SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.19 número1Participación de la Población Rural del Municipio de Filandia en los Sistemas de Seguridad SocialDesempeño Mecánico de Compuestos de Madera Plástica de Matriz Poliolefínica índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Revista Lasallista de Investigación

versión impresa ISSN 1794-4449

Rev. Lasallista Investig. vol.19 no.1 Caldas ene./jun. 2022  Epub 08-Feb-2023

https://doi.org/10.22507/rli.v19n1a15 

Artículo de revisión de tema

Comprensión Hermenéutica de una Ontologia del Presente en la Era Digital1

Hermeneutic Understanding of an Ontology of the Present in the Digital Age

Compreensão Hermenêutica de uma Ontologia do Presente na Era Digital

Jaime José Salcedo Díaz2  ** 
http://orcid.org/0000-0003-1112-6517

2 Filósofo y Teólogo. Estudios en Alta Gerencia y Alta Dirección Estratégica; Magíster en Educación, Magíster en Filosofía, Doctor en Filosofía, y Actualmente adelanta estudios en Política social (candidato a Maestría). Corporación Universitaria Minuto de Dios-UNIMINUTO. ORCID: 0000-0003-1112-6517


Resumen

EL presente como categoría filosófica, expresa un carácter conductual, que se asume como una actitud (ethos) frente a un mundo digital. Este "ethos" configura una relacionalidad entre Lo humano y La máquina, construye puentes de apertura (apertus) que consolida unidades de posibilidad existencial a través de prácticas que manifiestan, no una digitalización, sino, una digitalización, esto es, una praxis particular y singular que, en el marco digital, pretende comprender intencionalmente el campo existencial del ser humano en las lógicas digitales. Esta digitalización como práctica, configura, "el presente" que en el marco de lo digital se constituye en una racionalidad, una especie de capacidad que tienen los seres humanos de analizar a través de un ejercicio mental la realidad existencial de sí mismo y de su entorno.

Palabras Clave: Presente; digitalización; praxis; racionalidad; digital

Abstract

The present as a philosophical category, expresses a behavioral character, which is assumed as an attitude (ethos) towards a digital world. This "ethos" configures a relationship between the human and the machine, builds bridges of opening (apertus) that consolidates units of existential possibility through practices that manifest, not a digitization, but a digitiza-tion, that is, a praxis particular and unique that, in the digital framework, intends to intentionally understand the existential field of the human being in digital logics. This digitaliza-tion as a practice configures "the present" that in the digital framework constitutes a rationality, a kind of capacity that human beings have to analyze through a mental exercise the existential reality of themselves and of your environment.

Keyword: Present; digitization praxis; rationality; digital

Resumo

O presente como categoria filosófica expressa um caráter comportamental, que se assume como uma atitude (ethos) em relação a um mundo digital. Esse "ethos" configura uma relação entre o humano e a máquina, constrói pontes de abertura (apertus) que consolida unidades de possibilidade existencial por meio de práticas que manifestam, não uma digitalização, mas uma digitalização, ou seja, uma práxis particular e única que, no quadro digital, pretende compreender intencionalmente o campo existencial do ser humano nas lógicas digitais. Essa digitaliza-ção como prática configura "o presente" que no quadro digital constitui uma racionalidade, uma espécie de capacidade que os seres humanos têm de analisar por meio de um exercício mental a realidade existencial de si e de seu ambiente.

Palavras-chave: Presente; digitalização; práxis; racionalidade; digital

Introducción

El propósito de este artículo, es comprender, desde una perspectiva hermenéutica, una ontología del presente que se establece en el campo de la reflexión filosófica de la relación hombre- tecnología1. No se trata de establecer una racionalización crítica diacrónica de dicha relación, sino, de traer a la conciencia unas nociones conceptuales que fundamenten una forma de entender la naturaleza humana (Stiegler, 2003).

La comprensión hermenéutica de una ontología del presente pretende indagar por el horizonte de sentido de lo humano (Moreno Ortiz, 2020), cuya modalidad existencial es comprendida en la lógica del desarrollo de la vida que se suspende en el espacio y en la temporalidad digital, y que de manera concomitante acompaña la comprensión ejecutante de la cotidianidad de la vida diaria, ejemplo claro es la emisión continua (streaming) que se da a través de plataformas como Periscope, Facebook live, YouTube, Amazon, Discovery, Tubi, entre otras.

Con este ejercicio hermenéutico, lo que se pretende es encontrar la unidad interpretativa entre la significación y el sentido de la digitaliza-ción y la humanidad, porque como dice Hermann Lotze (como se citó en Xolocotzi Yáñez et al., 2014): "debe según esto, haber todavía otra forma de existir, junto a las posibles modalidades de la existencia de lo físico, lo psíquico y lo metafísico" (p. 54). Una modalidad digital que exista y que a la vez re-estructure ese binomio entre lo sensible y no sensible, entre lo fáctico y lo imaginario, entre lo concreto y lo abstracto, entre lo real y la representación, un modo de existencia que se pregunte por la praxis y por el pragma de la existencia (Grondin, 2002); un modo que se sitúe en el campo reflexivo que permita tener una aproximación a la comprensión de lo humano en el presente de esta era de la digitaliza-ción.

