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Tabula Rasa

versión impresa ISSN 1794-2489

Tabula Rasa  n.10 Bogotá ene./jun. 2009

 

¿Es factible el progreso social cuando diez menos uno es igual a cero?1


Is social progression achievable when one from ten leaves naught?


É factível o progresso social quando dez menos um é igual a zero?

AlexaAnder Miller2

University of South Carolina3-Lancaster, USA
nationmiller@bellsouth.net


Recibido: 07 de diciembre de 2008 Aceptado: 29 de abril de 2009


Resumen

Este artículo analiza las opiniones de dieciséis académicos caribeños sobre el progreso social y concluye que tal cosa es en realidad inalcanzable en el Caribe, donde las metanarrativas diezman las masas y mantienen las posiciones de poder de unas pocas elites. En vista de esto, un paso importante hacia el avance social en El Caribe sería la evisceración de las metanarrativas europeas atrincheradas.


Abstract

This paper discusses the opinions of sixtEn Caribbean scholars on social progression, and concludes that such a thing is really unattainable in the Caribbean, where meta-narratives decimate masses and kEp a few elites' power position. Under this light, an important step towards social advance in the Caribbean would be the evisceration of entrenched European meta-narratives.

Key words: Meta-narratives, social progression


Resumo

Este artigo analisa as opiniões de dez e seis acadêmicos caribenhos sobre o progresso social e conclui que tal coisa é, na verdade, intangível no Caribe, onde as meta-narrativas dizimaram as massas e mantêm as posições de poder de umas poucas elites. Por isso, um passo importante no avanço social no Caribe seria a evisceração das meta-narrativas européias que estão na trincheira.

Palavras chave: meta-narrativas, progresso social.


El título captura las ideas fundamentales que se abordan en este artículo —el avance social es cuestionable y puede incluso llegar a ser inexistente en las sociedades postcoloniales del Caribe, donde todo un proceso depende de los preciados recursos que detenta una parte cuyo compromiso con la comunidad es insignificante y dictado por los modelos europeos. Los determinantes del avance social son siempre relativos, pero desde las perspectiva de los oprimidos en las sociedades postcoloniales, el progreso social siempre estará basado en una distribución [in]equitativa de los recursos globales, y la mayor cooperación entre los pueblos y los países que conforman la región de El Caribe. Un obstáculo importante para alcanzar el avance social que las sociedades caribeñas postcoloniales desean es ilustrado por la afirmación, «Diez menos uno no deja nada». Esa afirmación en apariencia ilógica, como el obstáculo al avance social en Caribe, puede entenderse únicamente cuando se entiende la narrativa y metanarrativa implícitas. La narrativa que permite al lector entender el cálculo abierto; Eric Williams, ex primer ministro de Trinidad, hacía énfasis en que la decisión de Jamaica de retirarse de las conversaciones de la Federación Caribeña de los años 50 abocaba al fracaso todos los planes, y Trinidad no llevaría a cuestas la carga financiera sin ayuda de Jamaica. «metanarrativa» es que las sociedades postcoloniales de las Indias Occidentales tenían más compromisos con Inglaterra que con otras sociedades caribeñas (Moskos et al., 1964). Como resultado de la manera como el colonialismo dio forma a El Caribe, Jamaica quedó con un grandilocuente sentido de independencia de otras economías del Caribe debido a su población y desarrollo económico relativamente grandes. A eso se suma que el primer ministro Bustamante era una persona de piel banca, de ascendencia española que no se sometería al liderazgo del afrocaribeño de piel más oscura Eric Williams. Las «metanarrativas» son un desarrollo difusivo y laberíntico de argumentos teológicos, de contratos políticos y raciales que determinan los contratos/acuerdos escritos (Mills, 1997) y reconfiguran las leyes naturales para que personas en las mismas circunstancias postcoloniales de raza, género e ingresos sean consideradas desiguales.

El concepto de metanarrativa no es nuevo, pero tiende a desconocerse en el discurso sociológico. Tomemos el caso de la enseñanza de la sociología clásica —las doctrinas de Marx, Weber y Durkheim, suelen ser explicadas por los sociólogos sin dar igual tratamiento a las metanarrativas hegelianas y kantianas en la academia canónica privilegiando sólo a los europeos, y dando a las sociedades contemporáneas europeas una autoridad moral a priori para formular las normas morales, sociales, económicas y políticas (Rrose, 1981). La realidad es que las metanarrativas tienen peso y los sociólogos contemporáneos no pueden más que hacer como si no importaran, cuando un cuerpo particular (el cuerpo masculino blanco) se presupone como la norma somática (Charles Mills, 1997:53).

Después de 200 años de pensamiento sociológico europeo que promueve los intereses de los cuerpos europeos, es hora de que los académicos caribeños piensen seriamente en inhibir las metanarrativas que dividen a los hispano-, hindo-, asiáticos, portugueses, y afro-caribeños. Es una actividad que los expertos europeos no harán por El Caribe, pues la demistificación de las metanarrativas comenzaría a poner al descubierto la fugacidad de la hegemonía europea. Este artículo adopta un enfoque nuevo para comprender los fenómenos sociales usando conceptos del campo de la filosofía para demistificar las metanarrativas epistemológicas (Mills, 1997) que secretamente ponen al Caribe en una posición servil respecto a Euroamérica.

La discusión subsiguiente: a) diferenciará entre las epistemologías europeas y del Caribe para explicar cómo el pensamiento caribeño reafirmar la dominación del pensamiento europeo, y niega el avance social entre los sociólogos caribeños; b) presentará fragmentos de entrevistas con diecinueve académicos caribeños que ayudan a aclarar cómo el dominio británico de la era colonial sigue afectando las relaciones sociales en El Caribe; c) discutirá el surgimiento de una narrativa y una identidad caribeñas a partir de las ruinas del tiempo. Infortunadamente, el obstáculo interno existente que enfrentan los académicos caribeños en la construcción de mundos socialmente progresivos es que sus ideas se están viendo amenazadas por las divisiones subyacentes de los sistemas étnicos tradicionales hindúes, africanos, asiáticos y portugueses, y la globalización que aumenta la comunicación con Euroamérica pero menoscaba o complica las redes de poder regionales.

