SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.11 issue2Evaluation of graduation projects on environmental education at the university applying the hypothesis of progressionEducation of socio-emotional and teaching styles in middle education author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Sophia

Print version ISSN 1794-8932

sophia vol.11 no.2 Armenia July/Dec. 2015

 

La confianza en el aula como eje transformador del mundo escolar*

Confidence at the classroom as a transformer axis of school world

Carlos Mejía Bustamante** Ana Lucía Urrea Henao***


*Artículo resultado de la investigación Indagación en torno a la confianza y trato a estudiantes en grados con maestros únicos y maestros por área en las instituciones educativas los Quindos, Bosques de Pinares y Ciudadela del Sur, al interior del grupo Paideia de la Universidad La Gran Colombia Seccional Armenia.

**Director Escuela de Pedagogía e Investigación Educativa (EPIE) de la UGCA, licenciado en educación básica con énfasis en ciencias sociales, Esp. en pedagogía y docencia universitaria, Mg. en Educación y Desarrollo Humano. Armenia, Quindío, Colombia. (dirpedagogía@ugca.edu.co).

***Mg. en Educación. Esp. en ética, Pedagogía y Filó- sofa e investigadora en Ciencias Sociales, Docente de la UGCA. Armenia, Quindío, Colombia. (investigacionep@ugca.edu.co).

Recibido: Noviembre 03 de 2014 Revisado: Febrero 20 de 2015 Aceptado: Mayo 28 de 2015


Resumen

En un estudio realizado por la Secretaría de Educación Municipal de Armenia, se evidenció niveles de dificultad con relación a la confianza y el trato escolar. De estos resultados la Escuela de Gestión y Desarrollo Educativo (EGIDA), retomó estas dos variables haciendo una exploración de cómo se vive la confianza y el trato interpersonal en grados con docentes únicos, en grados con docentes por área y en el ámbito familiar, a fin de generar procesos de reflexión y alternativas para transformar la dinámica de aula. Los hallazgos de la indagación realizada por la Escuela de Pedagogía de la Universidad La Gran Colombia Seccional Armenia develan que en lo relacionado con la confianza, tanto en grados con docentes únicos, docentes por área y ámbito familiar no hay construcción de tejidos sólidos de confianza y buen trato, aspectos fundamentales para construir dinámicas pedagógicas que permitan procesos de aprendizaje; para esto se hizo un ejercicio de acompañamiento en algunos colegios con el fin de proponer y visibilizar rutas de reconstrucción de la confianza y el cambio de actuación de los docentes con relación al trato a los estudiantes, esperando que esto impactara el ambiente escolar, la cooperación en el aula, el deseo de estar en el aula y las condiciones de aprendizaje. Todo esto, nace de la urgencia actual por hacer de la educación un acontecimiento que impacte la vida individual y social de los estudiantes, supone comprender que ella misma es un acontecer humano, que tiene como centro fundamental la construcción del diálogo humano como generador de redes de confianza, alternativas de reencantamiento del aula, a partir, de una convivencia con sentido, que permita la solidez de aquellos aprendizajes, que de seguro, traerán consigo una sociedad transformada y transformadora, profundamente humana y solidaria. De este modo, se abre una sincera apuesta por la construcción de la confianza en el aula y del gesto humano fraterno de lo que se espera sea una enorme e inaplazable oportunidad de reencantar el aula para un orden social diferente.

Palabras clave: Aula, confianza, educación, formación, transformación.


Abstract

A survey performed by the Secretary of Municipal Education of Armenia city, showed difficulty levels regarding confidence and school treatment. From such results the School of Education Management and Development –EGIDA (Spanish abbreviation), retook these two variables and explored how confidence and interpersonal treatment are experienced in grades with unique teachers, grades with teachers per area, and in family scope, in order to produce reflection processes and alternatives to transform dynamics at the classroom. Findings from the research carried out by the School of Pedagogy at La Gran Colombia University, Armenia Office, show that regarding confidence, both in grades with unique teachers, teachers per area, and in family scope, there is no construction of solid ties of confidence and proper treatment, which aspects are fundamental in building pedagogic dynamics that encourage and promote learning processes; a tutoring exercise was performed at some schools in order to propose and see confidence construction means, and a change of teacher behavior at dealing with students, expecting a positive impact on school environment, cooperation at the classroom, the will to remain at the classroom, and learning environment. All of the above surges from current need of making education an event which impacts individual and social life of students. It supposes understanding that education is a human event, which fundamental core is construction of human dialogue to produce confidence networks, alternatives for classroom re-enchantment, parting from a cohabitation with a sense that promotes learning strength, which hopefully will bring a transformed and transformer society, deeply human and solidary. In this manner, a sincere stake for confidence construction at the classroom and a fraternal gesture is expected to become a great and unpostponable opportunity to re-enchant the classroom for a different social order..