Por tanto, preguntarse por el ser humano hoy, no es una pregunta vaga y vacía, al contrario, trae a la conciencia lo que aparentemente es comprensible en la realidad del presente, identificar los elementos que encierra dicho fenómeno relacional y encontrar su más genuino sentido, que, como se ha indicado anteriormente, no pretende mostrar tensiones entre la técnica, la tecnología y el hombre, sino más bien, encontrar un horizonte delimitado de comprensión de dichas tecnologías que se encuentran profundamente arraigadas y atrincheradas en nuestra forma de vida, como dirá Quintanilla et al. (2017).

Frente a este ejercicio hermenéutico, preguntémonos: ¿Cómo entender la digitaliza-ción como un "hacer" humano, y cómo este hacer, configura una manera de ser y comportarse frente al mundo? ¿Qué define el momento presente? ¿Qué tipo de praxis está intuitivamente incidiendo en la visión del ser humano? ¿Qué situaciones fenoménicas se manifiestan para definir nuestro momento histórico? ¿Qué somos? ¿Qué tipo de diagnóstico debe hacerse para no caer en la charlatanería elucubrativa? ¿Cuál es la comprensión hermenéutica de una ontología del presente en la era digital?

Para abordar el estatuto ontológico, que permita diagnosticar el presente y desentrañar las lógicas del ser humano de hoy, se requiere un desplazamiento del mero conocimiento de la práctica digital a la comprensión de la digitaliza-ción como praxis, sólo así se encontrarán las unidades de sentido, y la existencia humana estará en el calidoscopio filosófico que dará cuenta del fragmento de la realidad del presente como expone Rodríguez Jaramillo (2011) en su trabajo sobre La ontologia del presente. M. Foucault lector de Kant, Habermas lector de Foucault.

Este desplazamiento pone en primer plano al presente, que más que un tiempo, es una reflexión ontológica de sí mismo y de los campos filosóficos que brotan de la reflexión de las experiencias del ser humano para reconocer, caracterizar, distinguir, esclarecer y entender los caracteres que construyen la actualidad; el presente es un modo de ser en el mundo, en palabras de Foucault una actitud,

(...) y por actitud quiero decir un modo de relación con respecto a la actualidad; una elección voluntaria que hacen algunos; esto es, una manera de pensar y de sentir, una manera también de actuar y de conducirse que, simultáneamente, marca una pertenencia y se presenta como una tarea. Un poco, sin duda, como eso que los griegos llamaban ethos (Foucault, 2017, Vol. LXV).

Un ethos que, en primer lugar, muestra a un humano desprovisto, ya no de doctrinas dogmáticas y canónicas, pero sí de prácticas ideologizantes digitales construidas y sugeridas por instituciones burocráticas como Google, Facebook, Microsoft, Amazon, quienes ponen la agenda de la práctica diaria, y estar fuera de ella, es aislarse de la realidad del mundo de hoy (Kirkpatrick, 2011).

Frente a lo anteriormente expuesto, se hace necesario, en primera medida, identificar a través de conceptualizaciones detalladas, las características que encierran la pregunta por la ontología del presente, para que, una vez identificados tales aspectos, se pueda suscitar una reflexión que no lleve a aporías filosóficas, más bien, a descubrir el sentido del hoy como sustancia filosófica. De este modo, se presentarán una serie de aproximaciones hermenéutico-conceptuales que unifican la comprensión de la significación y sentido de la relación ser humano y digitaliza-ción a través de una bisagra comprensora llamada práctica. Estas aproximaciones apuntan a una estructura imbricada que teje el sentido de la comprensión del presente en la era digital, ellas son: el presente como racionalidad digital, la ontodigitaliza-ción y su estructura fundamental: el Apertus; y, la digitaliza-ción como praxis. Teniendo en cuenta estas tres aproximaciones, pasemos a su desarrollo.

Primera Aproximación Hermenéutica: el Presente como Racionalidad Digital

El presente como categoría filosófica se ancla en el sapere aude kantiano que denota la orientación del ser humano desde su pensamiento, desprovisto de doctrinas dogmáticas religiosas, políticas y culturales, a través del ejercicio de la propia razón, esto es, haciendo uso de su propio pensar (Kant, 2004). Por consiguiente, el presente se constituye en primera instancia en un principio negativo del uso de la capacidad cognitiva donde se pretende cuestionar verdades reveladas y establecidas. Segundo, el presente como acontecimiento histórico que funda sus raíces en la ilustración que como dice Michael Foucault (2017): "es la formulación de un proyecto que es el propio proyecto de la razón" (p. XIII). Tercero, el presente como contexto intelectual contemporáneo que encierra teorías filosóficas que constituyen el marco epistemológico de la comprensión de la historia en relación con distintos saberes (Bocanegra, 2019). Por último, el presente como el jetztzeit o "tiempo del ahora" -desde Walter Benjamin- expresa la conexión de experiencias entre lo estético y lo místico que posibilita un tipo de acontecer en el tiempo futuro (Habermas, 2017).

