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Tabula Rasa

Print version ISSN 1794-2489

Tabula Rasa  no.5 Bogotá July/Dec. 2006

 

PRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTO SOBRE TRABAJO SOCIAL EN LAS UNIDADES ACADÉMICAS DE BOGOTÁ EN EL PERÍODO COMPRENDIDO ENTRE 1995 A 2003

 

(Knowledge Production about Social Work in the Academic Institutions in Bogota between 1995 and 2003)

 

LEIDY CAROLINA DÍAZ CARDOZO

Universidad Externado de Colombia leidydi_az@yahoo.es

Artículo de reflexión Recibido: 05 de enero de 2006 Aceptado: 19 de agosto de 2006


 

Resumen

En este artículo se toma a la profesión como objeto de estudio con la finalidad de fortalecer la formación y el ejercicio profesional de Trabajo Social. Se basó en el enfoque histórico-crítico dado a partir de los 80 en Brasil, enfoque que analiza a la profesión como vinculada, determinada y que forma parte del sistema capitalista. Dicho enfoque parte de la teoría de Marx el Materialismo Dialéctico, cuya formulación trasciende en dar cuenta de las condiciones del contexto económico, político, cultural, etc. De 1995 a 2003 se han elaborado doce monografías, tres investigaciones y veinte artículos, los cuales han estudiado a la profesión, corresponden a la Universidad Nacional de Colombia y a la Universidad de la Salle. Lo que evidencia, que se ha incursionado paulatinamente en generar conocimiento sobre Trabajo Social, siendo ello un insumo para la profesión.

Palabras claves: Producción de conocimiento, trabajos social, enfoque histórico-crítico.


 

Abstract

This article takes the profession as a study object with the intent of strengthening the training and professional exercise and scientific study of Social Work. It is based on the historical-critical approach that was given to Social Work in Brazil since the 1980s; this approach analyzes the profession as tied in to the Capitalist system that determines its focus and execution. The approach is based on Dialectical Materialism, which forms part of Marx’s theory of knowledge; its formulation reports the conditions of economic, cultural and political context, among others. From 1995 until 2003, twelve monographs, three research studies and twenty articles have taken this profession as object of study at the Universidad Nacional de Colombia and Universidad de la Salle. This fact indicates that detailed knowledge about Social Work has been generated continually and represents a component to the profession.

Key Words: Knowledge production, social work, historical-critical approach.


 

En este artículo se hace un recorrido por el debate histórico-crítico que en la profesión se ha dado acerca de la generación de conocimiento; enfatizando en la búsqueda de especificidad, que se relaciona con el practicismo1, el cual es criticado por la mirada histórico-crítica, en la que Trabajo Social genera conocimiento a partir de la investigación científica sin la intencionalidad de un estatuto teórico propio.

Pensar en la producción de conocimiento desde trabajo social

Durante el período de la reconceptualización2 en Trabajo Social se plantea la preocupación por la producción de conocimiento, ya que, se observa que la profesión ocupa un nivel subordinado dentro del ámbito político y científico. Puesto que, dentro del ámbito político, se dan las discusiones de que la profesión «emerge y se afirma en su evolución como una profesión volcada para la intervención en la realidad» (Iamamoto en Montaño, 2002a:104).

En efecto, repercute en que al Trabajo Social se le estigmatice como una profesión auxiliar que realiza acciones directas y/o ejecuta las políticas sociales del Estado capitalista. Además, de que la práctica de Trabajo Social no sea pensada en la dimensión ideológica y/o política (Restrepo, 2002), pues al profesional se le forma para desempeñar actividades, alejándole del hecho de cuestionar ¿por qué? y ¿para quién? se ejecutan las políticas sociales (Montaño, 2000a).

Por otro lado, dentro del plano científico, se plantea el problema del status epistemológico, en el que Trabajo Social se ha visto debatido a través de la historia, acerca de que no es ciencia básica ya que carece de objeto teórico propio, y por ende, es tecnología porque aplica ciertos discursos teóricos de diferentes disciplinas para elaborar metodologías de intervención. En el Trabajo Social se ha centrado el interés en determinar el método antes que el objeto, sin darse cuenta que el objeto es el que determina el método, lo que ha llevado a darle mayor importancia al método caso, grupo y comunidad y no al objeto de estudio e intervención de Trabajo Social (Montaño, 2000b).

