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Revista Criminalidad

Print version ISSN 1794-3108

Rev. Crim. vol.63 no.3 Bogotá Sep./Dec. 2021  Epub Mar 13, 2021

https://doi.org/10.47741/17943108.306 

ESTUDIOS CRIMINOLÓGICOS

La internacionalización de las redes de tráfico de migrantes entre México y Estados Unidos

The internationalization of migrant smuggling networks between Mexico and the Unites States

A internacionalização das redes de contrabando de migrantes entre o México e os Estados Unidos

Simón Pedro Izcara-Palacios1 
http://orcid.org/0000-0003-0523-305X

1 Doctor en Sociología, Profesor-investigador, Unidad Académica Multidisciplinaria de Ciencias, Educación y Humanidades, Universidad Autónoma de Tamaulipas, Tamaulipas, México sizcara@uat.edu.mx


Resumen

Este artículo, sustentado en entrevistas conducidas entre los años 2008 y 2019 con 192 traficantes de migrantes, tiene como objetivo analizar el proceso de internacionalización de las redes de tráfico de migrantes entre México y Estados Unidos. Este trabajo comienza estudiando de modo comparativo los trabajos de los teóricos que subrayan que las redes de tráfico de migrantes han experimentado un creciente grado de complejizarían, deslocalización e internacionalización, y los de aquellos que señalan que estas redes no han sufrido cambios significativos. A continuación, se describe el método y a los actores entrevistados. Más adelante, los resultados de esta investigación indican que entre los años 2008 al 2019 se pasa de un predominio de las redes locales a una preponderancia de las redes internacionales. En las primeras migrantes y polleros están unidos por lazos de paisanaje y amistad. En las últimas no existen vínculos entre estos actores. Finalmente, se concluye que las redes internacionales presentan un mayor riesgo para los migrantes ya que si sucede algún percance las familias de los migrantes no pueden pedir explicaciones ni hacer responsables a los traficantes.

Palabras clave: Tráfico de migrantes; traficantes de migrantes; empleadores; México; Estados Unidos

Abstract

This article, based on interviews with 192 migrant smugglers conducted between 2008 and 2019, aims to analyze the process of internationalization of migrant smuggling networks between Mexico and the United States. This paper begins by comparatively studying the work of theorists who stress that migrant smuggling networks have undergone a growing degree of complexity, delocalization and internationalization, and those who point out that these networks have not suffered significant changes. Next, the method and the actors interviewed are described. Thereafter, the results of this research indicate that between 2008 and 2019 it went from a predominance of local networks to a preponderance of international networks. In the former migrants and smugglers are united by bonds of countryman ship and friendship. In the latter there are no links between these actors. Finally, we conclude that international networks pose a higher risk to migrants because if any mishap occurs to them the families of migrants cannot ask for explanations or hold smugglers accountable.

Keywords: Migrant smuggling; migrant smugglers; employers; México; United States

Resumo

Este artigo, baseado em entrevistas realizadas entre 2008 e 2019 com 192 contrabandistas de migrantes, tem como objetivo analisar o processo de internacionalização das redes de contrabando de migrantes entre o México e os Estados Unidos. Este trabalho começa estudando comparativamente o trabalho dos teóricos que enfatizam que as redes de contrabando de migrantes têm experimentado um grau crescente de complexidade, realocação e internacionalização, e aqueles que apontam que essas redes não sofreram mudanças significativas. O método e os atores entrevistados são descritos abaixo. Posteriormente, os resultados desta pesquisa indicam que entre 2008 e 2019 há predominância das redes locais para uma preponderância das redes internacionais. Nos primeiros migrantes e polleros estão unidos por laços de paisanaje e amizade. Neste último, não há ligações entre esses atores. Por fim, conclui-se que as redes internacionais representam um risco maior para os migrantes, uma vez que, se algum acidente acontecer, as famílias de migrantes não podem pedir explicações ou responsabilizar os contrabandistas.

Palavras-chave: Contrabando de migrantes; contrabandistas de migrantes; empregadores; Estados Unidos

Introducción

Las políticas restrictivas de la inmigración en Estados Unidos inauguraron una nueva actividad: el tráfico de migrantes. Quienes no podían entrar legalmente en el país demandaron la ayuda de traficantes para entrar de modo subrepticio. La ley de exclusión de los chinos de 1882 incentivó el tráfico humano tanto a través de los puertos de Ensenada, Guaymas y Mazatlán, como a través de la Columbia Británica (Gómez, 1990, p. 133). Asimismo, las restricciones a la migración europea en 1921 y 1924 impulsaron el tráfico de europeos a través de México (Andreas, 2011, p. 141). Igualmente, la creación de la Patrulla Fronteriza en 1924 hizo que algunos migrantes mexicanos comenzaran a demandar los servicios ofrecidos por guías locales para esquivar la vigilancia fronteriza.

Los traficantes que se dedican profesionalmente a esta actividad buscan lograr una alta tasa de éxito para que los migrantes que llegan al destino los recomienden con parientes, amigos, conocidos y paisanos. Esto les permite cobrar tarifas altas. Los traficantes dedicados a tiempo parcial a esta actividad operan de manera más esporádica y cobran tarifas más bajas (Izcara, 2013, p. 115). Aunque, pueden diferenciarse dos grupos con agendas opuestas. Unos no persiguen un afán de lucro, mientras que otros buscan engañar a los migrantes para quedarse con su dinero (Izcara, 2017a, p. 20). Los primeros son aquellos que García (2013, p. 265) denomina “polleros sociales”, que conducen ocasionalmente a parientes y amigos hasta Estados Unidos sin recibir una retribución económica. Los segundos forman parte de lo que Spener (2009, p. 155) define como falso coyotaje. Aquí están quienes convencen a sus clientes ofreciéndoles tarifas más económicas, pero huyen con el dinero de los primeros. Algunos les conducen durante una parte del camino y luego les abandonan (García et al., 2007, p. 105; Hagan, 2008, pp. 77, 114). Otros utilizan el engaño para secuestrarlos, o se asocian a bajadores para robarles (O’Leary, 2009, p. 28; Slack, 2019, p. 54). Otros simplemente carecen de experiencia y son incapaces de conducir a los migrantes hasta el punto de destino.