Todas estas definiciones del presente expuestas por teóricos a través de la historia muestran una seria reflexión sobre el estatuto del ser humano en relación con el uso público de su propia razón, promoviendo una subjetivación que se construye a partir de una analítica de sí mismo y no de verdades establecidas por la sociedad. El presente, en este artículo, no es asumido como un tiempo puntual que determina la presencia histórica del sujeto, ni mucho menos como tiempo del alma en san Agustín de Hipona, (2010), sino, como una manera de ser frente a su comprensión de mundo, una racionalidad comprensora de la vida.

Esta racionalidad se instaura específicamente en el develamiento de los modos de actuar del ser humano, indagando por aquellos fenómenos que se esconden detrás de una serie de prácticas concretas y específicas que hacen que el ser humano de hoy sea así y no de otra manera. La racionalidad, en su sentido práctico, es ejercer el pensamiento para desentrañar lo que Paul Veyne (1984) llama "la parte oculta del Iceberg".

Esta racionalidad como ejercicio de pensamiento del presente no pretende captar una metafísica de la existencia, sino, comprender una ontología actual, que se ha constituido por una práctica que traduce la existencia a dígitos y que se encuentran codificadas en lo que Gilbert Simondon denomina el "individuo técnico" o individuo digital que hace referencia al avatar automatizado que parte del ecosistema de la realidad humana y que necesita ser agenciado por él mismo, y del cual se constituye en condición sine qua non para comprenderse y comprender la realidad (Simondon, 2013).

El presente como racionalidad digital, es el modo o actitud que asume el individuo en la reflexión sobre ese conjunto abierto de acontecimientos históricos y reales que son traducidos a un sistema binario- algorítmico, y que una vez establecidos en la lógica de la pantalla, anudan unas formas de pensamiento que los hacen legítimos porque son vinculados a las estructuras experienciales de una serie de prácticas que construyen un tipo de pensamiento que responde a la singularidad de la época, en este caso, a la singularidad de un pensamiento digital2.

La racionalidad digital implica un conjunto de acciones o experiencias conscientes e inconscientemente realizadas, y que configuran al ser humano con una serie de características que definen una identidad de pensamiento, entiéndase esto, como la construcción de sentido a partir de un juego relacional entre el individuo, experiencia y digitaliza-ción. Este sentido se adquiere a partir de la significación vivida de la experiencia, y que en su interiorización (o uso), se encripta en una serie de asépticos bits compuesto por ceros y unos, que hacen de la experiencia un presente permanente que se reproduce en la pantalla en cualquier momento de la historia fáctica del individuo, ya lo dice José Ignacio Latorre (2019): "(...) todo se reduce a la transmisión de unos y ceros, que nuestro cerebro comprende y dota de un nivel de conciencia humano" (p. 53).

Segunda Aproximación Hermenéutica: la Oontodigitaliza-ción y su Estructura Fundamental: el apertus

Es claro que la ontología del presente pone sobre la palestra, de manera categorial, la reflexión sobre la pregunta por el estatuto del ser humano, más que presupuestos metafísicos pretende comprender las lógicas fácticas que definen al humano de hoy en relación con el ecosistema digital que lo circunda. El carácter temático planteado se inserta en el campo reflexivo de la estructura racional de la digitaliza-ción y permite identificar desde una perspectiva fenoménica esas condiciones que muestran al ser humano en cuanto humano, real y concreto, que se ve con una serie de características que le confieren una constitución de su existencia, un modo de estar y de ser. Por consiguiente, definir el momento presente del humano digital no es tarea fácil, y puede ser metodológicamente irrisorio, nimio y obvio, sin embargo, la pregunta como dice Heidegger (2011) ya es una búsqueda, que identifica de manera racional el concepto que se esconde en dicha relación.

La racionalización digital busca cada vez más, de manera comprometida, definir los conceptos para precisar el sentido y la significación de la relación humano-digitaliza-ción, a partir de una construcción filosófica que interrogue reflexivamente el presente y esclarezca de manera positiva el estatuto que define al ser humano actual en relación con la dinámica digital. Esta búsqueda positiva de dicha relación se establece en el plano unificador de lo que el hombre es, en cuanto es, y la naturaleza digital que lo circunda, y que legitima su exposición al mundo a través de este nuevo escenario llamado digitaliza-ción. Este plano unificador se denomina ontodigitaliza-ción3, es decir, la condición de ser, que reúne dos realidades vitales; en palabras de Pierre Lévy (1998) "una heterogénesis" (p. 8), cuya posibilidad existencial se entiende de un modo distinto al modo fáctico, esto es, una nueva raza digital que se abre campo para perpetuarse como una generación que construye unos nuevos seres humanos que nacen y se desarrollan en los nuevos escenarios virtuales emergentes, en otras palabras, una analítica híbrida entre lo virtual y lo fáctico (Pérez, 2020).