Entonces, en la reconceptualización se analiza que la subalternidad de Trabajo Social la compone el hecho político, de que la profesión ejecute las decisiones del Estado, y el científico, en donde se pone en práctica los conocimientos de otras profesiones. Situación que lleva a buscar alternativas que permitan el desarrollo de Trabajo Social, lo que da como resultado plantear lo siguiente: «se introduce como temática prioritaria la investigación científica de las prácticas profesionales para eliminar el pragmatismo relativo del Trabajo Social y producir teoría que fortalezca el desarrollo del conocimiento a partir de su práctica» (Parola, 1997:83). Desde esta mirada reconceptualizadora se retoma el enfoque denominado practicista, el cual parte del supuesto de que la práctica o la intervención directa es la fuente generadora de conocimientos teóricos.

A partir del practicismo se investiga para descubrir el aporte de la experiencia, planteando desde allí el mejoramiento de la intervención y la consolidación de un marco teórico para Trabajo Social. Lo cual se materializa en la sistematización3 de experiencia, puesto que, «significa el movimiento del conocimiento que se vincula a la construcción de categorías» (Faleiros en Montaño, 2000a:119), lo que es considerado como la materia prima para reflexionar y elaborar teoría que reoriente la acción profesional.

Sin embargo, a pesar de que el practicismo encuentra en la práctica la vía para producir conocimiento, dentro de la postura histórico-crítica la sistematización de experiencia no es el camino para elaborar conocimiento, pues se produce teoría con base a un conocimiento particular, no general; un conocimiento que da cuenta de una experiencia singular-específica-inmediata con la que el profesional se vincula, y parte de cero. (Montaño, 2000a). Por tanto, no se permite la acumulación de conocimiento, ya que, los datos requeridos para la investigación emergen de la práctica, desconociendo o suprimiendo el conocimiento teórico acumulado.

En contraposición, el practicismo considera que cualquier racionalización o sistematización de experiencia es favorable para elaborar un conocimiento teórico, sin embargo, desde el enfoque histórico-crítico ello no es más que el sentido común por el hecho de ser una racionalización de la vida cotidiana, de la práctica cotidiana. Sentido común que lleva a la reducción de la teoría, pues lleva el conocimiento a «niveles de mínimo rigor y criticidad, al nivel de la mera racionalización, de la sistematización de la práctica, trágicamente lleva a la "desprofesionalización"» (Montaño, 2000a:171), considerando el ejercicio profesional como la acción de producir conocimiento y generando una conexión entre el conocimiento técnico y el popular.

Desde esta concepción, se llegaría en un futuro a que las profesiones desaparecieran, puesto que la población estudiada e intervenida logra apropiarse y elaborar conocimiento teórico, porque no cuenta con dificultades intelectuales, informativas, metodológicas y técnicas para construir teoría. Evidentemente, en el practicismo se piensa en la subalternidad de Trabajo Social, pues no se le reconoce como profesión que aporta en la toma de decisiones, en la ejecución, formulación de políticas sociales (ámbito político) y en la generación de conocimiento, puesto que la profesión considera que su lugar está en la intervención y que la construcción teórica "científica" le compete a otras profesiones, las cuales son su referente teórico (ámbito científico).

Cuestión que desde el practicismo encuentra salida al plantear que en Trabajo Social se hace la investigación que tiene como base la práctica directa; sin embargo, ello no trasciende en la construcción de conocimiento científico, ya que el conocimiento producido es acerca de una experiencia en particular y se aleja del debate teórico elaborado en las ciencias sociales.

Mirada ontológica4 y mirada epistemológica5 en Trabajo Social

El punto de vista epistemológico se sustenta en una racionalidad abstracta (influido por el positivismo), considerando el método científicamente correcto y aplicado a cualquier realidad, ya que de esta manera Trabajo Social incursiona en el debate metodológico con pautas de intervención preelaboradas, válidas para cualquier objeto y exigidas a todo Trabajador Social (Montaño, 2000b). Además, se presume la existencia de una metodología propia como señala Cerón (1996:129) «El Trabajo Social tiene tres niveles de acción o métodos específicos: Trabajo Social de Caso, Trabajo Social de Grupo y Trabajo Social de Comunidad».