Datos

Pasé 12 meses recogiendo historias de vida de dieciséis profesores caribeños de Jamaica, Barbados y Trinidad, que escriben desde la sociología —ocho de ellos fueron mujeres; cinco fueron profesores de tiempo completo, y el resto fueron catedráticos o profesores asistentes. La edad promedio de ellos era los cincuenta años.

Los datos fundamentales se recolectaron mediante la realización de entrevistas telefónicas iniciales con estudiantes de doctorado de las Indias Occidentales, y profesores de los programas de sociología en universidades estadounidenses, la Universidad de las Occidentales y universidades británicas. La selección inicial se realizó contactando profesores de universidades e instituciones de educación superior mediante una invitación a participar. Quienes manifestaron interés recibieron por escrito una sucinta descripción del proyecto. Se garantizó a los participantes la confidencialidad con su información. Las entrevistas telefónicas iniciales recogieron información histórica sobre los individuos.

A las entrevistas telefónicas siguieron entrevistas en persona con académicos, en Trinidad y Jamaica. Cada una de ellas duró aproximadamente tres a cuatro horas. Las entrevistas se transcribieron literalmente. Según se requirió, hicimos un seguimiento con llamadas telefónicas y mensajes de correo electrónico para aclarar algunos datos. La información fue analizada y entregada a los participantes, incluyendo así a participantes en los análisis finales. Los datos se usaron únicamente para la investigación y se conservan en forma resumida. investigación secundaria se realizó mediante el análisis de la investigación publicada, notas de lectura, programas de estudios y textos de estudio para identificar patrones en terminología y conceptos utilizados.

El análisis comparativo se usó para revisar e identificar sistemáticamente temas fundamentales que surgieron de las respuestas a las preguntas de la investigación. Dichos temas fueron refinados y los más amplios de descompusieron en otros más pequeños. En una segunda etapa de análisis, se rEvaluaron las transcripciones y se compararon los temas en las transcripciones para identificar los temas comunes o discrepantes. El análisis comparativo se utilizó también para identificar términos importantes y sus frecuencias de uso en las fuentes secundarias. mi búsqueda, aún debo lograr contactar a académicos de Guyana y Barbados.

Diferencias entre las epistemologías europea y caribeña

La epistemología europea puede caracterizarse como el conocimiento puro de la capacidad de conocimiento de la mente y en ocasiones la adherencia a una certeza positivista de lo que se conoce (Wolff, 2006). Existen al menos dos principales marcos epistemológicos europeos. El primero se ilustra en la obra de Durkheim (Alpert, 1939:151) y asume que la realidad es a la vez objetiva e independiente del hombre. Un segundo marco epistemológico está ilustrado en la obra de Cooley (1926) y Mead (1938), y asume que los humanos son agentes activos en la construcción de la realidad. En cualquier caso, las epistemologías europeas, si bien han sido construidas socialmente se tienen generalmente no como meros entes hipotéticos sino como el reflejo de lo empírico real (FrEse et al., 1980). Esta perspectiva del pensamiento occidental data de los contratos sociales de Hume y Locke que hacen parecer que la sociedad civil no existía antes de los europeos, y que la intervención europea es un requerimiento para salvar a otros de la barbarie (Mills, 1997). Donde quiera que los europeos construyeron colonias, sus ideas fueron adoptadas por las poblaciones indígenas.

El dominio del pensamiento europeo es grande, pues el 85% del globo fue en su época colonizado por los europeos y en el actual milenio las acrecencias del pensamiento europeo de la Colonia se conservan como metanarrativas. Las metanarrativas europeas son tan celosamente guardadas que no puede cuestionarse su influencia. Pero, cuando corresponda, se asume que las metanarrativas europeas son el estándar universal y las únicas explicaciones legítimas del origen del mundo. El reconocido sociólogo estadounidense C. Wright Mills (1956:32)

describe la incuestionable metanarrativa elitista de los euroamericanos —«La persona de la rancia clase alta siente que su prestigio se origina en el tiempo mismo. En algún lugar del pasado, parece decir, mi Ancestro Original surgió para convertirse en el Fundador de este Linaje Familiar Local y ahora Su Sangre corre por mis venas. Yo soy lo que Mi Familia ha sido, y Mi Familia ha estado siempre entre los mejores». naturaleza de la narrativa europea es también difusiva porque las elites pueden revolver la culpabilidad ocultando lo evidente, y haciendo evidente lo oculto.

En asuntos de raza, el contrato racial dicta a sus firmantes una epistemología invertida, una epistemología de la ignorancia... que produce el irónico resultado de que los blancos en general serán incapaces de entender el mundo que ellos mismos crearon (Mills 1997:18).

En contraste con los europeos, los caribeños tienden a no inclinarse hacia el pensamiento abstracto puro sino a alcanzar la igualdad y realizar acciones en la vida cotidiana. Simey (1946) afirmó que la primera y probablemente la única necesidad del caribeño es el alimento diario, y este hecho mantiene su validez, pues tenemos pocos recursos sobrantes. Quizás ChevaNes (2007) esté en lo cierto al describir la mente caribeña como ambigua —siempre funcionando entre las polaridades producidas de la mezcla racial de europeos y no europeos. Walcott captura la confusión del ser caribeño y la irracionalidad del pensamiento puro de la mente caribeña como el estar siempre enfrentado al hecho de que seamos productos de los patrimonios europeo y africano pero no seamos ninguno de los dos, «La musa de la historia», publicada en 1976 y reimpresa en 1998 en los ensayos titulados «Lo que dice el ocaso»:

Acepto este archipiélago de las Américas, le digo al ancestro que me vendió, y al ancestro que me compró, no tengo padre, no quiero ese padre, aunque pueda entenderte, fantasma oscuro, fantasma blanco, cuando ustedes susurran «historia», pues si trato de perdonarlos estoy cayendo en su idea de historia que justifica y explica y expía, y no me corresponde a mí perdonar, mi memoria no puede apelar a ningún amor filial, pues sus rasgos son anónimos y han sido borrados, y no tengo deseo ni potestad para perdonar. Ustedes fueron cuando jugaron sus papeles, sus papeles dados, históricos, de comerciantes de esclavos y compradores de esclavos, hombres que actuaban como hombres, padre en las entrañas putrefactas del barco negrero, para ustedes ellos eran también hombres, sus congéneres y los miembros de su tribu no se movieron o se detuvieron vacilantes por su raza común mucho más de lo que mi otro ancestro bastardo vaciló con su fusta, pero para ustedes abuelos perdonados desde adentro, yo, como los más honestos de mi raza, les doy un extraño gracias.

