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Revista Lasallista de Investigación

Print version ISSN 1794-4449

Rev. Lasallista Investig. vol.12 no.1 Caldas Jan./June 2015

 

Socialización en la Universidad: equidad y aceptación de la diferencia entre jóvenes*

Socialization at the university: equity and acceptance of differences among young people

Socialização na universidade: equidade e aceitação da diferença entre jovens

Ana María Arias Cardona**, Sara Victoria Alvarado Salgado***

* Artículo producto de investigación desarrollada entre 2013 y 2014 en la Corporación Universitaria Lasallista, Caldas, Antioquia.
** Psicóloga, especialista en Psicología Clínica, énfasis: Salud mental, magíster en Educación y Desarrollo Humano, Participante Doctorado en Ciencias Sociales: Niñez y Juventud. Fundación Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano - Universidad de Manizales. Docente tiempo parcial Corporación Universitaria Lasallista. Caldas, Antioquia.
*** Directora del doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud del Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud Fundación Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano CINDE - Universidad de Manizales. Doctora en Educación, Universidad de Nova- Fundación Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano. Caldas, Antioquia.

Autor para correspondencia: Ana María Arias Cardona, e-mail: anarias@lasallistadocentes.edu.co@gmail.com

Artículo recibido: 27/08/2014; Artículo aprobado: 15/05/2015.

...Aceptar la pluralidad es la señal de distinción de una sociedad democrática; es la confianza en la capacidad de mujeres y hombres para ser autónomos y libres, para decidir sin interferencias ni imposiciones sobre sus posiciones políticas, sus preferencias ideológicas, sus maneras de ser y de vivir, y hasta sus creencias religiosas o la ausencia de ellas...
María Teresa Uribe


Resumen

Introducción. La universidad es un lugar especial donde se configuran procesos de socialización entre jóvenes, vivencias particulares relacionadas con la equidad y la aceptación de la diferencia entre ellos, a los que vale la pena aproximarse desde las propias voces de sus protagonistas. Objetivos. El artículo pretende exponer el análisis de los resultados obtenidos en la aplicación del cuestionario "actitudes de equidad y aceptación activa de la diferencia" y en la realización de grupos focales complementados con la técnica interactiva del fotolenguaje. Materiales y métodos. Esta investigación fue realizada bajo un diseño metodológico mixto y siguiendo las orientaciones del método de estudio de caso único. Resultados. Los resultados permiten desvelar que existe una distancia significativa entre lo que de manera consciente los jóvenes explicitan como "el deber ser" y el "hacer" cotidiano manifestado en sus relaciones del día a día. Conclusiones. La socialización en la universidad revelada a través de prácticas cotidianas de equidad y aceptación de la diferencia permite evidenciar formas culturales y políticas de participación.

Palabras clave: socialización, equidad, aceptación de la diferencia, jóvenes universitarios.


Abstract

Introduction. Universities are a especial place in which socialization processes among young people take place, particular experiences related to equity and acceptance of the differences they have, and these processes are worth an approach from the voices of the protagonists. Objectives. This article aims to show the analysis of the results obtained in the application of the questionnaire called "Attitudes of equity and active acceptance of differences" and in the focus groups complemented with the interactive technique of photo language. Materials and methods. The research work was performed under a mixed methodological design and following the indications of the unique case study method. Results. The results obtained demonstrate a significant distance between what young people consciously regard as "what it should be" and the daily "doing" manifested in their everyday relationships. Conclusions. Socialization in universities, revealed by means of the daily practices of equity and acceptance of differences, evidences cultural and political ways of participation.

Key words: socialization, equity, acceptance of differences, young people, universities.


Resumo

Introdução. A universidade é um lugar especial onde se configuram processos de socialização entre jovens, vivências particulares relacionadas com a equidade e a aceitação da diferença entre eles, aos que vale a pena aproximar-se desde as próprias vozes de seus protagonistas. Objetivos. O artigo pretende expor a análise dos resultados obtidos na aplicação do questionário "atitudes de equidade e aceitação ativa da diferença" e na realização de grupos focais complementados com a técnica interativa do fotolenguaje. Materiais e métodos. Esta investigação foi realizada sob um desenho metodológico misto e seguindo as orientações do método de estudo de caso único. Resultados. Os resultados permitem desvelar que existe uma distância significativa entre o que de maneira consciente os jovens explicitam como "o dever ser" e o "fazer" cotidiano manifestado em suas relações do dia a dia. Conclusões. A socialização na universidade revelada através de práticas cotidianas de equidade e aceitação da diferença permite evidenciar formas culturais e políticas de participação.

