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Avances en Psicología Latinoamericana

Print version ISSN 1794-4724

Av. Psicol. Latinoam. vol.32 no.3 Bogotá Sept./Dec. 2014

https://doi.org/dx.doi.org/10.12804/apl32.03.2014.10 

Doi: dx.doi.org/10.12804/apl32.03.2014.10

El Autoritarismo y la justificación de la inequidad como condicionantes ideológicos de los niveles de deliberación y participación política

Authoritarianism and Justification of Inequality as Ideological Conditionants of Political Deliberation and Political Participation

O Autoritarismo e a Justificação da Desigualdade como Condicionantes Ideológicos dos níveis de Deliberação e Participação Política

Jan Marc Rottenbacher de Rojas, César Córdova Cáceres*
Pontificia Universidad Católica del Perú

* Jan Marc Rottenbacher de Rojas, Departamento Académico de Psicología, Grupo de Psicología Política, Pontificia Universidad Católica del Perú; César Córdova Cáceres, Instituto de Opinión Pública, Grupo de Psicología Política, Pontificia Universidad Católica del Perú. Esta investigación fue realizada gracias al apoyo del Instituto de Opinión Pública y del Vicerrectorado de Investigación de la Pontificia Universidad Católica del Perú. La correspondencia relacionada con este artículo debe ser dirigida a Jan Marc Rottenbacher de Rojas, Departamento Académico de Psicología, Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, Perú. Correo electrónico: jrottenbacher@pucp.edu.pe.

Para citar este artículo: Rottenbacher, J. M., & Córdova, C. (2014). El Autoritarismo y la justificación de la inequidad como condicionantes ideológicos de los niveles de deliberación y participación política. Avances en Psicología Latinoamericana, 32(3), 495-513. doi: dx.doi.org/10.12804/apl32.03.2014.10

Fecha de Recepción: 30 de octubre de 2013
Fecha de aceptación: 9 de junio de 2014


Resumen

En una muestra representativa de la ciudad de Lima (N = 634) se analizó la influencia de la ideología sobre los niveles de deliberación política convencional y deliberación política en Internet. Además, se analizó el efecto que producen estos dos tipos de deliberación sobre los niveles de participación política convencional y participación política online. Como medidas ideológicas se utilizaron escalas de autoritarismo de ala derecha (RWA) y justificación de la inequidad. Un modelo de ecuaciones estructurales propone que mayores niveles de autoritarismo y una tendencia hacia la justificación de la inequidad ejerzan una influencia negativa de magnitud pequeña sobre los niveles de deliberación política. Asimismo, mayores niveles de deliberación política tienen un efecto positivo de magnitud mediana sobre el grado de participación política.

Palabras clave: Autoritarismo; justificación de la inequidad; deliberación política; participación política.


Abstract

In a representative sample from Lima - Peru (N = 634), this study analyzed the influence of political ideology on conventional political deliberation and online political deliberation. We also analyzed the effect produced by these two types of political deliberation on the levels of conventional political participation and online political participation. As ideological measures, we used scales of right-wing authoritarianism (RWA) and justification of inequality. Using structural equations models, this article proposes that a higher level of authoritarianism and a higher tendency to justify inequality influence negatively in political deliberation. Also, higher levels of political deliberation have a positive effect on both types of political participation.

Keywords: Authoritarianism; justification of inequality; political deliberation; political participation.


Resumo

Em uma amostra representativa da cidade de Lima (N =634) analisou-se a influência da ideologia sobre os níveis de deliberação política convencional e deliberação política na Internet. Além disso, analisa-se o efeito que produzem estes dois tipos de deliberação sobre os níveis de participação política convencional e participação política online. Como medidas ideológicas utilizaram-se escalas de autoritarismo de ala direita (RWA) e justificação da desigualdade. Um modelo de equações estruturais propõe que maiores níveis de autoritarismo e uma tendência à justificação da desigualdade exercem uma influência negativa de magnitude pequena sobre os níveis de deliberação política. Igualmente, maiores níveis de deliberação política têm um efeito positivo de magnitude mediana sobre o grau de participação política.

Palavras-chave: Autoritarismo; justificação da desigualdade; deliberação política; participação política.


El propósito general de este estudio fue analizar el efecto que podría ejercer la ideología política sobre los niveles de deliberación y participación política. Utilizando un tipo de muestreo probabilístico, se obtuvo una muestra representativa de la ciudad de Lima y se propusieron modelos de ecuaciones estructurales para analizar las relaciones entre las variables de estudio.

A pesar de la existencia de algunas importantes excepciones, como el estudio de Cameron y Nickerson (2006), existen pocas investigaciones que hayan analizado el efecto de la ideología política sobre la participación, el compromiso cívico o la deliberación política (Jost, Chaikalis-Petritsis, Abrams, Sidanius, Van Der Toorn & Bratt, 2012). Pese a ello, algunos estudios previos ofrecen pistas para proponer de qué manera la ideología política puede incidir en la disposición a involucrarse o participar políticamente. Una investigación realizada en Lima mostró cómo el conservadurismo político de derecha influía directamente sobre el desinterés o apatía con respecto a los asuntos políticos del país (Rottenbacher & Schmitz, 2012a). Asimismo, una reciente publicación de tres estudios realizados en los EE.UU., Grecia y Gran Bretaña propone que una mayor tendencia hacia la justificación del sistema -variable asociada directamente con una orientación política conservadora- influye inversamente sobre la disposición a involucrarse o participar en protestas públicas (Jost et ál., 2012). Sobre la base de estos dos antecedentes empíricos se asumió que una tendencia ideológica conservadora debía ejercer una influencia inversa sobre los niveles de deliberación política y de participación política. Como variables ideológicas, se evaluaron los niveles de autoritarismo y justificación de la inequidad. Con respecto a la deliberación y la participación política fueron evaluados dos tipos: el convencional, referido a acciones e interacciones cara a cara -o no-mediadas-, y el tipo no-convencional referido a actividades e interacciones mediadas por diversos entornos disponibles en Internet.