Con la ontodigitaliza-ción el esclarecimiento del ser se instaura desde una racionalidad digital que no solo habla de una realidad específica, sino que conceptualiza de manera unitaria la relación categorial onto y digital, que sistémicamente cargan con un significado filosófico, y, que definen el marco temático de un modo existencial que legitima la validez y la significación de la relación ser humano-digitaliza-ción. Esta estructura unificadora llamada ontodigitaliza-ción posibilita, por una parte, la comprensión del ecosistema digital en relación con una ontología del presente; y, por otra, subsane las tensiones y la rivalidad que la cultura han hecho de la tecnología y lo humano (Fukuyama, 2002). La ontodigitaliza-ción indaga por la realidad existencial que reside en lo digital y que como dice Ángel Xolocotzi et al (2014): "no acontece de modo separado y paralelo, sino que es vivido conjunta y simultáneamente" (p. 54). O como dice Gilbert Simondon (2013): "Lo que reside en las máquinas es la realidad humana, el gesto humano fijado y cristalizado en estructuras que funcionan" (p. 34).

El rasgo fundamental de la ontodigitaliza-ción es su capacidad de apertura (apertus), la cual, carga en sí misma, una comprensión de existencia, que abre las puertas de la intimidad y se expone a la generalidad del ser, en donde el in-timus se vuelve ex-timus4, es decir, expresa el volcamiento de la persona hacia afuera, construyendo un principio ontológico de identidad emergente que no sólo expresa la unificación conceptual de dos realidades filotecnológica, sino la determinación del ser humano actual del presente; en otras palabras, es un modo de apertura del ser a través de procesos de prácticas digitales desde donde también expresa su interioridad, y como dice Gilbert Simondon (2013): "es un modo de relación del hombre con el mundo" (p. 20).

El apertus abre el horizonte de significación del ser humano concreto y situado en el campo digital, entendido este no desde su sentido técnico sino filosófico, como la posibilidad de ser permanentemente en el avatar de la imagen, y en los bits de la reproducción, allí se está digitalmente presente, presencia real que muestra experiencias concretas y tangibles, y, que muchas veces se constituye en filosofía originaria de la vida, la cual reinterpreta a partir del EdgeRanK5, algorítmico del "like" o me gusta de los seguidores en una red.

El apertus manifiesta una constitución propia de la ontodigitaliza-ción y es que siempre tiende a estar abierto al mundo, entiéndase mundo no como el acontecer fáctico donde se suscitan las experiencias concretas de las personas, sino en el mundo digital, ese mundo transformado en procesos de información y de números binarios y de pixeles. Es el mundo emergente de la actualidad que se modifica cada vez más al ser existente. En síntesis: este apertus es técnica, esto es, parafraseando a Ortega y Gasset (1982), una reforma constante de la naturaleza que lo inunda, y para hacer de estas experiencias una cosa concreta, él decide abrirse campo en el espacio digital a través de un nickname, un passwordy el diligenciamiento de sus datos biográficos y afectivos para ser reconocido por una comunidad viviente digital, y luego a través de un botón enter, se abre al mundo como concreción estructural; como dice Zygmunt Bauman (2018): "el ser humano que se inserta en el "ámbito público" que manifiesta una cultura del mostrar (p. 37).

Este apertus evoca la primacía ontológica Heideggeriana "in-der-welt-sein" (estar-en-el-mundo) (Heidegger, 2011, p. 75), que desde una ontología del presente en la era digital se convierte en el: "in-der-welt-sein-digitalen" (estar-en-el-mundo-digital), el cual se constituye en un fenómeno eminentemente relacional con las cosas fácticas, que son traducidas a pixeles y números binarios, es decir, que para que el ser de la persona esté representado en el mundo digital, necesitará de una serie de números que no sólo precisa las coordenadas de los puntos de la imagen, sino la intensidad de los componentes del color de su apertura al mundo a través de la imagen. El individuo digital no reconoce esta praxis del ordenador, ya que lo que se da a él ya se encuentra codificado, listo para agregar su información y mostrarse al mundo.

Esta apertura al mundo digital de la ontodigitaliza-ción indica esencialmente una extensión del ser fáctico al ser digital, involucrándose con la estructura de las experiencias digitales que son recreadas a través de un tipo de interacción online, construyendo sentido (novedades) y significaciones construidas a partir de esta dinámica relacional. El ontodigitalizador6 asume la digitaliza-ción como parte esencial de su desarrollo, se compromete con él, lo construye como una dimensión de su ser, y toma la decisión de incorporar cada vez más en su estructura ontológica peculiar de su cultura y contexto social. Como dicen Miguel Quintanilla (2017, p. 12) "las tecnologías son como son, porque hay personas que toman decisiones para que sean así", es por eso, que la cultura de los humanistas no puede desconocer la realidad humana presente en el mundo digital, el hombre no sólo se constituye en portador de lo digital, sino que éste es una relación de familiaridad, convirtiéndose en lo que Pierre Lévy (1998) denomina: "la hetero-génesis de lo humano" (p. 8).

Esta relación de familiaridad que el ser humano construye con el mundo digital no se da en el ontodigitalizador como una yuxtaposición existencial, sino como un escenario donde se puede ubicar para hablar, relacionarse y formarse. Es una relación del residir (in) de habitar en un Sit im lebem (Posición en la vida) que le genera sentido vital (Ricoeur, 2002). Es una relación existenciaria que genera sentido, en donde ellos tienen cada vez más una ocupación de sí, no desde el ejercicio del examinarse o conocerse a sí mismos, sino, endilgado la responsabilidad a los otros seres digitales que se ocupen de él proporcionándole unas formas de existencia.

