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Tabula Rasa

versão impressa ISSN 1794-2489

Tabula Rasa  no.21 Bogotá jul./dez. 2014

 

Aproximación a la intervención profesional de trabajadores y trabajadoras sociales desde Los significados subjetivos según la obra de Schütz1

An overview of professional intervention by social workers through subjective meanings following Schütz-approach

Aproximação à intervenção profissional de assistentes sociais a partir dos significados subjetivos segundo a obra de Schütz

Uva Falla Ramírez2
Universidad Colegio mayor de Cundinamarca, Colombia
ufalla@unicolmayor.edu.co.

Juan Guillermo Velázquez Arias3
Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, Colombia
Juanito_570@hotmail.com.

1 El artículo es producto de los avances realizados en la investigación titulada: «Comprensión del significado que las y los trabajadores sociales le atribuyen a la intervención social a partir de sus vivencias en el espacio de la acción profesional», en el marco del convenio entre la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca y la Fundación Universitaria Monserrate. 2014.
2 Trabajadora social, Docente investigadora de la Universidad Colegio mayor de Cundinamarca. Bogotá- Colombia. Líder del Grupo de investigación: Fundamentación Disciplinar en Trabajo social: Tendencias Contemporáneas.
3 Trabajador social, investigador auxiliar del grupo en el proyecto de investigación en la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca.

Recibido: 21 de agosto de 2014 aceptado: 21 de noviembre de 2014


Resumen:

El significado subjetivo que construyen los y las trabajadores sociales acerca de la intervención profesional es el centro de interés del presente escrito; para lograr acercarse a esa construcción, el equipo de investigación está llevando a cabo un estudio de carácter cualitativo. Lo que acá se presenta corresponde a los primeros hallazgos obtenidos en dicho proceso de investigación social. Para ello partimos de entender que el significado subjetivo se encuentra en el estrato del fenómeno del significado que toma como punto de partida el acto cumplido o las vivencias terminadas que la acción en curso ha producido, y que remiten a la reflexión. Esto implica para Schütz distinguir entre dos estructuras de vivencias, vivir dentro de la conciencia interna y vivir en el tiempo homogéneo, siendo la primera de interés para la investigación.

Palabras clave: Conciencia interna, significado subjetivo, acción, acto, intervención profesional.


Abstract:

The subjective meaning built by social workers concerning professional intervention is addressed in this paper. In order to approach such a building, the research team is performing a qualitative study. What is presented here corresponds to the first findings gotten in that process of social research. To this effect, we begin by understanding that subjective meaning is located in the layer of the phenomenon of meaning, taking as a point of departure the accomplished act or completed experiences the action in progress has produced, and that induce reflection. According to Schütz this implies to distinguish between two experience structures -living in the internal consciousness and living in homogenous time- where the first one is of interest for this research.

Keywords: Internal consciousness, subjective meaning, action, act, professional intervention.


Resumo:

O significado subjetivo construído pelos e pelas assistentes sociais acerca da intervenção profissional é o foco de interesse do presente artigo. Para se aproximar desta construção, a equipe de pesquisa está desenvolvendo um estudo de carácter qualitativo. Os resultados apresentados correspondem aos primeiros achados obtidos nesse processo de pesquisa social. Para isso, o nosso ponto de partida consiste em compreender o significado subjetivo que, por sua vez, parte do ato cumprido ou das vivências terminadas produzidas pela ação em andamento e que, posteriormente, chamam para a reflexão. Para isto, partimos do entendimento de que o significado subjetivo se encontra no estrato do fenómeno do significado, o qual toma como ponto de partida o ato cumprido ou vivencias já terminadas que as ações em curso produziram, e que remetem à reflexão. Para Schütz, isso implica distinguir entre duas estruturas de vivências, viver dentro da consciência interna e viver no tempo homogêneo, sendo o primeiro o aspecto que interessa na presente pesquisa.

Palavras-chave: Consciência interna, significado subjetivo, ação, ato, intervenção profissional.


Introducción

El significado subjetivo que construyen los y las trabajadores sociales acerca de la intervención profesional es el centro de interés del presente escrito. Para lograr acercarse a esa construcción, el equipo de investigación está llevando a cabo un estudio de carácter cualitativo; lo que acá se presenta corresponde a los primeros hallazgos obtenidos en el primer momento del proceso de investigación social. Para ello partimos de entender que el significado subjetivo se encuentra en el estrato del fenómeno del significado que toma como punto de partida el acto cumplido o vivencias terminadas que la acción en curso ha producido, y que remiten a la reflexión. Esto implica para Schütz distinguir entre dos estructuras de vivencias: vivir dentro de la conciencia interna y vivir en el tiempo homogéneo, siendo la primera de interés para la investigación.

