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Tabula Rasa

Print version ISSN 1794-2489

Tabula Rasa  no.33 Bogotá Jan./Mar. 2020

https://doi.org/10.25058/20112742.n33.04 

Contra el Olvido

EL SICARIATO: REFLEXIONES DESDE EL COMPLEJO INDUSTRIAL FRONTERIZO*

Contract Killing: Reflections in the light of the Border Industrial Complex

O sicariato: reflexões a partir do complexo industrial da fronteira

ARTURO CHACÓN CASTAÑÓNa  b 

a Doctor en ciencias sociales por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. México.

b Profesor investigador. Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, México. arturo.chacon@uacj.mx. Orcid ID: orcid.org/0000-0002-4888-7910


Resumen:

El presente artículo tiene el objetivo de contribuir a la discusión en torno a las dimensiones y significados del sicariato en México, desde una mirada que busca articular la noción de Complejo Industrial como una sinergia que ocurre en algunas fronteras. El trabajo parte del resultado de tres entrevistas realizadas a sicarios en la ciudad fronteriza de Juárez, al norte de México, frontera con El Paso, Texas, en Estados Unidos. El bono demográfico, es decir, una parte de la población más activa económicamente, como lo son los jóvenes, se involucran en actividades ilícitas como el narcotráfico, derivado de la falta de una estructura sólida en sus redes sociales, lo que les permite a los carteles de la droga reclutar y operar con gran similitud a las empresas lícitas. Esta participación pretende una aproximación al fenómeno del sicariato, en voz de los protagonistas de la violencia, una actividad que se deriva de una constante batalla comercial ilícita circunscrita en lo ilegal, como es el narcotráfico, con efectos económicos y de grave trascendencia por el impacto social y brutal que genera en la frontera.

Palabras clave: sicariato; jóvenes; frontera; narcotráfico

Abstract:

This paper aims at contributing to the discussion on contract killing dimensions and significance in Mexico, by intending to articulate the notion of the Industrial Border Complex as a synergy seen at some borders. This work builds upon three interviews held with gunmen in the border town of Juarez, northern Mexico on the border with El Paso, Texas, in the United States. The demographic bonus, that is, a part of the economically active population, namely young people, get involved in illicit activities, such as drug trafficking, as a consecuence of the lack of solid structures in their social networks. That makes it easier for drug cartels to recruit and operate in a similar way to legal enterprises. This contribution intends to approach the phenomenon of contract killing, in the voice of the main actors of violence, an activity deriving from an ongoing illicit trade battle on illegal grounds, such as drug trafficking, having economic effect and a serious transcendence because of its ruthlessness and the social impact it produces in borderlands.

Keywords: contract killing; youth; borderland; drug trafficking

Resumo:

Este artigo tem como objetivo contribuir para a discussão sobre as dimensões e significados do sicariato (fenômeno dos assassinos assalariados) no México, sob uma perspectiva que busca articular a noção de Complexo Industrial como sinergia que ocorre em algumas fronteiras. O trabalho é baseado no resultado de três entrevistas com sicarios na cidade fronteiriça de Juárez, no norte do México, na fronteira com El Paso, Texas, nos Estados Unidos. O bônus demográfico, isto é, uma parte da população economicamente mais ativa, como os jovens, se envolve em atividades ilegais como o tráfico de drogas que, por sua vez, deriva da falta de uma estrutura sólida em suas redes sociais, o que permite aos cartéis de drogas recrutar e operar com grande semelhança às empresas legais. O presente trabalho busca uma abordagem do fenômeno do sicariato na voz dos protagonistas da violência, uma atividade que deriva de uma constante batalha comercial ilícita circunscrita no ilegal como é o caso do narcotráfico, com efeitos econômicos e de séria transcendência dado o impacto social e brutal que gera na fronteira.

Palavras-chave: sicariato; juventude; fronteira; tráfico de drogas

En México el bono demográfico1 podría estar desperdiciado por la falta de empleo formal ya que existe una cantidad desconocida de jóvenes que son reclutados en actividades ilegales, como ocurrió en el periodo entendido como narcoguerra entre 2008 y 2012 en Ciudad Juárez, frontera norte con El Paso, Texas, en Estados Unidos, comportamiento que también se presenta en diferentes entidades del país.

Esta participación pretende desarrollar algunos puntos de discusión en torno a las dimensiones y significados del sicariato como trabajo (sobre todo empíricas, más que teóricas), resultado de tres entrevistas con sicarios, dos activos y uno en prisión durante los años de 2008-2011. El trabajo etnográfico se apoyó en entrevistas en profundidad, para dar voz a los protagonistas de la violencia en el periodo mencionado. Es necesario situar al sicariato como una labor que se desprende del narcotráfico y permanece inserto en el escenario de la frontera, en donde existen diversas dinámicas relacionadas a la seguridad en esa zona, debido a diversos factores como, el trasiego de drogas que ingresan hacia Estados Unidos desde México, las armas que entran a México provenientes de Estados Unidos y la naturaleza de la política binacional.

Ciudad Juárez, debido a la tasa de 191 homicidios violentos por cada 100 mil habitantes, fue considerada como la ciudad más peligrosa del mundo (2008-2010). En la actualidad permanece en los primeros cincuenta lugares de las ciudades más mortales del mundo, «Juárez entre las 50 ciudades más peligrosas en el mundo», información que en los últimos meses ha sido publicada por diversos medios de comunicación en la región, como El Paso Times2, el 17 de julio de 2018. La cifra de homicidios en Ciudad Juárez fue de 88 homicidios por cada 100 mil habitantes, en 2018, en comparación con la de, El Paso, con 2.9 por cada 100 mil habitantes en el mismo año, da cuenta de un panorama complejo que Michael Dear (2011) entiende como ese terreno de comunidades transfronterizas bien conectadas que funcionan sin interferencias en una especie de convivencia que llama tercera nación, es decir, un territorio que coexiste. Si bien, ciertamente se trata de comunidades bien conectadas, ya sea por las relaciones comerciales e incluso por aquellas actividades ilícitas devenidas del narcotráfico, la revisión de esa convivencia puede ofrecer información importante. Es decir, precisamente estos territorios coexisten debido a ciertas interferencias, más allá de la definición simple de frontera. Ciudad Juárez y El Paso son ciudades divididas por un río y una barda, son una frontera, espacio que se entiende desde los estudios culturales, como algo más allá de lo geográfico, como un dispositivo de producción y administración de prácticas inscritas en regímenes democráticos, perspectiva que adopta este texto cuando se refiere a frontera, sin socavar la presencia de espacios intersticios.

Ciudad Juárez, por su geografía, es un claro ejemplo de cómo, a partir de la política internacional, se gestan efectos humanos y físicos, resultado de las relaciones comerciales y políticas entre ambos países. El sicariato es una actividad que se deriva de una constante batalla comercial ilícita circunscrita en lo ilegal, como es el tráfico de drogas, con efectos económicos y de grave trascendencia por el impacto social y violento que genera. El ser sicario comprende una ruta en el interior del organigrama del crimen organizado, que varía en función de elementos circunstanciales y contempla diversas tareas para aquellos reclutas que deciden intentarlo. En este texto propongo que no debe entenderse como algo de carácter concluyente, pero sí tiene el afán de establecer ciertas observaciones que contribuyan y abonen a la descripción del fenómeno que puede ser contemplado como parte de las dinámicas complejas de la frontera (Ciudad Juárez).