Palavras chaves: socialização, equidade, aceitação da diferença, jovens universitários.


Introducción

La socializaciónes el proceso a través del cual los sujetos interiorizan y construyen la realidad (La Construcción social de la realidad, como se citó en Jaramillo, Arias, Arias, Restrepo y Ruíz, 2012, 23), en un mundo que ha existido antes del nacimiento, que construimos en el momento actual y que continuará existiendo aún después de la muerte (Arendt, 1959, 77).Y es en los procesos de socialización donde se forma la persona en el sentido gadameriano de Bildung, que significa "el proceso por el que se adquiere cultura" (Gadamer, 1997, 38).

En esta vía, y debido a que "los procesos de socialización implican la construcción de significados, sentidos y prácticas en torno a la formación de identidades personales y colectivas, construcción de regulaciones o patrones de valor cultural" (Alvarado y Botero, 2010, 5-6), las actitudes se consolidan entonces como una puerta de entrada al paradigma de la socialización, pues la actitud es asumida, según Anastasio y Urbina (Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano [CINDE], s.f. 1), como la "tendencia a reaccionar de manera favorable o desfavorable a cierta clase de estímulos, como los grupos étnicos o nacionales, una costumbre o una institución" y sus componentes son las "opiniones que se tienen respecto las interacciones con diferentes grupos humanos, la carga afectiva que se otorga a esas interacciones posibles y la tendencia a actuar en una determinada dirección" (CINDE, s.f. 1).

En este caso la equidad es considerada una actitud favorable frente a personas pertenecientes a diferentes grupos, relacionada con concederles los mismos derechos y garantías que al resto de la población. Como ya se ha dicho se pretendía detectar no solo el pensamiento sino también la tendencia a realizar acciones que garanticen la igualdad de todos. En el cuestionario aplicado esta actitud tiene cuatro dimensiones: género, etnia, estrato socioeconómico y relación intergeneracional (adultos - jóvenes).

La aceptación activa de la diferencia, siguiendo a Cortina (CINDE, s.f. 2), es la "actitud positiva y proactiva de los/las jóvenes hacia aceptar, respetar y poder convivir de manera positiva con personas pertenecientes a grupos poblacionales que se diferencian por sus ideas, concepciones religiosas, orientación sexual o filiación política". En el cuestionario aplicado, la aceptación activa de la diferencia, tiene cinco dimensiones: ideas diferentes, religión, orientación sexual, filiación política y resolución de conflictos.

Es de señalar que este trabajo orientó su aproximación a los procesos de socialización entre jóvenes universitarios a través de la indagación acerca de actitudes como la equidad y la aceptación de la diferencia, explorando no solo asuntos tales como lo que se piensa o se siente acerca de una persona gay, sino, además, lo que al respecto se hace en la vida cotidiana, pues se comparte la afirmación de Alvarado, Arias, Gómez y Pineda (2013, 3) quienes consideran que "respetar y valorar la diferencia es el principal insumo para la construcción de la vida en común".

Dicha socialización se complejiza dada la situación colombiana que da cuenta de la degradación del vínculo social, manifestada en múltiples violencias que han sido naturalizadas y en la agudización del conflicto armado. También, es difícil afrontar la tendencia homogeneizante que descalifica cualquier expresión distinta a la del discurso hegemónico: ser hombre, blanco, heterosexual, católico y de derecha (Arias, 2013a, 8; 2013b, 2).

El contexto universitario es un espacio propicio para investigar la socialización juvenil ya que cumple con los elementos planteados por Bourdieu y Passeron (2006, 52 - 53): (a) Los pares suelen configurarse como grupo solo cuando se organizan a través de una institución ya existente; (b) Las normas explícitas e implícitas para interactuar suponen un uso del espacio regulado y ritmado en el tiempo; (c) Las prácticas y hábitos son factores determinantes para la consolidación y/o la ruptura de las relaciones sociales entre ellos; (d) Abundan los hobbies, nuevos lenguajes, estéticas, el uso de tecnologías y; (e) Se consolidan lugares de consumo simbólico, que incluyen los espacios informales de convivencia y los de integración socio-cultural.