La apertura de la ontodigitaliza-ción se encuentra con un mundo ya ocurrido, se le aparece a cada persona en estructuras, plataformas, micrositios, web, App, entre otros; es con lo que se encuentra el ontodigitalizador, y es en esta aparición y en su novedad donde el ontodigitalizador no es indiferente a ella, le presta atención, es activo en su relación y construcción continua, es actor, espectador, productor y consumidor a la vez. Se involucra en la trama de la visión de mundo en la que de antemano ya habita; en otras palabras, el mundo digital que vive el presente actual se construye desde la óptica de la racionalidad digital donde se despliega la actividad humana.

Tercera Aproximación Hermenéutica: la Digitaliza-ción como Praxis

La perspectiva hermenéutica aquí descrita, ha posibilitado a través de aproximaciones, una conceptualización del sentido y del significado de una ontología del presente en el ecosistema digital, desde ella, se ha podido tematizar esa relación que existe entre el ser humano y lo digital; esa especie de co-relacionalidad que permite articular dos realidades existenciales, y evitar la "satanización" que la cultura prohumanista ha hecho de la máquina.

Esta co-relacionalidad entre el ser humano y lo digital se establece a partir del elemento unificador de la ontodigitaliza-ción que a través del apertus, integra la estructura existencial de la comprensibilidad de un modo de ser, esto es, un modo existencial que se comprende en el ser instalado del artefacto, y se reconoce con una identidad estructuralmente concreta. No es un ser arrojado al modo heideggeriano, sino instalado y que tiene una doble propiedad en su comprensión digital y en su comprensión fáctica, que funda una nueva constitución fundamental: el ser digital.

En la perspectiva de esta temática, el ser digital es un modo de presencia existencial de la subjetividad que se construye a partir del horizonte social del apertus de la ontodigitaliza-ción. Es una ontología regional conformada por características particulares que definen un tipo de naturaleza establecidas en la materialidad del algoritmo y que precisa un esclarecimiento no en su estaticidad del número binario establecidos a través de programas, sino, en el sentido de vida que allí radica y que sólo puede comprenderse en el movimiento de la información de dicho ser. Como dice Jesús Adrián Escudero (2016): "el sentido de la vida sólo se resuelve poniéndola en movimiento, creando y recreando su partitura sin parar" (p. 73).

En el estatuto filosófico del ser digital, se establece un modo de ser que asume propiedades de la vida humana, no es un objeto que se observa de manera reflexiva, sino una existencia que de forma dinámica se abre campo a la cotidianidad, entendida esta como hecho, como suceso, como práctica diaria que se obliga no sólo a residir en una morada digital, sino que dicha morada (mundo digital) proporciona un kunde7 concrecional que le ayuda a resolver problemas prácticos de la existencia (Simondon, 2013).

La dinámica existencial del ser digital se concreta en la digitaliza-ción, y ésta es entendida no como un conjunto de información traducidos a dígitos, sino una acción, una praxis; y, entiéndase praxis como una práctica particular y singular que, en el caso de lo digital, pretende comprender intencionalmente el campo existencial del ser humano en las lógicas digitales. En la digitaliza-ción como praxis se concreta la subjetividad del ser, no el ser individual, sino el ser que se abre campo en la vida social, ella es "determinación de la existencia como elaboración de la realidad" (Juliao, 2014, p. 133) y cuya realidad exige ser permanentemente renovada y actualizada.

El ser digital es estático, porque está instalado, programado, listo para abrirse al mundo, sin embargo, su esencia está en la digitaliza-ción, ya que éste no es un simple sustantivo, sino un término de presencia activa, una acción permanente, un acto en constante realización que se va perfeccionando en la medida que el ser humano fáctico incluye propiedades informativas que le dan vida e identidad. Una vez instalada la información, el ser digital se obliga de manera algorítmica a experimentar una actualiza-ción permanente de su ser, esta actualiza-ción, es la actividad que define la praxis de la digitaliza-ción.

La realidad ontológica de la actualiza-ción implica una clarificación fenomenológica de cómo ésta reside en el ser digital; la actualización del ser es un elemento necesario para alcanzar una mejor comprensión de la estructura presente en el artefacto que proporciona un modo de ser propio de la vida humana y que a la misma vez se convierte en sentido de vida. La digitaliza-ción es una forma práctica cuya peculiaridad está en su dinámica y movimiento permanente, mientras que la actualiza-ción es un modo de ser particular y privilegiado de la digitaliza-ción que posibilita no sólo una forma de presentarse ante el mundo digital, sino que es renovación constante de aquello que lo caracteriza.

En la actualiza-ción se expresa la facticidad práxica de la digitaliza-ción, ella es posibilidad de mejoramiento continuo tanto del mundo como del ser digital, es un presente continuo que configura una realidad, que no designa en este caso una espacialidad que contiene un conjunto de cosas, sino un modo existencial del ser digital, una vez que ha sido actualizado, que responde así mismo, pero distinto de sí.

