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Hallazgos

Print version ISSN 1794-3841On-line version ISSN 2422-409X

Hallazgos vol.21 no.41 Bogotá Jan./June 2024  Epub Jan 30, 2024

https://doi.org/10.15332/2422409x.9555 

Artículo de reflexión

Las humanidades digitales: transgresión e indisciplina

The humanities: transgression and indiscipline

Humanidades digitais: transgressão e indisciplina

Germán Andrés Santofimio Rojas1 
http://orcid.org/0000-0003-3370-690X

1Corporación Universitaria Minuto de Dios


Resumen

El artículo de reflexión examina el carácter de las humanidades contemporáneas en el contexto de la era digital y globalizada. Se destaca su capacidad para integrar diversas perspectivas culturales y tecnológicas, lo que refleja su importancia en la construcción de una comprensión crítica y contextualizada de la realidad. A pesar de enfrentar desafíos, como la presión utilitaria y la priorización de disciplinas, las humanidades contemporáneas pueden aprovechar estas presiones como oportunidades para abordar cuestiones éticas y sociales. Asimismo, se resalta el cambio hacia un enfoque transdisciplinario en las humanidades contemporáneas, rompiendo barreras tradicionales para abordar problemas complejos que trascienden fronteras académicas convencionales. Además, destaca el papel crucial de las humanidades en la sociedad actual al proporcionar una comprensión profunda de la condición humana y sus complejidades, facilitando la empatía y la comprensión intercultural. Finalmente, se enfatiza el carácter transgresor e indisciplinado de las humanidades, como una fuerza impulsora para mantener su dinamismo y relevancia al desafiar las normas preexistentes y ampliar los límites del conocimiento.

Palabras clave humanidades; indisciplina; estudios culturales; intersecciones digitales; fricciones

Abstract

The reflective article examines the nature of contemporary humanities in the context of the digital and globalized era. Emphasis is placed on their ability to integrate diverse cultural and technological perspectives, reflecting their significance in constructing a critical and contextualized understanding of reality. Despite facing challenges such as utilitarian pressure and the prioritization of disciplines, contemporary humanities can leverage these pressures as opportunities to address ethical and social issues. Additionally, the shift towards a transdisciplinary approach in contemporary humanities is highlighted, breaking traditional barriers to address complex problems that transcend conventional academic boundaries. Furthermore, the crucial role of the humanities today is underscored by providing a profound understanding of the human condition and its complexities, fostering empathy and cross-cultural understanding. Finally, the transgressive and undisciplined nature of the humanities is emphasized as a driving force to maintain their dynamism and relevance by challenging existing norms and expanding the boundaries of knowledge.

Keywords humanities; undisciplinarity; cultural studies; digital intersections; frictions

Resumo

O artigo de reflexão examina o caráter das humanidades contemporâneas no contexto da era digital e globalizada. Destaca-se sua capacidade de integrar diversas perspectivas culturais e tecnológicas, refletindo sua importância na construção de uma compreensão crítica e contextualizada da realidade. Apesar de enfrentar desafios, como a pressão utilitária e a priorização de disciplinas, as humanidades contemporâneas podem aproveitar essas pressões como oportunidades para abordar questões éticas e sociais. Além disso, destaca-se a mudança para uma abordagem transdisciplinar nas humanidades contemporâneas, quebrando barreiras tradicionais para abordar problemas complexos que transcendem fronteiras acadêmicas convencionais. Além disso, destaca-se o papel crucial das humanidades na sociedade atual ao fornecer uma compreensão profunda da condição humana e suas complexidades, facilitando a empatia e a compreensão intercultural. Finalmente, enfatiza-se o caráter transgressor e indisciplinado das humanidades, como uma força motriz para manter seu dinamismo e relevância ao desafiar as normas preexistentes e ampliar os limites do conhecimento.

Palavras-chave humanidades; indisciplina; estudos culturais; interseções digitais; fricções

Introducción: hacia la definición de un campo “otro”

En la actual era digital y globalizada, las humanidades contemporáneas han experimentado una notable transformación para abordar las complejidades de la sociedad. Smith (2020) destaca que estas disciplinas se distinguen por su capacidad para integrar perspectivas culturales y tecnológicas, adaptándose así a los cambios en el entorno social. Esta adaptación, respaldada por la perspectiva de Johnson (2019), subraya la importancia fundamental de las humanidades contemporáneas en la cultivación de una comprensión crítica y contextualizada de la realidad, desempeñando un papel crucial en la construcción de significados y valores en la sociedad posmoderna (Brown, 2005).

La evolución de las humanidades contemporáneas se manifiesta en su alejamiento de las barreras disciplinarias tradicionales. En lugar de ello, han adoptado un enfoque multidisciplinario, como señala Jones (2018), respondiendo a la necesidad de abordar problemas complejos que trascienden las fronteras académicas convencionales. Esta tendencia hacia la multidisciplinariedad se traduce en la fusión de disciplinas como sociología, tecnología y filosofía en el tejido mismo de las humanidades contemporáneas. García (2019) enfatiza que esta fusión proporciona una perspectiva holística para comprender las complejidades de la experiencia humana en la era actual.

A pesar de su innegable adaptabilidad, las humanidades contemporáneas se ven confrontadas con desafíos considerables. Según Brown (2005), la creciente presión utilitaria y la prioritaria atención a disciplinas STEM han suscitado inquietudes sobre la sostenibilidad de las humanidades en el actual panorama educativo. No obstante, Smith (2020) plantea una perspectiva alentadora al argumentar que estas presiones, lejos de debilitarlas, pueden transformarse en oportunidades para que las humanidades demuestren su relevancia, abordando cuestiones éticas, sociales y culturales críticas. Este debate resalta la imperiosa necesidad de reconsiderar la posición de las humanidades en la educación superior contemporánea, destacando su contribución esencial al pensamiento crítico y la comprensión profunda (Johnson, 2019).

En la sociedad contemporánea, las humanidades desempeñan un papel crucial al proporcionar una comprensión profunda de la condición humana y sus complejidades. Siguiendo la perspectiva de Nussbaum (2010), las humanidades actúan como un medio para explorar y expresar la experiencia humana desde diversas perspectivas, erigiendo así una base esencial para fomentar la empatía y la comprensión intercultural. Este enfoque multidimensional no solo enriquece la apreciación individual, sino que también contribuye a forjar conexiones significativas entre individuos, impulsando hacia una sociedad más inclusiva y tolerante.

