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Memorias: Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe

On-line version ISSN 1794-8886

memorias  no.13 Barranquilla July/Dec. 2010

 

El patrimonio cultural inmaterial en San Basilio de Palenque, en busca de las representaciones de lo palenquero a través de la prensa nacional

The intangible cultural heritage in San Basilio de Palenque, searching for the palenquero representations throughout the national press

Manuel Salge Ferro*

* Antropólogo, Historiador y Magíster en antropología de la Universidad de los Andes, actualmente realiza estudios de Doctorado en Antropología en la misma universidad. m.salge@gmail.com


Resumen

El artículo busca evidenciar cómo la prensa escrita representa lo palenquero a partir del discurso del patrimonio cultural inmaterial. Para hacer esto caracteriza el concepto de patrimonio cultural inmaterial, el corregimiento de San Basilio de Palenque y a la prensa como productora de enunciados. Finalmente reflexiona sobre cómo Palenque se erotiza y estetiza en función del valor que le otorga el discurso legítimo del patrimonio.

Palabras clave: Patrimonio cultural inmaterial, San Basilio de Palenque, análisis de prensa, representaciones sociales.


Abstract

This article seeks to evidence how the written press represents the palenquero concept based on the intangible cultural heritage discourse. To do so, it portrays the concept of intangible cultural heritage, the province of San Basilio de Palenque and the press as a statement producer. Finally it reflects on how Palenque erotizes and aestheticizes itself according to the value the legitimate heritage discourse grants it.

Key words: Intangible cultural heritage, San Basilio de Palenque, press analysis, social representations.


Introducción

El presente artículo está organizado en dos grandes partes, la primera caracteriza el surgimiento y la adopción del concepto de patrimonio cultural inmaterial por parte de las instituciones intergubernamentales y por el Estado colombiano, al tiempo que delinea el campo de los estudios del patrimonio. Así mismo, presenta al corregimiento de San Basilio de Palenque y cómo éste entra a hacer parte de lo que se denomina el discurso legítimo del patrimonio en medio del juego político de la administración de su identidad étnica. La segunda parte, presenta un conjunto de 53 artículos de prensa sobre el corregimiento producidos entre el 2005 y 2007, discute las implicaciones de tomar a la prensa como un puente entre las palabras y las cosas y presenta la forma en la que se representa lo palenquero desde el discurso del patrimonio. Finalmente el artículo concluye con una reflexión sobre la erotización y la estetización de San Basilio de Palenque.

El patrimonio cultural inmaterial y las organizaciones intergubernamentales

El desarrollo del concepto de patrimonio cultural inmaterial puede ser rastreado históricamente estudiando el trabajo conjunto de dos organizaciones intergubernamentales: la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Desde la creación de la UNESCO en la segunda posguerra se hizo manifiesto el deseo de instaurar un marco normativo de carácter internacional que protegiera la cultura tradicional, esta iniciativa comenzó su debate en 1952 con la adopción de la Convención Mundial sobre Derechos de Autor y se materializó en 1972 con el Plan Decenal para el Estudio Sistemático de la Tradición Oral y la Promoción de las Lenguas Africanas, posteriormente replicado en Asia y Latinoamérica. Para 1989 y como fruto del trabajo de una década de preparación la UNESCO adoptó la Recomendación sobre la Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular, recomendación que nunca sería ratificada unánimemente por los países miembros a pesar de los esfuerzos realizados por UNESCO. Esta recomendación como lo señala Barbara Kirshenblatt-Gimblett1 sintetizaba la apuesta de los folcloristas por preservar y documentar el registro de las tradiciones que estaban desapareciendo.

Sin embargo, la no ratificación de este marco normativo, la fuerza de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural adoptada en 1972 y de la Lista del Patrimonio Mundial2, sumado al desarrollo paralelo de iniciativas como el sistema de Reconocimiento a Tesoros Humanos Vivos impulsado por el gobierno Japonés en 1993 y la celebración en Marrakech de la Consulta Internacional sobre la preservación de los espacios culturales populares en 1997, que posteriormente llevaría al establecimiento del programa de Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad en 1998, supuso la transformación de un debate cultural en un debate eminentemente político3

Así, para finales de la década de los noventa confluyeron el malestar de los países del hemisferio sur quienes protestaban frente al Comité de Patrimonio Mundial por el desbalance geográfico de la lista representativa del Patrimonio Mundial, el reconocimiento explícito de la vulnerabilidad y de la explotación de los conocimientos indígenas por parte de las multinacionales hecho por la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992, y el informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo Nuestra Diversidad Creativa de 1996 en el que se señala que el patrimonio inmaterial había sido y seguía siendo descuidado, para que el tema de la cultura tradicional y popular se transformara en una discusión política que sentaría las bases de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Oral e Inmaterial de 2003.

Teniendo en cuenta lo anterior, se efectuaron reuniones en Turín, Elche y Río que concluyeron que la definición de cultura tradicional y popular establecida por la Recomendación sobre la Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular de 1989 era muy limitada4 y su uso inadecuado, que los alcances de la recomendación estaban mal orientados5 y que se debía hacer énfasis en la salvaguardia de las manifestaciones vivas6 dando paso así a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Oral e Inmaterial de 20037.

El patrimonio cultural inmaterial y el Estado colombiano

Ahora bien, paralelamente a estas discusiones en Colombia durante la década de los noventa se implementó una nueva constitución política que señalaba como obligación del Estado y de las personas proteger las riquezas culturales y naturales de la nación, que la cultura en sus diversas manifestaciones es fundamento de la nacionalidad y que el patrimonio cultural de la nación está bajo la protección del Estado. Así mismo, para 1997 promulgó la Ley General de Cultura donde se especificaba que el Estado y las personas debían valorar, proteger y difundir el patrimonio cultural de la nación y que el objetivo primordial de la política estatal es la protección, la conservación, la rehabilitación y la divulgación de dicho patrimonio cultural, con el propósito de que sirva de testimonio de la identidad cultural nacional, tanto en el presente como en el futuro. Adicionalmente, el Plan Nacional de Cultura (2001- 2010) indicó que el patrimonio no sólo está asociado a lo material, sino también a la creación y recreación de las memorias, al igual que a la construcción de sentidos de pertenencia, permanencia e identidad.