El interés de este trabajo es objetivar el significado subjetivo que el actor (trabajadores(as) sociales) le atribuye a su acción profesional o intervención social a partir de sus vivencias en el espacio de la actuación profesional, por lo cual el acercamiento teórico pasa por la exploración fenomenológica del mundo social desde una perspectiva schutzeana que ilustra cómo son establecidos e interpretados los significados en sus distintos grados de anonimidad, en niveles variables de intimidad o en una red relaciones y perspectivas.

El análisis de los procesos de construcción y constitución de significados es imprescindible para reflexionar acerca de las posibilidades de comprensión de la intervención social referida al mundo de la vida, ya que los fenómenos sociales que aborda y de los que forma parte el profesional se han tipificado como un constructo de tipo conceptual, lo que ha imposibilitado una concepción no típica, tanto de lo profesional como de lo disciplinar, es decir, que la fenomenología social posibilita una mirada desde la perspectiva vivencial del trabajador social.

Para lograr el objetivo de la investigación se realizó un diseño cualitativo; con enfoque fenomenológico, desarrollando el proceso en sus características de flexibilidad y circularidad que permite ir desde los contextos teóricos a los cotidianos de las/los trabajadores sociales, para recabar la información que luego el equipo ha ido procesando de manera que se van logrando precisar algunos hallazgos en su etapa exploratoria, los cuales luego serán profundizados a través de entrevistas cualitativas con el fin de trascender del significado subjetivo al significado objetivo acerca de la intervención social, como lo construyen las/los trabajadores sociales.

El significado subjetivo y su relación con el acto cumplido

Este apartado se propone explorar el concepto de significado y su relación con el mundo de la vida para detenernos en uno de sus estratos, el cual es de interés para esta investigación, a saber, el significado que el actor otorga a sus actos o el significado correspondiente al acto cumplido; vale decir, para efectos de esta exposición, la intervención profesional. Para empezar, cabe señalar que Schütz se apoya en los planteamientos de duración (Bergson) y constitución de la vivencia subjetiva (Husserl) para esclarecer lo que Weber denominó acción significativa en su aspecto individual y social, lo que indica un ámbito de problemas y procedimientos de carácter filosófico para la comprensión e interpretación del significado con el propósito de fundamentar la sociología comprensiva.

Las categorías con las cuales Schütz aborda el fenómeno del significado aportan a la comprensión de cómo se constituyen los significados y cómo se integran en la dinámica social que los origina, es decir, los motivos pragmáticos que orientan la acción social. Alfred Schütz en su obra destaca el estudio de la acción social a partir de lo que él denomina el «acto proyectado», que es la acción que aún no se ha llevado a cabo, es la acción que el actor construye en su mente pero que aún no ha realizado. Este concepto inicial trasciende a lo social, al mundo de la vida con la fenomenología social mediante aspectos que son propios de la constitución de la acción, como son las nociones de «significado», «motivo», «fines», «actos», ya que cada uno de ellos es necesario para abordar e interpretar el estudio de las relaciones intersubjetivas de los actores en la «vida cotidiana». De esta manera, Schütz aporta la «teoría de la acción» con sentido, donde la tríada conceptual: «motivación», «significado» y «comprensión» siempre se encuentra presente.

«Significado» y «comprensión de significado» son nociones que Schütz aborda como un solo problema que se encuentra vinculado a una especie de constitución consciente. Sin embargo, en este campo parece necesario precisar qué se entiende por «sentido de la acción», es decir, en su obra, Schütz nos muestra que pese a que las nociones de significado y de comprensión son abordadas como una constitución consciente, ellas mismas corresponden a dos posibilidades que se desarrollan en forma paralela, particularmente respecto a la «constitución de significado» y a la «constitución de la acción». Las nociones de acto y de acción son categorías que en la obra de Schütz tienen significados diferentes y que es preciso abordar para comprender el significado subjetivo del acto, es decir, de la intervención profesional.