Además de su impacto en la comprensión social, las humanidades también desempeñan un papel vital en la formación de ciudadanos críticos y reflexivos, cumpliendo así una función central en el desarrollo de habilidades cognitivas fundamentales. Conforme a las palabras de Gardner (2006), las disciplinas humanísticas cultivan la capacidad de análisis, la resolución creativa de problemas y el pensamiento crítico, habilidades esenciales en un mundo caracterizado por la incertidumbre y la complejidad. De esta manera, las humanidades no solo enriquecen la vida cultural, sino que también fomentan habilidades transferibles vitales para el éxito en diversas esferas de la sociedad.

En última instancia, la relevancia de las humanidades reside en su inquebrantable capacidad para cuestionar, explorar y reinterpretar la condición humana de manera continua. Estas ofrecen una plataforma para la resistencia intelectual y la reevaluación constante de las narrativas dominantes, permitiendo que la sociedad evite caer en la complacencia y se esfuerce por alcanzar un mayor entendimiento y justicia. Este papel crítico desempeñado por las humanidades se revela como esencial para el desarrollo y la evolución sostenida de una sociedad equitativa y reflexiva.

En su búsqueda constante de comprensión, las humanidades adoptan un carácter transgresor que desafía las convenciones y abraza la innovación al explorar la experiencia humana. En palabras de Derrida (1982), la transgresión implica ir más allá de los límites establecidos, cuestionando las normas existentes y abriendo nuevos caminos para la comprensión. Este enfoque dinámico permite a las humanidades mantenerse siempre vigentes, explorando territorios inexplorados y desafiando la complacencia intelectual. Así, las humanidades no solo se erigen en un campo de conocimiento, sino como una fuerza motriz que impulsa a la sociedad hacia la reflexión constante y la superación de las limitaciones impuestas por las normas convencionales. Su papel como agentes de cambio y renovación intelectual es innegable, destacando la importancia de mantener viva la llama de la curiosidad y la transgresión en el estudio y la comprensión de la condición humana.

La indisciplina en el ámbito de las humanidades se revela como la fuerza que desafía la rigidez disciplinaria, fomentando la interseccionalidad y la colaboración entre diversas áreas del conocimiento. Foucault (1988) articula esta idea al afirmar que "la indisciplina es la capacidad de desafiar las estructuras impuestas, permitiendo un diálogo entre disciplinas que enriquece la comprensión global". Esta actitud de desafío propicia un ambiente propicio para la creatividad y la apertura a nuevas perspectivas, fundamentales para la evolución constante de las humanidades.

En el actual paradigma digital y globalizado, las humanidades contemporáneas se enfrentan a una encrucijada en la cual la tecnología redefine la naturaleza misma de la experiencia humana. Como advierte Brown (2005), este fenómeno presenta desafíos significativos para las humanidades, ya que la velocidad de la información y la globalización amenazan con desdibujar las fronteras de la diversidad cultural que las humanidades buscan preservar.

La intersección entre la indisciplina y los desafíos contemporáneos destaca la necesidad urgente de que las humanidades se adapten y abracen nuevas formas de explorar y comprender la complejidad del mundo actual. En este contexto, la indisciplina no solo se manifiesta como una resistencia a la estructura académica convencional, sino como un vehículo necesario para enfrentar los retos emergentes en la sociedad digitalizada. La capacidad de las humanidades para incorporar enfoques interdisciplinarios y su disposición a desafiar las normas establecidas se presentan como herramientas vitales para preservar su relevancia en el cambiante panorama contemporáneo.

En el contexto contemporáneo, la crítica se enfoca en la aparente paradoja entre la conexión global y la pérdida de identidad cultural. Según Jones (2018), a pesar de que las humanidades han adoptado la digitalización como una herramienta, la velocidad y omnipresencia de la información podrían socavar la profundidad de la reflexión y la apreciación de las singularidades culturales. La esencia misma de las humanidades, que se centra en una comprensión rica y contextualizada, podría verse amenazada en medio de la vorágine digital.

La evolución de las humanidades contemporáneas se vuelve crítica en este sentido. García (2020) destaca que, a pesar de la inmediatez de la información, su calidad está en peligro. La rapidez con la que se produce y consume la información en la era digital a menudo sacrifica la profundidad y autenticidad que las humanidades han buscado preservar. La crítica apunta a la necesidad imperante de resistir la tendencia a la superficialidad en la constante búsqueda de novedades.

En contraposición, hay quienes defienden enérgicamente la capacidad de las humanidades para capitalizar la tecnología y, de hecho, revitalizar sus métodos y alcance. Smith (2021) sostiene que la interconexión global facilitada por la tecnología ofrece nuevas oportunidades para la colaboración interdisciplinaria y la comprensión global. Sin embargo, persiste la crítica, argumentando que esta colaboración debe ser gestionada con precaución para no comprometer la esencia misma de las humanidades. La defensa de la tecnología como aliada de las humanidades encuentra apoyo en la visión de Smith (2019), quien destaca que la interconexión global, impulsada por la tecnología, no solo facilita la colaboración entre disciplinas, sino que también amplía la comprensión a nivel mundial. No obstante, la crítica subsiste, advirtiendo que la gestión cuidadosa de esta colaboración es esencial para evitar la dilución de los principios fundamentales de las humanidades en medio de la revolución tecnológica.

Intersecciones y fricciones: las humanidades en los estudios culturales

En los últimos años, ha emergido una disparidad evidente y una carencia de atención académica hacia las humanidades dentro del ámbito de los estudios culturales latinoamericanos. A pesar de la abundancia cultural y la diversidad de expresiones artísticas en la región, se percibe una inclinación a relegar las humanidades a un plano secundario. Este fenómeno plantea inquietudes sobre la dirección que están tomando los estudios culturales, ya que, según la afirmación de Martínez (2018), las humanidades son fundamentales para descifrar la complejidad de las expresiones culturales y su significado profundo. En este contexto, resulta inquietante la escasa atención dirigida a disciplinas humanísticas como la filosofía, la literatura y las artes en el ámbito de los estudios culturales latinoamericanos. Así, las humanidades proporcionan una perspectiva única para analizar la identidad, la historia y los valores que moldean las sociedades. No obstante, la omisión de estas disciplinas en los estudios culturales puede conducir a una comprensión superficial y estereotipada de la realidad latinoamericana.