Es por ello que, en el marco de la digitaliza-ción como praxis, la ontología del presente es un ser actualizado que se sumerge en una realidad o modo existencial cuyo acceso privilegiado no se restringe a un "yo" personal, sino a un "muchos" colectivo, ya que esta actualiza-ción es eminentemente trascendental, por su carácter de apertura a los otros seres digitales. Esta actualiza-ción tiene una estructura ontológico-digital que pretende reafirmar en su ser digital, el ser fáctico, no en la conciencia reflexiva de éste, sino en el artefacto.

Por consiguiente, en esta constitución ontológica existe una dependencia relacional del ser fáctico con el ser digital, no hay distinción; actualizar su ser fáctico, es actualizar su ser en lo digital, lo que significa que el ser fáctico se comprenda desde su ser digital, y éste a su vez se convierta en una determinación ontológica de ese ser concreto y situado, que se deja interpelar, afectar, y modificar.

La Estructura de la Digitaliza-ción como Praxis

La digitalización es un movimiento constante de gestación cultural, que integra una gran diversidad de prácticas de los que viven en el mundo digital, estos son, tanto los que construyen el mundo digital (programadores), como los que asumen el mundo digital (usuarios) para mundanizarlo. Este movimiento implica una arquitectura temática que manifiesta la relación habitual entre el ser humano y su práctica en lo digital; es precisamente, esta práctica la que permite que éste primero esté esencialmente vinculado al segundo.

Ahora bien, esta práctica en su estructura existencial, tiene un movimiento circular, que parte de la poiesis del programador hasta la praxis racionalizada del ontodigitalizador que reflexiona sobre el sentido y el significado de su práctica intencionalmente ejecutada en lo digital, formando de esta manera un fenómeno unitario de comprensión que se presenta a través de cinco grandes puntos: primero, la digitaliza-ción como poiesis; segundo, la digitaliza-ción como acto; tercero, la digitaliza-ción como actividad; cuarto, la digitaliza-ción como acción y por último, la digitaliza-ción como praxis.

La Digitaliza-ción como Poiesis

Esta hace parte de la actividad del programador y no del usuario digital. Platón abordó el concepto de poiesis como "toda causa que haga pasar cualquier cosa del no-ser al ser"8 (Zambrano, 2019). Esta causa es la razón y el motivo del programador, que emplea una actividad eminentemente racional, y que responde a una lógica virtual cuyo objetivo es producir, esto es, traer a la existencia una característica formal del ser digital a través del lenguaje programático, y que da respuesta a una necesidad de la naturaleza fáctica del ser humano, sin necesariamente usar lo que le ofrece la physis de la naturaleza. En otras palabras, la poiesis de la digitaliza-ción es el "hacer" del lenguaje de la programación, que produce mundo (Gadamer, 1991,); no sólo crea un carácter relacional de dependencia a través de la significación y modo de vida, sino que este hacer, fabrica unas nuevas ontologías regionales que responde a la social manufacturing de la digitaliza-ción.

La Digitaliza-ción como Acto

La digitaliza-ción como acto se concibe a partir de la dinámica de la información material que se ha instalado de forma inmaterial. Es el cambio permanente que sufre el ser instalado. Este acto, aunque es construido por el programador, ya no le pertenece a él, le pertenece a la máquina quien posibilita una forma de movimiento ininteligible, ya que su ser no cambia por sí sólo, sino por el algoritmo al cual responde dicho movimiento. El acto en la digitaliza-ción es el paso del ser fáctico al ser digital que se abre campo para comunicar una estructura existencial que como dice Antonio González (1997): "hay un momento comunicativo con independencia de todo lenguaje" (p. 98), ya no el lenguaje de la programación y del número binario, sino el resultado que produce el procesador de textos que se hace común para todos y no sólo para algunos. El acto es "ser" (Ferrater Mora, 2018) en potencia, que mediante la actualiza-ción posibilita un mejoramiento continuo.

La Digitaliza-ción como Actividad

La actividad se diferencia del acto porque ella denota una cualidad (idad) de rutina sobre el "hecho", ya no es el acto primario, ya pertenece a la competencia inconsciente de la racionalidad digital cuya tarea diaria se realiza de manera repetitiva9. Nace en el acto del ser humano, pero le pertenece al mundo digital, por lo cual es lo digital quien inicia una tarea de "domesticación" y de familiarización con lo biológico del ser (Stalman, 2018), creando una filiación de dependencia entre el artefacto y la persona, una especie de netocracia cuyas estructuras de poder está en la fuerza que ejerce la actividad diaria de lo digital sobre los seres humanos. En la digitaliza-ción como actividad se configuran de manera constante las ontologías regionales del presente, ya que ella remite a lo actual, una adecuación del ser digital que se va haciendo en esa rutina de su construcción diaria.

La Digitaliza-ción como Acción

La acción en el campo temático de la digitaliza-ción guarda un carácter ético, entiéndase por ético el carácter reflexivo del ser humano que genera, no el actuar como actuar, sino el resultado del actuar (npay/ua). La acción de la digitaliza-ción se desinstala de lo digital, y vuelve al ser humano como proceso de acontecimiento ético, para ser pensado, comprendido y aplicado en su realidad fáctica. Es el opportune moment, que lo diferencia de la poiesis, del acto y de la actividad; en palabras de Hannah Arendt (2018) "un comienzo", "una natalidad", "una novedad" que descubre el carácter del "apertus" en abrirse al sistema relacional.

