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Revista Criminalidad
Print version ISSN 1794-3108
Rev. Crim. vol.58 no.1 Bogotá Jan./Apr. 2016
Boko Haram: análisis del fenómeno terrorista en Nigeria
Boko Haram: Analysis of the terrorist phenomenon in Nigeria
Boko Haram: análise do fenômeno terrorista na Nigéria
Francisco Javier Torregrosa López*
Rafael López Pérez**
David Garriga Guitart***
Nahikari Sánchez Herrero****
Ángel García Collantes*****
*Magíster en Criminología y Ciencias Forenses. Investigador en la Fundación Universitaria Behavior & Law, Alicante, España. javiertorregrosalopez@behaviorandlaw.com
**Doctor en Psicología. Presidente de la Fundación Universitaria Behavior & Law, Madrid, España. rlopez@behaviorandlaw.com
***Magíster en Mundo Árabe e Islámico. Analista de Terrorismo Yihadista, Fundación Universitaria Behavior & Law, Barcelona, España. dgarriga@behaviorandlaw.com
****Magíster en Seguridad. Especialidad en perfiles terroristas. Profesora de Crímina, Centro para el estudio y prevención de la delincuencia, Pamplona, España. nahikari.sanchez@crimina.es
*****Doctor en Derecho. Director de la Cátedra de Análisis de Conducta UDIMA - Fundación Universitaria Behavior & Law, Madrid, España. angel.garcia.c@udima.es
Para citar este artículo / To reference this article / Para citar este artigo: Torregrosa, F. J., Garriga, D., López, R., Sánchez, N. & García, A. (2016). Boko Haram: análisis del fenómeno terrorista en Nigeria. Revista Criminalidad, 58 (1): 67-79.
Fecha de recepción: 2015/11/10 Fecha concepto evaluación: 2016/01/16 Fecha de aprobación: 2016/02/16
Resumen
El terrorismo sufre cambios en la actualidad y evoluciona a la par que el resto del mundo. Boko Haram supone el ejemplo perfecto de un nuevo terrorismo emergente, alimentado por la globalización y la economía, pero fundamentado a su vez en pilares tan antiguos como el fanatismo religioso y los conflictos interculturales. En este artículo se trata de revisar las claves del nacimiento y desarrollo de este grupo terrorista: las características de su país de origen, los elementos que llevaron al surgimiento de este grupo terrorista, qué estrategias de asalto y financiación utiliza en la actualidad y cómo lleva a cabo Boko Haram: análisis del fenómeno terrorista en Nigeria Rafael López Pérez Doctor en Psicología. Presidente de la Fundación Universitaria Behavior & Law, Madrid, España. rlopez@behaviorandlaw.com Nahikari Sánchez Herrero Magíster en Seguridad. Especialidad en perfiles terroristas. Profesora de Crímina, Centro para el estudio y prevención de la delincuencia, Pamplona, España. nahikari.sanchez@crimina.es Ángel García Collantes Doctor en Derecho. Director de la Cátedra de Análisis de Conducta UDIMA - Fundación Universitaria Behavior & Law, Madrid, España. angel.garcia.c@udima.es Francisco Javier Torregrosa López Magíster en Criminología y Ciencias Forenses. Investigador en la Fundación Universitaria Behavior & Law, Alicante, España. javiertorregrosalopez@behaviorandlaw.com David Garriga Guitart Magíster en Mundo Árabe e Islámico. Analista de Terrorismo Yihadista, Fundación Universitaria Behavior & Law, Barcelona, España. dgarriga@behaviorandlaw.com su reclutamiento, así como su relación con otros grupos terroristas. Por último, con base en la teoría analizada, se realizará un análisis prospectivo sobre qué dirección es más probable que sigan sus acciones durante un futuro inmediato y a largo plazo. Las conclusiones alcanzadas por los autores indican que Boko Haram con probabilidad continuará creciendo y mejorando sus recursos y estrategias, gracias a su relación con Daesh, para finalmente ser fagocitado por este como parte de un proceso de expansión territorial.
Palabras clave: Terrorismo, religión, actos hostiles, organizaciones internacionales delictivas, política criminal (fuente: Tesauro de política criminal latinoamericana - ILANUD).
Abstract
Nowadays, terrorism is undergoing changes and evolving on par with the rest of the world. Boko Haram involves the perfect example of a new emerging terrorism not only nurtured by globalization and economy, but supported in turn on three ancient pillars as old as religious fanaticism, bigotry and intercultural conflicts. This article attempts to review the keys of this terrorist group's birth and development process like, among others, the features of their country of origin, the elements or factors leading to their emergence, what assault and financing strategies are they using today and how recruiting of new members is carried out, as well as their relationships with other terrorist groups. Finally, as based on the theory having been examined, prospective analyses will be made on what kind of orientation in their actions is more likely to be followed in an immediate future and in the long run. The findings reached by the authors suggest that there is a strong possibility that Boko Haram will continue to grow and improve the group's resources and strategies, thanks to its relationship with Daesh, but only to end up being swallowed by them -or should we say phagocyted- as part of a territorial expansion process.
Key words: Terrorism, religion, hostile acts, international criminal organizations, criminal policy (Source: Tesauro de política criminal latinoamericana - ILANUD).
