SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 issue36SU RITMO PAUSADO RESULTABA HIPNÓTICO author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Eidos

Print version ISSN 1692-8857On-line version ISSN 2011-7477

Eidos  no.36 Barranquilla July/Dec. 2021  Epub May 14, 2022

https://doi.org/10.14482/eidos.36.142.7 

Reseña bibliográfica

FENOMENOLOGÍA Y PERFORMANCE

Rubén Sánchez Muñoz1 
http://orcid.org/0000-0002-3010-5810

1ORCID ID: orcid.org/0000-0002-3010-5810 Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) (Puebla de Zaragoza, México), ruben.sanchez.munoz@upaep.mx

Reseña del libro Fenomenología y performance. Vargas Guillén, Germán. Bogotá: Aula de Humanidades, 2019.


El libro consta de ocho estudios y un anexo. En ellos, el autor centra su atención en una serie de tópicos de sumo interés para la discusión filosófica y para el análisis y la descripción fenomenológica. Presentaremos, en unas breves líneas, algunos de estos temas dada su relevancia y actualidad.

En primer lugar, me quiero detener en el concepto de performance. La performance ocupa un lugar central en la obra y el autor se detiene en cuidadosas descripciones que intentan mostrar el vínculo de la performance con la pasividad. El tema de la pasividad aparece en cuanto tal en los estudios I, II, IV y V. El autor vincula desde la primera página del prólogo la experiencia "de o con la performance -en lo fundamental- a los estratos de la pasividad" (p. 9). Más aún: "como si se abriera, una y otra vez, la perspectiva del cuerpo, del cuerpo vivo y viviente, que se entrelaza en relaciones anónimas con los otros -cuerpos; en fin, con alter y ego (alter ego)" (p. 9). Ya en estas breves indicaciones vemos, por ejemplo, la relevancia del cuerpo vivo o propio (Zez'b) en su relación con estos dos conceptos de performance y pasividad, como puede apreciarse en el estudio VI.

La performance es particularmente relevante por la relación que mantiene con el tema del cuerpo. Este es, en efecto, uno de los temas centrales sobre los cuales se está discutiendo al interior de la fenomenología desde distintoa autores, desde Husserl y Merleau-Ponty hasta Henry, Waldenfels y Richir (véase Sánchez, Medina y Casales, 2020). En términos de fenomenogía husserliana se ha discutido recientemente si la subjetividad trascendental es una subjetividad encarnada o corporal o no lo es. Y cualquier tesis que se asuma es problemática. Lo cierto es que el cuerpo ha aparecido en el interior de la fenomenología de Husserl como un problema sobre el cual hay que volver una y otra vez (véase el capítulo IV en Walton, 2015). Ni qué decir del cuerpo en su relación con los fenómenos de lo familiar y lo extraño, la xenopolítica, los deseos y la forma como Bernhard Waldenfels (2015) describe nuestra forma de "habitar corporalmente en el espacio".

Ahora bien, en distintos lugares el autor de Fenomenología y performance ha publicado interesantes descripciones sobre la performatividad, en especial de lo importante del cuerpo para las artes escénicas, para el teatro y en la recuperación de leyendas nacionales (véase Vargas Guillén, 2015). Se trata, por consiguiente, de un tema sobre el cual el autor ha trabajado arduamente, y por ello este libro arroja resultados de mucho valor e interés. En este libro la performatividad atraviesa todos los estudios, si bien el autor dedica especial atención en los estudios V y VI de manera especial. Pero ¿cómo se entiende la performance en esta obra?

De la performance dice el autor que "es la ex-posición, el poner-fuera lo que nadie sabe siquiera que estuviera, que pudiera estar. Es, en un sentido, el acontecimiento" (p. 112). Si en términos comunes la performance se refiere a la actuación, al hecho de actuar, la fenomenología de la performance ex -pone, exhibe el sentido de lo que de algún modo se mantiene oculto, oculto, claro, hasta el momento en que se ex -pone o pone fuera.

