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Tabula Rasa

Print version ISSN 1794-2489

Tabula Rasa  no.14 Bogotá Jan./June 2011

 

De la Resistencia Gaitanista a la Resistencia Liberal; VillaVicencio 1948- 19501

From Gaitanist Resistance to Liberal Resistance; VillaVicencio 1948-1950

Da Resistência Gaitanista à Resistência Liberal, VillaVicencio 1948-1950

Andrés Gómez Barrera2
Pontificia Universidad Javeriana, Colombia
a-gomezb@javeriana.edu.co

1El presente trabajo histórico es el resultado de una investigación que comenzó en el año 2003, como parte de los trabajos de semilleros que se realizaban en el grupo de investigación de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia: Conflictos Sociales del Siglo XX, el cual culminaría en el año 2010 con la elaboración de la Tesis de Maestría en Historia de la Pontificia Universidad Javeriana, titulada: «Elecciones, Junta revolucionaria y Bandidos: Villavicencio 1946-1953».
2Magister en historia, Pontificia Universidad Javeriana.

Recibido: 22 de noviembre de 2010 Aceptado: 09 de mayo de 2011


Resumen:

A través de fuentes escritas y orales en el presente artículo se identifican: primero, las relaciones políticas entre la élite y los sectores populares en Villavicencio durante los años de 1948 a 1950; segundo, la existencia e influencia del movimiento gaitanista en Villavicencio; y tercero, movimientos insurgentes nacidos en la capital del meta como forma de resistencia a la represión que ejerció el gobierno conservador contra el liberalismo entre los años de 1948 a 1953. A través de la historia de Villavicencio se obtiene una amplia visión de la Violencia y del sistema socio-político, tanto de la élite regional como de los sectores populares colombianos de mediados del siglo XX. De tal manera, que al unir la violencia de Villavicencio con el todo (Colombia), no sólo se logra la construcción del conocimiento histórico, sino el entendimiento y Comprensión del proceso conocido en Colombia como la Violencia.

Palabras clave: gaitanismo, bandido, violencia, cuadrilla, movimientos insurgentes.


Abstract:

By looking to written and oral sources, this paper identifies: firstly, the political relations between the elite and the grass-roots sectors in Villavicencio in the period 1948-1950; secondly, the existence and influence of the Gaitanist movement in Villavicencio; and thirdly, insurgent movements that arose in the capital city at the department of meta, as forms of resistance to the repression applied by Conservative government against Liberalism between the years 1948 through 1953. By looking at the history of Villavicencio, we get a wide view of Violence and the socio-political system, both in the regional elite and the Colombian grass-roots sectors by the mid 19th century. Thus, when relating violence in Villavicencio to the whole (Colombia), we get to build historic knowledge, and to understand and comprehend such historical process which is known in Colombia as the Violence.

Key words: gaitanism, bandit, violence, gang, insurgent movements.


Resumo:

No presente artigo, por meio de fontes escritas e orais, identificam-se, primeiramente, as relações políticas entre a elite e os setores populares em Villavicencio, durante os anos de 1948 e 1950; em segundo lugar, a existência e influência do movimento gaitanista em Villavicencio; e, por fim, trata sobre movimentos insurgentes nascidos na capital de meta como forma de resistência ante a repressão exercida pelo governo conservador contra o liberalismo entre 1948 e 1953. A história de Villavicencio fornece uma visão ampla da Violência e do sistema sócio-político tanto da elite regional como dos setores populares colombianos de meados do século XX. Deste modo, ao vincular a violência de Villavicencio ao todo (Colômbia), não somente se atinge a construção do conhecimento histórico, como também o entendimento e a compreensão do processo conhecido na Colômbia como «A Violência».

Palavras chave: gaitanismo, bandido, violência, quadrilha, movimentos insurgentes.


Durante la década del 40 en Colombia, Jorge Eliécer Gaitán crea un proyecto político, que para Gonzalo Sánchez, estaba apoyado por la pequeña burguesía urbana que se opuso al plan Lopista impulsado por una burguesía terrateniente. El ideal gaitanista trató de darle salida al divorcio social y político existente en el país y reagrupó las fuerzas políticas con el fin de convertir al partido Liberal en el Partido del Pueblo (Sánchez, 1989:130); esto hizo que se enfrentara la oligarquía y a las masas populares, hecho que se hizo evidente con el asesinato de Gaitán el 9 de abril de 1948.

Luego de la muerte de Gaitán, señala Sánchez, la oligarquía colombiana decidió disolver todas las agrupaciones populares y trató de controlar las provincias colombianas para evitar que volvieran a ocurrir levantamientos populares como los ocurridos el 9 de abril. Con esto, la violencia después de 1948, adquirió su máxima intensidad «revistiéndose de nuevas formas y golpeando nuevas regiones» (Sánchez, 1989:140).

También es de considerar que luego del 9 de abril de 1948, los conflictos partidistas continuaron y se intensificaron, aun más durante el gobierno de Laureano Gómez, denominado como «la dictadura Civil» (Tirado, 1989:84), por mantener el cierre del congreso iniciado en el gobierno mariano Ospina Pérez, días después de la muerte de Gaitán. Al caer enfermo Laureano Gómez en 1951, Urdaneta toma el poder y la violencia alcanzó niveles exorbitantes hasta el año de 1953 y se extendió a varias regiones colombianas en donde se puso en evidencia la desintegración de los aparatos institucionales como el parlamento, el electoral y el judicial.

Después del año de 1948 en Villavicencio se radicalizó el sectarismo político, la exclusión social, la intolerancia religiosa y se pretendió fortalecer la presencia estatal a través de mecanismos de coerción. Se abrió entonces, el camino para que apareciera una cuadrilla armada que pretendía defenderse de la persecución a la que estaban siendo sometidos los seguidores de Gaitán por parte de la élite local. Hacia el año de 1949, dicha cuadrilla hizo parte del origen del movimiento guerrillero de los Llanos, con la ayuda del capitán Alfredo silva romero y de la élite liberal de Villavicencio.

Dichas guerrillas liberales controlaron cerca del 90% de las entonces Comisarías del Arauca, Vichada y Casanare, y la Intendencia del Meta (Barbosa, 1992:129), reemplazando al poder estatal en los Llanos Orientales de Colombia casi en su totalidad. Lo anterior determinó la aparición de una guerra civil de guerrillas en los Llanos (Oquist, 1978:288) que tuvo como característica principal el enfrentamiento entre un gobierno local militar de carácter conservador, que pretendía restablecer el control estatal en la región y un movimiento armado que se oponía a dicho gobierno y a sus políticas de represión encaminadas a eliminar al partido liberal y conservatizar al país (Casas, 1989:57).

Con la presencia de una nueva policía en Villavicencio, luego del 9 de abril de 1948, el gobierno intendencial a cargo de Ricardo Renjifo, siguiendo directrices de Bogotá, fortaleció la seguridad en la ciudad para evitar que reaparecieran actos de violencia con un origen político. Aparece entonces, la censura a la prensa y otros medios de comunicación, con el fin de evitar que no se escribiera ni hablara de política, pues según afirmaciones del gobierno conservador, ésta incitaba a la violencia. Otra importante medida tomada, fue la entrega de salvoconductos para controlar el tránsito de «bandoleros» en la Intendencia y en el resto del País.

Con el pacto de Unidad Nacional, firmado el mismo día de la muerte de Gaitán entre el presidente conservador mariano Ospina Pérez y el dirigente liberal darío echandía, y con unas fuertes medidas policivas represivas a los sectores populares, en Villavicencio, a finales de 1948, la élite parece que retoma su protagonismo y nuevamente queda excluido el componente social de la política, reapareciendo, con ello, la constante lucha por el poder local.

La separación radical entre lo social y lo político, alcanzado por la fuerte represión policial después del 9 de abril en Villavicencio, obligó a la población que se declaró gaitanista o liberal a movilizarse, en un principio, en pequeños grupos armados de carácter defensivo. En el año 1949, al intensificarse los conflictos electorales por la campaña presidencial y con la idea conservadora de crear un nuevo orden social autoritario basado en lo religioso, se afectaron los intereses de la élite liberal, motivo por el cual, ésta apoya y organiza las guerrillas del Llano como forma de oposición al conservadurismo, iniciando con esto, un fuerte conflicto irregular en la región. Pero en el momento en que la élite liberal de la región se da cuenta que puede beneficiarse del conflicto que habían generado, decide pactar una alianza con los conservadores con el fin de recuperar el poder económico-político perdido.

Veremos cómo en Villavicencio, la exclusión social, el gaitanismo, la debilidad estatal y la influencia de la lucha partidista a nivel nacional, influyeron en la constitución de las guerrillas de Llano, el más grande movimiento insurgente de carácter popular que haya surgido en Colombia antes de 1950. En consecuencia, dividiremos el artículo de la siguiente manera: resistencia gaitanista y consolidación de los primeros bandidos; de la resistencia gaitanista a la resistencia liberal y Villavicencio en medio de la revolución del Llano.

Antecedentes

Es importante destacar que en Villavicencio el 9 de abril de 1948 se constituye una Junta revolucionaria en respuesta a la muerte de Jorge Eliécer Gaitán. En dicho ente revolucionario no es apreciable la participación directa o el direccionamiento de algún sector de la dirigencia liberal o gaitanista como en otras regiones del país. Esto se pudo presentar porque al conocerse la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, sus integrantes se refugiaron en sus casas en las que, sin energía eléctrica, les fue imposible enterarse de lo que estaba sucediendo en Bogotá; además, pude pensarse que no querían inmiscuirse en actos que le dieran la razón a los opositores de Gaitán, que días antes habían denunciado que el gaitanismo era un movimiento de bárbaros y de chusma irracional. El haber participado en los actos del 9 de abril, les hubiera generado desprestigio y descreimiento frente al resto de la élite de la Ciudad3.

La no participación de miembros de la dirigencia liberal en la Junta revolucionaria, también puede ser explicada en el hecho de que los sectores populares gaitanistas de Villavicencio no vieron conveniente o necesaria su participación, debido a que estos perdieron credibilidad, autoridad y direccionamiento sobre ellos. Gaitán educó a la población bajo una concepción moralista de la política, con su visita a la ciudad, sus discursos transmitidos por radio y sus escritos que se publicaban en el diario Jornada que circulaba en Villavicencio, los cuales eran comentados en los cafés en la hora del receso laboral o en el parque del Samán, esto les generó desconfianza hacia los dirigentes que desde el año de 1947 habían desarrollado una democracia excluyente de carácter «individualista» que hacían más énfasis en un tipo de política meramente electoral.

También el gaitanismo, dentro de los sectores populares de Villavicencio, creó sentido de identidad, disciplina y participación política, desarrollando entre ellos una concepción de sí mismos como pueblo que era capaz de tomar sus propias decisiones. Por lo tanto, la Junta revolucionaria de Villavicencio, sin la presencia de intermediarios políticos con un origen tradicional, nace y se desarrolla, así haya sido por unas pocas horas, como una forma de organización y gobierno de autentica expresión popular.