Existencias proscritas

Esta investigación consiste en una serie de entrevistas con jóvenes que han trabajado como sicarios en los grupos delictivos conocidos como cárteles de la droga, o bien sindicatos criminales y, han estado dispuestos a conversar sobre sus experiencias respecto de lo que ellos denominan como trabajo «empresa». Debido a lo complejo de concretar los encuentros con los informantes, el trabajo de campo se realizó entre la primavera de 2013 y el verano de 2017, en Ciudad Juárez, Chihuahua. El trabajo de campo busca recopilar una mirada que ofrezca la representación de sus mundos a partir de las entrevistas con los informantes, como protagonistas de la narcoguerra y permita un análisis posterior en diferentes ejes. El abordaje pondera sus testimonios como la información más precisa que se puede recabar del sicariato, en el que son ellos, quienes ofrecen una mirada de la actividad que llaman trabajo, para reinterpretar sus manifestaciones culturales y esbozar los cruces con otros ejes de investigaciones, íntimamente ligados a la frontera y al narcotráfico. Los nombres de los informantes han sido cambiados para garantizar el acuerdo de confidencialidad que se ofreció al momento de pactar y aceptar realizar las entrevistas. Aún y cuando algunos de los jóvenes entrevistados ofrecieron revelar sus verdaderas identidades, ni sus nombres, ni sus apodos o alias y mucho menos sus claves3 son las reales. En todos los casos se han utilizado pseudónimos para hacer referencia y compartir fragmentos de sus relatos y articular el argumento de este artículo.

Raúl, es un joven de 23 años sobreviviente a la narcoguerra, nacido en Ciudad Juárez, padre de tres hijos y hermano de cuatro, dos hombres y dos mujeres. Creció en la colonia La Cuesta, una zona vulnerable en los años noventa, antes del mayor crecimiento industrial de la frontera. Raúl platicó que terminó la prepa4, aunque debe dos materias, lo que significa que no obtuvo el título. Desde la secundaria dijo sentirse atraído por el dinero. Sus padres, dos comerciantes, le dieron todos los recursos necesarios para que estudiara, pero decidió no continuarlos. Raúl, es un joven robusto y de barba cerrada, afligido en todo momento por la muerte de su esposa. Los encuentros con Raúl sucedieron por vía de un intermediario que le propuso la entrevista, finalmente después de dos charlas y un encuentro, accedió. Durante dos ocasiones ha estado preso, pero el apoyo de las personas para las que trabaja, lograron sacarlo y sigue «activo», como le llama a la continuidad en la actividad que realiza.

Hiram, es un joven de 27 años, sobreviviente a la narcoguerra, nacido en el estado de Durango, en los poblados que comprenden el triángulo dorado (Durango, Sinaloa y Chihuahua), lugar fértil y bastión del cultivo de amapola y marihuana en la zona norte de México. Creció en la periferia de Ciudad Juárez, luego de que su padre dejara a su madre y hermana desde muy pequeños. Hiram asumió la responsabilidad de adulto y dejo la secundaria para trabajar para un grupo delictivo. Desde entonces, por más de 12 años ha trabajado en diferentes jerarquías de lo que llama la «empresa» para poder ganarse la vida. Hiram es un joven fornido, de tez blanca, atlético y de personalidad fuerte y decidido, temerario. De acuerdo a su relato, nunca ha estado preso y dejó el sicariato cuando creció en la empresa, de modo que se asume como exitoso y triunfador en el narcotráfico. El encuentro con Hiram, sucedió bajo sus peticiones, en una casa de seguridad y después de contactarlo vía email (facilitado por su abogado). Para concertar la cita pasaron varias semanas y el acceso se logró al acceder a ir con personas de su confianza en una camioneta sin conocer el lugar exacto.

José, tenía 15 años al momento de realizar la entrevista (2013); antes de que terminara la narcoguerra en 2012 fue detenido y juzgado en Ciudad Juárez, fue sentenciado por homicidio doloso con una pena de 11 años por la ley de menores infractores. Oriundo del poblado conocido como El Valle de Juárez (a 30 Km de la ciudad), parte de su familia, como tíos y primos, trabajan para un grupo delictivo asentado en esa zona desde la década de los ochenta. Su padre abandonó a él y a su hermana cuando eran pequeños y su madre fue quien los crio, además de su abuela materna. José nunca prestó atención a la secundaria y fue expulsado, al mismo tiempo fue invitado para trabajar como «puchador5» o «mula6» arriando ganado7 con drogas para llevar a Estados Unidos. Esa tarea simple, la ejecutó con éxito por lo que fue invitado a trabajar en una célula y así comenzar sus labores como sicario. Aunque platicó haber matado a cerca de cincuenta personas, su sentencia fue por un homicidio calificado para permanecer preso en la «Escuela México», un reformatorio juvenil en Ciudad Juárez. Para realizar la entrevista se llevó a cabo una solicitud ante el gobierno del ayuntamiento, bajo permiso de su trabajadora social, psicóloga y director de la prisión.

Juventud sitiada

La población de México actualmente atestigua escenarios violentos con mucha frecuencia. Las tasas de homicidio promedio en el país se ubican entre los 17 y 25 crímenes por cada cien mil habitantes dependiendo en qué entidad se encuentre. En Ciudad Juárez, el periodo comprendido como narcoguerra, inició en 2008, y sumó los siguientes cuatro años 10.500 víctimas de acuerdo a registros periodísticos. El Observatorio de Violencia Social y de Género de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, publicó en su cuarto informe titulado «Crímenes en Juárez, Homicidios 2008-2012» el balance de las violencias, en donde expone el banco de datos de Malloy y documenta las siguientes cifras (Limas & Limas, 2014): en 2007 se registraron 320 homicidios dolosos, pero al siguiente año en 2008 la cifra se quintuplicó y alcanzó 1.623; en 2009 la cifra continuó al alza con un registro de 2.754 víctimas, y en 2010, el año con la mayor cantidad de asesinatos, llegó a 3.622, es decir, 10 asesinatos dolosos por día en promedio. En 2011 la cifra finalmente descendió a 2.086 víctimas y en 2012, la mínima de todo el periodo con 709 homicidios. Aunque los años siguientes las cifras continuaron relativamente bajas, respecto de los años de mayor crisis, en 2018 el número de homicidios registró 1.247 víctimas. De las cifras anteriores se puede inferir que los homicidios han sido acontecimientos frecuentes con incidencia sostenida y con el tiempo normalizados por la población de Juárez.

