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Avances en Psicología Latinoamericana

Print version ISSN 1794-4724

Av. Psicol. Latinoam. vol.30 no.2 Bogotá July/Dec. 2012

 

Conservadurismo político y rigidez cognitiva en una muestra de estudiantes y egresados universitarios de la ciudad de Lima

Political conservatism and cognitive rigidity in a sample of university students and graduates of the city of Lima

Conservadorismo Político e Rigidez Cognitiva em uma Amostra de Estudantes e Egressos Universitários da Cidade de Lima

JAN MARC ROTTENBACHER DE ROJAS*

* Licenciado en Psicología Social por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor del Departamento Académico de Psicología de esta misma institución, en donde también es miembro del Grupo de Psicología Política y del Grupo Interdisciplinario de Investigación en Historia Política Moderna. Dirección postal: Av. Universitaria 1801, San Miguel, Lima - 32, Perú. Correo electrónico: jrottenbacher@pucp.edu.pe

Para citar este artículo: Rottenbacher, J. M. (2012). Conservadurismo político y rigidez cognitiva en una muestra de estudiantes y egresados universitarios de la ciudad de Lima. Avances en Psicología Latinoamericana, 30 (2), 257-271.

Fecha de recepción: 17 de noviembre de 2011
Fecha de aceptación: 7 de mayo de 2012



Resumen

Este estudio analiza la relación entre el conservadurismo político y la rigidez cognitiva en una muestra de estudiantes y egresados universitarios de la ciudad de Lima (N = 279). Para evaluar el conservadurismo político se utilizaron escalas de autoritarismo de ala derecha (RWA), orientación hacia la dominancia social (SDO), orientación ideológica de derecha y justificación de la inequidad. La rigidez cognitiva se evaluó a través de la intolerancia a la ambigüedad, la intolerancia a la incertidumbre, la necesidad de cierre cognitivo y la apertura a la experiencia. Se encontró una correlación directa de magnitud mediana entre el conservadurismo político y la rigidez cognitiva (r = .27). Un análisis de regresión lineal múltiple mostró que, de todas las variables cognitivas evaluadas, solo la intolerancia a la ambigüedad ejerce una influencia directa sobre el conservadurismo político. Las variables que expresan con mayor intensidad el conservadurismo político son el RWA y la SDO, mientras que la rigidez cognitiva se expresa más intensamente a través de la intolerancia a la ambigüedad y la necesidad de cierre cognitivo.

Palabras clave: conservadurismo político, rigidez cognitiva, autoritarismo, intolerancia a la ambigüedad, necesidad de cierre cognitivo.



Abstract

This study analyzes the relationship between political conservatism and cognitive rigidity in a sample of university students and graduates of the city of Lima (N = 279). Political conservatism was assessed using scales of right-wing authoritarianism (RWA), social dominance orientation (SDO), right-wing ideological orientation and justification of inequality. Cognitive rigidity was assessed with measures of intolerance of ambiguity, uncertainty intolerance, need for cognitive closure and openness to experience. A moderate correlation was found between political conservatism and cognitive rigidity (r = .27). A multiple linear regression analysis showed that only intolerance of ambiguity has a direct influence on political conservatism. Variables that express more intensely political conservatism are RWA and SDO, while cognitive rigidity is expressed more intensely through intolerance for ambiguity and need for cognitive closure.

Keywords: Political conservatism, cognitive rigidity, authoritarianism, intolerance of ambiguity, need for closure



Resumo

Este estudo analisa a relação entre o conservadorismo político e a rigidez cognitiva em uma amostra de estudantes e egressos universitários da cidade de Lima (N = 279). Para avaliar o conservadorismo político se utilizaram escalas de autoritarismo de direita (RWA), orientação à dominância social (SDO), a orientação ideológica de direita, e a justificação da inequidade. A rigidez cognitiva foi avaliada por meio da intolerância à ambiguidade a intolerância à incerteza, a necessidade de fechamento cognitivo e a abertura à experiência. Encontrou-se uma correlação direta de magnitude mediana entre o conservadorismo político e a rigidez cognitiva (r = .27). Uma análise de regressão linear múltipla mostrou que de todas as variáveis cognitivas avaliadas, só a intolerância à ambiguidade exerce uma influência direta sobre o conservadorismo político. As variáveis que expressam com maior intensidade o conservadorismo político são o RWA e a SDO, enquanto que a rigidez cognitiva se expressa mais intensamente por meio da intolerância à ambiguidade e a necessidade de fechamento cognitivo.

Palavras-chave: conservadorismo politico, rigidez cognitiva, autoritarismo, intolerância a ambiguedad, necessidad de fechamento cognitivo.



El objetivo de la presente investigación es describir y analizar la relación entre el conservadurismo político, entendido como una forma ideológica que expresa determinadas preferencias en el ordenamiento de la sociedad, y la rigidez cognitiva, entendida como una forma particular de procesar la información y que expresa una preferencia por los estímulos estructurados, ordenados, sencillos y carentes de ambigüedad. Por ello, la revisión bibliográfica que se presenta a continuación describe las principales propuestas conceptuales y estudios empíricos que se han ocupado de analizar esta relación.