En este orden de ideas, siguiendo a Alvarado, Arias, Gómez, y Pineda, 2013, 4; Batallan y Campanini, 2008, 87; Alvarado, Ospina, Botero y Muñoz, 2008, 22; Sabucedo, 1996, 78; y Ospina, 2012, 21, la escuela (lo que es aplicable a cualquier nivel educativo) es uno de los agentes llamados a jugar un papel importante en la socialización (adjetivándola como socialización política), pues interviene de diferentes maneras: da información sobre el funcionamiento del sistema, los derechos, etcétera; es un espacio distinto para experimentar relaciones de poder y autoridad; y también pretende promover la participación.

Además, la universidad posibilita comprender "la juventud como categoría analítica que cobrará sentidos particulares al ser analizada inserta en el mundo social; será allí desde donde se podrá explicar como condición juvenil, es decir, qué es ser/ estar joven en ese tiempo y lugar" (Chaves, 2009, 15).

Materiales y métodos

La investigación tuvo un interés comprensivo, el diseño fue mixto, y el método fue el estudio de caso único; se desarrolló por medio de la aplicación del cuestionario "actitudes de equidad y aceptación activa de la diferencia" que fue diseñado por la Fundación CINDE y con la conformación de dos grupos focales complementados con la técnica interactiva del fotolenguaje, la cual tuvo el objetivo de "evocar los espacios en donde transcurren los procesos, textualizando situacionesy experiencias de los sujetos relacionadas con los usos del espacio, con sus actores, sus reglas y sus temporalidades" (Ghiso, 2002, 75)

Para usar el cuestionario y adaptarlo al contexto de la Educación Superior, se solicitó el aval de la Dirección del CINDE, y para la participación libre e informada de los jóvenes se firmaron consentimientos y asentimientos informados.

Inicialmente se llevó a cabo una prueba piloto para la validación del instrumento, y con base en los hallazgos se definió que la presentación de la escala de puntuación se haría de acuerdo con la metáfora del semáforo (Rojo: nivel bajo. Amarillo: nivel medio. Verde: nivel alto). En la aplicación final los sujetos fueron seleccionados por medio de un muestreo estratificado; participaron 65 estudiantes (51 % hombres y 49 % mujeres entre 16 y 18 años) del primer semestre de distintos pregrados, distribuidos como se evidencia en la gráfica 1.

Finalmente, la técnica de análisis para la encuesta fue el SPSS, y para los grupos focales y las técnicas interactivas fue el análisis a través de una matriz categorial.

Resultados

En el cuestionario, la actitud equidad da cuenta de que el 53,03 % de los jóvenes puntúan en nivel alto (verde) y el 46,97 % se sitúan en rango medio (amarillo), lo que da indicios favorables respecto a las personas que pertenecen a diferentes grupos, en relación con concederles los mismos derechos y en esta vía se espera que tiendan a tener pensamientos y acciones que garanticen la igualdad. Datos observables en la gráfica 2.

Las puntuaciones específicas según cada una de las dimensiones de la actitud equidad se pueden observar en la gráfica 3.

En la dimensión etnia la mayoría de participantes (80,30 %) se ubica en verde (rango alto) expresando una actitud favorable sin prejuicios ni acciones discriminatorias, lo que se reafirma en los grupos focales cuando emergen ideas positivas con relación a la equidad de etnia; además, expresan su descontento frente a la estigmatización social de la que son víctimas algunos afro-descendientes e indígenas, lo que se puede observar en palabras de un joven: "La gente piensa que el racismo ya se acabó y no es que ya se haya acabado sino que está más maquillado".

Y en un relato hecho por uno de los participantes: "al preguntarles por ti me dijeron que no necesitaban un negro más en el deporte. Esto marcó a Antony hasta tal punto que renunció al deporte".

Sin embargo, en esta misma dimensión se observa que el 19,70 % de estudiantes se ubica en amarillo (rango medio) puntuación relacionada con expresiones en los grupos focales tales como "yo no me considero racista... pero a mí no me gustan, por decir, los indígenas" o fragmentos de la técnica del fotolenguaje, así: "apareció una señora forcejeando con un negrito care-nea1, el negrito la quería robar". "Ladrón".

Estas tensiones fueron evidenciadas también por autores como Ojeda y González quienes afirman que "tanto a poblaciones afrodescendientes como a poblaciones indígenas se asocian atributos positivos y negativos" (Ojeda y González, 2012, 111), es decir, que, por un lado, aparece la "intención" de ubicarlos en el lugar de sujetos válidos, pero por otro, emergen manifestaciones automáticas relacionadas con chistes, dichos populares y demás, que dan cuenta de configuraciones culturales que han deslegitimado a los grupos étnicos y los han ubicado en segundo nivel.