El crimen organizado ha gestado cambios en el país; algunas regiones en México han sufrido modificaciones debido al dominio de estos grupos, y sus dinámicas han impactado comunidades enteras, como es el caso de los habitantes de algunas zonas serranas en Chihuahua («Destierra elnarcoa centenares de familias de la sierra de Chihuahua», información publicada el 6 de agosto (Velducéa, 2016)8. La naturaleza de sus actividades, relacionadas al tráfico de drogas, continuamente genera grescas entre los grupos debido al control y gestión del dominio territorial, entendidas como rutas de trasiego. Para Sergio González «La dislocación territorial ha traído consigo otra cartografía movediza que poco tiene que ver con los mapas tradicionales» (González, 2014, pág. 15). La separación de la que habla el autor tiene que ver con la implementación de una política de orden global en la que se inscriben objetivos diversos, por ejemplo, la «Iniciativa Mérida» resultado del Acuerdo para la Prosperidad y la Seguridad de América del Norte (Aspan). La dislocación proviene de los apoyos de los Estados Unidos (derivados del plan) y que tienen por objetivo luchar y combatir el narcotráfico en México, del que queda claro México como distribuidor y Estados Unidos como consumidor. México ha recibido en 10 años (2008-2018) un total de 1.600 millones de dólares en especie, es decir, recibió principalmente equipo y artículos de alta tecnología que buscan mejorar la infraestructura para lograr el objetivo principal. El plan ha apoyado a México en la transición del nuevo sistema penal, entrenamiento y certificaciones para la Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina, la Policía Federal y la Procuraduría General de la República. En la actualidad no existen datos claros, entendidos como resultados o victorias que se puedan atribuir a la Iniciativa Mérida, vigente aún. El informe de Clare R. Seelke y Kristin Finklea expone la ausencia de información pública disponible sobre los parámetros que utilizan ambos gobiernos para medir el impacto de la iniciativa. El número de extradiciones ha bajado respecto a años anteriores, la rotación de los agentes del orden público se ha incrementado a pesar de las capacitaciones y el arresto de líderes de cárteles es bajo (Ribando & Finklea, 2017). El gobierno mexicano ha utilizado el apoyo que recibe para la compra de helicópteros militares y armas, al mismo tiempo que Estados Unidos busca financiar un muro para sellar la frontera y tener un mejor control del flujo de migrantes a ese país.

Gabrielle Acierno y Sarah Kinosian en el reporte titulado “The Kingpin Strategy and U.S. Assistance to Mexico’s Drug War: Visible Results, Hidden Costs”, revisan si la guerra contra las drogas y las estrategias que apoya Estados Unidos (Iniciativa Mérida) han hecho que México sea un Estado más seguro (Acierno & Kinosian, 2015).

En el mismo sentido Dear en el foro de discusión de la revista “Environment and Planning D: Society and Space”, Responses to “Border versus Boundary at La Frontera” señala lo siguiente. “Today, the Mexican drug wars, as in the wars of yesteryear, are spilling over into the US, causing killings and kidnappings on the streets of American cities. In addition, the number of US customs, immigration, and border patrol officers being prosecuted for corruption is increasing alarmingly. These distasteful trends are another manifestation of a perverse form of cross-border integration fueled this time by US demand for narcotics produced and shipped by the Mexican drug cartels, as well as by the arms supplied from America that equip the warring cartels with weaponry superior to that of police or military authorities” (Dear, 2011, p.401).

En el trayecto de las últimas décadas, las reconfiguraciones de las que habla (González, 2014) no solo han sido en el campo de la geografía; la población ha generado cambios con base en las limitantes de sus redes sociales. La crisis en el modelo educativo tiene como imperativo el nivel de deserción en la secundaria y adquiere relevancia con los testimonios de los informantes de este trabajo. Los jóvenes han sido para las organizaciones criminales una fuerza laboral atrevida, desechable y con disposición para realizar un amplio abanico de actividades al margen de lo legal. ¿Cuántos alumnos logran concluir cada nivel educativo en México? Las estadísticas disponibles del Informe de la Secretaría de Educación Pública 2012, muestran que de cada 100 niños que ingresaron a la primaria en el año 2000 solo 36 se graduaron del bachillerato. Es decir, 64 estudiantes se quedaron en el camino. «Las condiciones sociales y educativas del país se traducen en niveles insatisfactorios de aprendizaje y en una oferta escolar muy inequitativa, lo que impide romper el círculo de la pobreza de la población más desprotegida» (INEE, 2018, p.41). Los testimonios de los tres informantes refieren que dejaron la escuela durante la secundaria, solo Raúl aseguró haber terminado la preparatoria, aunque quedó debiendo dos materias.

Juárez, la frontera en el narcotráfico

Yo tengo mis carnales9 y carnalas, yo no soy un mugroso, yo terminé la preparatoria, me faltaron dos materias, pero mis hermanos, todos sí estudiaron y viven de sus carreras, pero a mí, me gustó el desmadre desde muy chavo, si me entiendes. Yo quería agarrar el party y traer mi feria10, no quería andarle pidiendo a mis jefes, y lo logré, luego traía una feriesota que no te imagines. (Raúl)

El crimen organizado puede ser entendido como una estructura que ofrece trabajo a través de seguridad económica para todos sus miembros. Algunas particularidades de las que dan cuenta los informantes tiene que ver con el rápido, lo que significa el principal atractivo para los jóvenes que llegan a ser reclutados. Si se analiza, la trayectoria del bono demográfico en los últimos 15 años, se puede inferir que, para una parte de esta fuerza laboral, las actividades del crimen organizado se encuentran entre aquellas posibilidades de trabajo que pueden encontrar. La situación de esos sectores de la población constantemente enfrenta deserción escolar y pobreza, además de la falta de empleos de trabajo formal, los juvenólogos en México coinciden que la situación es de alta marginalización y precarización en sus vidas.

Yo siempre le pasaba una feria a mi jefa, aunque se la daba a escondidas porque mi papá no la dejaba. Recuerdo que la primera vez, yo estaba muy morrillo11, y traía dos mil dólares por dos jales que había hecho al hilo, apenas comenzaba el desmadre aquí́. (Raúl)

Si bien las fronteras en México, como Ciudad Juárez, han sido importantes receptores de empresas, resultado del Tratado de Libre Comercio (Nafta), investigadores como Dayán (2017) consideran que mientras en algunos lugares ha habido crecimiento económico, en otros existe crisis, desigualdad económica, condiciones de trabajo precarias y fragmentación social. La estrategia Todos Somos Juárez, Reconstruyamos la Ciudad12, consistió en un plan que tuvo por objetivo la reconstrucción del tejido social en la ciudad, por medio de 133 compromisos y que fue concebido por el gobierno federal administrado por Felipe Calderón (2006-2012) con un presupuesto de 6 mil millones de pesos. El Tratado de Libre Comercio, puede considerarse como un factor que consolidó ciertas prácticas comerciales con impacto económico, pero con repercusión en el trasiego de drogas. La maquiladora, es un territorio simbólico con límites y detonantes precisamente en la geopolítica (Berrueta, 2010), asentada desde principios de la década de los ochenta en Ciudad Juárez, gestó una nueva forma de estructura familiar que en principio traería desarrollo económico y sustentable a las familias fronterizas, pero que con el tiempo no logran estabilidad laboral ni seguridad social (Mora Heredia, Rodríguez Guillén & Anaya Montoya, 2010). La llegada y consolidación de la industria maquiladora a Ciudad Juárez, funcionó y unge como un polo de atracción de trabajo para mexicanos de otras partes del país. Sin embargo, nuevas generaciones refutan la idea de emplearse en esta industria.