Por ende, en el siglo XXIxxi, los caribeños tienen un conocimiento general sobre sus ancestros, pero muy poca información personal sobre sus parientes precoloniales. El autor no puede olvidar las lágrimas de un comediante afroamericano al saber en su adultez que sus ancestros negros precoloniales habían sido renombrados políticos. Su comentario fue, «por eso quería ser juez cuando era más joven, y si sólo hubiera sabido esto, habría elegido otras opciones; como lanzarme a la presidencia de los Estados Unidos». Ante la ausencia de cualquier conocimiento en firme sobre el precolonialismo, los académicos caribeños contemporáneas pueden ser como el comediante anterior —hacemos malas elecciones basándonos en los recuentos euroamericanos (Figueria, 2004). Sólo sabemos lo que nos dijeron, pues los europeos manipulan su versión de nuestra historia —desde su perspectiva y no desde la nuestra.

Dadas las discrepancias creadas por el colonialismo desde la época de nuestros ancestros, las conversaciones sobre los fenómenos en El Caribe no son procesadas por medio del pensamiento indígena, pues aún tenemos que desarrollar un sistema epistemológico caribeño sobre la sociedad sin la filosofía euroamericana. Un símbolo de ello es Wynter, académico caribeño contemporáneo, quien tuvo que revisitar a Kant para identificar cómo los códigos representan los objetos y moldean las percepciones de manera que en las sociedades caribeñas postcoloniales se producen más errores que verdades, y más destrucción que crecimiento (Henry, 2000:124). Las islas del Caribe han obtenido independencia política de sus tierras natales durante los años sesenta pero la triste realidad es que explicamos los fenómenos por medio de las epistemologías europeas con metanarrativas hostiles al progreso social de las personas de ancestros africanos. El celebrado pensador Emmanuel Kant, a quien consultó Wynter, defiende en su epistemología el valor de todos los seres humanos y ataca las categorías sociales y la adscripción. Pero su metanarrativa excluye a los negros, y eso es evidente donde Kant opina que los negros son estúpidos. Al pensar en la filosofía de Kant, el autor recuerda una conversación que sostuvo en 1992 con un supervisor euroamericano en un Programa de Educación Clínica Pastoral de uno de los mayores hospitales bautistas del Sur al sureste de los Estados Unidos. Dijo así, «Sin ánimo de ofenderlo, pero permítame decirle cómo funciona este sistema porque sé que usted es de Jamaica. Yo vengo de Georgia, la mayor parte de mi familia vive en comunidades rurales en las que cultivan y viven en una gran casa. En consecuencia, cuando voy conduciendo y veo una persona de raza negra, no puedo evitar decir ‘negro' en mi mente». Mi supervisor prosiguió explicando que no quería decir con eso que me odiara. En retrospectiva, ahora entiendo que lo que mi supervisor estaba explicando era la misma metanarrativa europea que enunciara C. Wright Mills (1959).

Reflexiones personales de los académicos caribeños sobre cómo las metanarrativas europeas afectan las relaciones en El Caribe

Me quedé sorprendido con los recios prototipos que tenían los académicos de Jamaica y Trinidad que entrevisté, y con su disposición o su negativa a participar en las entrevistas. Un patrón importante que observé (véase la tabla siguiente) fue que los jamaiquinos eran más propensos a declinar la invitación, y las trinitenses eran las más dispuestas a participar. Para poner las cosas en perspectiva para el lector, el autor es también un sociólogo jamaiquino.

Esta diferencia perceptible entre los académicos de Jamaica y Trinidad se estableció desde las primeras etapas en las entrevistas. Pregunté a los académicos si entendían porqué los académicos trinitenses aceptaron prestamente las invitaciones a participar, brindaron información adicional, sin coerción alguna, y compartieron libremente la información que pensaron que era pertinente al estudio. Algunos académicos trinitenses explicaron las diferentes respuestas, diciendo —«a los trinitenses no nos importa»; otros dijeron, «Los trinitenses no sentimos vergüenza». En contraste, algunos jamaiquinos explicaron que no participarían porque, Sentimos vergüenza de vivir nuestras vidas en «espacios públicos».

Desde una perspectiva sociológica tradicional, los académicos jamaiquinos que se rehusaron a participar no proporcionaron datos. Pera para la entrevistada trinitense Martha, los rechazos proporcionan datos empíricos sobre las metanarrativas y la manera como los académicos caribeños aprendieron a construir relaciones—— En El Caribe las relaciones deben tratarse con cuidado, porque el caribeño es desconfiado por naturaleza y aún más cuando se trata de colegas de otros países. Ella sostuvo además que los académicos caribeños contemporáneos están dominados por las metanarrativas y actitudes coloniales elitistas europeas que se pusieron en evidencia cuando el gobierno jamaiquino abandonó el movimiento de la Federación de las Antillas en los años cincuenta. No es casualidad que el dominio británico haya sido devastador para la programación psíquica de los colonizados.