Con la finalidad de contextualizar al lector, es necesario mencionar que este estudio se realizó dos semanas antes del proceso electoral denominado Consulta Popular de Revocatoria del Mandato de Autoridades Municipales de la Municipalidad de Lima. En esta consulta se decidió la permanencia de la Alcaldesa y de los miembros del Consejo Municipal de Lima en sus respectivos cargos. Se propone que este contexto electoral habría generado un grado importante de polarización política debido, entre otros factores, a que solo había dos opciones de voto: elegir "Sí a la revocatoria" o "No a la revocatoria"; es decir, estar de acuerdo o en desacuerdo con que la Alcaldesa y los miembros del Consejo Municipal dejaran vacantes sus cargos. Según Lachat (2008) la existencia de un panorama político dicotómico, en el que existen solo dos opciones de voto, incrementa aún más los niveles de polarización política. Otro motivo por el que resulta pertinente describir este escenario electoral polarizado se debe a que propuestas como la de Hayes, Scheufele y Huge (2006) sugieren que los contextos de polarización política pueden influir de manera negativa en los niveles de deliberación o participación política, al fomentar la autocensura política, en especial en aquellos individuos poco tolerantes frente a la exposición de ideas o argumentos contrarios a los propios.

Participación política

La participación política puede ser definida como un conjunto de acciones voluntarias por medio de las cuales los ciudadanos intentan influir sobre alguna instancia gubernamental o algún sector del aparato político formal (Nagel, 1987; Scheufele, Nisbet & Brossard, 2002; Verba, Schlozman & Brady, 1995). Asimismo, Brady (1999) observa que existen cuatro elementos que están presentes en las diversas definiciones que se han propuesto para el concepto de participación política: (a) la acción, (b) el ciudadano común, (c) el carácter político y (d) la intención de influencia. En primer lugar, la participación política es una actividad observable, no es una actitud o intensión, como sí lo son el compromiso cívico, el interés o la percepción de eficacia política. En segundo lugar, para que una acción políticamente orientada sea considerada participación política, esta debe ser realizada por ciudadanos comunes y no por las élites políticas o autoridades políticas en ejercicio de sus funciones. Por ejemplo, el voto de un parlamentario a favor de una medida gubernamental o una propuesta de ley no constituyen participación política. El carácter político es el tercer elemento necesario para considerar una acción como participación política, por lo que diversas actividades que los ciudadanos realizan en la esfera privada de sus trabajos, en sus casas o al interior de instituciones privadas -como agrupaciones religiosas, clubes u otras–, no deben ser consideradas participación política. Finalmente, la intención de influir sobre el comportamiento, desarrollo o decisión de alguna instancia de gobierno es lo que le otorga el carácter político a una determinada acción.

Ekman y Amnå (2012) identifican dos tipos de participación política: (a) la participación política formal y (b) la participación política informal. Se denomina participación política formal a aquella que se realiza al utilizar los mecanismos formales de participación política que provee la democracia representativa. De esta manera, el voto en las elecciones generales, el hecho de buscar a un representante en el Congreso, con el fin de reivindicar determinadas demandas, o la afiliación a un partido político son ejemplos de participación política formal. Por otro lado, los ciudadanos pueden llevar a cabo formas de participación política informal como protestas, huelgas y manifestaciones, o cualquier tipo de movilización colectiva que intente influir sobre las decisiones gubernamentales. La participación política informal puede ser legal -o no disruptiva-, cuando se realizan protestas, huelgas y manifestaciones pacíficas, o puede ser ilegal -o disruptiva- por medio de acciones violentas como el bloqueo de carreteras, la toma de edificios públicos, entre otras (Jost et ál., 2012).

Deliberación política convencional y deliberación política en Internet

La discusión política es considerada uno de los aspectos fundamentales del sistema democrático y se define como "[…] episodios de conversación y discusión política que tienen lugar entre miembros de una comunidad que no pertenecen a una élite política". (Schmitt-Beck, 2008, p. 341). En ese sentido, para el adecuado funcionamiento de la democracia, resulta fundamental la existencia de espacios de deliberación pública que articulen diversos intereses comunes, transformen las preferencias individuales y generen una opinión pública razonada (Habermas, 1996).

Existen estudios empíricos que muestran algunos de los beneficios de la deliberación y discusión política. En ese sentido, las personas que conversan con mayor frecuencia acerca de asuntos políticos o de interés público también presentan mayores niveles de tolerancia política (Mutz & Mondak 2006), de participación política y de compromiso cívico, especialmente durante las campañas electorales (Shah, Cho, Eveland, & Kwak, 2005; Shah, Cho, Nah, Gotlieb, Hwang, Lee, et ál., 2007; Valenzuela, Kim & Gil de Zúñiga, 2012; Wyatt, Katz, & Kim, 2000). Valenzuela et ál. (2012) explican que los beneficios de la deliberación política se deben a que dichas conversaciones representan intercambios de información que les permiten a los individuos lidiar con nuevas ideas y argumentos elaborados, lo que promueve una reflexión más amplia y compleja acerca de la información recibida. Pese a ello, otros estudios muestran de qué manera aquellos individuos que se enfrentan a argumentos que no concuerdan con los propios, si bien incrementan sus niveles de tolerancia política, también tienden a reducir sus niveles de participación política (Mutz, 2002a, 2002b). En ese sentido, Mutz (2002a, 2002b) explica que, si bien el hecho de que las personas se enfrenten a puntos de vista discordantes genera un mayor conocimiento de posturas políticas opuestas, también desanima el involucramiento y la participación política, e incrementa el nivel de desconfianza frente a la clase política (Mutz, 2002a, 2002b; Mutz & Reeves, 2005; Wojcieszak, 2011).

El uso de los nuevos medios de comunicación social, definidos como aquellos canales de comunicación que se sirven de las nuevas tecnologías de información y comunicación, y que están soportados en plataformas virtuales en Internet, se ha expandido tanto como el consumo de los medios de comunicación tradicionales -la televisión, la radio o la prensa escrita- y ha promovido nuevas y diversas formas para la utilización personalizada de los medios de comunicación (De Vreese, 2010; Slothuus & De Vreese, 2010). Según Valenzuela et ál. (2012), el uso de Internet ha reducido en gran medida los costos de mantener una red social extensa de tipo convencional, y diversos estudios han demostrado que las comunicaciones online han incrementado el nivel de interacción entre miembros de diversas comunidades locales, nacionales y transnacionales (Hampton & Wellman, 2001; Kavanaugh, Carroll, Rosson, Zin, & Reese, 2005; Wellman, Quan-Haase, Witte, & Hampton, 2001). Con el desarrollo de Internet han aparecido nuevos canales para la participación política, particularmente entre los jóvenes. La proliferación de blogs, foros, redes sociales virtuales como Facebook o Twitter, así como diversos sitios web, ha permitido a los individuos y a las organizaciones contar con nuevos medios para influir sobre las actividades gubernamentales, sobre sus políticas y sobre algunas acciones concretas de los gobiernos (Gil de Zúñiga & Valenzuela, 2011; Kaufhold, Valenzuela, & Gil de Zúñiga, 2010; Mossberger, Tolbert, & McNeal, 2007).