Keywords: Classroom, trust, education, formation, transformation.


Introducción

La Escuela de Gestión y Desarrollo Educativo (Egida) de la Universidad La Gran Colombia, Armenia, fundamenta su hacer investigativo en la pedagogía social en cuanto reconocimiento del otro, sus condiciones, necesidades y expectativas de vida, promoviendo una educación para el respeto, el reconocimiento, la cooperación, donde se formen mejores ciudadanos para la convivencia y la paz, que más allá de plantear una discusión acerca de la posibilidad de la educación como ciencia o como punto de convergencia de varias ciencias, hace una apuesta humana que permita una mirada crítica, incluyente y propositiva como posibilidades para una auténtica convivencia escolar basada en el respeto y la solidaridad.

Con estos presupuestos y teniendo como referente el estudio realizado por la Secretaria de Educación Municipal de Armenia, alrededor de la caracterización de los problemas más significativos de convivencia escolar y de cuyo trabajo se recuperan dos variables de análisis: confianza y trato en la relación maestro-estudiante, dieron pie a la indagación realizada porla Escuela de Pedagogía e Investigación Educativa de la Universidad La Gran Colombia Seccional Armenia , desde donde se hace una ampliación de la mirada, intentando comprender la confianza y el trato en los grados con maestros únicos y maestros por área, un trabajo que se hace en el escenario del aula y que de igual manera se realiza en los escenarios familiares, que es de hecho una prolongación vital de lo que pasa en el aula.

De este modo, la indagación que se recoge en este artículo parte del interrogante: ¿Cuáles son las condiciones de expresión humana del maestro para construir un aula de confianza, convivencia y aprendizaje? Es un punto de partida que pone en evidencia lo fundamental de la labor del maestro como transformador del mundo escolar en el micromundo del aula, asumiéndose como generador de ambientes amables y de confianza, en donde se puedan desplegar las competencias necesarias y fundamentales para asumir la vida y la sociedad desde una condición humana coherente y digna. No es solo una apuesta por los aprendizajes, es por sobre todo una apuesta por el hombre.

Todo esto no solo significa un cambio en la manera en que los maestros abordan las experiencias educativas, sino, también, un cambio en su condición vital de maestro, con el fin de ofrecer a los estudiantes una educación integral y acorde con los tiempos presentes y venideros. Trabajar en la construcción de la confianza en el aula, será un camino posible a una educación con sentido transformador.

Los resultados de esta búsqueda, como se verá, develan que pese a los esfuerzos hechos, el aula sigue siendo un lugar de fragilidad humana, de ausencia de la confianza y de unas relaciones humanas indeseables, situaciones que igualmente surgen en el contexto familiar evidenciando una falta de compromiso en la formación humana y ciudadana de los niños.

Materiales y métodos

La investigación fue cualitativa de carácter inductivo basada en la recolección de información, la cual se obtuvo mediante la aplicación de tres talleres en las instituciones educativas referenciadas, en los grados terceros y quintos con docentes únicos y en los grados quintos y sextos con docentes por área. Los talleres trabajados fueron:

-Taller uno: Viviendo la confianza: mediante el cual se explora la dinámica de construcción de confianza y trato en el aula y en el contexto familiar.

-Taller dos: ¿Cómo me gustaría ser tratado?, ¿cuál es la persona en la que más confía? Mediante el cual se hace un acercamiento a las necesidades de trato expresada por los niños y la clasificación de las personas que componen el círculo de la confianza.

-Taller tres: El colegio soñado: a través del cual se presenta un cuento inconcluso, a fin de ser terminado por los niños y explorar desde allí las expectativas del colegio soñado.