La determinación temporal en que se estructura la intervención en el trabajo social, remite a la acción, como si esta fuera el elemento constituyente, pero toda acción está definida por un tiempo, y en esta materia ha visto la fenomenología, dos maneras en que lo temporal es incidente: el actio en tanto la acción es pura vivencia que transcurre enteramente en la corriente de la conciencia, o como actum, en que una vez la acción está terminada, se percibe objetivamente. La intervención tiene esa doble condición, o se contempla como un objeto inmanente, lo cual remite a fases temporales en que se va constituyendo, en el flujo de conciencia, lo que definiría la intervención, situándola dentro de un proyecto preconcebido, o estaría sujeta al acto concluido, pero ya no sería temporalidad interior, sino el acto sometido a las coordenadas del tiempo exterior (Rodríguez, 2011: 313).

Otro postulado importante en la obra de Schütz es que cuando el sujeto realiza acciones, ellas están cargadas de significados. Los significados corresponden a las múltiples interpretaciones que hace el actor de sus acciones,4 pero también a las interpretaciones que hacen los otros sobre esas mismas acciones; lo anterior experimentado en función de su repositorio de conocimiento desde el Aquí y Ahora vivenciado por el sujeto.

Las acciones realizadas por el sujeto llevan un significado subjetivo que consiste en una autointerpretación de la vivencia; la experiencia inmediata es accesible a los sujetos en un plano intersubjetivo; sin embargo, por ser de este carácter «el significado al que el actor apunta con su acción es distinto al significado que otros le dan a su acción» (Schütz, 1993: 174). Con estos planteamientos Schütz llega a esclarecer dos tipos de vivencias significativas bajo la mirada reflexiva, la conducta significativa y la acción significativa.

Respecto a la primera, Schütz manifiesta:

La conducta consiste, entonces en una serie de vivencias que se distinguen de todas las otras por una intencionalidad primordial de la actividad espontánea que sigue siendo la misma en todas las modificaciones intencionales. Ahora bien, resulta claro que lo que queremos decir al afirmar que la conducta es meramente vivencias observadas bajo una cierta luz, es decir, referidas a la actividad que las produjo originariamente el significado de las vivencias no es entonces nada más que ese marco de interpretación que las ve como conducta. Así, también en el caso de la conducta resulta que solo lo que ya ha pasado y trascurrido tiene significado. La vivencia prefenoménica de la actividad no es, por lo tanto significativa. Solo tiene significado la vivencia que es percibida reflexivamente en forma de actividad espontánea (Schütz, 1993: 86).

En conclusión, la conducta significativa refiere a la mirada reflexiva sobre vivencias transcurridas que orienta su atención a la actividad que las produjo (motivos porque), a la vez que establece el criterio para definir si una vivencia es significativa o no.

Por otro lado, las vivencias significativas que bajo la mirada reflexiva dirigen su atención al proyecto (motivo para) se constituyen en acción significativa. A este respecto, Schütz señala que: «Debemos tener presente que, por definición, la acción se basa siempre en un proyecto preconcebido, y esta referencia al proyecto precedente es lo que dota de sentido al actuar y el acto» (Schütz, 2003: 203). Por tanto, las vivencias son el objeto de interpretación de nuestras experiencias, que se convierten en el repositorio de significados (sentido) en un acto retrospectivo del actor al volverse entidad discreta.

La relación acto y motivos en este horizonte es, por tanto, una indicación de la existencia objetiva de un significado subjetivo, indicación entendida en términos de asociación y no de implicación. Esto podría señalar que la categoría motivos sería el punto de partida metodológico o el ámbito en el cual se puede identificar el significado (sentido) de las vivencias vistas retrospectivamente, esto quiere decir, para Schütz, que no todo significado de una acción es igual al motivo de la acción (Schütz, 1993: 48-49, 58); más bien la categoría motivos remite a una reducción del fenómeno social que implica la actividad humana que la produjo y en últimas los motivos que la originan (Schütz, 2003: 23). Esto conlleva a Schütz a esclarecer que «la comprensión motivacional parte de la base de un significado objetivo establecido, que constituye simplemente una indicación de la existencia de un significado subjetivo» (Schütz, 2003: 60); por tanto, como ya se mencionó, significado y motivación forman parte de un solo problema de constitución de la acción.

