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Dimensión Empresarial

Print version ISSN 1692-8563

Dimens.empres. vol.13 no.2 Barranquilla July/Dec. 2015

 

Editorial

Negociaciones, Paz y Guerra.

Las guerras o los conflictos pueden terminar por la derrota de uno de los adversarios o mediante negociación. El prolongado conflicto colombiano en el cual los adversarios se han obstinado en tratar de derrotarse sin visible solución militar parece ahora orientar su camino hacia la salida negociada.

En este sentido es muy difícil no estar de acuerdo con la paz. Solo aquellos que se lucran del negocio de la guerra pueden ver la paz como una negación de su propia razón de ser. Sin embargo, el problema no es solo filosófico. En buena parte es un ejercicio de realidades que, como lo describe el Nóbel Aumann1 (2006)

deberíamos desplazar el énfasis y estudiar la guerra en general, definiendo sus características, señalando sus denominadores comunes, sus diferencias. Históricamente, sociológicamente y sí, racionalmente, ¿por qué va a la guerra el homo economicus -ese hombre racional? Lo esencial es, de nuevo, que deberíamos comenzar a estudiar la guerra, desde todas las perspectivas, por su propio interés. Deberíamos tratar de entender lo que la causa. Ciencia básica, pura. Que puede llevar, finalmente, a la paz.

En el mundo es más constante la guerra que la paz, se batalla en uno y otro lado. Peleó la patria de Hegel y de muchos de los grandes de la filosofía, también en los Balcanes, en Afganistán, Rusia contra chechenos y otras nacionalidades, Siria, Irak, Irán. Israel, Palestina. ¿Cuáles han sido los intereses de todas esas guerras? Algunos los ubican como políticos, otros como económicos, otros de muchas otras maneras o de una mezcla de todas las anteriores. La nota discordante la presenta Huntington (1997) para quien el problema más que ubicarse en la esfera de las contradicciones económicas el eje del conflicto se ubica en las relaciones globales y los intereses nacionales o territoriales.

En esa perspectiva vale la pena preguntarse, si el conflicto en Colombia, que parece eterno desde las guerras de independencia, 1. ¿Se vive una condición de guerra continua, con recambio de actores, pero sin resolver el problema? 2. Si se revisan los presupuestos de todas "estas guerras" tienen su origen discursivo en la misma lógica de la pobreza, la desigualdad, la injusticia y otros argumentos muy importantes, pero a fuerza de repetitivos, pareciera ser anacrónicos o por lo menos deslegitimados2.

Pero un punto también hace que todo el andamiaje comunicativo se estremezca: documentado por Jane Goodall, pareciera que los chimpancés también desatan feroces cacerías de grupos vecinos más parecidos a las guerras de los humanos que a la supervivencia de especies no dotadas de racionalidad ni de alma. Igual se encuentran hechos similares documentados por la National Geographics.

Así el problema no es de una variable, sino del terreno de lo complejo, como lo plantea Aumann (2006), y cuyo punto de partida es descifrar los intereses, los equilibrios estratégicos de los contendientes y mirar el problema cultural civilizatorio de largo plazo como lo plantea Huntington.

Desde el terreno de los complejo que se pueden precisar algunos fenómenos de la paz. En un trabajo aún sin publicar Sanabria, Cárdenas y Contreras (2015), con datos para Bogotá, 2011-2012, muestran como la participación de armas ilegales es de 90 y 93% respectivamente y, en el mismo período el delito disminuyó en 10.5%. Por otra parte, el 54.5% de los delitos fueron motivados por venganza, 15% por riña o discusión, conformando así cerca del 70% de los crímenes por motivos asociables a comportamiento social. De estos casi el 53% de los delitos se comenten entre habitantes del mismo sector, 15% entre conocidos y 18% entre delincuentes.

Otro resultado destacable de este estudio es que en promedio el 24% de los delitos son cometidos en el estrato 1, el 54% en el estrato 2, el 17% en el 3 y cerca del 5% en los estratos 4, 5 y 6. También que los problemas personales se presentan entre los 31 a 45 años de edad y los enfrentamientos con arma entre las edades de 18 a 30 años. Otro resultado también contradictorio es la no existencia de una relación entre desempleo y la pobreza asociado con la violencia y, más inesperado aún que el porcentaje de delitos cometidos por las organizaciones armadas no supera el 5% en el impacto cuantitativo sobre la inseguridad nacional interna.

Lo anterior muestra que las variables económicas, políticas y sociales por si solas explican el fenómeno de la guerra, la violencia y la inseguridad insuficientemente. Entonces la teoría de la complejidad sirve como fundamento explicativa para la comprensión de estos fenómenos afectados por multiplicidad de variables.