La población objeto de estudio se ubicó en las instituciones educativas Bosques de Pinares, Ciudadela del Sur y los Quindos (Policarpa Salavarrieta), en los grados 3º, 5º y 6º, con docentes únicos y docentes por área.

El grupo focal se conformó por 80 niños y niñas de grados 3º y 5º con docentes únicos, entre 8 y 12 años de edad; 45 niños y niñas de grados 6º, con docentes por área, en edades entre 11 y 13 años.

La confianza en el aula como eje transformador del mundo escolar

(…) la escuela es aquella mirada desgarrada y alegre, el camino que recogemos en nuestras manos y lo guardamos dulcemente entre sollozos y risas” (…)”Es el sitio donde las miradas se cortan entre líneas oblicuas, entre horizontes que se abren al atardecer o al finalizar una prueba. La escuela es un ir por entre piedras doradas y ventanales cerrados, donde la oscuridad cae de las tumbas del saber, para darle paso a la certeza de las ignorancias. Es la mirada del otro que cae con el tiempo y se vuelve amiga”… (Zambrano, 2005).

Abordar el tema de la confianza como eje trasformador del mundo escolar, implica contemplar la necesidad de repensar al hombre de nuestro tiempo desde una mirada que implique su condición de humanidad y su humana condición.

Esta consideración pone de presente la necesidad de abordar la reflexión desde un enfoque humanista en el contexto educativo y para esto será propicio recuperar el pensamiento de Paulo Freire, su apuesta pedagógica humanista desde donde convoca a acoger una educación emancipadora en medio de un mundo caótico que ha distorsionado el sentido de la dignidad, la civilidad afectando la condición de presente de tantos niños y jóvenes que han perdido su sentido de vida y sociedad. Seguramente un pensamiento que encontrará un nicho reflexivo en los trazos de Carlos Skliar, Magaldy Téllez y Jorge Larrosa.

El tema de la convivencia escolar es ante todo un problema que nos concierne a todos, especialmente a los actores educativos y familiares, de quienes depende la formación de ciudadanos en el sentido más pleno de la palabra, hombres y mujeres para una sociedad justa y fraterna donde la convivencia y la cooperación sean los garantes de la paz y las promotoras de la democracia en medio de un mundo fragmentado y signado por una enorme indiferencia social, acrecentando de esta manera un entramado de conflictos que pareciera no tener fin.

En el marco de este devenir investigativo, se propone reivindicar la labor del docente como generador de ambientes amables y de confianza, y también revindicar la familia como lugar fundamental de la sociedad, haciendo posible que estos dos escenarios de formación reapropien las convicciones, acciones y retos para hacer posible una sociedad diferente. Ciertamente, padres y docentes son los formadores de los nuevos ciudadanos, de los hombres y mujeres que necesitan crecer creyendo en un mundo mejor y posible. Para esto es necesario que padres y docentes se den la oportunidad de un cambio en la manera de ser con el otro, a fin de consolidar una educación integral en cuya base están las relaciones de vida que se deben potenciar en términos de civilidad y condición humana.

La necesidad de convocar la confianza y un trato respetuoso, tanto en el aula como en el hogar, surge de los resultados poco alentadores expresados en la indagación que nos pone frente a una situación crítica, tanto en el ambiente escolar como familiar, los que necesitan de grandes y posibles transformaciones, si lo que se quiere es transformar la sociedad.

Resultados

En términos de hallazgos, llama significativamente la atención que en los ambientes educativos con profesores únicos, es decir, con docentes que acompañan durante todo el año el proceso escolar de los niños, solo un 2% de la población expresó tener un vínculo de confianza con el profesor, situación que se repite en el ambiente familiar, en donde la confianza hacia los padres ocupa porcentajes medios entre el 5% y 10%, como lo evidencian las gráficas 1 y 2 de las lecturas realizadas:

Lo anterior resultó ser un dato, particularmente asombroso, toda vez que al suponer la presencia permanente de un docente a lo largo de un año se esperaría un vínculo de confianza significativo que permita a los niños encontrar un nicho de diálogo y apertura.