Investigaciones relacionadas con el fenómeno de la deliberación política en Internet sugieren que el uso de la web fortalece las conexiones interpersonales y, al mismo tiempo, crea nuevas redes que posteriormente pueden llegar a transformarse en relaciones interpersonales, o incluso intergrupales de tipo convencional cara a cara. Además, se ha observado que el uso de Internet promueve la creación de redes sociales no locales, como las comunidades virtuales que aglutinan a personas que poseen intereses comunes, fomentando así la discusión y el intercambio de información (Papacharissi, 2004). El proceso inverso también ha podido observarse, es decir, que redes sociales convencionales o agrupaciones políticas están utilizando los nuevos medios que les provee Internet para llevar a cabo, desde allí, diversas interacciones deliberativas y de participación política.

Según Lin (2008), las dos formas de deliberación política -convencional y por medio de Internet- difieren de manera significativa: mientras que las discusiones cara a cara son principalmente orales, sincrónicas y plagadas de señales visuales y no verbales, las discusiones online tienden a ser escritas, suelen ser asincrónicas y ocurren, en la mayoría de los casos, bajo condiciones de anonimato. La naturaleza textual de muchas de las interacciones online representan un tipo de comunicación que carece de señales no verbales, de tal modo que, como sostiene Berger (2009), las redes sociales online estarían más orientadas a metas específicas, mientras que las redes sociales convencionales estarían orientadas al desarrollo de vínculos y al establecimiento de relaciones sociales significativas. Si este fuera el caso, y como lo proponen Gil de Zúñiga y Valenzuela (2011), las discusiones mediadas por Internet serían más eficientes con respecto a la movilización de los individuos en dirección hacia la consecución de objetivos políticos. Sin embargo, algunas investigaciones proponen una visión contraria: que las expresiones no cívicas están más generalizadas en las discusiones políticas online, en especial cuando los participantes que intervienen en ellas pueden preservar su anonimato (Davis, 2005, 1998; Hill & Hughes, 1998).

En el caso de la ciudad de Lima, una encuesta realizada el año 2013 por la empresa Ipsos-APOYO, mostró que el 66 % de la población utiliza Internet por lo menos una vez al mes, mientras el 48 % la utiliza cinco o más veces por semana. El 43% de las personas que manifiesta ser un usuario frecuente de Internet expresa que la utiliza, principalmente, para leer y enterarse de diversas noticias. Por otro lado, el 84 % de los encuestados manifestó pertenecer a una red social virtual, el 25% afirmó tener un blog propio y un 28% expresó que visitaba algún blog ocasionalmente (Ipsos-APOYO, 2013).

Ideología política, deliberación y participación política

Con respecto a la conceptualización de ideología política, este estudio parte de un marco interpretativo provisto por la psicología política que integra tres desarrollos teóricos: el enfoque dual de la ideología política, el continuo ideológico izquierda/ derecha y el conservadurismo político de derecha.

El denominado enfoque dual, propuesto por Duckitt, Wagner, du Plessis y Birum (2002) considera como indicadores de la ideología política al autoritarismo de ala derecha -RWA, por sus siglas en inglés-, propuesto por Altemeyer (1981) y la orientación hacia la dominancia social -SDO, por sus siglas en inglés- (Pratto, Sidanius, Stallworth & Malle, 1994; Sidanius, Pratto & Bobo, 1996). Por un lado, el RWA expresa tres tendencias actitudinales: (a) la sumisión autoritaria, definida como el respaldo hacia aquellas autoridades percibidas como legítimas y hacia las instituciones y normas que estas promueven, (b) la agresión autoritaria, definida como el apoyo hacia medidas punitivas desproporcionadas cuando son aplicadas por las autoridades percibidas como legítimas (Oesterreich, 2005) y (c) el convencionalismo, definido como la defensa de las instituciones, normas y valores tradicionales de una sociedad (Altemeyer, 1981, 1996, 1998). Por otro lado, la SDO expresa la preferencia por un sistema social organizado y estructurado de forma jerárquica. El enfoque dual puede ser integrado conceptualmente con la propuesta de Bobbio (1996) acerca de las distinciones ideológicas entre las polaridades denominadas izquierda y derecha, y con el enfoque teórico denominado conservadurismo político de derecha (Jost, Federico & Napier, 2009; Jost, Glaser, Kruglanski & Sulloway, 2003; Thorisdottir, Jost, Liviatan & Shrout, 2007). Esta integración conceptual es posible debido a que los tres enfoques coinciden en que la justificación de la inequidad y la defensa y preservación de las tradiciones -o resistencia al cambio- son las creencias centrales que permiten comprender la variabilidad ideológica de las personas. En el enfoque dual, la justificación de la inequidad se expresa por medio de la SDO y la resistencia al cambio y el apoyo a las tradiciones por medio del convencionalismo que representa una de las tendencias actitudinales constituyentes del RWA. En la propuesta de Bobbio (1996), las personas que justifican la inequidad y tienden a preservar el statu quo han estado, generalmente, vinculadas con partidos o ideologías de derecha, mientras que las personas que consideran que la búsqueda de la igualdad entre los seres humanos es un fin deseable y que, además, presentan una mayor tolerancia hacia las modificaciones en la estructura social, han estado generalmente vinculadas con agrupaciones o ideologías denominadas de izquierda. Finalmente, según la propuesta del conservadurismo político de derecha, las personas más conservadoras en lo político tienden a justificar las diferencias entre los grupos sociales y se oponen a los cambios que impliquen modificaciones significativas en la estructura social tradicional, lo que generalmente, les ofrece una mayor sensación de seguridad al reducir los niveles de incertidumbre y ambigüedad (Jost et ál., 2009; Jost et ál., 2003; Thorisdottir et ál., 2007).

En el contexto de la ciudad de Lima, Rottenbacher y Schmitz (2012a) observaron que, tanto el RWA como la orientación política de derecha, ejercían una influencia inversa sobre el interés en los asuntos políticos del país. Este estudio propone que el conservadurismo político de derecha -evaluado por medio del RWA y la orientación política de derecha- influye de forma negativa sobre los niveles de interés e involucramiento político, lo que propone que el conservadurismo político de derecha favorece mayores niveles de apatía política (Rottenbacher & Schmitz, 2012a).

