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Memorias: Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe

On-line version ISSN 1794-8886

memorias  no.19 Barranquilla Jan./Apr. 2013

 

La colonia alemana barranquillera
Primeras décadas de siglo XX

Enrique Yidi Daccarett

Entre 1846 y 1875, miles de alemanes emigraron principalmente a Chile, Argentina y Brasil debido, principalmente, a motivos políticos y económicos derivados de la revolución de 1848, con la que se volvió a instaurar el régimen absolutista en Alemania. Durante este periodo de tiempo, la población alemana aumentó casi en un 50%, lo que sumado a la revolución industrial, ocasionó un alto nivel de desempleo. Todos estos incidentes fueron razones suficientes que llevaron a centenares de familias a tomar la decisión de abandonar su país, y a aventurarse a la búsqueda de mejores oportunidades en países de Sur América y el Caribe.

A mediados del siglo XIX, con la firma del "Tratado de Amistad, Comercio y Navegación" en 1854 entre la Nueva Granada y las ciudades alemanas de Lubeck, Bremen y Hamburgo, se dio paso a la llegada de los primeros alemanes al país, especialmente a Barranquilla. Debido al inicio y las crecientes relaciones comerciales entre los países de América del Sur, Alemania había logrado desplazar comercialmente a Inglaterra debido a su capacidad de producción masiva de productos y a su innovación y desarrollo industrial, y se empezaba a posicionar en el primer lugar del comercio europeo.

La política del Imperio alemán estaba dirigida a ampliar y consolidar su esfera de influencia, pero Alemania carecía de colonias y territorios de ultramar en las Américas, por lo que necesitaban abrir nuevos mercados para sus productos. Por esta razón, algunos comerciantes se establecieran en las antiguas colonias españolas y portuguesas. Este fue el caso de Colombia y puntualmente el de Barranquilla, que debido a su posición geográfica privilegiada como punto de entrada hacia el interior de Colombia, fue una de las ciudades del país que más recibió inmigrantes alemanes.

La migración alemana en Colombia no fue tan numerosa como en los países del Cono Sur. En la Barranquilla de mediados del siglo XIX, esta colonia era la tercera más numerosa pero sin embargo contaba con grandes empresarios y personajes. Los migrantes alemanes dominaban distintas lenguas, habían sido educados en excelentes universidades y

preparados en diversos campos, especialmente en los técnicos, de comercio, banca e ingeniería. Los alemanes trajeron a Barranquilla su espíritu innovador e introdujeron una nueva forma de hacer negocios: vender a precios muy bajos pero de contado mientras que los inmigrantes sirios, libaneses y palestinos vendían más caro pero a plazos. Transformaron la mentalidad económica de la ciudad hacia una abierta e inserta en los mercados mundiales, enseñaron su pasión por el trabajo, esfuerzo sostenido, sentido del ahorro y ansias de lucro. La seriedad y disciplina con la que conducían sus negocios les llegó les otorgó prestigio y confiabilidad entre los comerciantes y clientes en Barranquilla y el resto de la costa atlántica.

Uno de los avances más importantes en materia comercial para Colombia fue la mejora de la navegación por el Río Magdalena, la cual se llevó a cabo por iniciativa de empresarios bremenses y con capital de los mismos. Sin embargo, a pesar del éxito comercial que se experimentaba, también surgía la necesidad de interconectar el puerto marítimo de Sabanilla con Barranquilla. Por esto, se propuso la construcción de una línea férrea que ayudara a disminuir los tiempos de desembarque y transporte de mercancías desde Sabanilla a Barranquilla.

La construcción del ferrocarril estuvo a cargo de la firma alemana Hoenigsberg Wessel & Cia. Con la culminación de los trabajos a finales del siglo XIX, se inauguró el Ferrocarril de Bolívar, el cual colocó a Barranquilla ante la mirada del mundo, posicionándola como el principal puerto de exportaciones de Colombia. Este también sirvió de vitrina comercial para varias firmas alemanas que se instalaron en la ciudad tales como: la Aepli-Eberbach y la H.C. Bock, la A. Weckbecker, la Alemana Cía. de Transporte, la Alemana de navegación fluvial, la Breuer, la Empresa Elbers, Fruhming & Goshen, Gieseken & Held, la Hanseática de vapores, la Hoenigsberg & Wessel, Hollman y Merkel, J. Helm, Moller & Co, Müller y Siefken, O. Berne, la V. Simmonds, la Wiese & Starck. Muchas de estas firmas, además de importar productos al país, también se encargaban de la comercialización de los mismos en Barranquilla y en el país.

En el ámbito de la educación, el alemán se convirtió en el idioma utilizado para la realización de negocios en la ciudad, y era incluido como segunda lengua en los currículos

de los colegios. Los hijos de alemanes se educaban en el Colegio Caldas, el cual fue fundado el 15 de junio de 1872 por Julio Sederstrong. El colegio tenía un cuerpo profesoral de docentes alemanes; en este último se encontraban H. Hartman, A.T. Brusse y A.D. Jesurum. Debido a la implementación del modelo de educación alemana en Barranquilla -que gozaba de mucho reconocimiento- el presidente Eustorgio Salgar, a través del Cónsul Struntz de Alemania, decide contratar una Misión Pedagógica, que entre 1872 y 1876 trajo las doctrinas de Pestalozzi y Froebel, y además se concretó la llegada de alemanes de gran cultura al país.

