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Hallazgos

Print version ISSN 1794-3841

Hallazgos vol.11 no.21 Bogotà Jan./June 2014

https://doi.org/10.15332/s1794-3841.2014.0021.13 


El papel de la educación en situaciones de posconflicto:
estrategias y recomendaciones
*

The role of education in post-conflict situations:
Strategies and recommendations

O papel da educação em situações de pós-conflito:
estratégias e recomendações

Armando Infante Márquez**

* Artículo de reflexión. El documento proviene de la tesis de grado para optar por el título de magíster en Educación, en la Universidad Santo Tomás, titulada Características de la educación en emergencias en situaciones posconflicto (2011).

** Magíster en educación por la Universidad Santo Tomás. Posee una especialización en Evaluación de Proyectos por la Pontificia Universidad Javeriana. Además, está certificado en metodología TESOL para la enseñanza del inglés a extranjeros por parte de la Universidad de Anaheim, Estados Unidos. Es miembro de la Inter-Agency Network for Education in Emergencies y de la Distance Education and Training Council, en Washington. En la actualidad se desempeña como profesor de inglés en la Universidad Santo Tomás, Bogotá, Colombia.
Correo electrónico: armandoinfante58@hotmail.com

Recibido: 1 de septiembre de 2013 / Evaluado: 15 de septiembre de 2013 / Aceptado: 1 de octubre de 2013

DOI : 10.15332/s1794-3841.2014.0021.13



RESUMEN

En este artículo se analizaron las experiencias de posconflicto en tres países: Bosnia y Herzegovina, El Salvador y Sierra Leona, con el fin de extraer algunas enseñanzas que puedan ser útiles para el caso de Colombia, que en este momento se encuentra en conversaciones con la guerrilla para ponerle fin al conflicto armado. También se quiere mostrar el papel tan importante que desempeña la educación en la reconstrucción posconflicto, ya que provee protección física, psicosocial y cognitiva. Además, se estudiaron algunas estrategias a corto y largo plazo, con el fin de poderlas combinar de una manera razonable para lograr el desarrollo social, político y económico del país.

Palabras claves: educación, situación posconflicto, protección, estrategias a largo y corto plazo.



ABSTRACT

In this article the post-conflict experiences in three countries were analyzed: Bosnia and Herzegovina, El Salvador and Sierra Leone, in order to draw some lessons that may be useful in the case of Colombia which is currently in talks with the guerrillas to end the conflict. It also wants to show the important role that education plays in post-conflict reconstruction, as it provides physical, psychosocial and cognitive protection. Besides, the short-term and long-term strategies were studied in order to combine them in a reasonable manner to achieve the social, political and economic development of the country.

Keywords: Education, post-conflict setting, protection, short-term and long-term strategies.



RESUMO

Neste artigo analisaram-se as experiências de pós-conflito em três países: Bósnia e Herzegovina, El Salvador e Sierra Leona, a fim de tirar algumas lições que podem ser úteis para o caso da Colômbia, que neste momento está em negociações com guerrilha para acabar com o conflito armado. Também se quer mostrar o papel tão importante que desempenha a educação na reconstrução pós-conflito, pois oferece proteção física, psicossocial e cognitiva. Além disso, estudaram-se algumas estratégias de curto e longo prazo, a fim de poderem ser combinadas em uma forma razoável para alcançar o desenvolvimento social, político e econômico do país.

Palavras-chave: educação, situação de pós-conflito, proteção, estratégias de longo e curto prazo.



El objetivo de este artículo es mostrar la importancia de la educación en aquellos países y áreas que han sufrido un conflicto armado interno en el periodo de reconstrucción posconflicto. Con frecuencia, las estrategias de reconstrucción posconflicto solo se concentran en resultados económicos y políticos a corto plazo, por lo cual los componentes sociales de la recuperación se dejan para una etapa posterior.

El creciente número de reaparición de conflictos en áreas de posconflicto sugiere que las estrategias no están sirviendo para asegurar una paz duradera en esos países. "Estados como Sierra Leona y Liberia han estado fluctuando entre la guerra y la paz, disminuyendo aún más las oportunidades de un cese de fuego y afectando así a la población local" (Filipov, 2006, p. 7). Pero, por otro lado, se tienen las experiencias de países como Bosnia y Herzegovina y El Salvador, los cuales, en diferentes contextos y grados, han logrado mantener la paz durante un largo tiempo y han eliminado casi totalmente las causas de la violencia.

En este proceso, la educación desempeña un papel muy importante. El acceso a la educación es una herramienta muy importante no solo para la protección de los niños, sino también para la comunidad en general. La educación suministra protección física, psicológica y cognitiva. En las condiciones propicias, la educación brinda protección física al mejorar las condiciones de seguridad tanto para estudiantes como para profesores. En muchos conflictos, los docentes se han visto amenazados y obligados a huir, y muchas veces los estudiantes no tienen acceso a las escuelas por hallarse estas rodeadas de campos minados. La protección psicosocial se ofrece a través de la autoexpresión, la expansión de las redes sociales y el acceso a rutinas regulares. Al disponer a los niños y miembros de la comunidad en el papel social de aprendices, la educación les suministra un sentido de pertenencia y de valor.

Por último, la educación contribuye a la protección cognitiva de las personas afectadas por un conflicto o momento de crisis, al tratar las condiciones de vida específicas que surgen del conflicto (sida, condiciones sanitarias), con lo cual se fortalecen las capacidades analíticas de los niños y de los adultos, por cuanto se dan las herramientas necesarias para desarrollar habilidades para la vida en situaciones posconflicto. "Por lo tanto, la educación es un elemento esencial de los esfuerzos para eliminar los conflictos o las crisis" (Nicolai y Triplehorn, 2003).

En esta introducción, y con la necesidad de comprender lo que es una situación posconflicto, se cita una definición que puede proporcionar una breve pero concisa descripción, en primer lugar, de lo que es un conflicto y cómo este afecta el desarrollo de un país:

Conflicto se refiere a la violencia armada en la que se enfrentan grupos de varias índoles, tales como fuerzas militares, guerrillas, grupos armados, paramilitares, comunidades religiosas o étnicas, empleando armas u otros métodos destructivos. (Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior [FRIDE], 2008, p. 2)

Debido a la terminación de la guerra fría, los conflictos se han convertido en guerras internas, aunque con implicaciones locales e internacionales por causa del desplazamiento de la población civil afectada por el conflicto, el comercio de armas y las relaciones financieras y políticas que se generan. Los conflictos violentos, con sus atropellos a las personas e instituciones y sus invariables consecuencias debilitantes, son el epítome de un retroceso (tabla 1). Tristemente, como lo demuestran muchos estudios de caso en esta investigación, como los de Ruanda, El Salvador y Sierra Leona, se demuestra en gran medida que conflicto y pobreza están estrechamente relacionados. Esto no quiere decir que un país pobre necesariamente vaya a sufrir un conflicto, pero sí que hay una mayor probabilidad de violencia por las marcadas diferencias sociales y por la debilidad de las instituciones. Lo que sí es cierto es que un país que tenga un mayor crecimiento e ingreso tiene también menos probabilidades de sufrir conflictos armados.