Algo similar pasa con el género, ya que se hace evidente la influencia que la cultura ha tenido en actitudes negativas en relación con la equidad de género, actitudes que según ellos algunas mujeres siguen perpetuando: "eso es culpa no de todas las mujeres, sino de las mujeres que siguen pensando que ellas son para la casa y el esposo para la calle y para que les dé las cosas".

En este punto es pertinente cuestionar el lugar que tienen los contextos educativos como agentes socializadores en este aspecto, ya que "los regímenes de subjetivación de género pueden promoverse desde la cultura escolar; los discursos y prácticas docentes, el currículo y los propios estudiantes" (Gómez, 2006, 41); así, algunas actitudes en los contextos educativos se consolidan como estereotipos de rol de género que enmarcan a los hombres y a las mujeres en actividades distintas que se consideran más apropiadas según su sexo. En este orden de ideas, llaman la atención otras narraciones tales como: "hay unos jóvenes que son muy retrógrados que es todo lo que yo diga, lo que yo mande en la casa, la mujer de él es la que lava, cocina, y yo soy el que traigo todo, entonces es la decisión del hombre, la mujer no cuenta".

Todo esto pareciera mostrar la existencia de vestigios machistas y de discursos patriarcales "que legitiman la superioridad de un sexo sobre el otro y que niegan la existencia de múltiples formas de hacerse y nombrarse como hombre o mujer, y que, además, contribuyen al sostenimiento y reproducción de la violencia social" (Alvarado, Borelli y Vommaro, 2012, 10).

En la dimensión estrato socioeconómico también se encuentran fuertes contradicciones, pues en el cuestionario la mayoría de los participantes (51,52 %) se sitúa en verde, seguidos del 48,48 % que puntúa en amarillo, mientras que en los grupos focales y en la técnica interactiva aparecen afirmaciones acerca de las diferencias entre ricos y pobres, y que es posible notar constantes comparaciones principalmente en temas relacionados con el vestuario y la apariencia física en general; en palabras de una joven:

"Porque están en su mundo perfecto como tienen plata, están perfectas, tienen el cuerpo perfecto, ropa más bonita, la cara más bonita, entonces miran a otras personas que no son igual a ellas y las excluyen por su forma física".

Según esta expresión, pareciera que relacionan la riqueza con la "vida perfecta"; vida perfecta entendida como "el cuerpo perfecto, la ropa más bonita, la cara más bonita".

En sus relatos aparece la relación entre el estrato socioeconómico y el esfuerzo en el ámbito académico. En palabras de un estudiante:

"Hay algunos pobres que quieren salir adelante entonces estudian más y los ricos creen que los papás los van a mantener toda la vida porque les dan cada ratico plata, en cambio a los pobres no les dan eso, entonces se lo rebuscan".

Según la mayoría, estas diferencias de estrato socioeconómico influyen en las relaciones interpersonales, ya sea en contra, como lo decía una participante:"hay personas que no se quieren relacionar con otras de un estrato socioe

conómico más bajo...", o a favor tal como lo afirmaba un joven: "en cambio hay otras que son más tranquilas, se relacionan con todo el mundo y antes quieren tener más amigos y si está con este o con esta da lo mismo".

La dimensión intergeneracional es la única en la que la mayor parte de universitarios se ubica en el rango medio y donde se observa un porcentaje (3,03 %) que se sitúa en el rango bajo. No obstante, en los grupos focales no se expresa la existencia de conflictos ni prejuicios al respecto; por el contrario, la mayoría prefiere sentir que los adultos les permiten ser autónomos, y se evidencia sensibilidad frente a lo que parecen ser las dificultades propias de la vejez y frente a los casos de exclusión hacia el adulto mayor que ellos observan, en palabras de un estudiante:

"Sí, a mí me da mucho pesar de los viejitos, por ejemplo, cuando los tratan mal, pues, debería haber como más fundaciones para todos los viejitos...".