Resumo
O terrorismo passa por mudanças na atualidade e evolui ao mesmo tempo o resto do mundo. Boko Haram supõe o exemplo perfeito de um novo terrorismo emergente, alimentado pela globalización e pela economia, mas baseado também como nos pilares tão antigos como o fanatismo religioso e os conflitos interculturais. Neste artigo tentase revisar as chaves do nascimento e do desenvolvimento deste grupo terrorista: as características do seu país de origem, os elementos que levaram ao surgimento deste grupo terrorista, as estratégias do assalto e do financiamento usa na atualidade e como realiza seu recrutamento, assim como sua relação com outros grupos terroristas. Finalmente, com base na teoria analisada, uma análise prospectivo será feita sobre a direção mais provável que sigam suas ações durante um futuro imediato e de longo prazo. As conclusões alcançadas pelos a autores indicam que Boko Haram com probabilidade continuará crescendo e melhorando seus recursos e estratégias, graças a sua relação com o Daesh, finalmente para ser fagocitado por este como parte de um processo da expansão territorial.
Palavras-chave: Terrorismo, religião, ato hostil, organizações internacionais criminosas, política criminal fonte : Tesauro de política criminal latinoamericana - ILANUD).
Introducción
La amenaza que representa el terrorismo en la actualidad no se limita solo a países aislados. La época en la que los grupos terroristas actuaban exclusivamente a nivel nacional (ETA en España, el IRA en Irlanda, Hamás en Palestina, etc.) parece haber quedado atrás, dejando paso al desarrollo del conocido como "terrorismo internacional", o aquel cuyas consecuencias comienzan a extenderse a diversos países (Jenkins, 1985: 4). De hecho, tanto las naciones occidentales como las orientales son víctimas hoy de multitud de actos criminales provocados por grupos terroristas con base en operaciones en territorios lejanos. Ejemplo de ello pueden ser los dos atentados de París sucedidos en el año 2015, o el perpetrado a un hotel español en Malí, también en ese año. Ante el fenómeno de la globalización, la tarea de combatir al terrorismo parece aumentar en dificultad, y se convierte en un problema mundial (Zaffaroni, 2007).
Existen grupos terroristas que, como parte de la percepción amenazadora que de los mismos se tiene, son estudiados de forma especial. Aquí podríamos incluir los ya conocidos ejemplos de Daesh o Al Qaeda. Sin embargo, debido a un menor nivel de amenaza inmediata o al limitado alcance de sus acciones, otros grupos terroristas menos destacados son obviados por parte de los investigadores. El presente análisis busca revisar el estudio de uno de estos grupos de carácter originalmente local, Boko Haram. El mismo, si bien puede no resultar una amenaza inmediata para el mundo occidental, para un conjunto concreto de países (en este caso, centroafricanos) representa un mal difícil de erradicar.
Contextualización sobre el terrorismo
"Si consideramos lo que ha sido el devenir de la humanidad en su dimensión sociopolítica, observaremos que el empleo de la fuerza física para anular la voluntad del otro ha sido una constante". Esta primera frase, elaborada por Sabucedo, Casal y Fernández (2001), es un punto de vista interesante para empezar a tratar el fenómeno conocido como terrorismo. Esto es así debido a que, a pesar de ser un tema que cobra fuerza en la actualidad, y pese a que el terrorismo se ha convertido en un problema global en los últimos años (Institute for Economics and Peace, 2014), no podríamos plantear que sea un tipo de delincuencia de reciente nacimiento.
Según la definición que realiza Schmid (1983), responsable del Departamento de Prevención del Terrorismo de las Naciones Unidas, el terrorismo "es un método de delincuencia en el cual víctimas, ya sean simbólicas o aleatorias, son convertidas en objetivo de la conducta violenta". A través del uso de la violencia sobre individuos concretos, otros miembros del grupo victimizado son asustados de manera crónica (de ahí el término "terror"). El propósito del terrorismo puede ser o la inmovilización de su objetivo con un fin de desorientarlo o provocar conformidad en el mismo, o bien lograr objetivos secundarios de demandas y atención, todo ello en una particular fusión de violencia y propaganda (Schmid, 2005). Sea con un propósito u otro, el objetivo siempre se trata de una población diana que no está directamente involucrada en la toma de decisiones (Enders & Sandler, 1995), con los fines ya citados de intimidación y coacción violenta. Además, lejos de ser una criminalidad "azarosa" y "descontrolada", como puede llegar a pensar una persona de a pie (Ruby, 2002), se trata de una modalidad de crimen totalmente organizado, con objetivos concretos y seleccionados de forma racional.
La principal consecuencia del terrorismo es el objetivo que lo caracteriza y por el cual lleva a cabo sus acciones: causar un daño psicológico en una sociedad y en sus individuos (Sullivan & Bongar, 2007), para conseguir cambios reivindicativos. Por supuesto, el miedo a ser víctima de un crimen puede dar lugar a consecuencias sin la necesidad de ser víctima directa del mismo (Pearson & Breetzke, 2014). Efectos sobre los pensamientos de un individuo, sobre sus percepciones y conductas, son solo algunos de los elementos que pueden producirse por la aparición del miedo. Se podría entender, por tanto, que el terrorismo no esté centrado en el acto de matar en sí, sino en el hecho de crear un temor que pueda llegar a tener un efecto más poderoso.