Los medios de comunicación y las autoridades caracterizan a los traficantes de migrantes como un grupo monolítico definido por valencias negativas (Torre, 2018, p. 168). Sin embargo, los migrantes tienen una apreciación distinta. Estos últimos diferencian entre los traficantes buenos y los malos (Hagan, 2008, p. 77; Izcara, 2018, p. 94), y no son infrecuentes las historias que relatan la conducta heroica de los coyotes (Hagan, 2008, p. 78). Asimismo, entre los académicos que estudian el tráfico de migrantes predomina un rechazo al lenguaje estandarizado de Palermo. Los vocablos tráfico de migrantes y traficante son considerados excesivamente peyorativos y tienden a restringirse a los contextos y situaciones de abuso. Para definir las situaciones donde traficantes y migrantes son copartícipes de alianzas estratégicas, los términos coyotaje o facilitadores del cruce fronterizo, parecen más adecuados. Sin embargo, tráfico de migrantes y traficante constituyen los únicos términos legales válidos para designar los diferentes vocablos. Por lo tanto, en este texto los términos coyotaje y tráfico de migrantes, así como coyote, pollero, guía o traficante, aparecen utilizados de modo indistinto.

Este artículo, sustentado desde el punto de vista metodológico en entrevistas realizadas entre los años 2008 y 2019 con 192 traficantes de migrantes, parte de la siguiente pregunta de investigación: ¿En el periodo 2008-2019 se ha producido un proceso de deslocalización e internacionalización de las redes de tráfico de migrantes entre México y Estados Unidos? Por otra parte, el objetivo perseguido en esta investigación es examinar el proceso de internacionalización de las redes de tráfico de migrantes entre México y Estados Unidos. En primer lugar, se examinan de modo comparativo los trabajos de los teóricos que subrayan que las redes de tráfico de migrantes han registrado un creciente grado de complejización, deslocalización e internacionalización, y los de aquellos que señalan que estas redes no han sufrido cambios sustanciales. Después, se describe el método y a los actores entrevistados. Mas adelante, se presentan los resultados de esta investigación, que indican que entre los años 2008 al 2019 se pasa de un predominio de las redes locales a una preponderancia de las redes internacionales. Finalmente, se concluye que las redes internacionales presentan un mayor riesgo para los migrantes.

Las redes de tráfico de migrantes en la frontera México-estadounidense

López (1997) en un estudio realizado durante la segunda mitad de los años noventa sobre el tráfico de migrantes en México distinguió tres grupos: (1) los coyotes locales del interior; (2) los coyotes locales de la frontera, y (3) el negocio del coyotaje fronterizo. El primer grupo operaba a través de redes locales, que transportan a 5 o 6 migrantes procedentes de la localidad de origen del propio coyote. O’Leary (2012, p. 149) los define como “coyotes comunitarios”. El segundo grupo operaba en redes vagamente estructuradas. El último grupo se caracterizaba por un proceso de deslocalización, una ocupación a tiempo completo, un desconocimiento de sus clientes y el cobro de tarifas más elevadas. Mientras los coyotes locales transportaban a paisanos, familiares, amigos y conocidos, el negocio del coyotaje fronterizo se caracterizaba por una ausencia de vínculos entre coyotes y migrantes. Martínez (2016, p. 109) en una investigación conducida entre el 2007 y el 2009, en la que fueron entrevistados 415 migrantes, encontró que estos hacían un 50% más uso del negocio del coyotaje fronterizo que de los coyotes locales del interior.

Los teóricos que subrayan que las redes de tráfico de migrantes han sufrido un mayor grado de complejizarían, deslocalización e internacionalización, pasándose de un predominio de los coyotes locales del interior al del negocio del coyotaje fronterizo, presentan una opinión peyorativa de esta actividad. Para estos académicos la implementación de los operativos Bloqueo, Guardián, Salvaguarda y Río Grande en los años noventa condujo a un proceso de internacionalización de las redes de tráfico de migrantes, e hizo que languidecieran los coyotes locales del interior (Aquino, 2012, p. 20; Núñez & Carrasco, 2005, p. 635; O’Leary, 2012, p. 153). Asimismo, condujo a una convergencia entre el tráfico de migrantes y el narcotráfico (González, 2009, 54; Lee, 2018, p. 227; Shelley, 2012, p. 248), ya que los cárteles “utilizaron su infraestructura y rutas de tráfico de drogas para trasladar migrantes indocumentados” (Carrasco, 2013, p. 178). Según Andreas (2009, p. 121) el reforzamiento del control fronterizo condujo a la sustitución de los coyotes locales por traficantes profesionales, mejor organizados, y al dominio de este negocio por grupos criminales internacionales, transformándose la inmigración irregular en un problema de crimen organizado. Para Slack y Whiteford (2013, p. 201) la guerra contra las drogas hizo que los cárteles incursionasen en el negocio de la migración irregular. Para Hiemstra (2019, p. 55) el Plan Frontera Sur condujo a un incremento de las actividades ilícitas: el tráfico de migrantes, el contrabando de drogas, las adopciones ilegales y el tráfico sexual. Es decir, a medida que se implementaron políticas migratorias más restrictivas, el tráfico de migrantes se habría transformado en un negocio más deslocalizado, internacionalizado y violento (Lee, 2018, p. 230). Esto se traduciría en un incremento de la mortandad en la frontera (Slack et al., 2016, p. 9). Estos académicos culpan a los polleros de poner en riesgo la vida de los migrantes. Estos son acusados de ser partícipes de asaltos y secuestros o de abandonar a los migrantes en el desierto (García et al., 2007, p. 104; Guerette & Clarke, 2005; Martínez, 2016, p. 112; París, 2016, p. 166; Slack, 2019, p. 53). Por otra parte, estos teóricos sostienen que la internacionalización y deslocalización de las redes de tráfico humano va acompañada de una transformación del migrante en una mercancía, de modo que su cuerpo, sus órganos y su sexualidad son mercantilizados (París, 2016, p. 163; Torre, 2018, p. 164).