Con estos marcos normativos, Colombia se integra al discurso global del patrimonio cultural inmaterial a través de la presentación de la candidatura del Carnaval de Barranquilla en 2003 y del Espacio Cultural de San Basilio de Palenque en 20058 al programa de Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por parte del Ministerio de Cultura y del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, con el compromiso de que el país ratificara la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Oral e Inmaterial de 2003.

Adicionalmente, desde el Instituto Colombiano de Antropología e Historia se implementa la campaña de sensibilización y difusión Patrimonio Inmaterial Demuestra Quien Eres y en 2005 se presenta el resultado final, que incluía una cartilla, un conjunto de afiches, una serie de cuñas radiales y varias propagandas de televisión. A partir de estas acciones y en línea con los postulados de la Convención, que instaba a elaborar instrumentos normativos para la salvaguardia del patrimonio inmaterial se reglamentó en el 2004 el Comité de Patrimonio Inmaterial, que hasta la fecha había sesionado ad hoc, en función de la selección de candidatos para ser presentados al programa de Obras Maestras del Patrimonio y en 2005 se creó el Grupo de Patrimonio Inmaterial adscrito a la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura como encargado de asesorar al Ministerio en la formulación de políticas para la salvaguardia de las manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial.

Durante los últimos años se promulgó la ley 1037 de 2006 por medio de la cual Colombia ratifica la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, la ley 1185 de 2008 que modifica y complementa la ley General de Cultura y el decreto 2941 de 2009 que reglamenta lo correspondiente al Patrimonio Cultural de la Nación de Naturaleza Inmaterial. Sin embargo, también en Colombia la discusión sobre el discurso del patrimonio cultural inmaterial sale del ámbito de la cultura y se instala en el ámbito político, puesto que desde 1992 y al amparo de la nueva constitución el Congreso de la República emana Leyes de Homenaje, Honores, Conmemorativas y Monumentos, a través de las cuales se declara como Patrimonio Cultural de la Nación a sujetos, objetos y prácticas. Así las cosas, el discurso sobre el patrimonio en el país transita a través de quien logra capitalizar el valor que otorga el patrimonio y de quien se adjudica el poder que entraña su administración.

El patrimonio cultural inmaterial como objeto de estudio

La reflexión en torno al patrimonio cultural inmaterial es relativamente reciente si se relaciona con el proceso de institucionalización del concepto. Sin embargo, desde hace décadas las ciencias sociales han debatido nociones como tradición, memoria e identidad que le dan forma al concepto. Estas nociones han sido abordadas desde diferentes posturas teóricas, sin embargo, algunos textos han sido centrales para consolidar los estudios sobre el patrimonio cultural, desde la noción de tradición el trabajo de Hobsbawm y Ranger sobre la invención de la tradición9 y las contribuciones de Richard Handler y Eric Gable del estudio del Museo Colonial de Williamsburg10. Para el tema de la memoria los trabajos de Michel-Rolph Trouillot11 sobre el poder y la producción de la historia, Pierre Nora12 con su análisis de las diferencias entre historia y memoria, Paul Connerton13 con la idea de la memoria como una construcción social y Johannes Fabian14 al relacionar poder, memoria y olvido. En lo que hace referencia a la identidad Achille Mbembe15 con la idea que la identidad se negocia en el régimen de simulacro que instaura la poscolonialidad, Judith Butler16 y la identidad como proceso y continuo tránsito y Zigmunt Bauman17 evidenciando el paso de la identidad a la subjetividad.

Ahora bien, la reflexión sobre el patrimonio cultural puede organizarse en dos grandes vertientes, por una parte quienes abordan el patrimonio como un dominio atemporal y metacultural que naturaliza los enunciados que producen las organizaciones intergubernamentales tales como Ballard18 y que ven en el discurso del patrimonio la posibilidad de articular el proyecto del Estado-Nación moderno y el discurso del multiculturalismo liberal como Walsh19 o Seeger20. Y por la otra, quienes sugieren que existe un discurso legítimo sobre el patrimonio que debe ser estudiado como un proceso que otorga valor sobre un conjunto de bienes21 y que actúa al definir la forma en la que pensamos, hablamos y escribimos sobre el tema. Cabe anotar que dentro de la segunda línea existen diversas vertientes de análisis, la que se concentra en estudiar las relaciones entre patrimonio, los derechos humanos y el papel de las comunidades22, la que se ocupa de la relación entre turismo y patrimonio23 y la que estudia la relación entre patrimonio material e inmaterial24.

Para Latinoamérica los debates sobre el patrimonio han sido abordados durante los últimos años por países como Argentina25 y Brasil26 desde estudios que analizan los fundamentos epistemológicos del tema. Así mismo, resulta interesante el compendio Estado del Arte sobre Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) editado por el Centro Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de América Latina CRESPIAL (2008) que hace un balance de las políticas públicas y de los instrumentos normativos de sus países miembros27 en materia de Patrimonio Cultural Inmaterial.

San Basilio de Palenque

San Basilio de Palenque se ubica a sesenta kilómetros al sur oriente de la ciudad de Cartagena de Indias en las faldas de los Montes de María. Administrativamente hace parte del departamento de Bolívar y es uno de los seis corregimientos del municipio de Mahates. Según el expediente de candidatura presentado al programa de Obras Maestras de UNESCO cuenta con cerca de 3500 habitantes agrupados en 435 familias que habitan 421 residencias.

Se atribuye a Aquiles Esclante28 el primer artículo de carácter científico dedicado a San Basilio de Palenque29; y con éste el inicio de los estudios afro para la antropología en Colombia, ya que el lugar del otro tradicionalmente había sido ocupado por el indígena, acentuando la invisibilidad histórica del negro30. Es así, como a partir de este momento los estudios afro encuentran un lugar en la disciplina y para el caso de Palenque se reproducen en diferentes áreas de estudio. Desde una perspectiva lingüística31, interesados en los rituales fúnebres32, en la música palenquera33 y a la organización social34 entre otros, siendo particularmente llamativo que los trabajos más recientes han sido producidos por palenqueros.

Ahora bien, en lo que hace referencia al patrimonio cultural inmaterial del corregimiento se debe señalar que para el 2004 el Ministerio de Cultura lo reconoce como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional, en 2005 la UNESCO lo proclama Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad y en 2006 se pone en marcha el Plan Decenal de Salvaguardia articulado sobre tres grandes programas: Lengua y Tradición Oral que tiene como fin el fortalecimiento de la transmisión de la lengua a nivel de escuela básica y la difusión de su tradición oral. Ritual y Medicina Tradicional que busca incentivar el respeto por sistemas de pensamiento diferentes en concordancia con la reivindicación de los derechos colectivos sobre saberes tradicionales. Y Música e Identidad que tiene como propósito la producción y promoción de la música palenquera fortaleciendo las competencias locales.

Los antecedentes de la declaratoria y la proclamación de San Basilio de Palenque

Siguiendo el expediente de Candidatura de San Basilio de Palenque su historia reciente se organiza en tres grandes momentos, el primero que va desde finales del siglo XIX hasta los años cincuentas caracterizado por el auge de las actividades agroindustriales en el Caribe continental. El segundo que va de los cincuentas hasta mediados de los años ochentas demarca una continua migración palenquera a los centros urbanos de la costa Atlántica atraídos por las oportunidades laborales y educativas. El tercero que va de los ochentas hasta la contemporaneidad en el que los palenqueros refuerzan los vínculos con el corregimiento y protegen sus tradiciones a través de la implementación del proyecto etnoeducativo de Palenque y del establecimiento del Festival de Tambores y Expresiones Culturales de Palenque.

Ahora bien, la migración de palenqueros a los centros urbanos de la costa entre los años cincuentas y ochentas supuso el nacimiento de una nueva generación palenquera urbana. El barrio Nariño de Cartagena fue epicentro de la migración palenquera y desde allí se creó la Organización Cultural de Palenque con el fin de alfabetizar a los niños que nacían y llegaban al barrio. Así, quienes vivían en Cartagena y pasaban sus vacaciones en Palenque comenzaron a realizar a nombre de la Organización una serie de eventos culturales, entre los que se contaban concursos de lengua palenquera, concursos de peinados, actividades deportivas y representaciones teatrales, que con el tiempo serían la base para la realización del Festival de Tambores y Expresiones Culturales de Palenque.

Es importante señalar, que para finales de los ochentas la organización tenía un fluido intercambio de experiencias con el movimiento Cimarrón y una fuerte articulación a los procesos adelantados a nivel nacional por las comunidades negras. Según Cunin35 fue esta generación la que se acogió a los beneficios que supuso la Constitución del 91 y la ley 70 de 1993 reforzando su identidad étnica.

Muchas personas que iniciaron su trabajo con la organización regresaron a Palenque, en los noventas en condición de maestros y desde la escuela iniciaron un proceso de reconstrucción de la memoria palenquera. La introducción de la clase historia y lengua palenquera marcó un hito en este proceso en la medida que se dictaba en lengua palenquera y buscaba recopilar las narraciones orales de la historia del corregimiento.

A partir de este momento y con el apoyo de la escuela se buscó el apoyo de expertos, para desarrollar un proceso más organizado. De esta forma, utilizando los trabajos académicos que se habían producido sobre Palenque hasta la fecha, en particular los escritos de Carlos Patiño Roselli y los de Nina de Friedman se dio un nuevo valor a la lengua, las narraciones orales, a la figura mítica de Benkos Bioho como héroe fundacional de Palenque y a la búsqueda de rasgos de africana en sus manifestaciones culturales. Ahora bien, a raíz de una visita del ministro de educación Manuel Francisco Becerra a Cartagena a finales de la década de los ochentas, en el marco de la presentación de experiencias etnoeducativas en el país, se expusieron algunos de los avances que se habían realizado en el corregimiento y Palenque quedó oficialmente inscrito dentro del proyecto etnoeducativo a nivel nacional.

Teniendo en cuenta estos antecedentes y gracias a la fuerza de lo que Cunin36 llamó la monopolización de la identidad étnica negra por parte de los Palenqueros. San Basilio de Palenque adquirió un alto capital simbólico y político que lo llevó a ser seleccionado por el Comité de Patrimonio para presentar su candidatura al programa de proclamaciones de la UNESCO en 2001. Sin embargo, ese año la candidatura nacional finalmente fue asumida por el Carnaval de Barranquilla. El trabajo adelantado sirvió para que en 2004 el corregimiento alcanza el reconocimiento como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional y finalmente en 2005 y gracias a los aportes del Fondo extra presupuestal de UNESCO que financiaron la elaboración de un nuevo expediente de candidatura y al apoyo técnico del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, San Basilio de Palenque fue proclamado Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.

San Basilio de Palenque a través de la prensa

Habiendo delineado el surgimiento y la adopción del concepto de patrimonio inmaterial por parte de las instituciones intergubernamentales, su correlato a escala nacional y el campo de los estudios del patrimonio, se hizo un esbozo del corregimiento de San Basilio de Palenque y de cómo éste había entrado a hacer parte de lo que Smith37 llama el discurso legítimo del patrimonio, en medio del juego político de la administración de su identidad étnica38, así las cosas, podemos pasar a indagar cuales son las ideas, percepciones y formas de expresión que aparecen en la prensa nacional referidas al corregimiento de San Basilio de Palenque, teniendo en cuenta que el análisis de estos contenidos permiten estudiar la forma en la que se inventa e institucionaliza lo palenquero.

Es importante señalar que se adelantó una revisión documental de la prensa nacional para el periodo comprendido entre enero del 2005 y enero del 2007, momento en el que se oficializa la declaratoria del corregimiento como Bien de Interés Cultural de carácter Nacional, se produce su proclamación como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad y se firma el convenio para la puesta en marcha de su Plan de Salvaguardia (ver tabla 1).

El análisis de los textos consistió en la lectura detallada de los artículos, en la construcción de categorías de reflexión según los contenidos de las noticias, en la fragmentación de la información contenida en cada uno de los artículos en función de las categorías, y finalmente, en el análisis de cada una de las categorías en busca de recurrencias y omisiones, lugares comunes y silencios siguiendo los presupuestos metodológicos del manejo de datos que plantea la teoría fundamentada39. Finalmente se articuló la información recolectada en un texto que presenta a la prensa como un narrador único que enuncia a partir de la reorganización de aquellos fragmentos que fueron extractados de las noticias y que se reordenaron en las categorías analíticas, siguiendo la idea de Coffey y Atkinson40 de crear un diálogo o si se quiere una confrontación dramática.