Yo no nací́ para estar en una maquila… la vida no es fácil, hagas lo que hagas, no me veo pidiendo fiado en Coppel o pagando abonos de Famsa. (Hiram)

La frontera ha moldeado diversas dinámicas únicas, como una población flotante y constante en función de mejores oportunidades de vida por la oferta de trabajo, la posibilidad de cruzar a Estados Unidos y, como otra alternativa invisible pero presente, el reclutamiento al crimen organizado. Weissman (2005) relaciona el aumento de la violencia con el Nafta debido a un incremento del comercio transfronterizo, lo que se traduce en una mayor actividad delictiva vinculada al narcotráfico. La firma e institución del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (Nafta) en 1994, coincide con el cierre de la ruta del Caribe por donde ingresaba la cocaína procedente de Colombia a Estados Unidos, lo que produjo la organización de mejores cárteles de la droga que fundaron y mejoraron las rutas por todo el suelo fronterizo entre México y Estados Unidos. Para Weissman el tratado dañó los tejidos sociales de las poblaciones vulnerables, sobre todo cuando una población migrante y creciente fue atraída para trabajar en las maquiladoras. En ese periodo también coincidieron los frecuentes y sostenidos homicidios de mujeres, conocidos como feminicidios. “The stress and disorder of the market have been reproduced as stress and disorder in households manifested itself in increased rates of divorce, separation, household volatility and gender violence” (Weissman, 2005, págs. 54-5).

La fundación InSight Crime, dedicada al estudio del crimen organizado en América Latina y el Caribe, en su análisis “Poverty a Recruitment Tool for Mexico’s Criminal Gangs”, considera que la pobreza y la falta de oportunidades está abasteciendo a las organizaciones mexicanas de tráfico de drogas nuevos reclutas, mientras el gobierno demuestra poco interés en abordar los temas sociales.

Aunque muchos mexicanos se han acostumbrado un poco a los informes de violencia en los medios de comunicación, algunos en el país se sorprendieron el mes pasado por la captura de seis reclutas adolescentes durante una redada del 15 de junio en un campo de entrenamiento de los Zeta. Especialmente alarmante fue el testimonio de María Celeste Mendoza, de dieciséis años de edad, quien, durante una de las conferencias de prensa rutinarias de México después de la detención en la que los sospechosos se presentan a los medios de comunicación, dijo alegremente: «Soy una mujer de éxito para los Zeta». Pasé dos meses en entrenamiento y solo he estado uno durante tres o cuatro días. (Ramsey, 2011) (Traducción del autor)13

La tercera nación se puede entender no como un lugar en donde converge una frontera, sino en donde coinciden historias locales que funcionan a través de interconexiones globales, capital global y agencias transnacionales, lo que Massey (2012) infiere como sentido global. En el caso de las maquiladoras, diariamente realizan importaciones y exportaciones, actividades que son aprovechadas por empleados que trabajan para grupos delictivos y en el sector industrial, con el objetivo de enviar a Estados Unidos mercancía ilegal escondida entre los productos de la empresa como se puede leer en los artículos informativos «Catean maquiladoras en Nogales» y «Decomisan 300 kilos de droga transportada en tráiler» (Noticias, 2013), (Redacción, 2016).

El tratamiento que los medios masivos de comunicación le concedieron al periodo entendido como narcoguerra fue una etapa de crisis, debido a la constante disyuntiva, entre las formas de atacar el narcotráfico y los resultados. Una información que se propagó en medios nacionales como internacionales, fue la solicitud de la intervención de la Organización de las Naciones Unidas, para la restitución de la paz «Los empresarios de Ciudad Juárez piden la intervención de los Cascos Azules»14. Para Dear, este conflicto complica la comunicación de la «tercera nación», lo que dejó como resultado la migración de algunas familias mexicanas de clase media alta a Estados Unidos y la violencia generalizada, y le dio a Juárez el nombre de capital murder. “Many young people are seduced by the glamorous world of money and power; others who are repelled by the outlaw world are frequently coerced by narcos who offer them a choice: take this money and do what we ask, or die. Tragically, as border crossings into the US have become more difficult, the narco gangs have added human smuggling rackets to their portfolios” (Dear, 2011, p. 400).

El libro The Global Industrial Complex Systems of Domination, compilado por Steven Best, Richard Kahn, Anthony J. Nocella II y Peter McLaren (2014), plantea un recorrido por las lógicas de la industrialización y el capitalismo argumentando que desde el siglo XIX se fortalecieron en un sistema mundial, al que le confieren la capacidad de sistemas de dominación. Las dinámicas que mencionan constituyen diversas formas de mercantilización, corporativismo y privatización. “By no means is globalization to be understood as an inherently negative dynamic or consequence of human history, as if the desideratum is fragmentation, isolation, provincialism, and nationalism”, (Best, Kahn, Nocella & McLaren, 2014, p. XX). El concepto Complejo Industrial se aplica a aquel o aquellos motores que hacen funcionar a todo un sistema, como el criminal, el militar, el de agricultura, el de seguridad y el fronterizo, entre otros. Las utilidades del narcotráfico en México, permiten inferir qué tan grande es el problema, como una industria compleja que se focaliza en algunos territorios del país, como las fronteras norte.

En la década de los noventa el cártel de Juárez fue un paradigma para el narcotráfico en México, un país que caminaba a la globalización, en términos de crecimiento. La referencia de las ganancias del cartel de Juárez entre 1990 y 1997 y el valor de las exportaciones de petróleo (mismo periodo de siete años) crudo de Pemex es muy cercano. Es decir, de acuerdo a datos recabados por Resa, en su investigación “El valor de las exportaciones mexicanas de drogas ilegales, 1961-2000” el cártel de Juárez tuvo ganancias de 83.200 millones de dólares, frente a 65.223.051 de Pemex (Resa, 2003).

Fuente: elaboración del autor 15

Sobre la derrama económica y los empleos que el narcotráfico genera en México no existen cifras confiables. La revista financiera Forbes ubicó a Joaquín Guzmán Loera, conocido como «El Chapo» en la lista de las personas más adineradas del mundo de acuerdo a su inventario que actualiza anualmente. En 2009 el narcotraficante se colocó en la posición 701, mientras los cuatro años siguientes, la revista lo reubicó para quedar en la posición 937 de las personas millonarias de Forbes con aproximadamente mil millones de dólares por concepto de ganancias como el CEO del cártel de Sinaloa. “CEO of the Sinaloa cartel, ‘El Chapo´ is the world's most powerful drug trafficker. The cartel is responsible for an estimated 25% of all illegal drugs that enter the U.S. via Mexico. Drug enforcement experts estimate, conservatively, that the cartel's annual revenues may exceed $3 billion” (Staff, 2009).

El sicariato: un empleo en el narcotráfico

Para el presente objetivo, entiendo el vocablo «sicariato» como un oficio en la división del trabajo del crimen (organizado o no), con rasgos similares a los que se encuentran en otros oficios dentro de la división «normal» del trabajo. Hoy el trabajo posee un papel preponderante en la sociabilidad, diferente a como ocurrió́ durante la Edad Media en donde el ser sociable se le atribuía a su naturaleza y no al trabajo. En la actualidad el trabajo se caracteriza por la importancia concedida al saber, a la inteligencia y creatividad que el empleado aplica y moviliza, valorando la innovación y eficacia para desarrollar determinada actividad. La actividad del sicariato debe ser pensada como una labor ilícita que implica la muerte o ejecución de una persona, conocida o desconocida para el sicario, debido a una componenda, que en la mayoría de los casos es remunerada con dinero. Es una actividad que involucra la disposición agonística en acciones espectaculares y que en menos palabras Alonso (Salazar, 1990) lo resume como un esfuerzo humano que ellos entienden al final sobre morir o matar.

