Editorial

Colombia se precia de mantener una tradición democrática y de preservar, frente a todas las eventualidades, confianza en las potencialidades de su Estado Social de Derecho y en la vocación que cada colombiano tiene por la vida. No en vano los resultados en convivencia y seguridad, logrados a principios del siglo XXI, gracias a la voluntad gubernamental, la integración interagencial, la modernización estatal y los cambios culturales en la población, han ubicado al país en un camino irreversible hacia un escenario de pacificación que exige de la Policía Nacional un servicio preventivo y sensible al clamor ciudadano, para proyectar y crear nuevos escenarios de encuentro con la administración de justicia y la ley.

Por ello, esta edición de la Revista Criminalidad se asemeja a una gran lupa que permite observar la evolución de la política criminal y el fortalecimiento de las capacidades institucionales, para generar y difundir conocimiento científico contra el crimen, así como incrementar el desarrollo tecnológico y la innovación, en beneficio de la convivencia ciudadana.

El complemento entre datos cuantitativos y artículos especializados que facilitan el análisis y la toma de decisiones sobre el manejo de distintos tipos de violencia, así como para nutrir políticas y programas orientados a contrarrestar la dinámica del crimen organizado y defender los derechos humanos-principalmente de las mujeres, los niños y otras poblaciones vulnerables-, al advertir, entre líneas y hechos, que la paz es una gran estructura de pensamiento y de relacionamiento social.

Desde esta perspectiva, toda la sociedad está llamada a interpretar la esperanza en un sentido dinámico y, sobre esa base, decidir hacia dónde queremos proyectar el futuro de respuesta y atención a la víctima de cada delito. Para la Policía colombiana, la primera globalización real es la de los derechos humanos, porque quien provoca su violación ofende la conciencia humana. En consecuencia, día a día nos enfrentamos a las intenciones ocultas de la ilegalidad tradicional y emergente, al igual que a los desafíos asociados a la generación de cultura ciudadana que ame y defienda la vida en todas sus dimensiones, mediante acciones y resultados no solo en términos de incautaciones y capturas, sino en el liderazgo que deben ejercer las personas y sus instituciones, para transformar, a la par de su propia existencia, las realidades y las percepciones de bienestar colectivo.

Tenemos la meta de seguir elevando la ciencia de policía a las discusiones académicas. A partir de este reto, la tecnología y la innovación, como prácticas de la cultura institucional, desde la Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL -DIJIN-, nos permiten estimular la producción intelectual de la investigación criminal y criminológica, con el fi n de aplicar distintas tecnologías sociales al servicio, para el mejor cumplimiento de sus responsabilidades, pero fundamentalmente para determinar prioridades relacionadas con la gestión de conflictos, consolidar redes de trabajo, racionalizar recursos y fortalecer la capacidad estratégica en campos del conocimiento inherentes a lo policial, teniendo en cuenta que el saber debe traducirse en mejores decisiones.

Es así como esta publicación es un homenaje a todas las víctimas del delito, es una hoja de ruta para prevenir y neutralizar escenarios provocados por la ilegalidad, contra la que lucha ese policía que ama la sabiduría; que observa, descubre, experimenta y establece la correlación entre la teoría y la verdad, al anhelar construir una sociedad en paz, más solidaria con la realidad de las víctimas, más visionaria ante la 10 transformación de las amenazas, menos indiferente ante el sacrificio de sus policías, teniendo en cuenta que la ciencia no es solo un conjunto de teorías y métodos; ella también vigoriza las concepciones éticas y estéticas del ser humano, como la razón de ser de los esfuerzos que integra nuestra Revista Criminalidad y nuestro mayor tributo a la profesión que hemos abrazado, a la autoridad que se nos ha delegado.

General Oscar Adolfo Naranjo Trujillo
Director general de la Policía Nacional de Colombia