Aproximadamente hacia la década de 1950 se inicia el estudio de las relaciones entre la ideología política, las actitudes socioculturales y la rigidez cognitiva. Adorno, Frenkel-Brunswik, Levinson y Sanford (1950), en una investigación en la que entrevistó a 80 individuos que se ubicaban en los extremos ideológicos al puntuar muy alto o muy bajo en etnocentrismo, encontraron que las personas más etnocéntricas y prejuiciosas eran, a la vez, más rígidas cognitivamente y menos tolerantes a la ambigüedad. Adorno et ál. (1950) propusieron, sobre la base de estos resultados, la denominada hipótesis de la rigidez de la derecha, denominada en inglés "rigidity-of-the-right hypothesis" (Van Hiel, Onraet & De Pauw, 2010, p. 1766). Alrededor de esos mismos años y posteriormente en las décadas siguientes, otros investigadores volcaron sus investigaciones hacia los denominados estilos cognitivos, con la finalidad de encontrar algunas de las bases psicológicas que predispusieran a las personas hacia la adopción de determinadas ideologías políticas y actitudes socioculturales (e. g., Frenkel-Brunswik, 1949, 1954; Goldstein & Blackman, 1978; Rokeach, 1948). En la década de los años 2000, dos investigaciones meta-analíticas volvieron a revisar los resultados de los estudios entre ideología política y estilos cognitivos realizados durante las últimas cinco décadas del siglo XX.

A partir de su estudio meta-analítico, Jost, Glaser, Kruglanski y Sulloway (2003a) proponen un modelo teórico denominado Conservadurismo Político como Cognición Social Motivada, en el cual las denominadas necesidades epistémicas (necesidades relacionadas con las preferencias individuales por ciertos tipos de conocimiento y de procesamiento de la información), desempeñan un papel esencial y están estrechamente vinculadas con un determinado estilo cognitivo. Si bien este modelo ha recibido importantes críticas con respecto a su aplicabilidad en regímenes políticos no democráticos o carentes de sistemas de partidos políticos (Greenberg & Jonas, 2003), es posible sostener que, por lo menos a nivel de las democracias occidentales con sistemas electorales relativamente establecidos, como es el caso de Latinoamérica, este modelo posee una importante capacidad explicativa.

Más recientemente, Van Hiel, Onraet y De Pauw (2010) revisaron y analizaron los resultados de investigaciones similares que hubieran utilizado pruebas conductuales de rigidez y habilidad cognitiva, en lugar de cuestionarios de auto-reporte. Ambos meta-análisis llegan a resultados bastante similares, aunque con algunas diferencias.

El estudio meta-analítico de Jost et ál. (2003a) realizado en 88 muestras de 12 países que conforman en total 22.818 casos confirma, según los autores, que el conservadurismo político se relaciona directamente con la intolerancia a la ambigüedad, el dogmatismo, las necesidades cognitivas de orden, estructura y cierre, y el miedo a la pérdida. Por el contario, el conservadurismo político se relaciona de manera inversa con la apertura a la experiencia, la tolerancia a la incertidumbre y la complejidad en la integración intelectual, que en inglés ha sido denominada "integrative complexity" (Jost et ál., 2003a, p. 339).

Por otro lado, Van Hiel, Onraet y De Pauw (2010) en un meta-análisis de 124 muestras que conforman un total de 29.209 casos, encontraron que actitudes socioculturales de derecha o conservadoras presentan una correlación directa, de intensidad moderada, con la intolerancia a la ambigüedad y una correlación inversa con la complejidad en la integración intelectual (Van Hiel, Onraet & De Pauw, 2010).


Estilos cognitivos, necesidades epistémicas y actitudes sociopolíticas

Resulta necesario precisar en qué forma los estilos cognitivos propuestos por Van Hiel, Onraet y De Pauw (2010) se relacionan con las necesidades epistémicas propuestas por Jost et ál. (2003a). Un estilo cognitivo involucra una serie de habilidades cognitivas que influyen en la capacidad humana de procesar información compleja (Van Hiel, Onraet & De Pauw, 2010). En ese sentido, las necesidades epistémicas propuestas por Jost et ál. (2003a) corresponden a una variabilidad en la capacidad de las personas para procesar información con diferentes grados de complejidad, ambigüedad o incertidumbre.

A partir de ello, se puede sostener que personas con un estilo cognitivo más rígido serán más sensibles con respecto a la satisfacción de las necesidades epistémicas, tenderán a evitar el procesamiento de información compleja, serán menos tolerantes a la ambigüedad y a la incertidumbre, y poseerán la necesidad de encontrar orden, estructura y cierre en los estímulos del entorno social (Durrheim, 1998; Hodson & Busseri, 2012; Jost et ál., 2003a; Van Hiel, Onraet & De Pauw, 2010).

Una de las necesidades epistémicas que ha presentado las correlaciones de mayor intensidad con el conservadurismo político o ideologías políticas de derecha es la intolerancia a la ambigüedad (Jost et ál., 2003a; Van Hiel, Onraet & De Pauw, 2010). Arquero y McLain (2010) sostienen que la ambigüedad es, básicamente, la falta de la información necesaria para comprender una situación y tomar decisiones con un resultado predecible. Entendida de esta manera, la ambigüedad resulta un obstáculo para la toma de decisiones y la predicción. En consecuencia, la intolerancia a la ambigüedad representa la aversión hacia esta carencia de información completa, clara y precisa sobre alguna situación, persona o grupo de personas (Arquero & McLain, 2010).

