SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.13 número24Después de la violencia. Memoria y justicia, de María José Bernuz y Andrés García Inda (eds.)Ius Constitutionale Commune en América Latina, de Armin von Bogdandy, Héctor Fix y Mariela Morales Antoniazzi índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Co-herencia

versión impresa ISSN 1794-5887

Co-herencia vol.13 no.24 Medellín ene./jun. 2016

 

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

 

Las ideas en la guerra. Justificación y crítica en la Colombia contemporánea, de Jorge Giraldo Ramírez*

 

Julder Gómez**

** Universidad EAFIT-Medellín (Colombia) jgomezp5@eafit.edu.co

 

El tema del libro Las ideas en la guerra es la acción política revolucionaria de las guerrillas colombianas enfrentadas al Estado en las últimas décadas. Sus propósitos teóricos son explicativos y críticos, es decir, se propone contestar preguntas de los siguientes tipos: por un lado ¿por qué se han realizado estas acciones, por qué del modo como lo han hecho, para qué y con qué estatus? Por otro lado ¿son aceptables estas acciones, es decir, son razonables? El libro, sin embargo, tiene también un propósito práctico: contribuir a que no se repitan en Colombia acciones del tipo que explica.

Los propósitos teóricos del libro, explicar y criticar, están articulados por los conceptos de acción y razón. En este sentido el estudio acepta, entre otros, los siguientes presupuestos filosóficos: las acciones son realizadas por agentes, las acciones son realizadas por razones, una manera de explicar las acciones consiste en hacer explícitas las razones del agente para actuar y, por último, las acciones son criticables cuando sus razones son criticables.

Desde cierto punto de vista podría decirse que el libro se desarrolla simultáneamente en diferentes dominios: en un dominio filosófico articula los conceptos de acción, política, revolución, ocasión, situación, intención y estrategia; en el dominio teórico de la política explica y critica acciones políticas a partir de razones; en el dominio empírico narra la historia de la justificación y de la crítica de las acciones de las guerrillas colombianas en las últimas décadas; y, por último, en el dominio práctico presenta ejemplos y estrategias alternativas para la construcción de una paz duradera en Colombia.

No obstante, desde el punto de vista de su disposición, la obra se desarrolla históricamente: el primer capítulo muestra la incidencia de los acontecimientos internacionales en el surgimiento y curso de las izquierdas armadas en Colombia; el segundo capítulo presenta y critica las razones por las cuales las acciones políticas de la izquierda se decantaron por las armas; el tercero explica y critica los fines y estrategias de estas acciones; el cuarto expone y critica las razones por las cuales, aunque de manera infeliz o renuente, los intelectuales y las empresas ideológicas han aceptado el estatus pretendido por los agentes de estas acciones; el quinto reconoce las posiciones críticas frente a la guerra; y, por último, el sexto presenta estrategias y proyectos para la construcción de un duradero estado de cosas distinto en Colombia.

El primer capítulo, "Olas y modelos", sitúa a las izquierdas armadas colombianas en el contexto amplio de las guerrillas latinoamericanas y de la política internacional. La metáfora de las olas guía la narración histórica del surgimiento y conformación de estos movimientos. El concepto de modelo permite articular los acontecimientos internacionales con las acciones y las razones para actuar. Un acontecimiento solo puede ser una razón para actuar si el agente lo conoce y lo tiene en cuenta. Un acontecimiento internacional, como una revolución triunfante, puede ser asumido e imitado como un modelo, puede incidir en las acciones políticas, en lugares y momentos distintos. Desde estos presupuestos, el capítulo expone una conjetura según la cual la revolución cubana sirvió como modelo: enfrentados al dilema entre reforma y revolución, los movimientos políticos de izquierda decidieron imitar la triunfante revolución cubana, y eligieron el segundo término.

El segundo capítulo, "Medios y ocasiones", explica por qué los comunistas eligieron buscar el poder por la vía de las armas y critica las razones por las cuales tomaron esta decisión. Tanto la explicación cuanto la crítica expuesta en este capítulo suponen una gramática o entramado conceptual. El concepto de acción revolucionaria es desglosado en sus distintos componentes: una acción es realizada por un agente, individual o colectivo; una acción, al menos una acción intencional -y las revolucionarias son acciones intencionales-, supone una opción y una elección o decisión, esto es, una acción es el producto de la elección de un agente entre distintos cursos de acción alternativos. Una acción supone, por tanto, la oportunidadde realizarla, supone la validez de un juicio descriptivo de una situación u ocasión como el momento justo para la realización de la acción; el momento justo de la acción revolucionaria, en el marxismo, es la situación revolucionaria. Las condiciones de satisfacción teóricas derivadas son las siguientes: la acción es intencional si el agente sabía que había otras opciones; la acción es comprensible mediante las razones por las cuales el agente eligió esa opción entre otras; las acciones son evaluables a partir de las relaciones entre las opciones, las razones para elegir y las acciones realizadas.

La consideración de los dilemas enfrentados por el Partido Comunista de Colombia, en cuanto a la elección de los medios para la realización de sus acciones políticas, sirve a la satisfacción de las tres condiciones. El segundo capítulo procura justificar la tesis de que el Partido Comunista siempre tuvo más de una opción mediante la narración del modo como se eligió en su seno entre el respaldo de los campesinos y el de los soldados, entre fungir como conspiradores o como dirigentes, y entre ser un partido o un ejército. Contribuye a la explicación de su actuación, por ejemplo, el que la izquierda hubiera pensado que las medidas incluidas en el Estatuto de seguridad del gobierno Turbay desencadenarían un golpe de Estado. Critica la consistencia de la política de combinación de todas las formas de lucha adoptada por el Partido Comunista, la interpretación de las ocasiones políticas para la toma de decisiones y la subvaloración de las opciones alternativas a la lucha armada.