La presencia limitada de las humanidades en los estudios culturales latinoamericanos puede tener repercusiones negativas en la formación tanto de estudiantes como de académicos. Según Rodríguez (2018), las humanidades desempeñan un papel fundamental en el cultivo de habilidades críticas y reflexivas, esenciales para interpretar la complejidad cultural. La carencia de estas disciplinas podría traducirse en una formación académica desequilibrada, generando vacíos en la comprensión de la riqueza cultural y la diversidad intrínseca de la región. Es imperativo reconsiderar la relación entre las humanidades y los estudios culturales latinoamericanos. La falta de atención hacia estos campos limita la comprensión profunda y contextualizada de la cultura en la región. Reconocer la importancia de las humanidades se vuelve crucial para lograr una formación integral y avanzar hacia una representación más equitativa y enriquecedora de los estudios culturales en América Latina.

En la era digital, la evolución de las humanidades contemporáneas y los estudios culturales ha generado un escenario complejo que suscita tanto entusiasmo como críticas fundamentadas. La integración de la tecnología ha conllevado transformaciones notables, pero también desafíos que demandan un análisis crítico. Desde la perspectiva de las humanidades contemporáneas, la digitalización ha proporcionado herramientas poderosas para la investigación y la difusión del conocimiento. En palabras de Smith (2019), "la tecnología ha ampliado las posibilidades de investigación, permitiendo un acceso sin precedentes a fuentes y datos". Sin embargo, esta expansión no está exenta de cuestionamientos. García (2020) señala que la sobreabundancia de información en la era digital puede dar lugar a la superficialidad, donde la cantidad prevalece sobre la calidad, afectando la esencia misma de las humanidades centradas en la profundidad y la reflexión.

En el ámbito de los estudios culturales, la era digital ha inaugurado nuevas vías para la exploración de identidades y expresiones culturales. Según Brown (2005), "las redes sociales y las plataformas digitales han democratizado la narrativa cultural, posibilitando la participación activa". No obstante, esta democratización no escapa a las críticas. Jones (2018) sostiene que la exposición constante a diversas expresiones culturales puede propiciar la apropiación indebida y la pérdida de contextos culturales específicos. La convergencia de las humanidades contemporáneas y los estudios culturales en la era digital plantea la necesidad imperante de adoptar un enfoque crítico y reflexivo. Aunque la tecnología provee herramientas invaluables, también presenta desafíos éticos y epistemológicos. La crítica se enfoca en la imperiosa necesidad de preservar la autenticidad, la profundidad y la contextualización en un entorno digital que con frecuencia favorece la instantaneidad y la superficialidad.

En el cruce estratégico entre los Estudios Culturales y las Humanidades Digitales, emerge una sinergia que redefine la comprensión de la cultura en la era digital. García (2019) sostiene que los Estudios Culturales proporcionan una lente crítica para analizar las dinámicas culturales contemporáneas, mientras que las Humanidades Digitales ofrecen herramientas innovadoras para la investigación y representación de estas complejidades. Un ejemplo paradigmático que ilustra la eficacia de la fusión entre Estudios Culturales y Humanidades Digitales se manifiesta en la interpretación de fenómenos culturales digitales emergentes, específicamente en el ámbito de las redes sociales. Destacando que los Estudios Culturales, al centrarse en la interpretación de símbolos, prácticas y representaciones culturales, han sido fundamentales para descifrar la dinámica de comunidades en línea y la construcción de identidades digitales.

Un área donde esta convergencia ha sido particularmente fructífera es el análisis de memes en plataformas digitales. Los Estudios Culturales proporcionan un marco teórico para comprender la función simbólica de los memes, cómo transmiten significados culturales y cómo reflejan la identidad de comunidades específicas. Por ejemplo, un meme puede ser un fenómeno cultural efímero, pero su impacto y su resonancia en determinados grupos pueden ofrecer una ventana única para comprender dinámicas subculturales y expresiones simbólicas.

El papel de las Humanidades Digitales entra en juego al emplear técnicas computacionales avanzadas para analizar grandes conjuntos de datos relacionados con memes. Estos datos pueden incluir patrones de uso, evolución temporal y la interacción de memes en diferentes comunidades en línea. Al aplicar algoritmos de aprendizaje automático, las Humanidades Digitales pueden revelar patrones imperceptibles para los métodos tradicionales de análisis cultural. Por ejemplo, mediante el análisis de la difusión de memes en distintas plataformas, se pueden identificar tendencias culturales emergentes y comprender cómo estas se propagan y transforman a lo largo del tiempo.

Otro ejemplo es la exploración de las manifestaciones culturales en juegos en línea, donde los Estudios Culturales desentrañan las dinámicas simbólicas y narrativas presentes en estos espacios digitales. Las Humanidades Digitales, por su parte, pueden analizar grandes cantidades de datos generados por jugadores para comprender patrones de comportamiento, preferencias y la evolución de las comunidades virtuales. Este enfoque conjunto no solo enriquece la comprensión de la cultura digital, sino que también puede tener aplicaciones prácticas en el diseño de juegos y experiencias virtuales más inclusivas y culturalmente sensibles.

La contribución de los Estudios Culturales en la deconstrucción de la cultura digital hegemónica es significativa, desafiando las narrativas dominantes y cuestionando las inequidades presentes en la era digital. Johnson (2019) destaca el papel crucial de estos estudios al dar visibilidad a las voces marginadas y señalar las disparidades que a menudo pasan desapercibidas. Esta labor se convierte en un acto de resistencia contra las estructuras de poder arraigadas en la cultura digital. Un ejemplo de este desafío se encuentra en la exploración de la representación de minorías étnicas en los medios digitales. Los Estudios Culturales proporcionan las herramientas teóricas necesarias para analizar cómo estas representaciones pueden contribuir a la perpetuación de estereotipos y prejuicios. Por ejemplo, investigaciones centradas en la representación de personas de color en plataformas digitales de entretenimiento pueden revelar patrones que reflejen la marginalización sistémica. Esta conciencia crítica abre la puerta a la resistencia y la demanda de cambios que reflejen la diversidad y complejidad de las experiencias culturales.