La Digitaliza-ción como Praxis

Esta se caracteriza no sólo por su capacidad reflexiva que intencionaliza una acción con sentido, sino que construye un discurso que humaniza el ser digital instalado en el artefacto, lo que Gilbert Simondon (2013) denomina "la presencia de la realidad humana en la máquina" (p. 34). No es el discurso que optimiza la relación dialéctica entre ser humano y lo algorítmicamente instalado en el artefacto (Blanco et al., 2015), sino un discurso que se construye desde el saber que intuitivamente reside en la práctica, que una vez traído a la luz, se conceptualiza, se define, se significa, se le otorga un sentido, y esto es, se le encuentra una novedad y originalidad a la experiencia pensada, como dice Carlos Juliao (2014): "La praxis es activa, es vida, da movimiento a la realidad, la transforma y es transformada por ella" (p. 134).

La digitaliza-ción como praxis es la forma reflexiva de la acción digital que se transforma en discurso, pero cuyo discurso no se queda en la "palabra", sino que vuelve a la práctica interactiva, aquí radica la inteligibilidad de la actualiza-ción como posibilidad de mejoramiento continuo de la digitaliza-ción, y es ella (praxis), la que posibilita que la ontología del presente en la era digital no sea una mera "tecnología" que al modo Foucoultiano manifiesta una "actitud" liberada de estructuras dogmáticas, sino una estructura unificadora (ontodigitaliza-ción) que es "actualización" de la existencia en el modo digital.

Conclusiones

En conclusión, el estatuto hermenéutico de ontología del presente en la era digital, presenta una serie de aproximaciones que desde la perspectiva conceptual esclarece el campo temático relacional entre el ser humano y su residir en lo digital. no es una relación dialéctica que intenta afirmar la cultura de la humanización, despreciando la máquina y su uso, sino una forma de aprehender el sentido y significado de dicha relación, estableciendo unas condiciones de posibilidad que permita comprender este residir como una racionalidad ontodigitalizadora que se abre al mundo digital mediante una práctica intencionada (digitaliza-ción) que define una ontología del presente en la era digital, como una actualización del ser digital que marca el horizonte significativo de una realidad comprensible.

Referencias

Arendt, H. (2018). La condición humana. Barcelona: Paidós. [ Links ]

Bauman, Z., & Leoncini, T. (2018). Generación líquida: transformaciones en la era 3.0. Paidós. [ Links ]

Blanco, J., Parente, D., Rodríguez, P., & Vaccari, A. (2015). Amar a las máquinas: Cultura y técnica en Gilbert Simondon. Buenos Aires: Prometeo. [ Links ]

Bocanegra, V. F. (2019). Filosofía y crítica del presente. Biblioteca Colombiana de Filosofía. [ Links ]

Escudero, J. A. (2016). Guía de lectura de ser y tiempo de Martin Heidegger (vol. 11. Barcelona: Herder. [ Links ]

Ferrater Mora, J. (2018). Diccionario de Filosofía. Madrid: Ed. Alianza. [ Links ]

Foucault, M. (2017). Sobre la ilustración (Vol. LXV). Tecnos. [ Links ]

Fukuyama, F. (2002). Our Posthuman Future: Consequences of the Biotechnology Revolution. New York: Picador. [ Links ]

Gadamer, H. G. (1991). Verdad y método Vol. I. Salamanca: Ed. Sígueme. [ Links ]

González, A. (1997). Estructuras de la praxis: Ensayo de una filosofía primera. Madrid:Ed. Trotta. [ Links ]

Grondin, J. (2002). Introducción a la hermenéutica filosófica. Herder. [ Links ]

Habermas, J. (2017). El discurso filosófico de la modernidad. Katz Editores. [ Links ]

Heidegger, M. (2011). Ontología: hermenéutica de la facticidad. Madrid: Ed. Alianza . [ Links ]

Heidegger, M. (2009) Ser y Tiempo. Madrid: Ed. Trotta. [ Links ]

Juliao, C. (2014). Una pedagogía praxeológica. Bogotá: UNIMINUTO. [ Links ]

Kant, I. (2004). ¿Quées la ilustración? Editorial Alianza. [ Links ]

Kirkpatrick, D. (2011). El efecto Facebook: La verdadera historia de la empresa que está conectando el mundo. Gestión 2000. [ Links ]

Latorre, J. I. (2019). Ética para las máquinas. Barcelona: Planeta. [ Links ]

Lévy, P. (1998). ¿Qué es lo virtual? Barcelona: Paidós . [ Links ]

Lévy, P. (2007). Cibercultura: informe al Consejo de Europa. Editorial Antropos. [ Links ]

Moreno Ortiz, J. C. (2020). Tecnología, agencia y transhumanismo. Ediciones USTA. [ Links ]

O'connor, J., & Seymour, J. (2007). Introducción a la PNL. Barcelona: Ed. Urano. [ Links ]

Ortega y Gasset, J. (1982). Meditaciones de la técnica y otros ensayos sobre ciencia y filosofía. Editorial Alianza. [ Links ]