Es importante anotar que este tipo de aproximación parte de la suposición que la prensa produce enunciados sobre el corregimiento de San Basilio de Palenque y que estos enunciados tienen un carácter de verdad. Por otra parte, que los enunciados pueden ser diseccionados del texto original y reagrupados en categorías de análisis, y que en esta medida la reflexión se realiza a partir de un diálogo con un narrador unitario que pone de manifiesto cuales son las representaciones para cada una de las categorías de análisis.

En términos generales podemos iniciar anotando que se analizaron 53 artículos en total, de los cuales 6 corresponden a la declaratoria, 42 a la proclamación y 5 al Plan Decenal. De los artículos correspondientes a la declaratoria el 100% fueron publicados por medios regionales, para la proclamación el 48% y para el Plan Decenal el 80 %. De lo anterior vemos que sólo la proclamación por parte de UNESCO motivó el cubrimiento de diarios de otras regiones del país y de diarios de cubrimiento nacional, lo que sitúa a la declaratoria como Bien de Interés Cultural de Palenque y a la Puesta en Marcha del Plan de Salvaguardia como eventos de incidencia local. Por otra parte, es posible ver que del total de artículos la mayor parte son notas breves que no superan un párrafo de información, seguidos por los artículos de opinión y noticias producidas por agencias nacionales. Son muy pocas las entrevistas y los reportajes producidos por agencias internacionales. Así mismo, se puede afirmar que Cartagena es desde donde más se escribe sobre Palenque, seguido por Bogotá y Barranquilla.

La prensa entre la relación de las palabras y las cosas

Para dar un sustento teórico al análisis de la prensa podemos empezar buscando que hay bajo las membranas de la comunicación. Siguiendo a Stuart Hall41 más allá del circuito emisor/mensaje/receptor criticado por su linealidad y por la centralidad que ocupa el intercambio del mensaje, podemos entender la comunicación como una estructura que articula diferentes momentos de producción, circulación, consumo y reproducción. Lo anterior supone que en últimas, los mensajes no están dados, sino que por el contrario se construyen socialmente en el marco de un contexto particular, en nuestro caso, la entrada del corregimiento dentro del discurso oficial del patrimonio.

Así, la comunicación como estructura articuladora alinea los dientes de sus engranajes según diferentes momentos para poner en movimiento códigos que denotan pero a la vez connotan, que buscan sincronizar significados al tiempo que pueden tomar nuevos sentidos. En otras palabras, la estructura es compleja en la medida que tiene la facultad de organizarse de múltiples formas haciendo que los mensajes que resuenan en su interior cambien constantemente su naturaleza, en este caso, en función del discurso del patrimonio y de las nuevas valoraciones que éste comporta.

Teniendo en cuenta lo anterior, la pregunta obligada es qué hace que nos entendamos los unos a los otros, o si se quiere que tengamos esa sensación compartida que llamamos comunicación, y más allá de esto que se pueda construir y legitimar una experiencia del otro, del palenquero, a partir de las palabras42. En este sentido, siguiendo a Bourdieu43 se puede decir que la lengua actúa como un sistema de normas que regula prácticas lingüísticas y que institucionaliza un determinado mercado lingüístico que determina y regula el deber ser. Así, no se enuncia lo que podría ser sino lo que es, en medio de un juego permanente de sujeción simbólica, donde lo que es y lo que no es está en función del poder que en la sociedad de la información adquiere el medio por sí mismo, en este caso la prensa.

La pregunta entonces es qué hace que nosotros consideremos como ciertas algunas representaciones que producen las palabras sobre el mundo, la prensa sobre el espacio cultural de San Basilio de Palenque. Debemos partir entonces de que existe una relación arbitraria entre el significante y el significado, así, podemos decir que conocemos el mundo en función de la forma en la que lo clasificamos, como lo nombramos, o si se quiere, para utilizar el lenguaje de Foucault44, de las relaciones entre el poder y el conocimiento que se instauran sobre las cosas.

Es necesario seguir el hilo utilizando los planteamientos de Roland Barthes45 quien afirma que el mito es una forma de dar significado a las cosas que se caracteriza por hacer que el signo se transforme en significante. En otras palabras, en el mito todo se reduce al lenguaje. En la mitología lo que importa es la forma y esta forma es tan fuerte que es capaz de anular el sentido. Y más interesante aún, estos exoesqueletos se hacen pasar como reales, se naturalizan, se cargan de sentido. Ahora bien, relacionando los planteamientos de Foucault46 y los de Barthes47, se puede decir que si la verdad precede a la relación entre palabras y cosas, esa verdad es el envoltorio mitológico que envuelve nuestras percepciones acerca de lo que es el mundo o de lo que Chartier48 llamaría el mundo como representación.

Teniendo en cuenta lo anterior, podemos preguntarnos si todo acto de representación no contiene en sí mismo un acto de erotización y estetización, en la medida en que ambos son intentos por hacer propio algo que es ajeno. Y esto nos lleva a pensar la representación como un acto a través del cual se entiende la experiencia del otro en cuanto a su forma y no a su contenido. En cuanto ideología mitificada y no a su contingencia. En cuanto a estructura estructurante y no a su capacidad de agenciamiento.

Recapitulando se puede decir que si bien los mensajes se construyen socialmente existe un sistema de normas que regula las prácticas lingüísticas. En esta medida, el carácter de verdad de sus enunciados depende no sólo de las relaciones entre el poder y el conocimiento que se instauran entre las cosas, sino de la forma en la que se mistifican los significados de las cosas. Así, se puede afirmar que el patrimonio comporta políticas de la representación que determinan la experiencia del otro en función de las ideologías que han sido mistificadas49. Y llevando un poco más allá la reflexión, esas políticas de la representación como cascarones naturalizados conducen al triunfo de la hiperrealidad, a la erección de espacios oníricos y a la producción vacua de la identidad del otro, o si se quiere en palabras de Featherstone50 a la estetización de la vida cotidiana.

El San Basilio de Palenque que describe la prensa

Ahora bien, antes de continuar es importante señalar que las descripciones de la prensa se ordenan en las siguientes categorías de análisis: patrimonio cultural inmaterial, declaratoria como Bien de Interés Cultural y proclamación como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, San Basilio de Palenque en la actualidad, las manifestaciones culturales de San Basilio de Palenque y los habitantes de San Basilio de Palenque, estas categorías surgieron de los artículos consultados, de los tópicos que la prensa reitera y que tácitamente reflejan la relación entre poder, cultura, y diversidad étnica y social en el país.