La intolerancia a la ambigüedad incrementa la necesidad de las personas por encontrar certidumbre (Jost et ál., 2003a) y por ello se relaciona con una predisposición hacia "... las conclusiones prematuras, la sobre-generalización y simplificación, y por lo tanto, el prejuicio" (Jost et ál., 2003a, p. 346).

La intolerancia a la ambigüedad se relaciona directamente con la intolerancia a la incertidumbre, otra de las motivaciones epistémicas propuestas por Jost et ál. (2003a). Esta asociación suele ser de tal intensidad que incluso se ha propuesto que pueden ser entendidas como lo mismo (Jost et ál., 2003a; Rottenbacher, Espinosa & Magallanes, 2011). Wilson (1973) ya había argumentado que en la base de todas las manifestaciones de conservadurismo cultural, social o político se encuentra una predisposición a experimentar altos niveles de ansiedad como producto de la exposición a situaciones inciertas. En el mundo social existirían múltiples fuentes de incertidumbre que pueden ser percibidas como amenazas por parte de personas con una tendencia hacia la intolerancia a la incertidumbre: la muerte, la anarquía, la presencia de extranjeros, foráneos o extraños, la falta de consenso, la complejidad, la novedad, la ambigüedad y, en general, el cambio social (Jost et ál., 2003a; Wilson, 1973).

Se ha propuesto que los individuos que presentan altos niveles de intolerancia a la incertidumbre, con el fin de contar con certezas acerca del mundo, reaccionan de forma defensiva apoyando el conservadurismo político y social, el dogmatismo religioso, el etnocentrismo, el militarismo, el autoritarismo, el convencionalismo y la poca flexibilidad moral (Cohrs & Ibler, 2009; Duckitt & Fisher, 2003; Duckitt, Wagner, du Plessis & Birum, 2002; Durrheim, 1998; Jost et ál., 2003a; McCann, 2008; Oesterreich, 2005; Wilson, 1973).

Además de la intolerancia a la ambigüedad y a la incertidumbre, otras variables que se consideran expresiones de rigidez cognitiva y que han sido relacionadas con el conservadurismo político son las necesidades de orden, estructura y cierre cognitivos (Jost et ál., 2003a; Van Hiel, Onraet & De Pauw, 2010). La variable cognitiva denominada necesidad de cierre, o needfor closure en inglés, fue introducida por Kruglanski (citado en Kruglanski & Webster, 1996) como parte de un marco teórico general para comprender el proceso de toma de decisiones, y que puede ser definida como la necesidad de contar con una respuesta o solución para un problema o la necesidad de conocer cómo se puede obtener esa respuesta (Kruglanski & Webster, 1996; Roets & Van Hiel, 2010).

Los individuos con una alta sensibilidad con respecto a la necesidad de cierre cognitivo prefieren que sus vidas tengan un orden y estén bastante estructuradas, por lo que detestan o rechazan el caos, la ambigüedad y las situaciones o personas impredecibles. Asimismo, prefieren la predictibilidad, estabilidad y seguridad del conocimiento acerca del mundo, el cual debe ser para ellas, lo más consistente posible, no solo a través del tiempo sino también de los cambios situacionales (Jost et ál., 2003a; Kruglanski & Webster, 1996; Roets & Van Hiel, 2010). Por estos motivos, la necesidad de cierre cognitivo se relaciona directamente con la intolerancia a la ambigüedad y con la denominada "mentalidad cerrada" (Roets & Van Hiel, 2010, p. 90), que se refiere a una resistencia a aceptar opiniones alternativas a las propias y a cambiarlas pese a la existencia de evidencias en su contra (Roets & Van Hiel, 2010).

Diversas investigaciones han encontrado correlaciones directas entre la necesidad de cierre cognitivo y el autoritarismo de ala derecha (RWA, por sus siglas en inglés), la orientación hacia la dominancia social (SDO, por sus siglas en inglés), el racismo explícito, el racismo encubierto, actitudes políticas de derecha y el conservadurismo cultural (Chirumbolo, Areni & Sensales, 2004; Federico, Golec & Dial, 2005; Jost, Federico & Napier, 2009; Jost et ál., 2003a; Kossowska & Van Hiel, 2003; Roets & Van Hiel, 2010; Van Hiel, Onraet & De Pauw, 2010; Van Hiel, Pandelaere & Duriez, 2004). Asimismo, se han encontrado correlaciones inversas entre la necesidad de cierre y la apertura a la experiencia (Roets & Van Hiel, 2010).

En un estudio reciente, Hodson y Busseri (2012) mostraron de qué manera algunas habilidades cognitivas, como por ejemplo una mayor capacidad en el razonamiento abstracto, influían inversamente sobre el RWA y sobre el prejuicio hacia personas homosexuales. Estos resultados corroboran la existencia de una relación inversa entre ciertas capacidades cognitivas que involucran la habilidad para procesar información compleja y orientaciones políticas conservadoras. Asimismo, los componentes ideológicos parecerían funcionar como variables mediadoras entre una menor complejidad cognitiva y el prejuicio hacia diversos grupos percibidos como extraños, de bajo estatus o desviados (Hodson & Busseri, 2012).