En estudios con población general sobre el miedo al delito, Vozmediano, San Juan & Vergara (2008) parecen demostrar que el nivel objetivo de delitos no tiene por qué guardar una relación directa con el nivel de miedo a los mismos. Y si bien es cierto que el constructo miedo al delito no engloba al terrorismo como tal (Serrano & Vázquez, 2007; Fernández, 2008), sí parece interesante entender cómo esta diferencia de percepción entre lo que ocurre y lo que se cree que ocurre puede llegar a afectar tanto a una sociedad. Porque si bien existe un porcentaje objetivamente bajo de criminalidad, pero la sociedad tiene la percepción de lo contrario, es probable que los ciudadanos consideren que hay un nivel mayor de criminalidad del que en realidad hay, y por tanto, se sentirá, pensará y actuará con base en sus creencias. Esto fue llamado "la falacia del drama" por Felson & Boba (2010), que denominaban así a la falsa creencia de que la criminalidad es mucho mayor de lo que realmente es. Podríamos plantear que es en esta creencia sobre la que se apoya el terrorismo, como medio de chantaje para conseguir asustar a una población y ver cumplidas sus reivindicaciones.
Otra consecuencia directa del terrorismo es el impacto sobre los individuos concretos, que provoca heridas, pérdidas y mortalidad. El índice de asesinatos por motivos de terrorismo crece de manera continua, especialmente a raíz de la aparición del Daesh. Como puede comprobarse, entre los años 2012 y 2013 hubo un gran aumento del número de muertes por causas relacionadas con el terrorismo, al pasar de cerca de 12.000 a casi 18.000 fallecidos, y concentrándose más del 80 % de las mismas en cinco países: Irak, Afganistán, Pakistán, Nigeria y Siria (Global Terrorism Index Report, 2014).
Las consecuencias indirectas del terrorismo, así como del miedo que este genera en la población, parecen diversas. Desde sentimientos xenófobos o racistas (Fekete, 2004), a la creación de legislaciones que no respetan las garantías del Estado de Derecho para aquellos considerados "enemigos" de la patria (Jakobs, 1985; Muñoz Conde & Hassemer, 2012), pasando por el recorte de libertades para individuos no criminales (EU Network of Independent Experts, 2003; Tsoukala, 2006), todas estas representan, por tanto, una adición a las consecuencias directas del terrorismo, pudiendo resultar a su vez en una amenaza para cualquier sociedad.
Sin embargo, ¿Qué ocurre cuando una sociedad no está preparada para hacer frente a este tipo de amenazas? ¿Qué sucede cuando no se encuentra bajo el amparo militar de un núcleo internacional? ¿Puede un país, por sí solo, hacer frente a la grave amenaza que representa el terrorismo?
Boko Haram
Nigeria: el desarrollo de un país inestable
Boko Haram tiene su foco principal de actuación en el país africano de Nigeria, hoy uno de los más poblados del mundo. Situado en el África occidental, cuenta con un sistema de gobierno propio de una república federal presidencialista. Antes una colonia británica y luego controlada por un régimen militar, el país finalmente logró el establecimiento de la democracia en el año 1999.
Nigeria se ha convertido en una economía potencialmente creciente desde principios del siglo XXI, dependiente de la extracción y exportación de petróleo (Gourley, 2012), resultando además un punto estratégico vital para los países occidentales, como "punta de lanza" para la pacificación de otros territorios africanos (Thomson, 2012). Sin embargo, pese a la ventaja que esto representa para el país, su economía todavía se encuentre tratando de afianzarse de forma definitiva, debido a diversos motivos: por un lado, y como defiende Adesoji (2011), a la nefasta influencia que el grupo terrorista Boko Haram tiene en ella (vid. el apartado "El impacto de Boko Haram"); por otra parte, a elementos de reparto no equitativo propios de la economía nigeriana y a su dependencia cada vez más exclusiva del petróleo (Gourley, 2012).
En contraposición a este rápido desarrollo, el país se caracteriza por no haber logrado superar problemas tradicionales existentes entre sus clases sociales (Shuriye & Huud, 2013), así como por ser víctima de la corrupción institucional (Lacey, 2012). Nigeria se encuentra, a su vez, bastante lejos de resultar un país igualitario (Gourley, 2012). De hecho, la mayor parte de la riqueza se suele concentrar en la parte sur del país (como veremos más adelante, Nigeria se encuentra dividida cultural e ideológicamente en dos partes, norte y sur), lo que provoca una gran crisis igualitaria entre los ciudadanos. ¿Por qué es así? Debido a la multiplicidad y diferencia entre las creencias de los grupos que la componen.
Desde hace años, es un país que se ha visto azotado por conflictos de carácter religioso y político internos (Adesoji, 2010), dada la diversidad de grupos étnicos e ideológicos que conviven en él. De hecho, resulta sencillo delimitar la división religiosa del país (Rogers, 2012), donde el norte ha sido por tradición territorio islámico, y el sur reporta una mayoría de creencias cristianas (donde queda patente la influencia del Reino Unido durante la colonización de este país), y deja un territorio central conocido como el Middle Belt, o "cinturón central", en el cual la convivencia es especialmente volátil entre estas dos grandes comunidades, sobre todo dado el hecho (nombrado en el párrafo anterior) de que el sur suele concentrar la mayor parte del poder económico. El posterior establecimiento de la democracia no ayudó a mejorar esta situación, sino que resultó en una crisis interna que se ha mantenido desde entonces. Todos estos elementos permiten hacerse una idea de la compleja situación en la que se encuentra Nigeria (Onuoha, 2010). Las dificultades económicas, políticas y sociales contribuyen, por tanto, a la inestable situación del país y a que arrastre diversos conflictos desde hace años.