Si por algo se caracteriza la performance -sostiene el autor- es porque pone al descubierto o hace aparecer. Es una pura fenomenidad. Es, se puede decir, lafenomenidad delfenómeno. Es una suerte de puesta en escena: se trata de hacer visible lo invisible. (p. 111)

De este modo, lo que encontramos en este pasaje esclarecedor es la relación de la fenomenología con la performance. La performance hace aparecer (ex -pone y exhibe) y a la fenomenología le importa la descripción de lo que aparece. La relación no puede estar anunciada de un modo más claro y preciso. Debido a ello, el autor identifica tres momentos en los cuales la performance deviene como fenomenología: primero porque el movimiento de la performance "prepara o presentifica la acción"; lo segundo es que en este movimiento "cada quien, cada yo o sujeto, se funde en la acción", y el tercero se sitúa en "las márgenes del yo fenomenologizanté", porque en el movimiento se pone "ante la situación de emergencia del sentido" (p. 113). El mismo autor nos dice que la performance "es una vuelta a lo pasivo, a lo que estaba ahí, a lo que se ha ido encubriendo en su sentido o en su potencial de sentido para verlo como un origen, como un renacer, como un despertar, como un volver a empezar; es lo originario, de ahí algo brota: un sentido -¿nuevo, el mismo, antiguo?, poco importa; no se sabe, no interesa"- (p. 115).

Pues bien, en relación con la performance tenemos el lugar importante que ocupa el cuerpo vivido, nuestra corporalidad. En efecto, el sujeto de habitualidades que tiene como trasfondo la pasividad que lo sustenta es "sustrato de propiedades o cuerpo..." (p. 34). Es el cuerpo el que está presente en todo momento sin que nos demos cuenta de su presencia; se da pasivamente, está ahí de modo permanente, de manera ininterrumpida. El cuerpo constituye, junto al yo y el cogito, uno de los tres elementos sobre los cuales "bascula la individuación" (p. 77). Estos tres ejes son el núcleo de ella. El cuerpo que actúa constituye sentido al ser, "el que percibe y actúa con base en la percepción" (p. 81) y el que "estructura el sistema de los lugares" (p. 81). El mundo se abre al sujeto desde la posición que este ocupa en el espacio y, al mismo tiempo, las coordenadas espaciales remiten su sentido último a la corporalidad vivida. ¿De qué modo se puede decir que el cuerpo propio constituye sentido? Debido a que

se llega al mundo, se nace cuerpo, se entra al juego que está puesto en marcha en la herencia, en el lenguaje, en los símbolos, en los valores, y, desde allí, acontece el mundo para cada quien. Pero es mediante el juego, como puede verse en el estudio IV, que el sujeto constituye sucesivamente el sentido. (p. 103)

Por esta razón, "lo vivido hace cuerpo, el cuerpo vivido hace sentido" (p. 103). Además, "... cada cual actúa su propio cuerpo" (p. 95) y lo actúa en relación con los otros, de acuerdo con la cultura, los valores, el tiempo vivido en primera persona, pero sobre todo, lo actúa pasivamente, es decir, que cae en la cuenta de cómo actúa y vive corporalmente en el mundo cuando ya está actuando, cuando ha venido actuando de un modo o de otro pasivamente.

Cabe decir que en el desarrollo de esta descripción fenomenológica sobre la performatividad, sobre la constitución del cuerpo vivido, es de sumo interés la recepción que hace Vargas Guillén de Judith Butler (2018), porque el autor reconoce la importancia de la filósofa feminista al mostrar que el cuerpo vivido se constituye a través de la actuación, y que el género puede comprenderse desde el actuar de un modo u otro a partir del cuerpo. Pero ello mismo conecta con la idea de juego, en el sentido de que el género se actúa, pero a su vez también se juega. Se juega a ser hombre actuando como hombre y se juega a ser mujer actuando como mujer, etc. El estudio IV es fundamental para comprender el fenómeno de la generización, porque se sostiene que cada quien actúa su cuerpo y, al ser así, se acepta que el género, a diferencia del sexo, que tiene un sentido biológico, tiene una interpretación cultural (p. 92).

Entonces, el género aparece como «un estilo corporal». Este es a la vez un «acto», que como tal es «intencional y performativo»; por su performatividad, al mismo tiempo, el acto es «dramático» y «no-referencial», esto es, se trata de una puesta en escena del «guión» que viene al sujeto como determinación y que, sin embargo, él actúa o escenifica desde lo que le motiva; así el género no es un tode ti que pueda ser indicado u ostentado; es más bien un sistema de referencias, un conjunto de índices que forman parte del entorno de cada quien; una indicación que, al cabo, cada quien actúa desde sí, sin que pueda tener un correlato determinado; mucho menos determinante. (p. 92)

El tema de la performatividad del género es sumanente relevante y genera mucha polémica, así que el estudio sobre el género que presenta Vargas Guillén puede discutirse y debe ser discutido con mucho cuidado y atención.