Son simples órdenes, a mí siempre me gustó esto, no le busque, el que nace para chingar chinga16. Yo no soy de una familia en donde el papá le pegaba a la mamá, ¿si me entiende?, mi papá no es un borracho, ni mi mamá una puta, mis hermanos tienen sus vidas, pero yo la mía, así, también tuve esposa, ya le conté, tengo mis hijos que los quiero mucho. Este es otro bisnes, esto es lo que hago para vivir, esto no tiene que ver con mi familia. (Raúl)

Valenzuela (2009) considera identidades proscritas, aquellas que por su actuar, castigadas o no, son señaladas por sus actividades y no pertenecen a colectivos visibles o constituidos, pero que comparten estructuras fundamentales que los llevan a esos espacios. Estos sujetos se asumen como empleados de un trabajo, evadiendo la idea de lo ilícito. En algunos casos, desde sus nacimientos y por haber nacido en ciertos hogares con miembros que han trabajado en el crimen organizado, comparten una ruta marginal. La región del Valle de Juárez, es como su nombre lo indica un valle, que aglutina varios pueblos al sureste de Ciudad Juárez en los límites del río Bravo justo en la frontera con Estados Unidos. En esta zona, por los últimos cuarenta años, sus habitantes se han dedicado a la agricultura y al trasiego de drogas como lo refieren los relatos de entrevistas realizadas para este trabajo, en los que dan cuenta de cómo el narcotráfico se forma parte de una actividad familiar en esa región.

La vez que me ofrecieron jale se trataba de arriar unos animales por el bordo, con un aparato sabes en donde dejar la droga y luego ellos más tarde la buscan. Así comencé. (José)

La dinámica de arriar mulas y caballos cerca de Fort Hancock, poblado fronterizo con «El Porvenir», en el Valle de Juárez, tiene por objetivo, el trasiego de cocaína. El trabajo consiste en arriar a las bestias hasta invadir algunos metros, distancia suficiente para encontrarse en Estados Unidos, espacio en donde no hay muro ni río que divida físicamente los países. Antes de ser descubiertos por la patrulla fronteriza, los paquetes de droga son dejados en lugares específicos, escondidos, enterrados para que posteriormente sean ubicados con sistemas de posicionamiento global (GPS) por personas del otro lado de la frontera. Si los jóvenes que la hacen de arrieros son descubiertos, fingen estar perdidos y se regresan de inmediato a territorio mexicano con la tarea cumplida. Cada paquete sembrado con éxito puede ser cobrado entre los 10 mil y los 30 mil pesos según su peso.

Para estudiosos del tema en México, la actividad del sicariato se ha incrementado principalmente por jóvenes que han sido reclutados, estudiantes y no estudiantes: «están ingresando en el sicariato como alternativa para resolver su situación económica y, al mismo tiempo, formar parte del narcotráfico» (Quevedo y Ruiz, 2012, p. 67). La periodista Martínez (2015) coincide en que el crimen organizado reclutó, no solo a jóvenes, sino también a niños en diferentes puestos, algunos como sicarios. Lo que llama la atención, de acuerdo a la periodista, es que hay casos en que los menores fueron obligados y amenazados a realizar actividades ilegales. La razón que subyace a la incursión de niños, adolescentes y jóvenes al sicariato toma como punto de partida la aspiración de mejorar su entorno económico.

Crimen organizado: orden divergente

El peso que tiene el salario a la hora de decidir un empleo, se convierte en un factor determinante. Para ampliar el panorama, se describen brevemente tres escenarios diversos para acceder a un empleo con ciertas similitudes y a los que podrían acceder aquellos jóvenes desertores escolares con educación truncada, perfiles idóneos para ingresar a las filas de los cárteles de la droga.

Un aspirante a policía municipal en Ciudad Juárez debe medir de estatura al menos 1,70 metros, tener entre 19 y 40 años, haber cumplido con el servicio militar, y haber culminado la preparatoria o una carrera técnica. También debe cumplir con cero antecedentes penales, o policiales, lo que significa no haber sido fichado nunca. El candidato debe tener buena salud y pasar exámenes médicos, físicos y toxicológicos, además de no tener tatuajes a la vista. Finalmente, requiere aprobar la selección del Consejo de la Comisión del Servicio Profesional de Carrera, Honor y Justicia y cursar y aprobar los seis meses de preparación en la academia de policía. Una vez que haya sido contratado, deberá trabajar entre 48 y 60 horas por semana para obtener un sueldo de 3.700 pesos, equivalente a 14.800 pesos por mes, además de un seguro de vida y servicios médicos municipales; no cuenta con compensaciones ni bonos. Un mapa realizado por el diario electrónico Huffington Post y publicado el 7 de abril de 2017 por el sitio de noticias Sipse.com, sobre los salarios de los policías municipales señala que, en el estado de Chihuahua, un policía municipal gana 11.024 pesos y un policía estatal 13.222 pesos (Agencia, 2017).

En relación con lo anterior, un empleado de mostrador de una tienda Oxxo, empresa con más de 16 mil sucursales en México, tiene un sueldo promedio de 4.238 pesos mensuales, equivalente a 1.060 pesos por semana, con una jornada de ocho horas diarias, aproximadamente 48 a 50 horas semanales. Las prestaciones con las que cuenta son, el servicio médico del IMSS, servicio de vivienda, Infonavit, un seguro de vida por incapacidad total o parcial, gastos funerarios y caja de ahorro. Para aspirar a este empleo, debe demostrar tener la secundaria terminada, tener disponibilidad de tiempo, conocimientos básicos de computación y actitud de servicio al cliente.

En cuanto a la maquiladora en Ciudad Juárez, ha sido un polo de atracción para miles de mexicanos de diversas regiones del país, que llegan a la frontera principalmente por dos razones: migrar a Estados Unidos, y buscar trabajo en Juárez u otras fronteras. El salario promedio diario de un operador de la empresa maquiladora más grande en Ciudad Juárez con cerca de tres mil empleos, Electrolux, es de 152 pesos diarios, equivalentes a 950 pesos por semana, más horas extras, fondo de ahorro, y prestaciones de Ley, como Infonavit y servicio médico IMSS, así como, bonos por productividad y asistencia. Para ser operador de la industria maquiladora en esa frontera, basta con tener primaria terminada. Las jornadas son de ocho horas y suelen tener 5 o 10 minutos de descanso entre cada hora, ya que trabajan sobre líneas de producción que mantienen un ritmo y que no pueden detenerse en ningún momento. La información anterior fue recopilada en un módulo que se ubica en la zona sur oriente de Ciudad Juárez, en ese centro se encuentra abierto el reclutamiento para empleos, como operadores para la maquiladora.

Por su parte, el crimen organizado emplea una amplia gama de personas para operar sus actividades de una manera muy similar a una gran empresa. No se debe perder de vista que estas organizaciones tejen una red que se compone de varios bloques, la producción, distribución y comercialización, planeación financiera y estrategias. Aquellos que conforman el crimen organizado no se limitan a un grupo etario o de género, sino que son un grupo heterogéneo abierto y creciente. En la cadena de mando, los operadores más bajos son los «puchadores» o traficantes que venden en esquinas y puntos de venta comprometidos en áreas de la ciudad. Los «halcones» son entendidos como los ojos y personas de confianza, puesto del que su mayor responsabilidad es avisar y estar pendientes de todo lo que pueda afectar el negocio, la venta y tráfico de drogas.