Para Núñez y Carrasco (2005, p. 634) la figura del pollero local predominante en las décadas del sesenta y ochenta se transforma en los noventa en un delincuente del crimen organizado. Martínez (2010, p. 141) sitúa a comienzos de siglo el declive de la figura del “coyote-amigo”. O’Leary (2012, p. 136) dice que los coyotes no siempre han mercantilizado a los migrantes. La autora muestra cierta nostalgia hacia la figura de los “coyotes comunitarios” unidos a los migrantes por relaciones de confianza, que contrapone a las redes de traficantes deslocalizados e internacionalizados, que se parecen a mafias. Menjívar & Abrego (2012, p. 1397) dicen que ahora los coyotes son miembros de redes sofisticadas ligadas a los cárteles de la droga. París (2016, p. 167) señala que “los antiguos coyotes son absorbidos por grandes empresas de tráfico de personas o por las propias organizaciones criminales”. Como consecuencia, la imagen del coyote, que en la cosmovisión de los migrantes tenía valencias positivas, se transforma en una figura negativa (París, 2016, p. 166). Según Lee (2018, p. 222) durante las dos últimas décadas del siglo XX los migrantes se sentían seguros porque eran transportados por coyotes locales bien conocidos en sus comunidades. Estos tenían un interés en la seguridad de los migrantes ya que habían sido recomendados por amigos y familiares que fueron conducidos anteriormente hasta Estados Unidos. Sin embargo, durante las dos últimas décadas fue desapareciendo la figura de los coyotes locales del interior, que fueron sustituidos por organizaciones mafiosas internacionalizadas envueltas en el tráfico de drogas y armas (Lee, 2018, p. 226).

Como contraste, los teóricos que subrayan que las redes de tráfico de migrantes no han cambiado de manera tan visible presentan una imagen más positiva de esta actividad, que es vista como el arma de los débiles contra las restricciones migratorias (Hidalgo, 2016, p. 323; Sharma, 2003, p. 60; Spener, 2009). Algunas investigaciones llegan a subrayar el filantropismo de algunos facilitadores del cruce fronterizo, cuya principal motivación para involucrarse en esta actividad ilícita no es el lucro, sino el deseo de ayudar a sus paisanos a prosperar (Sánchez, 2016; Zhang et al., 2007, p. 712). Migrantes y coyotes son presentados como actores unidos por lazos de confianza y como coparticipes de una alianza estratégica (Mestries, 2005, p. 1036; Vogt, 2016).

Estos teóricos subrayan dos elementos: (1) el predominio de organizaciones poco complejas de carácter local, y (2) el carácter no violento del tráfico de migrantes. Por una parte, se subraya la presencia de organizaciones pequeñas, casuales y poco estructuradas (Campana, 2020; Van Liempt & Sersli, 2013, p. 1035; Zhang & Chin, 2002, pp. 747, 755 y 763). Sánchez (2017, p. 14) rechaza la idea de que el tráfico de migrantes esté organizado en redes vastas, complejas y jerárquicas, que operan con otras organizaciones criminales. Asimismo, subraya que estos grupos están organizados horizontalmente y carecen de un liderazgo permanente y centralizado. También, Baird y Van Liempt (2016, p. 405) refutan la idea de que el tráfico de migrantes sea una actividad controlada jerárquicamente, para definirla como una actividad organizada en pequeños grupos de profesionales independientes vagamente unidos. Por otra parte, se cuestiona el papel del crimen organizado en el tráfico de migrantes (Campana, 2020; Kyle & Dale, 2011; Kyle & Scarcelli, 2009; Sánchez & Zhang, 2018; Sánchez & Zhang, 2020, p. 382). Coyotaje y narcotráfico son presentadas como actividades realizadas por organizaciones diferentes que no interfieren entre sí (Fuentes & García, 2009, p. 98; Spener, 2009, p. 155). Se subrayan los bajos niveles de abuso y abandono de migrantes (Fuentes & García, 2009, p. 89), y se concluye que la mayor parte llega a sus destinos sin incidentes (Spener, 2004, p. 298). Estos autores también cuestionan el incremento de la mortandad de migrantes conducidos por facilitadores del cruce fronterizo. El razonamiento es el siguiente, un desplazamiento de los movimientos migratorios hacia rutas más inhóspitas debería aparecer asociado a un incremento de las muertes por exposición a condiciones climáticas extremas. Sin embargo, el número de muertes no es muy superior al registrado cuando no existía tanta vigilancia (Nevins, 2003, p. 173; Zhang, 2007, p. 66).

Método y actores entrevistados

La población objeto de estudio presenta un carácter oculto. Por lo tanto, el único acercamiento posible fue a través del uso de un muestreo no probabilístico, de modo que se empleó el muestreo intencional.

Se recolectó una muestra de 192 traficantes de migrantes que ocupaban una posición de liderazgo dentro de la red a la que pertenecían, ya que contaban con la ayuda de reclutadores o enganchadores, encargados de casas de seguridad, chóferes o raiteros que ocupaban posiciones subalternas. Se utilizó el término red para definir las estructuras a las que pertenecían los entrevistados, ya que ninguno operaba solo. En las redes locales más simples participaban un mínimo de tres personas, y en las redes internacionales más complejas había decenas de personas involucradas.

Las entrevistas fueron realizadas en diferentes localidades de ocho estados mexicanos. Se realizaron diez entrevistas en dos estados del sur de México (Chiapas y Tabasco), debido a que esta zona constituye el punto de entrada de la migración centroamericana a México. Asimismo, se realizaron 16 entrevistas en el centro del país (Ciudad de México y el Estado de México), ya que estas entidades federativas sirven como punto de enlace de numerosas redes más adelantes se separan y siguen diferentes rutas hasta la frontera. También se realizaron 24 entrevistas en San Luis Potosí y Veracruz, porque estas entidades federativas constituyen los puntos por los que atraviesan las redes que siguen las dos rutas que conducen a la frontera noreste de México. Finalmente, fueron conducidas 142 entrevistas en Tamaulipas y Nuevo León, ya que estas dos entidades federativas constituyen el último eslabón de las redes que conducen migrantes a través del punto más oriental de la frontera México-estadounidense. Por otra parte, más de la mitad de los entrevistados eran originarios de Tamaulipas, el resto procedía de casi la mitad de los estados federativos, y tres tenían nacionalidad estadounidense (Tabla 1).

Tabla 1 Lugar de origen de los entrevistados 

n = 192

Fuente: elaborado a partir de los datos de las entrevistas.