Retomando lo planteado por Huntington, se puede pensar más en quiebres culturales de la sociedad. Así, las negociaciones en curso en la Habana, o cualquier negociación, serán una buena alternativa si logra descifrarse el núcleo de los intereses que permitan un óptimo estratégico y, este tenga capacidad de reproducirse iterando a lo largo de la geografía social.

Si la solución óptima no es conseguida se puede repetir los indeseados resultados de los anteriores procesos de negociación en Colombia: el proceso de 1957 (Guerra entre liberales y Conservadores), las negociaciones de 1990 (Desmovilización de guerrillas de corte izquierdista), y el proceso de 2005 (Desmovilización de paramilitares de corte derechista). Poco tiempo después de finalizados estos procesos de paz se presentaron nuevos cuerpos de guerrilla ocupando las zonas dejadas por los desmovilizados. Desde el conflicto pactado en 1957, se han fortalecido bandas criminales, conocidos como Bacrim, conformadas por los reductos de los paramilitares el cual ha sido un resultado no previsto de las negociaciones de Ralito. Pareciera entonces que se tienen más contendientes y no se ha resuelto ninguna de las causas aparentes o reales que han originado la insurgencia, la guerrilla y el paramilitarismo.

Se requiere entonces que los diálogos más que intentar resolver el problema de la confrontación entre guerrillas y Estado sean capaces de implementar ese núcleo que, como lo presentó Nash (1950), represente un punto óptimo, fundado sobre la base de la cooperación con presencia de desequilibrios, y que implicaría, al iterar, un cambio cultural a fin de aprender a resolver los conflictos por la vía de las razones como lo define Auman. Para ello son fundamentales no sólo las personas naturales en su papel de constructores de reglas sociales a partir de hábitos y rutinas (Hogdson, 2004, p. 290 y 2006, p. 5), sino también las empresas y su función principal de desarrollo de los mercados, hoy definidos principalmente como un problema de emprendimiento e innovación.

Es en esta perspectiva que los diálogos pueden tener un impacto relevante sobre la competitividad y el desarrollo social, al generar unas nuevas reglas sociales en las cuales los conflictos se resuelvan de manera positiva para el crecimiento del país.


Notas

1 Para Aumann la racionalidad es la conducta de una persona que es racional si actúa en función de lo mejor para sus intereses, dada su información.
2 Si se revisan los argumentos justificatorios de la guerra de unos y otros se puede encontrar que no existe una diferencia de tal magnitud que se justifique el ejercicio armado.


Referencias

Aumann, R. J. (2006). Guerra y Paz. Revista Asturiana de Economía, No. 36, p. 193-204.         [ Links ]

Hogdson, G. (2004). The evolution of Institutional Economics: Agency, Structure and Darwinism in American Institutionalism. Londres: Routledge.         [ Links ]

Hogdson G. (2006). "what are Institutions". Journal of Economics Issues, vol. 40, núm 1, Marzo. En: http://www.geoffrey-hodgson.info/user/bin/whatareinstitutions.pdf. Consultado en marzo de 2015.         [ Links ]

Huntington, Samuel P. (1997). El choque de las civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, Barcelona: Paidós.         [ Links ]

Nash, J. F. (1950) Equilibrium Points in n-Person Games. National Academy of Sciences vol. 36, p. 48-49. DOI: 10.1073/pnas.36.1.48        [ Links ]

Sanabria, N.J., Cárdenas, J.M. & Contreras, J.A. (2015). El delito y la fundamentación de la política criminal. Revista de Paz y Conflictos. Aprobado para publicación, en proceso de publicación en la Revista Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España.         [ Links ]


Néstor Juan Sanabria Landazábal
Docente investigador Universidad
Autónoma del Caribe
Editor
Barranquilla, Colombia.

Jorge Mario Ortega de la Rosa
Docente Facultad de Ciencias Administrativas,
Económicas y Contables
Universidad Autónoma del Caribe
Barranquilla, Colombia.

NOTA DEL EDITOR

A partir de este número la Revista Dimensión Empresarial, en procura de garantizar calidad para sus lectores, amplía su temática con temas de políticas en una perspectiva empresarial, en el convencimiento que este es un tema fundamental para la comprensión del entorno social y la gobernabilidad. Sin este importantísimo conocimiento, los diseños de las empresas pueden verse truncos al no introducir el tema de las políticas dentro de sus procesos de endogenización de la información necesaria para una toma de decisiones, con mejor posibilidad de acierto.

En esta perspectiva la Revista Dimensión Empresarial, de la Facultad de Ciencias Administrativas, Económicas y Contables, aúna esfuerzos con la revista Gobal Tribune de la carrera carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma del Caribe, ampliando el Comité Editor compuesto por un editor general y tres editores correspondientes a las áreas temáticas: de mayor amplitud y amplía sus Consejos Editorial y Científico en procura de dar mayor alcance a sus contenidos.