Los sicarios suelen ser personas de confianza a quienes se les encargan tareas que requieren precisión, lealtad y entrenamiento; los movimientos de los tentáculos del crimen organizado, en buena medida se ajustan por las actividades de los sicarios, en los que recae, el desplazamiento de armas, dinero y drogas a casas de seguridad, además de los conocidos ajustes de cuentas o ejecuciones. El sicario es un puesto altamente operativo, del que dependen traslados y envíos que, de no ser realizados, significan pérdidas. Los sicarios impactan la seguridad del grupo y de sus movimientos, se convierten en gerentes de seguridad que acatan misiones decisivas.

Los sicarios entrevistados revelaron que sus sueldos varían entre 4.500 y hasta 7.000 pesos por semana, es decir, entre 18.000 y 28.000 pesos mensuales. Los sujetos entrevistados aseguraron recibir un pago de tipo nómina, es decir, independientemente a que realicen actividades, ellos reciben un pago semanal. No requieren de ningún nivel de escolaridad, ni referencias, ni estatura mínima ni demostrar buen estado de salud. Los horarios y las labores que realizan son variables y difíciles de calcular; lo que sí retoma importancia es la disponibilidad y lealtad que deben demostrar con sus superiores.

Una vez que me llamaron y me activé, esa vez yo estaba descansado, había habido un chingo de jale, fue allá por el 2010, sí se acuerda cómo estaba el jale, ¿no? Yo estaba guardado porqué así me habían dicho y estábamos enfriando un asunto, cuando me llamaron y me tuve que activar, si sabe cómo. No me tocaba, pero me llamó el patrón y me dijo, mira necesito esto y esto, y sin llorar, de cuete me lancé y hasta nos fue bien porque nos dieron un bono. (Raúl)

Al final, los escenarios antes presentados dan cuenta de cuáles son las alternativas de trabajo para el sector joven, principalmente. Los requerimientos y la facilidad para ingresar a uno u otro empleo pueden entenderse de dominio público. La cifra de jóvenes que deciden ingresar a las filas del crimen organizado es desconocida y no existen datos confiables para poder pensar en una posibilidad para evitarlo. En la entrevista presentada por Molloy y Bowden a un sicario en texto y documental, refieren que a principios de la década del 2000 un treinta por ciento de los policías municipales en Ciudad Juárez recibían un salario paralelo por parte del Cartel de Juárez (Bowden & Molly, 2012).

Comentario final

Para Watt y Zepeda en Drug War Mexico: Politics, Neoliberalism and Violence in the New Narcoeconomy, el capitalismo predatorio es entendido mediante una comparación entre una empresa (lícita) y un cártel de la droga. Para los autores, el crimen organizado se ha dado en un marco de integración económica y política global a favor de intereses estadounidenses, que se han favorecido de ese escenario (Watt & Zepeda, 2012).

En la década de los setenta, el modelo mexicano de crecimiento económico, sustitución de importaciones, desarrollo hacia adentro y economía mixta que había tenido éxito en las anteriores décadas, comenzó a entrar en crisis. Entonces los esfuerzos del Estado por mantener y recuperar el crecimiento empeoraron, lo que condujo a desequilibrios macroeconómicos que ni con la exportación masiva de petróleo crudo mejoraron, y la situación fue insostenible. Al mismo tiempo el grupo liderado por Gilberto Ontiveros, alias «El Greñas», Rafael Aguilar Guajardo y los hermanos Muñoz Talavera iniciaron lo que años más tarde se consideraría el grupo más poderoso de la época, el cártel de Juárez. Los capos asumieron negocios con el cártel de Medellín e idearon rutas para el trasiego de cocaína y cuando estos fueron encarcelados o asesinados, los hermanos Amado y Vicente Carillo, se consolidaron y lograron ganancias exponenciales a finales de la década de los años ochentas que se prolongarían hasta la muerte de Amado Carillo en 1997.

El sistema predatorio lo ejemplifica el célebre fotoperiodista Teun A. Voeten en su tesis doctoral «The Mexican drug violence: hybrid warfare, predatory capitalism and the logic of cruelty», en donde compara la perspectiva de la empresa y el crimen organizado, regido por criterios similares, principalmente, en ganar más y no sucumbir o quebrar como empresa; concluye que ambos toman todos los riesgos y lo llevan al extremo. La principal diferencia estriba en que el narcotráfico opera al margen de la ley, de manera que eso les da cierta libertad para operar; sin embargo, sus integrantes deben hacerlo en el anonimato para no ser arrestados. Aunque los cárteles de la droga no pagan impuestos, sí deben pagar constantemente sobornos para poder funcionar; documentos de la DEA (Drug Enforcement Agency) prueban que el cártel de Juárez invertía dos millones de dólares mensuales en pagos de sobornos a diversas instituciones. Las empresas lícitas pueden llegar a conflictos legales con otras empresas o clientes; los carteles no, por lo que sus contratos, estrategias y logros los deben resolver con ayuda de violencia (Voeten, 2018).

El personal en ambos escenarios, las empresas y el crimen organizado, se convierte en un reto, incluso más para el segundo. El crimen organizado funciona en lo que se puede entender como el marco de la paralegalidad (Valenzuela, 2015), (Reguillo, 2014) es decir, con ciertas similitudes, respecto a una empresa lícita. Sus reclutamientos tienden a ser rápidos y sus negociaciones involucran continuamente escenarios de muerte y violencia, con efectos colaterales graves para la sociedad. Las masacres de San Fernando que se atribuye al cártel de los Zetas es un ejemplo “Mexican Police Helped Cartel Massacre 193 Migrants, Documents Show” (Press, 2014).

Los grupos criminales, como los Zetas, diversificaron sus actividades con el objetivo de generar ingresos, ante la pérdida de territorio y negocios derivados del trasiego de drogas. El secuestro ha sido uno de los delitos que cometen y del que obtienen recursos para financiar sus acciones. La matanza de los inmigrantes fue una demostración de poder, con el objetivo de enviar mensajes a las instituciones de gobierno y para que aquellas futuras víctimas, no duden en pagar los rescates. Los ejemplos de su brutalidad están presentes en su quehacer y manifiesto en los medios de comunicación. “Brutal Mexican Zetas cartel leader chopped up girl, 6, with an axe while she was still alive in front of her parents so they would ‘remember’ him”17. El Departamento de Justicia de Estados Unidos condenó a Marciano Millán Vásquez, «Chano», exjefe de plaza de Los Zetas en la ciudad fronteriza de Piedras Negras, Coahuila, a una sentencia de siete cadenas perpetuas por los crímenes por los que fue juzgado. El cartel de Los Zetas, desde su creación, se ha caracterizado por saña y violencia extrema. Otros grupos como el cártel de Sinaloa, también ejercen violencia similar, un ejemplo se encuentra en «México: el hombre que disolvió en ácido a 300 personas», publicada por la BBC el 22 de agosto de 2014 (Kamouni, 2017). La información da cuenta sobre como Santiago Meza López, un ex albañil, disolvió cientos de cuerpos en ácido para desaparecer a sus víctimas.