Esta tendencia se evidencia también en los grados con docentes por área, es decir, grados que tienen varios docentes de conformidad con el número de asignaturas establecidas. En estos grupos la confianza en los profesores está ausente. En el contexto familiar está entre un 1% y 10%, como lo evidencian las gráficas 3 y 4:

Algo para resaltar en los dos escenarios de acción, es que cuando se indaga sobre la confianza en casa ponen en evidencia una serie de condiciones favorables como el buen trato, el cariño y el respeto, sin embargo, da la impresión de que no son consideradas condiciones fundamentales para la construcción de los tejidos de confianza en el seno familiar.

Otro aspecto de necesaria consideración es que el círculo de confianza de estos niños está construido con amigos del colegio y de la cuadra o barrio y no en las personas de quienes depende de manera significativa el hecho educativo. Esto reviste un halo de preocupación porque desde ese círculo de confianza no siempre transitan rutas favorables de formación, sino que infortunadamente transitan tendencias que terminan por arrastrar a niños y jóvenes a situaciones de vida que terminan siendo lamentables.

Esta lectura puso en evidencia un piso extremadamente frágil, toda vez que la confianza es el pilar fundamental de la convivencia, la que a su vez se convierte en el motor que podría desplegar las competencias afectivas y cognitivas y por lo tanto hay que hacer urgentes transformaciones que permitan conquistarla, para lo cual es fundamental el testimonio de vida, tanto de padres (o de quienes hagan sus veces), como de docentes; bien decía Albert Einstein: “El ejemplo no es una de las tantas maneras de enseñar, sino la única”. Por tanto, padres y docentes han de tomar conciencia de la magna responsabilidad que tienen con sus hijos y estudiantes, no solo en términos de presente, sino en términos de futuro generacional.

Desde esta perspectiva urgen apuestas comprometidas y posibles que permitan reedificar al hombre desde el escenario escolar y familiar, para lo cual la recuperación y la reconquista de la confianza juegan un papel fundamental en la medida que sea la posibilidad de un encuentro humano, transformador y significador de los niños y jóvenes de la sociedad contemporánea.

Ahora bien, con el propósito de encontrar las rutas para configurar estas apuestas desde la indagación, se asumió la confianza en su significación básica, es decir, como la fe con el otro, la fe recíproca que surge a partir de la convicción de que lo que se hace es para el bien recíproco. En este sentido la confianza supone un alto sentido de alteridad, de entrega, apertura desde un acto profundamente sincero.

Para tal propósito el aula pensada como lugar de vida que favorece los aprendizajes, como lo expresa Zambrano este debe ser el lugar de la alegría y gozo en el que se remite a la pedagogía para facilitar la relación con el otro (Zambrano 2005). Se constituye precisamente en el espacio clave para desarrollar las condiciones de vida que posibilitaran las transformaciones en la condición humana de los estudiantes y desde ellos en la de sus contextos familiares.

En este sentido se está haciendo una interpretación de contexto que reconoce la situación crítica de la familia, la que siempre fue una aliada irremplazable de la educación y la formación, hoy requiere ser reeducada para reapropiar su lugar fundamental en la comprensión histórica de la sociedad y de manera estratégica serán nuestros estudiantes, los hijos de esas familias quienes tendrán la posibilidad y la oportunidad inaplazables para hacer estas recuperaciones del sentido de familia y lo podrán hacer en la medida en que la institución educativa los forme desde una condición humana y ciudadana en cuya base debe estar la credibilidad, la convicción y la confianza en la institucionalidad reconocida como aquella que busca el bien recíproco.

Así, para que haya transformación social, a partir de la experiencia de vida en el aula, se hace imperativo crear ambientes seguros y de confianza, donde nuestros niños y jóvenes puedan desplegar aquellas competencias necesarias para convivir y recrear su propio entorno y para lo cual sus propios aprendizajes serán la garantía para lograrlo. Por tanto, trabajar en la construcción de la confianza en el aula, debe ser la esencia principal de su naturaleza, la máxima preocupación histórica con la seguridad de que todo lo que espera vendrá por añadidura.

La confianza en el aula debe ser un proceso de ida y vuelta entre estudiantes y docentes, en el que se reconozcan las diferencias y se dé el más alto grado de empatía y de entrega recíproca y para ello es necesario superar la idea de un docente epidérmico, que si bien es exitoso académicamente, lo sería más si acontece el aula con la vida que se plenifica a partir de todo aquello que hace grande la existencia humana. En este sentido, el docente, educador como lo llama Freire debe ser un artista, puesto que él rehace el mundo, lo redibuja, lo repinta, lo reencanta, y por esto tiene que ser sensible, es decir, un esteta (Freire, 1994). Esta mirada sobre el docente se constituye en un referente fundamental para comprender la imagen de docente necesario para pensar el hecho educativo en clave de transformaciones vitales y ciudadanas.