El procedimiento utilizado para seleccionar la muestra fue el muestreo en cadena. Las entrevistas fueron conducidas con una guía que incluía tanto preguntas cerradas, que examinaban las características sociodemográficas de los entrevistados y de los migrantes transportados, así como las características de las redes que operaban, como preguntas abiertas que examinaban cómo operaban estas redes, etc. El método utilizado para analizar los datos de las entrevistas abarcó tres etapas técnicas: (1) la simplificación de la información; (2) la categorización de la información, y (3) el análisis de resultados. En la primera etapa se buscó separar la información redundante bajo el criterio de la relevancia interpretativa (Cepeda, 2006, p. 67; Tójar, 2006, p. 287). Esto permitió acotar las líneas temáticas nucleares. A continuación, se realizó el proceso inverso: una categorización de la información. Este es un proceso inductivo de clasificación conceptual de unidades bajo un mismo criterio (Tójar, 2006, p. 290). Este proceso permitió construir un nexo entre los datos recogidos durante el trabajo de campo y las nociones conceptuales abordadas (Ariza & Velasco, 2012, p. 21). En la tercera fase se elaboró la estructuración definitiva de la información (Durand, 2012, p. 52).

Los entrevistados tenían edades comprendidas entre 21 y 49 años, y tenían en promedio 9,6 años de experiencia conduciendo migrantes a Estados Unidos. Sumaban una media de seis años de educación debido a que en la mayor parte de los casos procedían de familias pobres y tuvieron que comenzar a trabajar desde niños para contribuir a sostener la economía familiar. Después de transcurridos casi 17 años en otras actividades comenzaron a ocupar una posición de responsabilidad en una red de tráfico de migrantes. Algunos los hicieron siendo menores de edad, mientras que otros no comenzaron a trabajar como polleros hasta los 41 años, (Tabla 2).

Tabla 2 Características sociodemográficas de los entrevistados 

n = 192

Fuente: elaborado a partir de los datos de las entrevistas.

Las redes conducidas por los entrevistados transportaban migrantes principalmente hasta Texas, aunque operaban en más de la mitad de los estados de la Unión Americana (Tabla 3).

Tabla 3 Lugar de destino en Estados Unidos de los migrantes transportados por las redes estudiadas 

n = 192

Fuente: elaborado a partir de los datos de las entrevistas.

Los sumatorios de “n” son superiores a 192 porque algunas de las redes transportaban a migrantes a diferentes áreas de Estados Unidos.

Este estudio fue elaborado a lo largo de doce años, entre el 2008 y el 2019, pero no todos los años se hizo el mismo número de entrevistas. En el 2010 y el 2018 fue cuando menos entrevistas se realizaron, mientras que el 2012 y el 2013 fueron los años en que hubo más entrevistas. La temporalidad de las entrevistas apareció determinada en gran parte por la disponibilidad de recursos económicos para realizar el trabajo de campo.

El diseño metodológico de esta investigación fue aprobado por el Comité de Ética de la Investigación del Cuerpo Académico “Migración, desarrollo y derechos humanos” de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (Universidad Autónoma de Tamaulipas, 2009) y el trabajo de campo se realizó de acuerdo con los lineamientos propuestos por la Organización Mundial de la Salud (Zimmerman & Watts, 2003). Se obtuvo el consentimiento de participación voluntaria en el estudio de forma oral, y a cada una de las entrevistas le fue asignado un código con objeto de asegurar el carácter confidencial y anónimo de los datos recabados. A los participantes se les explicó el propósito de esta investigación, qué institución la realizaba y la naturaleza voluntaria de su participación en el estudio. Los entrevistados no recibieron ningún estímulo económico ya que esto podría haber condicionado su consentimiento.

También quisiera señalar que este estudio presenta diferentes sesgos metodológicos que hacen que los resultados deban ser leídos con cierta cautela. En primer lugar, más de la mitad de los entrevistados procedían de Tamaulipas y más de la mitad de las redes estudiadas conducían migrantes a Texas. Por lo tanto, esta investigación presenta de manera más marcada la situación de la frontera noreste México-estadounidense. En segundo lugar, la propia naturaleza del objeto de estudio hace que no pueda ser abarcado con muestras probabilísticas. En tercer lugar, el muestreo en cadena produce muestras excesivamente homogéneas. La muestra fue construida a partir de las referencias y recomendaciones de los polleros. Por lo tanto, es muy probable que estos introdujeran a amigos y conocidos que tenían unas características similares a las suyas. Finalmente, la temporalidad de las entrevistas realizadas no es homogénea. Entre los años 2011 y 2013 fueron realizadas más de la mitad de las entrevistas (Tabla 4). Como contraste, a partir del 2014 se realizaron un número decreciente de entrevistas debido a que se contó con menos recursos económicos para realizar el trabajo de campo.

Tabla 4 Temporalidad de las entrevistas realizadas. 

Fuente: elaboración propia.

Por otra parte, hay que destacar tres elementos que incrementan la validez de los datos recogidos en esta investigación: (1) el trabajo de campo se prolongó durante de 12 años y se recogió información de un número relativamente elevado de traficantes de migrantes; (2) el estudio fue conducido en una parte importante de la geografía mexicana, y (3) las redes de tráfico de migrantes estudiadas operan en gran parte de la geografía estadounidense.

Resultados y discusión

Las redes de tráfico de migrantes que operan en la frontera México-estadounidense pueden diferenciarse en tres grupos: (1) redes locales; (2) redes nacionales, y (3) redes internacionales. Las primeras transportan a migrantes que residen en el mismo municipio o en municipios aledaños a donde reside el pollero que las dirige.

Las segundas conducen a migrantes procedentes de diferentes áreas geográficas de México. Las últimas son redes que reclutan a los migrantes tanto en México como fuera de las fronteras mexicanas, principalmente en Centroamérica, y transportan a migrantes procedentes tanto de México como de otros países.