En otros contextos socio-culturales, diversos estudios han propuesto que tendencias ideológicas de tipo conservador, tanto en lo social como en lo político, promueven una disminución en los niveles de compromiso e involucramiento político de las personas (e. g., Cameron & Nickerson, 2006; Curtin, Stewart, & Duncan, 2010; Jost et ál., 2012; Scheufele, Nisbet & Brossard, 2002). El compromiso político -también denominado compromiso cívico- involucra una serie de disposiciones y comportamientos, dentro de los que se incluyen la deliberación política, el interés en información relacionada con los asuntos públicos y finalmente, la participación política (Verba et ál., 1995). La relación inversa entre el conservadurismo político y los niveles de deliberación y participación política se explica a partir de la concepción misma del conservadurismo político. Al ser este una tendencia ideológica que justifica la inequidad, busca preservar el statu quo y se resiste a los cambios sociales, es coherente proponer que las personas políticamente más conservadoras presenten menores niveles de participación política y menores niveles de deliberación política, en especial cuando esta deliberación se desarrolla en contextos en los que las personas se ven expuestas a argumentos políticos contrarios a los propios (Hayes et ál., 2006; Wojcieszak, 2011) lo que, según Hayes et ál. (2006), desencadena ciertos niveles de autocensura política por parte de las personas.

Como se mencionó al inicio de la introducción, Jost et ál. (2012) analizaron la influencia de la justificación del sistema sobre la disposición a participar en acciones políticas disruptivas (i. e., desobediencia civil, protestas violentas, etc.) y acciones no-disruptivas (i. e., manifestaciones pacíficas, peticiones colectivas formales, etc.). La justificación del sistema es considerada una tendencia ideológica que considera que el sistema socio-político predominante, también denominado statu quo, es justo y responde a determinantes intrínsecos a la naturaleza del ser humano. Las personas que tienden a justificar el sistema, como estrategia para reducir los niveles de incertidumbre, consideran que muchas de las condiciones presentes en una sociedad son naturales, justificables y, por lo tanto, inevitables: la inequidad económica, el acceso selectivo al poder, la jerarquización de la sociedad, la desigualdad social, el predominio de ciertos grupos sobre otros, etc. (Jost & Banaji, 1994; Jost & Hunyady, 2005; Sidanius & Pratto, 1999). De manera general, Jost et ál. (2012) encontraron que la justificación del sistema ejercía un efecto inverso sobre la disposición a participar en formas disruptivas y no disruptivas de participación política.

Ideología política y los modelos de la mediación comunicativa

Actualmente los estudios sobre comunicación política han migrado desde un paradigma estímulo-respuesta, donde los medios de comunicación tienen un efecto directo sobre la participación política, hacia un paradigma de efectos indirectos, donde la influencia de los medios de comunicación sobre la participación política estaría mediada por el impacto que ejercen variables psicológicas (McLeod, Scheufele & Moy, 1999). A partir de este marco conceptual se propuso el modelo de mediación comunicativa denominado: Orientations - Stimulus -Orientations - Response (O1-S-O2-R), en el cual las orientaciones psicológicas -entre las que podemos incluir las orientaciones ideológico-políticas- influyen sobre la manera en la que interpretamos los estímulos que provienen de los medios de comunicación (McLeod et ál., 1999).

Más recientemente, Shah et ál. (2007) ampliaron la propuesta del modelo de mediación comunicativa proponiendo el siguiente modelo: Orientations -Stimulus - Reasoning - Orientations - Response (O1-S-R a -O2-Rb). En su propuesta el razonamiento aparece como variable mediadora entre el estímulo (S) y la segunda orientación (O2), debido a que el proceso de razonamiento -entendido como la elaboración mental y consideración individual y colectiva de algún tópico- es una condición necesaria para que el uso de los medios de comunicación produzca respuestas políticas (Eveland, Hayes, Shah & Kwak, 2005). Las investigaciones empíricas que han utilizado estos modelos como marcos interpretativos han considerado como orientaciones (O1), principalmente variables socio-demográficas como el nivel socio-económico, el sexo y o la edad (Rojas, Pérez & Gil de Zúñiga, 2010), pero no han evaluado disposiciones psicológicas.

Por ello, a partir de estos modelos, la presente investigación consideró necesario evaluar la primera orientación por medio de variables ideológico-políticas como el autoritarismo y la justificación de la inequidad, que representan disposiciones psicológicas relativamente estables que poseen a una base motivacional (Jost et ál. 2009; Jost et ál., 2003). Dicho de otro modo, y siguiendo el modelo Orientations - Stimulus - Reasoning - Orientations -Response (O-S-R -O-R), estas variables ideológicas constituyen un sistema de creencias (O1) que predispondría al individuo a interpretar de forma diferenciada los estímulos políticos del ambiente (S), desencadenando, de esta manera, determinados procesos de razonamiento (Ra), que llevarían a las personas a modificar algunas de sus orientaciones políticas más específicas (O2), y como consecuencia, a comportarse de manera diferenciada (Rb).

A partir de la revisión bibliográfica presentada, esta investigación se propuso analizar el efecto que la ideología política podía ejercer sobre los niveles de deliberación política y participación política. Se propusieron las siguientes cinco hipótesis: en primer lugar, el RWA y la justificación de la inequidad debían estar correlacionados entre sí de forma positiva (H1). En segundo lugar, el RWAy la justificación de la inequidad deberían ejercer, ambos, una influencia inversa sobre los niveles de deliberación política convencional y deliberación política en Internet (H2). En tercer lugar, la deliberación política convencional debía ejercer una influencia directa sobre la participación política convencional (H3), mientras la deliberación política en Internet debía ejercer, de forma análoga, una influencia directa sobre la participación política en Internet (H4). Finalmente, de las dos últimas hipótesis se deduce una quinta (H5) que proponía que la participación política convencional y la participación política en Internet debían estar correlacionadas entre sí de forma positiva. Estas hipótesis están plasmadas de forma gráfica en el diagrama estructural hipotético denominado Modelo 1 (ver figura 1).