Un análisis más en profundidad muestra que las diferencias entre las distintas comunidades, lejos de ser fundamentalmente debidas a un conflicto religioso, se relacionan más bien con la actuación política del gobierno del país (Walker, 2012), que ha provocado un quebrantamiento entre los distintos grupos. Además, la situación de inestabilidad provoca que el mismo tenga recursos limitados para hacer frente a las amenazas, lo que a su vez provoca que no se pueda actuar de forma preventiva (Walker, 2012). Por ello, en multitud de ocasiones el gobierno es incapaz de evitar la emergencia de elementos que resultarán en un problema para el país (Onapajo & Uzodike, 2012).
De hecho, y antes de la aparición de Boko Haram, tuvo lugar el surgimiento de otro grupo sectario, también de origen fundamentalista islámico, conocido como Yan Tatsine, dirigido a su vez por el predicador Maitatsine, que causó desórdenes durante unos meses en el territorio de Kano, a finales del siglo XX (Danjibo, 2009; Loimeier, 2012).
Todas estas características muestran cómo Nigeria, pese a estar desarrollándose de manera vertiginosa en materia económica, todavía se encuentra anclada en problemas internos sociales, que provocan que el país sea víctima de conflictos políticos y fundamentalismos religiosos (Onapajo & Uzodike, 2012). Son todos estos elementos de inestabilidad, en conjunto, los que parecen haber provocado el nacimiento del grupo terrorista Boko Haram.
Boko Haram: definición y origen
Como preámbulo para explicar el origen de este grupo terrorista, es conveniente señalar que, pese al tiempo que Boko Haram lleva actuando en Nigeria, actualmente parece complejo encontrar información fidedigna y consistente con la cual definir de manera definitiva al grupo terrorista. Walker (2012) señala que esto es debido a una multiplicidad de motivos, entre los cuales se encuentra la poca información que transmite la Policía sobre Boko Haram, que muchos oficiales y gente de alto rango en el país están comprados por el grupo, o que los servicios de seguridad en general se han mostrado "débiles" para hacer frente a la amenaza que representa este grupo terrorista.
Boko Haram, cuyo nombre se traduciría como "La educación occidental es un pecado" o "La educación occidental está prohibida", es un grupo militar fundamentalista islámico que opera en Nigeria desde el 2002, aunque se suele señalar el 2009 como punto de origen de este grupo (que coincide con el período a partir del cual comenzó a desarrollarse una actividad más intensa y cruenta por parte de este). Representa, a su vez, un movimiento cercano al salafismo (propio de otros grupos, como Al Qaeda), que propugna la vuelta a los orígenes teóricos del Islam (Mohammed, 2014).
Dentro de los principales objetivos políticoreligiosos de este grupo se encuentra el establecimiento de un Estado "puro", regido por las normas islámicas, dado que "consideran que los políticos del norte representan a los falsos musulmanes", así como la expulsión o supresión de las ideas occidentales del país. El grupo terrorista centra sus esfuerzos y ataques en la parte norte del país, donde se encuentra asentada la mayoría de la población musulmana, pero no por ello obvia el ataque a la población cristiana del sur. Podemos reforzar estas afirmaciones (Cook, 2011) con base en las declaraciones que el propio líder de Boko Haram, Muhammad Yusuf, manifestó a la cadena de noticias BBC:
(...) Hay prominentes predicadores islámicos que han visto y entendido que la educación occidental actual se mezcla con temas que van en contra de nuestras creencias en el Islam. Como la lluvia. Creemos que es una creación de Dios en lugar de una evaporación causada por el sol que se condensa y se convierte en lluvia. Como decir que el mundo es una esfera. Si va en contra de las enseñanzas de Alá, lo rechazamos. También rechazamos la teoría del Darwinismo (...)
¿Cuál es el origen exacto de este grupo? Loimeier (2012) apunta que su arranque más probable se encuentra en las disputas establecidas entre partidarios de la adopción de una educación occidental y sus detractores. En ambos casos, el objetivo era hacer frente al llamado "enemigo occidental", pero el modo de llevar a cabo esta resistencia despertaba desacuerdos entre dos grandes bandos. Por un lado, aquellos partidarios de adoptar este tipo de educación, guiados por Ja'far Mahmud Adam, defendían que para hacer frente a occidente, primero había que conocerles, para luego comenzar a "islamizar" sus instituciones. Por otro lado, los detractores de este planteamiento, guiados por Muhammad Yusuf, rechazaban este tipo de formación y educación, lo que posteriormente se convirtió en un rechazo a las instituciones nigerianas por su "arbitrariedad", sobre todo en lo referente a las fuerzas de seguridad del país. Si bien estas disputas se mantenían en la línea del simple debate teológico, finalmente en el 2003 las mismas evolucionaron en un conflicto abierto, cuando los partidarios de Muhammad Yusuf atacaron a las fuerzas de seguridad nigerianas. Esto terminó provocando que los medios de comunicación de Nigeria catalogasen a este grupo como "talibanes nigerianos" (etiqueta que fue adoptada con rapidez por los medios de comunicación occidentales). El uso de tecnología occidental por parte de Boko Haram (el grupo de Muhammad Yusuf) fue criticado por sus detractores, aunque el propio grupo no se posicionó ideológicamente sobre el tema, defendiendo que el uso de esta tecnología no iba en contra de los términos islámicos (como sí defendió Maitatsine en 1980).
Fue en el 2009 cuando Boko Haram mostró ser una mayor amenaza, tras enfrentarse a las fuerzas de seguridad nigerianas en cinco estados del norte del país, que dejó más de 1.000 muertos durante el conflicto (Loimeier, 2012). Esto, unido a la muerte de Muhammad Yusuf (que previamente había sido hecho prisionero), y al inicio del uso, por parte del grupo terrorista, de tácticas de guerrilla para enfrentar a las autoridades nigerianas (elemento característico de estos grupos), indican la fecha en la que se suele marcar el "nacimiento" de Boko Haram como grupo terrorista.