A lo largo de los doce años transcurridos entre el 2008 y el 2019 puede apreciarse un proceso de deslocalización e internacionalización de las redes mexicanas de tráfico de migrantes. Las redes estudiadas en los años 2008 al 2010 eran principalmente locales. Los polleros reclutaban a migrantes procedentes de sus localidades o de otros municipios cercanos a su lugar de residencia. Estos polleros fueron denominados por López (1997) como “coyotes locales del interior” y por O’Leary (2012, p. 149) como “coyotes comunitarios”. Los migrantes conocían al pollero y podían identificar el lugar donde vivía. Por lo tanto, cuando contrataban sus servicios sabían exactamente qué resultado podían esperar. Los migrantes sabían qué ruta utilizaba el pollero, en qué fechas cruzaba la frontera, cuál era el lugar de destino en Estados Unidos, qué medios utilizaba para cruzar la frontera. También conocían la dureza y riesgos de emigrar, ya que alguno de sus familiares, amigos o conocidos habían realizado ese trayecto anteriormente (Izcara, 2012, p. 51). Además, si ocurriera cualquier percance, los migrantes podrían exigir una compensación al pollero porque sabían dónde estaba localizada su vivienda, dónde se encontraba su familia, y conocían en qué fechas regresaría del norte. Por lo tanto, los migrantes no corrían el riesgo de ser engañados o defraudados. Este tipo de redes comienzan a menguar a partir del 2011, y a partir del 2014 no pudimos localizar ninguna red de carácter local. Las siguientes expresiones reflejan la cercanía geográfica entre polleros y migrantes. Cuando a los polleros locales se les preguntó cómo reclutaban a los migrantes y de dónde eran estos, los primeros respondían que eran personas conocidas del mismo municipio o de lugares cercanos a donde ellos residían:

Aquí ya no busco a la gente porque como le digo, solos vienen, ya me conocen, sobre todo en diciem bre, y luego se quieren ir, vienen y me buscan las gentes de para acá. (Pollero tamaulipeco de 30 años entrevistado en junio del 2008)

Unos son de aquí, otros de otros lugares (...) Son de San Carlos, Burgos, Mainero, Méndez, de Mon terrey, de ahí es de donde me los llevo, ya me co nocen (...) Lo más seguro es que son amigos o parientes de los que han ido a trabajar. (Pollero tamau lipeco de 38 años entrevistado en febrero del 2009)

Ellos ya saben cuándo vengo y me buscan o al me nos que no me busquen, los busco yo, pero ellos son quien me buscan a mí. (Pollero neoleonés de 40 años entrevistado en febrero del 2009)

Amigos de aquí de San Fernando, porque verdad, donde vivimos es un ejido, aquí xxxx es un ejido, y pos, uno tiene tantos amigos, que pos, de San Fer nando casi por lo regular, o de aquí, de unos cuantos ejidos que están cerca de aquí. (Pollero tamaulipeco de 49 años entrevistado en abril del 2009)

La gente me conoce y ya saben dónde localizarme; además, pues, aquí la casa es mía, no rento, no hay peligro de que me vaya a cambiar o desaparecer o hacer otra cosa. A los que he llevado, bueno, les digo que aquí vivo y les doy mi tarjeta para cuando me ocupen, y bueno, también de los que he llevado yo y ya tienen tiempo allá me buscan luego para que les lleve a familiares o amigos, y es una manera de que me conozcan, y luego ellos me recomiendan a otras y así es el trabajo este. (Pollero neoleonés de 40 años entrevistado en septiembre del 2011)

Las redes nacionales reclutan a los migrantes en dos o más entidades federativas del territorio mexicano. Este tipo de redes eran minoritarias hasta el 2010, en el 2011 y el 2012 pasaron a ser mayoritarias, pero a partir del 2016 únicamente pudimos encontrar redes internacionales (Tabla 5). En las redes nacionales el grado de conocimiento y lazos de confianza entre polleros y migrantes no son tan estrechos como en las redes locales. Los migrantes conocen el lugar de origen del pollero; pero desconocen quién es su familia, dónde está localizada su vivienda, así como otros datos de carácter más personal que sí conocen los migrantes transportados por redes locales. Los migrantes que contratan los servicios de redes nacionales corren un mayor riesgo de ser engañados porque son conducidos por polleros que tienen su lugar de residencia en otra entidad federativa. Sin embargo, los primeros generalmente investigan a los últimos antes de llegar a un acuerdo con ellos. Los migrantes buscan las recomendaciones de familiares o amigos que fueron conducidos por esos polleros a Estados Unidos, o de personas que conocen a otros que fueron transportados al norte. Las siguientes expresiones reflejan una mayor dificultad de los polleros pertenecientes a redes nacionales para reclutar a los migrantes. Estos últimos ya no son individuos que conocen personalmente a los primeros. Los polleros deben recorrer espacios más extensos dentro del territorio mexicano para reclutar a personas desconocidas que deseen emigrar.

Tabla 5 Grado de internalización de las redes de tráfico de migrantes 

Fuente: elaborado a partir de los datos de las entrevistas.

Antes no se batallaba; pero ahora, desde hace dos años, sí se batalla, y ya no vienen a buscarme, soy yo el que va a visitarlos para invitarlos y decirles que está muy bien ir, que ya hay trabajo seguro, y bue no, más les digo para convencerlos de que se vayan a trabajar (...) (Los migrantes que conduzco son) de Victoria, Reynosa, Matamoros, Valle Hermoso, Monterrey, Tula, Jaumave, Palmillas, Bustamante, Miquihuana, y de otros lugares, también han ido de San Luis y de Veracruz. (Pollero tamaulipeco de 46 años entrevistado en septiembre del 2011)

Batallo mucho (para encontrar gente) porque es difícil, y en estos últimos años ha sido más por cómo están aquí las cosas (...) (Los migrantes que conduzco) son de diferentes lugares, de Tamauli pas, de Tampico, de Mante, de Altamira, de Ma tamoros, de Reynosa, del estado de Veracruz, de Coatzacoalcos, de Poza Rica y Tuxpan, del estado de Chiapas, de San Cristóbal de las Casas… (Polle ro tamaulipeco de 48 años entrevistado en febrero del 2012)

Son de muchos lugares de la república, como pue den ir de Veracruz, Chihuahua, Puebla, hasta de San Luis, California, Sonora, de Tamaulipas. Son de mu chos lugares, de estos que te digo y de más (...) Me los llevo, no me importa de dónde sean, lo que im porta es que quieran ir (...) Sí ha bajado; pero, como quiera sigo llevando. Ese no es problema, hay que buscarle por donde, allá, que no hay en este lugar, búscale en otro. (Pollero guanajuatense de 34 años entrevistado en julio del 2012)