Pérez, J. A. (2020). Capacidades Transhumanas. In Tecnologías, agencia y transhumanismo (pp. 103-118). Juan Carlos Moreno Ortiz, USTA, Bogotá. [ Links ]

Platón (1983) El Banquete. Buenos Aires, Ed. Orbis. [ Links ]

Quintanilla, M. Á., Parselis, M., Sandrone,D., & Lawler, D. (2017). Tecnologías entrañables. Catarata. [ Links ]

Ricoeur, P. (2002). Del texto a la acción. Ciudad de México: FCE. [ Links ]

Rodríguez Jaramillo, A. (2011). La ontología del presente. M. Foucault lector de Kant, Habermas lector de Foucault. Revista Praxis Filosófica, 9(13). Universidad del Valle. https://praxisfilosofica.univalle.edu.co/index.php/praxis/article/view/3247/4894Links ]

San Agustín (2010). Las Confesiones. Madrid: Gredos. [ Links ]

Simondon, G. (2013). El modo de existencia de los objetos técnicos. Prometeo. [ Links ]

Stalman, A. (2018). Human Off On: ¿Está internet cambiándonos como seres humanos? Barcelona: Deusto. [ Links ]

Stiegler, B. (2003). La Técnica y el Tiempo I: El Pecado de Epimeteo. Argitaletxe Hiru. [ Links ]

Veyne, P. (1984) Cómo se escribe la historia, Foucault revoluciona la historia. Madrid: Ed. Alianza . [ Links ]

Xolocotzi Yáñez, Á., Gibu Shimabukuro, R., Huerta, V., & Veraza, P. (2014). Heidegger, del sentido a la historia. Plaza y Valdés. [ Links ]

Zambrano, M. (2019). Las nociones de poiésis, praxis y techné en la producción artística. Index, Revista de Arte Contemporáneo, (7), 40-46. https://www.researchgate.net/publication/334236666_Las_nociones_ de_poiesis_praxis_y_techne_en_la_ produccion_artisticaLinks ]

01Artículo de revisión producto del desarrollo investigativo de la Tesis Doctoral denominada: La Bionetopraxis como práctica de gobierno, una ontologia del presente en la era digital, escrito durante los meses de 15 de mayo de 2021 al 8 de diciembre de 2022 y es financiado por el autor.

1 Cuando se emplea la palabra hombre en esta investigación, se hace de manera genérica para los diversos tipos de género.

2El concepto de racionalidad de la práctica es asumido en esta investigación a partir de la reflexión que Michel Foucault realiza sobre la Ilustración. El autor de esta investigación asume la categoría y la aplica a los nuevos pensamientos digitales. En: Foucault, Sobre la Ilustración, XVII.

3Aunque el término aparece en: Ethel Krauze, "Mapa 21: juventud, tecnología y entretenimiento", El Financiero, 02 de julio de 2013. https://www. elfinanciero.com.mx/after-office/ethel-krauze-mapa-21-juventud-tecnologia-y-entretenimiento. En este no se despliega una conceptualización filosófica como concepto. Además, en dicha publicación "onto" se encuentra separado de "digitaliza-ción" mediante un guión (-), lo que indica la dualidad de las dos realidades que encierra la palabra. En esta investigación, la palabra es elaborada en el marco de una seria reflexión filosófica y es entendida como un concepto que unifica los dos conceptos, es por ello por lo que no se encuentra separada de un guión (-).

4La palabra Ex-timusno es el antónimo de íntimo. En esta investigación se asume esta categoría para mostrar el superlativo de la raíz mus como principio que agudiza el volcamiento del ser humano hacia afuera, construyendo una identidad digital fáctica no concreta. Cabe aclarar que la palabra ex-timus no existe en el diccionario de la Real Académica, su uso es de pertinencia académica para representar una característica de la ontodigitaliza-ción.

5Se define como el algoritmo que usa Facebook para medir el alcance de las publicaciones. Ver: Anastacia Kurmakaeva. "Edgerank". HumanLevel (Sitio web), 2019, https://www.humanlevel.com/diccionario-marketing-online/edgerank

6Se denomina ontodigitalizadoral ser que ha tenido la disponibilidad y la capacidad de unificar su realidad fáctica, esto es, experiencias, afecciones, emociones, sentimientos desde el mundo digital, sin separarlos el uno del otro.

7El concepto Kunde trabajado por Heidegger y por Yves Zimmermann se traduce como conocimiento, e información. En: Grondin, Introducción a la hermenéutica filosófica, 155.

8Esta frase traída por Zambrano recuerda las palabras de Platón puestas en boca de Diotima en el Banquete. En: Platón, Banquete (Buenos Aires, Ed. Orbis, 1 983), 205 A-C, 83.

9Es un concepto trabajado en la Planeación Neurolingüistica de O'Connor que hace parte de las cuatro etapas de una práctica de aprendizajes (Incompetencia Inconsciente, Incompetencia consciente, Competencia consciente, y, Competencia Inconsciente). En: Joseph O'connor y John Seymour (2007).

*Los autores declaran que no tienen conflicto de interés

Recibido: 02 de Marzo de 2022; Aprobado: 31 de Mayo de 2022

** Autor para Correspondencia: salcedo00722@gmail.com

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons