

Desde otra esquina teórica, la correspondiente a las capacidades dinámicas enunciadas por David Teece se asume que el problema se resuelve en la medida en que a partir de lo existente se construyan nuevas capacidades en función de la participación competitiva en los escenarios económicos. Su base es claramente la economía evolutiva. En su interior se pueden destacar dos elementos sin resolver claramente:

  • la existencia de los capitales de riesgo asociados con ideas novedosas que no requieren de empresas preexistentes. Esto último implicaría la creación de nuevas propuestas evolutivas a partir del encuentro entre conocimiento y creatividad sin una estructura empresarial previa de soporte a la usanza tradicional en la cual la innovación es prohijada en función de ampliar las capacidades existentes en una empresa. Se pueden registrar otros esquemas de pensamiento alrededor del tema, haciendo sinónimo innovación y competitividad. Uno de ellos innovación abierta que también supone la preexistencia de las empresas y su cotidiana competencia en busca de generar soluciones más allá de las propias capacidades.
  • ante la ampliación de la complejidad, basada fundamentalmente en las nuevas tecnologías de información y comunicaciones y, con ello, la dominancia del sector servicios en la economía mundial, puede ser claro que las capacidades estructurales de la oferta son determinadas desde las necesidades funcionales de la demanda.

En estas perspectivas y ante el tamaño del mercado en la región Caribe, el problema a resolver toca con todas estas corrientes teóricas. Por un lado se requiere determinar en una clara orientación estratégica cuáles son los productos con los cuales se tiene opción cierta de competir. Es decir, qué y cuál necesidad funcional de la demanda se va a satisfacer para adecuar la oferta a esos estándares.

Dentro de esta estrategia es necesario desarrollar los mercados locales para garantizar piso social a las empresas. Es entonces un ordenamiento que toca con lo propuesto por la competitividad sistémica, pero pensado en términos de la participación en los mercados internacionales. De aquí también es importante considerar la generación de capacidades dinámicas a fin de potenciar lo existente en la base productiva de la región. Este es el terreno de las políticas de nueva generación que incluyen, más allá de los iniciales planteamientos de la competitividad en relación con empresa y entorno, a la construcción e implementación de estrategias de adaptación y consolidación en la cual, el conjunto Universidad Empresa Estado efectúe sinergias de mucha calidad que permitan la construcción del desarrollo.

Lo anterior implica plantear el debate sobre qué tipo de política es más conveniente para la región Caribe. Uno de los aspectos fundamentales para que una región o departamento logre desarrollar sus estrategias, es la alineación que éstas tengan con las políticas públicas. De esta forma, aunque varias regiones presenten características económicas e institucionales similares, sus políticas variarán de acuerdo con sus alternativas estratégicas (OCDE, 2011). En este sentido, las políticas regionales deberán adaptarse a la estrategia de cada región y no lo contrario.

La complejidad de la definición e implantación de políticas regionales dentro de un marco estratégico reside en la consecución de un mix o combinación de políticas que tengan en cuenta las diferentes partes del sistema y los diferentes ámbitos de políticas que pueden estar interactuando para la consecución de un determinado fin (OCDE, 2011). Ahora bien, se puede observar una evolución desde políticas más hard, basadas en los recursos y en las infraestructuras científicas, hacia políticas más sistémicas e integrales, en las que la innovación y el aprendizaje son ejes fundamentales de la competitividad (Navarro et al, 2010).

Las políticas contextuales (policy place-based) han tenido mayor acogida puesto que consideran el contexto territorial en el que se desarrollan las políticas, facilitando de esta forma la generación de estrategias regionales de especialización inteligentes, o también conocidas como smart specialization strategies, basadas en la consideración de los activos regionales distintivos de cada territorio.

De otra parte, las políticas sistémicas inciden sobre los diferentes elementos del sistema de innovación y sus interacciones con el objetivo de provocar un cambio de comportamiento de los actores del sistema. Lo que refleja una concepción sistémica de la política es la inclusión de actividades desde el lado de la demanda, ya que ésta y los usuarios del sistema influyen en el proceso de innovación, además de los instrumentos tradicionales desde el lado de la oferta.

De acuerdo con sus realidades, cada departamento de la región Caribe, podrá formular estrategias de especialización inteligentes a partir de un entendimiento de los requerimientos funcionales de la demanda y de las fortalezas o vocacionamientos territoriales. Son todas las perspectivas teóricas descritas anteriormente las que sientan las bases para entender la formulación de políticas públicas de competitividad en el marco de una adecuada alineación con las estrategias.

María Cecilia Tilano
Candidata a doctora en Competitividad Empresarial y Desarrollo Económico
Universidad de Deusto Directora del Centro de Competitividad Caribe (CCC)
Docente investigadora de la Facultad de Ciencias Administrativas, Económicas y Contables.
Universidad Autónoma del Caribe