Las redes internacionales transportan a migrantes tanto de México como de otras nacionalidades, o únicamente a extranjeros. En estas redes el grado de conocimiento y lazos de confianza entre polleros y migrantes son débiles. Ni los migrantes conocen a los polleros, ni los últimos conocen a los primeros. Las siguientes expresiones reflejan el desconocimiento que tienen los polleros pertenecientes a redes internacionales sobre los migrantes que transportan a Estados Unidos. En muchos casos los migrantes son reclutados en Centroamérica. Estos migrantes son entregados a polleros que los conducen a través del territorio mexicano, y estos últimos los transfieren a otros polleros que los conducen a Estados Unidos. En redes con una elevada división del trabajo los polleros no realizan labores de reclutamiento y el intervalo temporal entre el transporte de un grupo de migrantes y el siguiente es de unas pocas semanas (Izcara, 2014, p. 93). Como consecuencia, transportaban a centenares de migrantes a lo largo del año (Izcara & Yamamoto, 2017, p. 1312). Los entrevistados utilizaban expresiones como: “un plato servido en la mesa”, “las traen en paquete” o “sigo instrucciones” para hacer referencia tanto a la celeridad con que operaban estas redes, como a la frialdad e impersonalidad de la relación entre ellos y los migrantes. En algunos casos los polleros ni siquiera conversan con los migrantes; únicamente les dan instrucciones de qué hacer, qué caminos tomar, dónde descansar, etc.

Yo, mi trabajo es bueno, yo llevo a los que el otro pollero me trae del sur, de Tabasco o Chiapas. Yo los llevo, y no los busco ni los selecciono. Así como me los traen, así me los llevo para el otro lado (...) Son del Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Cuba. (Pollero tamaulipeco de 37 años entrevista do en junio del 2013).

Como ya las traen en paquete, yo las llevo, mi traba jo es llevar ya lo que me traen. (Pollero tamaulipeco de 28 años entrevistado en noviembre del 2013).

Yo, lo mío es seguir las intrusiones que me dan, que los guíe del D. F. aquí a la frontera. Sigo instrucciones y me los traigo, ese es mi trabajo. Ya cuando vienen de allá, de Guatemala o de donde vengan, ellos ya saben, ya vienen siendo parte de un trabajo, ya vie nen seleccionados. (Pollero tamaulipeco de 29 años entrevistado en diciembre del 2013).

Cuando son centroamericanos no hay mucho que seleccionarlas porque ya vienen de paquete, de se lección, me las pasan y así es como las llevo (...) Es como un plato servido a la mesa, nada más las aga rro, las llevo, y ya está. (Pollero coahuilense de 36 años entrevistado en diciembre del 2015).

No batallo porque cuando llego a D. F., ahí ha lle gado un pollero que me los pasa. Él los ha traído, y yo completo la ruta. (Pollero neoleonés de 24 años entrevistado en marzo del 2018).

En otros casos, los polleros involucrados en redes internacionales operan en intervalos temporales más espaciados porque participan activamente en el reclutamiento de migrantes. La división laboral en estas redes es menor. Los migrantes centroamericanos no son enganchados en el lugar de origen, sino que son reclutados durante su tránsito por México. Estos polleros solo conducen a unas decenas de migrantes por año porque cada viaje al norte está espaciado por meses, no por semanas. A diferencia de los entrevistados citados, estos polleros hablaban de la dificultad de reclutar a migrantes procedentes de espacios geográficos tan distantes. Ellos conversaban con un elevado número de personas, pero solo lograban convencer a unos pocos. La desconfianza y desconocimiento mutuo entre polleros y migrantes, las diferencias culturales, etc., hacían que la tarea de los primeros fuera ardua. Los polleros empleados en redes internacionales con alta división laboral no muestran interés en conocer a los migrantes extranjeros. Como algunos de ellos repetían: “las llevo, y ya está”. Como contraste, los polleros involucrados en redes internacionales con baja división laboral conversan profusamente con los migrantes para conocer sus intenciones y propósitos. Frente a los migrantes mexicanos, de quienes se fían más, los migrantes centroamericanos son más escudriñados. Los polleros hacen múltiples preguntas y cuestionamientos a los últimos antes de acordar conducirles a Estados Unidos.

Llevo a personas de aquí, de Veracruz, Tabasco y Tamaulipas cuando son mexicanos, y cuando son centroamericanos son de Guatemala, el Salvador y Honduras, algunas veces de Nicaragua o Cuba, dependiendo, varía, no siempre es la misma gente (...) No es tan fácil encontrarlos y que quieran ir (Pollero veracruzano de 42 años entrevistado en diciembre del 2016).

Yo, mi trabajo es organizar a las personas, buscarlas, incluso voy a Chiapas, Oaxaca y D. F. Ahí donde hay más centroamericanos parados, ahí los busco y les ayudo a llegar. Yo los llevo de Veracruz o D. F., a Tamaulipas, en Reynosa. Así los pongo en la frontera y de ahí otro pollero los pasa. Yo no los paso porque de ahí me echo para atrás a seguir tra bajando (...) Esto es un trabajo y no es fácil, no llego aquí y ya tengo a quienes llevar. (Pollero oaxaqueño de 36 años entrevistado en julio del 2017).

Cuando son de abajo, llegan de Guatemala, Salva dor, Honduras, Belice (...) Cuando son mexicanos no les pregunto mucho porque son mexicanos. (Po llero neoleonés de 32 años entrevistado en julio del 2019).

A muchos no les pregunto de dónde son, cuando son mexicanos. Cuando más los investigo es cuan do son de otros países. Ahí sí les hago muchas pre guntas porque no se de ellos. Cuando he llegado a llevar de otros países son de Guatemala, Honduras, Salvador, Nicaragua, Brasil. (Pollero tamaulipeco de 37 años entrevistado en diciembre del 2019).

La ausencia de lazos de paisanaje hace que entre polleros y migrantes exista cierta desconfianza. Cuando un migrante mexicano es conducido por una red local la familia del migrante conoce al pollero y sabe a quién reclamar cuando ocurre algún incidente. Por el contrario, cuando un centroamericano es conducido por una red internacional la familia del migrante desconoce quiénes le condujeron al norte. Como señalaba un pollero coahuilense de 40 años entrevistado en marzo del 2015:

Cuando llego a llevar mexicanos por lo regular la familia sabe con qué pollero se fue. Si no se comu nican con el familiar, que no haya contacto, buscan al pollero y preguntan qué ha pasado; eso no suce de con los centroamericanos, que no tienen familia cercana en México.