De hecho, esto implica superar los anquilosados esquemas que desde siempre han movilizado la educación en el marco de una acumulación de saberes y que se expresa como la perpetuadora de una educación que no está tocando al hombre por lo que este ha perdido la confianza en ella. No son los resultados académicos lo que darán un parte de seguridad de una educación de calidad, sino el reflejo de una sociedad que se respeta, se aprecia y se promueve y para lo cual son vitales los conocimientos, es decir, no es solo la urgencia por el conocimiento, sino y por sobre todo, la urgencia por el hombre y la sociedad.

Implica igualmente repensar el papel del docente en estos tiempos de desencanto escolar y de incertidumbre social. Ciertamente el docente tiene un papel importante en el reencantamiento del aula, en la forma de habitarla, vivirla superando desde estas acciones el deseo de ausencia que ronda las expectativas de los niños y jóvenes en las instituciones educativas, situación que igualmente se pudo constatar en el desarrollo de la investigación, en el cual, frente a la pregunta de querer estar en colegio, un 76% expresa que no y un 24% expresa que sí desea estar en el colegio, como se verifica en la gráfica 5:

Es claro que los retos más significativos de la educación se centran en la necesidad de generar las condiciones de vida que involucren y comprometan a nuestros estudiantes en este proyecto social e histórico, condición fundamental para que los otros esfuerzos relacionados con procesos de aprendizaje tengan razón y sentido.

Es necesario reedificar desde el aula nuevos escenarios de confianza como pilar fundamental de la convivencia y el desarrollo humano integral, posibilitar nuevas formas de estar y de ser en el mundo escolar (Skliar y Téllez. 2008). Una urgencia que requiere la presencia del docente como sujeto humano formador y no como funcionario educativo. Estas nuevas formas de estar y ser en el mundo escolar son el camino para conquistar un escenario educativo como el lugar transformador de vida que apuesta por la vida y todo lo que la dignifica.

De este modo, un colegio y en especial el aula se constituye en un espacio privilegiado de socialización donde no solo se instruye, sino que fundamentalmente se forman los hombres y mujeres que recibirán de las generaciones salientes la antorcha de una sociedad que no se puede quedar a oscuras y para esto se necesitan docentes comprometidos con la causa social, docentes humanistas, sensibles, abiertos al otro. Pero de seguro no es solo un trabajo del docente en el aula es necesario que estamentos educativos en cuanto instancia de gobierno, aunque suene paradójico y repelente debe asumir en serio todo lo que implica la educación y pasar de un discurso operativo a un discurso de vida, si lo que se quiere honestamente es aportarle a la historia de hombres y mujeres buenos, quienes serán los reedificadores sociales de la familia y los gestores de una nueva civilización.

En la base de este proyecto social e histórico está la urgencia del reencantamiento educativo que implica la resignificación de la educación como un acontecimiento que imprime un sentido humano, que permite hacer de ella un lugar de vida y esperanza social, lo que implica acontecer la educación como un pensamiento que se percibe en el desarrollo de la acción transformadora (Freire. 2009). Es decir, en la vivencia del día a día en la relación vital con el otro. Esto es una postura que se separa de la neutralidad porque tanto el arte y el acto educativo lo imposibilitan (Freire, 2009), se separa de una profunda pasividad y de la desesperanza en la que ha caído la educación. El arte y el acto educativo redimensionado, reencantado es un acontecer emancipador de las muchas formas de negación del otro como sujeto histórico. En el pensamiento, en la filosofía de la educación de Freire es fundamental que el hombre tenga conciencia de su propia existencia, así podrá tener apropiación de su condición de persona y la capacidad de contextualizar su existencia en vínculo con los otros. Así, al asumir la “educación como práctica de la libertad” se estaría recuperando para la educación su sentido fundamental en el ideal de formar para una sociedad humana.