La preocupación por la metodología propia en Trabajo Social ha llevado a identificar el método de conocimiento de la realidad con el método de intervención, y extrayendo del método de intervención el método de conocimiento, cayendo en la confusión de que los fundamentos y caminos para conocer un objeto, indican también como intervenirlo. Por lo anterior, se afirma que la práctica es fuente de teoría, lo que define que el método de intervención parte del método de conocimiento. Entonces, desde el debate epistemológico no se define el método más adecuado para el conocimiento de un objeto concreto, sino que se define un método general, válido para cualquier objeto; aplicando el método considerado más adecuado (Montaño, 2000b).

La metodología clásica de caso, grupo y comunidad no rompe con los fundamentos metodológicos positivistas, ya que conservan la segmentación de la realidad en campos; la separación entre teoría y práctica. Además, en la metodología clásica los métodos son a priori y se determinan con independencia del objeto, vinculando como uno solo el método de conocimiento y el método de intervención profesional, lo cual va en contra de la realidad, ya que esta compleja e indivisible.

El carácter de totalidad de los fenómenos no supera el nivel fragmentado de la realidad, pues la recorta en objetos independientes, llegando a considerar que la metodología tradicional es general y específica para Trabajo Social. Para la mirada ontológica, que es base de la postura histórica-crítica, la metodología clásica es una estrategia, ya que no es única, pues varía con la dinámica de la realidad y se adecua a ella. En este sentido, tampoco es método de intervención, ya que es un proceso que integra valores, conocimiento, interacciones; y en efecto, no es específica de Trabajo Social, porque es un proceso de toda praxis6 social (Montaño, 2000a).

La mirada ontológica dentro de la perspectiva histórico-crítica, rompe con la división práctica y teoría, asumiendo un debate que procura partir de cada fenómeno concreto, extrayendo de éste sus fundamentos, categorías centrales y el camino para conocerlo, pues supera el debate epistemológico que construye un método común y específico definido a priori e independiente de los objetos concretos. Puesto que, a partir de la mirada ontológica emergen los debates de método de conocimiento teórico y las estrategias de intervención profesional definidas a partir del objeto, lo cual supera el debate sobre método de intervención considerado único y específico de Trabajo Social.

Debate histórico-crítico en Trabajo Social

El enfoque histórico-crítico se basa en la mirada ontológica y parte de la teoría de conocimiento de Marx, el Materialismo Histórico y Dialéctico, cuya formulación trasciende en dar cuenta de que las condiciones del contexto económicas, políticas, culturales, etc., influyen en la conciencia de la humanidad, además, el centro del materialismo histórico y dialéctico plantea ser una «concepción de la reproducción y de la transformación de la sociedad, teniendo como base la praxis humana. Praxis humana que envuelve el entendimiento de un movimiento en el cual el hombre, a través de su acción libre, creadora y universal, genera y transforma la naturaleza y la historia, y en este marco, se transforma a sí mismo» (Quiroga, 2000:123).

La perspectiva histórico-crítica hace ruptura con lo planteado por el Trabajo Social tradicional, que considera la existencia de elementos propios, lo cual fue el resultado del positivismo de la ciencia social que planteaba la división de objetos y campos de conocimiento con la finalidad de no invadir para no ser invadidos, llevando a segmentar la realidad perdiendo la oportunidad de analizarla en toda su complejidad, aspecto que ha ido cambiando a medida que avanza la ciencia y en la cual la inserción del Trabajo Social «dentro de las ciencias sociales no está animado por la búsqueda de un conocimiento exclusivo, de una teoría propia sino del patrimonio de una y única ciencia social interesada en una línea de producción científica y acciones consecuentes» (Lima y Rodríguez, 2000:44).

La mirada histórico-crítica dada en Trabajo Social, surge posterior a la reconceptualización básicamente a partir de la década de los ochenta (80) principalmente en el contexto brasileño y es sostenida de maneras diversas por algunos Trabajadores Sociales brasileños como Marilda Iamamoto, Maria Lúcia Matinelli, José Paulo Netto, Vicente de Paula Faleiros, Manuel Manrique Castro, Carlos Montaño, quienes aportan a lo que se considera la perspectiva histórico-crítica la cual busca un nuevo camino de análisis, en contraposición al practicismo dado en Trabajo Social referido a la investigación desde y para la práctica directa.