FIGURA 1

Método

Participantes

Para seleccionar a los participantes del estudio se utilizó un tipo de muestreo probabilístico polietápico por conglomerados, estratificado según las cinco zonas de la ciudad de Lima definidas por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI): (a) Lima-Centro, (b) Lima-Norte, (c) Lima-Este, (d) Lima-Sur, (e) Lima-Sureste y Suroeste (INEI, 2008). En la primera etapa, utilizando el programa estadístico SPSS© 20, se seleccionó una muestra sistemática de manzanas codificadas por el INEI (2008) en la cartografía digital de la ciudad de Lima. Se determinó que en cada manzana -unidad de muestreo primaria- se aplicarían como máximo ocho encuestas. En la segunda etapa se realizó una muestra sistemática de viviendas en cada una de las manzanas seleccionadas, utilizando el método de salto sistemático con inicio aleatorio. En el caso de las personas que no desearon participar en el estudio, en viviendas desocupadas, miembros del hogar ausentes o la presencia de otros impedimentos para realizar la encuesta, la vivienda seleccionada fue reemplazada por la siguiente, hasta lograr una encuesta efectiva. Finalmente, el procedimiento de selección del encuestado se realizó mediante el método de cuotas por sexo y edad, determinadas por la distribución demográfica de la población de Lima (INEI, 2008). La muestra final (N = 634) constituye una muestra representativa de la población de la ciudad de Lima Metropolitana: el 49.5 % son hombres y el 50.5 % mujeres. Por grupos de edad, el 32.8 % se encuentra entre los 18 a 29 años, el 33% entre los 30 a 44 años, y el 34.2% posee 45 años o más. Según el nivel socio-económico (NSE), el 1.6% pertenece al NSE A, un 15.6% al NSE B, el 41.5% al NSE C, un 38.2% al NSE D, y, finalmente, un 3.2% al NSE E.

Instrumentos

Autoritarismo de Ala Derecha (RWA). Se utilizó una versión de siete ítems de la EscalaAbreviada de Autoritarismo de Ala Derecha de Zakrisson (2005), traducida al castellano por Rottenbacher y Schmitz (2012a). Aunque la escala original consta de 15 ítems, se consideró pertinente reducir el número de enunciados para que pudiera ser utilizada en estudios de opinión a gran escala. La opción de respuesta fue una escala Likert de 10 puntos en la que: 1 = "Completamente en desacuerdo" y 10 = "Completamente de acuerdo". Se escogieron aquellos ítems que hubieran presentado en estudios previos una correlación ítem-test mayor a 0.5 (e. g., Rot-tenbacher & Schmitz, 2012b; Rottenbacher, 2012a; Rottenbacher, 2012b; Rottenbacher, Espinosa & Magallanes, 2011). Finalmente, luego del análisis de ecuaciones estructurales, se obtuvo una versión abreviada de cinco ítems que presentó un nivel de confiabilidad adecuado para el caso del presente estudio (α = .77) (ver tabla 4 en Apéndice 1).

Justificación de la Inequidad. Se utilizó la Escala de Justificación de la Inequidad propuesta por Rottenbacher y Schmitz (2012a). Esta escala consta de cinco ítems similares a: "La desigualdad económica es un hecho natural. Por más que se desarrolle nuestro país siempre habrá ricos y pobres"; o "Las jerarquías en nuestra sociedad son inevitables. Siempre habrá unos que sean los que gobiernen y otros que sean los gobernados". La opción de respuesta es una escala Likert de 10 puntos, en la que: 1 = "Completamente en desacuerdo" y 10 = "Completamente de acuerdo". La escala de cinco ítems presentó un nivel de confiabilidad bastante bajo (α = .37), por lo que se decidió eliminar de la escala los dos ítems inversos: "Si hacemos todo lo necesario para desarrollar nuestro país, alguna vez alcanzaremos la igualdad entre todos los ciudadanos" y "El desarrollo económico sostenido y una buena administración del gobierno conducirán tarde o temprano a la igualdad entre todos los habitantes del país". La escala de tres ítems presentó un adecuado nivel de confiabilidad (α = .78) (ver Tabla 5 en Apéndice 1).1

Deliberación Política Convencional. Para evaluar el nivel de deliberación política convencional se utilizó la siguiente pregunta: "Considerando los últimos 15 días. En una escala en donde 1 significa ‘Nunca'y 10 significa ‘Siempre', podría indicarme con qué frecuencia conversa sobre temas políticos personalmente o telefónicamente con alguno de los siguientes grupos: (a) Familia cercana (esposa, hijo, hija, hermanos, padres), (b) Familia extensa (tíos, abuelos, primos, etc.), (c) Amigos, (d) Vecinos, (e) Compañeros de trabajo y (f) Personas no conocidas (taxis, quioscos, paraderos, sitios públicos, bodegas, etc.). El nivel de confiabilidad de esta escala resultó alto (α = .85).

Deliberación Política en Internet. Se utilizó la siguiente pregunta: "Considerando los últimos 15 días. En una escala en donde 1 significa ‘Nunca' y 10 ‘Siempre', podría indicarme con qué frecuencia conversa sobre temas políticos vía Internet y redes sociales con alguno de los siguientes grupos: (a) Familia cercana (esposa, hijo, hija, hermanos, padres), (b) Familia extensa (tíos, abuelos, primos, etc.), (c) Amigos, (d) Vecinos, (e) Compañeros de trabajo y (f) Personas no conocidas (taxis, quioscos, paraderos, sitios públicos, bodegas, etc.). Esta escala de seis ítems presentó un nivel alto de consistencia interna (α = .92).

Participación Política Convencional. Se utilizó la siguiente pregunta: "Me gustaría que me dijera si en los últimos 5 años ha hecho usted alguna de estas cosas, si podría hacerlas en un futuro o si nunca las haría bajo ninguna circunstancia: (a) Firmar un comunicado o petición solicitando atención a alguna demanda social a una autoridad, funcionario público o congresista, (b) asistir a reuniones vecinales o comunales, (c) asistir a una audiencia pública o municipal, (d) apoyar a grupos que buscan cambios sociales o políticos, (e) buscar o comunicarse con un congresista para hacerle llegar una necesidad o demanda social (hablar personalmente con alguien del gobierno), (f) buscar a un periodista o medio de comunicación para exigir atención a alguna necesidad o demanda social (radio, tv, periódico, etc.), (g) buscar o comunicarse con una autoridad local o regional para exigirle que atienda alguna necesidad o demanda social (presidente o consejero regional; alcalde, regidor, etc.), (h) participar en marchas pacíficas, (i) asistir a algún mitin político o actividades de campaña, (j) participar en grupos de interés público, grupos de acción política, partido político y (k) participar en huelgas o manifestaciones. Las opciones de respuestas fueron: 1 = "Nunca lo haría", 2 = "Lo podría hacer" y 3 = "Lo ha hecho". Este instrumento presentó un nivel de confiabilidad alto (α = .88).

Participación Política en Internet. Se utilizó la siguiente pregunta: "¿Durante las últimas dos semanas ha realizado alguna de las siguientes actividades en Internet?: (a) buscar noticias o información sobre temas políticos, (b) visitar blogs o páginas webs con información sobre temas políticos, (c) participar en foros de discusión sobre temas políticos, (d) comentar los artículos o columnas de opinión en las versiones online de los periódicos, (e) utilizar el correo para enviar información de contenido político, (f) postear algún comentario o compartir un enlace con contenido político, (g) consultar información gubernamental, (h) recibir información de algún boletín, blog, página web, etc. de contenido político al que se ha suscrito". La opción de respuesta es dicotómica donde 0 = "No" y 1 = "Sí". Esta escala presentó un adecuado nivel de confiabilidad (α = .75).

Procedimiento

La presente investigación está enmarcada dentro del estudio panel Comunicación y Opinión Pública realizado por el Instituto de Opinión Pública de la PUCP (IOP), entre el 2 de marzo y el 29 de abril del 2013. Para este panel, un equipo conformado por profesores de la PUCP y miembros del IOP diseñaron una encuesta que, entre muchas otras preguntas, incluyó los instrumentos utilizados para evaluar las variables que han sido analizadas en la presente investigación. Los datos fueron recolectados entre el 2 y el 6 de marzo del 2013, dos semanas antes de la Consulta Popular de Revocatoria del Mandato de Autoridades Municipales de la Municipalidad de Lima. Los encargados de recoger la información fueron miembros del equipo de encuestadores del IOP, especializados en recolectar información en estudios de opinión pública, que fueron capacitados por los investigadores a cargo del estudio en la adecuada aplicación de los instrumentos. Cada encuestador se encargó de recoger la información en una de las manzanas seleccionadas, pertenecientes a la cartografía digital de la ciudad de Lima, elaborada por el INEI (2008), y de cumplir con las cuotas por sexo y edad definidas a partir de la información censal del 2007 (INEI, 2008). Luego de obtener el consentimiento informado de los participantes, la aplicación de la encuesta se realizó bajo la modalidad cara a cara. Finalmente, los datos fueron procesados utilizando los paquetes estadísticos SPSS© 21 y AMOS© 21.

Resultados

En la tabla 1 se puede observar que la media más alta corresponde al RWA, mientras que la media más baja corresponde a la Participación Política en Internet. Asimismo, tanto la Deliberación Política en Internet como la Participación Política en Internet presentaron niveles de asimetría positiva bastante elevados, por lo que se puede sostener que, en general, los puntajes de estas dos variables son bastante bajos. Algo similar, aunque en menor grado, se puede observar en el caso de la Deliberación Política Convencional cuyo valor de asimetría es igual a 1.14.

En la tabla 2 se observa, en primer lugar, que el RWA y la Justificación de la Inequidad correlacionaron de manera positiva y con una magnitud mediana. En segundo lugar, tanto la Deliberación Política Convencional como la Deliberación Política en Internet correlacionaron de forma inversa con el RWA y con la Justificación de la Inequidad. Finalmente, se observan correlaciones positivas entre los dos tipos de Participación Política y ambos tipos de Deliberación Política: Convencional y en Internet.

2

A partir de las hipótesis de estudio se elaboró y contrastó un primer diagrama estructural hipotético denominado Modelo 1. Según los criterios propuestos por diversos autores (e. g., Bollen, 1989; Kline, 2005; Ruiz, Pardo, & San Martín, 2010; Schumacker & Lomax, 2004), sus indicadores de ajuste no resultaron adecuados: χ2(49) = 224.162, p < .001, χ2/gl = 4.575, CFI = .90, NFI = .88, RFI = .84, IFI = .90, TLI = .87, RMSEA = .075 (90%CI = .065 ≤ .075 ≤ .085). Asimismo, en este diagrama, no resultaron significativas dos de las relaciones de influencia propuestas: la influencia de la Justificación de la Inequidad sobre la Deliberación Política en Internet y sobre la Deliberación Política Convencional (ver "(n.s.)" en la figura 1). Por estos motivos, en el modelo alternativo (Modelo 2) se replantearon algunas de las relaciones propuestas en las hipótesis del estudio y se eliminaron algunas de las relaciones que en el diagrama hipotético (Modelo 1) no resultaron significativas. Como resultado de estas modificaciones se obtuvo el Modelo 2, en el cual, la Justificación de la Inequidad solo ejerce influencia sobre la Deliberación Política Convencional y esta, a su vez, sobre la Deliberación Política en Internet, mientras el RWA solo ejerce influencia sobre la Deliberación Política en Internet (ver Figura 2).

FIGURA 2

En el caso de este segundo diagrama no se puede sostener, sobre la base de los valores del estadístico Chi-cuadrado, que todos los errores del modelo sean iguales a cero (χ2(50) = 126.043, p < .001). Sin embargo, los demás indicadores de ajuste resultaron suficientemente adecuados: χ2/gl = 2.521, CFI = .96, NFI = .93, RFI = .91, TLI = .94, IFI = .96, 2 RMSEA= .049 (90%CI = .038 ≤ .049 ≤ .060). Adicionalmente, todas las relaciones de influencia y de covarianza propuestas en el Modelo 2 resultaron significativas. Por todo ello, se puede sostener que el Modelo 2 presenta un adecuado grado de ajuste con respecto a los datos.

Discusión

De forma general, pese a algunas modificaciones, los resultados obtenidos son coherentes con los modelos teóricos revisados y con las hipótesis planteadas inicialmente. En síntesis, los resultados proponen que una ideología inclinada hacia el conservadurismo político funciona como una orientación psicológica -la variable ‘O1' en el modelo de la mediación comunicativa-, reduce ligeramente la disposición de los individuos hacia diversos tipos de deliberación política. Por el contario, mayores niveles de deliberación conducen hacia mayores niveles en la participación política, ya sea en su forma convencional -cara a cara-, o de forma virtual por medio de Internet. En los párrafos que siguen, se analizan y discuten de manera mucho más detallada, los resultados obtenidos en el presente estudio.