Tiedra, un académico caribeño entrevistado, adoptó la posición de que las diferentes respuestas de los académicos de las distintas islas se debían a la duración del imperio británico en Trinidad, Barbados y Jamaica. En Barbados, la dominación británica fue la más prolongada, y por ende los ciudadanos son los más cerrados de todas las sociedades caribeñas. Jamaica tuvo la segunda más larga ocupación británica y por ello es casi tan cerrado como Barbados. Desde esta perspectiva, los académicos trinitenses fueron más abiertos a la participación en mi espontánea invitación a la investigación quizá debido a una presencia británica más corta. Trinidad es también la más industrializada de las islas del Caribe y eso puede dar a la gente más tiempo y recursos para profundizar en las artes que las personas de otras islas. Trinidad fue descrita por un participante como «inundada de dólares estadounidenses eso fue suficiente para crear una escasez de mano de obra que está siendo suplica por obreros chinos que reciben su paga en dólares estadounidenses».

Religión

Todos los académicos caribeños entrevistados tenían influencia de la religión en cierto punto de sus vidas, y eso hace de lo religioso-cultural un componente clave para entender la metanarrativa epistemológica de las sociedades antillanas. Los afrocaribeños están educados para adoptar la ontología cristiana euroamericana que pone a los negros en una posición social inferior, y para restar importancia a la modificación impregnada de espíritu de la noción akana del Sunsum que ve el alma humana como dos almas. En contraste, los hindúes tienden a centrarse en la relación Atman-Brahman y en el estatus de la existencia determinada por la propia interpretación de Maya. Y los musulmanes justifican la existencia con el secreto interior o sirru-hu que vuelve a los humanos teomórficos (Miller, 2007). Utilizando la lógica de Miller (2007), los académicos trinitenses emplean extranjeros porque tienen una gran población de personas indocaribeñas, cuyas prácticas religiosas Bacti Hindúes dejan lugar a muchos dioses, lo que da a su sociedad una base de libertad para mantener las diferencias de casta y al mismo tiempo destruir esas diferencias de castas entre el pueblo indocaribeño. El entrevistado Dan describió Trinidad como una sociedad muy complaciente, pero una sociedad con arraigadas divisiones de culto cuyas metanarrativas tienen que ver con la religión.

En contraste, Barbados y Jamaica tienen mayores poblaciones de afrocaribeños cuyas prácticas religiosas africanas fueron rechazadas por los británicos (Miller, 2007). Así, los afrocaribeños aprendieron a rechazarse entre sí —especialmente a medida que adoptaban formas de cristianismo occidentalizadas, que organizan a las personas usando rígidos conceptos excluyentes de predestinación— y a los hijos de Cam.

Pero las ideas afrocéntricas sobre los espíritus nunca fueron obliteradas, y desde los años setenta han hallado expresión en la difusión del evangelismo americano por toda Jamaica. Los rastafaris penetraron la clase media con la conversión a esa crEncia de Cat Core y la hija del obispo De Souza. Los jamaiquinos eran más libres de reclamar una identidad africana. Una vez que el afrocentrismo hizo erupción en la clase media jamaiquina y en su elite intelectual —esto marcó la pauta para un cambio en la visión del mundo de Jamaica. Aunque Jamaica es una pequeña colonia, la importancia de Manley en el nuevo orden mundial, junto con Fidel de Cuba, cambió la manera como los jamaiquinos se relacionaban con otras personas en el mundo. El marxismo y el socialismo fabianos se ampliaron hasta llegar al marxismo absoluto y a otras formas de marxismo. Los jamaiquinos se envanecieron porque ahora había una sustancia empírica en su identidad. contenido conceptual de los jamaiquinos se amplió, de modo que exploraron opciones más amplias. Individuos que nunca fueron líderes de pensamiento vislumbraron una mayor comprensión de su ser. Las personas no eran sólo marxistas, sino que algunos eran cristianos marxistas. Manley describía el socialismo como cristianismo marxismo —lo que contribuía a la conexión con otras sociedades caribeñas. Pero cuando Manley llegó a otros gobiernos descubrió la fragmentación, o la debilidad de lo que significa ser caribeños —evocando las conversaciones entre Bustamante y Eric Williams, Trinidad avergonzó a Manley cuando se dirigió a ellos pidiendo dinero prestado— diez menos uno seguía siendo igual a cero en el siglo XX.

Infortunadanente, al tiempo que los jamaiquinos construían un mundo afrocéntrico de nueva conciencia, la metanarrativa elitista europea se reforzaba pues fueron los personajes de piel blanca Manley y Seaga quienes le dieron esa nueva respetabilidad de conciencia. Por consiguiente, parte de la narrativa jamaiquina de este milenio es el matrimonio con personas de piel clara, y la nueva conciencia y el sentido de responsabilidad en la clase más baja incluye el blanqueado de la piel para aclarar su tez. La fragmentación de la identidad caribeña es un problema generalizado que como veremos es un tópico que los académicos caribeños intentan construir escribiendo su propia metanarrativa, o historia:

Los caribeños tienen un problema de identidad. La cuestión de la identidad sigue sin resolver, lo dijo el director de la Universidad de las Antillas, campus de St Augustine, el doctor Bhoendradatt Tewarie, al hablar ante delegados de la Asociación para Estudios del Caribe (CSA). "Tenemos una historia, estamos ubicados en un lugar, hemos establecido relaciones, una cultura evoluciona, pero tenemos problemas de identidad. El caribeño sigue luchando con su identidad y es por eso que, donde se congregan las elites en mayor número, en la Universidad de las Antillas, y en instituciones como la Asociación de Estudios del Caribe, hay con frecuencia una falta de claridad sobre lo que debemos y no debemos hacer, adónde debemos y no debemos dirigirnos, qué debemos aceptar y de qué debemos deshacernos……Como los caribeños no saben quiénes son, nuestras sociedades en ocasiones parecen no tener un indicio de qué llegar a ser y como resultado de ello el desarrollo sigue siendo un concepto huidizo, porque nadie puede concebir un destino mutuamente deseable y articular los pasos precisos requeridos para llevarnos aquí, [o allá].. Desde el comienzo ha sido un concepto huidizo y sigue siéndolo hoy en día.4

