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Avances en Psicología Latinoamericana

Print version ISSN 1794-4724

Av. Psicol. Latinoam. vol.32 no.1 Bogotá Jan./Apr. 2014

 


El legado del manifiesto Conductista:
100 años después

Telmo E. Peña-Correal
Universidad del Rosario

Doi: dx.doi.org/10.12804/apl32.1.2014.00



Estamos conmemorando 100 años de la publicación del llamado Manifiesto Conductista, un artículo de John B. Watson titulado "La psicología como la ve el conductista" ("Psychology as the behaviorist sees if"). Indudablemente, este artículo ejerció una notable influencia en la psicología norteamericana y contribuyó a que el Conductismo se convirtiera en la corriente dominante de la psicología durante más de treinta años (al menos entre los años veinte y cincuenta del siglo XX).

Hay que reconocer, sin embargo, que las ideas que Watson expuso en este artículo no eran enteramente nuevas y que más bien se convirtió en un oportuno catalizador de distintas tendencias que confluyen de manera más o menos articulada en el Manifiesto. De hecho, como lo señala Wozniak (1997): "El objetivo primario de Watson fue proporcionar un análisis razonado que legitimara los métodos conductuales que hacía tiempo estaban en uso".

Algunas de las ideas centrales expuestas por Watson son (a) la psicología es una ciencia natural; (b) la psicología tiene como objeto teórico la predicción y el control de la conducta; (c) la introspección no es un método adecuado para la psicología; (d) hay una solución de continuidad entre la conducta animal y la conducta humana.

Veamos brevemente qué es lo que quiso decir Watson sobre cada uno de estos tópicos:

1. La psicología es una ciencia natural. La psicología, tal como la había configurado Descartes en el siglo XVII, tenía como objeto teórico la explicación de las relaciones entre el cuerpo (un objeto natural) y la mente (un objeto no natural). El estudio de la mente escapaba al dominio de la ciencia newtoniana, ya que no pertenecía al reino de las cosas materiales (su realidad es la conciencia) y, por lo tanto, su abordaje se consideró prerrogativa de la filosofía, a pesar de que se reconocía que la mente afectaba el cuerpo (la razón y la voluntad como capacidades mentales podían producir conducta racional y voluntaria). El siglo XIX ha sido llamado por algunos historiadores de la psicología como el siglo de los intentos de naturalización de la mente. En efecto, Herbart consideró que lo mental podía ser medido, Lotze consideró que lo mental podía ser explicado biológicamente y Wundt y Titchener consideraron que lo mental podía ser objeto de estudio experimental, y, en fin, los funcionalistas, al seguir las ideas de Darwin, pensaron que lo mental tenía una función adaptativa y que procesos mentales ocurrían aun en los animales no humanos. En este contexto, la afirmación de Watson de que la psicología es una ciencia natural no era una sorpresa: una psicología debe estudiar fenómenos "naturales" y no trascendentales o metafísicos. (Kantor, 1969).

2. El objeto de la psicología es la predicción y el control de la conducta. El último paso en la "naturalización de la mente" fue su negación ontológica: para el conductista la mente no es una "entidad". Más bien, lo que puede decirse es que los llamados procesos mentales pueden ser entendidos en términos de las actividades de los individuos en su interacción con el ambiente. En otras palabras, de lo que se trata es de explicar (predecir y controlar) la conducta. Las emociones, los sentimientos, el pensamiento, los recuerdos e incluso la conciencia son distintas formas de conducta que la psicología debe explicar. Aceptar que la explicación de la conducta es la conciencia, es aceptar una explicación metafísica que impediría la posibilidad de que la psicología se constituyera realmente como una ciencia, es decir, como una forma de producción de conocimiento teórico respaldado por la evidencia empírica. De hecho, se puede considerar que Spalding en 1872 (Gray, 1962) y el mismo Darwin en 1877 realizaron los primeros estudios completamente "objetivos" (basados en la observación) de la conducta.

3. La introspección no es un método adecuado para la psicología. La introspección se había convertido en el método particular de la psicología para el estructuralismo de Wundt. Si la psicología estudia lo mental, y una de las características definitorias de lo mental es la conciencia, entonces, las experiencias conscientes de un individuo solo pueden estar al acceso directo del sujeto. Si se tiene como base el supuesto de que toda ciencia debe partir de datos observacionales, entonces los datos, de los que debe disponer la psicología deben ser los que resultan de una observación directa de esos fenómenos de conciencia, es decir, la introspección. Varias objeciones se habían planteado a la introspección: (a) la introspección no es una verdadera observación, es más bien una retrospección; (b) la introspección como fuente de datos es poco confiable; (c) el estudio de la memoria, la percepción, el aprendizaje, las emociones y el pensamiento pueden realizarse observando la conducta y sin necesidad de acudir al dato introspectivo. El rechazo de Watson a la introspección recoge, en ese sentido, una insatisfacción de la comunidad académica, que era bastante común al final del siglo XIX y comienzos del XX, como lo muestra la conferencia de William James en 1904 en la cual se pregunta por la naturaleza de la conciencia y pone en evidencia la ambigüedad del concepto.

4. Hay una continuidad entre la conducta animal y humana. La idea evolucionista de que el ser humano es parte de la naturaleza y que sus características actuales tienen una historia evolutiva no se restringió a las características morfológicas, sino también a su comportamiento y por ende a los llamados procesos mentales. Una implicación de ello es que procesos como el aprendizaje, la memoria, la inteligencia, la solución de problemas deben estar prefigurados en los animales no humanos. Un buen número de investigadores se dedicaron al estudio experimental del comportamiento animal en campos como el aprendizaje (Pavlov y la reflexología), la memoria y la inteligencia (Thorndike, 1911) antes que Watson. Obviamente, estos estudios partieron de una observación del comportamiento de perros, gatos, ratas o palomas, sin necesidad de tener que acudir a la introspección. Así pues, cuando Watson plantea en 1913 que el conductista considera que hay continuidad entre la conducta animal y humana, lo único que hace es afirmar la misma continuidad evolutiva existente entre animales no humanos y humanos.

¿Qué queda hoy, cien años después de todo esto? La propuesta conductista tuvo y tiene, sin lugar a dudas, un notable impacto en la psicología del siglo XX. A mi juicio, la herencia más importante de Watson se centra en los siguientes aspectos que hoy en día reconocen muchos psicólogos: (a) lo psicológico no es exclusivo del ser humano: con toda propiedad se pueden predicar de las interacciones de muchos animales no humanos con su ambiente natural y con sus co-específicos atributos psicológicos; (b) el dato fundamental para el estudio de lo psíquico" es la conducta; (c) es posible estudiar los llamados "fenómenos psíquicos" con métodos observacionales y experimentales; (d) el comportamiento de los organismos está relacionado de manera sistemática con factores biológicos y ambientales, de tal manera que es factible construir enunciados legales o cuasilegales sobre lo psicológico.

Con el paso del tiempo, el conductismo adquirió una gran complejidad y se desarrollaron muchas variedades de conductismo que, si bien conservan el espíritu de Watson de construir una ciencia de la conducta, varían en sus supuestos, en sus conceptos teóricos, en sus métodos de investigación e incluso en la forma de conceptualizar la conducta. Como lo dice Zuriff (1985), el conductismo no es hoy en día un movimiento unificado, sino una gran familia donde algunos son muy parecidos entre sí y otros apenas guardan el "aire de familia".



Referencias

Darwin, C. (1877). A biographical sketch of an infant. Mind, 2, 285-294.         [ Links ]

Gray, P. H. (1962). Douglas Alexander Spalding: The first experimental behaviorist. Journal of General Psychology, 67, 299-307.         [ Links ]

James, W. (1904). Does consciousness exist? Classics in the history of Psychology. Recuperado de http://psychclassics.yorku.ca/James/consciousness.htm.         [ Links ]

Kantor, J. R. (1969). The scientific evolution of psychology. Chicago (IL): The principia Press.         [ Links ]

Thorndike, E. (1911). Animal intelligence. Classics in the history of Psychology. Recuperado de http://psychclassics.yorku.ca/Thorndike/Animal/        [ Links ]

Watson, J. B. (1913). Psychology as the behaviorist views it. Psychological Review, 20, 158-177.         [ Links ]

Wozniak, R. H. (1997). Commentary on "Psychology as the behaviorist sees it". Classics in the history of Psychology. Recuperado de http://psychclassicsasu.edu/Watson/commentary.htm.         [ Links ]

Zuriff, (1985). Behaviorism: A conceptual reconstruction. New York: Columbia University Press.         [ Links ]