Valdría la pena profundizar en este aspecto de lo intergeneracional en futuras investigaciones para contrastar con afirmaciones como las de Moreira y Romero:

Se ha señalado al conflicto intergeneracional como una de las causas de la invisibilización del aporte de la población jo-ven al funcionamiento de la sociedad. En este sentido, la subordinación del joven se relaciona al esquema patriarcal-autoritario en el cual el ejercicio del poder, por parte de las generaciones adultas, invisibiliza sus aportes y potencial (Moreira y Romero, 2010, 142)

Esta afirmación coincide con un estudio realizado con una muestra de estudiantes chilenos, donde se expresa que ellos tienen la percepción de "no ser considerados o entendidos por el mundo adulto" (Martínez, Silva, Morandé y Canales, 2010, 109), lo cual no concuerda con los hallazgos particulares de esta investigación.

Por otra parte, en la actitud aceptación activa de la diferencia como se observa en la gráfica 4, la mayoría de jóvenes se ubica en el rango verde con un 77,27 %, vislumbrando una actitud positiva y proactiva frente a las personas diferentes.

Las dimensiones de la actitud aceptación activa de la diferencia se observan en la gráfica 5.

Tanto en la dimensión ideas diferentes como en la de primacía de la imagen (que inicialmente no hacía parte de la escala pero se configuró como categoría emergente) la mayoría de participantes se ubica en los rangos verde y amarillo, expresando una tendencia a la aceptación; sin embargo, se hacen visibles puntos de tensión que no coinciden totalmente con los resultados obtenidos en los grupos focales y en el fotolenguaje, pues aparece un fenómeno de división grupal de acuerdo con diferencias específicas, grupos que tienen nombres propios y características particulares, así:

"Las rubias" que son las jóvenes de cabello claro, con "cuerpo perfecto", "ropa bonita" y que "excluyen por la apariencia física a quienes son distintas".

Los "nerds" que son más inteligentes, salen menos de rumba en comparación con los otros jóvenes, son serios y coherentes.

Los que tienen "delirio de traqueto" que se caracterizan por "ser pobres pero chicanean y quieren salir adelante fácilmente" y son "prepotentes" porque quieren que los demás les hagan todo.

Los "crossover"2 o los "de todito"3 que es el grupo en el que particularmente los participantes se sitúan a sí mismos dada su característica de "hablar con el rico, con el pobre, con el negro, con el blanco".

En relación con estos grupos hallados, Castillo (2011, 157) también identificó a los intelectuales, a los crossover y a las grillas, quienes corresponden acá a "los nerds", los "de todito" y "las rubias", respectivamente.

Aquí caben las reflexiones arendtianas sobre la pluralidad entendida, más que como distinción, como igualdad (Arendt, 1958, 181) ya que nos permite reconocernos como iguales en cuanto especie y en cuanto comunidad de sentidos, igualdad que no se puede resolver solamente en el plano de lo jurídico y del derecho, sino que exige condiciones para que la igualdad se dé en el plano de la existencia. Así, teniendo en cuenta tanto los resultados obtenidos en el cuestionario como en el grupo focal, se puede apreciar que en "el encuentro con la diferencia no necesariamente siempre tiene que estar atravesado por el sufrimiento y la contradicción; también puede constituirse el goce, el placer y la voluntad de afirmarse frente a lo diferente" (Piedrahíta, 2014, 18).

Este fenómeno de agrupación es también comprendido como proyectos identitarios que se asumen como "catalizadores de conflictos en tanto su función de significar cercanías y lejanías en relación con un determinado grupo de referencia" (Castillo, 2011, 157) y

Permiten la comprensión de los contextos vitales o mundos de la vida desde los cuales el acontecer juvenil deviene, tanto para su propia lectura como para la mirada del mundo adulto, como diferentes formas de relacionarse e interactuar, entre ellas, desde la perspectiva de la dinámica conflictiva (Castillo, 2011, 158).

En la perspectiva de la imagen, es de señalar que las diferencias en la forma de expresarse tanto con el cuerpo como con la palabra ocasionan también prejuicios, pues el estilo y la forma de vestirse, de expresarse corporal y verbalmente, para los jóvenes, es parte integral de su vida, ya que los define y define a los demás como sujetos, evidenciando estilos de vida diferentes, modos de existencia y saberes particulares que permiten decidir con quién se establecen relaciones y con quién no (Aguilera, 2010, 85; Castillo, 2011, 59; Cubides, 2010, 72; Guattari y Rolnik, 2006, 322; Mejía, 2010, 66; Muñoz, 2007a, 88, 2007b, 27, 2010, 22), lo cual vivencian en sus propios cuerpos y palabras, y lo leen en los cuerpos y las palabras de los demás; así "el propio cuerpo ha sido construido social y culturalmente" (Galcerán, 2009, 144) y se encarna como primer espacio de poder y libertad de todo ser humano, (Alvarado, Borelli; Vommaro, 2012, 19; Díaz y Alvarado, 2012, 117).