La fusión con las Humanidades Digitales fortalece este desafío al permitir la visualización y el análisis de datos a gran escala. Estas herramientas computacionales posibilitan el escrutinio profundo de patrones de representación en grandes conjuntos de datos, identificando tendencias que podrían pasar desapercibidas en un análisis manual. Por ejemplo, mediante el análisis de algoritmos utilizados en plataformas de recomendación de contenido, se puede revelar cómo ciertos grupos étnicos son sistemáticamente excluidos o relegados a roles estereotipados, contribuyendo así a la perpetuación de desigualdades.

Además, la intersección entre Estudios Culturales y Humanidades Digitales también se evidencia en la exploración de la brecha digital. Los Estudios Culturales, al enfocarse en las inequidades en el acceso y la participación en la era digital, destacan cómo ciertos grupos están marginados digitalmente debido a factores sociales y económicos. Las Humanidades Digitales, mediante el análisis de datos demográficos y patrones de uso en línea, pueden proporcionar una visión cuantitativa de esta brecha. Esta colaboración fortalece el argumento contra la cultura digital hegemónica al ofrecer datos concretos que respaldan las experiencias de exclusión y marginación.

En el ámbito educativo, la sinergia entre Estudios Culturales y Humanidades Digitales se convierte en un pilar esencial para la creación de recursos pedagógicos inclusivos. La atención cuidadosa de los Estudios Culturales a la multiplicidad de perspectivas (Nussbaum, 2010) no solo se limita a reconocer la diversidad cultural y lingüística, sino que también promueve un enfoque que aborda la equidad y la representación en el ámbito educativo.

Un ejemplo contundente de esta integración efectiva se encuentra en la adaptación de los contenidos curriculares para reflejar la pluralidad de contextos culturales y lingüísticos. Los Estudios Culturales, al destacar la importancia de comprender y respetar diversas expresiones culturales, contribuyen a la inclusión de literatura, arte y tradiciones de diferentes comunidades en el material educativo. Por ejemplo, la enseñanza de literatura puede ampliarse para incluir autores de diversas regiones y culturas, fomentando así la apreciación de la diversidad literaria global.

Por otro lado, las Humanidades Digitales desempeñan un papel crucial en el diseño de tecnologías educativas que no solo consideran la diversidad cultural, sino que también se adaptan a diferentes estilos de aprendizaje y niveles de competencia lingüística. Las plataformas digitales pueden incorporar herramientas de traducción automática, subtítulos multilingües y contenido multimedia diverso para satisfacer las necesidades de estudiantes con diversos antecedentes culturales y lingüísticos. Por ejemplo, una aplicación educativa puede ofrecer contenido en varios idiomas y presentar información de manera visual para apoyar a estudiantes con diferentes niveles de competencia lingüística.

Esta convergencia de Estudios Culturales y Humanidades Digitales no solo implica una adaptación de los recursos educativos, sino que también influye en la metodología de enseñanza. Los enfoques pedagógicos que integran estas disciplinas pueden incluir actividades interactivas que fomenten la participación activa y el diálogo intercultural. Por ejemplo, el uso de herramientas digitales de colaboración en tiempo real permite a estudiantes de diversos orígenes trabajar juntos en proyectos, compartiendo sus experiencias y perspectivas culturales de manera constructiva.

Resultados: Expresiones Humanísticas Transgresoras y Cambio Social

La dinámica transformadora del cambio social y cultural se ve impulsada por diversas fuerzas, siendo las expresiones humanísticas transgresoras de particular relevancia en este proceso. Estas manifestaciones no convencionales desafían las normas establecidas, dando lugar a debates significativos y generando transformaciones que reverberan en la sociedad y su cultura. En consonancia con las reflexiones de Smith (2021), se destaca que la transgresión cultural no solo desafía, sino que también impulsa la evolución social al cuestionar las estructuras arraigadas y actuar como catalizador de nuevas perspectivas. Este fenómeno no solo representa una ruptura con lo establecido, sino que también fomenta una reflexión crítica que puede resultar fundamental en el proceso continuo de cambio y desarrollo cultural.

La literatura contemporánea se revela como una plataforma esencial para la transgresión cultural. Johnson (2019) destaca que las obras que desafían las convenciones literarias tradicionales no solo superan barreras creativas, sino que también provocan reflexiones capaces de alterar las percepciones sociales. Un ejemplo paradigmático se encuentra en la novela "1984" de Orwell, la cual desafía las normas políticas y sociales de su tiempo, incitando a la reflexión profunda sobre cuestiones fundamentales como la vigilancia y el control estatal. Este tipo de obras no solo rompen esquemas narrativos, sino que también ejercen un impacto significativo al invitar a la audiencia a reconsiderar y cuestionar las estructuras establecidas en la sociedad.

Dentro del ámbito artístico, el movimiento punk ha ejercido como un poderoso catalizador de cambios culturales significativos (García, 2019). A través de la música y la estética, el punk desafía vigorosamente las normas establecidas, promoviendo la autonomía y la expresión individual. Este fenómeno no solo ha dejado una marca indeleble en la cultura juvenil, sino que también ha contribuido sustancialmente a fomentar la aceptación de la diversidad y la disidencia en diversos estratos sociales. Las expresiones humanísticas transgresoras no solo inciden en las estructuras sociales, sino que también ejercen una influencia palpable en la evolución de los valores culturales. De acuerdo con Rodríguez (2018), estas manifestaciones desafían activamente las percepciones tradicionales, generando un espacio propicio para la aceptación de nuevas ideas y la revisión de valores arraigados. Un ejemplo ilustrativo de este fenómeno se encuentra en el movimiento de derechos civiles de la década de 1960, el cual desafió de manera contundente las normas discriminatorias, allanando así el camino hacia una sociedad más inclusiva y equitativa. Este tipo de expresiones transgresoras no solo sacuden el status quo, sino que también impulsan cambios fundamentales en la comprensión y apreciación de los valores culturales.

De acuerdo con Jones (2018), las humanidades digitales constituyen un terreno propicio para la transgresión creativa al amalgamar tecnología y expresión artística. La conjunción de elementos interactivos, realidad virtual y narrativas digitales desafía de manera significativa las convenciones tradicionales, generando así nuevas formas de comunicación. Este enfoque transgresor no solo reconfigura la manera en que experimentamos el arte, sino que también conlleva implicaciones profundas en la construcción de identidades culturales.