Para hacer la Junta Revolucionaria no se tuvo en cuenta a los líderes de la ciudad. A ellos no les importaba el pueblo o lo que le pudiera pasar, a ellos sólo les importaba estar sano y salvo en sus casas...... Eso lo sabíamos todos, porque ellos, antes de que mataran Gaitán, no hacían nada, sólo buscaban al pueblo cuando necesitaban los votos para poderse beneficiarse.4

No se necesitaba de esa gente, todos los que estábamos en las calles el 9 de abril apoyábamos y confiábamos en una nueva gente que era como nosotros, ellos sí iban a gobernar bien e iban cobrar venganza por lo que se había dicho de Gaitán y por supuesto, por su muerte.5

Para que se iba a llamar a esa gente que lo único que hacía era robar...y los que se llamaban líderes gaitanistas se hacían llamar así porque necesitaban los votos de la mucha gente que era gaitanista en Villavicencio, pero esos eran liberales amigos de los conservadores, no ve que apenas se supo que mataron a Jorge Eliécer salieron corriendo y se escondieron en sus casas.6

La Junta revolucionaria de Villavicencio y los acontecimientos que surgieron en esta constituye, para Gonzalo Sánchez (1984:7), en un caso paradigmático de articulación e ilación de los conflictos locales y regionales con los grandes acontecimientos nacionales. Es por esto, que podemos observar una relación entre la Junta revolucionaria de Villavicencio y las que se formaron al mismo tiempo en otras regiones del país, porque tienen en común que a pesar la existencia de un deseo de venganza y destrucción por la muerte de Gaitán, apareció un esfuerzo por implantar un gobierno local de connotación democrático popular, mecanismo para evitar el pillaje y un claro propósitos de remover a todos los representantes del poder estatal, o como lo llama Sánchez, una «expresión de un nuevo poder popular» (1984:156).

A pesar de que en Bogotá el levantamiento del 9 de abril se convirtió en un proceso de degeneración y anarquización, en provincias como Villavicencio, se observó cierto grado de materialización en la organización de órganos de dirección política, pero la derrota política del gaitanismo en Bogotá y el acuerdo de conformar un gabinete de Unión nacional entre conservadores y liberales, llevó a la rápida disolución de las Juntas revolucionarias. Entonces, el Gaitanismo, por tener sus bases en el caudillismo, empezó a descomponerse y, en el caso de Villavicencio y los Llanos Orientales, desembocó «en la formación de guerrillas liberales como la de Eliseo Velázquez» (Alape, 1983:77)

Resistencia gaitanista y consolidación de los primeros bandidos

Como lo mencionábamos anteriormente, luego de que Villavicencio y la Intendencia del meta se encontraran bajo el pleno control del gobierno de Ricardo Renjifo, reaparece la lucha por el poder local y electoral que se vivía antes del 9 de abril. La firma del pacto de Unión Nacional reabrió nuevos campos de discusión y debate político que mantuvo la exclusión de los sectores populares en la política local, y además, empezaron a ser perseguidos con la intención de limitar su movilización; esto los llevó a huir a Bogotá o a zonas rurales en donde se armaron para defenderse de la represión conservadora.

En primera medida señalemos, que las disposiciones impuestas por el Intendente Renjifo para mantener el orden de la ciudad, no sólo tuvo resistencia por parte de los liberales, los conservadores villavicenses se resistieron a aceptar el pacto de la Unión nacional por el tipo de nombramientos que se estaban haciendo a liberales que no eran de la región, lo que podía poner en peligro su deseo de controlar el poder local.

Así vemos como causó estupor entre los conservadores, que gracias a la Unión nacional, el Intendente conservador Ricardo Renjifo nombrara al liberal Guillermo Hernández como Alcalde de Villavicencio y éste, luego de tomar posesión del cargo, nombró un secretario de gobierno liberal cuando debía haber sido un conservador, según las directrices de la Unión nacional. También se escandalizaron por el nombramiento del mayor Gómez silva como director de la colonia penal de Acacías, pues, consideraban que dicho sujeto había sido miembro de la Junta revolucionaria de Puerto López el 9 de abril y sus primeras medidas tomadas en la colonia habían sido el cambio de su guardia conservadora por una liberal, supuestamente traída de la región del Tolima «si por política se entiende la lucha por las posesiones burocráticas no tendremos una verdadera política. Si por política se entienden los principios que han de regular la vida social del país, somos simplemente católicos colombianos».7

La reaparición de los conflictos políticos bipartidista en Villavicencio nos demuestra que rápidamente se restableció el orden político existente antes del 9 de abril, que no se vio afectado gracias al pacto de Unión nacional y a que miembros de la élite liberal no participaron en la conformación de la Junta revolucionaria, lo que les permitía no ser excluidos de la política local.

Algo contrario pasó en los sectores populares que se habían identificado como gaitanistas. no sólo se pusieron en prisión a los integrantes de la Junta revolucionaria, sino que, con la excusa de perseguir a los «violentos»8 que estaban llegando de otras regiones del país, se empezó a perseguir fuertemente a los que se consideraban seguidores de Gaitán, que sin ningún apoyo de la dirigencia local que repudiaba sus actuaciones el 9 de abril, no les quedó otra alternativa diferente a huir a Bogotá o las zonas rurales.

La persecución consistía en llegar a las casas de los gaitanistas y confiscar cualquier elemento que los conectara con Jorge Eliécer Gaitán. De allí en adelante, el simple hecho de tener un machete era considerado porte prohibido de armas, luego, eran golpeados junto con sus familias y puestos presos por rebelión, o, simplemente, recibían advertencias de destierro9.

Ante la carencia de un estado que protegiera los derechos que se estaban vulnerando y la no intervención de la élite liberal para evitar los atropellos de la población, los gaitanistas huyeron a Puerto López, municipio que está a una distancia de 83 Km. De Villavicencio y que, para la época, se encontraba a 4 horas de viaje aproximadamente. Allí la población perseguida encontraba protección en eliseo Velázquez, uno de los más importantes gaitanistas de la región que había liderado la Junta revolucionaria del municipio de Puerto López el 9 de abril de 1948 (Gutiérrez, 1985:32).

Presentamos a continuación el testimonio Luis Gutiérrez, un liberal que habitaba en Puerto López a mediados del siglo XX, en la que se describe brevemente como los acontecimientos del 9 de abril de 1948 en este corregimiento al igual que en Villavicencio, propiciaron la aparición de una Junta revolucionaria en la que surgen personajes como el de eliseo Velázquez que se convirtieron en líderes de la resistencia gaitanista frente a la persecución conservadora que comenzó en Villavicencio, aclaramos, que este acontecimiento al no estar dentro de nuestro campo de estudio no es analizado a profundidad.

Era la una de la tarde del 9 de abril de 1948, en este pequeño caserío de Puerto López. Se escuchaba la radio en la agencia de «flota Guayuriba», la voz del locutor Guzmán delBasto informabadesdelacapital dela Repúblicadelatentadoperpetrado contra el Dr. Gaitán.

La gente se agolpaba en las esquinas del parque. Don Alberto Chávez, mandó a llamar a Eliseo para contarle lo sucedido. Don Eliseo estaba preparando su lancha, al enterarse de la nefasta noticia dijo: muchachos vamos a guardar las herramientas.

Cuando el locutor narraba como prendieron al tal Carlos Roa, asesino de Gaitán y cómo lo arrastraban, la gente aquí en Puerto López se empezó a arrevolverar, alguien grito ¡hagamos algo carajo! Y otros replicaron ¡si hagamos algo por esa gente que se está sacrificando por la causa!

¡Somos 600 gaitanistas, 5 turbayistas y 3 conservadores! entonces le consultaron a don Alberto Chávez a quien apodaban «mariscal» éste manifestó: deben crear un movimiento bien organizado, formar una junta, yo no les ayudo porque voy para Puerto Carreño.

Se formó una junta entre los partidos, se nombró como jefe a Eliseo Velásquez. En el pueblo no hubo atropellos. En el puesto de policía todos eran gaitanistas por lo que el movimiento creado tuvo todo el apoyo de la institución.

Recuerdo que el corregidor Fransua Praderes estaba ausente del lugar al igual que su secretario. La junta ordenó poner en seguridad a los tres conservadores: Crispino Ríos, Oliverio Sabogal y Clemente Vidal, quienes fueron llevados a casa de «La Troco» donde los encarcelaron y colocaron la guardia permanente.

Se envió una comisión al caserío de Rio Negro (hoy La Balsa) y otra a Pachaquiar para buscar respaldo al movimiento. «El Gitano» puso a disposición un vehículo en el que viajaron también a remolino. Se ocupó la casa de la Zona de Carreteras (del M.O.P.) para hospedar a quienes venían de lugares vecinos.

Al día siguiente, la gente de Eliseo madrugó a llevar provisiones, los matarifes ofrecieron carne, los tenderos, yo di un juego de ollas del 2 al 40 todas de aluminio, se repartió desayuno pa unos 300. Mientras unos hacían desayuno, otros milicia al mando de unos cabos. Ya en la tarde se completaron unos 600 con la gente venida de Chaviva, Remolino y otros lugares.

Al día siguiente del 9 de abril... Al obstaculizarse el paso de vehículos por la «la Balsa» en Río Negro hacia Villavicencio hubo protesta de los conductores y el intendente Ricardo Renjifo envió una comisión que acordó no tomar represalias y levantar el movimiento que dio origen a la Junta Revolucionaria de Puerto López, ese día se dejaron en libertad los presos conservadores Oliverio Sabogal y Clemente Vidal viajaron a Villavo y entregaron una lista al directorio conservador donde aparecían todos los involucrados en el movimiento revolucionario.

Poco después, llegó a Puerto López llego un corregidor de apellido Lizarazo, acompañado de algunos agentes de policía, que implanto el uso del «salvoconducto» para poder moverse por el territorio y otras cosas más (Gutiérrez, 1985).

Eliseo Velázquez era un baquiano que trabajaba para los más importantes hatos de la zona de Puerto López y contaba con algunas hectáreas de tierra en esta región, y al igual que los integrantes de la Junta revolucionaria de Villavicencio, tuvo orden de captura, pero gracias a las condiciones geográficas en las que se encontraba pudo escapar y refugiar en el Llano. Cuando se intensifica la persecución al pueblo que se consideraba gaitanista, éste decide, junto un grupo de individuos de su región y de Villavicencio, unirse y armarse para impedir que la población que llegaba a la zona de Puerto López, fuera atacada o perseguida por la nueva policía conservadora, que tenía como base central de operación la ciudad de Villavicencio.

Es de esta manera que aparece una cuadrilla gaitanista dirigida por eliseo Velázquez, y en la que participaban los villavicenses Luis Eduardo Rojas, mecánico conocido como el «cabo Rojas», segundo al mando en esta organización; el matarife Jorge Carreño que, dentro de la escala jerárquica de la cuadrilla, estaba en un tercer lugar, y los ex-empleados del distrito de Carreteras david zambrano y Antonio ramírez, que un principio, con otros 7 individuos de Puerto López y otras regiones del meta, hacen conocer a la élite y policía de Villavicencio que la población gaitanista no está sola y que «si se la siguen maltratando tendrán que pagar con lo mismo el daño que le están haciendo»10. «Si no es por eliseo, antes del capitán silva aquí matan a todos los liberales gaitanistas, a pesar de que no atacó sino que defendía, como la vez que iba llegando unos policías a Puerto López y los paró y les exigió que se devolvieran, eran 6 pobres policías que eran novatos y Eliseo hablándoles duro y haciéndoles creer que estaba mejor armado los hizo devolver, luego ellos contaron eso y pues ya ningún policía quería ir a buscar a los liberales»11.