Lo segundo que vamos a comentar es lo relevante del tema de la pasividad que se conecta con la idea anterior. En la experiencia de la performance ya se deja entrever el vínculo con la pasividad. Veamos cómo describe el autor la pasividad: "Lo pasivo, la pasividad, es lo que se sabe sin saber; lo que se ha tornado una habitualidad, es incluso el olvido del ser, del ser propio" (p. 115). Debe notarse que el tema de las habitualidades es sumamente valioso y en su relación con la pasividad permite comprender justamente el modo como esas habitualidades van quedando sedimentadas en la historia de vida del sujeto que actúa, que está en el mundo y las cuales se relacionan de modo directo con la personalidad del individuo; son, digámoslo así, un modo a través del cual se individúa el sujeto a través de la configuración de un estilo propio duradero, como una forma peculiar de comportarse y de actuar en el mundo (p. 31). Se trata, en efecto, de un tema sumamente actual y valioso sobre el cual se está trabajando. Ponemos como ejemplo dos casos. En el primero, Marcela Venebra (2017) ha dedicado el capítulo IV de su libro a describir "El yo puro. Sujeto de hábitos", y en este capítulo se deja ver lo importante de las habitualidades para la constitución del yo personal. En segundo lugar, Ágata Bqk (2019) presenta un estudio muy interesante sobre las habitualidades del yo trascendental en sus conexiones con la corporalidad y la configuración de un estilo propio.

Vargas Guillén realiza ciertas conexiones entre la pasividad y las habitualidades para hablar, a su vez, del estilo personal y del modo como esas habitualidades devienen en la constitución de lo que él llama "individuación". Veamos esta cita:

El telón de fondo de este estudio sobre la pasividad es comprender el despliegue de la formación del sentido de mundo y de la experiencia subjetiva -de mundo-. En esta es indisociable la temporalidad. La paradoja en que se sumerge la experiencia temporal de mundo es que, al mismo tiempo, es compartida con los otros -en un mundo común de la vida y es propia, intransferible, íntima y, en muchos de sus aspectos y modalidades, indescriptible, inarrable o inefable. En este último sentido es o aparece como un efecto de individuación. (p. 24)

Por esta razón lo que sostiene Vargas Guillén es que lo que se aprende en la pasividad es "a jugar el juego de la vida, en el trabajo, en la lucha, en el amor y en la muerte" (p. 117) y, como vimos antes, en el género. La formación del sentido queda, entonces, sedimentado en la vida pasiva del sujeto que bien puede saber que está ahí, pero sin saber cómo llegó ahí. Y esta es la razón por la cual la pasividad "es un trasfondo que sostiene al sujeto" (p. 115). El hecho de no saber cuándo aprendimos a caminar, en qué momento pudimos leer por primera vez una expresión y comprender su sentido, a identificar un gesto generoso, a distinguir uno hostil, etc., son ejemplos que el autor emplea para ilustrar que lo dado en pasividad se sabe sin saber cómo es que se sabe, y por ello pone especial énfasis en la formación del sujeto. "Todo ese trasfondo de pasividad se vive como un dato. El sujeto no recuerda cuándo aprendió valores. Algo queda de machismo, de clasismo, de racismo. Y se aprendió o lo enseñaron sin que el ser humano se diera cuenta" (p. 115). Por si hubiese dudas de cuál es la importancia de la pasividad para la fenomenología, pordríamos decir, sencillamente, que el estudio de la pasividad muestra que la vida del sujeto es más que vida consciente. La vida despierta es solo un momento; en realidad, la vida del sujeto reposa en un subsuelo que se escapa de sus manos, que le excede y lo satura y hasta lo desborda. Del fenómeno de la saturación se encarga el autor en los estudios VII y VIII de este libro.

Así, lo que se deja ver es que la experiencia que somos cada uno de nosotros no es transparente a sí misma, sino, más bien, una experiencia vivida en pasividad y sostenida desde ella, porque el sentido del mundo (esto es, el modo como actuamos, como nos relacionamos con los otros, como nos vestimos, el género con el cual nos identificamos, los valores que asumimos, etc.) está de algún modo enterrado, de cierta forma olvidado por nosotros.

Pero que esté olvidado de algún modo no quiere decir que no se pueda "acudir para sacarlo de su olvido" (p. 23). Y esta vendría a ser la tarea de la fenomenología.