Producción de conocimiento en la perspectiva Histórico-Crítica

Dentro del enfoque histórico-crítico se reproduce la realidad social con una visión de totalidad ya que «el reconocimiento de que los principales problemas que enfrenta una sociedad compleja no se pueden resolver descomponiéndolos en pequeñas partes que parecen fáciles de manejar analíticamente, sino más bien abordando estos problemas a los seres humanos y a la naturaleza, en toda su complejidad y en sus interrelaciones» (Wallerstein, 2001:87).

Con la perspectiva de totalidad se consideran los objetos de conocimiento y se analizan procurando aprender la realidad concreta en toda su complejidad, teniendo presente el contexto lo que conlleva a que el conocimiento aportado sea un saber común a las ciencias sociales, haciendo parte de la teoría sobre la sociedad como un todo de lo social, utilizable para todas las profesiones que estudian e intervienen en la realidad.

La inespecificidad y especificidad en la profesión

La especialización de saberes, de campos y sub-campos de estudio e intervención, lleva a que las profesiones interactúen, pues empiezan a emerger los debates inter, multi y transdisciplinarios, pues «la irrupción de la inter y de la transdiciplinariedad trae consigo la posibilidad de tejer redes, iniciar conversaciones, compartir fronteras y rutas en el contexto de la complejidad, antes vedadas por las disciplinas» (Torres, 2002:38). Además, la transdiciplinariedad lleva a la visión de totalidad de la realidad; sin embargo, dentro del recorrido histórico de Trabajo Social se encuentra la búsqueda de especificidad, cuestión que permite la segmentación de la realidad social. La búsqueda de especificidad7 ha llevado a la búsqueda de un estatuto teórico, ya que se ha considerado que sin saber específico, campo, sujetos, métodos, técnicas y objetivos de Trabajo Social, este no tendría sentido de existir. Esta búsqueda se inicia teniendo como base a la segmentación de la realidad en donde aparece la división en tanto «no invadir para no ser invadido» (Montaño, 2000a:116).

Lo que ha llevado a la diferencia entre profesiones científicas que producen teoría y profesiones técnicas que trabajan en campo, generando de esta forma la división entre conocimiento y acción, lo cual influye en el surgimiento de Trabajo Social, pues emerge en medio de un contexto social fragmentado y positivizado. De acuerdo a lo anterior, se ha cuestionado e indagado acerca de la especificidad de Trabajo Social, haciéndose preguntas como: ¿qué es lo que diferencia a Trabajo Social de otras disciplinas?, ¿qué es lo propio de la profesión? (Restrepo, 2002).

Cuestionamientos que desde el practicismo se resuelven, llegando a la conclusión que en Trabajo Social existe un saber específico y una teoría propia, que se construye a partir de la práctica, en donde se toman como sujetos-objetos de estudio e intervención a la población con necesidades básicas insatisfechas; y desde luego, se consideran como objetivos propios de la profesión la concientización de las clases populares, la organización y transformación de la sociedad (Montaño, 2000a), y como métodos propios el Trabajo Social de caso, grupo y comunidad. Además, se plantea la existencia de un campo de investigación propio, que se basa en la práctica profesional, la cual se sistematiza construyendo la teoría de Trabajo Social.

Sin embargo, dentro de la perspectiva histórico-crítica lo que se considera específico de Trabajo Social, es decir, el conjunto de procesos, pasos y referencias, no construye un método, sino orientaciones estratégicas y procesos para la intervención. En este aspecto, la profesión no posee un objeto propio, pues lo considerado como la población sujeto-objeto son estudiados e intervenidos también por otras profesiones, por ello, no produce teoría propia, ni puede construir un método único y común para todos los Trabajadores Sociales.

Lo que compone específicamente a la profesión es una cultura profesional propia y el saber que la compone es conformado por las particularidades de la historia (profesionales en su mayoría femenina, el Estado como espacio de empleo, la Política Social como campos frecuentes), por su identidad (sentido de pertenencia al colectivo profesional), por el instrumental técnico-operativo y por la intervención como actividad frecuente (Montaño, 2000a). Posee procedimientos, intenciones, instrumentos operativos que conforman una estrategia determinada, además un saber técnico-operativo autóctono, a pesar de que los objetivos de investigación, el conjunto heurístico y sus teorías son comunes a otras profesiones sociales.

Por tanto, la profesión elabora teoría de lo social, lo que hace parte del conocimiento teórico sobre la realidad y no teorías propias, ya que la profesión para producir conocimiento se debe basar en la investigación científica, y no, como se plantea desde el practicismo, a partir de la práctica inmediata.

Producir conocimiento sobre Trabajo Social

La producción de conocimiento sobre Trabajo Social implica que construir elementos y categorías conceptuales que hagan parte de la teoría de lo social, la cual se desarrolla en comunicación con las problemáticas sociales, puesto que se produce conocimiento teniendo en cuenta el contexto social, político, económico y cultural de la realidad que abarca el conocimiento elaborado por las diferentes profesiones. Se construye teoría de lo social analizando el objeto de estudio que es común a todas las profesiones, ya que abarca el conocimiento elaborado a través de la historia.

Sin embargo, no se alcanza a producir conocimiento sobre toda la totalidad, ya que se genera conocimiento teórico con una visión de totalidad, teniendo presente el contexto acerca del objeto estudiado. Igualmente, la producción de conocimiento que se construye hace parte de la teoría sobre la sociedad como un todo de lo social, en donde los objetos de conocimiento, en este caso sobre Trabajo Social, se analizan desde la sociedad como totalidad procurando aprender a Trabajo Social en toda su complejidad, estudiando lo concerniente a la profesión como formación, historia, reconceptualización y demás temáticas que comprenden a la profesión en la dimensión educativa, política, social, económica y cultural. Además, el conocimiento elaborado en se debe materializar en la producción escrita, con la finalidad de difundir el conocimiento elaborado, el cual contribuye al debate y a la crítica respecto al tema que se aborda; en esa medida se entra en interlocución con los debates contemporáneos y se aporta a la formación teórica, sólida y actualizada de los profesionales.

Imaginario acerca de la producción de conocimiento sobre Trabajo Social en el período 1995 a 2003.

La elaboración de conocimiento sobre Trabajo Social abordada inicialmente en algunas unidades académicas de Bogotá, está rodeada por el contexto formativo, ya que está presente el practicismo el cual se relaciona principalmente con el imaginario de la mayoría de la población entrevistada que considera la existencia de elementos propios de Trabajo Social. De las siete (7) unidades académicas de Bogotá la presencia del método propio de Trabajo Social está presente explícitamente como materia en el plan de estudios de la UNC (Universidad Nacional de Colombia), US (Universidad de la Salle), FUM (Fundación Universitaria Monserrate) y CUMD (Corporación Universitaria Minuto de Dios). En cambio en la UEC (Universidad Externado de Colombia), CUR (Corporación Universitaria Republicana) y UCMC (Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca) no se encuentran en el plan de estudios. Por su parte, la UEC no lo tiene presente, ya que el currículo está articulado alrededor de las áreas de intervención y no de lo metodológico.

Además, de las personas entrevistadas dieciséis (16) plantean un objeto propio de la profesión y cuatro (4) no lo consideran. Por otro lado, se encontraron seis puntos de vista acerca de la existencia de una epistemología de la profesión, el primero considera que la epistemología de Trabajo Social no es clara, el segundo plantea que no hay algo definido, el tercero se refiere a la ideología de la universidad, el cuarto establece a la epistemología como rama filosófica, el quinto propone la existencia de la epistemología de Trabajo Social y el sexto considera que no existe el concepto epistemología de la profesión, pues la epistemología es una sola. De las personas entrevistadas dieciséis (16) consideran que la fuente de conocimiento es la práctica y dos (2) que es la investigación científica. Entonces, es una minoría de entrevistadas que consideran que Trabajo Social no posee elementos propios y que construye conocimiento por medio de la investigación científica lo que se relaciona principalmente con la mirada histórico-crítica.

El imaginario de la población entrevistada se relaciona principalmente con la postura practicista lo cual es comprensible pues es una mirada que históricamente ha permeado la formación y el ejercicio profesional; en cambio el enfoque histórico- crítico que hace una ruptura con la anterior paulatinamente ha empezado a incursionar en la profesión, lo cual se evidencia en la población entrevistada.