La cuadrilla de eliseo, que funcionó en los perímetros rurales de Villavicencio y Puerto López, no realizó acciones ofensivas antes de 1949, ya que en un principio no contaban con un respaldo directo de la dirigencia liberal o gamonal y, por lo tanto, sus recursos se basaban en lo que la población de Villavicencio y Puerto López les daba; así mismo, sus armas no eran sino un par de escopetas de caza y unos cuantos revólveres que eran utilizados para la protección del ganado en los hatos. Tampoco la cuadrilla permanecía unida; sólo se reunían cuando realizaban alguna acción de defensa o para informarse junto con la comunidad de lo que estaba pasando en Villavicencio y Puerto López. A partir de los reportes que les proporcionaba la población, expedían comunicados de apoyo y protección que eran transmitidos verbalmente; de esa forma sus integrantes, la mayor parte del tiempo, se mezclaba entre la población urbana que los encubría y protegía, dificultando su persecución por parte del Gobierno12. «Última hora: Se informa de desórdenes que se están presentando en Puerto López; la gente está muy nerviosa; además, gente de esta zona ha llegado a Villavicencio y se dice que «los revolucionarios» pretenden volar con dinamita el puente del río negro».13

Los anuncios que hacía la cuadrilla gaitanista creó, entre la élite liberal y conservadora de Villavicencio, miedo sicológico, y en los sectores populares, se convirtió en la protectora de éstos cuando tenían que huir de las amenazas policiales.

Cheito de vez en cuando venía en las noche a Villavo por alimentos para sus hombres y de paso nos venía a cuidar a los liberales, el venia para cuidarnos y los policías sabían que el venia, pero no lo podían coger porque el rápido se perdía, la gente decía que era porque él se transformaba en mata de plátano o en un árbol de pomarrosa.14

Los dirigentes de aquí le empezaron a tener miedo a Eliseo Velázquez... Este amenazaba con el grupo de bandidos que lo seguían a los conservadores y policías de aquí de Villavo y de Puerto López, pero la verdad el antes de la toma de Villavicencio en noviembre del 49 el no realizó grandes ataques, creo que sólo una vez hizo devolver unos policías que iban a Puerto López.15

Bandido primitivo

Sin anticiparnos a dar una afirmación absoluta, sino tratando de dejar el camino abierto para una posterior investigación sobre la cuadrilla de elíseo Velázquez, se podría hablar de la conformación de un bandolero y su cuadrilla anterior a las guerrillas del Llano, que al mismo tiempo, se convirtió en semilla de éste gran movimiento insurgente que apareció a finales de 1949. Sin alejarnos del campo de estudio de la presente investigación, podríamos afirmar, tal vez yendo un poco en contravía al periodo que propone Sánchez para la aparición del bandidismo en Colombia16, que antes de 1949 encontramos en el imaginario colectivo de los villavicenses la existencia de un «bandido primario»; afirmación que sostenemos teniendo en cuenta algunas de las características, que para Eric Hobsbawm, Gonzalo Sánchez y Darío Betancourt, definen a un bandido y sus cuadrillas.

Primero, desde la perspectiva de Hobsbawm, podemos considerar que a elíseo Velázquez y su cuadrilla les cabe el termino de bandidos porque es un fenómeno que se presenta en una sociedades en transición o pre-capitalistas, en donde mediaron con condiciones geográficas y ambientales particulares, es decir, áreas de difícil acceso, ciertas condiciones sociales de marginalidad como individuos sin tierra, expropiados o víctimas y condiciones políticas y administrativas como la debilidad y olvido del Estado (2001:33). Y acercándonos a Gonzalo Sánchez, se encuentra también que la cuadrilla de Velázquez desarrolló fuertes vínculos con centros urbanos como Villavicencio y Puerto López, de manera que existieron redes de apoyo urbano: «la pluralidad de vínculos urbanos y rurales, daba a estas bandas colombianas una complejidad que normalmente no se observa en otros países» (Sánchez y Meertens, 2006:101).

En segundo lugar, dentro de las variantes presentes en la categoría propuesta por Hobsbawm para el termino de Bandido se aplicaría en el caso de los hombres de Velázquez el termino de cuadrillero, ya que expresan directamente el odio y la resistencia hacia las élites locales que los abandonaron desde el 9 de abril y un estado débil e ilegitimo que no los protegía. Entonces podríamos estar hablando para este momento del bandolerismo social propuesto por Hobsbawm y no político como lo plantea Sánchez, éste primero plantea que el bandolerismo social surge de hombres que toman las armas pero no le sirve a ningún hombre poderoso o del Estado (Hobsbawm, 1986:369), hasta aquí no pudimos identificar, antes de finales de 1949, una dinámica entre la cuadrilla de Elíseo Velázquez con las figuras de poder y los partidos políticos regionales ubicados en Villavicencio. Para darío Betancourt y martha García, el apoyo de los partidos políticos y los jefes locales fue crucial pero no un aspecto netamente definitivo, dado que las guerrillas liberales del norte del Valle, como ellos mismos lo comentan, no contaron en un principio con el apoyo de estos personajes como sí ocurrió en el caso del Tolima y el Quindío: «pero en la medida que estas cuadrillas (las del Valle) se fueron consolidando contaron con la ayuda de combatientes y dirigentes partidistas locales» (Betancurt y García, 1990:145).

Por último, la cuadrilla de eliseo Velázquez a pesar de ser una prolongación del gaitanismo, no tenía un proyecto claro de lucha social, pues Gaitán no dejó cuadros políticos que la pudieran dirigir, en concordancia con Hobsbawm estos grupos no constituían en sí mismos: «un programa para la sociedad campesina, sino una forma de auto ayuda» (2001:41), en definitiva, no se presenta, de acuerdo al constructor del modelo, una ideología definida en búsqueda de un cambio radical de las relaciones sociales, en este sentido, tampoco constituyen un cambio estructural. Al contrario, a finales de 1949 eliseo Velázquez se acerca nuevamente a la élite liberal y se transforma en un guerrillero liberal. En este sentido se puede decir que se corrobora el planteamiento de Hobsbawm, donde el bandolerismo endémico no propicia, obviamente para el futuro, una base de lucha generalizada que podría terminar en un cambio de las estructuras políticas y sociales, en otras palabras, un movimiento social coherente y amplificado.

Esperamos que no sea errado afirmar que la cuadrilla de Elíseo Velázquez, que tiene, origen en la persecución a los gaitanistas que se realizó en Villavicencio luego de los sucesos del 9 de abril, como lo aclararemos más adelante, sea considerada como un punto de partida de las guerrillas liberales del Llano y que se aproxima al modelo de bandolerismo social propuesto por Hobsbawm en sus trabajos, ya que apareció «en lugares alejados e inhóspitos», como la geografía del Pie de monte Llanero y la sabana que cobijaron su surgimiento y mantenimiento hasta que es manipulada por el liberalismo a finales del año 1949.

De la resistencia gaitanista a la resistencia liberal

Luego de dos años llegaba la hora de elegir un nuevo Cabildo municipal en Villavicencio; la fecha de elecciones había quedado establecida para el 5 de junio de 1949. El proceso electoral, en relación a años anteriores, sufrió varios cambios gracias a los acontecimientos políticos y sociales que sucedieron luego del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán; por ejemplo, se nombró un nuevo Jurado electoral por parte del gobierno central, el cual tenía como presidente al conservador José enrique Acuña; así los liberales perdieron la mayoría en este ente estatal.

Los conservadores de Villavicencio estuvieron optimistas por los cambios hechos en el Jurado electoral, pues consideraron que en los días previos a las elecciones se había aplicado correctamente la Ley electoral e hicieron un llamado para que los malos gobiernos no se repitieran y no fueran elegidas personas de ideología comunista.

El día de elecciones, muchos villavicenses que se acercaron a votar lo hicieron de manera rápida; en esta ocasión ya no se vivió el «semi-ritual» de otras elecciones y era preferible ir a sus casas en cambio de quedarse en las calles, como la mejor estrategia para evitar cualquier enfrentamiento.

Todo católico debe salir a votar en ocho días para que sea elegido el mejor o los mejores gobernantes, hay que evitar la pereza que produce la abstención y arrepentimientos posteriores acerca de los gobernantes que quedaron.

Hay que luchar en contra del comunismo y los católicos que dan cédulas a menores de edad o tienen varias cédulas para votar. ¡Con gobernantes buenos leyes buenas!17

José tenía como unos 4 años y le ayudaba a una amiga mía a despachar un cucurucho que ella tenía al frente de la esquina de los conservadores; el chino empezó a gritar ¡viva el partido liberal viva!

Llegó un tipo a pegarle; ¿qué hice? Me le salí con una macheta y le dije, usted me toca ese muchacho y nos tenemos que morir juntos; entonces, ya vino uno de los conservadores que comandaba allá la cosa y dijo ¿qué pasó aquí? y entonces yo le dije: usted sabe que los muchachos son como los loros, repiten lo que oyen; entonces el señor le hizo el reclamo, porque cómo se le ocurría meterse con un niño18.

El día de elecciones era muy bochinchoso, eso llegaba y votaba uno y corra para la casa; claro, nunca fue tan pesado, pero sí echaban ojo a ver por quien habían votado, para fregarlo a uno después19.

Cuando se conocieron en Colombia los resultados electorales del 5 de junio de 1949, cada uno de los dos partidos políticos (Conservador y Liberal) reclamó para sí el triunfo. Así que, para establecer el verdadero ganador, se hizo necesaria una revisión de todos los escrutinios la cual demoró dos meses. Luego de este proceso la registraduría nacional otorgó el triunfo a los liberales; los conservadores, de inmediato, desconocieron el resultado porque, según ellos, no existió una completa revisión de las cédulas.

Los liberales se defendieron mediante la denuncia de la manera sectaria como se llevó a cabo la inscripción de cédulas, lo cual hizo que muchos de ellos no pudieran votar. Las denuncias liberales y conservadoras fueron motivo de presión para que el registrador de la época, Eduardo Caballero Calderón, renunciara.

En Villavicencio, luego de conocerse los resultados electorales en los que nuevamente ganaron los liberales, en un primer momento, los conservadores aceptaron el triunfo liberal y consideraron que con las elecciones del 5 de Junio de 1949, el Concejo municipal había quedado conformado de una manera más coherente, homogénea y acorde con el número de personas que vivían en la Ciudad. Que el triunfo liberal en Villavicencio no haya sido tan arrasador como en años anteriores, puede ser explicado en el hecho de que los sectores gaitanistas no respaldaron electoralmente a la élite liberal que los había abandonado desde 9 de abril de 1948. Esto, a la vez, era reconocido por los conservadores como el mantenimiento de la élite liberal dentro de los marcos legales, que permitía el reconocimiento de su triunfo electoral. «en Villavicencio el conservatismo tiene vicios de triunfo, esta vez se destaca que las elecciones o los elegidos demuestran más homogeneidad y son vinculados al municipio; sin embargo, sigue siendo minoría el partido conservador, pero, se espera que los elegidos impulsen una buena administración».20

Pero a partir de las elecciones del 5 de junio de 1949, en otras regiones del país, se intensificó la violencia contra los liberales y el cuestionamiento a los resultados de los escrutinios por parte de los conservadores; el conflicto bipartidista se radicalizó con el transcurrir de la campaña presidencial entre el dirigente liberal darío echandía y el conservador Laureano Gómez, que llevó al directorio nacional Liberal a tomar dos determinaciones que agravarían el conflicto político que se desarrollaba en el país, pero que fueron justificadas por éste como una legítima defensa contra los cuestionamientos que hacían los conservadores del proceso electoral del 5 de junio de 1949 y la persecución que tenían contra su colectividad.