El tercer aspecto que nos gustaría comentar es el que se refiere a los potenciales o Vermögens. Nuestro interés por los potenciales radica en su ralación con la performance y con la pasividad. Germán Vargas Guillén sigue las indicaciones de Simondon respecto de las Vermögens. El cuerpo propio es visto en este libro como un "haz de potenciales". "La peculiaridad de las Vermögens es que del todo no están en ejecución, del todo no están sin ejecución; del todo no están sedimentadas, y, del todo no son inexistentes en la apariencia corporal. En síntesis, las Vermögens son el cuerpo que vive, son la vivencia" (p. 126). A través de estos potenciales se actúa en el mundo y se aprende a jugar la vida. El despliegue de los potenciales está en correlación con la experiencia vivida, con el modo como el sujeto se relaciona con el entorno: "cuanto más se relaciona con el entorno, tanto más advienen o sobrevienen; pero, del mismo modo, otras declinan, desaparecen o quedan 'adormecidas'" (p. 126). Pero ¿qué relación hay entre el cuerpo y los potenciales?

Las Vermögens son el cuerpo vivo, viviente, que tiene y sostiene desde sí la historicidad de su ser igualmente, como parte de esta, su horizonte, su poder-llegar-a-ser. Ahora bien, no hay posibilidad de poner en escena -en ejecución, en ejercicio, en fin, en juego- ninguna de las Vermögens sin el otro, sin los otros, sin lo otro. Y, sin embargo, su despliegue no asegura la transducción, la resonancia, la transformación de los potenciales en la relación de campo. (p. 127)

Es la relación con el entorno, donde están también los otros, donde se sale a escena y se juega de un modo o de otro, donde se despliegan lo potenciales o bien se atrofian. En la relación con el entorno se potencian los potenciales o se adormecen. Así, "las Vermögens son desplegadas en la datidad de la experiencia, en su ejecución, vueltas acción, en fin, vivencias" (p. 129). Pero esta posibilidad de poner en escena necesita del otro, de los otros, y queda sedimentada dentro del horizonte de la historia del sujeto. El poder llegar a ser del cuerpo puesto es escena, necesita del otro, ante el cual se actúa, quien juzga, con quien se está en relación y quien da sentido, del mismo modo, al juego que se juega.

En suma, se trata de una obra que atiende aspectos importantes que se están discutiendo desde la fenomenología y están en juego, en esta obra, importantes aportaciones referentes a la experiencia vivida de la corporalidad en su modo performativo de darse, en la constitución de habitualidades y el modo como la vida hunde sus raíces en una pasividad que lo desborda y excede. Con estas ideas queremos invitar al lector a que se acerque al libro, lo lea y lo discuta.

REFERENCIAS

Bqk, A. (2019). Estilo corporal. Sobre la noción de estilo en la fenomenología de Husserl. Devenires, 40, 183-213. https://devenires.umich.mx/devenires/index.php/devenires/article/view/132/108Links ]

Butler, J. (2018). Actos performativos y constitución del género: un ensayo sobre fenomenología y teoría feminista. Debate feminista, 18, 296-314. https://debatefeminista.cieg.unam.mx/df_ojs/index.php/debate_feminista/article/view/526/446Links ]

Sánchez, R. Medina, J. y Casales, R. (Coords.) (2020). Investigaciones fenomenológicas sobre la corporalidad. México: Tirant lo Blanch. [ Links ]

Vargas Guillén, G. (2015). Vestigios de una tribu: Yurupary -performance-. En G. Angarita (Ed.), Filosofía y sabidiría ancestral (pp. 395-427). Bucaramanga: Ediciones UIS. [ Links ]

Vargas Guillén, G. (2019). Fenomenología y performance. Bogotá: Aula de Humanidades. [ Links ]

Venebra, M. (2017). La reforma fenomenológica de la antropología. Bogotá-Cali: Aula de Humanidades-Universidad San Buenaventura. [ Links ]

Waldenfels, B. (2015). Exploraciones fenomenológicas acerca de lo extraño. G. Leyva (Ed.), Barcelona/Morelia: Anthropos/UMSNH. [ Links ]

Walton, R. (2015). Intencionalidad y horizonticidad. Bogotá-Cali: Aula de Humanidades-Universidad San Buenaventura . [ Links ]

Recibido: 30 de Enero de 2020; Aprobado: 01 de Febrero de 2021

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons