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Tabula Rasa

Print version ISSN 1794-2489

Tabula Rasa  no.47 Bogotá July/Sept. 2023  Epub Nov 02, 2023

https://doi.org/10.25058/20112742.n47.08 

Artículo de investigación

Alcances del multiculturalismo (y la economía de la cultura) en el patrimonio inmaterial 1

Extent of Multiculturalism (and the Economy of Culture) on Intangible Heritage

Alcances do multiculturalismo (e a economia da cultura) no patrimônio imaterial

1. Becaria doctoral Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina) ICA, FFyL, UBA (Instituto de Ciencias Antropológicas, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires). Doctoranda en Antropología Social por EIDAES/UNSAM (Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales de la Universidad de San Martin, Argentina). Universidad de San Martin / Conicet, Argentina. viviparody@yahoo.com.ar


Resumen :

En el presente artículo me ocupan las intersecciones entre «patrimonio intangible», multiculturalismo(s) y circulación del capital. Partiendo del caso emblemático de San Basilio de Palenque (Colombia), doy cuenta de las economías culturales comunales (y de las materialidades efectivamente vividas) para contrastarlas con las propuestas estatalizadas de «economía naranja» que caracterizaron al anterior ciclo de gobierno «neoliberal». Resalto algunas de las vías mediante las cuales las lógicas del mercado aplicadas a la cultura han hecho su ingreso en San Basilio de la mano de múltiples agentes, generando procesos de subjetivación que anteceden (y a la vez se superponen) con la patrimonialización y los procesos de reconocimiento. Superando perspectivas «en contra o a favor» (del patrimonio y/o del multiculturalismo), concluyo señalando las disímiles tecnologías de la diferencia que operan como sustrato de estas dinámicas.

Palabras clave: multiculturalismo(s); patrimonio inmaterial; economía(s) de la cultura; procesos de subjetivación

Abstract :

This article addresses the intersections between “intangible heritage”, multiculturalism(s), capital flows. Drawing on the emblematic case of San Basilio de Palenque (Colombia), this article accounts for community cultural economies (and effectively lived materialities) to compare them against State-adopted approaches like “the orange economy” that characterized the neoliberal government that just came to an end in 2022. We highlight some avenues through which market rationales concerning culture have made its way in San Basilio by the hands of manifold agents, thus giving rise to subjectivation processes preceding (while overlapping) processes of acknowledgement of heritage and recognition. Beyond for-or-against approaches on heritage and/or multiculturalism, we were able to point out the dissimilar technologies of difference operating as an underlying layer in this dynamic.

Keywords: multiculturalism(s); intangible heritage; economie(s) of culture; subjectivation processes.

Resumo :

No presente trabalho dedico-me aos cruzamentos entre “patrimônio intangível”, multiculturalismo(s) e circulação do capital. A partir do caso emblemático de San Basilio de Palenque (Colômbia), dou conta das economias culturais comunais (e das materialidades efetivamente vividas) para contrastá-las com as propostas estatizadas da “economia laranja” que caracterizaram o anterior ciclo de governo “neoliberal”. Destaco algumas das vias por meio das quais as lógicas do mercado aplicadas à cultura têm ingressado em San Basilio, da mão de múltiplos agentes, gerando processos de subjetivação que antecedem (e, ao mesmo tempo, se superpõem) com a patrimonialização e os processos de reconhecimento. Superando perspectivas “em favor ou em contra” (do patrimônio e/ou do multiculturalismo), concluo apontando as tecnologias dissímeis da diferença que operam como substrato dessas dinâmicas.

Palavras-chave: multiculturalismo(s); patrimônio imaterial; economia(s) da cultura; processos de subjetivação.

Introducción

«Elegimos una teoría por la dirección de la historia en la que queremos ir». (Rita Laura Segato)

Para quienes transitamos desde hace varias décadas el campo artístico-cultural latinoamericano de la mano de expresiones performáticas subalternizadas, osando además poner en relieve las políticas culturales que llevan adelante los colectivos «minoritarios» que las detentan, el multiculturalismo y las políticas de identidad nos han traído aparejadas una serie de controversias. Entendido como política de la diferencia, el multiculturalismo efectivamente parece haber colaborado con la erosión de los proyectos eurocentrados de nación, facilitando la emergencia de proyectos estatales heterogéneos (plurinacionales, pluriétnicos, etc.) y programas específicos que «atienden» dicha «diversidad» 2. No obstante, resulta sencillo ubicar que con las mismas estrategias que se han ampliado derechos también se puede fortificar la colonialidad ( Britos Castro, 2018).

Superando cualquier determinismo en favor de las agencias, junto con quienes se inclinan por el pensamiento crítico, desde hace algunos años intento profundizar el estudio de las intersecciones efectivamente dadas entre los diferentes multiculturalismos latinoamericanos y las políticas culturales patrimoniales de origen global. Me interesan no solamente aquellas políticas estatales e instrumentalidades asumidas, sino también las economías culturales de base que se despliegan generando procesos de subjetivación empresarial que anteceden (y a la vez se superponen) con la patrimonialización y los procesos de reconocimiento.

Tras unas tres décadas de participación performática, etnográfica y política entre colectivos afrolatinoamericanos, parto entonces en el presente artículo del caso de San Basilio de Palenque como oportunidad para analizar el impacto de los procesos de patrimonialización sobre la vida material y subjetiva de los grupos afrodescendientes organizados cuyas formas de representación, aun siendo «sagradas», no por ello han dejado de estar atravesados por el capital, juegue éste indistintamente o a favor de las expectativas redistributivas de estos grupos.

Con estos objetivos, despliego entonces en el primer apartado el caso de San Basilio de Palenque exponiendo las trayectorias políticas y los procesos de subjetivación dados a partir del multiculturalismo y la patrimonialización. Seguidamente, doy cuenta de las diferentes formas en que este proceso es interceptado por las lógicas del mercado y su aplicación en «economías de la cultura». En tercer término, dejando de lado las modificaciones que se suceden con el reciente «giro a la izquierda» colombiano ya que merecen ser abordadas con mayor extensión en escritos futuros, analizo las implicancias de la «economía naranja» tal como ha sido planteada por el expresidente de Colombia en San Basilio. Concluyo señalando las disímiles tecnologías de la diferencia que operan como sustrato de estas dinámicas.

San Basilio de Palenque, del estigma hacia el emblema

El proceso de patrimonialización de San Basilio de Palenque se encuentra entre los más emblemáticos del patrimonio intangible. De manera particular, en este caso lo que resulta inscripto es el poblado como espacio cultural ( Unesco, 2008). Para su declaratoria inicial ( Unesco, 2005), por supuesto también sumaron una serie de manifestaciones o diacríticos culturales (tales como la lengua palenquera, cantos y rituales de velorio o lumbalú, y el tipo de organización social en kuagros de edad).

Más allá de estas objetivaciones producidas para su postulación ( Restrepo & Pérez, 2005), tal como es referido también en el expediente de Unesco, San Basilio de Palenque se ha visto expuesto durante varias décadas al conflicto armado, y a cambios económicos que afectaron severamente los modos de producción agrarios «tradicionales» 3. Por otra parte, en su salida laboral hacia la sociedad cartagenera (y colombiana en general), las y los palenqueros han sufrido históricamente discriminación, ya sea de índole racial o bien a causa de su lengua (vista como un «castellano mal hablado»). De hecho, entre los logros más inmediatos de la inscripción de San Basilio de Palenque en la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad ( Unesco, 2008) se encuentra el reverso de este estigma (el reconocimiento y la legitimación de la lengua palenquera).

Para tales alcances, se han tenido como antecedentes los trabajos desarrollados por antropólogos/as y lingüistas ( Friedemann & Patiño, 1983). De hecho, la modalidad intercultural bilingüe (EIB) que detenta la Escuela Benkos Bioho (única escuela del poblado), antecedió a los principios que hoy emanan de la etnoeducación 4, y se presentó como resultado del activismo de maestros y maestras de esta escuela (años 80). Los mismos, tras su militancia de varias décadas, llegaron a operar como líderes políticos en articulación con movimientos raciales de alcance nacional (como el Proceso de Comunidades Negras y el Movimiento Nacional Cimarrón), reivindicando en primer lugar a la lengua palenquera entre otra serie de prácticas resultantes del cimarronaje.

Entre aquellos/as maestros/as de escuela que consiguieron revalorizar la lengua palenquera e institucionalizar su enseñanza se encuentra Cha Dorina Hernández, hoy congresista nacional por el partido de Gustavo Petro (actual presidente de Colombia). En instancias del XXXVII Festival Internacional de Tambores y expresiones culturales de San Basilio de Palenque5, en el que se rindió homenaje al líder palenquero Dionisio Miranda 6, Cha Dorina Hernández 7 hizo precisamente referencia a los procesos de configuración política de las últimas décadas y al sentido contemporáneo del cimarronaje:

me dirijo a ustedes, agradecida, porque aquí en Palenque fue donde logramos cultivar un liderazgo social, cultural, político e ideológico de más de cuatro décadas ;…; en esta plaza, en estas calles de Palenque, nos hemos venido forjando, liderando, y tomando como emblema esa historia de libertad y de dignidad basada en esa ideología que es el cimarronaje ;…; Hoy represento en el Congreso de la República una lucha desde abajo, desde las bases. Junto con Francia Márquez, reivindicamos los contextos comunitarios en los que nos hemos formado. Necesitamos que no sea la única vez que llegue una palenquera a un espacio de poder, pero también necesitamos impregnar esos espacios de poder de nuestra filosofía cimarrona, de nuestro ubuntu, que es «estamos bien si todos estamos bien». (Dorina Hernández, San Basilio de Palenque, 15 de octubre de 2022).

En la misma plaza que por las noches viera jugar a niños y niñas, y que en una tarde de 2001 vio masacrar a tres jóvenes palenqueros a manos de paramilitares por sospecha de guerrilla, hoy se esgrime la tarima desde donde toma la palabra Dorina como primera congresista palenquera. Dicho escenario o tarima tiene como singularidad estar mirando de un lado al monumento a Benkos Bioho 8 (líder cimarrón libertario, fundador del poblado) y de frente a la Iglesia (actor sustancial en las negociaciones dadas durante el siglo XVII entre cimarrones y el virreinato de Nueva Granada). Representa así la plaza de San Basilio un verdadero «templo» o «templete» del líder cimarrón y del cimarronaje.

Detrás del escenario, se privilegia un pequeño espacio de juegos para los niños/as, a la vez que durante el festival se recibe y expone para la venta la producción artesanal palenquera. Entre las mismas, destacan como actividades tradicionales los trenzados 9 y la gastronomía de dulces, ambas en manos de mujeres palenqueras. El espacio creado por Elida Cañate (la sala de peinados La Reina del Kongo) ubicado a metros de la plaza del poblado, se ha convertido también en un sitio referencial junto a la empresa turística Paletour. En la versión traducida al inglés y al francés del libro Los turbantes y peinados afrocolombianos: una alternativa pedagógica, publicado como resultado de la ejecución de las becas para la producción de bienes y servicios creativos innovadores ofrecida en el Portafolio Nacional de Estímulos 2019 del Ministerio de Cultura de Colombia, Ereiles Navarro Cáceres y Angélica Rebolledo Pájaro como autoras señalan la importancia de la traducción del libro como oportunidad para continuar con el proceso de difusión del patrimonio inmaterial afrocolombiano. Asimismo, agradecen a la editorial Santa Bárbara «por su compromiso y respaldo en el proceso de acceso a los mercados internacionales».

Siendo una de las primeras empresas palenqueras dedicadas al turismo 10, hacia la izquierda de la tarima, sobre los bordes de la plaza, se encuentra Paletour. Su oficina es mínima en tanto en épocas de turismo la familia dedica íntegramente el espacio (que abarca la vereda de dos a tres casas frente a la plaza) a la gastronomía típica. Su fundador, Danilo Casimiro, refería en 2022:

Paletour es una empresa 100 % palenquera donde hoy tenemos historiadores guías que a diario proyectan la cultura nuestra. Además, trabajamos un turismo sostenible ;…; tenemos 36 años en esta actividad turística, aunque desde 2010 en adelante es que lo tenemos legalizado. Los turistas que más se nos acercan son de EE. UU., Palenque resulta de sumo interés a los afroamericanos por nuestro legado africano ;…; ellos vienen buscando ese reencuentro con la identidad africana y, en ese sentido, Palenque está a su disposición: es un rincón de África en América. (Danilo, 17 de octubre de 2022)

La movilización del capital cultural palenquero, en tanto, también facilita la movilización de economías a pequeña escala o escala familiar. Al consultarlo por su referencia al turismo «sostenible», Danilo refería:

El turismo sostenible es un negocio familiar pero también comunitario, donde los diferentes actores y hacedores pueden ver ingresos de la actividad turística, y no se queda en cambio el recurso en una sola persona, sino que se vierte en toda la comunidad, que es lo importante porque Palenque es de todos. El Festival de Tambores es nuestra temporada, la aprovechamos con un plan estratégico donde hay también dificultades como el hospedaje, pero siempre hay casas habilitadas, lo que a su vez le genera ingresos a esas familias que tienen mucho calor humano y hospitalidad. Nuestro objetivo es llegar a ser una empresa que tenga pilares de prosperidad, llegar a ser una de las mejores empresas del Caribe.