Patrimonio cultural inmaterial

Para la prensa consultada el patrimonio cultural inmaterial es: "algo que, si bien no se puede ver, está vivo y pertenece a la gente. El patrimonio es lo que hacemos, sabemos, disfrutamos, valoramos y aprendemos, es nuestra idiosincrasia y nuestra cotidianidad. Su función es: "promover la continuidad y proteger la esencia y la identidad de las personas. El patrimonio consolida la historia de las naciones, al mismo tiempo que erige puentes para la interacción de los pueblos. Es así como a través del tiempo y mediante la palabra y los gestos se transmite de una generación a otra recreándose permanentemente". Está asociado con: "la música, la danza y los espectáculos artísticos; las mitologías, las festividades y las prácticas rituales; el territorio, las prácticas agrícolas, los conocimientos sobre el uso de las plantas y el entorno; y las artesanías, los idiomas y las recetas de cocina". Es detentado por: "las comunidades indígenas y afrodescendientes". Su carácter es: "frágil y su naturaleza efímera, por lo tanto sufre fácilmente los embates de la violencia, el desplazamiento y el conflicto. El patrimonio está expuesto a la penetración de los medios masivos y a la atracción que genera la cultura de masas. Puesto que, la modernidad, la globalización y la industrialización imponen nuevas prácticas y llevan a la uniformización social"

Los enunciados expuestos naturalizan los postulados que produce UNESCO en la Convención de 2003 y presentan el patrimonio como un dominio atemporal y metacultural que ofrece la posibilidad de articular el proyecto del Estado-Nación moderno y el discurso del multiculturalismo liberal. Así, el patrimonio es un atributo que define al otro, le otorga una esencia y hace visible su existencia dentro de un proyecto nacional que a todas luces debe conservar la riqueza que representa cristalizándolo y anclándolo en el tiempo. Es así como el patrimonio deviene un discurso político al canalizar las representaciones sociales que se construyen a partir de él y se vuelve un discurso de poder al otorgar valor sobre un conjunto de sujetos, objetos y prácticas.

Bien de Interés Cultural de carácter Nacional y proclamación como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad

Para la prensa consultada la declaratoria como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional y la proclamación como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad son para Palenque: "un acto de justicia e inclusión, un reconocimiento a la raza negra. Puesto que su legado destaca los aportes de la cultura africana en Colombia y desmiente una tendencia excluyente por parte del Estado. Es un nuevo comienzo que impulsa el desarrollo de una cultura propia. Es la exaltación de una obra de arte de la humanidad, de un tesoro cultural". Los reconocimientos deberían traer: "una mejoría en las condiciones de vida de la comunidad, lo que supone protección especial por parte del Gobierno y la puesta en marcha de un plan de desarrollo. El reconocimiento internacional debe ser entendido como una reparación social y material de Palenque y está encaminado a conservar la cultura negra a través de la superación de la pobreza y la exclusión neoliberal. En últimas, este reconocimiento real y sincero es sinónimo de esperanza y debe motivar el conocimiento y las tradiciones de todas las regiones del país".

Para San Basilio de Palenque los reconocimientos significan: "una gran fiesta en la plaza del pueblo, donde sólo se oye el retumbar de los tambores, con grupos de bailarines y cantaores que llevan la celebración hasta el día siguiente. Se presentan algunas figuras públicas y representantes del Estado para hacer la entrega oficial de un pergamino que certifica la proclamación". La celebración de los reconocimientos son un espacio para: "que la Ministra baile y comparta con todo el pueblo, Hable sobre su gestión en relación a la consecución de la biblioteca y los instrumentos musicales para el corregimiento y prometa el mejoramiento de las condiciones de vida a través del arreglo de la carretera y del puesto de salud. Que sea exaltada como hija adoptiva de palenque y que la fiesta siga con los ecos del tambor". Los reconocimientos traen como consecuencia que: "los morochos están de moda y que San Basilio de Palenque sea el pueblo de moda en el país, así que, lo más deseable es poder conseguir un marido palenquero. Y sin lugar a dudas, los más beneficiados son los autores palenqueros que están viviendo su cuarto de hora".

Resulta claro que para la prensa los reconocimientos que otorga el patrimonio están anclados a una deuda histórica que debe ser expiada a través de una protección especial por parte del Estado, que sirva para superar la condición de invisibilidad frente al proyecto nacional. El patrimonio y sus reconocimientos amplían las fronteras internas de la nación revirtiendo las representaciones sociales de los excluidos. Así hay una suerte de historia moral que versa sobre la relación entre el Estado y el corregimiento que encuentra en los reconocimientos patrimoniales una forma de equilibrar la balanza entre dominados y dominadores. En esta medida, la prensa nos presenta las declaratorias como un tipo de paz y salvo histórico y cultural que se encarna en el bailoteo de sus funcionarios, y que tiene la facultad de recomponer la historia en la ilusión efímera de hacer parte de la moda.

San Basilio de Palenque en la actualidad

Para la prensa consultada la costa Atlántica se caracteriza por: "ser un lugar donde constantemente se hacen grandes promesas pero a causa de la corrupción política muy poco es lo que cambia con el pasar del tiempo, y los pobres son cada vez más pobres puesto que no hay trabajo ni ocupación. En la región conviven férreos cacicazgos políticos que limitan la participación ciudadana y su accionar se hace a través de chantajes y compra de votos. Así sus profesionales y las consideraciones académicas que ellos proponen carecen de espacios de reproducción". San Basilio de Palenque: "simboliza la lucha afro, la abolición de la esclavitud y la reivindicación étnica. Juega un papel fundamental y ejerce influencia al apropiarse de todos los atributos de lo negro y lo diferente. Enarbola las banderas de la convivencia y administra el significado de la diversidad cultural". San Basilio de Palenque en relación a otros pueblos del Caribe es: "un lugar al que le falta mucho, un lugar que es extremadamente pobre, un caserío diminuto, donde vive poca gente muy por debajo de todos los indicadores sociales. Pero aun así, la paradoja consiste en que este pueblo tiene una vasta riqueza cultural, representa a África en Colombia y se puede preciar de ser el primer pueblo libre de América" .

El discurso del patrimonio producido por la prensa aísla a palenque de la costa Atlántica, lo presenta como un oasis en el tiempo y en el espacio donde las representaciones del contexto y el objeto resultan antagónicas. El ejercicio de inclusión y exclusión que supone el discurso oficial del patrimonio comporta valoraciones morales que refuerzan los imaginarios políticos y los atributos simbólicos de un solo grupo. Esto muestra un juego de proyecciones en donde lo palenquero deja de ser parte de lo mismo gracias a su reconocimiento estatal e internacional y utilizando ideas producidas desde la academia sobre el corregimiento las reduce al eslogan que legitima su diferencia.

Las manifestaciones culturales de San Basilio de Palenque

Según la prensa consultada las manifestaciones culturales más representativas de Palenque son: "la lengua, la organización social, los rituales fúnebres, las prácticas médicas, la danza, la música y la tradición oral" . Estas manifestaciones se caracterizan por: "develar un fuerte proceso de resistencia cultural que ha permitido que se afiancen y se transmitan valores que reflejan una identidad fuerte y un importante arraigo a su memoria". Y por ser: "primitivas e ingeniosas pero al mismo tiempo capaces de revelar sistemas complejos y excepcionales. Así, las prácticas culturales en palenque están marcadas por la sabrosura, el frenesí y la sensualidad, y son capaces de provocar emociones desgarradoras y enérgicas que nos remiten a una ancestralidad africana" .

En particular la música se presenta como: "una manifestación cultural que está presente en todos los aspectos de la vida. Ya que es inimaginable que los hombres no canten mientras laboran en los montes, que las mujeres no lo hagan mientras lavan sus ropas con los pies inmersos en el arroyo, o que la música no acompañe una de sus innumerables celebraciones" . Y refiriéndose a la champeta que se canta y se baila en el corregimiento se dice que: "está cargada de furia a causa del aire marginal de sus voceadores y se expresa en contra de la hegemonía de la música gringa. Así, la mezcla que produce la voz, la batería, la guacharaca, la guitarra eléctrica, el bajo, las congas y el sintetizador producen un movimiento frenético, una turbación contagiosa y una serie de contorsiones que invitan a quebrar el cuerpo. Este sentimiento que se baila resulta entonces de la fusión de la cadencia africana con los sonidos urbanos".

Las manifestaciones culturales se presentan como metonimias que sintetizan la cultura de San Basilio de Palenque, o mejor aún, que se proclaman a sí mismas como la cultura, la identidad y la memoria de Palenque. En este sentido, el discurso del patrimonio a través de la prensa hace un inventario de prácticas, las califica mediante adjetivos y toma esos adjetivos como sinónimos de lo palenquero. En esta medida, la condición humana del palenquero está definida en función de su sabrosura y turbación pintorescas, que nos remiten directamente a las imágenes de lo negro en las discusiones sobre raza e higiene en el proyecto moderno del país.

Los habitantes de San Basilio de Palenque

La prensa consultada describe que: "Palenque fue fundado por un grupo de cimarrones que desafiaban los poderes de la corona, ellos eran víctimas de persecuciones y venganzas que reflejaban la furia de sus amos. Estos descendientes de africanos escaparon hacia lugares recónditos que permanecían al margen de la sociedad colonial, y en lugares rodeados de palos, lograron mantenerse estoicos en su lucha contra la autoridad, a pesar de que vivían en un estado de guerra permanente" . Estos palenques se caracterizaban por ser: "lugares inaccesibles, entre ciénagas y caños de agua, eran corrales de negros que servían para escapar de los sometimientos coloniales, defenderse contra el látigo español y esquivar la muerte" . Y sus habitantes se caracterizaban por estar: "acostumbrados a vivir una vida marcada por la miseria, el maltrato y la desventura., Donde la melancolía y la tristeza afloraban entre la suciedad, la hediondez y la enfermedad. Marcados en el pecho con fuego y vendidos como mercancías, los esclavos no tuvieron más remedio que librarse de sus cadenas y fundar palenques a las orillas del Magdalena, del Cauca y del San Jorge, así como en la Matuna".

En la actualidad: "las luchas cimarronas por la emancipación de los esclavizados sintetiza la lucha de las comunidades afro en el país. Como único rincón de África en Colombia, como primer pueblo libre de América, influencia a toda la región gracias a la conciencia étnica que aun mantiene, a la vez que se esfuerza por que sobrevivan sus tradiciones y costumbres" . Así, sus habitantes son: "orgullosos sobrevivientes que han sabido acomodarse a condiciones difíciles gracias a una mezcla de resistencia, dignidad y espíritu guerrero. El palenquero encuentra sus raíces en la naturaleza y sabe celebrar igual lo bueno que lo malo, puesto que lleva la música a flor de piel, se puede decir que todo el mundo allí es un artista que lleva metido el ritmo en el cuerpo, lo cual los hace ser bailarines de gestos naturales y estupendos tamboreros. Para el palenquero la vida es una fiesta" . Y su cotidianidad se puede describir así: "al regresar de trabajar en el campo el padre toca el tambor y la madre se pone a cantar, desayunan tarde un calentao, no almuerzan y comen pescado o carne que compran el mismo día. En sus casas cuyas puertas y ventanas viven abiertas de par en par, estos budas agrestes se sientan en los patios o prenden la televisión, dejando pasar el tiempo y esperando a los turistas o a los funcionarios del estado para hacer compromisos, para que los busquen, para que hablen con ellos, puesto que esto les da reconocimiento y los vuelve referentes dentro de la comunidad".

Los visitantes que arriban al corregimiento describen que: "al llegar ven decenas de niños que caminan descalzos, que bailan solitos o saltan de júbilo, se ven jóvenes que luchan y tamboreros que entienden el sabor de la vida, y que reflejan una cultura compleja que han heredado de sus ancestros. Se ve cómo los palenqueros saludan y dialogan con los que se van encontrando. Pero a los turistas les hacen notar que nadie puede hablar ni vivir como ellos, y tratan de que no se les entienda mucho, se esconden entre risas socarronas y estridentes, se esconden entre sus canciones, y siempre buscan que se les pague". Por otra parte en Cartagena los palenqueros son descritos como: "un símbolo del turismo cartagenero, un objeto fotográfico de tintes pintorescos. Son gentes de dientes blanquísimos y de porciones generosas. Ellos son el cipote palenquero con zapato cuarenta y ocho y ellas tronco de hembras morenazas. En las playas de Bocagrande es fácil reconocerlos por su camisa encajada, sus tenis, sus grandes y viejos relojes en la muñeca y su lapicero en el bolsillo, siempre están vendiendo algo, frutas, gafas o aceites" .

La prensa traza una línea continua y unidireccional que comunica el Palenque mítico fundado por cimarrones y el Palenque actual. En esta medida, se puede afirmar que el tiempo no transcurre en San Basilio de Palenque, y así, de la misma forma que es un rincón de África en América, es una ventana en el tiempo al pasado colonial. En esta medida, su inclusión dentro del discurso legítimo del patrimonio cristaliza un universo estático que tiene valor, en cuanto puede ser un objeto fotográfico para los lentes turísticos que buscan la experiencia estética de la diferencia51. Los habitantes de San Basilio de Palenque son muertos vivientes que esperan ser observados para mostrar que la vida es una fiesta.

Palenque entre la erotización y la estetización

Habiendo presentado los enunciados que produce la prensa sobre San Basilio de Palenque podemos volver sobre la relación de las palabras y las cosas, considerando que lejos de ser inocentes las representaciones formuladas, reflejan y orientan la forma en la que entendemos al corregimiento, erigiendo un lugar onírico donde la historia, el contexto, el presente, los sujetos y sus prácticas existen en función de hacer parte del discurso legítimo del patrimonio. Un discurso que expresado a través de la prensa abstrae todo lo que está relacionado con San Basilio de Palenque y lo ubica en un nuevo marco de significación a causa del valor que ha adquirido como Obra Maestra. Las palabras naturalizan la condición mítica de Palenque aislándolo del tiempo y el espacio, domesticándolo para hacerlo parte de un proyecto nacional que revierte su marginalidad en potencialidad y que trasforma su identidad en etnicidad.

A partir de lo anterior, se producen dos fenómenos, primero San Basilio de Palenque se vuelve fetiche y cómo tal pierde su capacidad de significar y se transforma en un objeto cargado de valor. Y segundo, ese valor depende de los cánones que jerarquiza el discurso legítimo del patrimonio haciendo que lo palenquero se juzgue a partir de criterios propios de occidente. En otras palabras, los reconocimientos que recibe San Basilio de Palenque lo erotizan y lo estetizan como un rincón de África en Colombia, primitivo e indómito que ha resistido culturalmente en el cuerpo y en las prácticas silvestres y pasionales de sus habitantes y que ahora representan una reserva de riqueza inestimable para la nación. En adelante, la autenticidad afro dependerá de su fidelidad a esta imagen, a la representación de sí mismo que resulta de su esencialización. Siguiendo a Baudrillard52 la realidad desaparece por exceso y no por defecto, y el éxtasis de la etnicidad se encarna en el palenquero que es más negro que lo negro, y el éxtasis de la autenticidad se encarna en el palenquero que es más africano que África.

San Basilio de Palenque como Obra Maestra, como objeto erotizado y estetizado se torna un modelo espectacular que obliga a olvidar todos los otros posibles significados que UNESCO, estados nacionales, medios de comunicación, operadores turísticos, académicos y gentes de la comunidad pueden otorgarle. Palenque sólo puede ser el Palenque patrimonializado y así lo presenta la prensa. El Palenque de papel se torna un modelo para todos los otros Palenques, termina siendo un escenario virtual del cual se extraen un conjunto de características y valoraciones como si fuesen moléculas producto de un proceso de destilación.

Pero cuál es la razón que lleva a que sea exitosa la imagen virtual de Palenque aparte de la fuerza política que moviliza el concepto del patrimonio, será tal vez que el corregimiento es difícil de asumir por cuenta de sus realidades y su visión directa, sin filtros, ni velos, resultan crudas e insoportables. Y por lo tanto, resulta mejor tomar a San Basilio de Palenque como suspenso publicitario, como una ambigua estrategia de rentabilización que lleva a que lo palenquero se constituya en una marca. La pregunta en este punto sería si deberíamos agradecer a la publicidad por permitirnos digerir y consumir a Palenque y sus realidades. Ya que a través de este filtro, Palenque es la imagen empalagosa de sus palenqueras en Cartagena, de sus hombres silvestres que danzan semidesnudos ante ecos de tambores frenéticos. Claro está, todas estas cosas funcionan para mantener vivo el espectáculo, para cristalizar realidades, enunciados y percepciones, para no desmoronar su ficción.

Y es que el espectáculo político del patrimonio requiere del guión que le escribe la prensa, necesita que todos adquieran el grado de expertos sobre Palenque, periodistas, operadores turísticos e incluso sus habitantes, en la medida que ya no es necesario que reproduzcan su cultura sino que puedan venderla dentro de los códigos propuestos. Si la copia es la objetivación de lo real sólo se necesitan conocedores no practicantes. Ahora bien, con este tipo de propuestas, todos terminamos pareciéndonos mucho, tanto el que escribe, como que lee, como el modelo que lo inspira. Puesto que, es difícil imaginar y entender al otro por fuera de nuestros códigos y por lo tanto debemos hacer que se nos parezca. Así, gracias a estos simulacros cuando vayamos a Palenque encontraremos lo que estamos acostumbrados a ver, y así mismo, los palenqueros se adecuaran a lo que aparentemente se espera de ellos.

Como sostiene Baudrillard53 la información no tiene un receptor específico. La información busca cualquier presa. Porque su finalidad no es llegar a nadie, su objetivo se limita a enunciar, a comunicar. Y es por esto que todo radica en el impacto que suscita el lanzamiento, en el ruido inicial, en el cubrimiento del acontecimiento. Lo anterior no constituiría un problema si fuese una eventualidad aislada, pero su poder de seducción es fuerte y las lógicas del Estado se dejan persuadir por estos dispositivos. Lo que vale es el lanzamiento, el pantallazo, la Ministra bailando y consintiendo niños. Proclamándose como madrina del corregimiento, como hija adoptiva de Palenque. Estas estrategias de propaganda opacan todos aquellos procesos académicos, sociales, culturales, económicos o políticos que carecen de un efecto dramático.