El tercer capítulo, "Motivos e intenciones", desplaza el foco de atención de los medios a los fines. En él se trata de la determinación de los fines de la acción revolucionaria, de la explicación de las estrategias orientadas a la consecución de dichos fines y de la valoración de las mismas. Como corresponde a un estudio de las razones de los agentes para actuar, en este capítulo se determinan los motivos e intenciones, o los fines de la acción, apelando al discurso del agente hablante, en este caso, a los estatutos y preámbulos de las plataformas políticas de los grupos insurgentes, en los cuales se declara la toma del poder político como objetivo principal. La explicación ofrecida para las estrategias es teleológica: se trata de las técnicas a través de las cuales el agente político procura ganar la adhesión del pueblo a su causa. Tales estrategias incluyen, primero, un programa mínimo compatible con los éxitos de la sociedad burguesa y subordinado al fin último del socialismo, en el caso colombiano, una reforma agraria; segundo, una impugnación sistemática del estado de cosas tal que proporcione razones para el cambio revolucionario; y, por último, una narración emotiva que facilite la identificación del pueblo con el agente político; narración que en el caso de la guerra civil apela a un pasado y en la revolucionaria a un futuro posible. La evaluación crítica de estas estrategias remite, primero, a la inconsistente relación entre la declaración de la necesidad de una reforma agraria y la ausencia de apoyo de las guerrillas a las luchas del campesinado; segundo, a que mientras el orden social e institucional colombiano ha cambiado, el discurso destinado a impugnarlo no lo ha hecho; y, por último, a la inadecuación de una narración que apela a un pasado de vejaciones personales como medio para la identificación emotiva del pueblo con el agente político revolucionario.

La invocación al pueblo, contenida en el estudio de las estrategias de movilización examinadas en el capítulo tercero, da paso en el cuarto capítulo a una consideración de los intelectuales y de las empresas ideológicas como espectadores que aceptan el estatus reclamado por las guerrillas, aunque lo hagan de manera infeliz o renuente. Con este movimiento, en el dominio filosófico, Las ideas en la guerra pasa de una teoría de la acción a una teoría de la cognición social y de la acción institucional. En el capítulo cuatro no se trata ya de explicar por qué razones actúan los agentes políticos como actúan, sino de comprender y apreciar por qué razones los pacientes o espectadores de la acción aceptan que ésta tiene la función política que el discurso revolucionario le asigna. La respuesta ofrecida a este interrogante consiste en que los intelectuales y las empresas ideológicas comparten un conjunto de creencias y valoraciones coherentes con los reclamos de las guerrillas: la idea de que en Colombia nada ha cambiado, que no ha habido ningún cambio social ni institucional; la idea de que el Frente Nacional excluyó la participación política democrática; que los fenómenos políticos colombianos son solo efectos de causas y no también acciones de agentes responsables; y que los rebeldes son héroes, mártires y buenos. El capítulo se ocupa de exponer que estas creencias son supuestos incompatibles con los hallazgos o conjeturas de las ciencias sociales, acríticamente aceptados, de los que la comunidad se sirve para interpretar la información a la cual accede, que sirven para entender por qué, si bien de manera infeliz o renuente, ha habido reconocimiento del estatus o de la función política reclamada por las guerrillas para sus acciones.

Además de a la disposición histórica de los capítulos de Las ideas en la guerra, la unidad del libro le debe mucho a un tema que recoge o engloba los demás: la cultura política. A ella se subordinan los temas de la adopción e imitación de modelos de prácticas sociales, la selección y el mantenimiento de razones para la acción política y los marcos cognitivos empleados en la interpretación de la realidad política. Pero la cultura política no solo permite explicar acciones pasadas, también permite elaborar conjeturas. Una muy simple reside en que si la cultura política no cambia, las acciones futuras pueden ser semejantes a las pasadas. Con esta digresión pasamos de los dominios filosóficos, teóricos y empíricos de Las ideas en la guerra al dominio práctico de la preocupación por el futuro y la no repetición del tipo de acciones caracterizadas.

En este dominio, el quinto capítulo del libro presenta y propone a la imitación nuevos ejemplares pasados. Se trata de los intelectuales colombianos que han adoptado una postura crítica frente a la guerra: Cayetano Betancur, Francisco Mosquera, Carlos Jiménez Gómez, Estanislao Zuleta, Jorge Orlando Melo, Francisco De Roux y Antanas Mockus. En el mismo dominio, el capítulo sexto presenta tres estrategias para la superación de la guerra: la construcción de un Estado fuerte, una sociedad civil vibrante y una política conflictiva. El libro, Las ideas en la guerra, podría motivar en la comunidad académica de sus lectores una serie de proyectos de investigación entre los cuales conviene destacar algunos obvios: evaluar sus conjeturas críticas y explicativas; determinar si las clases de razones para actuar que han incidido en la política colombiana son solo las que la obra tiene en cuenta o si habría que considerar otras más; explicar y criticar de una manera análoga las acciones de los demás agentes políticos del conflicto interno colombiano; establecer de un modo exhaustivo los marcos cognitivos empleados por los colombianos en su interpretación de su realidad política; y elaborar un plan, teóricamente motivado, para la construcción de una cultura política de paz.

 


* Giraldo Ramírez, Jorge (2015). Las ideas en la guerra. Justificación y crítica en la Colombia contemporánea. Bogotá: Penguin Random House.