En primer lugar, a mediados de junio de 1949, el Congreso de mayoría Liberal acordó adelantar las elecciones presidenciales programadas para el año de 1950. La fecha para los escrutinios presidenciales se acordó para el día 27 de noviembre de 1949 (Medina, 1985-1986:286). A este cambio se le sumó la ruptura de la Unión nacional, que había permitido el cogobierno en la década de los cuarenta.

En segundo lugar, desde finales del mes de octubre, los liberales se retiraron de la suprema Corte electoral, pues consideraban que el proceso electoral presidencial era una «sangrienta farsa» (Medina, 1985-1986:286), y en el mes de octubre, retiraron su candidatura presidencial, representada por el doctor darío echandía. Así que, para las elecciones presidenciales de 1949, sólo hubo un candidato a la presidencia que fue Laureano Gómez.

La élite de Villavicencio se contagió rápidamente del conflicto político de 1949, de esta manera, la facción conservadora, a pesar de haber reconocido, en un principio, los resultados electorales del 5 de junio, cambia rápidamente de juicio y a finales del mismo mes, desconocen el triunfo electoral de los liberales quienes con la ruptura de la Unión nacional en junio, renuncian a todos los cargos públicos que estaban bajo su dirección, con lo que su poder a nivel local quedaba limitado; quedando la lucha por el poder local des-balanceada, favoreciendo al sector conservador. «Cuando los líderes liberales de aquí se sintieron que estaban perdiendo control y poder se acuerdan nuevamente de la gente....era la única manera de recuperar lo que se estaba perdiendo, además había que apoyar el partido a nivel nacional y la gente por aquí era muy liberal, sólo que se habían sentido un poco abandonados, pero no se podía dejar que se alejaran de su partido»21.

Esto llevó a que el liberalismo local buscara nuevamente apoyo en los sectores populares, incluido el gaitanista. De esta forma reaparece entre estos, un discurso popular de inclusión social proveniente de las ideas de Gaitán. Pero el apoyo al liberalismo de la población que se había sentido abandonada por parte de la élite local liberal, después del 9 de abril de 1948, se daría gracias a la intermediación del capitán Alfredo silva romero, quien conectó al liberalismo local y al sector popular gaitanista con las directrices del liberalismo de Bogotá.

Cuando los conservadores sacaron de los puestos de la alcaldía y la Intendencia a todos los dirigentes liberales, estos ahí si se acercaron nuevamente a la gente hablando, pero muchos liberales no confiaba ya en ellos, porque cómo así que están maltratando a la gente y ellos no hacían nada... La gente en el único que confiaba era en el capitán Silva que era como un representante de los verdaderos dirigentes liberales....entonces los lideres de aquí se acercaron también a él buscando también ayuda, pero eso era buscando que la gente volviera a creerles.22

El capitán Silva cuando estaban en la pelotera él fue volando a Cumaral, él sí sabía que la policía iba a llegar a fregarnos, nos botó un papel que decía: hagan resistencia que llega la policía. Entonces ya se puso pilosa toda la gente.23

El capitán silva se acercó a los sectores populares ayudándolos a protegerse de los abusos de la policía conservadora. De esta manera la cuadrilla de eliseo Velázquez24, comienzan a recibir apoyo militar y órdenes de boicotear la campaña y las elecciones presidenciales que se realizarían el 27 de noviembre de 1949. A la par, la élite liberal toma a silva como un líder de alto nivel que les transmite y da a conocer las pretensiones del directorio nacional Liberal. Silva consigue que tanto la élite liberal como los sectores populares liberales gaitanistas, unifiquen sus objetivos en base a la lucha bipartidista.

El objetivo era la aniquilación de la policía. Frente al ejército existía un criterio muy diferente. No se le odiaba; «al contrario», se abrigaban muchas esperanzas en él». Todo el mundo sabía que el capitán Silva había recorrido todo el Llano en son de revuelta, que en Trinidad dejó munición, que en Villavicencio mató policías (Guzmán, Fals y Umaña, 1962:66).

La población que había conformado y apoyado la Junta revolucionaria de Villavicencio y había resistido la persecución conservadora, retorna nuevamente a las filas del partido liberal. La automatización bipartidista que propiciaba la división política, causó que la lucha de clases que había propiciado el gaitanismo fuera reemplazada nuevamente por un enfrentamiento entre liberarles y conservadores. Las circunstancias de una persecución conservadora, la idea de que este partido había ordenado la muerte de Gaitán, el contexto nacional que se hacía cercana para ellos por la medicación que cumplía el capitán silva y al creer que la dirigencia liberal retornaba al gaitanismo como su bandera; hacen que se cambie el sujeto de enunciación «oligarquía» por el de «conservadurismo».

Luego del 9 de abril hubo unas elecciones que causo mucha polémica, tanto que mucha gente liberal tuvo que abandonar o la despidieron sus puestos de trabajo y hasta cargos públicos, esto hizo que las bandas como la de Eliseo Velázquez tomaran mas fuerza... porque ya los lideres liberales empezaron a darle ayuda, ah! y a eso se le sumaba que el ejercito también empezó ayudarlos, porque el comandante que los dirigía, un tal Silva, era liberal que utilizaba sus influencias en Bogotá, así que no se le podía decir nada por utilizar las armas de la nación en defensa de unos cuantos.25

La élite liberal y los sectores populares liberales unidos en contra del gobierno conservador de Villavicencio

En los meses siguientes a junio de 1949, en Villavicencio existió una fuerte tensión entre los conservadores y los liberales. Los primeros se sentían respaldados por un Gobierno nacional por medio del debate electoral y la fuerza policiva, pretendían mantenerse en el poder. Los liberales cobijándose nuevamente en el gaitanismo y con la ayuda del capitán silva, recibían otra vez el respaldo mayoritario de la población, con lo que se sentían capaces de hacer una fuerte resistencia a las mediadas conservadoras a nivel local.

Estas condiciones, antes de las elecciones del 27 de noviembre de 1949, propiciaron a través de la prensa local y diarios de nivel nacional un fuerte debate político, en el que los conservadores villavicenses resaltaban la importancia de la fe en la Iglesia Católica y las instituciones gubernamentales de origen conservador y se oponían rotundamente a la posibilidad de que pudiera surgir en Villavicencio un gobierno liberal, ya que tildaban a los miembros de este partido de comunistas y anárquicos.

En las próximas elecciones presidenciales hay dos candidatos Echandía y Laureano Gómez, el primero espera los votos de los masones comunistas y liberales, el segundo espera un fuerte respaldo de la mayoría conservadora.26

Sigue el calor de las elecciones, los liberales llaman a la abstención y anuncian la derrota de los conservadores; Laureano Gómez se contentó con decir el adversario nos fijó la fecha y las reglas27 piden que se deroguen las normas aprobadas a pupitrazo y que haya una verdadera revisión de cédulas. Última hora.

Yo creo en vosotros Conservadores católicos del Meta, creed también en mí, no sé vender lo que más amo, ni entregar lo más preciado de mi vida. La religión y mi política son mi escudo mi bandera, mi nombre y mi apellido28.

Yo estaré con vosotros, Conservadores del Meta en los instantes difíciles de la batalla y en la retaguardia tranquila de la paz. Dadme el honor de llamarme un mejor soldado, que yo buscaré el puesto de mayor peligro en el combate29.

Mientras se intensificaba el debate electoral en Villavicencio, el capitán Alfredo Silva coordinaba con líderes liberales de la Intendencia del meta y la cuadrilla de de eliseo Velázquez, la toma de la Capital y otros municipios de la Intendencia del meta. Silva no preparaba una acción armada aislada, sino que ésta hacía parte de un plan de la dirigencia nacional liberal para darle un golpe de estado al gobierno de Mariano Ospina Pérez, el 26 de noviembre de 1949 (Barbosa, 1992:83) (Justo Casas, 1989:23). La toma de la presidencia de Colombia por la fuerza había sido planeada por la dirigencia liberal luego de que el parlamento declaró el estado de sitio a principios del mes de octubre y se dio el retiro de la contienda electoral del candidato liberal darío echandía, según los liberales, por falta de garantías electorales.

Pero el 21 de noviembre, el mismo darío echandía desestima la opción de un golpe de estado como forma para que el liberalismo retomara el poder. El Capitán silva, al no ser informado de esta última decisión, ni removido de su cargo por mariano Ospina Pérez30, concretó un golpe de «estado regional» el 25 de noviembre de 1949, dos días antes a la fecha de los comicios presidenciales de ese año.

Reynaldo Barbosa (1992: 83) y Justo Casas (1989:23) señalan que la toma de Villavicencio junto a la de Puerto López, Restrepo, Cumaral, sabana Larga y Barranca de Upía, es el inicio de las guerrillas del Llano. Hasta este punto y con la mirada puesta en Villavicencio, hemos pretendido demostrar que el surgimiento de las guerrillas del Llano, tiene unos antecedentes anteriores que contribuyeron a su constitución.

El hecho de que existieran ya una cuadrilla como la de Velázquez antes de 1949, una vez silva se ganó su apoyo, le facilitó la coordinación militar y el apoyo de un gran número de población del meta y Villavicencio. Silva no sólo buscó apoyo de los sectores populares sino que al contactarse con la élite local liberal, logró que la lucha ya no fuera en contra de la oligarquía que había asesinado al caudillo Jorge eliecer Gaitán, o una lucha por el poder local. Por el contrario, la lucha ahora unificada, pasó hacer una disputa del liberalismo en contra del conservadurismo que estaba utilizando la violencia y el fraude electoral para mantenerse en el poder.

Al fracasar el alzamiento militar en el meta, varios de los individuos que participaron en ésta, pasan a ser parte de la cuadrilla de Velázquez o crean nuevos grupos que conforman una estructura de comandos armados que darán paso a la formación de las guerrillas liberales del Llano, que buscaron el derrocamiento del gobierno conservador y la inclusión social; su aparición se da igualmente, gracias al apoyo de los líderes liberales de la región y a causa de la represión impuesta por el gobierno conservador luego del 25 de noviembre de 1949.

La toma armada de Villavicencio el 25 de noviembre de 1949

Algunos conservadores de Villavicencio, al enterarse de la existencia del plan liberal de tomarse el poder político por la fuerza, intentaron parar por su cuenta el levantamiento. Así, el 24 de noviembre de 1949, un grupo de hombres conservadores dirigido por José Luis Rojas («el Chato Rojas»), atentó contra la vida del Capitán Alfredo silva cuando éste se dirigía de Villavicencio a Apiay a la base militar que comandaba.

El «Chato Rojas» y sus hombres colocaron una bomba y detuvieron violentamente el carro y la escolta del Capitán silva; en el sitio de estos acontecimientos funciona en la actualidad el Instituto roberto Franco. Afortunadamente, para unos y no tanto para otros, el Comandante de la Guarnición militar de Apiay, salió ileso y reconoció al hombre que dirigió la emboscada.31 «Este señor “Chato Rojas”, que lo mataron, yo lo conocí, él era muy ofensivo, muy grosero, era insoportable y a él le achacaban que le había puesto la bomba a Alfredo silva romero, una bomba en la vía a Apiay, entonces él tenía que cobrárselas».32

Pero el viernes 24 de noviembre de 1949, el gobierno de mariano Ospina Pérez descubrió la conspiración que se fraguaba en su contra; de inmediato tomó la determinación de cambiar algunos comandantes de guarniciones militares del país. Esta medida del gobierno se anunció como una estrategia de seguridad por la cercanía de las elecciones presidenciales que se realizarían el domingo 27 de noviembre de ese año.