A lo largo de los últimos años, Boko Haram ha continuado sofisticando sus métodos para llevar a cabo los ataques, en parte amparado por su relación con otro grupo terrorista, Al Qaeda (Forest, 2012). A través de este, sus integrantes han recibido entrenamiento militar, así como en la creación y manejo de explosivos. De hecho, esta alianza, surgida entre ambas fuerzas terroristas, parece haber servido como medio para que la propia Al Qaeda vea ampliada su actuación en ciertos territorios africanos (Agbiboa, 2013a). Este avance, además, tiene otra lectura posible, y es la amenaza que puede representar para el resto de países del ámbito internacional que un grupo terrorista controle un país productor y exportador de petróleo (Agbiboa, 2013b).
Miembros y su captación
Para abordar la descripción de los miembros de la banda terrorista Boko Haram, podemos adoptar dos perspectivas: la del origen y perfil de los miembros, y la de su captación para las actividades terroristas.
En referencia a la primera cuestión es conveniente señalar la dificultad de tratar de contabilizar cuántos miembros posee Boko Haram hoy. En algo en lo que sí coinciden los expertos, sin embargo, es en señalar que la mayor parte de los mismos proceden de Nigeria (Oftedal, 2013), si bien es cierto que actualmente también existe una minoría de miembros procedentes de otros países, como pueden ser Chad o Sudán (Onuoha, 2012).
El fenómeno de la captación de miembros en organizaciones relacionadas con el terrorismo parece atraer a dos principales tipos de miembros: aquellos que se encuentran con sus necesidades básicas no cubiertas o sufren privación relativa, y los que tienen necesidades de identidad y de realización personal. Por norma general, el primer grupo conforma la mayor parte de los miembros de Boko Haram: jóvenes sin afecto por su país, desempleados, etc. (Walker, 2012). Además, muchos de los individuos atraídos fueron hijos de personas reconocidas del norte de Nigeria, mientras que también se captó a refugiados de las guerras en Chad y a nigerianos sin trabajo que se sentían atraídos por la causa.
El segundo grupo es el más explotado en el caso de la Yihad islámica, donde muchos individuos se asocian a la misma en busca de una reafirmación de su identidad o de una realización personal (Trujillo, Moyano, León, Valenzuela & González-Cabrera, 2006). Profesores universitarios, banqueros, élites políticas e inmigrantes de otros países (Agbiboa, 2013a) forman una parte imprescindible de este grupo, e incluso corren rumores de que posibles personajes con altos cargos en la sociedad nigeriana podrían estar financiando en secreto al grupo (Oftedal, 2013). Esto puede ser producto del desencanto con la política del propio país, hacia la cual se elevan constantes críticas desde la sociedad. De hecho, el 28 de marzo del 2015, día de las elecciones, hubo atentados reivindicados por Boko Haram. Los problemas relacionados con la corrupción, los conflictos sociales y las ideas fundamentalistas religiosas (como se citaba anteriormente) parecen ser los que permiten hacer funcionar a Boko Haram.
En lo que respecta a los métodos de captación, uno de los instrumentos más utilizados para contactar con posibles miembros parece ser la internet (elemento compartido por otras organizaciones terroristas, que la utilizan como medio de adoctrinamiento y de captación). De hecho, y con base en estudios realizados (Gutiérrez, 2012), muchos adolescentes aprovechan el amparo del anonimato de internet para informarse sobre este tipo de radicalismos. Un perfil bastante común del individuo captado por una organización terrorista es precisamente este: jóvenes, procedentes o habitantes de países árabes, muy interesados por la tecnología y a su vez por el islamismo radical (Gutiérrez, 2012).
También se utiliza el impacto que crean los propios grupos terroristas como propaganda a través de los medios de comunicación, así como los videos para promocionar sus acciones (Sánchez, 2010).
En resumen, es posible asegurar que, en lo que a captación se refiere, Boko Haram parece alimentarse de los individuos insatisfechos con la situación política y religiosa de su país, sin distinción de poder económico o nivel educativo, a los cuales se atrae a través de medios propagandísticos de corte idealista, con el fin de hacer crecer un sentimiento radicalizado contra Nigeria.
Métodos de actuación
El modus operandi (o método de actuación) que ha tenido la banda terrorista Boko Haram parece haber sufrido modificaciones a lo largo de los años, al evolucionar hasta refinar sus métodos. Al inicio los ataques del grupo terrorista se centraban en asaltar a individuos y poblaciones cristianas, en agresiones relativamente "simples", con el uso de armas cortas. Luego, comenzarían a añadir otro tipo de armas, como los cocteles molotov, y de pequeños explosivos improvisados (Okpaga, Chijioke, & Eme, 2012); evolucionaron después al uso de explosivos más complejos en atentados suicidas y armamento militar. Este, que parece proceder del comercio transnacional, podría indicar que Boko Haram se ve beneficiado del que realiza con el extranjero a la hora de conseguir sus recursos (Oftedal, 2013).