Y es que en el caso de San Basilio de Palenque el asunto del patrimonio es un asunto político y todos los dispositivos dramáticos están en juego: la Unesco y los fondos del gobierno Japonés; los equipos de expertos antropólogos, historiadores y lingüistas; los funcionarios públicos que llegan en helicóptero al pueblo. Las presentaciones de danza y músicas, las pailas llenas de dulces, los actos protocolarios, los discursos y las entrevistas. Los políticos locales, las cámaras y los flashes.


1 Barbara Kirshenblatt-Gimblett. Intangible Heritage as metacultural production. En: Museum International. 56 (1-2), 2004. P. 12 - 20.

2 Esta Convención y su Lista representativa se ocupaban exclusivamente del patrimonio material, representado en monumentos, conjuntos arquitectónicos y paisajes naturales.

3 Noriko Aikawa-Faure. From the Proclamation of Masterpieces to the Convention for the Safeguarding of Intangible Cultural Heritage. En: Intangible Heritage. Routledge. London, New York, 2009.

4 La cultura tradicional y popular es el conjunto de creaciones que emanan de una comunidad cultural fundadas en la tradición, expresadas por un grupo o por individuos y que reconocidamente responden a las expectativas de la comunidad en cuanto expresión de su identidad cultural y social; las normas y los valores se transmiten oralmente, por imitación o de otras maneras. Sus formas comprenden, entre otras, la lengua, la literatura, la música, la danza, los juegos, la mitología, los ritos, las costumbres, la artesanía, la arquitectura y otras artes. (Recomendación sobre la Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular de 1989)

5 Anthony Seeger. Lessons learned from the ICTM (NGO) evaluation of nominations for the UNESCO Masterpieces of the oral and intangible heritage of humanity, 2001-5. En: Intangible Heritage. Routledge. London, New York, 2009

6 Noriko Aikawa-Faure. From the ... Op. Cit. P. 21.

7 Se entiende por "patrimonio cultural inmaterial" los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana. A los efectos de la presente Convención, se tendrá en cuenta únicamente el patrimonio cultural inmaterial que sea compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible (Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Oral e Inmaterial 2003).

8 Para los primeros días de octubre de 2009 se conoció la decisión de la UNESCO de incluir en la lista representativa del patrimonio mundial el Carnaval de Negros y Blancos y las Peregrinaciones de la Semana Santa de Popayán. Para finales de 2010 se incluyeron las músicas de marimba y cantos tradicionales del Pacífico Sur colombiano y el Sistema Normativo Wayuu aplicado por el Palabrero.

9 Eric Hobsbawm y Terence Ranger. The Invention of Tradition. Cambridge University Press. Cambridge, 1983.

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19Kevin Walsh. The representation of the past: museums and heritage in the postmodern world. Routledge. London, New York, 2003.

20 Anthony Seeger. Lessons learned ... Op. Cit. P. 112 -128.

21 Laurajane Smith. Uses of heritage. Routledge. London, New York, 2006.

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24 Lisa Breglia. Monumental ambivalence: the politics of heritage. University of Texas Press. Austin, 2006. Kenneth R. Olwig y David. Lowenthal. The nature of cultural heritage and the culture of natural heritage: northern perspectives on a contested patrimony. Routledge. New York, London, 2006.

25 Mónica Mércuri. El patrimonio cultural: reflexiones epistemológicas. En: El espacio cultural de los mitos, ritos, leyendas, celebraciones y devociones. Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2003.

26 Izabela Tamaso. A expansao do patrimonio: novos olhares sobre velhos objetos, outros desafios. En: Serie Antropología 390. Brasilia, 2005.

27 Los países miembros del CRESPIAL son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú

28Aquiles Escalante. Notas sobre Palenque de San Basilio, una comunidad negra en Colombia. En: Divulgaciones Etnológicas. 3(5), Universidad del Atlántico. Barranquilla, 1954. P. 207-354.

29 Nina S. de Friedemann y Richard Cross. Ma Ngombe. Guerreros y ganaderos en Palenque. Carlos Valencia Editores. Bogotá, 1979.

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35 Elisabeth Cunin. Identidades a ... Op. Cit. P. 219.

36 Ibidem. P. 220.

37Laurajane Smith. Uses of . Op. Cit.

38Elisabeth Cunin. Identidades a . Op. Cit.

39Anselm Strauss y Juliet Corbin. Bases de la investigación cualitativa. Técnicas y procedimientos para desarrollar la teoría fundamentada. CONTUS-Editorial, Universidad de Antioquia. Medellín, 2002. Amanda Coffey y Paul Atkinson. Encontrar el sentido a los datos cualitativos: estrategias complementarias de investigación. CONTUS-Editorial, Universidad de Antioquia. Medellín, 2004.

40 Ibídem. P. 148.

41 Stuart Hall. Codificar y decodificar. En: Cultura, media y lenguaje. Hutchinson. London, 1980. P. 129-139.

42 Teun A. van Dijk. Nuevo racismo y noticias. Un enfoque discursivo. En: Inmigración, género, y espacios urbanos. Los retos de la diversidad. Bellaterra. Barcelona, 2005.

43 Pierre Bourdieu. ¿Qué significa hablar?. Ediciones Akal. Madrid, 2001.

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46 Michel Foucault. Las Palabras... Op. Cit.

47 Barthes, Roland. Lo obvio... Op. Cit.

48 Roger Chartier. El mundo como representación. Estudios sobre historia cultural. Gedisa Editorial. Barcelona, 1992.

49 George Steiner. Después de Babel. Aspectos del Lenguaje y la traducción. Fondo de Cultura Económica. México, 2001.

50 Mike Featherstone Cultura de Consumo y Posmodernismo. Ediciones Amorrortu. Buenos Aires, 1995.

51 Para entender cómo se produce este mismo fenómeno en otras latitudes recomiendo consultar el documental "Cannibal Tours" de Dennis O'Rourke 1988.

52 Jean Baudrillard. La Ilusión Vital. Siglo Veintiuno de España Editores. Madrid, 2002. Jean Baudrillard. El pacto de lucidez o la inteligencia del Mal. Amorrortu. Editores, 2008.

53 Jean Baudrillard. The Gulf War did not take place. Indiana University Press, 1995.


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