No solo los migrantes conducidos por redes internacionales temen ser engañados por los polleros, sino que los últimos también guardan algunos temores hacia los primeros. En los últimos años personas de Centroamérica que trabajan para los cárteles, muchas veces en contra de su voluntad, se han infiltrado en los grupos de migrantes transportados por los polleros, con objeto de secuestrarlos y extorsionarlos (Izcara, 2016, p. 14). Por una parte, los polleros interrogan a los migrantes no solo para saber si tienen recursos económicos para pagar la tarifa que tendrán que abonar, sino también para conocer si son migrantes genuinos y no miembros infiltrados de los cárteles de la droga, o personas peligrosas que huyen de la justicia. Las siguientes expresiones reflejan la desconfianza de algunos polleros mexicanos hacia los migrantes centroamericanos, de quienes sospechan que puedan estar coludidos con los grupos delictivos. Algunos polleros solo conducen a migrantes centroamericanos recomendados, ya que temen que puedan ser informantes de la delincuencia organizada. Asimismo, como aparece reflejado en las siguientes expresiones, tampoco se fían de las mujeres migrantes centroamericanas.

Así como muchas de las veces la gente no confía en mí, yo llevo a la gente; pero, sí hay miedo de que a lo mejor y estas llevando alguien que esté con la gente mala. No me ha llegado a pasar a mí. A otro com pañero sí le pasó, que se llevó a un hombre que era un gancho, y en donde iban, en un lugar alejado, los alcanzaron, los secuestraron. (Pollero del Estado de México de 39 años entrevistado en abril del 2014)

De donde más las llevo son de Chiapas, Veracruz y Oaxaca, de ahí es donde más llegan a querer ir. Sí he llevado a unas pocas centroamericanas; pero, allá muy retirado no las busco. Las he llevado cuando me han buscado que me las han mandado recomen dadas (...) Algunas, como no son mexicanas, no se sabe si las mandan para saber por dónde vamos y secuestrarnos. Ha pasado que hay infiltrados cen troamericanos para secuestrar. Ha pasado aquí en Veracruz, por eso lo digo. (Pollero veracruzano de 42 años entrevistado en julio del 2015)

Ya no se va a cualquier lugar seguro. Esto, con lo que pasa, la gente no confía en desconocidos, y yo también no confió en nadie, porque no conoces bien a las personas. (Pollero tamaulipeco de 43 años entrevistado en julio del 2016)

Hay que tener cuidado. Mucho más con quienes se llevan, hay que desconfiar de todos los que se te puedan acercar en el camino y no los conozcas por que con esto de la delincuencia está muy cara jo. (Pollero californiano de 39 años entrevistado en diciembre del 2017)

Así como los polleros interrogan a los migrantes porque no se fían de ellos, los últimos también escudriñan a los primeros porque no les tienen confianza. La mayor parte de los migrantes busca las recomendaciones de familiares, conocidos o paisanos que emigraron antes con esos polleros. Los migrantes generalmente no se aventuran a ciegas para ser transportados por personas a quienes no conocen. Algunos pueden esperar por meses a un pollero recomendado en lugar de hacer un trato con otro que quien no tienen referencias (Izcara, 2017b, p. 92). Como aparece reflejado en los siguientes fragmentos, la falta de confianza de los migrantes (sobre todo las mujeres) en los polleros constituye una de las mayores dificultades con las que se encuentran las redes internacionales.

Lo más difícil es el convencimiento de que vayan y que confíen en ti. A las que los polleros las han en gañado tienen miedo y ya no fácil se animan a ir por que piensan que es lo mismo, que les va a pasar de nuevo. (Pollero tabasqueño de 45 años entrevistado en abril del 2014)

Antes las personas confiaban ciegamente en los po lleros, y ya no hay confianza porque se habla mal del pollero. (Pollero coahuilense de 36 años entrevista do en diciembre del 2015)

La gente ya no confía tan fácil en el pollero por la violencia que hay al paso de los años. La delincuen cia ha azorado a la gente y tienen miedo. (Pollero tabasqueño de 38 años entrevistado en diciembre del 2016)

No es fácil de traerlas desde el sur; además, no es fácil reclutarlas. Cada día es más difícil porque ya no es la misma confianza de antes. (Pollero tamaulipeco de 39 años entrevistado en marzo del 2017)

Se batalla, he estado batallando. Algo de problemas he tenido porque no quieren ir tan fácil, porque des confían, porque tienen miedo. (Pollero de Ciudad de México de 40 años entrevistado en junio del 2018)

Los polleros empleados en redes internacionales no son personas diferentes, ni tienen diferentes códigos éticos que los que trabajaban en redes locales o nacionales. En muchos casos son las mismas personas. Los mismos polleros que años atrás operaban redes locales o nacionales, ahora trabajan en redes internacionales (Izcara, 2017c, p. 353). Los entrevistados insistían en que el objetivo de las redes internacionales era conducir a los migrantes sanos y salvos hasta el lugar de destino. Los polleros afirmaban que la prueba de que estas redes hacían bien su trabajo eran los millones de migrantes ilegales que habían sido conducidos hasta Estados Unidos. Un pollero tamaulipeco de 36 años entrevistado en diciembre del 2014 razonaba del siguiente modo:

Si hay muchos ilegales en el otro lado es porque los polleros trabajan bien. Cómo van pal otro lado si no es con pollero que los lleva. Yo pienso que los polleros somos buenos y trabajadores (...) Hay polleros malos que aprovechan de las necesidades de las personas; pero, sí hay muchos más polleros que son buenos.

La amenaza de los cárteles de la droga y la implementación de políticas migratorias más restrictivas en México y Estados Unidos ha hecho que los polleros que trabajaban en redes locales se hayan unido bajo la figura de un líder que antes operaba una red local, para formar redes internacionales más extensas (Izcara, 2015, p. 329). De esta forma, pueden hacer frente de modo más eficiente a las fuerzas que amenazan esta actividad: los cárteles de la droga y las autoridades migratorias. Lo que ha cambiado es la capacidad de los migrantes para vigilar el comportamiento de los polleros. En la medida en que los lazos que unían a polleros y migrantes se han debilitado, porque no solo no proceden de la misma localidad, sino que ni siquiera son ciudadanos del mismo país, los últimos tienen una menor capacidad de control sobre los primeros.