Por otro lado, y como ya se ha señalado, las técnicas de Boko Haram pasan por la utilización, al igual que otros grupos terroristas (Laqueur, 1996), de tácticas de guerrilla, elementos que poco a poco evolucionan hasta incluir también ataques suicidas y asesinatos en masa de objetivos poblacionales. Llegado el 2010, Boko Haram había modificado sus tácticas lo suficiente como para resultar totalmente impredecible en sus actuaciones (Mohammed, 2014), y aumentar su peligrosidad de tal modo que el conflicto resultante, en la actualidad, podría ser considerado una guerra civil propiamente dicha (Cook, 2014). Además, este autor engloba las tácticas en las que se ha especializado este grupo terrorista en dos tipos: asaltos individuales o en grupos pequeños, que incluirían acciones como disparar desde vehículos y huir, asesinatos, terrorismo suicida, etc., y ataques masivos a poblaciones relativamente indefensas, de una manera muy rápida (también en muchas ocasiones ha usado vehículos), en las que ha masacrado o raptado. Este último elemento es en especial característico, dado que a partir del 2013 (Zenn & Pearson, 2014) Boko Haram comienza a utilizar la táctica de raptar a la población, con el fin de darle un uso instrumental, ya fuera para intercambiarla por otros rehenes, utilizarla como sirvientas, venderla, etc. A su vez, a lo largo de los años de conflicto, muchas mujeres cristianas han sido raptadas, usadas con fines sexuales, torturadas y asesinadas. Las estadísticas señalan que el 45 % de las muertes provocadas por los terroristas de Boko Haram son mujeres cristianas y niños (Zenn & Pearson, 2014).
Parece que una parte primordial de los objetivos de este grupo terrorista es realizar agresiones constantes contra la cultura occidental, lo cual se ha visto representado en la quema de colegios, de edificios del gobierno y de centros de Policía. Sin embargo, conviene señalar que, al contrario que otros grupos terroristas (como puede ser Al Qaeda), Boko Haram no ha atacado a otros países occidentales (Walker, 2012).
En resumen, y debido a la progresiva pérdida de sus miembros más antiguos e introducción de nuevos seguidores, Boko Haram parece haber comenzado a modificar sus estrategias y estilo de actuación (Mohammed, 2014), centrándose más en el secuestro (un estilo previamente rechazado, pero hoy aceptado por el propio grupo). Además, dadas sus raíces provenientes del salafismo yihadista, suele ser difícil negociar con ellos, aunque en ocasiones ha habido ciertos acercamientos por parte del grupo hacia el diálogo con el gobierno (Adeyemi, 2014). Además, según los distintos servicios de inteligencia, Boko Haram habría recibido grandes sumas de dinero procedentes de otros grupos islamistas, como Al Qaeda o Daesh, y haber sido entrenado por este grupo en tácticas de guerra urbana y asaltos suicidas (Okpaga et al., 2012).
El impacto de Boko Haram
Pese a tratarse de un grupo que actúa tan solo en los límites de Nigeria o sus países vecinos (Walker, 2012), el impacto que representa la amenaza de Boko Haram ha comenzado a trascender hasta alcanzar a otros países, gracias posiblemente al seguimiento realizado por los medios de comunicación.
Lo primero que se puede extraer de las actuaciones de este grupo terrorista es el impacto que tienen sus acciones en cuestión de víctimas y heridos. Así, y como recoge el Global Terrorism Index del 2014 (Institute for Economics and Peace, 2014), las acciones terroristas de Boko Haram dejaron en el 2013 un total de casi 1.600 muertos. En la tabla 1 podemos encontrar ejemplos del coste en pérdidas humanas relacionados con este grupo.
Sin embargo, y pese a la contundencia de los datos de mortalidad, las consecuencias respecto al número de muertos y heridos no son las únicas que este grupo ha provocado. Así, tal y como señalan Eme & Ibietan (2012), la actividad de Boko Haram está cambiando gradualmente la estructura económica de toda la parte norte de Nigeria. Tal y como lo explica Niyi Ajao, director ejecutivo del área de tecnología del Nigeria Inter-Bank Settlement System Plc, el hecho de que los medios de comunicación se hayan modernizado tanto provoca que, en el momento en que haya un accidente, las imágenes sean vistas en todo el mundo. Esto afecta en forma grave la actitud de los inversores frente a Nigeria. Conociendo la situación de inestabilidad en la que se encuentra su país, en multitud de ocasiones estos no llevan a cabo inversiones en el mismo. Si esto se suma al coste de la destrucción de infraestructuras debido a los ataques de Boko Haram y a la guerra que se libra en los distintos territorios nigerianos, puede entenderse que Nigeria sea incapaz de desarrollarse. Ayegba (2015) señala, además, que probablemente parte de las causas del desempleo y la pobreza presentes se deban a la inseguridad que tiene el país (más que a la falta de recursos que explotar).
Otra consecuencia parece ser que la imagen de Nigeria frente al resto de países se ha visto seriamente perjudicada, dada su situación inestable. Así, ciertos países, como EE. UU. o el Reino Unido (Adeyemi, 2014), han llegado a proclamar como inseguro al país, y a declarar además a Boko Haram como una amenaza creciente. Es lógico pensar, por tanto, que los propios habitantes de Nigeria muestran su desconfianza hacia la clase política que los lidera, ante la larga oleada de problemas que los azotan. Estos problemas, a su vez, han tenido otras consecuencias, como la reducción de personas que viajan a Nigeria (según el índice de pasajeros desde Europa, de noviembre del 2012, en Adeyemi, 2014).
Reflejo de lo ya comentado es la reacción de la opinión pública ante los secuestros realizados por Boko Haram en Chibok (2014), los cuales movilizaron a la comunidad internacional, que lanzó una campaña de rechazo a modo de respuesta contra la banda terrorista. Hoy todavía se desconoce el destino de muchas de las mujeres que fueron secuestradas ese día.