En este sentido, se puede expresar que el mundo social es un mundo de vivencias que tiene un significado para los sujetos: «el individuo vivencia entonces el mundo como algo compartido con sus congéneres, es decir como un mundo social» (Schütz, 1993:169). De este modo, el sujeto realiza acciones cargadas de significado, es decir que tienen un sentido. Así el sujeto no haya intentado darle un significado,5 este puede ser conocido e interpretado por el otro, en tanto se genera un vínculo. Por esta razón puede decirse que toda vivencia es una interpretación subjetiva e intersubjetiva, dado que cuenta con un acervo de conocimiento disponible para poder interpretar aquello que se le presenta. Por lo tanto, todas las vivencias y el significado que se le adjudican son propias del mundo de la vida cotidiana, mundo de sentido común en que los hombres asumen una actitud natural y también es un mundo que se encuentra tipificado en múltiples significados.

La intervención profesional como expresión del significado subjetivo

Tras lo expuesto anteriormente cabe ahora indagar cómo acercarse a una interpretación objetiva del significado subjetivo. Para ello es preciso retomar los términos configuración significativa y signo: partiendo de este último, Schütz plantea su idea de signo mediante la noción apresentación definida como una «anticipación más o menos vacía de lo que podríamos percibir si diéramos vuelta al objeto o camináramos alrededor de él. (…) Así por apresentación, experimentamos intuitivamente algo como indicando o pintando, en calidad de signo, alguna otra cosa» (Schütz, 2003: 266).

Para una posterior aclaración del término signo, Schütz retoma estos conceptos de Husserl:

Según Husserl, el Otro me está dado desde el comienzo como un objeto material con su posición en el espacio y como sujeto en su vida psicológica. Su cuerpo como todos los objetos materiales, está dado a mi percepción original o, como dice Husserl, en presencia originaria. Pero su vida psicológica no me está dada en presencia originaria, sino solo en copresencia; no está presentada, sino apresentada [...]

Sin duda, cada uno tiene sus propias experiencias dadas en presencia originaria. Pero por medio de sucesos del mundo externo, que tienen lugar en el cuerpo del Otro o son producidos por él, en especial por expresiones lingüísticas en el más amplio sentido, puedo comprender el Otro por apresentación; por entendimiento y consentimiento mutuo se establece así un ambiente comunicativo común, dentro del cual los sujetos se motivan recíprocamente en sus actividades mentales (Schütz, 2003: 281-282).

El planteamiento anterior permite a Schütz desarrollar su idea de signo de la siguiente forma:

Es cierto que, como sostuvo Husserl, toda comprensión del pensamiento del Otro (...) exige como vehículo portador o medio de aprehensión de un objeto, hecho o suceso del mundo externo, el cual sin embargo, no es aprehendido como un sí-mismo en el mero esquema perceptual, sino apresentacionalmente como expresando cogitaciones de un semejante. El término «cogitación» es empleado aquí en el más amplio sentido cartesiano, que denota sentimientos, voliciones, emociones, etc. Para los fines de este trabajo, proponemos utilizar el término «signo» para designar objetos, hechos, sucesos del mundo externo cuya aprehensión apresenta a un intérprete cogitaciones de un semejante (Schütz, 2003: 285).

De este modo, el contenido de una entrevista, una conversación es un signo que expresa apresentacionalmente la consciencia del Otro, y permite comprender aproximadamente las vivencias vistas reflexivamente por los sujetos y su significado en el «aquí y ahora» de la entrevista. Ahora bien, las configuraciones de significado6 son la forma en que se ordena las experiencias vividas en una síntesis que unifica procesos anteriores de asignación de significado. Lo que interesa de esta configuración es que proporciona una reconstrucción unificada del sentido global de la intervención social que asume cada trabajador social, bajo la forma de enunciados pronunciados en el marco de las entrevistas realizadas en la fase de mapeo, cuyo propósito era saber el significado que le asignaban a la intervención social teniendo en cuenta sus vivencias en la vida cotidiana ahora transformadas en entidades discretas mediante un acto reflexivo.

En el cuadro 1 se puede evidenciar la forma enunciativa que asumieron los significados dados por las(os) trabajadoras (es) sociales. Se presentan algunas expresiones textuales con la intención de aproximar dichos enunciados a sus elementos complejos de constitución, tomando inicialmente como eje de articulación de esta exposición, los enunciados de «A», «B» y «C».

En la configuración de «A» (ver gráfico 1) se puede distinguir dos significados que apuntan a configurar monotéticamente experiencias pasadas de asignación de significado. Por un lado se establece por negación una afirmación, y por otro lado la intervención como posibilidad de reformular la relación entre sujetos. Ahora los antecedentes de cada asignación de significado se establecen profundizando en cada elemento.