En primer lugar, es necesario analizar los puntajes promedio que han sido observados en la muestra para cada una de las variables de estudio (ver Tabla 1). Resulta llamativo que el RWA y la justificación de la inequidad hayan obtenido medias bastante elevadas, ambas por sobre la media teórica de las escalas utilizadas (M > 5.5, en ambos casos). Esto sugiere que los habitantes de la ciudad de Lima presentan, de forma general, una tendencia hacia el autoritarismo de ala derecha y hacia la justificación de la inequidad. Esto es coherente con lo hallado anteriormente en muestras limeñas no representativas, donde los puntajes del RWA suelen haber sido más elevados que los de otras variables ideológicas (Rottenbacher, 2012a, 2012b; Rottenbacher & Schmitz, 2012a, 2012b). En el otro extremo, se encuentran la deliberación y la participación política en Internet, variables que presentaron puntajes promedio sumamente bajos, así como niveles de asimetría positivos y bastante elevados. Esto sugiere que en Lima la utilización de Internet para propósitos deliberativos o de acción política es aún incipiente. En tercer lugar, los niveles de deliberación política convencional son bajos pero no tanto como los observados en el caso de la deliberación política en Internet, y los niveles de participación política convencional están ligeramente por debajo de la media teórica (ver tabla 1). Esto último sugiere que los limeños deliberan y participan políticamente, principalmente de forma convencional y que lo hacen con cierta frecuencia, por lo menos durante los contextos electorales como el abordado en este estudio.

Con respecto a las relaciones observadas entre las variables de estudio, en primer lugar, el RWA y la justificación de la inequidad se encuentran asociados directamente y ejercen una influencia inversa sobre los niveles deliberación política. En segundo lugar, mayores niveles de deliberación propician mayores niveles de participación política. Estas tendencias generales son coherentes con la literatura revisada y, debido a que los participantes del estudio representan una muestra representativa de la ciudad de Lima, estas tendencias generales pueden ser generalizadas a la población de la ciudad. Pese a ello, algunas de las hipótesis del estudio que planteaban relaciones específicas entre algunas de las variables no pudieron ser corroboradas.

Con respecto a la primera hipótesis (H1), la covarianza positiva de magnitud alta que se observa entre el RWA y la justificación de la inequidad apoya la propuesta de que el autoritarismo y el convencionalismo -componentes actitudinales del RWA- expresan una resistencia al cambio y un apoyo hacia las autoridades percibidas como legítimas y a las normas que estas promueven. Este convencionalismo está asociado directamente con la justificación de la inequidad, lo que sugiere que ambos expresan una orientación ideológica más general que ha sido denominada conservadurismo político de derecha (Jost et ál., 2003; Jost et ál., 2009; Rottenbacher, 2012a, 2012b; Rottenbacher & Schmitz, 2012a, 2012b, Thorisdottir et ál., 2007).

Con respecto a la segunda hipótesis (H2), esta fue corroborada solo en parte, debido a que no se observaron relaciones de influencia inversa significativas, ni del RWA sobre la deliberación política convencional, ni de la justificación de la inequidad sobre la deliberación política en Internet.

Si se observa el Modelo 2 y se toma en cuenta su adecuado grado de ajuste (ver figura 2) es necesario plantear la siguiente interrogante ¿Por qué el RWA solo ejerce una influencia inversa sobre la deliberación política en Internet? En el nivel en el que nos encontramos solo es posible proponer algunas respuestas preliminares. Se puede sostener que Internet constituye un entorno de expansión relativamente reciente en Lima, que permite la exposición a información muy diversa, y que debería contribuir a generar una opinión más equilibrada sobre los asuntos socio-políticos e incrementar los niveles de tolerancia política (Mutz, 2006). Lo que se propone a partir de los resultados es que las personas con mayor tendencia hacia el RWA serían relativamente renuentes a deliberar políticamente por medio de Internet, debido a que preferirían no verse expuestas a demasiada información o a opiniones contrarias a las propias. El RWA es una variable ideológica que está relacionada estrechamente con la intoleracia a la ambigüedad y a la incertidumbre (Jost et ál., 2003; Rottenbacher, 2012a, 2012b), y quizás por ello, un ambiente tan diverso como Internet, en el que se puede encontrar una enorme cantidad de información, así como muchas y muy diferentes opiniones, podría resultar demasiado ambiguo o incierto para las personas con una mayor tendencia hacia el RWA.

También con respecto al Modelo 2, cabe formular la siguiente pregunta ¿Por qué la justificación de la inequidad solo ejerce una influencia inversa sobre la deliberación política convencional? La justificación de la inequidad es una de las principales tendencias actitudinales que permiten diferenciar ideológicamente a los individuos (Bobbio, 1996; Duckitt et ál., 2002; Jost et ál., 2003). Sobre la base de los resultados obtenidos es posible sostener que las personas que tienden a creer con mayor convicción en que las diferencias entre los individuos y los grupos corresponden a un orden natural de la sociedad, y consideran, por ello, que las acciones dirigidas hacia la búsqueda de la igualdad social son perjudiciales o antinaturales, tienden a deliberar o discutir menos sobre los asuntos políticos del país. Esto resulta coherente cuando seguimos el siguiente razonamiento: si algunas personas consideran que existe un orden natural de la sociedad, basado en la jerarquía y en las diferencias, y que intentar modificar este orden resulta perjudicial, entonces la deliberación política y, mucho más aún, la participación política, carecen de sentido. Además, estos resultados son consistentes con lo hallado por Cameron y Nickerson (2006) con respecto a la relación inversa que observaron entre la SDO -que expresa fundamentalmente la justificación de las jerarquías y la inequidad social- y el involucra-miento en movimientos sociales dirigidos hacia el cambio en determinados aspectos del sistema político mundial.

Por otro lado, la tercera y la cuarta hipótesis (H3,H4) sí pudieron ser corroboradas e incluso se obtuvieron resultados que logran analizar, con mayor grado de detalle, las relaciones entre la deliberación y la participación política. En primer lugar, mayores niveles de deliberación y discusión política cara a cara fomentan mayores niveles de participación política convencional. En segundo lugar, las personas que deliberan más frecuentemente por medio de Internet tienden a participar con mayor frecuencia en espacios virtuales que busquen: (a) ejercer influencia sobre la opinión política de otras personas, (b) tener un efecto sobre los resultados electorales o (c) influir sobre las decisiones gubernamentales. La influencia de intensidad moderada que ejercen la deliberación política en Internet sobre la participación política en Internet y la deliberación política convencional sobre la participación política convencional, permite sostener que, en general, la deliberación promueve la participación política o, dicho de otra manera, las personas con mayor disposición a deliberar políticamente, tienden coincidentemente a involucrarse en acciones concretas políticamente orientadas. Este hallazgo en la ciudad de Lima corrobora lo propuesto por diversas investigaciones en otros contextos que sostienen que las personas que conversan con mayor frecuencia acerca de asuntos políticos o de interés público, también presentan mayores niveles de participación política y de compromiso cívico, especialmente durante las campañas electorales (Mutz & Mondak, 2006; Shah et ál., 2005; Shah et ál., 2007; Valenzuela, Kim & Gil de Zúñiga, 2012; Wyatt, Katz, & Kim, 2000).

