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Memorias: Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe

versión On-line ISSN 1794-8886

memorias  no.27 Barranquilla sep./dic. 2015

 

Empresarios del Caribe colombiano: historia económica y empresarial del Magdalena Grande y del Bajo Magdalena, 1870-1930

Joaquín Viloria de la Hoz

Banco de la República, 2014

El texto que reseño en esta revista, es resultante de una investigación derivada de un proyecto académico de postgrado. Es parte de la Tesis de Doctorado en Historia por la Universidad de Puebla en México, que Joaquín Viloria defendió ya hace más de un lustro. Sin embargo, lo que motivó escribir esta reseña es su tema de abordaje y la importancia que reviste para la historiografía empresarial del Caribe colombiano.

Esta obra es significativa para la historiografía económica y empresarial regional porque cubre un gran vacío. Es pionero en su estilo y temática. Como tampoco es fruto de un acto de clarividencia del autor, ni mucho menos sacado por arte de magia de una bola de cristal, de una "varita mágica" o de juegos de ufologías o cartomancia; es todo lo contrario, fue un proceso de indagación que Viloria poco a poco fue nutriendo por veinte años aproximadamente.

El libro Empresarios del Caribe colombiano: historia económica y empresarial del Magdalena Grande y del Bajo Magdalena, 1870-1930, es publicado por el Banco de la República, esfuerzo editorial que nace como resultado de una investigación, en principio académica, pero que posteriormente fue complementando con otros proyectos que adelantó el autor cuando se desempañaba como investigador del Centro de Estudios Económicos Regionales del Banco de la República, especialmente para la serie de Cuadernos de Historia Económica y Empresarial. Algunos de sus trabajos son: Café Caribe: la economía cafetera en la Sierra Nevada de Santa Marta (1997); Historia empresarial del guineo: empresas y empresarios bananeros en el departamento del Magdalena, 1870-1930 (2011); Comerciantes en economías de frontera: el caso de La Guajira colombiana (1870-1930) (2013); Los turcos de Lorica: presencia de los árabes en el Caribe colombiano, 1880-1960; Empresas y empresarios de Santa Marta durante el siglo XIX: el caso de la familia de Mier (2002).

El libro en su edición aparece en el mes de diciembre de 2014 y, su contenido en sí, consta de una introducción y tres partes. La primera denominada: Economía Regional y Empresarios Urbanos, está compuesta por cuatro capítulos; la segunda parte Economías agrícolas de exportación, por dos capítulos y la tercera Empresarios en Economías Rurales. Pese a que en la tabla de contenido para esta última parte solo se detalla un ítem de abordaje, en el desarrollo de las ideas se expresa otro capítulo más, para un total de ocho; posee además unas conclusiones generales, una relación de fuentes y referencias, como también una serie de anexos; resultados éstos que se escriben en 231 páginas.

Sobre teorías utilizadas, el autor introduce al lector en las diversas doctrinas que rigen las estructuras empresariales, en especial las planteadas por autores de obligada consulta en temas organizacionales, desarrollo empresarial, emprendimientos y de proyectos de evolución de tipo regional, me refiero a Alfred Chandler y sus conceptos relacionados con estrategias y arquitectura organizacional, de fuerzas creadoras y destructivas; asimismo, las referidas al empresariado, la creación de empresas y sus distintos contextos, como los expresados por Frank Knight, Joseph Schumpeter, Ludwin Von Mises y otros pensadores económicos de la escuela austriaca. Igualmente acude a los clásicos de la economía y la administración como los franceses Cantillon y Jean Baptiste Say; al igual que otros como Adam Smith, David Ricardo, Carlos Marx y John Stuar Mill; aunque también desde miradas más crudas como los de Torsthein Veblen y John Maynar Keynes quienes veían al empresario como parásitos y perversos para una economía más equitativa y social. También en lo relativo a la innovación empresarial, formación de tejidos productivos, encadenamiento de procesos, fortalecimiento institucional, redes sociales empresariales, especialización y diversificación de productos y de factores productivos. Para estos análisis acudió a Baumol y Batey, a Sombar y a Marshal.