La narrativa digital, según destaca García (2020), emerge como una herramienta potente para la expresión transgresora. La capacidad de relatar historias a través de diversos medios digitales rompe con las restricciones de los formatos convencionales, proporcionando un espacio donde voces marginadas y perspectivas alternativas pueden florecer en el discurso cultural. Un ejemplo elocuente de esta dinámica se observa en la plataforma de microblogging Tumblr, la cual ha desempeñado un papel crucial como espacio para la expresión transgresora. En este entorno, comunidades LGBTQ+ han encontrado una voz significativa, desafiando así las normas de género establecidas (Martínez, 2018). Este fenómeno ilustra cómo la narrativa digital no solo amplía las posibilidades de expresión, sino que también se convierte en un terreno fértil para desafiar y transformar las estructuras culturales convencionales.

La participación activa en plataformas digitales transgresoras puede generar impactos significativos en la sociedad. Según la sugerencia de Smith (2021), el activismo digital y las expresiones artísticas transgresoras en línea tienen el potencial de desafiar las estructuras de poder, impulsar la conciencia social y catalizar el cambio cultural. La viralización de movimientos como #BlackLivesMatter ejemplifica cómo las expresiones humanísticas transgresoras digitales no solo son capaces de catalizar conversaciones cruciales, sino también de movilizar comunidades hacia la acción, evidenciando así el papel fundamental que desempeñan estas manifestaciones en la configuración de la dinámica social y cultural contemporánea.

Fuente: Página Oficial Teenvogue Escritor – Lincoln Anthony Blades (2020)

Imagen 1 movilización #BlackLivesMatter 

La convergencia entre las humanidades digitales y los estudios culturales ha generado un terreno fértil para la exploración de la cultura contemporánea mediante medios digitales y tecnologías emergentes. Este análisis examina la estrecha relación entre las humanidades digitales y los estudios culturales, resaltando cómo esta convergencia redefine de manera significativa la comprensión y representación de la cultura en el siglo XXI. Así, esta, en particular, han desempeñado un papel esencial en la transformación del paradigma de la investigación cultural. Como señala López (2017), las herramientas digitales proporcionan la capacidad de analizar vastos conjuntos de datos culturales, revelando patrones y tendencias que previamente eran difíciles de identificar. Este enfoque analítico no solo amplía nuestra comprensión de la cultura contemporánea, sino que también reconoce su intrincada complejidad y dinamismo.

La migración de las expresiones culturales al ámbito digital ocupa una posición central en los estudios culturales contemporáneos. Smith y Rodríguez (2019) sostienen que plataformas como las redes sociales, blogs y comunidades en línea han expandido considerablemente el alcance de la cultura, permitiendo la participación activa y la cocreación cultural. Este fenómeno no solo actúa como un reflejo de la cultura, sino que también contribuye de manera activa a su continua formación y evolución. La representación digital de identidades culturales emerge como otro aspecto crucial en la intersección entre las humanidades digitales y los estudios culturales. García (2020) destaca cómo las redes sociales no solo reflejan las identidades culturales preexistentes, sino que también sirven como espacios dinámicos para la negociación y construcción de nuevas identidades. Este proceso, por su propia naturaleza, refleja la complejidad intrínseca de la cultura contemporánea y desafía las narrativas simplificadas y monolíticas que puedan existir en torno a ella.

En otro sentido, la intersección entre las humanidades digitales y los estudios de género ha surgido como un terreno fértil para comprender y abordar las dinámicas de género en el entorno digital. Este análisis explora de qué manera las herramientas digitales y las metodologías propias de las humanidades digitales han dejado su huella en la investigación y representación de las cuestiones de género en el ciberespacio. Estas han proporcionado herramientas analíticas sumamente eficaces para desentrañar las complejidades que rodean las cuestiones de género. Como señala Rodríguez (2018), el análisis de grandes conjuntos de datos provenientes de plataformas digitales permite identificar patrones y tendencias que revelan las inequidades de género, ofreciendo así una visión más matizada de la experiencia digital en este contexto específico.

La exploración de la representación de la identidad de género en entornos digitales constituye un aspecto fundamental en el cruce de las humanidades digitales y los estudios de género. Las redes sociales y los blogs, por ejemplo, no solo sirven como plataformas para la expresión individual, sino que también se convierten en escenarios activos donde se negocian y construyen identidades de género. Un ejemplo ilustrativo de esta dinámica se observa en la posibilidad que brindan estas plataformas para desafiar y expandir las nociones tradicionales de género.

En la actualidad, individuos que se identifican como no binarios, género fluido o cualquier otra identidad fuera del binario tradicional, han encontrado en espacios digitales la libertad para expresar y explorar su identidad de manera auténtica. Plataformas como Instagram, donde la representación visual es clave, permiten a las personas desafiar las expectativas normativas de género a través de la moda, el maquillaje y otras formas de expresión personal. La influencer Alok Vaid-Menon es un ejemplo destacado que utiliza Instagram para desafiar estereotipos de género y promover la aceptación de la diversidad de identidades.

Además, la construcción de identidades de género en espacios digitales también se manifiesta en la inclusión de pronombres en las biografías de redes sociales, una práctica que contribuye a la visibilidad y respeto de diversas identidades de género. Esta representación digital no solo desafía las nociones preexistentes de género, sino que también contribuye al reconocimiento y aceptación de la diversidad de experiencias de género en la sociedad contemporánea.

El activismo digital se ha consolidado como una herramienta sumamente efectiva para la promoción de la igualdad de género. En palabras de García (2020), las campañas en línea, los hashtags y los movimientos digitales han trascendido las fronteras físicas para convertirse en poderosas plataformas que dan voz a la denuncia de la violencia de género, promueven la diversidad y fomentan la construcción de comunidades en línea que desafían las normas de género tradicionales.

Fuente: Página Oficial Alyssa Milano Twitter - @Alyssa_Milano (2017). Reporte de Laura Camila Reyes (2020) URL: https://opi.ucr.ac.cr/node/1647

Imagen 2 #MeToo 

Un ejemplo de este impacto se observa en movimientos como #MeToo, que ha proporcionado un espacio digital para que las personas compartan sus experiencias de acoso y abuso sexual. Esta campaña no solo ha visibilizado la magnitud del problema, sino que también ha contribuido a cambiar las conversaciones en torno a la cultura de la violación y ha impulsado acciones concretas para abordar este fenómeno a nivel global.