Producción escrita acerca de la profesión

En algunas unidades académicas de Trabajo Social de Bogotá se encuentran aportes como trabajos de grado, investigaciones, artículos de revistas y otras producciones; lo que evidencia un interés y una preocupación acerca de conocer más sobre la profesión, contradiciendo el imaginario de algunas entrevistadas acerca de que los Trabajadores Sociales no escriben o no producen conocimiento, planteamiento equivocado, ya que se encuentran algunas producciones escritas sobre la profesión.

Por ejemplo de 420 trabajos de grado elaborados entre 1995 a 2003 sólo doce (12) abordan la producción de conocimiento sobre Trabajo Social, de las doce (12) cuatro (4) corresponden a la UNC y ocho (8) a la US. De las cuales se escogieron seis (6), tres (3) de cada unidad académica para profundizar en el análisis. De las seis elegidas, se podría afirmar que sólo una (1) pretende aportar a la generación de conocimiento, en el sentido de construir postulados teóricos acerca de los problemas sociales.

Las restantes cinco (5) monografías a pesar de no pretender generar conocimiento científico, describen una situación en particular, pues la primera describe y aporta a la percepción que se tiene en las unidades acerca de la enseñanza profesional, la segunda da a conocer algunos aspectos de la producción escrita en el ámbito nacional elaborada por las unidades académicas que cuentan con publicación periódica, la tercera describe el hecho de que no percibe la existencia de un lugar para la ética en la profesión, la cuarta hace énfasis en los métodos tradicionales considerados específicos de Trabajo Social: caso, grupo y comunidad y la quinta plantea que Trabajo Social debe definir su objeto de intervención y líneas de investigación.

Respecto a las investigaciones de docentes revisadas hasta el 2003 se hallaron cuatro (4); una (1) en la UCMC, dos (2) en la UNC (2) y una (1 ) en la US. En cuanto a los artículos se encontraron veinte (20): diez (10) en la revista Trabajo Social de la UNC, ocho (8) en la revista Tendencias & Retos de la US y dos (2) en el Boletín Informativo-Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la FUM.

De lo citado se analiza que la tendencia a investigar acerca de Trabajo Social es minoritaria, ya que en el período de 1995 a 2003 se han elaborado doce (12) monografías, tres (3) investigaciones y veinte (20) artículos los cuales corresponden en su mayoría a la UNC y US. Las monografías e investigaciones relacionadas con la profesión emergen de los lineamientos investigativos, como es el caso de la UCMC, UNC y US; mientras que en la UEC, FUM, CUR y CUMD son inexistentes las áreas de investigación sobre lo disciplinar, y por ello no se encuentran producciones al respecto, ya que existen diversos intereses de las unidades académicas y de los investigadores.

Las producciones elaboradas de 1995 a 2003 representan esfuerzos iniciales que han tomado como objeto de estudio a la profesión, ya que no solamente es relevante indagar sobre la fenomenología social sino también sobre la profesión misma, siendo ello un insumo para la formación y el desarrollo profesional.

La importancia de producir conocimiento sobre Trabajo Social

La importancia de producir conocimiento sobre la profesión desde la mirada histórico-crítica brinda elementos para profundizar en lo que es la profesión, indagar sobre su origen y funcionalidad dentro de la sociedad, para develar a qué ha venido respondiendo socialmente. Igualmente, es relevante conocer cómo se ha dado la legitimidad de Trabajo Social, el desarrollo ético, académico, investigativo, científico y los intereses que la han rodeado; puesto que son indagaciones que trascienden y responden al proceso histórico de la profesión, como a los retos futuros que ello conlleva. Así mismo, investigar sobre Trabajo Social desde la mirada histórico-crítica, se permitiría indagar acerca de ¿cuál es la funcionalidad de Trabajo Social dentro de la transformación de la realidad social?, ¿a qué responde social y políticamente la profesión?, ¿cómo se da la legitimidad de Trabajo Social frente a lo social, económico, político y cultural?, así mismo, se ampliaría el conocer acerca de lo ético frente a lo social, académico, investigativo y científico, lo que llevaría a fortalecer, trascender y responder al proceso histórico de Trabajo Social como también frente al compromiso y los retos que ello implica.

Elaborar conocimiento sobre Trabajo Social es una posibilidad para ampliar la formación profesional en cada momento histórico, pues nuevos paradigmas van emergiendo y es necesario estar preparados para debatir y para aportar al conocimiento de lo social.