En este punto es preciso señalar una característica de la acción como antelación al proceso de aproximación del análisis del significado de la intervención social, que es la atención a la vida. Al respecto, Schütz expone que:

La acción representa nuestro máximo interés en cuanto a enfrentar la realidad y satisfacer sus requisitos, y el sueño la falta completa de interés. La attention à la vie -la atención a la vida- es, pues, el principio regulador básico de nuestra vida consciente. Define el ámbito de nuestro mundo que es importante para nosotros; articula nuestra corriente de pensamiento en flujo continuo; determina el alcance y la función de nuestra memoria; nos hace vivir -en nuestro lenguaje- nuestras experiencias presentes, dirigidas hacia sus objetivos o volvernos en una actitud reflexiva hacia nuestras experiencias pasadas, en busca de su significado (Schütz, 2003: 201).

Esta «attention à la vie» permite identificar la tensión de la conciencia entre el pensamiento y la vida, entre estar en la durée o corriente de la vivencia o salir de ella mediante un acto reflexivo. Es por lo anterior que se pretende interpretar el significado del actuar profesional a partir de las vivencias de los sujetos que están en ese espacio. La misma fenomenología propone encontrar ese significado a partir de que: las vivencias han retrocedido un poco hacia el pasado, es decir, que han transcurrido, (ahí) podemos darnos vuelta y aplicar sobre ellas uno de los actos de reflexión, reconocimiento, identificación.

Una vez que la vivencia ha sido captada en el «cono de luz» que emana del yo «se destaca» de la corriente de la duración y se vuelve clara y distinta, es decir, una entidad discreta. En ese momento y en virtud del acto de dirigirse-hacia (Zuwcending) la experiencia adquiere significado (Sinn) (Schütz, 1993: 19).

Continuando con el análisis; tomemos ahora el enunciado «B». Al igual que en el enunciado «A», se observa que el/la trabajadora social otorga dos significados diferentes; por un lado, lo enuncia como un acto esencialmente imponente por parte de él; pero por el otro, lo enuncia como un ejercicio de acompañamiento que promueve cambios en los sujetos.

Ahora bien, en ese proceso de attention, en el que el actor busca en sus experiencias pasadas ese significado que le permite asignar una doble significación, se puede asegurar que estas provienen del acto reflexivo en el que el actor «para –piensamira hacia el pasado»7; aun estando en un aquí y ahora «y dice»: «Pienso que debe hablarse de desarrollo», expresión que muy seguramente proviene de ese acto reflexivo, de ese acto de attention á la vie que se ubica en el cono de luz en el cual centra su atención y por lo cual es para él significativo, es decir, es el momento en el cual el acto adquiere significado.

Por lo tanto, el contexto de la vida cotidiana se puede entender como un complejo de vivencias que la/el trabajador social experimenta con otros/as en el espacio de la acción profesional. No quiere decir que haya una sola interpretación de las vivencias, sino que cambian según la perspectiva desde la que se miren. En otras palabras en referencia a un «aquí y ahora» experiencial del sujeto.

Para describir lo señalado anteriormente, si se retoman los enunciados de «A», «B» y «C», éstos en un primer momento se encuentran en un «aquí y ahora» en un fluir de vivencias sin dudas, pero en el instante en que se les cuestiona sobre su experiencia profesional y el significado de éstas, se apartan, salen de esa corriente fluida para sumergirse en ella, en las vivencias anteriores a su ahora; luego, todas esas vivencias pasadas no son indistintas, son captadas de acuerdo a una mirada particular del yo y a las exigencias de su ahora. Esa mirada particular responde a la intencionalidad del actor, a los actos de atención y sus modificaciones, al ordenamiento del conocimiento como de las experiencias. Estos elementos no pueden abstraerse solo a partir de un enunciado; para ello se requiere de todo un proceso narrativo profundo de las vivencias vividas que excede este ejercicio. Cabe preguntarse en este punto porqué la intervención «denota poder» es una «etiqueta violenta», porqué dejar su «concepción activista» o para qué propender por el cambio y transformaciones, por un diálogo intersubjetivo o la activación de subjetividades. Estas son preguntas que posiblemente se formuló el actor, y las seleccionó como relevantes o interesantes.