Las metanarrativas complican el análisis de cualquier fenómeno, pero aún más complicado es cuando los negros usan inconcientemente metanarrativas epistemológicas europeas para desacreditar las propias al ser incapaces de resistirse a pronunciar mentalmente (de forma derogatoria), «mujer, hombre, nigger, honky, culí, etc.». Esta psicosis puede subyacer en la raíz del blanqueado de la piel que se practica en El Caribe; pues la metanarrativa epistemológica europea es inmutable en la experiencia negra, cuando se ve enfrentada con problemas irreconciliables que se crEn relacionados con la propia raza, una respuesta patológica es crear un prosopon para la negritud blanqueando el cuerpo, o los propios modales, para ceñirse a los estándares europeos. Ejemplos de la vida real como el blanqueo de la piel refuerzan la inverosimilitud del avance social mediante las metanarrativas europeas. Cuando se entienden los efectos actuales de las epistemologías europeas en los caribeños, se ve la necesidad que tienen de un ancestro africano para construir su historia y su metanarrativa epistemológica que le dé una identidad estable en su propia piel. La piel de los europeos no facilita la igualdad para ellos y por ello no puede inhibir más a los negros. Tomemos la citada expresión de Hume, quien tenía un profundo desdén por los negros y las diásporas africanas en colonias como Jamaica:

Me inclino a sospechar que los Negros son por naturaleza inferiores a los Blancos. Escasamente ha habido una nación civilizada de esa complexión ni siquiera una persona eminente en acción o especulación. No hay fabricantes ingeniosos entre ellos ni arte ni ciencias. De otro lado, la mayoría son groseros y brutales con los Blancos… Sin mencionar las colonias, hay esclavos negros dispersos por toda Europa, en quienes nadie ha descubierto nunca síntoma alguno de ingenio; si bien lo tendrían poco sin educación, se pondrían en marcha entre nosotros y se distinguirían en cada profesión. En Jamaica, es cierto, dicen que hay un Negro como hombre de gran talento y entendimiento; pero es probable que se le admire por hazañas insignificantes, como un loro que pronuncia con claridad unas cuantas palabras (Wolff 2006:35).

Evidencia de avance social

Pese a la despótica influencia de los sistemas europeos en el Caribe postcolonial, existen una metanarrativa epistemológica caribeña emergente que funciona desde dentro de los caribeños y a menudo encuentra su expresión a través de memorias africanas y asiáticas que sólo cobran sentido cuando se las explora en el contexto de la creolización, la música, la esclavitud, el trabajo forzado y las circunstancias actuales (Thomas-Hope 1984). Jack Popjes, exdirector de Wycliffe Bible Translators Canada y Wycliffe Bible Translators Caribbean plantea:

El patois es una lengua separada. No es sólo un inglés imperfecto. Lo hemos estudiado. Tiene su propio conjunto de normas gramaticales. Tiene muchas palabras iguales en inglés... Si en el sistema educativo jamaiquino los niños no escuchan más que patois durante toda su vida hasta los seis años de edad, cuando por vez primera se les da una instrucción intensiva en inglés —ellos simplemente no lo entienden (entenderán). Estoy convencido de que hay adultos en las iglesias (en Jamaica) que van sólo a mirar (no entienden el inglés estándar). El patois es un idioma real. «Es un idioma creol. Un idioma creol es un idioma constituido en partes por otros idiomas distintos que ha desarrollado sus propias normas gramaticales de cualquiera de las lenguas de las que ha tomado partes. inglés era creol en la época de Shakespeare. inglés debe ser enseñado a los niños de seis años como un idioma extranjero. Los profesores que hablan patois dirán: ‘Vamos a aprender una nueva lengua que se llama inglés, pero adivinen qué, hay muchas palabras que ustedes ya saben por hablar patois'» (Gleaner 22 de junio, 2008).

Miller (2007), escribiendo desde una perspectiva teológica, sostiene que está surgiendo un tipo de caribeño que reconoce la presencia legítima de varias ontologías que coexisten en tensión, y eso está creando nuevas permutaciones en intersecciones cruciales. Los humanos en El Caribe están sintonizados con el pulso del mundo en maneras que no son fijas, pero cargadas de significado, llenas de mensajes y «menciones» para que el humano escuche mensajes que en últimas vienen de Dios (Miller, 2007)—Alá; Haile Selassie y seres sin nombre. Como académico caribeño, pensador desde la perspectiva de procesos relacionales, Miller (2007) está desarrollando una metanarrativa epistemológica que toma distancia de la metafísica de la «sustancia», [ver- sustancia se entendía como lo que hace algo distinto, pues puede concebirse aparte de todo lo demás, y no requiere nada más para explicarse. La sustancia podría entenderse como el sustrato o la realidad subyacente de una entidad, no basada en nada más].

Las memorias africanas en El Caribe reflejan la comprensión comunitaria y espiritual del ser que existe entre los ashantes y los akanos. Para Miller (2007), el ser afrocaribeño emergente no se define en oposición a otros, sino que es más social que individual:

Se es un ser por lo que se recibe de otros en un momento dado. Como lo plantea John Mbiti, «el individuo es conciente de sí mismo en términos de ‘yo soy porque nosotros somos, y puesto que nosotros somos, entonces yo soy'». Está el reconocimiento de que cada individuo está dotado por el creador de dones y talentos únicos. Pero esa libertad e individualidad siempre se compensa contra la totalidad del contexto social e histórico. El individuo es por tanto no un sistema cerrado en oposición al mundo exterior, sino que entra en el entorno circundante que a su vez lo permea, y es una conexión en un nivel profundo. Existe una comunicación constante, una especie de intercambio cósmico mediante el cual los humanos siempre estamos escuchando el pulso del mundo… Porque el caribeño sumó voluntades contra los problemas de los esclavos, en 1781 la asamblea de Jamaica declaró ilegal la práctica de Obeah y suprimió cualquier otra práctica de la religión africana.