Tan pronto el gobierno descubrió el plan de un golpe de estado, en Bogotá, la dirigencia liberal desistió de sus intenciones y lo hizo saber a la mayoría de sus adeptos. «Lo que desató todo esto fue la falta de un teléfono para que le hubieran dicho a Silva que ya no íbamos a hacer nada. El error fue ahí, ese fue el detalle, la falta de una llamada telefónica desató una página sangrienta en la historia de Villavicencio»33.

Pero el aislamiento geográfico de la población y la dificultad que existía en las comunicaciones entre Villavicencio y Bogotá no permitieron que la dirigencia Liberal y el Capitán Alfredo silva recibieran indicaciones para detener la toma del gobierno de la Intendencia del meta y de Villavicencio el 25 de noviembre del 49. Así que silva dispuso las armas para tomar la ciudad y coordinar las otras asonadas en otros corregimientos del meta como Puerto López, Barranca de Upía, Cumaral, Restrepo y otros municipios del pie de monte llanero.

De tal manera, el Capitán Alfredo silva romero, a las 7 de la noche del 25 de noviembre de 1949, se ubicó en las afueras de Villavicencio en el lugar donde hoy está el Parque de los estudiantes, con un pequeño batallón de 30 soldados y oficiales; entre quienes figuraban los Tenientes Ricardo Vanegas y Hernando Ardilla, los suboficiales Alejandro Orrego, Juan José Espinel y Manuel García y El Cabo Víctor H. Monroy. Asimismo, eran apoyados por Luis Eduardo Rojas (el cabo Rojas), Jorge Carreño y otros integrantes de la cuadrilla de elíseo Velázquez34, oriundos de la capital de la Intendencia del meta. Velázquez, mientras tanto, se encontraba dirigiendo la toma de Puerto López. Del mismo modo, Es destacable el apoyo directo de dirigentes liberales de Villavicencio en la toma, como Hernando Durán Dussán.

¡Cobo Borda, tomó cerveza! esta frase muy popular en la época, fue la que se gritó en Villavicencio para anunciarle al Capitán silva que podía entrar a tomarse la ciudad, pues en ese momento, la mayoría de la policía había salido para Cumaral, junto con el Intendente Carlos Julio Renjifo; ya que se le había informado que este Corregimiento había sido tomado por un grupo de bandidos; al parecer esto fue planeado para que en la capital de la Intendencia del meta no hubiera ninguna resistencia militar en el momento de la toma.

El primer lugar atacado por los hombres de silva fue una bomba de gasolina que era custodiada por dos policías, que para el año de 1949 se encontraba en la entrada oriental de la ciudad. Los agentes Carlos Eduardo Leal y manuel simón nieto que se hallaban en este sitio fueron muertos y se constituyeron en las dos primeras víctimas mortales de aquel 25 de noviembre35. Luego de esto, la tropa de asalto del Capitán silva, se tomó la estación de policía (hoy, lugar de la Alcaldía de Villavicencio), donde se Encontraban otros 6 miembros de esta institución, que se rindieron rápidamente.

Casi al mismo tiempo, dos centinelas que cuidaban la planta eléctrica, fueron tomados prisioneros. Los últimos 4 policías que completaban el contingente que se había quedado en Villavicencio, se encontraban en el parque principal y sus alrededores. Estos trataron de resistir el ataque, pero la superioridad en individuos y armas, no les dejó otra alternativa que entregarse ante los hombres que estuvieron bajo la dirección de silva.36 «el 25 de noviembre de 1949 nos acostamos, como de costumbre, pero después de media noche comenzamos a oír tiros, gritos y tropel de gente. Cuando mi papá empezó a darse cuenta de que algo raro ocurría nos dijo a mi mamá, a mi hermana y a mí, váyanse para el patio de arriba» (Hernández, 2004:76).

El Capitán silva, luego de controlar a la policía que había en Villavicencio, tomó posesión de la sede del Gobierno intendencial y local, ubicadas donde hoy se Encuentra el Edificio Nacional o Correos Nacionales. Luego ordenó que se quemaran los registros electorales que estaban listos para ser utilizados en las elecciones presidenciales el domingo 27 de noviembre de 1949.

Pasada la media noche, la policía y el Intendente Renjifo, que se encontraban en el corregimiento de Cumaral, volvieron a Villavicencio luego de conocer lo que estaba sucediendo allí. Su llegada fue silenciada por el ejército y los hombres pertenecientes a la cuadrilla de Velázquez que apoyaban la toma, ya que al verse en inferioridad en hombres y armas, la policía y el Intendente entregaron sus dotaciones militares y desfilaron por el parque principal de Villavicencio rumbo a la cárcel.

Mientras el intendente Renjifo era puesto preso, otros hombres de silva saquearon el resguardo de rentas, y pusieron presos a dirigentes conservadores como Justo Vega Lizarazo y Augusto díaz Granados.

En tanto, el Capitán silva se dirigió a la cárcel que se encontraba en el Parque de los Centauros, ordenó que se abrieran sus puertas para que salieran liberales y campesinos que en su mayoría, estaban arrestados por su participación en las Juntas revolucionarias de distintos municipios del meta o por el simple hecho de ser gaitanistas o liberales;37 entre los que escaparon se encontraba la «Fiera sarda», como era conocido Guadalupe salcedo.

Otro de los objetivos que tenía silva al abrir la cárcel, era encontrar al «Chato Rojas» que se escondía allí, ya que para él, este individuo era el principal sospechoso de organizar el atentado en contra de su vida, un día antes de la toma de Villavicencio, luego de ser asesinado por el mismo silva, se convirtió en la tercera víctima de la toma de Villavicencio

Los Conservadores al «Chato Rojas», Luis Eduardo Rojas, así se llamaba, lo metieron en la cárcel pensando que allí se salvaba y fue allá donde lo mataron.38

El patio de nuestra casa daba exactamente al lado de uno de los patios de la cárcel y oímos claramente cuando entraron unos hombres y llamaron a Eduardo Rojas, el «Chato», oímos cuando gritó: ¡Por Dios, mis hijitos!, Sonaron los disparos y cayó. Nosotros quedamos petrificados.39

Encarcelaron al «Chato Rojas» él era una buena persona, por el hecho de ser conservador lo encarcelaron y ahí lo mataron, es que si sabían que alguien era conservador le daban plomo.40

El 25 de noviembre de 1949, los villavicenses vieron cómo su ciudad se transformó en un campo de batalla, debido a que perduraba aún un distanciamiento con El centro del país, que llevo a que en la Intendencia del meta no se conociera la orden del directorio nacional liberal de no realizar las acciones militares que habían sido planeadas por éste, con el objetivo de derrocar el gobierno conservador de mariano Ospina Pérez. Pero también, la consolidación de una movilización de varios sectores de la población villavicense y del meta permitió que se articulara un levantamiento organizado que facilitó la toma armada de la Intendencia meta.

En la toma de Villavicencio se observa la reafirmación de los objetivos de la resistencia liberal. Por lo tanto, el ataque se dirigió contra el Gobierno conservador establecido en la Ciudad y las personas o autoridades a las que se les culpaba de la injusticia y persecución que estaban viviendo los gaitanistas desde 1948, y desde mediados de 1949 contra todo el liberalismo en general.

El Capitán silva, desde el mismo 25 de noviembre de 1949, esperó las órdenes a ejecutar después de la toma de Villavicencio, las cuales nunca llegaron41. En cambio, cuando el Gobierno nacional tuvo noticia de la toma de la capital de la intendencia del meta y de otros corregimientos de ésta, designó como intendente militar para esa zona a ezequiel Palacios, mayor del ejército colombiano, quien llegó a Villavicencio aproximadamente a las 8 de la mañana del sábado del 26 de noviembre de 1949 y, de inmediato tomó posesión del cargo. Su primera medida fue pedir la rendición y arresto del Capitán silva, quien no opuso ninguna resistencia si no que, simplemente, entregando su arma e insignias y atinó a decir: «tome usted posesión de esto»42.

Poco antes de que llegara el mayor Palacios, los miembros de la cuadrilla de Velázquez huyeron llano adentro con la intención de informarle a

eliseo el fracaso de la Toma. Ellos, posteriormente, como en el caso de Jorge Carreño, formaron los primeros comandos guerrilleros del Llano; entre tanto, los lideres liberales que apoyaron el levantamiento, se refugiaron en sus casas, esperando las determinaciones que se tomarían contra ellos, pero el hecho de pertenecer a la élite local, impidió que fueran capturados por el nuevo intendente militar.43 «El mayor ezequiel Palacios, fue designado Jefe civil y militar por decreto del gobierno nacional; por este mismo decreto se aceptó la renuncia al doctor ricardo Julio Renjifo, el mayor aceptó el cargo y se encuentra en Villavicencio desde el sábado pasado».44

Una vez hecho el levantamiento de los policías fallecidos y de liberar el ex-intendente Ricardo Renjifo y los conservadores presos en la toma de la ciudad, se nombró como Alcalde militar de Villavicencio al Teniente José Joaquín matallana. Estas rápidas medidas, tomadas por el nuevo Gobierno Intendencial, tenían como objetivo establecer unas condiciones adecuadas para que se pudieran efectuar las elecciones presidenciales de ese domingo 27 de noviembre, tanto en la capital como en los corregimientos del Meta.

Los acontecimientos ocurridos el 25 de noviembre, hicieron pensar al gobierno conservador tanto nacional como local del peligro de las agrupaciones civiles armadas que estaban surgiendo en la región y puso de manifiesto para ellos que en Villavicencio como en la Intendencia, las medidas policivas impuestas luego del 9 de abril de 1948 no estaban dando resultado. Es de esta manera, que a partir del 26 de noviembre se aumentaron los mecanismos de represión y coerción, generando una radical exclusión de la política local a todos los sectores del liberalismo, algo que condujo al surgimiento de una mejor organización de la resistencia liberal (Barbosa, 1992:87). «Entonces, ahí el error fue de Alfredo Silva romero, él alborotó el avispero porque, en medio de todo aquí se vivía tranquilo. Y él, con irse del país arregló su situación; Durán Dussán, que también estuvo metido en eso, hizo lo mismo, se fue del país».45

Consecuencias políticas y sociales de la toma de Villavicencio

El 27 de noviembre de 1949, día de las elecciones presidenciales en Colombia, los pobladores de Villavicencio no acudieron a las urnas como lo hacían en años anteriores; ese día fue totalmente distinto, algunos no ejercieron su derecho al voto en apoyo a la abstención propuesta por los liberales, otros, por simple temor a las retaliaciones que podía tomar el nuevo Gobierno militar y los que votaron sólo tuvieron una opción, el candidato conservador Laureano Gómez. Al comenzar la primera semana de diciembre de 1949, se conocieron los resultados de las elecciones que proclamaban a Laureano Gómez como Presidente de la república, circunstancia que alegró bastante a sus copartidarios villavicenses, pues, para ellos, era «uno de los más insignes conservadores con que contaba Colombia»46 y bajo su mandato no se volverían a vivir las horas de terror y anarquía de aquel 25 de noviembre de 1949.