Conclusiones

Es necesario darle importancia a producir conocimiento sobre la profesión, para lo cual debe existir voluntad política, compromiso, destinar recursos, crear espacios en las unidades y demás instancias relacionadas con la profesión para poder investigar sobre la profesión y así generar aportes y reflexión en el devenir profesional. También es fundamental romper con la búsqueda de un estatuto teórico propio basado en la experiencia práctica, pues esta búsqueda obstaculiza tomar como objeto de estudio a la misma profesión. Ruptura que podría aportar grandemente en la formación y el ejercicio disciplinar brindando elementos que lleven al cuestionamiento acerca de la formación y el quehacer profesional de acuerdo al contexto en el que se desarrolla, lo que permitiría ganar claridad sobre lo que rodea a la profesión, facilitando ampliar su conocimiento, logrando más conciencia del ser de la profesión y estudiar en que aspectos mejorar para poder aportar sobre la complejidad del ejercicio profesional.

Por tanto, es fundamental indagar sobre Trabajo Social, partiendo de la postura histórico-crítica, en la intención de dejar un legado constructivo y productivo a las generaciones presentes y futuras de profesionales respecto a lo que ha sido, es y será la profesión, incidiendo en el compromiso con lo social, en la trasformación de la sociedad, desde el contexto regional, nacional e internacional.


1 El Practicismo es una construcción conceptual desarrollada en la escuela de Brasil y que expone Montaño, quien señala críticamente que el practicismo se refiere al estatuto teórico y metodológico propio de la profesión promulgado por varios Trabajadores Sociales y otros profesionales quienes son llamados practicistas, ya que consideran como específico de la profesión «la prestación de servicios dirigidos a los sectores empobrecidos y carentes de la población. También sería "específico" su tipo de investigación social, la cual aparece como orientada para la acción, contrariamente a las demás disciplinas sociales. Se define, de la misma manera, la metodología como "específica", los objetivos profesionales como "específicos" del Servicio Social. Así mismo se encuentra un sujeto "específico" propio de la profesión: los "pobres", los carentes o, en la mejor de las hipótesis, los asistidos por las políticas sociales donde trabajan estos profesionales» (Montaño, 2000a:42-43).

2 Como señala Montoya; Zapata y Cardona (2002:110) acerca de la Reconceptualización Movimiento profesional iniciado a finales de la década del 60, que fue la expresión del gran cúmulo de inconformidades que se fueron recogiendo en el correr histórico del trabajo social y en el inicio de la búsqueda de nuevas alternativas para operar en la realidad, con el objeto de redimensionar la acción profesional.

3 «Sistematización: … Proceso permanente y acumulativo de creación participativa de conocimientos, a partir de las experiencias de intervención en una realidad social determinada, como un primer nivel de teorización sobre la práctica» (Parola, 1997:116).

4 «Como señala Suárez y Villamizar (2002: 25) «Ontología estudia el ser en cuanto ser».

5 Como señala Suárez y Villamizar (2002: 25) Epistemología estudia la naturaleza, validez, fuentes y alcance del conocimiento humano. Pues, la Epistemología se interesa en estudiar el problema del origen o naturaleza del conocimiento, las fuentes, métodos, las condiciones de validez del contenido del conocimiento general y científico, además se ocupa de la concordancia del conocimiento con la realidad. Examina al conocimiento a sí mismo y desde luego el conocimiento se vuelve objeto de investigación. La epistemología se refiere a lo constitutivo de las disciplinas en cuanto a proyecto disciplinario, que se define, en relación a las preocupaciones prácticas, lógicas y de método de los paradigmas que las fundamentan. Y desde luego, en esta rama filosófica, la profesión se ubica para estudiar lo referente a su status científico.

6 Como señala Montoya; Zapata y Cardona (2002:105-106) «Praxis social (Social Praxis, Praxis sociale) Práctica en donde se tienen en cuenta las interconexiones globales, a nivel socio-económico-estructural, de la situación problema, a fin de dar respuestas que produzcan algunas modificaciones en la situación general, en la cual se encuentra inserto el hombre».

7 Como señala Montaño (2000a:109) «lo que nos diferencia de los otros y lo que nos diferencia como cuerpo».


 

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