Según Schütz, la «teoría del significado» se operacionaliza en un fluir de tiempo, lleno, sin duda, con hechos físicos, pero dotado de la naturaleza de una conciencia temporal interna, una conciencia de la propia duración. Es dentro de esta duración donde el significado de las vivencias de una persona se constituye para ella a medida que las va vivenciando (Schütz, 1993: 42). En el sentido indicado y mediante un texto como el citado, se sostiene que el significado viene a ser el resultado de la relación establecida entre los hechos o fenómenos y la corriente interna de la conciencia del actor, donde el fenómeno aparece en el momento cuando el actor reflexiona acerca de sus vivencias. De manera que el significado -que ha sido constituido- corresponde a una especie de producto de un proceso relacional y, en ningún caso, forma parte de los hechos que observa el actor (Leal, 2007: 220).

Por lo tanto en consecuencia con la mirada fenomenológica, la vida cotidiana se basa en las vivencias de los sujetos y trata de describir de forma sistemática las formas de experiencias internas de éstos. En otras palabras, la comprensión de la acción profesional o intervención profesional se basa más en los actos de reflexión y en la vivencia de la interacción cotidiana que en propuestas explicativas o genéticas de la intervención.

Lo expuesto nos lleva a esclarecer lo que Schütz denomina significado subjetivo y objetivo. El primero se refiere a una cierta manera de dirigir la mirada hacia un aspecto de una vivencia que nos pertenece. Se «selecciona» así ese aspecto, que se vuelve discreto mediante un acto reflexivo. «El significado indica, por lo tanto, una actitud peculiar por parte del yo hacia el flujo de su propia duración» (Schütz, 2003: 7172). Por tanto, el significado subjetivo hace referencia a la interpretación subjetiva que corresponde a la autointerpretación que hace el actor a sus propias vivencias que ya han transcurrido. Lo anterior difiere de la interpretación objetiva; que se refiere a la interpretación de esa misma acción, pero efectuada o realizada por otro sujeto. Parece ahora necesario desagregar lo que se ha presentado como una unidad.

Teniendo in mente la definición anterior, este estrato del fenómeno del significado toma como punto de partida el acto cumplido o vivencias terminadas que la acción en curso ha producido, y que remiten a la reflexión. Esto implica para Schütz distinguir entre dos estructuras de vivencias: vivir dentro de la conciencia interna y vivir en el tiempo homogéneo, siendo la primera, como ya se mencionó, de interés en el presente artículo. Ese proceso de reflexión comprende la captación de vivencias directas o indirectas en la corriente de duración al haberla recordado, «Luego, es este recuerdo el que aísla la vivencia de la corriente de la duración y modifica la captación, convirtiéndola en rememoración» (Valenzuela, 2005; 8-9). Dicha rememoración comprende otro elemento de esta estructura, que es el acto de atención que tiene varias orientaciones; dos de ellas se refieren a: una mirada hacia las vivencias transcurridas, la cual clausura la vivencia en curso convirtiendo dicha vivencia en una entidad discreta, y la segunda, que enfoca el tema que se refiere a la autoexplicación del sujeto sobre sus vivencias. Esta distinción es clave para Schütz, ya que entraña la expresión significado de una vivencia a la vez que distingue entre el yo y el mí, o entre el sujeto preempírico y el sujeto fenoménico (Schütz, 2003: 80-81).

Si se toma la configuración del significado de «C», el análisis del enunciado nos permite exponer parcialmente que se deja explícito como tema los procesos vinculares que se desarrollan durante la acción profesional; la relación razón-emoción que implica un acto de atención hacia la relación sujeto-sujeto.

Paralelamente, para Schütz éste es uno de los procesos que da cuenta de un fenómeno intersubjetivo, ya que las vivencias del actor y el sentido que le asigna mediante su rememoración remiten a un mundo interno y externo, público, que igualmente es dotado de significado mediante esquemas interpretativos construidos socialmente. Por tanto, la reflexión y los procesos explicativos, interpretativos y comprensivos que involucran el significado subjetivo de la propia acción no son expresiones de un mundo privado, sino que son un correlato del mundo social pero a la vez particular en un aquí y ahora experiencial del sujeto.

Para ejemplificar lo expuesto, se tomará el enunciado de «A» y su correspondiente análisis centrado en el significado que le asigna el trabajador social entrevistado a su actuar profesional. En el enunciado el sujeto puede estar abstrayendo de la corriente de sus vivencias aspectos procedimentales de su actuar, rescatando aspectos negativos como positivos y potenciales que dejan trazado ese proceso como abierto, dispuesto a ser llenado con acciones tendientes a producir un nuevo estado de cosas. Esa abstracción, como lo expresa Valenzuela, remite a un pasado rememorado en un presente intencional, y a un futuro anticipado desde el presente como expectativa, evidenciando un otorgamiento de sentido como correlato de su vida intencional (Valenzuela, 2005: 8). Tal abstracción o reflexión da cuenta de la forma en que se enmarca la vivencia en temas relacionales, técnicos e incompatibilidades (que también se puede identificar en «B») entre el signo y lo que significa.