Una vez fue señalada la definición de conflicto y de algunas circunstancias necesarias para su comprensión, ahora corresponde la mención del posconflicto. De acuerdo con fride (2008), en su publicación El posconflicto bajo el prisma de las víctimas, no existe una definición consensuada de qué es una situación de posconflicto; en ese estudio, se considera que posconflicto es el "periodo de tiempo en el cual las hostilidades del pasado se han reducido al nivel necesario para que las actividades de reintegración y rehabilitación se puedan iniciar" (fride, 2008, pp. 1-2). El fin del conflicto requiere que el cese de la violencia se plasme en un acuerdo armisticio, con el subsiguiente restablecimiento de la paz. En muchas ocasiones, este punto de inflexión está marcado por el retorno de los refugiados y de las personas internamente desplazadas. Este término incluye, por tanto, una gran variedad de escenarios que van desde un conflicto de baja intensidad a una paz inestable, hasta un conflicto resuelto. Cada una de estas situaciones y las variantes entre ellas representan distintos niveles de estabilidad. Lo que comparten todas ellas es el hecho de que la aguda crisis humanitaria ha finalizado, el proceso de reintegración se ha iniciado y la recuperación política y económica se ha emprendido.

Sin embargo, no siempre es muy clara la distinción entre conflicto y posconflicto. Los conflictos tienden a durar muchos años, a pesar de las firmas de tratados de paz. En muchas ocasiones es muy difícil saber cuándo un conflicto ha terminado completamente. Según el Banco Mundial, luego del fin de las hostilidades hay más de un cuarenta por ciento de probabilidad de que el conflicto vuelva a surgir. Por esto, cualquier situación de posconflicto, si no se maneja adecuadamente, es potencialmente peligrosa: existe una gran posibilidad de que el conflicto vuelva a surgir. Hay muchas razones que explican este riesgo: muchos grupos rebeldes se convierten en delincuentes comunes y se benefician económicamente de esta situación; también hay otros grupos, tales como los militares, políticos y comerciantes, que también se benefician de la situación y se han hecho poderosos con el conflicto, controlan los mercados y atemorizan a la población civil. Por lo anterior, las lecciones aprendidas en los países que sufrieron crisis causadas por conflictos internos y que ahora gozan de paz duradera se usarán para construir un marco de trabajo para la recuperación de los sistemas educativos que pueda ser útil para países con conflictos armados internos, como Colombia y Siria, una vez se haya alcanzado la paz.

La principal teoría se basa en el significado de la creación de un sólido sistema educativo como parte de la recuperación posconflicto. Se argumenta que el desarrollo a largo plazo y la paz duradera dependen de los recursos humanos y de la comunidad del país que haya atravesado un conflicto armado. La mayoría de las estrategias de reconstrucción son a corto plazo y se enfocan principalmente en dar refugio y alimentos a la población desplazada por una emergencia, por lo cual dejan el desarrollo de la educación y de la salud para momentos posteriores. Es importante hacer gran énfasis en las estrategias para evitar la reaparición del conflicto una vez lograda la paz. En este aspecto, la educación desempeña un papel muy importante en la situación de posconflicto.

Una de las características más aniquiladoras de los conflictos es el daño que le causan al sistema educativo: a los niños, a los profesores, a los estudiantes y, en general, a la comunidad de un país. Más de cincuenta países han sufrido periodos significativos de conflicto desde 1980. Según Buckland (2009), de los doce países afectados por conflictos, que son el centro del estudio en el documento Reestructurando el futuro: Educación y reconstrucción post-conflicto, el conflicto varía significativamente en relación con su duración e intensidad en cada país. Bosnia y Herzegovina, Kosovo y Timor Leste experimentaron periodos relativamente cortos de conflicto intenso (de uno a tres años), mientras casi todos los demás se vieron afectados por conflictos que duraron aproximadamente desde una (Burundi, El Salvador, Nicaragua y Sierra Leona), hasta dos (Líbano y Sri Lanka) y tres décadas (Angola, Camboya y Guatemala) (Buckland, 2009, p. 3). Casi todos los países de bajos ingresos colindan con un país que ha sido víctima de la guerra y la crisis. En 2003 se dieron un total de treinta y seis conflictos armados en veintiocho países. Se puede decir que en este momento hay cerca de diez millones de refugiados y veinticinco millones de desplazados internos en todo el mundo.

Por todo esto, en las situaciones de conflicto, los profesores generalmente son los que están más expuestos a sufrir las consecuencias de la violencia. Por ejemplo, en Ruanda, más de las dos terceras partes de los maestros de primaria y secundaria fueron asesinados o tuvieron que emigrar. En Camboya, las consecuencias fueron incluso peores: casi todos los profesores fueron eliminados, y se dejó al país virtualmente sin docentes calificados (Buckland, 2009, p. 13).

Por lo anterior, la educación asume un papel importante en esta reconstrucción del marco socioeconómico. Este artículo pretende, entonces, dar una breve mirada a la manera como la educación ayuda a alcanzar los objetivos de una etapa posconflicto, mediante la inculcación de nuevos valores sociales y democráticos. Pero esta es un arma de doble filo, ya que la educación también puede ayudar a promover conflictos, mediante la utilización de currículos sesgados que se encarguen de enaltecer los valores de una raza o de una comunidad religiosa, en detrimento de otras.

De acuerdo con el texto de Buckland (2009), la educación desempeña un papel importante en varios de los factores que construyen resiliencia de los conflictos en las sociedades. La educación tiene el potencial de ser un factor que contribuye en un conflicto violento, pero también tiene el potencial de enseñar nuevos valores, actitudes, habilidades y comportamientos, al igual que puede ayudar a promover nuevas relaciones sociales que construirán resiliencia al conflicto. La educación puede ayudar a reducir polarizaciones económicas, sociales y étnicas; promover el crecimiento y el desarrollo equitativo, y construir una cultura de diálogo en vez de una de violencia. El asegurar que los colegios y los sistemas educativos tengan un papel constructivo requiere un gran conocimiento de la manera como los conflictos afectan los sistemas educativos.

Por lo anterior, no se puede negar que la educción tiene un papel muy importante durante las emergencias y en las situaciones posconflicto. Pero, ¿es un derecho? Todos están de acuerdo en que la educación es un derecho; aún más, es un derecho fundamental.

Como tal, es un derecho inherente a la persona al formar parte del núcleo de derechos. Sobre ello, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha declarado:

La educación es un derecho humano fundamental, establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que tiene la fuerza del derecho internacional. Por lo tanto, alcanzar el objetivo de la educación para todos es una obligación de los Estados.

Por su parte, Jiménez (2008) argumenta:

La educación es más que promover la habilidad de escribir y leer. Es también aprender sobre la vida, el crecimiento junto a los demás miembros de la sociedad, cultivar la mente y el cuerpo, comprender la diversidad del mundo y adquirir una mente abierta que ayude a fomentar la democracia, la paz y la prevención de la violencia y los conflictos. (p. 24)

Este artículo se encuentra dividido en cuatro partes: se ofrece una teoría sobre cómo lograr una paz duradera, se dan los antecedentes históricos de algunas situaciones posconflicto, se ofrece una breve descripción de los componentes sociales que hacen parte de la reconstrucción de la sociedad, y se brindan unas recomendaciones para reconstruir los sistemas educativos en situaciones posconflicto.

Como ya vimos en la introducción de este artículo, de acuerdo con la definición del Banco Mundial (2006), la reconstrucción posconflicto es "la transición del conflicto a la paz en un país afectado a través de la reconstrucción del marco socioeconómico de la sociedad" (p. 1). Esta definición no solo se refiere a la rehabilitación de la estructura física. Es mucho más fácil reconstruir puentes y edificios que restaurar la parte psicológica, social y económica de la población. No es necesariamente la reconstrucción del marco socioeconómico que existía en el país antes del conflicto. Precisamente, este fondo socioeconómico bien pudo ser la causa de dicho conflicto. Después de un conflicto, la sociedad se transforma, y es posible que no se pueda o no se quiera retornar al pasado. A menudo, las desigualdades y la fragilidad de la economía, así como la debilidad de las instituciones del gobierno, pudieron ser causas del conflicto. Por todo esto, lo que se necesita es una reconstrucción de las condiciones que alienten la creación de una sociedad activa y en paz, con una economía en crecimiento y una sociedad dentro de un Estado de derecho.

Otra definición considera que "post-conflicto es el periodo de tiempo en el cual las hostilidades del pasado se han reducido al nivel necesario para que las actividades de reintegración y rehabilitación se puedan iniciar". Por tanto, el fin del conflicto requiere que el cese de la violencia se plasme en un armisticio con el subsiguiente restablecimiento de la paz. La obtención de la paz implica, en muchos casos, el retorno de los refugiados y de los desplazados internamente. Otra definición de reconstrucción posconflicto tras el 11 de septiembre es esta: "Es la intervención internacional a gran escala en países post-conflicto para cambiar radicalmente los escenarios de los entornos político, institucional, jurídico, económico, social, cultural y espacial". Lo que tienen de común estas definiciones de reconstrucción posconflicto es que comparten la noción de que la aguda crisis humanitaria ha finalizado, el proceso de integración se ha iniciado y se ha emprendido la recuperación social, política y económica.

La reconstrucción posconflicto ofrece varias oportunidades de desarrollo en diferentes campos. Por ejemplo, en la parte social se ayuda a la reconstrucción de muchos aspectos de las comunidades que hayan colapsado por el conflicto. Una de estas condiciones es el sistema de cuidado de la salud, vivienda y educación. Los conflictos evitan que se hagan campañas de salud en la sociedad, y esta se vuelve más vulnerable a enfermedades como el sida. Esto es especialmente cierto en la población joven. Durante la guerra, muchas familias pierden sus hogares y se ven obligados a abandonar su tierra y a emigrar hacia la ciudad, donde las condiciones de vida no son las mejores. En la situación posconflicto se les presenta la oportunidad de retornar a sus viviendas y comenzar una nueva vida. Todo esto va de la mano con la reconstrucción de los sistemas educativos: se reconstruyen las escuelas destruidas o se construyen unas nuevas, los profesores pueden regresar a enseñar y los estudiantes pueden volver a tomar sus clases.

De acuerdo con lo anterior, las situaciones posconflicto ayudan al fortalecimiento de las instituciones políticas de un país. Un país posconflicto se caracteriza por poseer un sistema democrático eficaz y un bajo nivel de corrupción. El Estado recupera la capacidad de cubrir sus funciones principales y reasumir sus responsabilidades y obligaciones frente a la sociedad.

En la parte humanitaria, al cesar las acciones bélicas disminuye el número de muertos entre la población civil; las Cruz Roja y otras entidades pueden llevar ayuda a la población más necesitada. Así, se puede iniciar el proceso de limpieza de los campos de las minas terrestres que tantas fatalidades causan.

En cuanto a la seguridad de la población civil al terminar el conflicto, esta ya no se siente amenazada por los diferentes grupos de combatientes. El gobierno, ya fortalecido, puede imponer orden donde antes reinaba el caos y la justicia puede iniciar el papel que le corresponde para asegurarles a los ciudadanos paz y orden. Por ejemplo, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Ruanda vieron sus instituciones políticas a la finalización del conflicto.

El factor económico de mayor riesgo de conflicto es la marcada dependencia de los ingresos del país de la exportación de materias primas. Es aquí donde la educación posconflicto tiene una de sus grandes oportunidades, ya que al formar una fuerza laboral calificada para producir bienes con valor agregado se disminuye esta dependencia y a la vez se reduce la probabilidad de conflicto. Este factor explica en gran medida por qué la mayoría de los conflictos se centran en los países pobres donde las materias primas son el motor de la economía nacional y producto básico de su exportación. Es el caso de Etiopía, donde el sesenta por ciento de las exportaciones son de café; en Costa de Marfil, el cuarenta por ciento corresponden al cacao, y en Angola el noventa y dos por ciento son de petróleo.

Uno de los aspectos más importantes de la reconstrucción posconflicto es la restauración de los derechos humanos para una gran parte de la población. Cuando se habla de "derechos humanos" se hace relación a los derechos básicos de cualquier persona, como el derecho a una vida digna, el derecho a recibir una educación, el derecho a recibir una atención médica cuando la necesite, el derecho de residir en un lugar, etc. Durante el conflicto, la violación de todos estos derechos es sistemática, y la situación posconflicto ayuda a que las comunidades puedan volver a hacer uso de dichos derechos.

De hecho, en todos los países estudiados se registró una gran violación de los derechos humanos. La restauración de estos derechos no es fácil, ya que se trata de un proceso a largo plazo, y es necesario analizar las causas de dichas violaciones. Por ejemplo, en Ruanda y en la antigua Yugoslavia, la violación de los derechos humanos fue de carácter racial: una mayoría negaba los derechos a una minoría del país. En los países de América Central (El Salvador, Guatemala y Nicaragua), esta violación fue más de carácter social, económico y político, pues existían oligarquías que se negaban a aceptar los derechos de la gran mayoría de la población de escasos recursos. En los casos de Argentina y Chile, la excusa fue la lucha contra la subversión, y las juntas militares hicieron desaparecer a miles de sus ciudadanos, negándoles sus derechos y la justicia más elemental.

En cuanto a la cuestión de género (mujeres), las acciones tomadas en la situación posconflicto pueden ayudar a eliminar la situación de desigualdad en que se encuentra la mujer en relación con el hombre. Las nuevas políticas se deben encaminar a brindarle a la mujer las mismas oportunidades laborales, culturales y educativas que el hombre. Además, durante el conflicto, la mujer se encuentra en una situación más vulnerable, ya que puede ser el blanco de violaciones o de abuso sexual y tiene que asumir el papel de cabeza de familia en muchas circunstancias, lo cual dificulta su desarrollo.

Se ha visto que la relación entre los sistemas educativos y los conflictos presentan un gran interrogante para los artífices de las políticas en los países. Casi siempre, un sistema educativo se encuentra estrechamente relacionado con un conflicto. Los sistemas educativos reproducen las habilidades, los valores, las actitudes y las relaciones sociales de los grupos dominantes en una sociedad; por tanto, con frecuencia son un factor que influye en el conflicto.

De igual manera, la reconstrucción y la reforma de la educación se pueden percibir como elementos críticos de la estrategia para disminuir el riesgo de un conflicto o evitar volver a caer en él. Lo importante es tener en cuenta que los conflictos presentan no solo desafíos para la reconstrucción de un sistema educativo, sino también una gran oportunidad para reformarlo.

Por lo tanto, una de las ideas principales es que un conflicto representa no solo desafíos sino también grandes oportunidades para hacer cambios significativos en los sistemas educativos. En el documento Tipología de ambientes post-conflicto: una perspectiva general, Brown, Langer y Stewart (2006) señalan:

Existen demasiadas dimensiones de diferencia potencial, y por lo tanto sería muy fácil llegar a un gran número de "tipos", pero esto haría que el enfoque fuera difícil de operar. Las dimensiones potencialmente relevantes incluyen las diferencias económicas, políticas y burocráticas. Ya que aquí estamos preocupados principalmente por las políticas económicas, nos enfocamos en tres aspectos económicos en la tipología propuesta, y al mismo tiempo reconocemos diferencias en las otras categorías, ya que presentan importantes condiciones que facilitan u obstaculizan el cambio. Por consiguiente, proponemos categorizar las economías de acuerdo con estos tres criterios:

    Pobreza y falta de oportunidades en economías con muy bajo ingreso que se diferencian de las economías de alto y mediano ingreso. Junto con la pobreza, generalmente va una estructura económica particular (basada principalmente en una producción primaria), capacidades humanas débiles y la falta de buenas oportunidades laborales. También se asocia con una alta deuda. Las políticas apropiadas para esta categoría de países probablemente difieren de aquellas para los países con un ingreso medio o alto.

    Países con considerables recursos naturales de gran valor. Estos países generalmente enfrentan una situa ción muy diferente (más favorable) con respecto a las restricciones de recursos naturales y (menos favorable) a la posibilidad de volver a caer en el conflicto. Al diseñar las políticas post-conflicto, hay que tener en cuenta estas diferencias.

    Países con altas desigualdades horizontales. Dada la relación de las desigualdades horizontales (desigualdades entre diferentes regiones, grupos étnicos, o grupos religiosos) con los conflictos (Stewart, Langer y Brown, 2007), los países con altas desigualdades horizontales tienen que tener esto en cuenta al desarrollar sus políticas post-conflicto.

Así, se han sugerido algunos eventos significativos para lograr la paz:

a) Cese de las hostilidades y de la violencia.

b) La firma de acuerdos políticos o de paz.

c) Desmovilización, entrega de armas y reintegración.

d) Repatriación de refugiados.

e) Fortalecimiento del Estado.

f) Lograr la reconciliación y la integración social.

g) Lograr la recuperación económica.

En la tabla 2 se puede apreciar un número de posibles indicadores para evaluar el progreso para lograr la paz.

Con respecto a la educación, podemos empezar diciendo que es un derecho inalienable, un derecho al cual deben tener acceso todos los niños, incluso aquellos que se encuentran en situaciones de emergencia naturales, como es el caso de Japón y Colombia, para no ir más lejos, o provocadas por los seres humanos, como en los casos de Ruanda, Kosovo, El Salvador y Colombia. Constituye, pues, un reto el tratar de proveer educación a todos aquellos niños, jóvenes y adultos que atraviesan estas circunstancias difíciles.

La educación no se debe entender como una actividad de ayuda o de socorro; es más bien un aspecto fundamental del desarrollo humano y de una nación, y como tal debe ser conceptualizada como una actividad del proceso de desarrollo. En situaciones de emergencia se deben establecer o restaurar las actividades educativas lo antes posible. En aquellas situaciones en que los sistemas educativos se hayan vuelto inoperantes, la reconstrucción del sistema educativo brinda una gran oportunidad para la transformación de la educación, de tal manera que se puedan satisfacer las necesidades de aprendizaje de diversos grupos dentro de una población dada.

En cualquier país del mundo, la educación puede servir también como mecanismo que contribuye a la prevención de situaciones de emergencia. En muchos países se hace necesario tener un plan de acción que permita estar preparados para una situación de emergencia. Existe además la necesidad indispensable de saber cómo obrar para brindar apoyo a la educación en caso de que se presente una situación de emergencia.


TEORÍAS PARA LOGRAR UNA PAZ DURADERA

Desde la finalización de la guerra fría, la obtención de la paz duradera en situaciones posconflicto ha estado en la agenda de la Organización de las Naciones Unidas (onu) y de muchos países, ya que el número de conflictos internos ha crecido. En la cumbre mundial celebrada en 2005, la onu decidió crear una comisión para la construcción para la paz, la cual se inauguró oficialmente el 23 de junio de 2006. Esta comisión es la encargada de sugerir estrategias para lograr la paz y que esta se mantenga y no haya una recaída en los conflictos.

Desde su creación, la ONU ha participado en varias misiones para lograr la paz en conflictos. El relativo éxito de algunas de las misiones (Bosnia y Herzegovina, Kosovo, El Salvador) contrasta con los esfuerzos fallidos en ciertos países (Sierra Leona, Ruanda, Colombia), y de allí surge la pregunta por la efectividad de las estrategias para lograr la paz.

El principal problema es que las organizaciones gubernamentales y las organizaciones no gubernamentales se centran en resultados positivos a corto plazo. Con frecuencia, estas estrategias no tratan las raíces del conflicto, por lo que se da lugar a su reaparición. Para poder comprender las dinámicas del conflicto, hay que estudiar las causas subyacentes al conflicto interno:

Berdal y Malone dividen las causas del conflicto en dos categorías importantes: conflictos sociopolíticos y conflictos de identidad. La primera clasificación explica el conflicto según el punto de vista de la política y de la economía, afirmando que las razones sociopolíticas juegan un papel importante en el contexto de las causas para la reaparición del conflicto. Por el contrario, Collier sugiere que las principales causas del resurgimiento de un conflicto se basan en la identidad. (Filipov, 2008, p. 17)

Los conflictos político-económicos tienen efectos devastadores sobre la recuperación a largo plazo y sobre la capacidad de reconstrucción del país. No se pueden desarrollar los programas sociales necesarios para la reconstrucción de la nación y, por tanto, las poblaciones más desfavorecidas son las más afectadas, por lo que quedan a merced del capricho de las clases más favorecidas. Teniendo en cuenta que educación y desarrollo humano van de la mano, un sistema educativo inadecuado es un lastre para lograr este desarrollo. Además, los problemas crecen, porque la falta de educación determina la baja competitividad en el mercado laboral, lo cual conduce a una alta tasa de desempleo en las clases bajas de la sociedad. Lógicamente, esto lleva a una mayor pobreza, y ya se sabe que esta es una gran fuente de conflictos. Es decir, las personas de las clases desfavorecidas, sin educación y viviendo en la pobreza son más susceptibles de hacer parte de grupos armados para obtener un sustento para sus familias, ya que por su falta de educación no cuentan con las habilidades laborales, con lo cual se crea un círculo vicioso.

La segunda clase de conflictos se explica a través del prisma de la identidad. Países como Sierra Leona, Liberia, Georgia, Armenia, Ruanda, Bosnia y Herzegovina, Kosovo y Sri Lanka han sufrido conflictos de carácter étnico. En esta clase de conflictos, el desarrollo social con el apoyo de un buen sistema educativo es esencial para lograr una paz duradera, ya que las diferencias culturales y étnicas se pueden borrar principalmente mediante programas educativos bien planeados en la comunidad. Pero hay que tener mucho cuidado: la educación puede ser una espada de doble filo: "Por ejemplo durante la crisis de Ruanda y Burundi, la educación fue utilizada para aumentar las tensiones étnicas entre los hutus y los tutsi, alentando una cultura de odio mutuo". (Jiménez et al., 2008, p. 15)

Los expertos sugieren que los países que se encuentren en una situación posconflicto deben concentrarse en la construcción de instituciones políticas, sociales y económicas que permitan una buena gestión gubernamental para asegurar la creación de instituciones que compartan el poder para evitar las luchas entre las diversas facciones en conflicto.

Roland Paris propone cinco estrategias para ayudar a lograr una paz duradera y desarrollar políticas posconflicto: una democratización gradual, moderación, políticas centradas en el crecimiento económico, operaciones centralizadas de construcción de la paz y una ampliación de la duración de las políticas de reconstrucción.

De acuerdo con Paris, se deben demorar las elecciones después de la firma de un cese al fuego, con el fin de darle tiempo a la sociedad y a las partes en conflicto para que se recuperen y logren una estabilidad. Se deben crear y desarrollar asociaciones de ciudadanos para promover la moderación antes de que se logre la solución política. Su tercera propuesta incluye la promoción de políticas de crecimiento económico como un medio para lograr resultados positivos a corto plazo. Las operaciones para la obtención de la paz y la coordinación y gestión centralizadas son las últimas recomendaciones para las situaciones posconflicto.

De la evaluación de estas estrategias, se podría inferir que el caso de las sociedades desgarradas por la guerra se podría abordar de una manera más específica dentro de un marco de trabajo de un amplio plan de recuperación que haga proyecciones para una paz a largo plazo. Pero la estabilización económica y política no necesariamente conduce a la solución de un conflicto, ya que puede dar lugar a un renacimiento de la crisis al aumentar las desigualdades entre las clases sociales. Una evaluación completa de las estrategias para la reconstrucción posconflicto debe incluir la eliminación efectiva de todas las causas del conflicto, la creación de instituciones que compartan el poder, una democratización gradual y monitoreada, medidas políticas y económicas importantes, y operaciones de reconstrucción posconflicto bien diseñadas e implementadas.

Además, los conflictos hacen que muchas personas se vean obligadas a dejar sus hogares y sus trabajos para obtener refugio en otras regiones o en otros países. Esto hace que se debilite el proceso de lograr la paz y hace más lenta la recuperación económica, porque los desplazados se convierten en una carga muy onerosa para ciertas regiones, en cuanto dejan otras escasamente pobladas. Una de las principales prioridades del gobierno debe ser facilitar el regreso seguro de los desplazados a sus regiones de origen. De esta manera, se puede lograr más fácilmente un desarrollo social y económico, ya que se así se pueden asignar mejor los recursos a las diferentes regiones y beneficiar a más personas.

El siguiente paso es crear un fuerte sistema educativo. Esto es importante para la construcción de la capacidad y el desarrollo del capital humano, que será el motor de la recuperación posconflicto:

La consolidación de la educación sugiere también que el país desarrollará los recursos humanos para la estabilidad política y económica a largo plazo al darles a los ciudadanos la oportunidad de participar en los diversos sectores que demanden personal calificado. Una importante parte de la consolidación del sistema de educación es la inclusión de los antiguos combatientes en la recuperación del país. La gran mayoría de los combatientes se unieron a los grupos armados por causa de su pobre educación y capacitación que dio como resultado el desempleo. Aún más, la búsqueda de personal capacitado aumentará la demanda de una educación con mayor cobertura y mejor calidad, lo cual requerirá mayor inversión y más gastos en esta área. (Filipov, 2008, p. 21)

Otro importante factor para abordar la realidad posconflicto es la reducción de la pobreza. Como lo anota Paris, entre más grandes sean las desigualdades socioeconómicas, mayores serán las probabilidades del estallido de un conflicto. Los miembros más pobres de la sociedad tienen más probabilidades de caer en la trampa del conflicto, ya que esto se considera como una oportunidad para mejorar su situación económica actual. Por tanto, si se hacen más esfuerzos en estas áreas con el fin de consolidar las instituciones, eliminar las causas de las tensiones sociales, desarrollar políticas sociales relevantes y crear una sociedad civil justa que sea capaz de enfrentar los desafíos de logar una sostenibilidad y la paz, entonces los países posconflicto aumentarán las oportunidades de lograr una recuperación del Estado y construir capacidad. A continuación veremos algunos ejemplos del papel de la educación en algunas situaciones posconflicto.


ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE ALGUNAS SITUACIONES POSCONFLICTO

Bosnia y Herzegovina

Después de la desintegración de la Unión Soviética y, por ende, de la disminución de su influencia en Yugoslavia, comenzaron a crecer sentimientos nacionalistas y a surgir tensiones étnicas entre los diferentes grupos que conformaban la república. A comienzos de los años noventa se separaron Croacia y Eslovenia. Los habitantes de Bosnia y Herzegovina quisieron seguir su ejemplo y crear un nuevo Estado, pero la población serbia frustró este propósito.

Los musulmanes y los croatas decidieron seguir adelante con sus aspiraciones independistas, pero los serbios, que eran mayoría en algunas regiones, decidieron hacerse fuertes y se proclamaron como parte de Serbia. Los croatas y musulmanes no aceptaron esta situación y comenzaron a combatir a los serbios para obtener el control sobre Bosnia.

La creciente preocupación de la comunidad internacional hizo que las partes en conflicto comenzaran unos diálogos de paz en Londres. Allí se acordó que las Naciones Unidas enviarían una fuerza militar para asegurar la tregua firmada. Sin embargo, el plan fracasó porque los Estados Unidos no quisieron mandar sus soldados, ya que consideraban que era un asunto europeo, y los europeos no quisieron intervenir sin el apoyo americano.

Al ver que la guerra se estaba intensificando, el gobierno americano decidió intervenir e invitó a los beligerantes a asistir a unas conferencias de paz que se realizaron en Dayton, Ohio. En diciembre de 1995 se firmó el acuerdo final de paz, en el que las partes acordaron buscar soluciones políticas al conflicto.

Una parte crucial de la recuperación posconflicto se debió a las reformas en los sectores de la salud y de la educación:

El sistema educativo había sufrido a causa de la escasa inversión por parte del gobierno, ya que la mayoría de los esfuerzos se habían dirigido a la recuperación de la economía y de la infraestructura pertinente al desarrollo y al progreso económico. Los problemas de las escuelas sin el suficiente personal, la infraestructura educativa y los sistemas de educación paralelos de los serbios, croatas y musulmanes aún persisten, pero se han establecido reformas dirigidas a reducir la inefectividad del sistema. Sin embargo, Bosnia y Herzegovina muestra increíblemente altos niveles de alfabetismo en todos los grupos, lo cual se traduce en una fuerza laboral mejor calificada. (Filipov, 2008, p. 26)

Las soluciones propuestas abordaron las causas del conflicto interno. Las tensiones étnicas desaparecieron al conformarse un gobierno en el cual participaban las partes en conflicto y al propiciarse una distribución equitativa del poder, creando así un medio político estable para la reconstrucción económica:

Las lecciones de Bosnia y Herzegovina son multidimensionales: los conflictos étnicos necesitan esfuerzos sólidos en todos los niveles de la sociedad que buscan mejorar cada sector, comenzando con la estabilización política y económica hasta la construcción de la capacidad y el establecimiento de una sociedad civil para el regreso de los refugiados y para la recuperación demográfica. (Filipov, 2008, p. 27)


El Salvador

Al igual que en Colombia, el conflicto en El Salvador no se debe a causas étnicas, sino a conflictos político-económicos entre la guerrilla y el gobierno. El país sufrió muchos golpes militares hasta que en 1979 un grupo de jóvenes militares tomó el poder con la promesa de llevar a cabo profundos cambios político-económicos. Sin embargo, estos cambios tan necesarios no se llevaron a cabo. La incapacidad del gobierno para responder a las demandas sociales de cambios dio como resultado el colapso político del gobierno. En 1980, los militares formaron una alianza con el Partido Demócrata Cristiano, lo cual dio como resultado la elección del Napoleón Duarte como presidente de la nación. Sin embargo, cinco grupos guerrilleros se unieron y conformaron el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (fmln), con el fin de formar un frente unido contra el gobierno. Como resultado, hubo muchos enfrentamientos entre el fmln y las tropas del gobierno, con el resultado de miles de muertes de civiles.

Poco a poco, la nación comenzó a buscar una solución a la crisis. En 1989, Alfredo Cristiani llegó a la presidencia después de que los grandes terratenientes formaran un partido político denominado Arena (Alianza Republicana Nacionalista). Después de varios años de lucha, la comunidad internacional, a través de las Naciones Unidas, comenzó a intervenir, y esto obligó a las partes en confrontación a iniciar conversaciones con el fin de lograr un alto al fuego. Finalmente, el 16 de enero de 1992 se firmó un acuerdo de paz.

Progresivamente, el país ha logrado una estabilización y recuperación posconflicto. El FMLN se convirtió oficialmente en un partido político en 1994, lo que lo constituyó en una legítima oposición a Arena. Desde esa época se han hecho cambios para lograr grandes avances en el sector político y económico de la nación.

El sistema educativo en El Salvador ha atravesado numerosos cambios desde la firma del acuerdo de paz. Aunque el gasto público en la educación es relativamente bajo y la tasa de analfabetismo sigue siendo alta (70 %), las grandes reformas hechas por Arena han dado como resultado niveles más altos de inscripción en las escuelas y, al mismo tiempo, la deserción escolar ha disminuido. Los esfuerzos se han dirigido a mejorar la calidad de la educación y de la infraestructura en las regiones más pobres del país, donde la mala calidad de la educación ha promovido la aparición de criminales comunes y ha fomentado el desempleo. Los cambios en el sector productivo que requiere de una mano de obra calificada sugieren que las reformas educativas serán muy importantes para disminuir la tasa de desempleo en el país a largo plazo. Por lo tanto, la estabilidad económica y política dependerá en sumo grado de la habilidad de la fuerza laboral para ajustarse a los requerimientos de la nueva economía, la cual a su vez varía de acuerdo con los niveles de capacitación y de educación.

Como se puede ver de la comparación de los casos de Bosnia y Herzegovina y El Salvador, los desafíos de las estrategias de la construcción de la paz y su relativa efectividad difieren en gran medida. Mientras que en Bosnia se ha intentado eliminar las causas étnicas del conflicto, a través de estrategias para lograr una paz duradera, de la estabilización política y económica y los avances logrados en los sistemas de salud y de educación, El Salvador trabaja hacia la eliminación de las causas político-económicas del conflicto al abrir sus mercados al comercio internacional, fortaleciendo la estabilidad política mediante la inclusión en el sistema de los antiguos combatientes y la legitimización de la guerrilla como partidos políticos legales y lenta pero firmemente mejorando el sistema educativo. (Filipov, 2008, p. 29)


Sierra Leona

El conflicto civil comenzó en 1991 cuando los rebeldes de la Fuerza Unida Revolucionaria (FUR) se rebelaron contra el gobierno de Momoh. Pronto, los rebeldes se apoderaron de la mayor parte de las regiones ricas en diamantes y comenzaron a reclutar a miles de jóvenes deseosos de obtener ganancias rápidas. Al comienzo, la guerrilla no buscaba obtener cambios políticos y sociales, sino lograr la conquista del poder para obtener beneficios económicos, aprovechándose de la débil presencia del gobierno en ciertas regiones. En la década de los noventa, la guerrilla se fortaleció, y el conflicto aumentó en intensidad. La FUR comenzó a atacar las ciudades, incluyendo la capital Freetown. Hubo un intento de lograr la paz, pero este fracasó porque el presidente Kabbah fue obligado a renunciar y las hostilidades aumentaron, lo que obligó a la intervención internacional.

Con la aprobación del Consejo de Seguridad, la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (ECOMOG, por sus siglas del inglés) tuvo la autorización para su enviar fuerzas para combatir a los insurgentes. Además, la onu estableció la Misión de Observadores de las Naciones Unidas en Sierra Leona (UNOMSIL) para suministrar logística y crear una atmósfera de estabilidad económica y política. Se expidió la Resolución 1162 para ampliar el periodo de acción de ECOMOG, y así poder establecer la paz y lograr la seguridad en la región.

Sin embargo, este intento también falló, y la UNOMSIL se vio obligada a mandar cascos azules a la región para detener las matanzas realizadas por FUR y tratar de alcanzar la estabilidad en la región. La lucha duró hasta el 2000, cuando los esfuerzos de la ONU comenzaron a dar frutos. El 18 de enero del 2002, el presidente Kabbah anunció la terminación oficial del conflicto civil con la FUR.

Después de los acuerdos de paz, se enmendó la constitución y se cambió el sistema político, para lograr mayores representaciones de los diferentes sectores. Se realizaron unas elecciones, y el partido de la oposición, el Congreso de Toda la Gente (APC), ganó por una mayoría abrumadora. Sin embargo, el establecimiento de instituciones políticas fuertes que compartan el poder ha sido el mayor problema para Sierra Leona. De acuerdo con la onu, el país sigue en peligro de recaer en el conflicto. Esta idea está reforzada por causa de los débiles controles ejercidos en las fronteras con Liberia y Guinea, lo cual sugiere que el comercio ilegal de armas y de diamantes puede suministrar recursos a los insurgentes, creando así los incentivos para el reinicio del conflicto.

Económicamente, Sierra Leona continúa sufriendo penurias para establecer un sistema sólido y abierto al comercio internacional. Primero, el prolongado conflicto civil ha destruido la infraestructura del país, por lo cual se pospuesto la recuperación del estado. La economía se basa principalmente en la extracción de recursos naturales como oro, diamantes y rutilo. El segundo más grande sector es la agricultura, establecida firmemente en las áreas rurales como un medio para suministrar dinero y alimentos para las poblaciones locales. Ambos sectores están subdesarrollados, y hacen falta equipos necesarios para capitalizar los recursos. Además, la corrupción en el gobierno dilapida la inversión extranjera, ya que las compañías internacionales no están dispuestas a invertir en una industria que depende de los cambios en las fuerzas militares, de las acciones de los grupos rebeldes y de los caprichos del gobierno.

La situación es aún más complicada cuando se mira el sistema educativo de Sierra Leona. A pesar de que han llegado muchos recursos en dinero y en material, el capital humano del país no está preparado ni tiene los conocimientos para hacer buen uso de estos recursos. En las últimas décadas, el sistema educativo se ha deteriorado en gran medida, viéndose afectado por infraestructuras inadecuadas, personal insuficiente y no calificado y el pobre desarrollo de currículos. Además, la guerra empeoró la situación, al destruir las escuelas y aislar las áreas rurales de las ciudades con instituciones de educación primaria, secundaria y universitarias, privando así a una gran parte de la población de la educación, lo cual explica las bajas tasas de alfabetismo de la gente. Se han hecho esfuerzos para mejorar este sector, pero hasta el momento solo son medidas tomadas por algunos líderes comunales y no por parte del gobierno. En la actualidad, se está prestando más atención a la reconstrucción y a la rehabilitación de la infraestructura, pero desafortunadamente el gobierno no está tomando parte en el proceso y solo se trata de una iniciativa del sector privado. La mala educación y la falta de recursos financieros en los sectores más pobres de la población contrastan con las condiciones de las clases más privilegiadas. La brecha entre pobres y ricos es cada vez mayor.


RECOMENDACIONES Y CONCLUSIONES

Los casos anteriores nos dan una idea acerca de las estrategias que se deben utilizar en situaciones posconflicto para evitar recaer en la crisis y lograr así una paz duradera. Aunque se tratan de conflictos internos, de acuerdo con las experiencias anteriores, en la mayoría de los casos es importante la presencia y participación de entidades internacionales para asegurar las treguas y la consecución de una paz duradera. Se deben desarrollar las políticas apropiadas y tomar las medidas necesarias para eliminar las causas del conflicto.

Según las estrategias desarrolladas en Bosnia y Herzegovina, El Salvador y en Sierra Leona, estas se pueden clasificar en dos grupos: estrategias a corto plazo y estrategias a largo plazo. Esto podría ser una gran lección para Colombia, que se encuentra en un proceso de conversaciones para lograr una paz duradera con las farc, ya que si logra la finalización del conflicto, el país puede beneficiarse de estas experiencias.


Estrategias a corto plazo

Estabilidad política

Para lograr la estabilidad política se deben realizar ciertos pasos para consolidar el poder político y crear una estabilidad a largo plazo.

Primero, se debe iniciar un diálogo entre las partes en conflicto. Este es el caso de Colombia, donde ya se están haciendo conversaciones tendientes a lograr un acuerdo de paz entre el gobierno y las guerrillas de las farc, en La Habana, Cuba. En algunos casos, es aconsejable la participación de un organismo internacional para asegurar las conversaciones de paz.

Segundo, estas conversaciones tienen que abordar las causas del conflicto, para así sugerir soluciones viables y crear incentivos para el cese de las hostilidades.