La Tabla 6 ofrece datos más específicos sobre la nacionalidad de los migrantes transportados por las redes de tráfico humano estudiadas. Durante el periodo estudiado, el 82,3% de las redes estudiadas transportaban a migrantes mexicanos. Casi la mitad (el 48,4%) conducían a migrantes de Centroamérica, casi siempre de los países del triángulo norte centroamericano (Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua). Seis redes conducían a migrantes de Sudamérica (Brasil, Colombia y Venezuela), cinco redes transportaban a migrantes cubanos y dos redes a migrantes de otros continentes. En el caso de las redes que transportaban a migrantes de Sudamérica y otros continentes, se trataba casi siempre de mujeres destinadas al comercio sexual.

Tabla 6 Lugar de origen de los migrantes transportados por los polleros 

n = 192

Fuente: elaborado a partir de los datos de las entrevistas.

Hasta el año 2012 todas las redes de tráfico de migrantes estudiadas transportaban a migrantes mexicanos. Como contraste, únicamente un pequeño número de redes transportaban a migrantes de Centroamérica. Por el contrario, a partir del 2012 desciende el porcentaje de redes que transportan a migrantes de México, lo cual contrasta con un incremento de las redes que conducen a migrantes del triángulo norte de Centroamérica. En el 2013 la mayor parte de las redes (86,1%) conducían migrantes centroamericanos, y a partir del 2016 todas las redes estudiadas transportaban migrantes centroamericanos a Estados Unidos.

Los sumatorios de “n” son superiores a 192 porque muchas de las redes transportaban a migrantes de diferentes nacionalidades.

El incremento del número de redes mexicanas que transportan a migrantes centroamericanos aparece asociado con un aumento del número de migrantes del triángulo norte de Centroamérica aprehendidos por la Patrulla Fronteriza (CBP) y por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Entre los años 2008 al 2011, cuando el porcentaje de inmigrantes centroamericanos aprehendidos era del 11,6%, solo una de cada cinco redes analizadas transportaba migrantes de Centroamérica. Asimismo, en estos mismos años, cuando el porcentaje de inmigrantes mexicanos aprehendidos ascendía al 81,2%, todas las redes estudiadas conducían a migrantes de México. A partir del 2013 el incremento del número de redes que conducían migrantes centroamericanos coincide con un incremento de las aprehensiones de ciudadanos de esta región realizadas por el ICE y la CBP. En el 2019, cuando las aprehensiones de centroamericanos (65,9%) superan las aprehensiones de mexicanos (25,1%), había más redes conduciendo a migrantes de Centroamérica que a mexicanos (Tablas 6 y 7).

Tabla 7 Inmigrantes aprehendidos según nacionalidad 

Fuente: United States Department of Homeland Security (2012, 2015, 2017 y 2020).

Aprehensiones realizadas por la Patrulla Fronteriza (CBP) y arrestos administrativos por ICE dentro de los programas Enforcement and Removal Operations (ERO) y 287 (g).

Conclusión

Los resultados de esta investigación indican que durante los últimos años se ha producido un progresivo proceso de internacionalización de las redes mexicanas de tráfico de migrantes. Como contraste, las redes locales han languidecido. La coincidencia entre las nacionalidades de los migrantes aprehendidos por el ICE y la CBP a partir del 2008 y los países de origen de los migrantes conducidos por las redes estudiadas constituye un elemento indicativo de que estos resultados no son espurios. Sin embargo, estos datos deben ser interpretados con cierta cautela ya que el muestreo en cadena es una técnica que genera muestras excesivamente homogéneas debido a los lazos que unen a los sujetos de investigación.

La implementación de políticas migratorias más restrictivas y la violencia desatada por los cárteles de las drogas hacia los migrantes han conducido a un decaimiento de las redes locales al mismo tiempo que se han expandido las redes internacionales de tráfico de migrantes. Los datos recopilados en esta investigación indican que entre los años 2008 y 2010 las redes locales eran predominantes; pero, a partir del 2014 no pudimos localizar ninguna red de este tipo. En los años 2011 y 2012 las redes nacionales tomaron la delantera; pero, a partir del 2016 no se localizó ninguna red de este tipo. Como contraste, las redes internacionales, que eran minoritarias hasta el 2012, se tornaron preponderantes a partir del 2013.

El proceso de internalización de las redes mexicanas de tráfico de migrantes se ha traducido en una pérdida de confianza entre polleros y migrantes. Frente a los lazos de amistad y paisanaje existentes entre polleros de redes locales y migrantes, los polleros de redes internacionales carecen de vínculos con los migrantes. Este proceso entraña mayores riesgos para los últimos, ya que si sucede algún percance la familia del migrante no puede pedir explicaciones ni hacer responsables a los traficantes que le condujeron hacia el norte. Aunque esto no significa que estas redes estén operadas por la delincuencia organizada.

Así como los migrantes muestran cierto temor y desconfianza hacia los polleros, estos últimos también desconfían de los primeros, a quienes escrudiñan para evitar la intromisión de personas coludidas con los grupos delictivos. Tanto los traficantes como los migrantes temen a los cárteles de la droga mexicanos. Los primeros escrutan a los últimos y viceversa para evitar ser engañados por la intrusión de delincuentes que se hacen pasar bien por polleros o bien por migrantes. El coyotaje, aun el conducido por redes internacionales, sigue siendo el arma de los débiles contra las restricciones migratorias. El objetivo de las redes internacionales no es extorsionar a los migrantes, sino conducirlos sin incidentes hasta el norte para que los últimos les recomienden a sus paisanos.

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Para citar este artículo / To reference this article / Para citar este artigo: Izcara-Palacios, S. P. (2021). La internacionalización de las redes de tráfico de migrantes entre México y Estados Unidos. Revista Criminalidad, 63(3): 187-202. https://doi.org/10.47741/17943108.306

Recibido: 21 de Mayo de 2020; Revisado: 15 de Febrero de 2021; Aprobado: 13 de Marzo de 2021

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