Para resistir las fuerzas hegemónicas, el caribeño de hoy en día está impulsando los vestigios de una identidad y una epistemología desde adentro, creolizando diferentes lenguas en una lengua manejable (Mohammed, 2001), Pero, ¿cómo están capturando su identidad estimulada los académicos caribeños que escriben desde la perspectiva sociológica? En la medida en que estamos dominados nuevamente por las influencias norteamericanas, ¿podemos en realidad lograr un avance social? ¿El pensamiento / las epistemologías de quién nos limitan? corpus de literatura existente ofrece algunas respuestas iniciales. Mohammed (2001) afirma que hay algo que puede constituirse como la caribeñidad en el antiguo espacio colonial y ahora de los Estados Unidos. Hay un pensamiento caribeño, música caribeña, una personalidad caribeña que ha dejado de ser simple remedo. Para dar alguna descripción, Mohammed (2001) cita a Laurens van der Post en Venture into the Interior:

Si alguien quiere conocer el corazón de África debería escuchar su tambor. Ese mismo tambor se repite en la cultura del nuevo mundo, cambiado, atenuado, el sonido de la música del nuevo mundo y por consiguiente el corazón de la nueva cultura. Los tambores en la cultura africana eran los más importante para los controles que ejercían sobre ciertos tipos de espíritus, enredando el cuerpo y la mente y el alma en una temblorosa armonía. Si Jamaica ha producido este ritmo [el reggae] de las ruinas de la esclavitud, luego de manera similar, la banda de acero (stEl band) de Trinidad se forjó a partir de otro tipo de lucha y representa otro sonido musical en el ensamble caribeño. De la misma forma que la gente del nuevo mundo en los Estados Unidos ha producido el rhythm and blues, el jazz, el rock and roll, el pop y el gangsta rap.

Como reacción al neocolonialismo euroamericano que busca controlar el conocimiento reforzando la aplicabilidad universal del método científico a todas las formas del conocimiento (Bryman, 1988:22 en Mohammad, 2002), la sociología caribeña ha opuesto resistencia a la verificación de las ideas mediante la mera acumulación de hechos o leyes. Al mantener la simpatía por la africanidad, se niega la hegemonía absoluta del sistema de valores europeo (Henke, 2004). La región emergente es conciente de su pequeño tamaño, pero está dispuesta a tomar algunas decisiones difíciles que están apoyadas por la religión. Una entrevista con el Primer Ministro de Jamaica refleja esta actitud caribeña: no se dejará presionar por personas de fuera para reconocer los derechos de los homosexuales. «Vamos a tener que determinar eso por nosotros mismos y vamos a tener que determinar en qué medida esos valores se adaptarán al cambio con el tiempo; al cambio de percepciones, al cambio de comprensión, en lo que concierne a cómo vive la gente», dijo. Golding, actual Primer Ministro de Jamaica, declaró también que no permitiría a los homosexuales hacer parte de su Gabinete. El pastor local Errol Rrattray, de la Asociación Evangélica se mostró de acuerdo con la postura de Golding (Jamaica Gleaner 21 de mayo, 2008).

Las narrativas caribeñas emergentes están recibiendo influencia de diferentes matices de la religión (Henry, 2000), y la resistencia a la narrativa europea de que los esclavos eran los hijos pecadores de Cam —una subespecie de humanos que son menos que los blancos. Es de la resistencia a la esclavitud y su ideología postcolonial que surgió el rastafarismo. En esencia, el rastafarismo es un movimiento de resistencia con origen en los cimarrones y su movimiento de resistencia mediante la fuga de las plantaciones y la creación de sus propias colonias. Taki y NaNy fueron dos cimarrones notables.

El rastafarismo también ha desplazado el énfasis en el discurso de la dominación de los poderes coloniales a la capacidad de recuperación de los esclavizados. En éste, se ha reconfigurado la antigua ideología cristiana de los esclavos como hijos de Cam a través de las influencias del revivalismo y el mayalismo. ChevaNes (1994) sostiene que los europeos se enteraron del mayalismo en la rebelión Taki de 1760. Cuando los plantadores huyeron de América a las Antillas, vinieron a hacer proselitismo entre los esclavos. El caso más emblemático fue el de George Liele, quien fundó la Iglesia Bautista en Jamaica. Pero, los académicos sostienen que los esclavos se resistían al adoctrinamiento cristiano usando las ideas mayales. Por ejemplo, mientras Jesús es la figura central en el cristianismo, el que da acceso al Padre, en el mayalismo la atención se concentra en el Espíritu Santo, no en el Padre o en el Hijo. Un segundo ejemplo es que el cristianismo transmite sus doctrinas a través de servicios formales, enseñanzas de la biblia y catecismos, pero el mayalismo se transmite mediante experiencias extáticas informales del Espíritu. Estas actividades mayales disgustaban a los misioneros bautistas, porque tenían que competir con un espíritu santo espontáneo y con líderes carismáticos para ganarse la devoción de los esclavos. Como estrategia, los europeos llamaron al mayalismo obra de Satanás, porque las personas poseídas por el espíritu danzaban en círculos rituales, sufrían convulsiones y gemían (ChevaNes, 1994). Esas formas religiosas africanas son mal vistas por el cristianismo oficial euroamericano que tolera algunas expresiones y condena otras de manera rotunda (Miller, 2007). Lo que los europeos asumen aquí es que esa religión de los esclavos de África y el Caribe no era cristiana. Pero Mbiti sostiene lo contrario; África tenía su propio cristianismo mucho antes de que los europeos llegaran al continente.

Es de esperar que las divisiones internas entre los académicos caribeños sean diferentes del presunto ser elitista de los euroamericanos (Mills 1959), no hay un [presunto] ser esencial caribeño (Dawes 2001)—somos un híbrido de influencias europeas, indias, asiáticas, judías y africanas. «Jamaica, como el resto de El Caribe, es un país de quienes vinieron, un crisol marcado por letreros de calles con nombres europeos lleno de rostros africanos, donde dominan los negociantes antillanos y chinos, y cuerpos japoneses tratan de dominar el ‘estilo yard' en numerosos salones de baile; por las noches» (Jamaica Gleaner 26 de junio, 2008). La consecuencia es la lucha interna de los académicos caribeños con el neocolonialismo, en tanto las epistemologías europeas de poder y rango social se mantienen vigentes en las relaciones entre hispano, afro, indo, portugueses y asiático-caribeños. Por ejemplo, Miller (2007) afirma que:

Aunque no están presentes las Castas como sistema formal, muchos siguen alegando que sus ancestros los acercan a las Castas superiores y encuentran otras formas de lograr una posición social que reflejan en ciertos modos la persistencia de la dinámica de las castas.