En tanto los problemas de una empresa se pueden resolver en una junta, o bien escalar a un juicio y terminar en un juzgado, los grupos criminales negocian, ganan territorio y ejecutan órdenes utilizando la violencia, la saña y la brutalidad para obtener sus objetivos. La estructura de ambas empresas, lícitas e ilícitas suele ser muy similar; la diferencia radica en las estrategias para lograr que cada una sea competitiva y rinda utilidades. Los cárteles utilizan a sus empleados, en este caso los sicarios, para generar una imagen pública entre sus competidores que se basa en el miedo y la demostración de poder a partir de sus crímenes. La violencia de estos sujetos es entendida como una demostración actual que rompe con las clasificaciones comunes, en donde el concepto de horrorismo, de la filósofa Adriana Cavarero, permite reflexionar sobre la descripción cruda de los actos de violencia humana, que bien se pueden insertar en hechos que van más allá́ de un acto terrorista y que obligan a repensar cómo tendría que nombrarse a la violencia de hoy que realizan los sicarios. Es decir, se cuestiona no solo el hecho fáctico de matar a una persona, sino a la acción de exhibir a sus víctimas, lo que ella llama, la vulnerabilidad de la víctima inerme (Cavarero, 2009).

Se me volvió como un vicio, como te diré, te vuelves adicto, pues la verdad lo que te dijo el vato18 ese, sí es cierto, yo también lo sentí, a veces se te queda pegado el dedo en el gatillo y no lo sueltas, no sé por qué. Cuando estás soltando una ráfaga, no se siente, sabes que tienes el poder, que tienes todo, si te sientes muy chingón, nada te detiene, luego se te queda pegado el dedo hasta que se te acaba todo el cargador, son unos segundos, luego después hasta tú haces tu propia forma de ejecutar, yo lo que tenía es que los partía en dos. A lo largo, de arriba para abajo, yo me les acercaba así de frente y de arriba para abajo los partía a la mitad. (José)

La inercia de este proceso predatorio, en palabras de Voeten, ha tenido varias etapas, al ir de un Estado de poder a la infiltración de criminales en las estructuras del Estado. En el mismo sentido se puede apreciar que mientras la crisis del modelo económico de México se deterioró, se cimentaron los grupos criminales, hoy principales cárteles de la droga, como el de Sinaloa y Juárez, que un par de décadas inmediatas tomaron el control y fueron permeando las estructuras políticas y nuevas relaciones de poder, y que hoy se manifiestan en estados que no han podido controlar esas sinergias, como Sinaloa y Tamaulipas. En algunos casos, estos poderes fácticos han desarrollado relaciones simbióticas, en donde el padecimiento endémico, es la corrupción, que se puede entender como el «modelo de explotación élite» de Peter Lupsha (Voeten, 2018, p.312). Al final, mientras el modelo neoliberal estaba en marcha por administraciones priistas (PRI), y se firmó el Tratado de Libre Comercio, también se gestó un ambiente ideal para el narcotráfico en términos económicos y de producción, se incrementaron los espacios para cosechar marihuana y amapola, y se crearon nuevas formas de producción, así como la concepción de los primeros narco Estados. La crisis mundial financiera del 2008 planteó un escenario en el que se perdieron millones de empleos, particularmente en la industria maquiladora, lo que afecta en principio a las fronteras, entendidas como espacios proveedores de las rutas y las dinámicas que favorecen el narcotráfico. La atmósfera de crisis para la frontera esboza una ruta casi obligada para quienes ocupan los escalones más bajos de los miembros del crimen organizado, los sicarios y aquellos de infantería son los reclutas la «gente desechable» (Reguillo, 2012).

Las pocas y precarias condiciones del trabajo al que en la actualidad pueden acceder los jóvenes, supone el mayor riesgo y desperdicio del bono demográfico, lo que significa que el sector de la población económicamente activa, no es productiva (de forma legal) y lo que es peor, es reclutada por grupos criminales ¿Por qué es tan fácil reclutar a los jóvenes en actividades ilícitas? La razón por la que algunos jóvenes en México deciden dedicarse a actividades ilícitas, está íntimamente ligada a la remuneración económica que pueden percibir. La idea que (Zavala, 2018) expone en su libro Los cárteles no existen: narcotráfico y cultura en México, sobre la no existencia de los cárteles, se desvanece en una posible apreciación semántica, toda vez que los testimonios de los sicarios, dan cuenta de que existe una estructura bien articulada que se ha venido puliendo en las últimas décadas, pero que al final, no evita que México se haya convertido en un campo de batalla como refiere (González, 2014). Se trata de una estructura que comenzó a gestarse en la década de los años sesenta y que ha tenido una evolución bajo un nuevo orden global, que bien podría entenderse bajo la denominación de Complejo Industrial del Narcotráfico, en donde un modelo de control y vigilancia yace inserto en la comunidad internacional, y del que el complejo industrial fronterizo supone una pieza más en el engranaje de la frontera que desestabilizó las comunidades de la tercera nación (Dear, 2011) El narcotráfico genera una industria con ganancias exponenciales que resulta difícil de dimensionar, en ambos lados de la frontera. Las dinámicas de esta son un terreno complejo, se trata de sistemas que impactan la vida paralela de la frontera sin cruzarse, con cimientos y tentáculos económicos, por un lado, los sistemas hegemónicos que en las últimas décadas han fortalecido a los cárteles de la droga, tienen el propósito de abastecer un mercado consumidor latente, al precio que sea, teniendo como moneda de cambio la violencia y la brutalidad. En tanto el Complejo Industrial Fronterizo, se erige como un poderoso negocio de tres mil kilómetros con una derrama económica exponencial. “Indeed, the border is where countervailing projects built into US statecraft come to bear incoherently and at once on one another by virtue of their very different imaginings of ‘dangers' and ‘opportunities' at the border. The border as such is a composite reality of unalike sociospatial projects rather than either a product of various periods of border-like and then boundary-like production, or a functional unity of coordinated projects in which one prevails over another” (Dear, 2011, pág. 404).

El sicariato significa solo una actividad emergente y necesaria en estas empresas ilícitas que compiten por las rutas y el control, y que se refuerzan en el modelo neoliberal. Los sicarios sin saberlo, se asumen como Eichmann, sin conocer el estado de sus conciencias, no se reprochan lo que para ellos es la muerte inevitable del rival, incluso la propia. Siguiendo a Arendt, los sicarios no se asumen como personas malas despojadas de sentimientos; no se asumen como malas personas, sino obligados por la situación terminan en esa actividad, lo que no los exime de sus actos. Los sicarios se insertan en una cadena de mando, como operarios de maldad en un sistema en el que su actividad principal es la aniquilación. Entonces, la banalidad del mal permite reflexionar sobre aquellos actos que están insertos en prácticas preconcebidas bajo la lógica de sus responsabilidades, el sicario mata (Arendt, 2000).

La verdad no es fácil, sí sabe cómo, pero tampoco es tan cabrón, la primera sí es un pedo, luego uno sueña con el vato y hasta con la muerte y se despierta, te sientes muy jodido, sudas un chingo, la verdad andas como si alguien te persiguiera. Pero eso es cuestión de principiantes, a todos les ha pasado, a todos. Los primeros días anda uno como si no trajera alma el cuerpo, es muy raro. (Raúl)

A partir de la realidad que impera en las fronteras, como ocurre en Ciudad Juárez, resulta pertinente repensar qué valores y prácticas pueden mantener unida a la gente cuando se fragmentan las instituciones en las que vive. Si bien Sennett (2007), no pensaba en el sicariato como un trabajo, sí vierte luz si consideramos aquellos puntos en los que refiere, que solo un determinado tipo de seres humanos pueden ser capaces de prosperar en lo que llama condiciones sociales de inestabilidad y fragmentadas. Algunos desafíos que el autor menciona retoman sentido si se busca dibujar un esqueleto que permita entender cómo la inestabilidad fragmenta a las sociedades. En un sentido similar que abunda en los factores del incremento de la violencia en México, la tesis de Teixeira (2016) resume que la corrupción, impunidad y ausencia de estrategias del gobierno mexicano, influyeron en una crisis, lo que generó una desestabilización.