En la dimensión religión, a pesar de que el 24, 24 % de los jóvenes están en el rango medio en el cuestionario, en los grupos focales y en el fotolenguaje afirman que la única forma de que surjan conflictos relacionados con esta diferencia es cuando un sujeto intenta promocionar su propia religión u ofende criticando la de los demás, como expresaba alguno: "es bacano siempre que no me quieran meter una religión por los ojos".

La orientación sexual es una dimensión muy debatida y polémica entre los jóvenes, aunque inicialmente en los grupos focales expresan que no existen dificultades, pero al profundizar aparecen prejuicios en la mayoría, lo cual entra en contradicción con los resultados del cuestionario pues el 65,15 % se sitúan en el rango verde y tan solo el 1,52 % se ubica en el rango rojo (nivel bajo). Una característica predominante en esta dimensión es la diferencia que existe entre la apreciación de la homosexualidad femenina y el juicio que se emite frente a la masculina, y donde es aparentemente más aceptada la homosexualidad femenina, pero en su discurso la mujer continúa siendo ubicada en el lugar de objeto que "debe" brindar placer a los hombres; en palabras de un joven: "es que todos los hombres piensan eso, dos mujeres besándose es arte y dos hombres besándose es una cochinada".

Así, aunque pareciera haber una posición más "tolerante" con otras opciones afectivo-sexuales, en definitiva no hay una aceptación activa que vea en la pluralidad otro modo legítimo de vivir, lo que se puede entender como un vacío en la educación para la ciudadanía, pues "los derechos y las responsabilidades en materia sexual y reproductiva apoyan así la idea de ciudadanía sexuada, es decir, una ciudadanía que reconoce la diferencia sexual y la legitimidad de las distintas orientaciones sexuales" (Pecheny y Sabsay, 2005, 151).

En la dimensión de filiación política la mayoría de participantes (69,70 %) puntúa en amarillo, a diferencia de las demás dimensiones donde la mayoría se ubica en el rango verde; según el cuestionario pareciera que fueran más aceptables las diferencias de religión, de ideas y de imagen que de filiación política.

Los jóvenes expresan, en la dimensión de resolución de conflictos, inconformidades frente a las implicaciones que tienen las relaciones con los demás en especial en el ámbito académico, aunque aparece cierto "disfrute" frente al conflicto ajeno; por ejemplo, expresan: "Ojalá por curiosidad, uno ver un profesor que se ponga a pelear".

En este orden de ideas asumen que las situaciones conflictivas se presentan cuando se cruzan los límites de la confianza, y cuando se realizan trabajos en equipo para los distintos cursos en la universidad y alguien siente que lo está haciendo todo solo. Sin embargo no todos expresan su malestar a sus compañeros, "a mí no me importa, yo no les digo nada pero uno sabe... Uno dice "ah bueno, yo hago eso, aprendo todo y ella verá cómo se defiende luego".

Por otra parte están las opiniones que tienen frente al conflicto en Colombia, sus problemáticas sociales y políticas. Opiniones con un matiz de desesperanza y legitimación de modos violentos de actuar, donde es relevante la ausencia de lo que Alvarado y Ospina (2007, 82) denominan el "potencial creativo entendido como el uso de la razón, del pensamiento, de la capacidad de generar ideas, para generar alternativas dialógicas de resolución que permitan una convivencia pacífica basada en el reconocimiento y no en la dominación", dado que en el grupo focal expresan afirmaciones como: "tiene que bombardear uno todo Colombia, a la política Colombia ya se le salió de las manos, aquí ya no hay nada que hacer".

Esta posición puede leerse a la luz de lo expresado por Muñoz (2010, 21):

Las culturas juveniles son herederas de un conflicto bélico sin par, de una crisis ética nunca vista, de unas condiciones calamitosas para la humanidad, que conllevan mucha desesperanza y un rabioso grito de rebeldía contra las generaciones adultas que las produjeron.

En síntesis se encuentran dos tendencias: una, de los jóvenes que disfrutan las diferencias referentes a cultura, religión y preferencia musical, y otra, que las devalúa, principalmente si estas diferencias están relacionadas con el consumo de sustancias psicoactivas, hinchadas de los equipos de fútbol y orientación sexual. Esto se hace manifiesto en afirmaciones como:

"Gas lo que hacen, que se visten de mujeres y no lo son, si quiere ser gay, sea hombre gay pero no tienen necesidad de ponerse tetas, quitarse el pene, me disgusta mucho".

"No me caen bien, pues por ejemplo hay como dos tipos de marihuaneros, los neas valijas que son de una esquina, parchados desperdiciando la vida y los que son así que por relajo, por género musical...".

Llama la atención que si bien en algunos casos existe tolerancia a la diferencia, tal como se ha dicho no pareciera haber una aceptación activa de la misma, relacionada con solidarizarse con aquellos que sufren la estigmatización social por ser distintos; sin embargo,se reafirma lo expuesto por Alvarado, Ospina, Botero y Muñoz (2008, 30) quienes expresan que la socialización política incide directamente en la configuración de la subjetividad política, es decir, en procesos que aproximan los sentidos y las prácticas cotidianas de existencia en común.

Discusión

Ciertamente emergieron diferencias significativas entre los resultados del cuestionario y los de los grupos focales, que dan a entender la existencia de una tensión significativa entre "el deber ser" y el acto como tal. El deber ser suele verse más reflejado en las creencias que se expresan en la prueba, a través de afirmaciones tales como "estoy de acuerdo en que hombres y mujeres tienen los mismos derechos" o "estoy en desacuerdo con que las personas negras son menos inteligentes que las blancas". No obstante, pareciera que el hacer cotidiano emerge de manera más espontánea y menos elaborada en las anécdotas que se narran en los grupos focales, donde sí se evidencian vestigios de prácticas sexistas, homofóbicas, racistas, entre otras.

Este fenómeno de distancia entre el deber ser y el hacer podría dar cuenta de avances en los discursos y específicamente en las creencias que los configuran, pero que no se ven reflejados aún en las prácticas. Al parecer las conductas cotidianas dan cuenta más de respuestas automáticas donde emergen procesos emocionales y simbólicos, que suelen ser menos elaborados en términos cognitivos e incluso más automáticos, quizá de actos que se ejecutan sin que estén mediatizados por la reflexión o incluso de actitudes que se han naturalizado en sus contextos y de imaginarios que han pasado de generación en generación. Este es entonces un reto importante para las instituciones sociales encargadas de la socialización política y de formar en ciudadanía, como los escenarios educativos y la familia, en relación con las intervenciones que realizan, para que promuevan entonces cuestionamientos a los propios pre-juicios, desarrollando autorreflexión y nociones éticas de equidad y aceptación que transformen en profundidad los pensamientos y las actitudes, de modo que se vean reflejados en los actos de la vida cotidiana.

Sumado a lo anterior, estas diferencias entre los resultados arrojados por dos técnicas diferentes resaltan la importancia de ejecutar investigaciones con técnicas estandarizadas y no estandarizadas que posibiliten el diálogo, la contrastación, el acercamiento a la subjetividad, las aclaraciones y la exposición de las experiencias personales,y posibiliten el surgimiento espontáneo de las voces juveniles, pues son estas voces las que permiten un acercamiento a la comprensión de sus vivencias; verbigracia, las expresiones de los jóvenes, expuestas hasta este punto,indican aún el predominio de discursos hegemónicos, de verdades únicas, de la primacía de la idea acerca de que existe una sola forma correcta de vivir, de habitar el cuerpo, de amar, de pensar, de relacionarse. Allí se restringe no solo la posibilidad de comprender a los demás sino también sus vivencias diferentes, pues en el discurso hegemónico cada sujeto considera tener la razón y, basado en esto, "etiqueta" a los otros como bueno/a frente a malo/a; negro/a frente a blanco/a, heterosexual frente a homosexual, entre otras.

Sin embargo, en estas expresiones también se manifiesta que la socialización en la universidad es un espacio que propicia el reconocimiento de la diversidad y la singularidad, gracias a las diferencias de género, raza, clase social y perspectiva individual y grupal frente a dichas diferencias. El cuerpo y la manera en la que este se habita por medio del vestuario, la expresión corporal y el consumo de sustancias psicoactivas ocupan un lugar realmente importante en el reconocimiento de la diversidad y la singularidad, debido a que materializan y permiten dar a conocer la identidad y, en sentido contrario, pareciera que posibilitan juzgar la de los demás, al demarcar las diferencias entre los jóvenes y construir actitudes, estéticas y discursos que configuran órdenes de vida cotidiana en sus relaciones interpersonales dentro de distintos contextos como la universidad.