Desde pocas horas antes de la elección de un nuevo presidente, los Villavicenses tuvieron que comenzar a acostumbrarse a unas nuevas figuras políticas como la del Jefe civil y militar, que instauró el Gobierno nacional de mariano Ospina Pérez, para garantizar la gobernabilidad de la Intendencia del meta y la Alcaldía de Villavicencio.

Luego de los sucesos del 25 de noviembre, el gobierno nacional y el militar Intendencial aumentaron esfuerzos por recuperar el control de la intendencia del meta, fortaleciendo la presencia estatal con la creación de varias obras públicas; como carreteras, escuelas, bases militares y algunos hospitales. Esto tenía la intensión de evitar que las nacientes guerrillas de los llanos se fortalecieran con la reclusión de personas que reclamaban presencia estatal, en cuanto a infraestructura se refiere.

Las medidas en contra de la insurgencia del Llano, que al mismo tiempo pretendían el fortalecimiento del estado en la región, eran vistas por la élite conservadora, como el establecimiento en el meta y su capital de la justicia social, trabajo y la construcción de obras de infraestructura, que para ellos representaba la solución a los problemas que enfrentaban los pobladores de Villavicencio y de la Intendencia, y que los inducía a unirse a grupos irregulares. «se resalta la buena obra del Mayor Palacios que, con mano firme, ha recobrado la tranquilidad para El municipio. Se espera que esta región vuelva a tener el buen nombre de antes y que, a mala hora, criminalmente le fue usurpado».47

Villavicencio se convirtió en un punto central porque desde allí se podía evitar que los «bandoleros» salieran de la región hacia el Altiplano y así mismo se convertía en un lugar estratégico para combatir el movimiento armado campesino, que luego de la toma a Villavicencio y otros corregimientos del meta el 25 de noviembre y con la ayuda de dueños de hatos y una gran parte de la élite local liberal que había perdido su poder sobre la ciudad y la región; parecía apoderarse del control total del Llano (Barbosa, 1992: 123). «Este batallón se crea como forma de Estrategia militar, dijo el gobierno, pero así mismo ayudará a la seguridad y hará que los grupos gestores de violencia sufran una desbandada o se acaben. El batallón contará con 500 hombres».48

La restauración del orden en el Llano, a través de la neutralización de las clases populares urbanas y rurales, por medio de la coerción, tuvo como consecuencia que el estado dejara de ser garante y legitimador de los derechos colectivos; el partido liberal, entonces, parecía ser el único que quiere cumplir la función de velar por los derechos de los ciudadanos, con lo que consiguió una importante cohesión social.

Villavicencio en medio de la Revolución del Llano 1949- 1953

Las medidas impuestas por el gobierno militar de la Intendencia del meta, luego del el 25 de noviembre de 1949, creó tres nuevas condiciones en la ciudad. Primero: el aislamiento político de la ciudad desapareció, con lo cual los acontecimientos radicales de la política bipartidista nacional fueron más próximos a sus pobladores. Segundo: aparece una marcada división en el interior de la élite local de Villavicencio que se radicaliza una vez la facción conservadora al perder el poder local a manos de los militares, se une a éste. Entre tanto, los liberales se resistieron a aceptar las nuevas formas de coacción militar hasta 1952, y además, convocaron y financiaron a la guerrilla liberal para que las combatiera. Tercero: la situación geográfica de la ciudad permitió El desarrollo, en sus límites y zonas rurales, de una fuerte resistencia liberal al gobierno conservador de Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez: esto ubicó a la capital del Meta en medio de un conflicto armado entre una guerrilla liberal y el ejército regular. Cuarto: cuando la dirigencia liberal ve opciones positivas para sus intereses económicos en el conflicto armado, retira su respaldo a las guerrillas del Llano.

Los cambios sociales y políticos que se iniciaron a finales del año de 1949 y se extendieron hasta mediados de 1953 en Villavicencio, cuando Rojas Pinilla tomó posesión de la presidencia de Colombia, han sido poco estudiados por la historiografía de la Violencia colombiana, por lo tanto es necesario ampliar el análisis de lo anotado en el párrafo anterior, para lograrlo se hace necesaria la información suministrada por otras fuentes orales y escritas.

Salvoconductos

Para finales de 1949 y comienzos de 1950, la mano dura del Gobierno militar En la Intendencia del meta afectó principalmente a la población rural, que se encontraba cercada luego de que se exigiera un salvoconducto para movilizarse del Llano hacia el centro del país. El salvo conducto se impuso en Colombia después de lo acontecido el 9 de abril de 1948; pretendía evitar el tránsito de delincuentes. Pero éste documento se convirtió en un obstáculo para la movilización de muchas de las víctimas de la Violencia.

Después que esto se agravó tanto la situación para el liberalismo, que el ejército ordenó que nadie pudiera salir de Villavicencio sin un Salvoconducto.49

Nosotros nos fuimos de Cumaral porque a mi marido lo iban a matar; él no quería venirse, estaba bravo y quería irse para la guerrilla; yo le dije no, eso vayámonos para Villavicencio; y nos tocó echar pata desde Cumaral hasta Apiay, por ese lado nos vinimos y de aquí nos fuimos para Anolaima.50

El salvoconducto sólo era expedido a las personas «buenas» o no liberales y, para poder reconocerlas, se nombró como directora del SIC de Villavicencio a la señorita Julia Rodríguez Méndez, que vivía hacía varios años en la ciudad y era sobrina de Miguel Abadía Méndez.

La señorita Julia Rodríguez Méndez... conocía a quién se le podía dar Salvoconducto. Entonces ella tenía una clave para cuando llegaba alguien a quien no era posible expedírselo; tenía un timbrecito que hacía sonar; entonces, llegaba la policía y ponía preso al hombre.51

La señorita Julia, siempre ha sido la misma, lo único era que hablaba ronco, como un hombre; en cuanto a su personalidad, ella era muy tratable, muy querida mi tía.52

Para el año de 1950, Villavicencio refleja un panorama similar al de muchos municipios colombianos afectados por la violencia. Allí se vivía un ambiente de angustia permanente, la ciudad se encontraba en medio de un fuerte conflicto armado y la única manera de escapar de éste era huyendo a sitios más tranquilos como Chipaque, Anolaima, Bogotá y otros municipios de Cundinamarca.53 Pero para poder hacerlo debían obtener un salvoconducto, lo cual se convertía en un impedimento para los liberales.

Desde finales de 1949 y hasta comienzos de 1951, en Villavicencio se represó la población que intentaba dirigirse hacia el Altiplano como forma de huir de la violencia que se desarrollaba en el Llano; esto explica el aumento de la población en Villavicencio que mencionábamos en el primer capítulo de este trabajo. Algunas personas consiguieron un salvoconducto gracias a la amistad y cercanía que tenían con algún sector de la élite local o porque se ingeniaban alguna forma de evadir los controles de la policía y el ejército en la entrada de Bogotá. Los que no conseguían el salvoconducto para salir de Villavicencio empezaron a delinquir en la Ciudad o simplemente fueron devueltos a sus poblados de origen, en donde quedaron acuartelados en medio de la guerrilla y el ejército.

Yo primero fui a sacar el Salvoconducto de mi marido, a mí me dio miedo pero no lo demostré. Había un tonto campesino conservador, Ignacio Castellanos, que yo conocía y él ayudaba a dar el visto bueno para una certificación. Resultó sentado en un escritorio con gorra y escudos de teniente y salía con unos cuentos como: «Al viejo y al feo todo se le va en deseo»; ese viejo me conocía y pensé que me iba a negar el Salvoconducto; yo no le quité la mirada haber que señas iba a hacer, pero le dijo a la señorita Julia: «déselo que esta gente es buena».54

Nosotros pasamos a mi papá para Bogotá privado, le dimos una pasta que nos aconsejó el doctor Sabogal, que era un conservador y, luego lo metimos en un cajón de madera y lo subimos a un camión, encima le echamos bultos de plátano y así lo sacamos.55

Cuando mecanografiaba en los Salvoconductos, los integrantes de una familia liberal que conocía hace mucho tiempo se acercaron y me dijeron, ayúdenos que ya hace tres días estamos haciendo cola, entonces yo les pedí las fotos, llené todo eso y se lo pasé al Teniente para que firmara, así lograron salir.56

Mientras varios habitantes del meta intentaban emigrar a otros lugares del País; a la región continuaron llegando «violentos» provenientes, principalmente, de los departamentos con mayor violencia de esa época, como: el Valle del Cauca, santander, Boyacá y Tolima; estos individuos por lo general se unían a las filas de la guerrilla o reforzaban la policía Chulavita. «esto se llenó de gente Chulavita y todas las familias liberales que no tenían nada que ver, se las llevaban por delante».57

Para poder trasportar ganado entre Villavicencio y Bogotá, también fue necesario contar con un documento que permitía su tránsito, expedición que era muy rigurosa. Esto hizo que en Villavicencio se represaran miles de cabezas de ganado que no podían ser devueltas a los hatos de origen, ya que la guerrilla también impuso un salvoconducto para permitir el tráfico de las personas y del ganado en sus zonas de influencia. Allí también fue fijado un precio y requisitos para obtener este documento, que principalmente era otorgado a la élite liberal que apoyaba a este movimiento armado irregular.

Luego del 25 de noviembre Villavicencio se encontró en medio de un conflicto que ponía en peligro la tranquilidad del transcurrir diario de su población, ya que aparecieron unas nuevas circunstancias sociales; aumento de la población desplazada que al no poder salir de la ciudad, se vio en la necesidad de delinquir para conseguir satisfacer sus más mínimas necesidades, sin un relativo aislamiento se hizo más fuerte la presencia de «violentos» y la salud de los pobladores de la capital de la intendencia del meta se puso en peligro cuando el ganado que se represó empezó a morir en grandes cantidades, amenazando con generar una epidemia.

La «Remisión» y la brigada de auxilio

La cárcel de Villavicencio, entre 1950 y 1952, recibió a los presuntos guerrilleros capturados por el ejército durante la guerra irregular que se vivió el Llano. Las detenciones no contaban con órdenes judiciales y el penal traspasaba los límites del hacinamiento.

Un día estaba en la casa con un grupo de amigos estudiando y llegó la policía a preguntarnos que si éramos guerrilleros, nosotros no éramos nada de eso, pero cuando nos pidieron la cédula, ésta no tenía el sello de votación del 27 de noviembre de 1949 y entonces nos identificaron como liberales o guerrilleros, por eso me llevaron a la cárcel, donde estuve como 4 meses y nunca tuve un Juez, ni nada58.

Villavicencio no fue ajeno al encarcelamiento de algunos de sus habitantes, ya que desde 1950 comenzó una verdadera «cacería de brujas», cuando las autoridades se dieron cuenta de que desde este sitio se auxiliaba a la Guerrilla del Llano. Algunos jóvenes que creían en el movimiento Armado del Llano formaron parte de «Las brigadas de auxilio de las guerrillas», que tenían como función principal proveerlas de medicamentos y alimentos59.

Las brigadas de auxilio a las guerrillas del Llano nacieron como una incitativa del directorio liberal de Villavicencio, que para el año de 1950, estaba conformado por Hernando Duran Dussan como presidente y Arturo Castro como secretario general. Ellos se encargaron de reunir recursos con los liberales de la región y con la dirección nacional para conseguir armas, alimentos o medicinas para ser suministradas a la guerrilla que se encontraba aislada por el uso del salvoconducto y el bloqueo de alimentos y medicinas que se hacía a las afueras de la ciudad por parte del ejército; de esta manera los comandos guerrilleros eran abastecidos a través de paquetes que eran enviados con jóvenes que nadaban río abajo por el Guatiquía.