Además, la utilización de hashtags específicos, como #HeForShe, ha permitido movilizar a personas de diversas partes del mundo en apoyo a la igualdad de género. Este tipo de activismo digital va más allá de la denuncia, ya que busca construir alianzas y generar conciencia sobre la importancia de la participación de todos los géneros en la lucha por la igualdad. Asimismo, las plataformas digitales han propiciado la creación de comunidades en línea donde individuos pueden compartir experiencias, consejos y recursos relacionados con cuestiones de género. La existencia de estos espacios virtuales fortalece la sensación de pertenencia y solidaridad, creando redes de apoyo que trascienden las barreras geográficas y culturales.

Aunque se han logrado avances notables, la intersección entre las humanidades digitales y los estudios de género se encuentra confrontada por desafíos, siendo uno de los más prominentes la presencia de representaciones sesgadas en los datos digitales. Tal como señala López (2017), es imperativo abordar estos sesgos de manera efectiva para asegurar que las investigaciones sean más inclusivas y reflejen de manera precisa la diversidad de experiencias y perspectivas de género. Este enfoque crítico no solo es esencial para evitar la perpetuación de estereotipos y desigualdades, sino que también garantiza que las herramientas y metodologías digitales utilizadas en la investigación respeten y representen adecuadamente la complejidad de las cuestiones de género en la sociedad contemporánea.

Discusiones: Críticas contemporáneas y actos transgresores en las humanidades

La transgresión en el ámbito de las humanidades ha sido, a lo largo de la historia, una fuente continua de innovación y cuestionamiento, aunque no ha estado exenta de críticas sustanciales. En este contexto, es esencial examinar las críticas tanto históricas como contemporáneas dirigidas a actos transgresores en las humanidades, resaltando cómo estas críticas han influido en la percepción y recepción de expresiones consideradas desafiantes. Un ejemplo ilustrativo de críticas históricas se encuentra en la obra "Madame Bovary" de Flaubert, la cual desafió las normas culturales establecidas y fue objeto de condena por parte de sectores conservadores en su tiempo. Publicada en el siglo XIX, la novela fue criticada por su representación realista y provocativa de la vida y las relaciones, desafiando las convenciones morales vigentes. Este caso resalta cómo las expresiones transgresoras en la literatura han enfrentado resistencia y censura, incluso cuando han contribuido significativamente a la evolución del pensamiento y la creatividad.

Las críticas contemporáneas a actos transgresores en las humanidades también se manifiestan en ámbitos como el arte visual, la música y la representación mediática. Por ejemplo, obras de arte contemporáneo que desafían las normas estéticas o exploran temáticas controvertidas pueden encontrarse con críticas que cuestionan su valor cultural o su impacto en la sociedad. El fotógrafo Andrés Serrano, conocido por su obra "Piss Christ", se enfrentó a críticas intensas debido a su representación provocativa de una imagen religiosa, generando debates sobre los límites de la expresión artística y la ofensa cultural. Estas críticas históricas y contemporáneas, aunque a menudo reflejan resistencia a la transgresión, también demuestran la importancia de la libertad artística y el papel esencial que desempeñan las expresiones desafiantes en el cuestionamiento y la redefinición de normas culturales y sociales.

En la actualidad, las críticas a la transgresión en las humanidades persisten y han experimentado una evolución en sintonía con los cambiantes dinamismos de nuestra sociedad contemporánea. En este contexto, Smith (2019) resalta que, en un mundo cada vez más diverso y globalizado, las expresiones transgresoras enfrentan críticas específicas relacionadas con la representación de identidades y la apropiación cultural. Este matiz refleja la necesidad de considerar con mayor profundidad los aspectos éticos y culturales en la creación artística y la expresión cultural.

Un ejemplo ilustrativo de estas críticas contemporáneas se manifiesta en la esfera de la moda y el arte contemporáneo, donde la apropiación cultural ha generado debates sustanciales sobre respeto y ética. La práctica de incorporar elementos culturales específicos, como patrones textiles o símbolos tradicionales, sin una comprensión respetuosa de su contexto cultural, ha sido objeto de controversias. En este sentido, diseñadores y artistas contemporáneos han sido cuestionados por su participación en la apropiación cultural, que a veces se percibe como una falta de consideración hacia las comunidades de las cuales provienen esos elementos. Este debate resalta la necesidad de un diálogo más informado y reflexivo en torno a cómo las expresiones transgresoras pueden impactar en la preservación y el respeto de las identidades culturales.

Además, las críticas contemporáneas a la transgresión en las humanidades también se enfocan en la representación de identidades en medios de comunicación y entretenimiento. La falta de autenticidad o la representación estereotipada de grupos étnicos, comunidades LGBTQ+ o personas con discapacidades en películas, programas de televisión y publicidad ha generado un debate crítico. La demanda de una representación más inclusiva y respetuosa destaca la importancia de considerar las implicaciones éticas y sociales de las expresiones transgresoras, reconociendo el impacto significativo que tienen en la percepción pública y la construcción de identidades individuales y colectivas.

Las críticas a los actos transgresores en las humanidades han extendido su mirada a cuestiones éticas y sociales. Según Rodríguez (2021), obras que abordan temas sensibles, como la violencia, la discriminación o la política, pueden recibir críticas debido a su posible impacto en la sociedad. Este escenario ha generado debates profundos en torno a la responsabilidad ética de los artistas y creadores, especialmente en la era digital. En este contexto, los enfoques indisciplinados en las humanidades han ganado prominencia como metodologías que aspiran a superar las barreras disciplinarias convencionales. No obstante, estos enfoques no escapan a desafíos y limitaciones, lo que suscita preguntas relevantes sobre su Las humanidades digitales: transgresión e indisciplina efectividad y aplicabilidad. Este texto se adentrará en la exploración de las restricciones y desafíos que enfrentan los enfoques indisciplinados en el ámbito de las humanidades, arrojando luz sobre la complejidad inherente a la adopción de enfoques que buscan trascender las limitaciones tradicionales de las disciplinas académicas.