Inicialmente los jóvenes consideraron que el conflicto se refiere principalmente "a algo bélico" o a agresiones físicas, naturalizando así violencias simbólicas como la exclusión; sin embargo, cuando se ahondó en el tema relacionaron los conflictos en la universidad con situaciones académicas en las que sienten que realizan los deberes que son responsabilidad de sus compañeros de clase, es decir, se ven afectados ellos mismos al tener más responsabilidades de las que les corresponden; sobresale así que en ninguna de sus expresiones mencionan la existencia de conflicto cuando ven afectados los derechos de personas desconocidas.

De esta manera, el círculo ético de los jóvenes universitarios participantes es limitado y concreto, ya que allí solo entran las personas más cercanas como los miembros de su familia y los amigos íntimos, pero no incluyen a los otros compañeros de clase o a las personas de su barrio, lo que incide en que su movilización se dé solo frente a asuntos que los afectan directamente a ellos o a sus seres queridos. Al parecer, así reconozcan que se están violentando derechos y que se están cometiendo injusticias, mientras estas situaciones no traigan consecuencias directas para sí mismos, sus familias o sus amigos, no reaccionan; ellos lo expresan así:

"Mientras menos lo afecte a uno, uno menos interés le presta".

"No sé, (para participar tendría que pasar) algo relacionado con la carrera, algo en que lo metan a uno, yo digo que eso es lo que incentiva".

De esta misma manera los jóvenes universitarios plantean su voluntad de participación, pues tienen la capacidad de exponer las propias necesidades, aunque no siempre buscan que estas sean dadas a conocer a gran cantidad de personas sino que, por el contrario, son las mismas personas que conforman su círculo ético a las que se remiten.

Igualmente la conciencia de responsabilidad o conciencia social se limita también a su círculo ético. Por ello, la Universidad es llamada a pugnar por la ampliación del círculo ético en sus estudiantes que propicie no solo la equidad sino también que facilite mayor comunicación entre Universidad y jóvenes universitarios; esto implica que desde el escenario universitario se dinamicen acciones para la constitución de subjetividades juveniles por medio del uso de la libertad y la autonomía en la vida cotidiana, a través de las nociones de pluralidad, aceptación activa de la diferencia, bien común y colectividad, ya que los sentidos, vivencias y significados juveniles pueden consolidarse como acciones políticas, pues sus expresiones revelan ideales, realidades, juicios emotivos, intelectuales y cognitivos que manifiestan indignación, exclusión, resentimiento, y desde los cuales proponen, adoptan y negocian normas, valores, comportamientos y actitudes en sus relaciones diarias.

Todo lo descrito permite afirmar el lugar activo que ocupan los jóvenes en la política cotidiana por medio de la utilización de sus cuerpos, sus narrativas, sus utopías, sus relaciones interpersonales, y la utilización de la música, las barras de fútbol y los productos de consumo, que crean nuevas formas de participación, nuevos discursos hegemónicos, nuevas formas de exclusión, nuevas concepciones del bien común y de la colectividad, lo que efectivamente se consolida como política, y en este orden de ideas, "la cultura emerge como el espacio estratégico de las tensiones que desgarran y recomponen el "estar juntos", los nuevos sentidos que adquiere el lazo social, y también como lugar de anudamiento de todas sus manifestaciones: religiosas, étnicas, estéticas, sexuales" (Muñoz, 2007b, 88).

Es así como la socialización en la universidad es una evidencia de que por medio de sus prácticas cotidianas individuales y grupales los jóvenes inciden activamente en la política y en la cultura, y crean formas de participación que trascienden lo socialmente esperado y aceptado.


Notas

1 "Care-nea " esta denominación la utilizan los y las jóvenes para referirse a personas que por su apariencia física son juzgadas como peligrosas.
2 "Fusión de músicas de distintos géneros". Esta denominación la utilizan los y las jóvenes para referirse a quienes establecen fácilmente relaciones con personas muy diversas en tanto elección sexual, pertenencia étnica, afiliación política, creencias religiosas, preferencias culturales, entre otras.
3 "Paquete de comestibles colombianos que incluye papitas, rosquitas, platanitos, chicharrines, etc."


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