Bauman transita en lo que llama las poblaciones superfluas y denomina parias a aquellas poblaciones que como consecuencia inevitable de la modernización han sufrido los efectos secundarios económicos y nocivos en el orden de las sociedades. Desde su metáfora, a mayor modernidad mayor número de personas privadas de los medios adecuados para subsistir, razón por la que las personas comienzan a realizar labores que ponen en riesgo sus vidas y la de los demás (Bauman, 2005). Si el único aspecto constante del capitalismo es la inestabilidad, los problemas de los mercados, los inversionistas, el auge de las maquiladoras, la migración colectiva como hoy se puede ver de Centroamérica a Estados Unidos, son en resumen la imagen del capitalismo del siglo pasado y del actual (Antunes, 2001).

“Today, the Mexican drug wars, as in the wars of yesteryear, are spilling over into the US, causing killings and kidnappings on the streets of American cities. In addition, the number of US customs, immigration, and border patrol officers being prosecuted for corruption is increasing alarmingly. These distasteful trends are another manifestation of a perverse form of cross-border integration fueled this time by US demand for narcotics produced and shipped by the Mexican drug cartels, as well as by the arms supplied from America that equip the warring cartels with weaponry superior to that of police or military authorities” (Dear, 2011). En la única entrevista que un periodista, Julio Scherer, le ha hecho a Ismael Zambada, «Proceso en la guarida de “El Mayo” Zambada» uno de los narcotraficantes más buscados en México y Estados Unidos, el capo opinó que la lucha del gobierno llegó tarde, han sido muchos años en los que el sistema ha sido parte de la corrupción, a su parecer, el narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción. (Scherer, 2010).

Mi jale me gusta porque es lo que sé hacer, si me pusiera hacer otra cosa pues no sé qué haría, ya tengo diez años en esto, y la he librado. La clave del éxito es en rodearse de gente confiable y seguir los principios de lealtad. (Hiram)

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* Este artículo es producto del trabajo de campo realizado por el autor sobre el sicariato, en el marco de la investigación realizada en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, en el norte de México.

1 El Colegio de la Frontera norte, define el bono demográfico como un fenómeno que se da cuando el volumen de la población en edad de trabajar, que se ubica entre 14 y 59 años, supera a la población dependiente (niños y ancianos). Más información se puede consultar en la página del Foro Mundial Económico. https://es.weforum.org/agenda/2018/07/mexico-arriesga-su-bono-demografico/

3Los jóvenes entrevistados, todos se reconocen a ellos mismos como sicarios, asesinos a sueldo, empleados de un cártel. Los informantes originalmente tienen un apodo, como se les conoce en sus vecindarios, por el que son identificados desde pequeños, pero al ingresar a trabajar como sicarios, reciben una clave, por ejemplo, R2, Z34, 5, etc., para proteger sus identidades.

4Se le dice prepa a la educación media superior o preparatoria.

5En la jerga del narcotráfico en la frontera, se le conoce como puchador a quien vende droga al menudeo, la palabra deriva del inglés push, empujar.

6En la jerga del narcotráfico una mula, es una persona que transportará droga de un lugar a otro, por lo general, es de un país a otro.

7Es una práctica de la región, se trata de llevar ganado muy cerca de la frontera, en esa área geográfica, no hay un límite físico, no hay río, ni barda, por lo que algunas personas llevan ganado, en el que cargan droga. Si llamar la atención, dejan paquetes de droga enterrados en el piso, con un geolocalizador (GPS). Horas más tarde, del otro lado (Estados Unidos), alguien los busca y concluye el proceso del tráfico. Si un agente de Border Patrol, lo encuentra, ellos, manifiestan estar perdidos y regresan a suelo mexicano.

8El artículo fue consultado el 4 de enero de 2019 en https://www.jornada.com.mx/2016/08/06/estados/022n1est El 23 de marzo del año siguiente, 7 meses después de su publicación, la periodista que investigó y escribió la información (Miroslava Breach) fue asesinada al salir de su casa; Las líneas de investigación advierten que se trató de una forma de censura relacionada a la exposición de información vinculada al narcotráfico en la zona de la Sierra de Chihuahua (https://www.milenio.com/policia/asesinan-en-chihuahua-a-la-periodista-miroslava-breach).

9El registro coloquial entre la población de Ciudad Juárez, refiere que carnales o carnales, se puede referir a hermanos de sangre o amigos, colegas queridos, a los que se considera familia. En la cita, el informante se refiere a sus hermanos biológicos.

10En la jerga local, al dinero, se le conoce también como feria, los sinónimos son, billetes, plata, entre otros. Feriesota significa mucho dinero.

11Morrillo significa, muy joven, el rango puede ser amplio, desde niño, preadolescente, adolescente o joven. En la cita, el informante hace referencia a su adolescencia.

12Consistió en un programa de acción integral del Gobierno Federal con la participación del Gobierno del Estado de Chihuahua, el Gobierno Municipal de Ciudad Juárez y la sociedad juarense, que no tiene precedentes en el diseño e implementación de políticas públicas. Más información en el sitio https://justiceinmexico.org/todos-somos-juarez-program-explained/

13Although many Mexicans have grown somewhat accustomed to reports of violence in the media, some in the country were shocked last month by the capture of six teenage recruits during a June 15 raid on a Zetas training camp. Especially alarming was the testimony by sixteen-year-old Maria Celeste Mendoza, who — during one of Mexico’s routine post-arrest press conferences in which the suspects are presented to the media — cheerfully said, “I’m a hit woman for the Zetas. I spent two months in training and I’ve only been one for three or four days.”, on https://www.insightcrime.org/news/analysis/poverty-a-recruitment-tool-for-mexicos-criminal-gangs/#

14Página consultada el 30 de abril de 2019 en el sitio: https://www.elmundo.es/america/2009/11/13/mexico/1258073539.html

15La información se alimenta del sitio web mexicomaxico.org, (http://www.mexicomaxico.org/Voto/GasolMexUSA.htm) y de los boletines de prensa del FBI;

16La expresión se refiere al contexto y a la actitud. Chingar significa molestar, joder, hacer algo malo, por lo que se infiere que nace para molestar molesta.

17La información fue publicada el 28 de junio de 2017 en el portal https://www.thesun.co.uk/news/3916896/zetas-mexican-cartel-lead-chopped-girl-axe/, consultado el 3 de abril de 2019.

18El diccionario de mexicanismos, de la Academia Mexicana de la Lengua considera ambas formas correctas, bato o vato, sin embargo, el término coloquialmente se utiliza para designar a un individuo, puede ser conocido o desconocido, el vato, el muchacho, el hombre, el tipo, etc. Posiblemente la grafía se ha copiado de la popular pandilla «Vatos locos» originaria de la ciudad de Los Ángeles, California.

Cómo citar este artículo: Chacón Castañón, A. (2020). El sicariato: reflexiones desde el complejo industrial fronterizo. Tabula Rasa, 33, 81-105. DOI: https://doi.org/10.25058/20112742.n33.04

Recibido: 26 de Diciembre de 2018; Aprobado: 28 de Agosto de 2019

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