Conservadurismo político y rigidez cognitiva

Los individuos más conservadores, o también más convencionales (Altemeyer, 2004; Jost et ál., 2003a), prefieren un mundo donde cada cosa, cada persona y cada grupo esté en su lugar. En este sentido, Jost, Federico y Napier (2009) proponen que el conservadurismo político ofrece certidumbre y diluye la ambigüedad del mundo social y, por lo tanto, se relaciona directamente con la rigidez cognitiva. Sin embargo, aunque esta relación se presente inicialmente obvia y bastante coherente, es necesario precisar cómo ha sido entendido el tipo de ideologías políticas denominadas conservadoras.

En primer lugar, el polo ideológico conservador ha estado vinculado tradicionalmente con la derecha política. Los términos izquierda y derecha, aplicados a la política, han sido utilizados desde hace más de doscientos años, desde la Revolución Francesa, para distinguir políticamente dos posiciones ideológicas distintivas (Jost, Federico & Napier, 2009). Bobbio (1996) es quizás el autor que mejor ha podido precisar las diferencias centrales entre las posiciones ideológicas de izquierda y de derecha. Estas diferencias centrales radican en la actitud hacia dos creencias generales: (a) la que tiene que ver con la igualdad entre los seres humanos y (b) la que tiene que ver con el mantenimiento y preservación de las tradiciones. Por un lado, las ideologías de derecha aceptan que las personas pueden ser formalmente iguales, pero en la práctica la equidad entre los seres humanos es imposible de alcanzar. De esta manera, no sólo proponen que siempre existirán diferencias jerárquicas y económicas entre los seres humanos, sino que la búsqueda de la igualdad en sí misma es perjudicial, ya que se estaría intentando invertir el orden natural de las cosas (Bobbio, 1996).

Por el contrario, las posiciones ideológicas de izquierda proponen que la igualdad entre los seres humanos es posible de alcanzar y que todas las acciones en dirección a este logro son beneficiosas para la sociedad. En lo que respecta a las tradiciones, la derecha ideológica buscará defenderlas asegurando la permanencia de un determinado orden de las cosas, mientras que la izquierda será más propensa a los cambios sociales y el progresismo que, en la mayoría de los casos va en contra de la tradición.

Antes y después de la propuesta de Bobbio (1996), desde la psicología política se ha propuesto que la justificación o naturalización de la inequidad económica y social, son creencias y actitudes vinculadas a la derecha ideológica (Altemeyer, 2004; Fuchs & Klingemann, 1990; Jost, Federico & Napier, 2009; Jost et ál., 2003a; Napier & Jost, 2008). Si bien la utilización psicológica del continuo ideológico izquierda/derecha supone una estructura teóricamente sencilla y ha funcionado bastante bien en términos de confiabilidad empírica (Jost, Federico & Napier, 2009), muchos autores proponen que es necesaria más de una dimensión para entender la forma en que la mayoría de personas estructuran sus actitudes políticas (Jost, Federico & Napier, 2009; McCann, 2009). De esta manera, surgen las perspectivas bidimensionales o multidimensionales que proponen que la expresión del conservadurismo puede ser asumida desde un enfoque dual (Duckitt & Sibley, 2007; Duckitt & Fisher, 2003; Duckitt et ál., 2002; Jost, Federico & Napier, 2009; Van Hiel & Mervielde, 2002), en el cual las variables estudiadas son el autoritarismo de ala derecha (RWA) (Altemeyer, 1981, 1988, 1996, 1998, 2004) y la orientación hacia la dominancia social (SDO) (Pratto, Sidanius, Stallworth & Malle, 1994; Sidanius, Pratto & Bobo, 1996).

El RWA está vinculado al conservadurismo político debido a que expresa altos niveles de convencionalismo, lo que implica un apego hacia el mantenimiento y la defensa de las normas sociales tradicionales, además de la sumisión a las autoridades percibidas como legítimas y las leyes o normas que estas promueven (Altemeyer, 1981, 1988, 1996, 1998, 2004; Cottam, Dietz-Uhler, Mastors & Preston, 2004). Se ha propuesto además que el RWA puede ser considerado una de las variables psicológicas que mejor expresan el conservadurismo político (Rottenbacher, Espinosa & Magallanes, 2011).

Por otro lado, la SDO se manifiesta a través de una actitud general orientada hacia las relaciones intergrupales jerárquicas, proponiendo que quienes presentan altas puntuaciones en esta dimensión tenderán a aprobar y mantener políticas y acciones que refuercen las jerarquías y asimetrías de poder entre grupos y entre individuos, y referirán una preferencia por la superioridad y dominio del endogrupo sobre distintos exogrupos que serán desvalorizados (Altemeyer, 1998; Pratto et ál., 1994; Sidanius, Pratto, Van Laar & Levin, 2004; Sidanius & Pratto, 1999; Sidanius, Pratto & Bobo, 1996).

Finalmente, como proponen Jost et ál. (2003a), el conservadurismo político se expresaría a través de dos conjuntos actitudinales centrales: un deseo general por reducir la incertidumbre presente en el mundo social y la justificación de la inequidad entre los diversos grupos que la conforman. Estos dos conjuntos actitudinales están relacionados en la medida en que un mundo organizado jerárquicamente, en el cual la desigualdad es un fenómeno natural e inalterable, resulta ser finalmente, un mundo con menores niveles de incertidumbre y ambigüedad. Como ya se mencionó, un mundo donde cada quien ocupe su lugar representaría un entorno carente de incertidumbre y ambigüedad o, por lo menos, las reduciría.