Después, se debe aumentar la presencia gubernamental en las regiones más pobres y afectadas por el conflicto. En el momento de escribir estas líneas, en Colombia se está desarrollando un paro de campesinos en la región del Catatumbo, en la frontera con Venezuela. Esta crisis se ha desatado precisamente por la falta de presencia del Estado en esa parte del país.

Luego, es importante lograr la ayuda internacional para financiar proyectos de desarrollo en aquellas regiones que hayan sido más afectadas por la violencia. La falta de recursos locales, con frecuencia impide el proceso de reconstrucción de la paz, creando así las condiciones para reiniciar la crisis.

En países como Colombia es muy importante establecer fuertes políticas anticorrupción, con el fin de combatir a sectores internos en el gobierno que deseen mantener vivo el conflicto para obtener ganancias económicas de las partes en conflicto.

Una vez se haya logrado la paz, el gobierno debe promover la inclusión de los antiguos combatientes en la vida política del país. Ese ha sido un paso muy importante dado por el gobierno colombiano, al darle luz verde nuevamente al partido político de izquierda Unión Patriota.

Es muy importante que los gobiernos y las instituciones internacionales ayuden a fortalecer las instituciones, y que estas sirvan para ejecutar políticas democráticas y eliminar a las clases dominantes corruptas que impiden el progreso de la nación.

Por último, se deben fortalecer el sistema jurídico y la rama ejecutiva, para eliminar o mejorar los programas o instituciones que no se adapten al nuevo plan de paz.

Estabilidad económica

La estabilidad económica está fuertemente ligada a la estabilidad política en una situación posconflicto. Una vez el país se haya estabilizado políticamente, se puede recuperar económicamente, al ofrecer seguridades para la inversión extranjera y al implementar políticas que beneficien el crecimiento económico y el desarrollo del país. Así, el gobierno debe asegurar un ambiente seguro para la inversión extranjera. Si no se ha logrado una paz estable, el país no se podrá beneficiar de los capitales foráneos para lograr su desarrollo económico.

Se deben establecer nuevas políticas que satisfagan las necesidades de la nueva economía. Por ejemplo, en El Salvador se ha tratado de pasar de una economía principalmente agraria a una a base de servicios.

Además, se debe prestar más atención a la reconstrucción, rehabilitación y reparación de la infraestructura relacionada con las actividades económicas. La prioridad debe ser para carreteras, puertos marítimos, aeropuertos y comunicaciones.


Estrategias a largo plazo

La salud pública

Con frecuencia, los esfuerzos del gobierno y de las organizaciones internacionales se concentran en las metas a corto plazo. Sin embargo, las mejoras del sistema de salud son importantes porque suministran una mano de obra saludable lista para participar en la recuperación económica del país. Las estrategias para la construcción de la paz en situaciones posconflicto deben incluir mejoras en el sistema de salud pública, a saber:

a) Mejorar la infraestructura del sector de la salud, mediante la construcción de hospitales, centros de salud y clínicas.

b) Suministrar el equipo necesario en aquellas áreas donde haya falta de recursos y la población se encuentre muy afectada.

c) Designar más recursos para las áreas rurales y más pobres del país.

d) Mejorar las condiciones laborales de médicos, enfermeras y personal dedicado al cuidado de la salud.

e) Capacitar al personal médico para que sepa enfrentar de una manera eficientes brotes de epidemias.

f) Reducir la mortalidad infantil.

Educación

Las experiencias internacionales anteriores sugieren que la educación es un factor importante para la recuperación política y económica de un país. Como se dijo anteriormente, la nación necesitará de una mano de obra calificada y capacitada para enfrentar los nuevos retos de la situación posconflicto. Generalmente, los grupos beligerantes reclutan a jóvenes provenientes de las clases más bajas con la promesa de brindarles un apoyo financiero. Además, las personas con escasa educación se ven forzadas, como en Colombia, a ejercer actividades ilegales, como la siembra de coca, para poder subsistir, ya que no pueden hacer parte de la fuerza laboral del país. Las medidas que se deben tomar son:

a) Mejorar la infraestructura del sistema educativo. Se deben construir nuevas escuelas, reparar las que estén dañadas, conseguir material didáctico y otros recursos relacionados con la enseñanza.

b) Se deben brindar incentivos a las comunidades para que los padres manden a sus niños a las escuelas. Con frecuencia, las familias dependen del trabajo infantil para obtener un mayor ingreso y, por tanto, son renuentes a dejar que los niños vayan a estudiar. Esto se puede remediar al ofrecerles subsidios para que las familias no se vean privadas de un ingreso extra.

c) Es necesario capacitar a los docentes; los profesores que tienen experiencia educativa no necesariamente tienen la pedagogía para enseñar en los cursos de primaria. También es importante ofrecerles buenos salarios a los profesores para que se motiven y entreguen una enseñanza de muy alta calidad.

d) La comunidad debe tener acceso a la educación primaria, secundaria y superior.

e) Es de suma importancia aumentar el número de mujeres y de jovencitas que se matriculen en las escuelas. Con frecuencia, las mujeres deben aceptar trabajos con un salario muy bajo, porque no se encuentran entrenadas para realizar un trabajo bien remunerado.

f) En los países que hayan sufrido de conflictos étnicos, es muy importante revisar el currículo de las escuelas. Muchas veces, estos currículos está diseñados para discriminar grupos minoritarios; con el fin de lograr una paz duradera, es necesario eliminar estas fuentes de conflictos.

g) Las estrategias y cambios anteriores pueden funcionar o no en diversos países. Sin embargo, estas experiencias pueden ser muy útiles Colombia, donde se está desarrollando un diálogo para lograr una paz duradera y poner fin a un conflicto que ha durado demasiado.


CONCLUSIÓN

De los casos estudiados se ha podido ver que la estabilidad económica y política es importante para lograr la paz y la seguridad en las regiones con un posconflicto y en, particular, nuestro país. Sin embargo, ya que estas son metas a corto plazo, las organizaciones internacionales y los gobiernos cometen el error de concentrar los esfuerzos en estas áreas, dejando atrás el desarrollo social como una parte crucial de la recuperación posconflicto a largo plazo. Las experiencias internacionales sugieren que los esfuerzos en la esfera de la salud pública y de la educación deben ser una parte integral de cada sociedad desgarrada por la violencia para lograr mayores niveles de capacidad de construcción y de recuperación estatal. Aún más, la educación y la salud pública están fuertemente unidas a la estabilidad económica y política del país y mientras la ayuda internacional y la asistencia extranjera puede establecer una estabilidad efímera, solo una mejor educación y mejores servicios de la salud pública en un marco integrado de desarrollo humano, puede retenerla una vez se reduzca la ayuda extranjera (Filipov, 2008, p. 52).



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