La brigada de auxilio de Villavicencio estuvo conformada por ocho jóvenes voluntarios, que en su mayoría eran hijos de importantes dueños de hatos y líderes del liberalismo regional como: Nelson Piñeros, Ricardo García, Rodolfo Esquivel y Arturo Castro. Los que participaron en la brigada fueron entrenados en natación, en los modos de llevar los paquetes, cómo ocultarse para no ser detectados por las autoridades militares y en dónde debían dejar las provisiones para que las recogieran los guerrilleros.

A mí no me obligaron a pertenecer en las brigadas de auxilio, mi papá me dijo que les colaborara por el partido, además había que ayudar a la gente de los Parra que estaba defendiendo a las personas que estaba matando el Ejército.

Dentro de los que hicieron parte de la milicia que ayudaban a la guerrilla se encontraban Ricardo García, Víctor Rojas, Ignacio Salcedo, Nelson Piñeros y otros que ya se me olvida el nombre... Nosotros ya sabíamos nadar pero nos enseñaron cómo llevar las cosas que le íbamos a llevar a la guerrilla que pesaban 2 arrobas y media aproximadamente.

Llegábamos entonces una vez por semana a lo que se llamaba el mirador de Guatiquía, allí había un señor de apellido Prieto que tenía marraneras, ahí se guardaban unas balsitas en las cuales poníamos los paquetes que íbamos empujando, entonces nos tocaba nadar río abajo con el paquete teniendo cuidado de no estrellarse con los reposteros que tiene el río. Nosotros salíamos de Villavicencio en las noches y había que cruzar todos los potreros con cuidado y guiados por una linterna. Lo que transportábamos se envolvía en unos esterados que había antiguamente que de paso eran impermeables y se apretaba con encauchado quedando muy bien sellado.60

Esta forma de dar provisiones a la Guerrilla duró aproximadamente hasta inicios del año 1952, momento en que la élite liberal local les quitó el apoyo. Este grupo irregular, al dominar gran parte del Llano, pudo conseguir armas, alimentos y medicina Entre la población que estaba bajo su influencia. Es importante destacar que, mientras la brigada de auxilio funcionó, cuatro de sus integrantes cayeron presos y otros muchos fueron capturados por el mismo cargo, sin muchas veces ser partícipes de la ayuda a la guerrilla.

Así que la cárcel de Villavicencio, en los años de más cruenta violencia, tuvo como huéspedes a guerrilleros y a personas inocentes, pero los que más sufrieron los malos tratos de las autoridades penitenciarias fueron los capturados en las sabanas del Llano que no tenían familiares o personas conocidas en la ciudad. En cambio, los villavicenses que estuvieron allí, contaron con ciertos privilegios gracias a la cercanía de sus familias, que no los dejaban solos durante el tiempo que estuvieron en cautiverio. «eso los trataban muy mal en la cárcel y había mucha gente, pero del llano, a ellos sí los sacaban a los patios y los aporreaban... Por las noches no se oía sino el ruido de las volquetas del municipio, y boten gente en ese Guatiquía».61

Pero durante las noches, muchos prisioneros acusados de ser bandoleros o de auxiliar a la guerrilla, que se encontraban En la cárcel municipal, eran sacados de allí en volquetas del municipio con destino al río Guatiquia. Los Villavicenses conocían éste traslado de los presos con El nombre de «la remisión», que tenía como finalidad ejecutar extrajudicialmente a los presuntos integrantes y auxiliadores del movimiento guerrillero liberal.

Esta horrenda pena de muerte que se aplicaba en las noches, no afectó directamente a los Villavicenses sino a gentes de otros municipios y corregimientos de la Intendencia que eran traídas prisioneras y no contaban con familia o conocidos en la ciudad.

Cuando estuve en la cárcel, eso, continuamente sacaban gente, llaneros y, cuando los sacaban le decía el uno al otro; le recomiendo a mi madrecita, mis hermanitos y mis hijitos; eso se llamaba remisión, y consistía en llevarlos para matarlos por allá en el río; lo hacían con carros del ejército. Pero, también mataban gente adentro, y luego los sacaban en volquetas.

Se llegó a presentar el caso de un señor liberal que lo sacaron de la cárcel para matarlo en el río Guatiquía, pero, esa noche el río iba crecido y cuando comenzaron a sonar los tiros él se botó, como si hubieran dado en el blanco, pero no le atinaron, cayó, exactamente, en la parte que el río iba con más agua y logró salir nadando.62

Sobre las masacres que se cometieron en el rió Guatiquía entre los años de 1950 y 1952, no existe información escrita; En este período la prensa nacional se Encontraba sometida a una fuerte censura y El Eco de Oriente había salido de circulación en marzo de 1951 por problemas económicos. Los corresponsales del Meta, de diarios como: El Siglo y Eco Nacional, de tendencia conservadora, se dedicaban a destacar de manera grata, cómo con mano dura, la Jefatura civil y militar del Meta estaba pacificando El Oriente Colombiano. Las fuentes orales, tanto conservadoras como liberales, coinciden en que la mano dura del Gobierno militar intendencial era la gestora de la remisión que permitió los asesinatos nocturnos de campesinos y civiles acusados de ser miembros de la guerrilla o de auxiliarla.

¡Alarma! Son los bomberos, el retorno de la élite liberal a la política de exclusión social.

Otro de los hechos de violencia en Villavicencio entre los años de 1950 y 1952, tiene que ver con la fundación del Cuerpo Voluntario de Bomberos de la ciudad, en el año de 1950, a partir de la cual se inició una serie de atentados con dinamita y surgieron incendios que no tuvieron una explicación clara.

Las casas de liberales reconocidos en la ciudad fueron las más afectadas por estos atentados; por ejemplo, las bombas que estallaron en las casas de Juan mojica A. y de Campo elías Chiquillo. El primero de ellos vio cómo su casa fue prácticamente destruida, en la noche del jueves 14 de septiembre de 1950. Los atentados con dinamita a las casas liberales nunca fueron investigados, pero las personas que vivieron en aquella época, afirman que los responsables eran los miembros del cuerpo de bomberos. La anterior afirmación la sustentan en que el cuerpo de bomberos fue fundado por el gobierno conservador y estaba conformado por seguidores de éste partido; Así, esta forma de violencia para-estatal, fue en contra de la élite liberal que apoyaban la guerrilla de los Llanos.

Aunque es un término contemporáneo no sería errado darle el apelativo de paramilitar al cuerpo de bomberos de Villavicencio, ya que desde el mismo momento en que cae la república liberal, los gobiernos de mariano Ospina Pérez, Laureano Gómez y roberto Urdaneta aparecen fuerzas chulavitas, el Popol, guerrillas de paz y demás organizaciones paramilitares que tradujeron en acciones Bélicas la política conservadora «bien como contraguerrilla o bien como ejército regular» (Barbosa, 1992:259).

A este respecto, en «Guadalupe y su Centauros» Reinaldo Barbosa Señala que:

En la labor «conservatizadora» no solo los fines justificaban los medios; la política de sangre y fuego a un plan estratégicamente concebido, en El que muchas de las acciones se calculaban en eficacia militar, los recurso logísticos a utilizar se medían para aniquilar la fuerza enemiga, y la capacidad de respuesta del liberalismo se sopesaba ante una posible exclusión del aparato del estado. La ultraderecha, desde el momento mismo en que «cayó la república liberal», se propuso imponer la hegemonía conservadora aprovechando la vigente crisis política y el fraccionamiento del liberalismo; en este empeño sustituyó los cargos burocráticos ocupados por el partido opositor, reemplazó a oficiales de las Fuerzas Armadas por incondicionales conservadores, politizó la policía, reclutó campesinos sectarizados por el gamonalismo conservador, y armó cuerpos especializados de «contrainsurgencia» o «guerrillas de paz» para rescatar para el proyecto falangista las zonas de mayoría liberal (1992: 259).

Aquí pusieron bombas, entre otros, a Campo Elías Chiquillo y al doctor Mojica, ellos eran liberales.

La bomba de don Mojica fue como a las 9 de la noche, pero hasta el otro día nos dimos cuenta que le había tumbado todo el frente de la casa. El doctor Juan Mojica afirmaba haber visto a Luis Vargas, conservador y bombero voluntario, prendiendo la dinamita. Así que, aquí había brigadas contra los liberales, unos se encargaban de ponerlos presos, otros eran los que ponían bombas y otros eran los incendiarios63.

Corresponsales de Villavicencio expresaban en los diarios de nivel nacional, que sin explicación alguna cada vez se hicieron más recuentes en Villavicencio grandes incendios; el de mayor proporción se presentó el 26 de diciembre 1951 y se originó en la zapatería de nombre Bogotá ubicada en la carrera 5 con calle 4, de propiedad del liberal Víctor Pérez. Las llamas arrasaron más de 11 casas y pusieron en peligro el centro de la ciudad; Esta conflagración se atribuyó a manos criminales, afirmaron tanto los liberales y conservadores, con lo que parecía que se menguaban las diferencias partidistas entre la élite liberal y conservadora.

Los ataques con dinamita e incendios, que puso en peligro los intereses de liberales que apoyaba a la guerrilla de los Llanos y el desconocimiento del directorio nacional liberal de dicho grupo irregular, propició que desde el año de 1951, la élite liberal de Villavicencio retorne a la política que permitía la exclusión social; así se acerca nuevamente a la élite conservadora que defendían al gobierno militar de la Intendencia y su capital y reprochaba las acciones de los bandoleros del Llano. A finales de 1951 la élite de Villavicencio, tanto liberales como conservadores, parece unificarse en busca de reconquistar el poder que había perdido desde 1949, a manos de los militares. Pero en esta oportunidad, sus acciones no se encaminaron a retomar los puestos públicos del municipio, sino a sacar provecho del conflicto armado que se vivía en la Intendencia.

De una manera unificada, desde 1952, la élite conservadora y liberal de Villavicencio, contando con el beneplácito del gobierno militar, compraba a precios irrisorios, las tierras y ganado de los campesinos que no podían tener ningún tipo de beneficio económico de éstas, porque no contaban con el salvo conducto que les permitía sacar lo producido a Villavicencio y Bogotá o porque la represión militar los obliga a huir de su lugar de origen.

Allá abajo por los lados de Guichiral querían unos señores redondear una finquita, pero la dueña de la finca no la quería vender, entonces el general gobernador militar, Jorge Sabogal, dirigente conservador y Aniceto Torres, todos interesados en esas tierras no lograron hacer el negoció. Un tiempo después la viejita apareció muerta y todos ellos fueron a ver que conseguían.

El general y los otros señores que habían ido a mirar la finca de la difunta Virginia Salados, y a recoger el ganado, querían devolverse en avión, pero el avión tangueado de gasolina se vino al suelo y sin poderlo evitar, se prendió en llamas, y ardieron todos ellos: El general Ochoa, Aniceto Torres, Jorge Sabogal y los otros, ese accidente fue como un castigo de Dios a los hombres que se estaban enriqueciendo con las tierras de la gente que era perseguida, por eso a ese accidente lo llamamos el minuto de Dios.64

A pesar de la fuerte lucha bipartidista en el País, la élite liberal local de Villavicencio parecía no tener muy En cuenta los sectores populares y su Exclusión de la política, como lo había hecho antes de 1949. realmente, sus intereses giraron en torno al individualismo y a la preservación del poder local. Su retorno a la política de exclusión se debió a que la región le brindó nuevas circunstancias político-sociales originadas en El conflicto armado, que bien manejadas, les permitió adquirir un nuevo poder fundamentado en la obtención de tierras y ganado de la región. Esto a la postre, como lo menciona Paul Oquist (1978:321), hará que una vez terminada la guerra En los Llanos, la élite de Villavicencio adquieran más poder político-económico, del que tenían antes de 1948.

