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 issue35Antonio García de León Tierra Adentro, Mar en Fuera. El puerto de Veracruz y su litoral a Sotavento, 1519-1821. México, Fondo de Cultura Económica, Universidad Veracruzana, Secretaría de Educación del Estado de Veracruz, 2011John Gledhill La cara oculta de la inseguridad en México. México, Paidós, 2017. author indexsubject indexarticles search
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Memorias: Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe

On-line version ISSN 1794-8886

memorias  no.35 Barranquilla May/Aug. 2018

https://doi.org/10.14482/memor.35.10814 

Reseñas

María Eugenia Suárez Garay y Nelson Arteaga Botello (coords.) Violencia, inseguridad y sociedad en México. Comecso, Foro Consultivo Científico y Tecnológico, 2016.

Saúl Horacio Moreno Andrade1 

1Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS-Golfo) Xalapa, Veracruz.


Se trata de un interesante libro que pretende, de manera amplia, participar en el debate que se da en torno a la relación entre violencia y sociedad en México. Se desarrolla en dos partes: la primera orientada al tema de las violencias, y la segunda a la seguridad pública.

La primera parte, "Violencias", se subdivide en tres segmentos. El primero de estos trata de la manera en que se ha analizado, desde las herramientas de las ciencias sociales, el problema en discusión. Son "tres miradas analíticas sobre la violencia en México", tres capítulos que argumentan alrededor de la necesidad de enlazar las categorías abstractas de la teoría social con los argumentos del razonamiento cotidiano de los actores de la violencia y de la inseguridad y la seguridad. El segundo segmento, "Violencia y movimientos sociales", lo forman dos artículos que, en resumen, dan cuenta de la concretización de la violencia entre los movimientos sociales en espacios o grupos específicos (en este caso los maestros y Oaxaca). El tercer y último segmento de la primera parte, "Narcotráfico, economía y sociedad", es solo un solo artículo acerca de las representaciones de la violencia en Sinaloa, estado emblemático de esta relación.

La segunda parte del libro, "Seguridad pública", se divide en dos segmentos. El primero versa sobre la violencia y el control social, y lo conforman tres capítulos en los que se desarrolla un intenso debate acerca de la paradoja que surge entre la necesidad de la vigilancia tecnologizada y los peligros que esta puede acarrear sobre la consolidación de las libertades. Se cuestiona de forma constante sobre los límites para establecer marcos de acción ante los eventos delincuenciales. El segundo segmento, "Instituciones y sociedad", refiere la relación entre las instituciones de procuración de justicia, los delincuentes y los policías. Presenta la idea de "coproducción de la seguridad", pensada como una gobernanza para la seguridad, y aborda las condiciones de posibilidad de las policías comunitarias. Cierra con un capítulo en el que las mujeres toman un papel central en su condición de presas en centro penitenciarios.

Una de las virtudes del texto es que logra conjuntar una diversidad de maneras de abordar un problema complejo. Sus autores son investigadores consolidados, estudiantes, profesores y, algo muy importante, consultores. Asimismo, los autores se encuentran en diferentes niveles y grados de su formación. Provienen de instituciones diferentes (El Colegio de México, La UNAM, la Universidad del País Vasco); las disciplinas también lo son (básicamente sociología, psicología, ciencias políticas). Además -esto hay que resaltarlo-, se enfocan en una variedad de objetos de estudio y de acción (actores colectivos, acciones colectivas, organización, formación de ciudadanía y discursos del poder, entre otros).

De esta manera, uno de los propósitos centrales del libro es la reformulación y el desquiciamiento de los conceptos, con el fin de llegar a otros más adecuados para la compleja problemática de la relación entre violencia y sociedad. Violencia, tensión social, crimen, familia, vigilancia, inseguridad, seguridad, modernización, control social y Estado se ven afectados por el esfuerzo intelectual de trastocarlos (en el mejor de los sentidos), a fin de aprovecharlos como insumos del pensamiento. De igual forma, con el propósito de lograr una visión más amplia sin "ataduras y restricciones", sino con argumentos para el diálogo constructivo y reconstructivo.

Las metodologías en que se basaron para la elaboración de los resultados expuestos en los capítulos del libro van desde perspectivas sistémicas/estructuralistas, hasta aquellas centradas en la visión del actor y su capacidad de transformación de las estructuras. No se cae en el pecado del individualismo metodológico, más bien se hace referencia a los sujetos que posibilitan la generación de sus propios proyectos y sus dificultades en un panorama de violencia e inseguridad.

Una de las preguntas que orientan este trabajo es: ¿Podemos convivir en estas condiciones? Los autores responden de manera afirmativa, pero con un arduo esfuerzo por comprender el nuevo mundo que surge y una nueva manera de entender y formar las seguridades. Para esto, si bien desde la introducción se proporciona un centramiento de las ciencias sociales como argumento de cohesión social, su argumento se topa con un problema interesante. Afirman los coordinadores: "Uno de los desafíos fundamentales para entender la violencia es pasar de describir los casos e identificar los factores que los detonan a tratar de comprender su esencia". Esto nos lleva a una segunda pregunta: ¿El problema de la violencia es esencial? El nudo problemático es que, en caso de que lo fuera -como ellos afirman- tendríamos que encontrar una contraesencia para resolverlo o, si se radicaliza la idea de la esencia (lo cual me parece más viable), no tiene solución.

Tendremos entonces que plantearnos un proyecto de sociedad que incluya a la violencia criminal como una de sus partes constitutivas, pese a que la idea de delinquir sea (ahora sí de manera esencia) antisocial. Uno de los puntos es preguntarse si nuestra educación es violenta, y de qué maneras las formas de acción autoritarias se reflejan en la familia, la escuela y el trabajo. Pienso en la idea de "aparatos ideológicos del Estado" de Althusser. A esto nos lleva la lectura de este libro. Además, cuando toca los temas de la vigilancia, nos pone ante el problema del control social y la reducción de la autonomía de los ciudadanos.

La policía, la delincuencia, los gobiernos, los movimientos sociales, el trabajo, la educación, las aplicaciones de los avances tecnológicos, en fin, las diferentes categorías obligadas en nuestras disciplinas, tal como nos comunican los autores, se trastocan y nos llevan a nuevas preguntas ante la presencia de un fenómeno que trasciende: la violencia criminal y la inseguridad pública. Sin duda, invito a su lectura y reflexión en estos momentos de vicisitudes, temores, malos presagios y alertas; una luz brota de sus páginas.

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