A pesar de que la indisciplina promete la integración de diversas perspectivas, algunos académicos sostienen que la falta de límites puede dar lugar a la confusión conceptual. Según García (2019), la indisciplina puede desembocar en una mezcla de ideas sin un marco conceptual claro, lo que dificulta la identificación de patrones y la generación de conocimiento coherente. Aunque la colaboración interdisciplinaria es un pilar fundamental de los enfoques indisciplinados, con frecuencia se enfrenta a desafíos significativos. Johnson (2020) subraya la dificultad de comunicarse eficazmente entre disciplinas, dado que cada una posee su propio conjunto de términos, metodologías y objetivos. Esta diversidad puede generar malentendidos y obstaculizar la colaboración efectiva.

La falta de institucionalización y reconocimiento académico emerge como otra limitación fundamental. Como destaca Rodríguez (2018), las estructuras académicas tradicionales podrían no estar adecuadamente preparadas para valorar y recompensar los enfoques indisciplinados, generando dificultades en la trayectoria profesional de aquellos académicos que adoptan estas metodologías. La gestión de datos y recursos presenta desafíos particulares en contextos indisciplinados. Smith (2021) señala que la diversidad de fuentes y métodos puede complicar la recopilación y análisis de datos, demandando habilidades y recursos adicionales. Este factor puede traducirse en un mayor tiempo y esfuerzo en comparación con enfoques disciplinarios más convencionales.

En la actualidad, diversos movimientos persisten desafiando las normas establecidas en el ámbito de las humanidades, con el propósito de ampliar fronteras y cuestionar paradigmas preexistentes. Este texto explora algunos de estos movimientos, resaltando su contribución en la redefinición de prácticas y perspectivas dentro de las humanidades. Entre estos movimientos se destaca la descolonización de las humanidades, un esfuerzo que busca reevaluar y confrontar las narrativas tradicionales eurocéntricas. De acuerdo con Gómez (2022), este movimiento aboga por la inclusión de diversas voces, perspectivas y tradiciones culturales que han sido históricamente marginadas en la academia. La descolonización aspira a transformar los cimientos epistemológicos de las humanidades, reconociendo la diversidad cultural y desafiando el sesgo colonial arraigado en las disciplinas.

Las humanidades digitales críticas representan un enfoque que trasciende la simple aplicación de herramientas tecnológicas. Como destaca Fernández (2021), este movimiento se enfoca en cuestionar las implicaciones éticas y políticas de la tecnología en la investigación y expresión cultural. Aboga por una reflexión profunda sobre cómo las herramientas digitales pueden influir en la producción de conocimiento y en la representación de las humanidades. Por otro lado, los estudios queer en las humanidades desafían las normas vinculadas a la identidad de género y orientación sexual. Según Martínez (2018), este movimiento busca desestabilizar las categorías normativas de género y sexualidad, promoviendo una comprensión más inclusiva y fluida de la diversidad humana. Los estudios queer desafían las construcciones binarias tradicionales y ofrecen espacio para la exploración de experiencias marginadas.

El arte activista en el ámbito de las humanidades desafía las normas al fusionar la expresión artística con la acción política. Como destaca Johnson (2022), este movimiento utiliza diversas formas artísticas, como el teatro, la música y las artes visuales, para abordar cuestiones sociales urgentes. El arte activista desafía la pasividad y busca involucrar activamente al público en diálogos críticos (Santofimio, 2023). En la era digital, las tecnologías emergentes han desencadenado transformaciones significativas en la manifestación de la transgresión en el ámbito humanístico. Este análisis explorará de qué manera estas tecnologías influyen en la transgresión humanística, dando lugar a nuevas formas de expresión, discusión y desafío a las normas establecidas. La integración de nuevas tecnologías ha expandido de manera considerable los medios de expresión en las disciplinas humanísticas.

Según Smith (2019), las redes sociales, blogs y plataformas digitales se erigen como espacios propicios para la expresión creativa y el cuestionamiento de las convenciones establecidas. La capacidad de llegar instantáneamente a audiencias globales redefine la transgresión en el contexto digital, permitiendo la generación de diálogos y la conformación de movimientos que desafían y reformulan las percepciones culturales. Ejemplos notables incluyen movimientos en redes sociales que abordan cuestiones sociales, políticas o culturales, como el activismo digital, que ha cobrado fuerza en la última década, destacando cómo la transgresión encuentra nuevas formas de expresión y acción en la era de la tecnología.

La implementación de las realidades virtuales (RV) ha catapultado la transgresión a niveles sin precedentes. Conforme a las observaciones de Rodríguez (2020), las experiencias inmersivas habilitan a los creadores en el ámbito humanístico para sobrepasar las barreras tradicionales, sumergiendo a los participantes en mundos alternativos que desafían las percepciones convencionales. Las narrativas inmersivas, al ofrecer una inmersión profunda en contextos y escenarios, proporcionan un terreno fértil para explorar temas tabúes y cuestionar la realidad establecida. Un ejemplo ilustrativo de esta tendencia es el auge de experiencias de realidad virtual que abordan asuntos sociales y políticos de manera impactante, permitiendo al público vivir y sentir en primera persona situaciones que de otra manera podrían parecer distantes o abstractas. La RV se convierte así en una herramienta poderosa para la expresión humanística, que no solo desafía las limitaciones físicas, sino que también redefine la manera en que las audiencias interactúan y se involucran con las narrativas transgresoras.

Las innovaciones tecnológicas han desempeñado un papel catalizador en el surgimiento del activismo digital y en el impulso de movimientos sociales que desafían las injusticias. García (2020) subraya cómo las redes sociales han facilitado la movilización rápida y la difusión de mensajes que desafían las normas sociales y políticas. Un ejemplo paradigmático de esta dinámica se observa en el uso estratégico de plataformas digitales que ha permitido la organización eficaz de movimientos tan influyentes como #MeToo y #BlackLivesMatter.

Estos movimientos han logrado trascender las barreras geográficas y conectar a personas de diversas partes del mundo, evidenciando el potencial transformador de la tecnología en la promoción de la justicia social. En el caso de #MeToo, las redes sociales se convirtieron en un espacio donde las víctimas de acoso y abuso pudieron compartir sus experiencias, generando un diálogo global sobre la prevalencia de estas problemáticas. Por otro lado, #BlackLivesMatter ha utilizado plataformas digitales para documentar y visibilizar la violencia racial, desencadenando conversaciones cruciales sobre la discriminación sistémica y la brutalidad policial.