Su labor implica un entramado de economía(s) familiar(es), a lo que se suma la formación que ofrece el Estado como apoyo a emprendedores (o formación para el trabajo que dicta el SENA 11):

Sentimos la historia en los genes, pero hemos hecho cursos con el SENA, entidad pública de aprendizaje que se habilita para gente de escasos recursos para que vean una salida académica en sus emprendimientos. Es una formación integral para el trabajo, eso es lo que es el SENA. Se trata de ascender de nivel ;de superarse;.

Los operadores turísticos agenciados por palenqueros que hacen presencia en la comunidad son Asopradulce, Junchetour y Paletour. La primera de estas asociaciones o corporaciones (como se denomina a los grupos con personaría jurídica en Colombia), se encuentra formada principalmente por mujeres que históricamente se dedicaron a la venta de dulces que son elaborados por ellas mismas de manera artesanal. La conformación de esta corporación, es decir su reconocimiento jurídico, fue impulsado por Dorina Hernández, quien mucho antes de su candidatura interpeló a la alcaldía de Cartagena y diversas autoridades del turismo y el comercio favoreciendo la no persecución de las vendedoras ambulantes de dulces (todas palenqueras) en su desempeño en el casco histórico de esta ciudad ( Parody, 2021).

Junto con la empresa turística de tipo familiar, a doscientos metros de la plaza principal y equidistante a la escuela, el Museo comunitario de San Basilio de Palenque a cargo de Antonia Cassiani Padilla es un claro ejemplo del tipo de emprendimiento que en la actualidad pueden llevar adelante las mujeres, con propósitos etnoeducativos y a la vez socioeconómicos, en búsqueda de un ritmo de vida que les permita permanecer en el poblado junto a sus hijos:

Mi madre, una vendedora ambulante de dulce, salía para poder alimentarme, y yo fui madre de mis hermanos menores y sobrinos, con la ayuda de una tía pude estudiar en Cartagena, aunque no tuviéramos para comer. Pero al menos, pudimos tener por el Icetex 12 el apoyo para la mensualidad de la universidad, ;en el área de; recursos humanos del hospital universitario de un instituto técnico. Pero todo eso fue cuando aún no tenía mis hijos.

Su desempeño como agente de salud con personas mayores de San Basilio, le permitió pensar en la alternativa «cultural» y etnoeducativa como salida laboral:

En el 2003 inicié mi trabajo en salud, con visitas domiciliarias, como agente comunitario. Tuve mucha conexión con adultos mayores. Visitándolos, descubrí sus necesidades, y me reuní mucho con ellos... ;En tanto;, ellos me comentaban de objetos que ya están en desuso en nuestra cultura, y de actividades que están siendo influenciadas por lo moderno. Como, en materia de cultura, lo pasado es lo mejor ;...; vimos que todo eso no podía estar arrumbado, y nos propusimos darlo a conocer.

Antonia hace prevalecer su vocación por el armado de un museo comunitario tras su agotamiento de los desempeños que mantuvo en el área de salud, área para la que con mucho esfuerzo se había formado:

Fui vacunadora durante el covid, porque soy auxiliar de laboratorio, y tengo estudios paramédicos, y también de administración en recursos de la salud. Pero ;llegó un momento en que; ya no quería estar volando hacia otros pueblos, teniendo que pagar mi propia seguridad ;estando ella misma sin cobertura de salud;, o estar meses sin cobro. No tenía por qué pasar así si tenía mis propios objetivos, y decidí no seguir con el contrato ;en el área de salud; ;…; ganando poco y nada.

Detrás de una convocatoria del Ministerio de Cultura, con colaboración de miembros de otro kuagro, Antonia presenta el proyecto y comienza a plasmar el museo arrendando una de las casas mejor conservadas entre las que aún son «típicamente palenqueras»:

En 2019 nos avisan de la convocatoria del Ministerio de Cultura, y un profesional (Rodolfo Cassiani Palomino, que es gestor cultural honesto y sencillo) ;…; nos ayuda a armar el proyecto. Cuando fue aprobado, con los recursos otorgados pudimos armar el primer museo comunitario. ;En ese momento;, más miembros de la comunidad se integraron, y elegimos la casa más conservada, también pensada para un proyecto de casas típicas. En cambio, decidimos armar con ella un museo tradicional de cultura palenquera. Luego la pandemia nos volvió a dejar sin recursos, pero ya teníamos armado el museo en las líneas internacionales de museología que se requieren.

El Museo ciertamente resalta por su curaduría, y por la actividad etnoeducativa más que «etnoturística». A diferencia de aquellos que definen sus emprendimientos laborales como «sostenibles», Antonia lo refiere como « autosostenible» 13:

Arrendamos la casa sosteniendo sus servicios, aunque no tenemos un ingreso. Hay momentos sin recursos en absoluto. La pandemia nos dejó sin visitantes, por lo tanto, con mi trabajo personal financié el inicio del Museo. Cada restauración u objeto requiere cuidado, lo mismo la recepción de visitas ;…; A todos atiendo como si me dieran, aunque no todos dan, pero pueden traerte otros visitantes. No cobramos la entrada, los Kombilesa Mi14 también me ayudaron y decidimos ser voluntarios, porque no querríamos que nadie se quede sin entrar y sin conocer nuestra cultura, por lo tanto, nos definimos autosostenibles y sin ánimos de lucro. Muchas veces abro la caja, y en todo el día no hubo nada, pero se soluciona entre todos.