Relación con otros grupos terroristas
Planteadas las características de Boko Haram, y antes de concluir esta explicación sobre la estructura de la banda terrorista, es necesario incluir una breve referencia a las relaciones que ha mantenido con otros grupos internacionales.
Como se ha citado anteriormente, Boko Haram parece ser bastante similar a la secta Yan Tatsine, la cual nació en Nigeria 20 años antes de la aparición de Boko Haram. Podemos comprobar cómo existen características que unen a estos grupos: ambos fueron en origen sectas islámicas fanáticas contrarias a la política de la mayoría musulmana de Nigeria (derivándose Boko Haram en un grupo terrorista), han mostrado su total rechazo hacia la cultura occidental, consiguieron comprometer la seguridad del país a raíz del conflicto provocado, etc. (Adesoji, 2011). Podríamos plantear, por tanto, que Yan Tatsine (bajo el mando de Maitatsine) actuó como precedente histórico e ideológico de lo que posteriormente sería el grupo terrorista Boko Haram.
Por otra parte, Gourley avisaba, en un artículo de la revista Global Security Studies en el año 2012, que la unión entre Boko Haram y Al Qaeda era inminente, y que la misma sería llevada a cabo "en un año o dos, dada la información disponible" (Gourley, 2012: 10). Pese a que esto demostró no ser del todo certero (finalmente, la unión de Boko Haram se produjo con el Estado Islámico, o Daesh), sí resultó ser una precisión importante a la hora de predecir qué paso daría Boko Haram. Aunque esta alianza no se cristalizó en una unión definitiva, esto no impidió que ambos grupos se beneficiasen el uno del otro. De hecho, Al Qaeda y Boko Haram han mantenido durante su existencia una relación de apoyo mutua. Así, Al Qaeda ha apoyado a Boko Haram con entrenamiento y recursos, elementos que han permitido a este último desarrollar y mejorar sus métodos para mantener su presencia en Nigeria, mientras que Boko Haram ha permitido que Al Qaeda amplíe su área de actuación (Gourley, 2012).
Por último, es importante mencionar que en el 2014 Boko Haram juró lealtad al califato formado por el Daesh; su actual líder (Abu Bakar Shekau) defiende que el Daesh era un referente para las actuaciones de la banda terrorista nigeriana. Originalmente una escisión de la banda terrorista Al Qaeda, hoy Daesh, controla un amplio territorio extendido entre las regiones de Siria e Irak (Moreno, 2014). La unión entre estos dos grupos, por supuesto, supone un duro golpe a la lucha antiterrorista y antiyihadista, dado que, si bien el Daesh representa una amenaza internacional más evidente que el propio Boko Haram, juntos podrían constituirse en un problema mayor.
Análisis prospectivo
A continuación se presenta el análisis prospectivo basado en la información planteada anteriormente, con el objetivo de establecer hipótesis sobre el rumbo que tomará Boko Haram bajo la óptica de los autores.
Boko Haram a corto plazo
El aspecto clave para analizar a corto plazo sobre la situación de Boko Haram es qué resultado tendrá su relación con Daesh, la cual probablemente condicionará el futuro de la organización nigeriana. Así, y fruto de esta relación, podemos señalar diversos puntos de partida que afectarán las características de este grupo:
• Mejora de recursos y metodología. El Daesh obtiene los recursos para financiar sus actividades de varias fuentes, como señala Moreno (2014): donaciones, secuestros (esto practicado antes por Al Qaeda y asumido por Boko Haram posteriormente), robos y asaltos, venta de recursos energéticos, impuestos para cristianos, etc. Mención especial requiere la venta de recursos energéticos, dado que Boko Haram proviene de un país exportador de petróleo. Esto podría ser uno de los motivos por los que Daesh se haya interesado por Boko Haram, con vistas a una posible nueva fuente de financiación. Boko Haram, por tanto, puede verse ampliamente beneficiado, en lo que a recursos se refiere, a través de su relación con Daesh. Así, se podría crear una relación similar a la mantenida entre Boko Haram y Al Qaeda, con Daesh suministrando al grupo terrorista entrenamiento en nuevas tácticas de combate, así como recursos para financiar sus actividades, mientras que Boko Haram sería un representante de los ideales del Daesh en África occidental, y posible medio de obtención de los recursos del país.
• Ampliación de horizontes. Si bien es lógico que el Daesh puede tener intereses en Boko Haram, a raíz de su necesidad de ampliar su área de actuación, la unión entre estos dos grupos podría provocar que Boko Haram comenzase a expandir sus actividades más allá de la propia Nigeria y afectara a los países limítrofes, incluso organizando atentados en territorio occidental. Esto, por supuesto, representaría un severo problema internacional.
• Aumento de miembros y captación. Esto se deduce de una simple suma logística: a mayor unión, más individuos para repartir entre los distintos territorios. En este punto, Boko Haram se ve mucho más beneficiado que el propio Daesh, dado que el segundo es más numeroso y, por tanto, tiene más capacidad para aportar capital humano al grupo de Nigeria. Además, el hecho de que Boko Haram haya proclamado lealtad a Daesh provocará que muchos individuos del área de África occidental, radicalizados, encuentren en Boko Haram un refugio desde el cual apoyar el establecimiento de un califato global.
Por supuesto, la sumisión de Boko Haram al Daesh también podría representar ciertas desventajas para este grupo. E. g., la respuesta de la comunidad internacional podría no hacerse esperar. Una vez que ciertos países occidentales vean su seguridad puesta en riesgo por esta unión, es probable que no tarden en poner en marcha un dispositivo de intervención en Nigeria, ampliando el frente existente contra la amenaza del Daesh. Esto puede significar para Boko Haram un nuevo frente, que pondrá a prueba la resistencia de este grupo terrorista contra la sofisticación de las fuerzas de otros países occidentales.