A nivel latinoamericano acude a los preceptos establecidos por Fernando Cardozo y Faletto; y para otros contextos con esta misma naturaleza, sobre todo para el caso mexicano, invoca los trabajos de Carlos Marichal y Mario Cerruti. A nivel conceptual y metodológico explora en los españoles Jesús María Valdaliso, Santiago López, Eugenio Torres, Francisco Comín y Pablo Martín Aceña.

Lo anterior hizo que tuviera una clara metodología y le permitiera visualizar distintas realidades en una secuencia lógica y ordenada, no solo de manera cronológica para el tiempo estudiado, sino también en la presentación de los distintos resultados. De igual manera, el lapso analizado es consecuente con la historiografía regional existente y la literatura revisada, tanto en ámbitos temáticos como conceptuales, teóricos y contextuales. La historiografía empleada fue extensa, basta con solo ver con que para referenciar la bibliografía requirió de 18 páginas que contemplan 302 obras, todas citadas en el texto; como también realizó 10 entrevistas a diferentes personas, consultó 11 archivos históricos en distintas ciudades de Colombia y acudió a 26 periódicos de la época, ya fuera del orden nacional, regional o local, públicos o privados.

El texto en sí, en su contenido es bondadoso por la gran cantidad de información nueva que presenta, variado en testimonios y temáticas tratadas, como también en conceptos empleados y teorías relacionadas; hasta el punto que de las 37 páginas que utiliza el autor para introducir al lector, 35 de ellas están referidas a explicar estos fenómenos, complementado con una amplia contextualización del medio donde se desenvuelve el objeto de la investigación, aunque al leer y releer el texto he sentido que le falta una "pata a la mesa", pues lo he visto muy interiorizado hacia el Magdalena Grande y no se compara lo suficiente con el contexto que está en la otra orilla del río; o sea, en las dinámicas que se presentaron en el Bolívar grande, donde la historiografía de esa zona es más prolífera, y tal vez, con el uso de la historia comparada, se hubiesen sacado mayores y mejores conclusiones, a través de similitudes y/o diferencias entre regiones.

Como se sabe esa frontera natural, que es el río Magdalena, ha jugado un papel importante en la construcción de la identidad de ambas regiones, en la que en algunos casos los aspectos físico geográficos no separan a las regiones sino más bien los une, y no como política y administrativamente Viloria lo hace. Un paralelo entre estos dos espacios utilizando otros textos históricos que se han publicado sobre el otro margen del río, como referentes comparativos y/o semejantes, habría dado mejores luces de los logros de esta investigación. Con esto no quiero decir, que el libro debió hacerse de esa forma, pues sería injusto con Joaquín y egoísta de nuestra parte; tal vez, sea el prurito de un historiador que desea o le apetece que siempre se mire la historia regional desde una óptica comparada y no desde quienes verdaderamente la sienten o piensan. Tal vez, sea un motivo más para que Joaquín Viloria continúe profundizando en el tema de manera comparada.

En cuanto a archivos consultados, Viloria indagó documentos en la ciudad de Bogotá como el Archivo General de la Nación, Archivo Histórico de la Casa de la Moneda, Archivo Histórico del Banco de la República; en Barranquilla al Archivo Histórico del Atlántico, Archivo Histórico de la Cámara de Comercio de Barranquilla, y al Archivo Histórico del Banco de la República Sede dicha ciudad; en Cartagena al Archivo Histórico de Cartagena de Indias; en Valledupar a la Academia de Historia del Cesar; en Santa Marta al Archivo Histórico del Magdalena Grande, Archivo Histórico Eclesiástico de Santa Marta; como también el Archivo Histórico de la Notaría Única de Ciénaga, y algunos archivos personales o "de baúl" como los de la familia de Guillermo Oeding en Cartagena y de José Ignacio Díaz Granados en Santa Marta. Información ésta que fue hallada de 22 fondos diferentes y de más de 200 manuscritos indagados, como muy bien se puede evidenciar en las 148 citas aclaratorias que aparecen a pie de página sobre los archivos empleados.