A partir de lo expuesto anteriormente y sobre la base de la evidencia empírica de los estudios citados, es posible proponer que una tendencia hacia la derecha ideológica, una predisposición hacia el autoritarismo de ala derecha (RWA), una mayor orientación hacia la dominancia social (SDO) y una inclinación hacia la justificación o naturalización de la inequidad, son actitudes constituyentes y, por lo tanto, expresiones de un tipo de ideología política más general que puede ser denominada conservadurismo político (Altemeyer, 1998; Crowson, Thoma & Hestevold, 2005; Duriez, Van Hiel & Kossowska; 2005; Jost, Federico & Napier, 2009; Jost & Hunyady, 2005; Jost et ál., 2003a; Jost, Blount, Pfeffer & Hunyady, 2003b; Rottenbacher, Espinosa & Magallanes, 2011; Rottenbacher, 2010; Sidanius et ál., 2004; Van Hiel, Onraet & De Pauw, 2010).

Por otro lado, existe evidencia empírica que sustenta la relación directa entre el conservadurismo político y un determinado estilo cognitivo que puede ser denominado rigidez cognitiva, la que se manifiesta en especial a través de la intolerancia a la ambigüedad, la intolerancia a la incertidumbre, la necesidad de cierre cognitivo y una menor apertura a la experiencia (Chirumbolo, Areni & Sensales, 2004; Jost et ál., 2003a; Van Hiel, Onraet & De Pauw, 2010).


Objetivo del estudio

Sobre la base de la revisión bibliográfica que ha sido presentada, esta investigación tuvo como objetivo general describir y analizar la relación entre el conservadurismo político y la rigidez cognitiva. El conservadurismo político fue evaluado a través de una tendencia hacia la derecha ideológica, una inclinación hacia el RWA y la SDO, y una predisposición hacia la justificación de la inequidad. Por otro lado, la rigidez cognitiva fue evaluada como una tendencia hacia la intolerancia a la ambigüedad, la intolerancia a la incertidumbre, la necesidad de cierre cognitivo y menores niveles de apertura a la experiencia.

A partir de los estudios meta-analíticos de Jost et ál. (2003a) y de Van Hiel, Onraet y De Pauw (2010), la hipótesis general de este estudio propone que debería observarse una correlación directa de mediana intensidad entre el conservadurismo político y la rigidez cognitiva.


Método

Participantes

Se utilizó un tipo de muestreo no-probabilístico intencional (Hernández, Fernández & Baptista, 2007), debido a que el investigador recurrió a sujetos que podían ser contactados con la mayor facilidad: estudiantes, egresados y trabajadores administrativos de una universidad privada de la ciudad de Lima. La muestra obtenida (N = 279) está compuesta por adultos jóvenes cuyas edades fluctúan entre un mínimo de 18 y un máximo de 35 años (ME = 23.69, DE = 3.40). El 53.4% fueron hombres y el 46.6% mujeres. La mayoría, el 60.2%, eran estudiantes universitarios, un 21.5% eran egresados universitarios, un 7.2% había concluido estudios técnicos superiores, un 6.8% era estudiante de carreras técnicas no universitarias, un 2.9% poseía estudios de posgrado y solo un 1.4% había concluido únicamente la secundaria. Con respecto a su nivel socioeconómico (NSE), la mayoría (64.2%) se ubicó en un NSE medio, un 23.8% en un NSE medio-alto, un 9.4% en un NSE medio-bajo, un 2.2% en un NSE alto y solo un 0.4% en un NSE bajo. Los participantes provienen en general de 33 distritos de la ciudad de Lima Metropolitana el Callao.


Variables, instrumentos y medidas

Para evaluar el conservadurismo político se utilizaron los siguientes instrumentos:

Orientación política de derecha. Se utilizó un solo ítem cuya consigna fue: "Normalmente, en términos de orientación o simpatías políticas la gente se ubica en un continuo que va desde la izquierda hasta la derecha. Quisiéramos que haga el ejercicio para ubicarse usted mismo en ese continuo según la siguiente escala donde: 1 = 'De izquierda' y 6 = 'De derecha'. Un puntaje mayor a 3 en este ítem expresa una orientación hacia la derecha política.

RWA. Se utilizó una versión traducida al castellano por Rottenbacher y Schmitz (2012) de la versión de la Escala de Autoritarismo de Ala Derecha de Zakrisson (2005). Este instrumento está compuesto de 15 ítems similares a: "Nuestro país necesita un líder poderoso para erradicar las tendencias radicales e inmorales prevalentes en la sociedad actual", o "El guiarse por los valores tradicionales sigue siendo la manera más adecuada de vivir". La opción de respuesta es una escala Likert de seis puntos donde: 1 = "Totalmente en desacuerdo" y 6 = "Totalmente de acuerdo". Esta escala presentó un adecuado nivel de confiabilidad (α = .79).

SDO. La orientación hacia la dominancia social se evaluó mediante la versión traducida al castellano por Montes-Berges y Silván-Ferrero (citados en Moya & Morales-Marente, 2005) de la Escala de Orientación hacia la Dominancia Social (SDO de Sidanius & Pratto, citados en Sidanius et ál., 2004). Esta escala comprende 16 enunciados referidos a relaciones jerárquicas y asimétricas entre grupos pertenecientes a una misma sociedad. La opción de respuesta es una escala Likert de seis puntos donde: 1 = "Totalmente en desacuerdo" y 6 = "Totalmente de acuerdo". Este instrumento presentó un alto nivel de confiabilidad para el caso del presente estudio (α = .82).

Justificación de la inequidad. Se elaboró un instrumento ad hoc para evaluar esta variable. La opción de respuesta es una escala Likert de seis puntos donde: 1 = "Totalmente en desacuerdo" y 6 = "Totalmente de acuerdo". Esta escala de cinco ítems presentó un adecuado nivel de confiabilidad (α = .75). La escala, sus ítems y sus indicadores de confiabilidad se presentan en la tabla 5 (ver apéndice 1).

La variable denominada conservadurismo político se obtuvo luego de calcular el promedio simple de las cuatro medidas descritas anteriormente: orientación política de derecha, RWA, SDO y justificación de la inequidad. A partir de la revisión bibliográfica previa se puede llegar a sostener que un mayor puntaje en estas cuatro medidas expresa una ideología política de tendencia conservadora.

Para evaluar los niveles de rigidez cognitiva se utilizaron los siguientes instrumentos:

Intolerancia a la ambigüedad. Se utilizó la versión en idioma español de la Escala de Tolerancia a la Ambigüedad (MSTAT-II), de Arquero y McLain (2010). La escala contiene 13 enunciados que expresan una tendencia a evitar la ambigüedad, como por ejemplo: "Intento evitar situaciones que son ambiguas" o "Intento evitar problemas que no parecen tener una solución clara". La opción de respuesta es una escala Likert de seis puntos donde: 1 = "Totalmente en desacuerdo" y 6 = "Totalmente de acuerdo". Esta escala presentó un alto nivel de confiabilidad para el caso de la muestra (α = .84).

Intolerancia a la incertidumbre. Se utilizó la subescala de respuesta emocional ante la incertidumbre de 15 ítems, que forma parte de la Escala de Respuesta a la Incertidumbre validada en población de la ciudad de Caracas por Lousinha y Guarino (2010). La opción de respuesta es una escala Likert de seis puntos en la que: 1 = "Nada característico de mí" y 6 = "Totalmente característico de mí". La escala de 15 ítems obtuvo alto nivel de confiabilidad (α = .92).

Apertura a la experiencia. Se utilizó la subescala denominada Deseo de Cambio de Lousinha y Guarino (2010), que pertenece a la Escala de Respuesta a la Incertidumbre validada por estos autores en la ciudad de Caracas. La escala original está compuesta por doce ítems de los cuales se utilizaron solo once. Luego de los análisis de confiabilidad se eliminó el ítem N° 12 debido a que la escala resultante de 11 ítems presentó un mayor nivel de confiabilidad (α = .90). Algunos de los ítems son: "Me emocionan las nuevas experiencias" o "Me adapto fácilmente a la novedad".

Necesidad de cierre cognitivo. Se utilizó una versión traducida al castellano de la Escala de Necesidad de Cierre Cognitivo cuyo nombre original en inglés es Need for Closure Scale, de Roets y Van Hiel (2010). El instrumento está compuesto por 15 ítems similares a: "Me gusta tener un estilo de vida estructurado" o "Cuando he logrado tomar una decisión, me siento aliviado". La opción de respuesta es una escala Likert de 6 puntos donde: 1 = "Totalmente en desacuerdo" y 6 = "Totalmente de acuerdo". La escala presentó un alto nivel de confiabilidad para el caso del presente estudio (α = .84).

La variable denominada rigidez cognitiva se obtuvo luego de calcular el promedio simple de las cuatro medidas anteriormente descritas: intolerancia a la ambigüedad, intolerancia a la incertidumbre, apertura a la experiencia (primero se invirtieron los puntajes de esta variable) y la necesidad de cierre cognitivo. Sobre la base de la revisión bibliográfica, se puede afirmar que puntajes más altos en intolerancia a la ambigüedad, intolerancia a la incertidumbre y necesidad de cierre cognitivo, junto con menores puntajes en apertura a la experiencia, expresarían una tendencia hacia la rigidez cognitiva.


Procedimiento

En primer lugar se elaboró el cuestionario que contenía el texto sobre el consentimiento informado, los instrumentos para la medición de las variables de estudio, así como una sección de datos sociodemográficos. Se capacitó a 25 estudiantes del penúltimo semestre de la carrera de Psicología Social de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), en la adecuada aplicación de los cuestionarios y sobre la necesidad de contar con el consentimiento informado de cada participante. Se contactó a los participantes en el campus universitario de una universidad privada de la ciudad de Lima. Todos los participantes llenaron el cuestionario de manera voluntaria y se les recordó que podían retirarse en cualquier momento y no completar los cuestionarios si así lo deseaban. Los datos fueron recogidos entre agosto y setiembre de 2011. Finalmente, la información fue centralizada por el investigador e ingresada el paquete estadístico SPSS 19 para su posterior análisis.


Resultados

Análisis de correlación paramétrica entre las variables de estudio

Si bien no todas las variables presentaron una distribución normal, tampoco sus niveles de asimetría resultaron elevados (ver tabla 6 en apéndice 2). Por ello, se consideró pertinente realizar análisis de correlación paramétrica. En la tabla 1 se puede observar la matriz de correlación entre las variables de estudio. Todas las variables que corresponden a las medidas de conservadurismo político correlacionaron entre sí de manera directa y con intensidades entre medianas y altas.1 De forma similar, todas las variables que corresponden a las medidas de rigidez cognitiva correlacionaron entre sí de manera directa con intensidades medianas y altas. El conservadurismo político correlacionó con la rigidez cognitiva en forma directa y con una intensidad mediana: r (218) = .27, p < .001.


Análisis de regresión lineal múltiple por pasos sucesivos: el efecto de la rigidez cognitiva sobre el conservadurismo político

Se sometió a prueba un modelo de regresión lineal múltiple en el que la variable dependiente fue el conservadurismo político y las variables independientes fueron: (a) la intolerancia a la ambigüedad, (b) la intolerancia a la incertidumbre, (c) la necesidad de cierre cognitivo y (d) la apertura a la experiencia. El método para introducir las variables independientes fue por pasos sucesivos. Como resultado final se obtuvo un modelo que explica el 10.3% de la varianza del conservadurismo político (R2 = .103, F(1, 216) = 25.952,p < .001), y en el que solo la intolerancia a la ambigüedad ejerce influencia directa sobre el conservadurismo político (&beta; = .328, t = 5.094, p < .001).


Análisis de conglomerados en dos fases (bietápicos)

Se realizaron dos análisis de conglomerados bietápicos con la finalidad de identificar grupos con respecto a sus niveles de conservadurismo político, por un lado, y de rigidez cognitiva, por el otro. Los resultados de estos dos análisis se pueden observar en las tablas 2 y 3. Posteriormente, a través de una tabla de contingencia, se realizó el cruce de las proporciones de ambos conglomerados (ver tabla 4).

Relación entre los conglomerados identificados

Según el estadístico Chi-cuadrado, las proporciones que se presentan en la tabla 4 resultaron significativamente diferentes entre sí (x2(1) = 9.092, p = .002). Se puede observar que existe una importante proporción de participantes (35%) que, siendo "más conservadores" son "más cognitivamente rígidos". Sin embargo, también se observa que una proporción mayor de participantes (42%), siendo "más conservadores" son, a la vez, "menos cognitivamente rígidos." Estas proporciones ilustran de otra manera la correlación directa de mediana intensidad que se ha encontrado entre el conservadurismo político y la rigidez cognitiva.


Discusión

En concordancia con investigaciones previas (e.g., Jost et ál., 2003a; Van Hiel, Onraet & De Pauw, 2010), en términos generales, los resultados obtenidos han corroborado lo que se esperaba encontrar: una correlación de mediana intensidad entre el conservadurismo político y la rigidez cognitiva. Esta relación será discutida detalladamente a continuación.

En primer lugar, las correlaciones directas obtenidas entre la orientación ideológica de derecha, la SDO, el RWA y la justificación de la inequidad, permiten proponer que, como han mostrado otros estudios, estas son dimensiones actitudinales diferenciables pero relacionadas y constituyentes de una ideología más general que podemos denominar conservadurismo político (e. g., Altemeyer, 1998; Crowson, Thoma & Hestevold, 2005; Duriez, Van Hiel & Kossowska; 2005; Jost, Federico & Napier, 2009; Jost & Hunyady, 2005; Jost et ál., 2003a; Jost et ál., 2003b; Rottenbacher, Espinosa & Magallanes, 2011; Rottenbacher, 2010; Van Hiel, Onraet & De Pauw, 2010). En segundo lugar, las correlaciones directas obtenidas entre la intolerancia a la ambigüedad, la intolerancia a la incertidumbre, la necesidad de cierre cognitivo, junto con las correlaciones inversas obtenidas entre estas variables y la apertura a la experiencia, permiten proponer que estas cuatro variables evalúan adecuadamente un estilo cognitivo que ha sido denominado rigidez cognitiva (e. g., Jost et ál., 2003a; Van Hiel, Onraet & De Pauw, 2010).

La correlación de mediana intensidad que presentaron el conservadurismo político y la rigidez cognitiva (r = .27) es consistente con los metaanálisis de Jost et ál. (2003a) y Van Hiel, Onraet y De Pauw (2010), en los cuales se observaron correlaciones de entre .20 y .35, entre diversas medidas que evaluaron el conservadurismo político y la rigidez cognitiva. La correlación directa de intensidad mediana entre el conservadurismo político y la rigidez cognitiva se explica, en el caso del presente estudio, debido a que algunas variables que evaluaron el conservadurismo, no correlacionaron significativamente con las variables que evaluaban la rigidez cognitiva. En relación con lo anterior, se encontró que la orientación hacia la dominancia social (SDO) presentó correlaciones directas, pequeñas pero significativas, con la intolerancia a la ambigüedad, la intolerancia a la incertidumbre y la necesidad de cierre cognitivo; y a la vez, una correlación inversa y pequeña con la apertura a la experiencia. El RWA, por otro lado, presentó correlaciones directas y significativas solo con la intolerancia a la ambigüedad y la necesidad de cierre cognitivo. La orientación ideológica de derecha correlacionó significativamente solo con la necesidad de cierre cognitivo y, finalmente, la justificación de la inequidad no presentó correlaciones significativas con ninguna variable cognitiva. Esto puede apoyar la propuesta del enfoque dual de la ideología política en el cual la SDO y el RWA constituyen las dimensiones constituyentes del conservadurismo político, y que por lo tanto, representan medidas más confiables que la orientación ideológica en términos de izquierda/derecha (Duckitt & Sibley, 2007; Duckitt et ál., 2002).

El modelo de regresión lineal propuesto mostró que la influencia que ejerce la rigidez cognitiva sobre el conservadurismo político se da a través de la intolerancia a la ambigüedad, lo que corrobora los resultados encontrados en otras investigaciones en el medio latinoamericano, acerca de la estrecha relación entre la intolerancia a la ambigüedad y el RWA, principalmente (Rottenbacher, Espinosa & Magallanes, 2011; Rottenbacher & Schmitz, 2012). Asimismo, esto último es consistente con la idea de Jost, Federico y Napier (2009) acerca de que el conservadurismo político ofrece certidumbre y diluye la ambigüedad del mundo social y, por lo tanto, se relaciona directamente con la rigidez cognitiva. En esta relación entre conservadurismo y rigidez cognitiva, la intolerancia a la ambigüedad podría considerarse la variable con mayor capacidad explicativa.

A partir de las proporciones cruzadas entre los conglomerados identificados (ver tabla 4) y el elevado puntaje promedio de los participantes en apertura a la experiencia (ver tabla 6 en apéndice 2), es posible proponer que la muestra de estudiantes y egresados universitarios del presente estudio es un grupo con características particulares: presentan una tendencia hacia el conservadurismo en lo político, pero parecen ser poco rígidos en lo cognitivo.

El conglomerado denominado más conservadores representa el 77% de la muestra, mientras que los menos cognitivamente rígidos componen el 60%. De esta manera, los más conservadores y, a la vez, menos cognitivamente rígidos representan el 42% de la muestra total. Posiblemente, esto pueda derivarse de la etapa de vida en la que los participantes se encuentran: la formación universitaria demanda (se propone que en la mayoría de los casos, no en todos) una mayor apertura a la experiencia y una menor rigidez cognitiva, lo que no implica necesariamente una modificación en la ideología política. En este sentido, la apertura a la experiencia es una variable que disminuye los niveles de rigidez cognitiva pero, como se ha podido observar en este estudio, no necesariamente disminuye los niveles de conservadurismo político.

En este mismo sentido, es necesario resaltar que las correlaciones de mediana intensidad que se han observado entre la rigidez cognitiva y el conservadurismo político, no deberían conducir hacia el planteamiento de un determinismo cognitivo de la ideología política. Esto podría significar una sobrestimación del rol de las variables cognitivas sobre la adhesión de las personas a determinadas ideologías, sean estas conservadoras o progresistas.

Este estudio, así como los principales estudios que han sido revisados (e. g., Jost et ál., 2003a; Van Hiel, Onraet & De Pauw, 2010), están orientados, en general, a indagar acerca de algunos de los factores psicológicos involucrados con las preferencias políticas de los individuos y las actitudes sociopolíticas asociadas a estas preferencias, pero no proponen dicho determinismo cognitivo.

Los resultados del presente estudio son coherentes con los dos estudios meta-analíticos revisados previamente sobre la relación entre el conservadurismo político y la rigidez cognitiva (Jost et ál., 2003a; Van Hiel, Onraet & De Pauw, 2010). Esto permite sugerir que modelos teóricos como el conservadurismo político como cognición social motivada de Jost et ál. (2003a) son aplicables, bajo ciertas condiciones, en determinados contextos latinoamericanos (i. e., población urbana con un nivel educativo medio o superior, sectores socioeconómicos medios o altos, etc.).

Finalmente, es necesario mencionar las limitaciones del estudio y las futuras investigaciones que pueden derivarse de éste. Se considera que la limitación principal del presente estudio radica en la no aleatoriedad en la selección de los participantes, lo que restringe la generalización de los resultados a grupos muy similares al de la muestra (estudiantes y egresados universitarios) y eso con importantes limitaciones. Pese a ello, es necesario resaltar que el tamaño de la muestra (N = 279) y los niveles de confiabilidad de los instrumentos (a > .70, para todas las escalas) han permitido arribar a resultados consistentes con la revisión teórica y con los hallazgos de investigaciones empíricas previas.

Se propone que los resultados de este estudio, aunque llamativos, deberían ser corroborados en futuras investigaciones que, empleando métodos de muestreo probabilístico, utilicen además otras medidas para evaluar la rigidez cognitiva relacionándola con variables ideológicas como el RWA y la SDO, y actitudes socioculturales como el prejuicio hacia diversos grupos percibidos como extraños, diferentes o de bajo estatus. En ese sentido, investigaciones recientes como las de Rottenbacher, Espinosa y Magallanes (2011) o la de Hodson y Busseri (2012) estarían encaminadas en esta misma línea de investigación.


1 Para determinar la magnitud o intensidad de las correlaciones observadas, se utilizaron los criterios de Cohen, según los cuales para el caso de las ciencias sociales y de la conducta, la correlación de Pearson se interpreta como pequeña si r < .23, mediana si r < .36, y alta si r > .37 (Cohen, 1988, 1992; Kohler, 2009).



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