Cuando la Misión Pedagógica alemana finaliza, los profesores Julius Walmer y Karl Meisel se radican en Barranquilla. Karl Meisel participa luego de la fundación de uno de los principales planteles educativos de Barranquilla en el siglo XIX, el Colegio Ribón, el cual se fundó el 1 de agosto de 1881.

En 1912, se funda en Barranquilla el Deutsche Schule (Colegio Alemán) y su Kindergarten. Este colegio, al igual que los otros que habían sido influenciados por los alemanes, tenía como fin implementar la pedagogía germana, solo que esta vez, además de recibir hijos de ciudadanos alemanes y descendientes de los mismos, también recibía a niños hijos de ciudadanos colombianos.

Otro de los grandes aportes de los alemanes en Barranquilla fue la elaboración del primer registro fotográfico de la ciudad. Cientos de postales fueron elaboradas y enviadas por sus habitantes nacionales y extranjeros a Estados Unidos, Francia, Inglaterra y al resto de Europa. Tal fue el caso del alemán Otto Flohr, que constituyó la empresa Flohr & Price Cía., que desde finales del siglo XIX comenzó a emitir postales no sólo de Barranquilla, sino de casi todas las ciudades colombianas. Estas postales fueron elaboradas en Alemania por uno de los prestigiosos talleres de aquella época, el de Verl V. Albert Aust, quien antes que Otto Flohr, ya estaba emitiendo las primeras fotografías de la ciudad en forma de postales. Hoy en día son documentos muy valiosos que hacen parte del patrimonio visual de la ciudad y que todavía se encuentran en colecciones privadas de filatelia en Europa y Norteamérica.

Además de la injerencia en la economía de la ciudad, los alemanes que llegaron a Barranquilla se preocuparon porque la cultura que los unía no se perdiera. Por esta razón, organizaban con frecuencia reuniones con muestras propias de su cultura, congregándose en organizaciones y diferentes actividades. Posteriormente, se empezaron a hacer socios del Club Barranquilla, en el que había 23 alemanes, siendo un 15% aproximado de los socios. Otra de estas organizaciones fue fundada por el cónsul austro-húngaro August Strunz en 1895, el cual dio paso a la fundación del Club Alemán en 1904, que se convertiría en el principal centro de recreación y cultura de alemanes en Barranquilla. Durante esta época, la ciudad disfrutó de un ambiente cultural europeo, pues los alemanes trajeron diversos instrumentos musicales y con ellos sus melodías. Cuando los barcos de la Hamburg American Line atracaban en Sabanilla, las orquestas que tocaban a bordo eran trasladadas inmediatamente a Barranquilla para amenizar las fiestas del Club Alemán.

En 1914, la Sociedad Julius Berger Tiefbau Aktiengesellschaft de Berlín fue contratada por el gobierno de Colombia para realizar los estudios de regularización y canalización del Río Magdalena y la apertura de las Bocas de Ceniza. El representante de esta sociedad en Barranquilla era el Señor Fritz Furhorp, quien también era el representante de la compañía naviera Hamburg American Line (Hapag), y quien estaba radicado hacía más de 20 años en Colombia. Los estudios por parte de la casa Berger estaban encabezados por el señor Sprung y el Ingeniero Gunnar Pira, los cuales residieron en la ciudad por más de dos años mientras realizaban el mencionado estudio. Este fue uno de los estudios más importantes, ya que años después sirvió de base para la apertura definitiva de Bocas de Ceniza.

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, el Club Alemán en la ciudad tuvo que ser vendido, lo que ocasionó que cesaran las actividades sociales y culturales de la colonia alemana en la ciudad. Sin embargo, luego del fin de la guerra, los alemanes volvieron a retomar sus actividades, construyendo nuevamente el Club Alemán pero esta vez un poco más al norte de la ciudad. El nuevo club contaba con espacios para el descanso y la recreación, como piscinas, sala de billar, pista para bolos, bares, amplios salones de baile, entre otros.

Avanzado ya el siglo XX, se vincularon otros alemanes a la ciudad a las empresas que estos fundaban como la Unión Industrial, el Banco Alemán Antioqueño, Almacenes Helda, Breuer & Moeller, Bayer, y otras. Tanto es así que una de las causas del declive de la ciudad puede asociarse a la disminución y pérdida de esa selecta migración. Sin embargo, esta colonia le obsequió a Barranquilla un riquísimo y único repertorio fotográfico que es hoy el vivo recuerdo de lo que fuera durante su época de oro. La mayoría de fotógrafos de principio y mediados del siglo XX eran alemanes fascinados con el exotismo y belleza de las tierras caribeñas. Sitios emblemáticos, estatuas, monumentos, mercados y plazas públicas, calles, iglesias y playas eran escenarios frecuentes y apetecidos para fotografiar. Uno de los más prolíficos fotógrafos alemanes de la época era Erwin Heumann propietario de "Foto Heumann" y que se caracterizaba por emitir fotografías en varios tamaños de paisajes, cuadros artísticos y típicos. Dado que este patrimonio visual fue sacado del país para llevar noticias de viajes y de familias a través de los mares y de las épocas, gran parte de estas fotografías se encuentran en colecciones privadas o en casas de subasta en Europa y Estados Unidos.

A continuación, algunas de las fotografías de la ciudad de Barranquilla tomadas por Erwin Heumann en el siglo entre los años 1928 y 1939.

Foto 1
Foto 2
Foto 3
Foto 4
Foto 5