Este problema (el del significado) abarca otro elemento: el de la tipicidad, el cual aparece como un sistema de relevancias y selecciones que organiza el mundo interior del sujeto, que permite interpretar «el significado de los fenómenos sociales particulares como significado al que tiende subjetivamente los actos humanos» (Schütz, 1993: 37), y para Schütz comprende:

tres diferentes tipos ideales de relevancias: «motivacionales», «temáticas» e «interpretativas», mencionando que la expresión pura de estos tipos no puede encontrarse empíricamente. Con el término relevancias motivacionales, Schütz describe el aspecto de las relaciones causales específicas del mundo objetivo, las cuales se consideran vinculadas al interés o a ítems problemáticos; nuestro interés decide qué elementos de la estructura ontológica del mundo pre-dado son relevantes para nosotros (Schütz 1970c: 123f.).

(...) Las relevancias temáticas, sin embargo, surgen de la circunstancia en la que no todos los elementos motivacionalmente dados son suficientemente familiares o conocidos previamente; también puede suceder que la situación actual no coincida con el tipo de situación presente en el propio acervo de conocimiento. De ahí que se requiera un conocimiento suplementario vinculado a la situación, esto significa, un conocimiento adicional el cual es relevante para la definición de la situación.

(...) El tercer tipo ideal de relevancias interpretativas, refiere a aquellas relevancias que son utilizadas para la solución de las cuestiones temáticamente relevantes en referencia al acervo de conocimiento a mano del cual no todos los elementos son relevantes. Para dar cuenta de cómo una interpretación específica de cierta cuestión temática y de cómo algunos elementos del conocimiento son útiles para la interpretación, se establecen procesos de tipificación. Si se obtiene y tipifica el conocimiento acerca de la solución del problema que está actualmente bajo interpretación, no se requiere ninguna interpretación adicional (Schütz en Dreher, 2005:83-84).

De lo expresado anteriormente por Schütz, en el mundo de la vida cotidiana de los trabajadores sociales encontramos un elemento que expresa esa relevancia motivacional cuando los trabajadores sociales refieren expresamente un interés o ítem hacia lo que para ellos es relevante de su acción profesional. Lo anterior puede verse retomando los enunciados de «A» («concepción activista», «visión médica», «etiqueta violenta», «poder», «propender», «conversaciones entre sujetos», «nuevas subjetividades», «no consenso dominante», «sin intervenirla»), «B» («acompañamiento y gestión», «cambios o transformaciones», «invasiva y peligrosa») y «C» («razón», «emotividad», «imposible no dejarse afectar», «buscando el bienestar») que dan cuenta de la forma en que se organiza y explicita el mundo interior en determinaciones, fundamentadas en experiencias anteriores y al acervo de conocimientos sedimentados, configurando lo que Schütz denomina como tipo.

De lo expuesto cabe mencionar que las relevancias motivacionales son asequibles a un proceso de descripción y análisis respecto a la identificación del interés como elemento relevante en la explicitación de vivencias significativas; entretanto las relevancias temáticas por conformarse en el tiempo homogéneo de las vivencias no se encuentran en el contexto de la corriente interna del flujo de conciencia. Mientras que las relevancias interpretativas hacen referencia a los conocimientos de los que el actor echa mano cuando tiene que resolver o analizar situaciones de carácter problemático; en ese sentido este tipo de relevancias hacen referencia al uso de los conocimientos. Cabe resaltar que las relevancias temáticas e interpretativas constituyen categorías de análisis que serán objeto de profundización en las subsiguientes etapas del proceso de investigación.

Ahora bien, puede plantearse de lo expuesto que el significado de una acción interventiva es su acto proyectado. Al analizar una acción interventiva se debe hacer referencia a su significado subjetivo, esto es, a la forma como se constituye el significado en función de; los actos intencionales del actor (trabajador(a) social), al contexto motivacional (para y porqué) de un proyecto, las modificaciones atencionales, los tipos ideales, al contexto de significado, el contexto de la experiencia, los esquemas interpretativos, y los esquemas de la experiencia, categorías de análisis que fue posible identificar bajo la idea de significado al que se apunta desarrollado por Schütz, y sobre las cuales se continuará trabajando en las fases de profundización y cierre que da continuidad a esta etapa exploratoria y de la cual acá se presentan los avances.