El activismo digital, respaldado por las nuevas tecnologías, ha demostrado ser una fuerza poderosa al desafiar las estructuras de poder establecidas, amplificar voces marginadas y catalizar cambios sociales significativos. Este fenómeno ilustra cómo las herramientas tecnológicas pueden ser aprovechadas estratégicamente para avanzar en la lucha contra la injusticia y fomentar la conciencia social a escala global.

La transgresión humanística en el contexto digital plantea no solo nuevas formas de expresión y desafío, sino también desafíos éticos emergentes. Fernández (2018) destaca la imperiosa necesidad de abordar cuestiones cruciales como la privacidad, la manipulación de datos y la responsabilidad asociada a la creación de contenido transgresor. La ética digital se convierte, entonces, en un componente crucial para guiar la transgresión sin caer en prácticas perjudiciales. En este intrincado tapiz de la sociedad moderna, las humanidades transgresoras despliegan sus colores vibrantes y desafían las líneas predefinidas de la convención. Sin embargo, en medio de este despliegue creativo, es esencial recordar que la libertad de expresión y la transgresión deben ir acompañadas de una conciencia ética y responsabilidad. La capacidad de traspasar fronteras no debe comprometer la integridad y dignidad de los individuos ni socavar principios fundamentales.

Como García (2019) destaca, las humanidades transgresoras se revelan como catalizadoras de cambios profundos al cuestionar las estructuras establecidas y desentrañar las complejidades de la experiencia humana. Este acto de transgresión no se limita a una mera rebeldía superficial; más bien, representa un proceso reflexivo que despierta la conciencia y desafía la complacencia intelectual. En el contexto de un mundo cada vez más conectado, las expresiones transgresoras en las humanidades encuentran un espacio vital en las plataformas digitales.

Smith (2021) subraya cómo las redes sociales y los espacios en línea han democratizado la difusión de ideas, permitiendo que las voces transgresoras alcancen audiencias globales. Este fenómeno no solo amplía el impacto de las humanidades transgresoras, sino que también fomenta la diversidad y la inclusión en el diálogo cultural. Al trascender las barreras geográficas y culturales, estas expresiones transgresoras enriquecen el panorama intelectual al dar voz a perspectivas diversas, contribuyendo así a un diálogo global más enriquecedor y reflexivo.

La importancia de las humanidades transgresoras se manifiesta de manera destacada en su capacidad para abordar temas contemporáneos cruciales. Según Rodríguez (2022), estas expresiones desafiantes son esenciales para explorar y comprender las complejidades vinculadas a cuestiones como la identidad, la justicia social y la sostenibilidad ambiental. En un mundo caracterizado por rápidos cambios y desafíos interconectados, las humanidades transgresoras ofrecen un marco crítico para el diálogo y la acción.

Entonces, la pertinencia continua de las humanidades transgresoras en la sociedad moderna radica en su habilidad para romper barreras, abrir nuevas perspectivas y fomentar reflexiones profundas. En un entorno donde la complacencia intelectual puede amenazar la innovación y el progreso, estas expresiones desafiantes actúan como agentes vigorizantes, recordándonos la importancia de cuestionar, explorar y trascender las limitaciones establecidas. Al proporcionar un espacio para la disidencia y la innovación, las humanidades transgresoras contribuyen de manera significativa a la evolución constante del pensamiento y la sociedad.

Conclusión: hacia una invitación inacabada

En la vastedad de la exploración humana, las humanidades emergen como el crisol donde convergen la historia, la cultura y la expresión artística. En este contexto, la transgresión y la indisciplina han irrumpido como fuerzas dinámicas, desafiando los límites convencionales y abriendo panoramas desconocidos. Como señala García (2018), las humanidades no son simplemente disciplinas académicas, sino un tejido vivo que captura la riqueza y la complejidad de la experiencia humana. La transgresión, en este contexto, se convierte en el motor que impulsa la reflexión crítica sobre las normas establecidas.

La transgresión en las humanidades no es un acto aislado, sino una corriente subterránea que se entrelaza con el cambio social y cultural. Rodríguez (2019) destaca que la transgresión en las humanidades es esencial para cuestionar y remodelar la narrativa cultural, desafiando las representaciones arraigadas y dando voz a las experiencias marginadas. En este viaje de descubrimiento y desafío, la indisciplina se presenta como la brújula que guía a través de territorios desconocidos. Como menciona Smith (2020), la indisciplina en las humanidades es la negación de las fronteras impuestas por las estructuras académicas, permitiendo la fusión de enfoques diversos y la creación de conocimiento desde perspectivas inexploradas.

La recapitulación de estos elementos revela una sinfonía compleja donde las humanidades, la transgresión y la indisciplina convergen. Las humanidades, como disciplina fundamental, se enriquecen y renuevan a través de la transgresión, y la indisciplina actúa como el catalizador que impulsa la exploración audaz y la expansión de límites previamente establecidos.

El examen de la evolución de las humanidades contemporáneas en el contexto de la era digital y globalizada revela un panorama dinámico y en constante cambio. La capacidad de estas disciplinas para integrar perspectivas culturales y tecnológicas, como subrayado por Smith (2020), se erige como un pilar fundamental en la construcción de una comprensión crítica y contextualizada de la realidad, según la visión respaldada por Johnson (2019).

El cambio hacia un enfoque transdisciplinario, rompiendo las barreras disciplinarias convencionales, según lo destacado por Jones (2018), subraya la adaptabilidad de las humanidades contemporáneas. Esta transición hacia un abordaje más amplio permite a estas disciplinas enfrentar problemas complejos que trascienden fronteras académicas convencionales, lo que contribuye a la resolución de desafíos globales. Por tanto, el papel de las humanidades en la sociedad actual proporciona una comprensión profunda de la condición humana, fomentando la empatía y la comprensión intercultural, según la perspectiva de Nussbaum (2010), resalta la influencia positiva que estas pueden tener en la formación de individuos y comunidades más conectados y comprensivos. En términos de fundamentales, el artículo enfatiza la contribución esencial de las humanidades, abriendo paso al carácter transgresor e indisciplinado de las humanidades, respaldado la importancia de desafiar las normas preexistentes y ampliar los límites del conocimiento. Esta fuerza impulsora mantiene la dinámica y la relevancia de las humanidades, asegurando que estas disciplinas sigan siendo catalizadoras de la innovación y la comprensión profunda en el continuo fluir del tiempo.

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Recibido: 15 de Octubre de 2023; Aprobado: 15 de Diciembre de 2023

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