Con relación a periódicos decimonónicos y del siglo XX, Viloria acudió a la prensa bogotana, cartagenera, barranquillera, y por supuesto, samaria, vallenata y cienaguera, como también a la extranjera, es el caso del The New York Times de los EE.UU. Dentro de los periódicos del siglo XIX utilizados por Joaquín se pueden citar al Diario de Bolívar de 1877 a1884; El Diario Oficial de 1888 a 1899; Anales de la Cámara de Representantes de 1892; El Porvenir de 1892-1893; El Estado del Magdalena de 1857-1886; La Gaceta de Nueva Granada de 1851 a 1856; La Ola de 1873; La Gaceta Oficial del Estado Soberano del Magdalena de 1871; El Registro de Bolívar de 1880 a 1882 y El Registro del Magdalena de 1880-1885. Sobre los del siglo XX son bastantes y no deseo aburrirlos relatando la cantidad de fuentes e información hallada de esta prensa, entre la más importante está El Tiempo, El Espectador, El Espía, El Estado, La Prensa, La Voz de Santa Marta, Revista Nacional de Agricultura, Revista de la Cámara de Comercio de Barranquilla, El Nuevo Tiempo, entre otros.

La pluralidad de fuentes consultadas fue complementada con una rigurosa revisión de la literatura que permitió explicar historiográficamente las distintas problemáticas que se estudian en esta investigación. El autor parte de libros clásicos que escribieron los inmigrantes y/o viajantes nacionales que llegaron a esta zona a lo largo de la centuria decimonónica, o a comienzos del siglo XX, y producto de su visita o residencia dejaron sus impresiones de lo que muchos denominaron aproximaciones a la realidad, tal es el caso de Charles Stuart Cochrane, Eliseo Reclus, Alphons Stubel, Frederick Simmond, Purl Lord Bell; Melbourne Carikker, Clyde Todd y Orlando Flye; de igual manera para enriquecer el trabajo el autor utiliza de manera amplia la bibliografía que dejaron los extranjeros que llegaron entre la década del 50 y del 80 para hacer sus tesis de doctorados o investigar sobre las distintas regiones de Colombia, entre los que se pueden citar están: John Parker Harrison Theodore Nichols, Frank Safford, Catherine LeGrand, Malcolm Deas, Tomás Fisher, Charles Bergquist y Antony McFarlane.

Por último, complementa esa rica historiografía con autores nacionales que son referentes no solo para el abordaje teórico y conceptual de las temáticas tratadas, sino también para ambientar de la mejor manera posible los métodos y las metodologías empleadas. Dentro de los autores que utiliza Viloria para hacer sus análisis están Carlos Dávila, Luis Fernando Molina, Adolfo Meisel, Eduardo Posada, Salomón Kalmanovitz, Absalón Machado, Jesús Antonio Bejarano, José Antonio Ocampo, José Polo Acuña, Gabriel Poveda, entre otros, todos reconocidos estudiosos de la historia económica, política y social de Colombia, y algunos de ellos especialista en la historia regional caribeña.

Por todo lo anterior, recomiendo esta obra. Considero es una radiografía general del Caribe Colombiano. Refleja dinámicas históricas, económicas, políticas y culturales con otros departamentos caribeños muy similares, aspectos estos que son la base de la cotidianidad y el progreso de la región. Desde ya valoro a este libro como de suma importancia para la historiografía empresarial regional, y como un referente obligado para comprender realidades tan complejas como las que se viven día a día la región norte de Colombia, así como para llevar a cabo ulteriores investigaciones, sirviendo de referente que permita evitar lo que una vieja frase nos plantea, "quien no conoce su historia, está condenado a repetirla".

Jorge Enrique Elías-Caro

Profesor Asociado de la Facultad de Ciencias Empresariales y Económicas de la » Universidad del Magdalena (Santa Marta-Colombia), Director del Grupo de Investigación Historia Empresarial y Desarrollo Regional. Vicepresidente de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe ADHILAC; Vicepresidente de la Asociación Colombiana de Estudios del Caribe ACOLEC y Secretario Ejecutivo Internacional de la Asociación Historia Económica del Caribe, AHEC. Doctor en Ciencias Históricas y Máster en Historia Contemporánea, mención Estudios Latinoamericanos; Magíster en Administración de Empresas.