En el Modelo 2 (ver figura 2) se observa, además, que la deliberación política convencional ejerce un efecto directo sobre la deliberación política en Internet. Esto es un resultado no previsto pero resulta coherente si revisamos los puntajes sumamente bajos que se observaron en la deliberación política online. Esto estaría indicando que a nivel macro en la ciudad de Lima, el uso de Internet para fines deliberativos es aún bastante limitado, lo que podría deberse a que amplios sectores de la población aún no acceden a los entornos web de manera regular. Parecería ser que en Lima los usos no recreativos de Internet aún no se han difundido lo suficiente.

Finalmente, la quinta hipótesis (H5) también fue corroborada, al observarse en el Modelo 2 (ver figura 2) una covarianza de intensidad pequeña entre la participación política convencional y la participación política en Internet. Al nivel en que se encuentra la investigación de estos fenómenos no se ha considerado adecuado proponer una relación de influencia entre estas dos variables, pero sí se propone y se ha observado que están estrechamente vinculadas. Probablemente en ciudades como Lima Metropolitana, y a un nivel macro social, la participación política convencional todavía prime por sobre la participación online y es muy probable que las personas más activas en lo político utilicen con mayor frecuencia los medios virtuales como instrumentos complementarios dirigidos a reforzar o ampliar sus acciones políticas convencionales.

Asimismo, es necesario mencionar los posibles efectos coyunturales que puede haber generado el panorama de polarización política previo al proceso electoral que fue descrito en la introducción y durante el cual se recogió la información de este estudio. Como han propuesto algunos estudios previos (Hayes, Scheufele & Huge, 2006; Lachat, 2008), la polarización política puede condicionar a que personas con una mayor tendencia ideológica hacia el RWA y la justificación de la inequidad, se autocensuren o se inhiban de intervenir en espacios deliberativos. Este factor de contexto puede ofrecer indicios adicionales acerca del efecto inverso que ejerció el RWA sobre la deliberación política en Internet y la justificación de la inequidad sobre la deliberación política convencional (ver Figura 2).

Finalmente, resulta pertinente reflexionar acerca del riesgo que representan las tendencias hacia el autoritarismo y hacia la justificación de la inequidad para un sistema democrático saludable en el que la deliberación, tolerancia y participación política deberían ser prácticas más frecuentes entre los ciudadanos. Los resultados de esta investigación muestran que una tendencia hacia el conservadurismo político -evaluado por medio del autoritarismo y la justificación de la inequidad- inhiben las acciones deliberativas y conducen indirectamente hacia una menor participación política. El riesgo de que se incrementen los niveles de conservadurismo político en la población radica en que esto fomentaría, de forma general en las personas, menores niveles de involucramiento de las personas en los asuntos públicos del país. Si bien se propone que las disposiciones ideológicas suelen ser relativamente estables, el modelo teórico del conservadurismo político de Jost et ál. (2003), propone que bajo situaciones de temor colectivo e incertidumbre, tendencias como el autoritarismo y la justificación de la inequidad suelen ser apoyadas por los individuos como estrategia para reducir el miedo y devolver el sentido de certidumbre acerca del medio social (Jost et ál., 2009; Jost el ál., 2003; Oesterreich, 2005). Actualmente el Perú vive un momento de prosperidad económica y por lo menos en la ciudad de Lima, una relativa paz social y una -también relativa- estabilidad política. Esto ha contribuido a incrementar el número de espacios dedicados a la deliberación y discusión política ya sea convencional u online. Sin embrago, de cambiar esta situación de relativa estabilidad socio-política, la población podría tender a apoyar opciones políticas autoritarias o conservadoras con la finalidad de recuperar la sensación de estabilidad, con lo cual, los espacios para la deliberación y la participación política, que ya han sido ganados, podrían verse seriamente amenazados.

El presente estudio provee evidencia empírica que permite comprender mejor la relación entre la ideología política, la deliberación y la participación política. El estudio se ha concentrado en uno de los atributos de la discusión y participación política, la modalidad en la que se desarrolla, ya sea de forma convencional o por medio de Internet. En futuras investigaciones sería recomendable estudiar otros atributos de la deliberación que podrían ejercer influencia sobre los niveles de participación política como, por ejemplo, el grado de acuerdo o desacuerdo que exista en los espacios deliberativos. Asimismo, resulta indispensable analizar, además de las variables ideológicas, el posible efecto de otras variables como el nivel socio-económico, el educativo o el grado de acceso a la información sobre los niveles de deliberación y participación política.

Conclusiones

En primer lugar, a partir de los resultados obtenidos, es posible concluir que una orientación política conservadora -expresada por medio del RWAy la justificación de la inequidad- reduce ligeramente la disposición de los individuos a deliberar acerca de los asuntos políticos o de interés público. En segundo lugar, una mayor disposición hacia la deliberación política favorece la participación política, es decir, el involucramiento en acciones políticamente orientadas. Finalmente, se puede concluir que la deliberación y participación política convencionales están relacionadas con una mayor utilización de Internet como medio para discutir acerca de asuntos de interés público o como espacio para intentar influir sobre los eventos políticos.


Pie de página

1Con respecto a la eliminación de los ítems inversos, es necesario tomar en cuenta que las escalas con ítems mixtos -directos e inversos- buscan reducir la aparición de respuestas sesgadas. Sin embargo, su utilización puede generar la reducción de la consistencia interna y el oscurecimiento de su dimensionalidad (Benson & Hocevar 1985). Asimismo, se propone que los encuestados tendrían dificultades para entender este tipo de ítems, en especial, los de niveles educativos más bajos (e. g., Marsh, 1996). Del mismo modo, los encuestados tienden a interpretar estos dos grupos de ítems -directos e inversos- como si no estuvieran relacionados, en lugar de interpretarlos como polos opuestos de una misma disposición actitudinal (Cheng & Hamid, 1997).
2Para determinar la magnitud o intensidad de las correlaciones observadas, se utilizaron los criterios de Cohen según los cuales, para el caso de las ciencias sociales y de la conducta, la correlación de Pearson se interpreta como ‘pequeña' si r < .23, ‘mediana' si r < .36, y ‘alta' si r > .37 (Cohen, 1988, 1992). Estos mismos criterios han sido utilizados para interpretar los coeficientes β en los diagramas estructurales (ver Figuras 1 y 2).


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