El relato de Antonia deja ver también las estrategias de posicionamiento de mercado para las que fueron formadas, los alcances de las políticas de becas para la educación superior, y la importancia de generar fuentes de trabajo para la comunidad residente de San Basilio de Palenque. También resalta el tiempo (y los recursos para traslados) con los que deben contar las mujeres para acercarse a reuniones convocadas por los ministerios o, incluso, por el circuito de liderazgo palenquero:

Al momento es el único museo palenquero, y aquí estoy, y el día que yo no esté pueden estar mis hijos, y se generan ingresos para la comunidad. Los jóvenes pueden capacitarse en museología, teniendo una pequeña beca. Necesitamos padrinos ;o empresas auspiciantes;. Aún no tenemos una página para vender el servicio, pero estamos en esa gestión. Hay que ver que muchas veces en cultura hay monopolios: si tú no tienes tiempo ni para ti mismo y tienes que salir corriendo a vacunar a la gente, no puedes estar en todo ;en todas las reuniones en las que se comentan convocatorias;.

En relación a su ardua tarea de autogestión sumada a la realidad que viven muchas de las mujeres palenqueras, incluso las más formadas o profesionales, Antonia y sus colaboradoras se muestran con cierto cansancio. A la vez, con expectativas económicas en relación con el turismo (también entendido en este caso como mecenazgo cultural o aporte empresarial), y con cierta esperanza en relación a la representación política palenquera en el nuevo Gobierno popular colombiano:

Me desanima estar detrás de los apoyos y no tener nada, como el que tiene que mendigar porque es el que está en la base de la pirámide, cuando que es un derecho el bienestar de la población en general, el que está arriba de la pirámide tiene que socorrer a la otra parte, voten o no las personas por él. Habrá que dar tiempo ahora que tenemos nuestros propios representantes, conocedores de las necesidades de la comunidad. Quizás venga alguien con ánimo, que dios me mande ese ángel ;algún turista que apadrine el Museo;, que pueda ayudarnos con recursos y con su entusiasmo. La gente ve que entra mucho turista, pero la gente no sabe que las cosas no siempre son lo que se ven. Hoy ya hay un cambio, no estoy trabajando con ;otras; empresas, ni con el BPS, estoy en este Museo al que considero mi propia empresa, porque es el dueño de la casa el que conoce dónde cae la gotera. ;Al menos en el Museo; estoy con mis hijos y ;dirijo; mi propia empresa.

El relato de Antonia nos muestra la apuesta de las y los palenqueros por la educación superior, y a la vez la falta de articulación entre educación y trabajo ( Parody, 2021). De la misma manera nos permite ver que, las nuevas generaciones de mujeres, se desmarcan de los oficios tradicionales (como la venta de dulces) en función de permanecer en el poblado con sus hijos, frente a un Estado que como empleador resultó durante décadas fallido. También nos permite ubicar las huellas de las diferentes capacitaciones y formaciones que las y los pobladores de San Basilio han recibido en función de la generación de nuevas economías de base que puedan operar como «alternativas» a la división sexual del trabajo histórica del poblado (Parody, 2023), ampliando así su sistema de economía «poliactivo» ( Restrepo, 1996).

Nacido del liderazgo de Dionisio Miranda, el Festival Internacional de Tambores y Expresiones Culturales de Palenque representa para el poblado un tipo de política de reconocimiento de gesta cimarrona, pero también aquello que Paletour bien definió como «la temporada turística». En los estudios que en los últimos años han puesto en relación al turismo cultural con el patrimonio ( Chaves et al., 2014 ), el turismo cultural es concebido sobre la base de la patrimonialización como proceso de activación de recursos (de capital cultural o arqueológico). Sin embargo, el caso de San Basilio de Palenque nos ilustra cómo, mucho antes de la patrimonialización, las aristas cultural y económica venían siendo articuladas sobre la base del entramado comunitario, en relación con el discurso académico de objetivación de la cultura ( Restrepo, 2003). En todo caso, en la patrimonialización decanta la sedimentación de este tipo de construcción discursiva intersubjetiva dada durante décadas entre antropólogos/as y comunidad palenquera ( Friedemann & Cross, 1979). A la vez, seguido de sus instrumentalidades, el patrimonio intangible en Colombia se ve articulado a un tipo de multiculturalismo que diversos investigadores locales han definido como étnico-culturalista ( Restrepo, 2020), y que cuenta con más de tres décadas de aplicación ( Bocarejo & Restrepo, 2011). Las concepciones del Estado colombiano respecto de los «grupos étnicos», las normativas internacionales que aplican al caso ( OIT, 1989), las estadísticas de las Comisiones Regionales (Cepal) y el discurso de los organismos multilaterales como Unesco en sus concepciones de «diversidad cultural» ( Lévi-Strauss, 1996;1952;) y «desarrollo sostenible» ( ONU, 2015) cuando no también de «inclusión social» ( Unesco, 2022), suman a una construcción discursiva que para las nuevas generaciones de afrocolombianos/as aparece como dada per se.

Durante el último festival, desde la tarima también hizo referencia el actual representante legal de la Corporación Festival de Tambores y Expresiones Culturales de Palenque, Manuel Pérez Palomino. En sus referencias, se transcribe la convergencia de estas múltiples discursividades circunscriptas a las políticas de reconocimiento y de legitimación del elemento «étnico», junto con la inscripción patrimonial y el desarrollo de liderazgos políticos, pero también de micro y macroeconomías:

Para nosotros y nosotras es un grandísimo placer poder convocar nuevamente a la población palenquera, a su diáspora y a todos ustedes que han venido desde otros lugares, a vivir, a sentir, lo que es el patrimonio oral e inmaterial de la humanidad. Nosotros y nosotras no tenemos otra pretensión que aportarle al proceso de fortalecimiento de los valores étnico-culturales de San Basilio de Palenque. Al gestar un espacio para que el palenquero y la palenquera puedan traer sus iniciativas productivas poniéndolas al servicio de propios y extraños. Al traer a los artesanos y artesanas para que aquí puedan exhibir su arte, pero también al traerlos a todos ustedes a este entarimado para que podamos vivir la interculturalidad, pues este festival muestra no solo la cultura palenquera sino también la diversidad étnica que caracteriza a este país. El movimiento social afrocolombiano, desde sus nuevas formas de cimarronaje, ha parido un importante proceso, pero ha parido también importantes líderes y liderezas. Hablo de Dionisio Miranda Tejedor, un hombre que entregó su vida en cuerpo y alma para que este pueblo que hoy es Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad lograra muchas cosas, entre ellas exigirle al Estado que nosotros necesitamos formar hombres para la sociedad desde nuestra identidad, desde la educación propia. Y desde la etnoeducación, a través de la creación y la gestación de un festival como este, participar de esos procesos de visibilización de la identidad étnico-cultural, para trabajar también en aquél proceso ;de titulación colectiva de tierras; que busca que el territorio que hoy es de Palenque siga siendo de los palenqueros. Hoy, ese mismo movimiento social afrocolombiano ha hecho que tengamos a Dorina Hernández Palomino en el Congreso Nacional, para que se puedan concretar esos sueños que Dionisio no pudo concretar: que seamos un municipio ;y no solo un corregimiento;. Y sabemos que también de la mano de Francia Márquez y del apoyo de Gustavo Petro lo vamos a lograr. Hoy estas nuevas formas de cimarronaje siguen mostrando resultados, y a ellos debemos agradecerles.

En sus agradecimientos pueden ubicarse los diferentes actores y agentes del patrimonio intangible que pone en juego este festival:

Cómo no agradecerle también a la empresa privada, a la Fundación Bavaria, a la gente de Águila, ya que bien sabemos que las fiestas de Palenque no se sienten bien sin tener un temucó en la mano ;una cerveza;. Pero también quiero agradecer a la gobernación de Bolívar, a la alcaldía de Mahates, y al Ministerio de Cultura por creer que nosotros necesitamos mostrar, gestar, continuar con ese proceso de fortalecimiento de la identidad étnica y cultural afrocolombiana y palenquera. Hoy creemos que el Festival de Tambores y Expresiones Culturales de Palenque, como uno de los eventos de la identidad negra de este país, debe ser apoyado como se percibe mentalmente ;bajo las condiciones en que las y los palenqueros piensan este festival;. Y no podemos concebir que por más de treinta años esta nación no haya querido apoyar este festival como debe ser. Tenemos las ganas, tenemos los líderes y tenemos representación. (Manuel Pérez Palomino, representante legal actual de la Corporación Festival Internacional de Tambores y expresiones culturales de San Basilio de Palenque)

El afán por la «producción de servicios» por parte de las y los palenqueros también responde a cómo el patrimonio cultural inmaterial es concebido por los Estados neoliberales en un marco de economía global o «etnicidad-empresa» ( Comaroff & Comaroff, 2011). En este sentido, las y los palenqueros que sostienen este festival, apuestan al reconocimiento, pero también a la justicia redistributiva (tal es así como entienden el lema de la ONU: «reconocimiento, justicia y desarrollo»). Afirmo que, en todo caso, el léxico de la identidad-empresa tuvo su acceso en San Basilio de Palenque por múltiples y diferentes vías, siendo siempre la desigualdad socioeconómica su condición de posibilidad.

De «la cultura» y el «control de calidad»

Bajo estas condiciones, como afirman Solarte Pinta & Montoya Pino (2020), San Basilio de Palenque «ha encontrado en el turismo una oportunidad de visibilidad e ingresos económicos», lo habría llevado a la comunidad en 2016 a «proponer» una Ruta etnoturística. Esta «propuesta», fue seguida del trabajo conjunto dado durante dos años entre la Mesa de etnoturismo de San Basilio de Palenque (conformada para la ocasión), la Fundación Semana y la Escuela de Arquitectura y Hábitat de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. Por lo tanto, la Ruta etnoturística se formula entonces a través de un laboratorio interdisciplinar universitario que establece las vinculaciones necesarias entre cultura palenquera, patrimonio y turismo, requiriendo la participación de las y los palenqueros para su formulación según muchas veces esto es requisito para el apoyo socioeconómico del tercer sector 15.

Esta proliferación de estudios e intervenciones por parte de diferentes universidades en San Basilio de Palenque, no aparece liderada por antropólogos/as ni «estudiosos de otredades», sino por áreas de economía cultural y comercio internacional. Estas nuevas interacciones, también generan (muy tempranamente, ni bien dada la patrimonialización) procesos de subjetivación empresarial. Un ejemplo de ello es el dado en 2007, cuando la Universidad Externado de Colombia, el Consejo Comunitario Ma Kankamaná de Palenque de entonces y la Corporación para el Desarrollo de las Comunidades Afrocaribeñas Jorge Artel, con el apoyo de Rimisp (Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural) a través de su proyecto Desarrollo territorial rural con identidad cultural, elaboraron un diagnóstico de Palenque para luego publicarlo en la compilación El valor del patrimonio cultural. Territorios rurales, experiencias y proyecciones latinoamericanas16. El objetivo del estudio fue identificar qué se necesitaba para incentivar la valorización de la «identidad cultural» en el marco de un proceso sostenido y equitativo de desarrollo territorial, y formular recomendaciones dirigidas a reducir la pobreza, la desigualdad y la exclusión de esta población.

En su estudio, las y los expertos arrojaron datos que fueron resaltados en el apartado de Análisis de estrategias productivas para el desarrollo, y entre ellos señalaron que la elaboración de dulces «no contaba con estándares de calidad ;ni con; control de costos y utilidades reales»; y que «la elaboración de artesanías no era constante, ni existía la mentalidad para comercializarla a gran escala». Es decir, el estudio reflejaba que en 2007 en San Basilio de Palenque «no existía una cultura empresarial ni cultura de la asociación en pro de lograr beneficios económicos». A la vez, en su análisis DAFO (debilidades y aciertos, fortalezas y obstáculos) el estudio concluyó que las y los palenqueros también tenían una fuerte capacidad organizativa y disciplinaria, y un sistema de producción que no «agrietaba» el ecosistema, además de los lazos que la comunidad mantiene cual familia extensa. Que «el saberhacer tradicional» se transmitiera libremente y que estuviera presente y disponible en muchas personas, como la existencia de insumos necesarios para las artesanías dentro del poblado, también fueron valorados. En dicho contexto de tales fortalezas y debilidades, el estudio constataba la paradoja «cultura presente» y «territorio ausente», demostrando la distancia «entre el enorme patrimonio cultural de esta población y sus altos niveles de pobreza material, como acceso a servicios básicos, capital de trabajo, disponibilidad financiera»:

Hasta ahora ;2007;, los procesos de valorización de la identidad cultural palenquera no han estado ligados a las actividades económicas del territorio. No se han creado marcas territoriales, ni se ha aprovechado el reconocimiento de sus productos y sus imágenes culturales para la comercialización y exploración de nuevos mercados. Todo ello, a pesar de que su imagen es un símbolo para la promoción de eventos y productos en otros territorios y comunidades del Caribe. (informe citado por la revista Equitierra, 2009, p. 8)

De manera similar, se evaluó que sus producciones de música y danza, «fuente de inspiración de la música del Caribe de Colombia», no les generaban regalías, y que por lo tanto se trataba de un tipo de «propiedad intelectual ;…; cuyas imágenes van en beneficio de Cartagena y los colombianos, pero poco aporta a las mismas poblaciones detentoras de este capital». El estudio 17 se convirtió entonces en el mapa a seguir para promover el «desarrollo» de San Basilio de Palenque.

Los jóvenes de San Basilio, señalaron que los talleres realizados durante el estudio les fueron de gran aporte, en tanto «les permitió conocer de manera seria las debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas» que se presentan en San Basilio:

Traemos una cultura muy fuerte y representativa y, basados en el estudio, decidimos explotar nosotros mismos nuestra identidad y no que otras personas ajenas a la comunidad lo hicieran. (Tayler Miranda, entrevistado por Equitierra, septiembre de 2009, p. 8)

Por su parte, Asopraduse (Asociación de Productos Agropecuarios, Dulces Tradicionales y Servicios Etnoturísticos de Palenque), en 2009 ya agrupaba a más de doscientos palenqueros/as ávidos de «hacer conocer sus costumbres y tradiciones» a través de productos y servicios. Una vez constituidos como corporación, instalaron su marca previamente registrada en la Cámara de Comercio de Cartagena 18. El objetivo de este registro apuntaba al reconocimiento (y patentamiento) de la comunidad de San Basilio de Palenque como creadora, productora y comercializadora de las cocadas, enyucados, alegrías y caballitos.

Lejos de haber sido esta experiencia la única en la cual la comunidad de San Basilio de Palenque pudo hacerse de esa «mentalidad empresarial» por los expertos señalada como «en falta», la Corporación Procasur también formó a las y los palenqueros en el mejoramiento de su actividad comercial integrándolos a la Ruta de aprendizaje negocios rurales exitosos de microempresarios (para que esto les permitiera, según siempre se enuncia en los proyectos, «mejorar sus condiciones de vida»):

ahí aprendimos la importancia de los buenos empaques, aspectos sobre la higiene de los productos y la durabilidad según los estándares de calidad. Para ofrecer buenos productos no basta simplemente con tener una buena receta, para competir en el mercado tenemos que ir más allá. Aunque no estamos dispuestos a cambiar nuestra cultura, debemos por ejemplo acceder a utilizar ciertos conservantes para permitir que nuestros dulces duren más en los almacenes. (Jorge Luis Samper, participante del taller, entrevistado por Yara Bayuelo Watts para la revista Equitierra, 2009, p. 9 )

Por su parte, los músicos palenqueros participaron en la Ruta de aprendizaje pasos tones y sones, organizada por Procasur y el Programa Regional de Apoyo a las Poblaciones Rurales de Ascendencia Africana de América Latina (ACUA). Este interés ha sido aprovechado por Asopraduse para fomentar el etnoturismo como una fuente de desarrollo para la comunidad, con el apoyo del Programa Acua, la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (Cardique, autoridad pública ambiental de la región), y el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA): los jóvenes de la comunidad que trabajan con la Asociación reciben a los visitantes, los acompañan a recorrer el pueblo, les presentan bailes típicos y los llevan a toques de tambores con los grupos artísticos locales, le dictan charlas sobre su cultura y les ofrecen platos representativos de su gastronomía (tal como describe la prensa 19). Roberto Haudry de Soucy, Gerente de Operaciones del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) para Perú, Bolivia y Colombia, también señalaba que:

Palenque es una comunidad que inspira y por eso se tomó como un modelo para adelantar estos proyectos de desarrollo rural, para luego llevar gente a que conociera la experiencia. Es muy interesante el proceso que adelantan con el tema de los dulces y su compromiso para mejorar los empaques, la durabilidad y sobre todo para hacer de estos productos una importante fuente de ingreso para las familias, sin dejar de lado su interés por la recuperación de la lengua, su música, su agricultura y su cultura, que es su principal activo (Roberto Haudry de Soucy, Gerente de Operaciones del FIDA, citado por Equitierra, 2009, p. 10).

En Colombia, FIDA invierte unos 6 mil millones de dólares al año apoyando proyectos de desarrollo rural en comunidades mestizas, indígenas y afrodescendientes.

De la «economía naranja» como propuesta estatal

Habiéndose configurado tras un largo período de tiempo (al menos una década), esta intersección dada entre proceso de etnización y apertura de mercados se cristaliza en San Basilio el 11 de abril de 2019 con la visita del expresidente de Colombia Iván Duque (de tendencia opuesta al actual Gobierno 20). Desde la misma tarima o escenario de la plaza principal del pueblo en la que en 2022 tomara la palabra Cha Dorina Hernández como primera congresista palenquera, el expresidente de Colombia estimó:

Estoy realmente emocionado, feliz, de estar acá en San Basilio de Palenque. Queremos que el turismo sea el nuevo petróleo de Colombia. Y quiero que Palenque sea conocido por el mundo entero como un lugar de tradición ;…; que puedan ser conocidos por la humanidad como el patrimonio que son ustedes. Que la gastronomía de San Basilio de Palenque, que ya se ganó un premio muy importante en ese libro que ustedes trabajaron con la comunidad y que ayudó a formar la gobernación, y que le permitió mostrar al mundo esa riqueza gastronómica que hace parte de la cultura de esta tierra, se siga posicionando. Yo quiero que San Basilio sea un área de desarrollo naranja, como lo llamamos en el plan de desarrollo, un área de desarrollo cultural que todos los colombianos en el bicentenario sepamos, conozcamos la historia de esta comunidad, para sentirnos más orgullosos de ser colombianos. Ese es el orgullo que ustedes representan para mí.

Además de expresidente de Colombia, Iván Duque es coautor del manual Economía naranja, una oportunidad infinita, editado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Según los principios de este tipo de economías creativas, las que distinguen entre bienes creativos (artes visuales y performativas, artesanías; audiovisual, diseño, nuevos medios, etc.) y los servicios creativos (arquitectura, cultura y recreación, investigación y desarrollo, publicidad, etc.), serían los servicios creativos los que detentan mayor crecimiento económico que los bienes ya que, cada vez más, estas transacciones se llevan a cabo por Internet ( Buitrago Restrepo & Duque Márquez, 2013). El comercio creativo, a la vez, sería menos volátil que las commodities o la comercialización de las materias primas, pues soportan mejor las crisis financieras 21. Sin embargo, América Latina y el Caribe estarían en situación de «déficit comercial» en relación con sus exportaciones de bienes y servicios creativos, aún incluso sin considerar los pagos netos por regalías y licencias de propiedad intelectual que implicarían «aún un mayor déficit» 22.

Para quienes entienden a la «economía naranja» como uno de los ejes contemporáneos del desarrollo, tomar la delantera en materia de servicios implicaría «una estrategia digital intensiva», pues las «mentefacturas» (como el arte, el diseño, los videojuegos, las películas y las artesanías) llevan consigo un valor simbólico intangible que supera a su valor de uso. Es decir, que estas cualidades otras que portan los productos (tales como ser exóticos) operan como valor de cambio o valor agregado ( Parody, 2021). Tal como proponía el proyecto político de Iván Duque (es decir, su Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022), la adopción temprana de modelos de negocio basados en las «mentefacturas» por parte de los jóvenes permitiría construir un imperio basado en esta creatividad.

Según esta mirada, cuando «la cultura» es entendida como un bien público, se inhibe al sector de trabajadores culturales del reconocimiento de su actividad como trabajo y, en consecuencia, también de la obtención de remuneración a través del mismo. Al mismo tiempo, este procedimiento (estatal y de cultura pública), llegaría a inhibir a los diferentes países así posicionados del progreso derivado de toda la cadena de valor que el sector «creativo» puede aportarle (al incremento de su producto bruto interno, como refiere el portal Somos Iberoamérica23). Sin embargo, en tanto el intercambio cultural y los procesos económicos que transforman los contenidos simbólicos en bienes y servicios para la sociedad estarían en constante evolución, puede afirmarse que en la actualidad el consumo de contenidos es reducido. Por esta razón, Iván Duque y expertos concluyen proponiendo la creación de un Mercado Interamericano de Contenidos Originales (MICO 24).

Nuestra pregunta estaría centrada en el rol que tendrían (y tienen) la «etnicidad» y la desigualdad -por sobre «la diversidad»- para este tipo de economías. Para la economía naranja, sería absolutamente posible «cerrar las brechas sociales acercando a las personas más humildes con las más privilegiadas alrededor de un propósito común» ( Buitrago Restrepo & Duque Márquez, 2013, p. 186). La etnografía nos asiste para dar cuenta de la forma en la que el mercado emplea las herramientas de la economía naranja en función de la integración social. Lo cierto es que, aún en un contexto neoliberal y/o de multiculturalismo étnico- cultural, tal como nos muestra la etnografía realizada en relación con el patrimonio intangible en Colombia ( Chaves et al., 2014 ), el Estado nunca ha dejado de jugar un rol preponderante en relación con (precisamente) la apertura y/o regulación de los mercados (incluso los de índole «cultural»), sino que en todo caso el Estado «apoya» al sector cultural o a «la cultura» (en este caso patrimonializada) junto con o como lo hace (es decir, haciendo las veces de) la empresa. Puede verse esto en el caso colombiano al contrastar el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2021 (Presidencia de Iván Duque) con el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 (Presidencia de Gustavo Petro). Sin embargo, cualquier lectura que tienda a asociar gobiernos «neoliberales» con «economía naranja» y gobiernos «nacional populares» con políticas de cultura pública debe ser revisada en función de la no unívoca correspondencia que a primera vista se pueda trazar. Por otra parte, las lógicas del mercado aplicadas a la industria cultural y la identidad-empresa también se filtran rizomáticamente entre los diferentes sectores sociales (tanto entre «sectores populares» como entre sectores universitarios), resultando performativas todas las normativas y acciones mencionadas.

Conclusiones

En este artículo me propuse hacer explícitas las formas en las cuales el multiculturalismo intercepta al patrimonio cultural inmaterial en un marco de circulación de economías de mercado que son aplicadas a «la cultura» en diferentes escalas. En el contexto de América Latina, el primer antecedente de este tipo de dinámicas pareciera haber estado dado en los años 80, ni bien salidos (la mayoría de) nuestros países de las últimas dictaduras cívico-militares ( Mondiacult, 1982). A partir de este proceso que vincula a la «cultura» con el «desarrollo», se vehiculizan estudios estadísticos y apoyos monetarios para América Latina en pos de la superación de su «subdesarrollo». Con el correr de las décadas, tales estrategias se fueron sirviendo de los «elementos» del «patrimonio intangible» cuales signos de cara a un mundo globalizado ( Ávila, 2011). Asisten en estas instancias acciones de representación y políticas de reconocimiento llevadas adelante tanto por el Estado como por los grupos poblacionales «portadores» del patrimonio inmaterial, los que no pocas veces son percibidos y/o se presentan como etnicizados y/o racialmente marcados. Esto remite a diferentes autores a referirse en términos de multiculturalismo étnico-cultural a la hora de definir estas nuevas gubernamentalidades ( Restrepo, 2020). Cierto es que un sinfín de acciones que «celebran» la «diversidad cultural» inherente a nuestros países resultaron así ampliamente difundidas, y si bien las mismas supieron sumar a la «deconstrucción» de los ideales monoculturales y eurocentrados de nación, no pocas veces lo han hecho en la misma medida en la que favorecieron el incremento del turismo cultural o, directamente, del «etnoturismo» ( Montoya Pino et al., 2017 ).

Estos son los casos en los que el «patrimonio inmaterial», sirviéndose del multiculturalismo étnico-cultural, reproduce el tipo de otrerización que es constitutiva del colonialismo como formación discursiva y voluntad de dominación ( Restrepo, 2020). En este sentido, el desarrollismo y el colonialismo constituyen formaciones discursivas (y tecnologías de la diferencia) que se distinguen entre sí no solo por tener su emergencia en momentos históricos disímiles sino porque el colonialismo articula racialmente la diferencia, mediante marcaciones corporales y procesos de otrerización radical; en tanto, el desarrollismo no imagina al subdesarrollo como una condición sino como una situación a ser superada (Restrepo, 2020, p. 277). En el marco del presente trabajo, sin embargo, es claro como estas disímiles tecnologías de la diferencia ( desarrollismo y colonialismo) pueden encontrarse operando en yuxtaposición.

Siguiendo a Marx (1978, p. 595), Briones afirmaba «que los sujetos se articulan como tales a partir de un trabajo de identificación que opera suturando identidades personales y colectivas (para sí y para otros), pero no lo hacen simplemente como a ellos les place, pues su trabajo de articulación opera bajo circunstancias que ellos no han elegido» ( Briones, 2007, p. 34). La «etnicidad», en tanto otrerización ( Restrepo, 2004), puede también ser producida en estos procesos derivados del «giro culturalista», gracias a la repetición ritualizada de convenciones, estéticas, y recursos lingüísticos internacionalmente asumidos que saben ser localmente traducidos.

La performatividad de este tipo de políticas globales respecto de las poblaciones destinatarias y los agentes estatales pareciera tener altos niveles de eficacia. Sin embargo, en tanto esta trama puede ser vista «como un trabajo constante de articulación que establece correspondencias innecesarias» ( Hall, 1985 apudBriones, 2007), la mera aplicación al caso de un constructivismo cliché no arrojaría lecturas provechosas. Todo pareciera ser conducente con la idea de que, tras la eficiencia económica que contribuye a la despolitización de la política ( Comaroff & Comaroff, 2011), opera una politización de la cultura ( Wright, 1998) que lleva a dar prioridad a la gestión, conservación, acceso, distribución e inversión en la cultura y sus resultados ( Yúdice, 2002 en Briones, 2007).

Siguiendo a Jean y John Comaroff (2011) en su trabajo Etnicidad S.A., podemos considerar la necesidad de abordar la reconstrucción de la economía política del presente junto a la ubicación de las dimensiones subjetivas que presenta la transformación de la cultura/lo cultural en mercancía. Al decir de estos autores, la etnicidad-empresa (proyección del sujeto emprendedor del neoliberalismo sobre el plano de la existencia colectiva) nace de la dialéctica siempre localmente situada dada entre la transformación de la cultura en mercancía y la constitución de la identidad como personería jurídica corporizada ( Comaroff & Comaroff, 2011). La forma de esa dialéctica puede tanto variar como ser común o similar en los diferentes casos de patrimonio inmaterial afrolatinoamericano: obsesión por la pertenencia (étnica) en mérito de las fronteras, intervencionismo del capital, nexo entre la empresa y la etnogénesis, énfasis fundacional en el territorio, y transformación de la diferencia en economía de la identidad.

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1Este artículo es producto de mi investigación doctoral en curso «De mi pueblo para el mundo: cultura, economía y otredad en tres procesos de patrimonialización afrolatinoamericanos/caribeños»

2Hago referencia a programas etnoeducativos, interculturales o plurilingües; a políticas de cuotas, laborales o universitarias, y también a leyes concernientes a la propiedad colectiva de tierras, entre otros.

3La labor agraria de Palenque no utiliza agrotóxicos y se ha correspondido siempre con la agricultura de tipo extensiva.

4La etnoeducación es una estrategia de Unicef que contribuye al objetivo 4 de Desarrollo Sostenible, basada en la «educación propia» de comunidades indígenas y afrodescendientes, y que tiene amplia aplicación en Colombia.

5Mi referencia es al festival realizado en octubre de 2022, luego de la pandemia.

6Dionisio Miranda ha sido un líder político palenquero muy destacado, esposo de Cha Dorina Hernández. Su reciente fallecimiento se produjo a causa del covid-19.

7Actualmente es miembro de la Cámara de Representantes de Colombia por el departamento de Bolívar, entre las bancas del Pacto Histórico (coalición formada por el actual presidente Gustavo Petro).

8Benkos Bioho fue el líder que comandó, en el siglo XVII, la rebelión de esclavos cimarrones que dio base al pueblo libre de San Basilio de Palenque.

9En San Basilio de Palenque los trenzados aún se preservan como forma de comunicación iconográfica. Durante el festival, como estímulo para la transmisión de este conocimiento, se realiza un concurso de trenzados.

10Los operadores turísticos agenciados por palenqueros que hacen presencia en la comunidad son Asopradulce, Junchétour y Paletour.

11El SENA es el Servicio Nacional de Aprendizaje, un instituto nacional autárquico dedicado a dictar capacitaciones referidas a profesionalización y empleo, adscripto al Ministerio del Trabajo de Colombia.

12EL Icetex es la entidad del Estado colombiano que promueve la educación superior a través del otorgamiento de créditos educativos y su recaudo, con recursos propios o de terceros, a la población con menores posibilidades económicas y buen desempeño académico.

13La traducción para otros contextos, como el gubernamental, sería «autogestivo».

14En lengua palenquera significa mis amigos. Kombilesa Mi es además el nombre de un grupo juvenil palenquero dedicado al trabajo cultural.

15Fundación Semana articula la empresa privada, el Gobierno, las agencias de cooperación internacional y las organizaciones sociales, para desarrollar proyectos sostenibles.

16El libro fue presentado en agosto pasado en Colombia bajo el título de San Basilio de Palenque, Colombia: cultura presente, territorio ausente.

17El mismo se llevó adelante con la participación de la comunidad y, con el visto bueno de las máximas autoridades y miembros de más edad (Bayuelo Watts, 2009).

18La marca registrada llevó el nombre de La Palenquera.

19Sigo citando la nota periodística realizada por Yara Bayuelo Watts para la revista Equitierra (2009).

20Iván Duque se postuló como presidente de Colombia por el Centro Democrático, en la línea sucesoria de Álvaro Uribe.

21Prueba de ello es que soportó mejor la crisis financiera global que sectores como el petrolero. Mientras que las ventas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) registraron una caída del 40 % en 2009, las exportaciones de bienes y servicios creativos apenas se contrajeron un 12 % ( Buitrago Restrepo & Duque Márquez, 2013).

22 Apenas el 1,77 % de las exportaciones de bienes creativos mundiales se originan en Latinoamérica y el Caribe. Poco menos de la tercera parte de éstas se dirige a otros países de la región, más del 64 % a economías desarrolladas y menos del 3 % a otras en desarrollo ( Buitrago Restrepo & Duque Márquez, 2013).

23El portal de difusión Somos Iberoamérica es impulsado por la Secretaría General Iberoamericana/Segib, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo/Aecid. Puede consultarse en: https://www.somosiberoamerica.org/temas/diversidad/iberoamerica-una-region-millonaria-en-patrimonio-vivo/

24Este tipo de estrategias se encuentran en línea con lo que en Argentina se configuró como Mercado de las Industrias Culturales Argentinas (MICA), aunque en dicho caso bajo un gobierno nacional-popular ( 2009). Aún en la actualidad, el MICA organiza sus «ruedas de negocios», generalmente en el Centro Cultural Kirchner. En los últimos años, China ha sido un comprador de la programación filmada en este centro cultural de primera línea.

Recibido: 22 de Febrero de 2023; Aprobado: 14 de Mayo de 2023

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