Es interesante que en algunos textos en la teología caribeña desde los años 70 había una discusión sobre el surgimiento del «hombre caribeño», pero las características de ese «hombre» estaban determinadas según la ontología cristiana negra que pone al afrocaribeño en un lugar inferior como «Hijo de Cam nacido en pecado».

Aunque afectados por los dominantes (no equiparados con la mayoría numérica, en todo caso), los pueblos indocaribeños siempre han rechazado la expectativa de asimilarse a la cultura mayoritaria. Burton Sankeralli sugeriría entonces que siempre ha tenido lugar una contestación abierta y velada en El Caribe – esto, digo, se ha hecho más abierto con la adquisición de poder económico y político de los indios.

Esta división étnica pone la sociología caribeña en un callejón sin salida, pues el camino para construir una metanarrativa no europea podría venir de Latinoamérica, de la India o de África, pero las influencias principales en El Caribe provienen de los sistemas filosóficos europeos y de las sociedades euroamericanas, donde los estados postcoloniales y los negros no son tenidos en alta consideración. El autor recuerda las bajas expectativas que tenía de los jamaiquinos la junta de exámenes externos británica. En 1972, más del 90% de los estudiantes de mi escuela secundaria aprobaban el examen de inglés en nivel O. Poco después de eso se enviaron examinadores de Inglaterra para cuestionar cómo podían escribir tan bien los estudiantes de secundaria jamaiquinos en el tiempo prescrito. Al no hallar transgresión alguna, se instituyeron nuevas normas y el Consejo General Británico exigió que el documento del examen se recogiera y devolviera a la oficina postal local en Jamaica en un tiempo determinado. Hoy, las escuelas secundarias del Caribe siguen participando en el mismo examen británico externo sabiendo muy bien que se espera que en masa no tengamos un buen rendimiento.

La tarea entre manos que enfrentan los académicos caribeños activistas en la construcción de mundos socialmente constructivos es que sus ideas también se ven amenazadas por las divisiones subyacentes de los sistemas étnicos tradicionales de origen indio, africano y portugués, y la globalización que intensifica la comunicación con Euroamérica, pero menoscaba o complica las redes regionales de poder. Ese es un asunto delicado para varios de los académicos caribeños entrevistados, en su propuesta de construir una región progresista en el aspecto social; han adoptado el marxismo sólo para encontrar que privilegia a Europa y no se ajusta perfectamente con sus realidades sociales; y los modelos estocásticos que analizan el efecto de variables como la raza, la clase, el género, el nivel de ingresos y la educación no explican las realidades subjetivas, pues las personas no siempre son concientes de la manera como predeterminan sus pensamientos la historia y los sistemas euroamericanos.

Por consiguiente, el teórico caribeño debe aclarar nuestras percepciones —porqué vemos lo que vemos y cuáles son las metanarrativas epistemológicas que animan las perspectivas europeas más que las otras africanas. Figueira (2004:xv) propone desarticular la lengua inglesa con su visión del mundo dualista motivada por categorías excluyentes. Pero esa propuesta sólo es viable hasta que uno centra la teoría en la vida real donde las ideas afianzadas por contratos de siglos de antigüedad que determinan los contratos manifiestos. En otras palabras, de debe considerar los largos años detrás de la lengua inglesa, y que un cambio en el lenguaje puede no cambiar las prácticas dualistas en la sociedad. Esta es la tensión actual en El Caribe, pues diferentes grupos han conservado prácticas étnicas a pesar de estar en nuevos países con lenguas distintas. Ese fue precisamente el problema con el Poder Negro Caribeño y el socialismo de los setenta: obviaron los sistemas/la epistemología comunal (no sólo la racial, sino también los aspectos y principios básicos inmutables que impulsan todos los otros).

Es una tarea persistente lograr la libertad epistemológica; o el equilibrio entre los pensamientos euroamericano y caribeño. Una razón es que cuando dos epistemologías rivales compiten por el espacio, la tendencia es a que la más desarrollada y antigua domine a la menos desarrollada y joven (Berna, 2006). Pese al dominio del pensamiento europeo, y de ka cultura pop americana en la región del Caribe, los académicos están acumulando pequeñas cantidades de un pensamiento caribeño, que están usando para resistir la hegemonía del pensamiento euroamericano.

No es razonable, sin embargo, pensar que el pensamiento caribeño, acumulado por 1,5 siglos, pueda fácilmente superar el pensamiento europeo que tomó 23 siglos acumular. La física, por ejemplo, se remonta a la sociedad griega y ramificaciones de la sociedad griega hasta con 23 siglos de antigüedad. Si se quisiera desarticular los códigos de la física americana se enfrentaría con la enorme historia de la disciplina y con cómo el lenguaje en la física está relacionado con otras disciplinas; cambiar una cosa afectará las otras. De manera similar, aunque la sociología es joven en El Caribe, está precedida por siglos de desarrollo que hacen difícil concebir la realización de cambios en la disciplina socialmente progresistas sin afectar la disciplina en otros países.

 

Los académicos caribeños, en especial los historicistas, los teóricos posmodernistas y los feministas enfrentan una difícil tarea para articular e inculcar ideas sobre la igualdad, y para hacer conexiones con la sociología africana, porque la disciplina de la sociología tiene sus raíces en la revolución industrial europea del siglo XIX y las ideas teóricas que se adaptaron de las ciencias naturales —todas las cuales están basadas en metanarrativas epistemológicas que ponen a los blancos por encima de los negros, y a los hombres por encima de las mujeres. En esencia, el campo de la sociología euroamericana utilizó un conjunto muy miope de ideas filosóficas reforzadas que están asociadas con una desigualdad y una dislocación sociales sin precedentes.