Con la unión de la élite de Villavicencio en el año de 1952 parece retornar la tranquilidad a la Ciudad. El apoyo total de la élite villavicense a las medidas militares que buscaban el control de los Llanos por parte del Gobierno conservador de Laureano Gómez, hizo que desde mediados de 1952 y 1953, Villavicencio se blindara de los ataques de la Guerrilla; así a ésta llegaron muchos hateros e integrantes de la élite liberal de otros municipios de los Llanos con el fin de protegerse y continuar administrando, controlando y obteniendo nuevas ganancias de sus tierras.

Cuando se firma la paz en 1953, entre la guerrilla y el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, hubo un claro desgaste en la movilización de los sectores populares del meta y Villavicencio, y más aún, con la presencia de una renovada y fuerte élite, se moderó el impacto de la violencia partidista que continúo en otras regiones del país. Con ello, en los años subsiguientes, la región se apartó nuevamente del acontecer político nacional, con lo cual, durante el Frente nacional existió una paz relativa.

Conclusión

Un punto importante a tener en cuenta en la anterior investigación, es el análisis que se le hizo a elíseo Velázquez y de su cuadrilla. Bajo algunos de los argumentos de historiadores como eric Hobsbawm, Gonzalo Sánchez y darío Betancourt, que definen los rasgos característico de un bandido, afirmamos que antes del inicio de las guerrillas del Llano existió un «bandido primitivo», lo sustentamos en el hecho de que en sus inicios, Velázquez y su cuadrilla no recibieron el respaldo de un «señor importante», sus acciones eran de carácter defensivo, creó lazos de cooperación con las comunidades rurales y urbanas, no tenía un proyecto de cambio de la estructura social y generó miedo sicológico entre las élites de Villavicencio.

Con el proceso electoral del año de 1949 y la ruptura del pacto de la Unión nacional, a mediados del mismo año, la élite liberal de Villavicencio se encontró excluida de los entes gubernamentales que sustentaban su poder, así que con la ayuda del Capitán Alfredo silva romero, se acercó nuevamente a los sectores populares con la intensión de dirigir una resistencia al gobierno conservador. La cuadrilla de Velázquez, que no contó con cuadros de dirección ideológica gaitanista, nuevamente cae en el liberalismo tradicional y se empieza a movilizar por el partido liberal desde la toma de Villavicencio, el 25 de noviembre de 1949, pasando a ser parte de las nacientes guerrillas del Llano que se opusieron al gobierno de mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez, que se fortaleció con el apoyo del liberalismo a nivel nacional.

Esperamos haber complementado el estudio del origen de las guerrillas del Llano, que reinaldo Barbosa y Justo Casas ya habían comenzado en sus trabajos respecto a este movimiento insurgente de mediados del siglo XX. Igualmente tratamos de mirar, desde Villavicencio, un poco más a profundidad su nacimiento En la exclusión social, la influencia del gaitanismo y la resistencia que surgió luego de la muerte de su caudillo.

Al estudiar la violencia que aparece en Villavicencio luego del 25 de noviembre de 1949, queríamos presenta la continua exclusión de los sectores populares de la política y cómo al perder el poder local la élite liberal busca recuperar su estatus en la ciudad a través de la violencia. Pero, dicha élite, al descubrir que el conflicto que había impulsado le podía dejar beneficios económicos que le permitieran retomar El poder local, retira su apoyo a las guerrillas del Llano y se ubica nuevamente al lado de las autoridades militares, con lo que la violencia en la ciudad se apacigua, a diferencia, del resto del Llano, en donde se intensifica la Violencia hasta que el Gobierno de Laureano Gómez sea depuesto por el de Rojas Pinilla.

Por último, este trabajo resalta la importancia y el valor que tienen los testimonios orales cuando las fuentes escritas son escasas, y además, se convierten en un instrumento esencial para la construcción de una historia humana, sensible ante las variables históricas de nuestro país, que nos permitió en esta oportunidad, presentar una parte de la Violencia en Colombia que estaba pendiente por ser indagada y estudiada. Tal vez este tema no había sido investigado porque la región del meta, a pesar de su desarrollo actual, continua siendo una zona periférica, tanto para la nación como para la academia.


Pie de página

3Esquivel, H. (2004, 12 de julio), entrevistado por Gómez B., Villavicencio.
4Saray: P. (2009, 23 de mayo), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
5Fonseca, R. (2009, 15 de mayo), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
6Moreno: (2005, 6 de marzo), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
7Eco de Oriente (1949, 12 de febrero), «Aclarando», Villavicencio:2.
8Para Henderson el término de «violentos» hace referencia a delincuentes comunes o sicópatas. que luego de participar en los acontecimientos del 9 de abril de 1948 en Bogotá huyeron a distintas regiones del país lo que ayudo a la aparición de nuevas formas de violencia en los lugares que llegaban (Henderson, 1982:182).
9Moreno: (2005, 6 de marzo), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
10Saray: (2004, 15 de marzo), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
11Saray: (2004, 15 de marzo), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
12Moreno: (2005, 6 de mayo), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
13Eco de Oriente (1948, 29 de mayo), «Ultima hora», Villavicencio: 2.
14Rodríguez, R. (2005, 5 de diciembre), entrevistada por Gómez, A., Villavicencio. Habitante de Villavicencio, que el año de 1948, le persiguieron a sus dos hermanos por ser gaitanistas
15Monseñor Garavito (2004, 24 de julio), entrevistado por Gómez B., Villavicencio.
16Para Gonzalo Sánchez El fenómeno del bandolerismo en Colombia aparece después del año de 1953; se desarrolla en un contexto interno de Frente Nacional y externo de guerra fría; por tanto, acontecimientos como el de la revolución cubana y las políticas de contención del socialismo como la «Alianza para el Progreso» van a incidir directamente en el rumbo tomado por algunos líderes bandoleros y en programas asumidos por el Estado. Así mismo, Sánchez y Meertens consideran que durante los primeros años del Frente Nacional la violencia no se acaba, sino que cambia de carácter; en esta nueva fase, el fenómeno de «Bandolerismo político» se convierte en una expresión que no puede entenderse ni explicarse sin tomar en cuenta las lealtades partidistas profundamente arraigadas en zonas rurales, donde los bandoleros son apoyados por gamonales y campesinos liberales y/o conservadores.
17Eco de Oriente (1949, 29 de mayo), «Al ir a votar», Villavicencio: 3.
18Díaz, L. (2004, 12 de julio), entrevistada por Gómez, A., Villavicencio.
19Pavón, B. (2004, 12 de julio), entrevistada por Gómez, A., Villavicencio.
20Eco de Oriente (1949, 12 de junio), «Después de los comicios», Villavicencio: 4.
21Hernández, A. (2004, 30 de noviembre), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
22Esquivel, H. (2009, 14 de junio), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
23Pavón, B. (2004, 12 de julio), entrevistada por Gómez, A., Villavicencio.
24Es de destacar que en las distintas entrevistas que se realizaron se expresa la existencia de cuadrillas similares a la de Eliseo Velázquez, que se desarrollaron en cercanías de los municipios de Restrepo y Cumaral, dirigidas por campesinos gaitanistas como los hermanos Parra, y Alberto Carreño. Queda pendiente el realizar un estudio sobre este tipo de cuadrillas que antecedió a las guerrillas del Llano.
25Monseñor Garavito (2004, 24 de julio), entrevistado por Gómez B., Villavicencio.
26El siglo (1949, 28 de octubre), «la semana en Colombia, la vida política», Bogotá: 1.
27Eco de Oriente (1949, 30 de octubre), «La semana en Colombia, la semana política», Villavicencio:1.
28Eco de Oriente (1949, 13 de noviembre) «Los males presentes y el cumplimiento de nuestros deberes»,Villavicencio: 4.
29Arges, L. A. (1949, 20 de noviembre), «Desde Mi Bohío», en Eco de Oriente: 4.
30Mariano Ospina Pérez el 24 de noviembre de 1949 al enterarse del plan de realizarle un golpe de Estado removió de la dirección de las bases militares a todos los militares que tuvieran indicios de respaldar al liberalismo. El Espectador (1949, 24 de noviembre), «Cambios en las guarniciones militares», Bogotá: 4.
31Esquivel, H. (2003, 17 de diciembre), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
32Hernández, A. (2004, 30 de noviembre), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
33Hernández, A. (2004, 30 de noviembre), Entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
34Moreno: (2005, 6 de marzo), entrevistado por Gómez, A. Villavicencio.
35Eco de Oriente (1949, 11 de diciembre) «Ataque a Villavicencio», Villavicencio:1.
36Monseñor Garavito (2004, 24 de julio), Entrevistado por Gómez B., Villavicencio.
37Hernández, A. (2004, 22 de agosto), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
38Esquivel, H. (2009, 14 de junio), entrevistado por Gómez, A. Villavicencio.
39Hernández, A. (2004, 30 de noviembre), entrevistado por Gómez, A. Villavicencio.
40Moreno: (2005, 6 de marzo), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
41Moreno: (2005, 6 de marzo), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
42Monseñor Garavito (2004, 24 de julio), entrevistado por Gómez B., Villavicencio. 43Hernández, A. (2004, 22 de agosto), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
44Eco de Oriente (1949, 4 de diciembre), «El mayor Ezequiel palacios jefe civil y militar», Villavicencio:1.
45Esquivel, H. (2009, 14 de junio), entrevistado por Gómez, A. Villavicencio.
46Eco de Oriente (1949, 4 de diciembre), «Laureano Gómez presidente», Villavicencio: 1.
47Eco de Oriente (1950, 26 de febrero), «La obra intendencial», Villavicencio: 2.
48Eco de Oriente (1950, 22 de abril), «Se crea y nombra personal del batallón Vargas de Apiay», Villavicencio: portada.
49Hernández, A. (2004, 22 de agosto), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio. 50Pavón, B. (2004, 12 de julio), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
51Esquivel, H. (2003, 17 de diciembre), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
52Hernández B. (2005, 27 de julio), entrevistada por Gómez, A., Villavicencio.
53Esquivel, H. (2009, 14 de junio), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
54Pavón, B. (2004, 12 de julio), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
55Hernández, B. (2005, 27 de julio), entrevistada por Gómez, A., Villavicencio.
56Hernández, A. (2004, 22 de agosto), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
57Esquivel, H. (2003, 17 de diciembre), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
58Esquivel, H. (2003, 17 de diciembre), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
59Esquivel, H. (2009, 14 de junio), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio. Integrante de las brigadas de auxilio e hijo de Rodolfo Esquivel dueño para la época de un importante Hato del Meta.
60Esquivel, H. (2009, 14 de junio), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
61Pavón, B. (2004, 12 de julio), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
62García, A. (2005, 18 de mayo), entrevistado por Gómez, A. Villavicencio.
63Esquivel, H. (2009, 14 de junio), entrevistado por Gómez, A., Villavicencio.
64Monseñor Garavito (2004, 24 de julio), Entrevistado por Gómez B., Villavicencio.


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