Por otra parte, al ser un socio menor, Boko Haram corre el peligro de ser fagocitado por el Daesh, provocando así la desaparición teórica del mismo. Si bien esto es poco probable que suceda a corto plazo, es una posibilidad que debe ser tenida en cuenta.
Expuestos todos estos hechos, puede intentar establecerse qué rumbo seguirá Boko Haram a corto plazo (en torno a los dos primeros años). Existe la posibilidad de que la nueva fuerza que le aporta su relación con el Daesh resulte en un empuje para las actividades de este grupo en Nigeria, lo cual puede complicar más la ya de por sí grave situación de inestabilidad del país, provocando incluso (como se citaba) una guerra civil (Cook, 2014). Con la comunidad internacional centrada en la amenaza que supone Daesh (sobre todo a raíz de los últimos ataques que ha sufrido Occidente a manos de este grupo), la actuación en Nigeria podría retrasarse lo suficiente como para prolongar esta situación de crisis en el país africano (probablemente extendiéndose también a los países vecinos). Es posible que no haya una reacción lo bastante sólida contra Boko Haram, hasta que estos provoquen un ataque en territorio occidental (o contra objetivos occidentales), o bien un ataque cuya magnitud provocase una gran conmoción a través de los medios de comunicación (recordemos la reacción del mundo ante los secuestros de Chibok). Para entonces, puede suceder que Daesh ya haya visto extendidas sus raíces en el territorio africano, lo cual provocaría una guerra abierta con dos frentes.
Boko Haram a largo plazo
A continuación presentamos una estimación de la actuación de Boko Haram en un plazo de aproximadamente diez años, basados en el análisis ya planteado.
En primer lugar, es probable que el grupo terrorista Boko Haram haya desaparecido como tal para dentro de diez años, habiendo sido finalmente fagocitado por el Daesh. Habrá pasado, por tanto, a convertirse en el brazo africano de este grupo, aunque eso no signifique la desaparición de su actividad en Nigeria.
En segundo lugar, es probable que se haya cometido algún atentado por parte de Boko Haram en suelo occidental, lo cual habrá atraído la atención de otros países, lo que a su vez podría desembocar en una intervención armada en territorio nigeriano. Además, Boko Haram habrá llevado a cabo una extensión definitiva de sus actividades a otros países de África, más allá de sus directamente limítrofes.
En tercer lugar, la inestabilidad económica provocada en Nigeria por el conflicto con Boko Haram, sumada a la compleja situación social del país, podría desembocar en la imposibilidad de lograr un desarrollo económico sostenido y en el aumento de las desigualdades sociales en sus habitantes.
Es probable que el gobierno haya sufrido varios intentos de desmantelamiento, gracias al apoyo del Daesh a los radicales nigerianos, lo cual podría desembocar en el decreto de una ley marcial. Por supuesto, la corrupción de las clases dirigentes de la sociedad nigeriana no disminuirá, y provocará, junto con la situación de inestabilidad, el interés de los jóvenes por pasar a engrosar las filas de Boko Haram (o del Daesh).
En conclusión, sea bajo el mismo nombre o como extensión del Daesh, Boko Haram se podría ver fortalecido por la alianza establecida, aumentando sus recursos, su efectividad, sus miembros y la amenaza que representa.
Conclusiones
En opinión de Pérez (2014), el problema que representa el terrorismo se relaciona con una disputa cultural que históricamente es arrastrada desde hace siglos, y que en este momento se cristaliza en la aparición de una guerra librada en distintas partes del mundo y a pequeña escala, motivo por el cual todavía no nos hemos dado cuenta de lo real que es.
Quizá no esté tan alejado de la realidad hablar de que el terrorismo y la lucha contra el mismo pueden estar representando una auténtica "guerra encubierta".
No hay más que comprobar la información existente sobre los países que mayor impacto han sufrido por el terrorismo en el año 2014 (vid. imagen 1), para observar la realidad que actualmente nos ocupa en temas de terrorismo.
Como se puede observar en esta representación, el mayor impacto del terrorismo se sufre en aquellos países que se enfrentan al terrorismo islamista radicalizado (como citábamos al principio, Nigeria está entre estos, añadiendo además a Irak, Afganistán, Pakistán, etc.). Si se trata de adoptar una visión más específica de los datos, es posible comprobar cómo la mayor parte del terrorismo se concentra en Asia y en África, también caracterizados por la presencia del terrorismo islamista en su territorio. Otros países se han visto afectados indirectamente por este terrorismo, como puede ser EE. UU.
De lo que no cabe duda, teniendo en cuenta los datos objetivos y entrando ya en la pura reflexión, es que el terrorismo (en cualquiera de sus formas) afecta cada vez a un mayor número de países, ya sea debido a amenazas globales (como Daesh) o en pequeña escala (como Boko Haram). El miedo y la inseguridad ciudadana provocan que se tomen medidas para lograr frenar este tipo de terrorismo, pero evitar la entrada de terroristas por las fronteras no representa sino una solución a corto plazo. El auténtico problema sigue encontrándose en los distintos países que se ven azotados constantemente por este tipo de criminalidad. Nigeria es solo uno de estos, un ejemplo de cómo un país con posibilidades económicas positivas puede verse frenado y boicoteado por la presencia de amenazas como la de Boko Haram.
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