El problema va aún más allá, pues todas las instituciones educativas caribeñas se construyeron sobre modelos europeos —y en los años noventa, la Universidad de las Antillas como principal universidad regional, adoptó los modelos educativos estadounidenses. A medida que más académicos caribeños regresan de estudiar en los Estados Unidos y las escuelas jamaiquinas adoptan currículos euroamericanos, se hace aún más evidente la fuerte influencia que tienen en el pensamiento caribeño las ideas de Heráclito, Platón, Sócrates y Aristóteles, y teóricos modernos como Marx, Mills, Hume y Kant, cuyas metanarrativas epistemológicas no favorecen a los negros. Juntas las obras de estos académicos europeos fundaron las bases filosóficas del razonamiento deductivo como método para determinar y justificar el conocimiento. Si África del Norte dominó a Grecia y configuró la filosofía griega, su contribución ha sido eviscerada por las narrativas europeas. Este hecho debe resaltar el valor de la afirmación de los académicos caribeños entrevistados, «Me gustaría estudiar las lenguas clásicas». Es en la información antigua de estos siglos que pueden hallarse las respuestas sobre los esquemas del pensamiento caribeño en general y por nuestros propósitos entre sociólogos.

Pese a los comentarios anteriores de algunos académicos caribeños entrevistados, hay otros que están poniendo a la vista la importante influencia que tiene el pensamiento europeo en las manifestaciones caribeñas y están haciendo saber que las metanarrativas europeas plantean obstáculos formidables al avance social tanto en lo filosófico como en lo pragmático. Una metanarrativa clave es la epistemología kantiana inversa que conduce a los oprimidos a pensar que los sistemas son sólo porque la mente entorpece la manera de entender cómo funcionan los fenómenos.

La metanarrativa epistemológica de Kant plantea un obstáculo formidable al avance social en cuanto permite una puerta de escape para la misma mente que produce desigualdad para confundir la responsabilidad diciendo no entiendo (Mills, 1997). En otras palabras, la desigualdad es una falta de los individuos más que las metanarrativas dominantes que fueron instituidas por los europeos para dar un poco de más poder sobre las masas, y a las sociedades europeas autoridad moral y natural sobre el globo.

Discusión

En suma, el pensamiento caribeño sufre de la dominación por parte de las fuerzas globales euroamericanas, y eso disminuye el avance social. En la época colonial, El Caribe fue convertido en una economía periférica británica. La periferización se legitimó con la filosofía  europea que definió las filosofías africanas y locales existentes y en formas que vuelven ilegítima la filosofía africana y legítimo el derecho europeo al saqueo socioeconómico.

Aunque hay una identidad caribeña emergente que resiste las nociones europeas, El Caribe está fundado en ontologismos europeos que reducen la necesidad de lo local y de lo africano. Para comienzos del siglo XXxx, cuando se abolió la esclavitud, los significantes europeos estaban tan arraigados que los caribeños emigraron a Inglaterra con el fin de acumular valiosos recursos que se habían vuelto indispensables para su identidad (Olwig, 1983). Por consiguiente los antillanos sabían más sobre Inglaterra, su madre patria, que sobre África o Caribe. Si se compraba una bicicleta, se suponía que era mejor cuando venía de (Phillips et al., 1998).

Pero hubo una metanarrativa política y filosófica emergente en El Caribe después de los años sesenta, que se está articulando mediante las prácticas religiosas indias y africanas. De allí, los caribeños crEn que los europeos y los euroamericanos tienen algo que aprender del pensamiento caribeño. problema de impartir ideas sobre Caribe es que las teorías sociológicas y las metanarrativas epistemológicas euroamericanas menosprecian a los no europeos y hacen caso omiso de lo metafísico. Además, infortunadamente, el patrón seguido, cuando las ideologías compiten, es para que los desarrollados y más viejos dominen a los menos desarrollados y más jóvenes (Bernal, 2006) y eso deja al joven pensamiento caribeño en una condición precolonial.

La creación de mundos socialmente progresistas en el mundo actual requiere una reforma preliminar (Scott, 2001) de la manera como pensamos y la demistificación de la metanarrativa epistemológica / el sistema ontológico (Mills, 1997), el desarrollo de una administración racial y una construcción simultánea de una historia y una nueva epistemología narrativa para construir un avance social. Lla demistificación incluye un sistema lingüístico no dualista que interrumpa el valor de lo negro/blanco, lo malo/bueno, lo más/menos y lo mío/tuyo (Figueria, 2004; Kosik, 1967). Rrose (1981) sostiene que para hablar sobre una sociedad de manera diferente es necesario que poseamos ya una lengua y seamos capaces de formar las oraciones correctas. Eso es lo que África representa para los negros; una lengua alternativa posible que debe permitir a los académicos cuestionar— Cuando Durkheim habla sobre lo elemental, ¿[los académicos caribeños] debemos preguntar primero de qué hechos elementales está hablando Durkheim? Esto nos permitirá hablar correctamente de cosas que en sí mismas son elementales en El Caribe.

El análisis que sobre sus relaciones proporcionaron los sociólogos caribeños entrevistados refuerza la idea de que las metanarrativas coloniales europeas siguen obstaculizando el progreso social. Algunos académicos están fabricando una nueva metanarrativa pero con un problema acuciante como la falta de vocabulario creíble para articular completamente nuestra posición. La lengua inglesa no ofrece vocabulario para expresar la equidad —la lengua inglesa proporciona códigos dualistas que permiten que una parte explote totalmente a la otra (Altbach 2007) sin mucho cuidado por la manera como la remoción de recursos valiosos destruye las relaciones —en efecto, diez menos uno sigue siendo igual a cero en las sociedades caribeñas del siglo XXI.


 

1 Este artículo es producto de la investigación del autor sobre metanarrativas y progreso social. Los datos fueron recolectados entre 43 académicos caribeños sobre el siguiente tema: ¿pueden los sociólogos analizar el efecto del progreso social? El análisis revela como las metanarrativas se han construido con base en las experiencias personales y las narrativas del Viejo mundo europeo siguen sobre el Caribe.

2 Ph.D., Sociology. University of South Carolina, Columbia.

3 Associate Professor of Sociology


 

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