Consideraciones finales

Como hemos visto, el significado subjetivo se construye sobre la base de las propias tipificaciones y relevancias motivacionales que construye el propio actor respecto al acto ya concluido y sobre el cual reflexiona, es decir, lo lleva al cono de luz sobre el cual puede identificar su relevancia motivacional y de allí extraerlo, cargarlo de significado, de su propio significado subjetivo, pero es necesario lograr acercarse al significado objetivo, es decir, al significado construido no solo por la propia autointerpretación, sino construido también por otros congéneres. Es a este significado objetivo que se pretende llegar con los avances progresivos y de profundización que se logre con el proceso de investigación y es en este mismo sentido que el avance hasta aquí alcanzado interesa compartir. «El sistema de tipificaciones y significatividades que forman parte de la concepción natural relativa del mundo social es uno de los medios a que recurre un grupo para definir su situación dentro del cosmos social, y al mismo tiempo, se convierte en un elemento integrante de la situación misma» (Schütz, 2003: 225). La interpretación de lo social, en la propuesta de Schütz, se realiza a partir de cuatro niveles de análisis de la realidad sobre los cuales se construyen las tipificaciones que llevan a la interpretación del mundo de la vida; ellos son:

  • Auto interpretación - subjetiva
  • Interpretación efectuada por los otros - objetiva
  • Interpretación del científico social que tiene su propio sistema de tipificaciones
  • Interpretación filosófica

A la interpretación objetiva y la del científico social es a la que se pretende llegar. Finalmente, consideramos que estos análisis son necesarios para el trabajo social, porque como disciplina que se piensa en aras de renovarse es valioso llegar a comprender los significados no solo subjetivos, sino también objetivos acerca de la «intervención profesional» como categoría eje que siempre ha estado en la mira de los análisis y debates internos de la disciplina. Como lo mencionan Ortiz y Falla, «La comprensión de los fenómenos estudiados a partir de los aspectos subjetivos que se dan en la interacción humana y en la cultura se entienden a partir de categorías como la acción social, conductas y la estructura/construcción intelectual que se refiere a causas y consecuencias de la acción social» (2013: 47). Es decir, la comprensión de la intervención profesional está mediada por la interacción en el mundo de la vida, que es el ámbito en el cual la o el trabajador social vivencia, y de esa manera construye los significados como propuestas no explicativas, sino como expresiones configuradas desde la intencionalidad profesional en la medida en que se ha vivenciado el acto de la intervención profesional.

El entender los significados asignados a la intervención social da la oportunidad de configurar una fundamentación contextualizada y construida intersubjetivamente que permita entender el momento histórico-social colombiano en el que se encuentra el actuar profesional de las y los trabajadores sociales. Lo anterior permite develar el sentido de lo ético y de la opción política que, en aras de la redistribución y la justicia social, constituye la finalidad de la disciplina.


Notas

4 Es necesario aclarar que existen experiencias que no son provistas de sentido por el actor, por ejemplo los meros reflejos corporales, Schütz las denomina experiencias esencialmente actuales (Schütz, 2003:200).
5 Es necesario aclarar la diferencia entre el sentido que el actor otorga a sus actos y el sentido de la acción en el marco de una relación cara a cara o mejor dicho una acción social: «El sentido no es una cualidad inherente a ciertas experiencias que surgen dentro de nuestro flujo de consciencia sino el resultado de una interpretación de una experiencia pasada contemplada desde el Ahora con una actitud reflexiva. Mientras vivo en mis actos, dirigidos hacia los objetos de dichos actos, estos no tienen ningún sentido. Se vuelven provistos de sentido si los capto como experiencias circunscriptas del pasado; por lo tanto, en la retrospección. Es decir, que solo las experiencias que solo pueden ser recordadas más allá de su actualidad y que pueden ser cuestionadas en lo que respecta a su constitución son subjetivamente provistas de sentido» (Schütz, 2003:199).
6 Cabe señalar que las configuraciones de Significado poseen su propio proceso constitucional (ver schütz, 1993: 104-107),lo que interesa en ésta parte de la exposición es en la forma en que serán tratadas como reconstrucción unificada.
7 El énfasis es de los autores para explicar el momento en que se desarrolla el proceso atencional.


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