Esta es una apuesta importante desde la educación, pero también de otras instancias que deben tomar en serio el sentido de futuro de nuestros pueblos, bien plantea Freire (2009), Si es verdad que la ciudadanía no se construye apenas con la educación, también es verdad que sin esta no se construye la ciudadanía. Es un ideal que tiene un especial sentido desde el acto educativo. La construcción de una ciudadanía activa, viva, consiente, desde la configuración de un sujeto histórico se favorece con una marcada intencionalidad de la educación. Por tanto la educación no puede ser desaprovechada como acontecimiento que permite avanzar hacia estos ideales. Ella, la educación, requiere de un especial reencantamiento para que nuestros niños y jóvenes tengan el deseo y el compromiso de amarla y vivirla ardorosamente, es este querer estar con sentido, el primer paso para lograr la construcción de civilidad humana y social.

Reencantar la educación, no es inyectar de nuevos métodos, nuevos paradigmas, es, sobre todo, vivirla con un signo de humanidad que recupere el sentido humano del otro a partir de la experiencia del encuentro vital que se posibilita en el aula.

Este propósito urgente de reencantar la educación demanda, igualmente, el reencantamiento de un sujeto vital en condición de maestro, quien tiene en sus manos y en su espíritu la enorme responsabilidad de acontecer el mundo educativo con un signo de apropiación gozosa de su condición como tal.

Par este propósito, Freire (1994) en Carta a quien pretende enseñar propone unos rasgos que permiten comprender al maestro desde su postura política y humana haciendo de la educación tiene un encuentro, de vida y de sentido.

Freire resalta en primera instancia la responsabilidad ética y política del maestro. El maestro no se improvisa, debe ser un sujeto preparado para vivir su quehacer crítico, creador y recuperador. Su palabra, su existencia deben dar razón de aquello que enamora al otro, que lo cuestiona, que lo moviliza, que lo asombra, entonces el diálogo en el aula no solo es un acto de comunicación de saberes, sino un acto de resignificación, de búsqueda, de crítica desde donde es posible recuperar la condición histórica de los estudiantes.

Otro aspecto clave en la lectura de Freire es resaltar el hecho educativo como un signo de libertad que supone superar las ataduras que le impiden ser transformadora.

Otro aspecto es comprender que la educación no es un escampadero. Llegar a ella es un enorme privilegio que debe ser vivido cada día con el gozo del primer día.

Educar, es también, desde esta mirada de Freire, el potenciamiento de las cualidades fundamentales que hacen del maestro un sujeto transformador.

También, en Carta a quien pretende enseñar, se resalta la coherencia entre la palabra del maestro y sus actuaciones. El maestro debe ser signo legible de aquello que expresa con su voz. De esto depende el impacto de su sentido de estar en el aula.

Igualmente resalta Freire, la capacidad dialógica con el otro, el maestro no le habla al otro, habla con el otro, es decir, establece una relación vinculante, no epidérmica, lo que supone escuchar, conocer y comprender al otro lo que constituye la esencia de la educación.

“La única forma de educar es amando” (Palabras de una de las últimas entrevistas a Freire). Aunque esto suene romántico, ciertamente en el amor encontramos un especial aliado si comprendemos que la educación es un encuentro de vida:

Un acto de amor entre maestro y estudiante, como un reluciente espejo, es una experiencia ética, yo existo para mejorar la vida del otro, yo aprendo de él, el aprende de mí. Ser maestro es una pasión que nunca se acaba, es mi rejuvenecimiento (Larrosa & Skliar, 2009: 25).

discusión de resultados

Estos datos indican que, ante el interrogante ¿Cuáles son las condiciones de expresión humana del maestro para construir un aula de confianza, convivencia y aprendizaje?, como punto de partida, que pone en evidencia lo fundamental de la labor del maestro como transformador el mundo escolar en el micromundo del aula, evidenciar que:

En los grados con docentes únicos

a) Contexto escolar

La confianza en estos grados está vinculada a la amistad entre los niños, sin embrago hay rasgos de desconfianza y de inconformidad en las relaciones, asociadas a comportamientos de maltrato y agresiones físicas, o a tratos inadecuados como burlas, apodos, que se hicieron visibles en el análisis de resultados.

Es importante resaltar, que en porcentajes menores, hay expresiones de respeto, las cuales pueden ser fermento para la construcción de nuevas formas de interacción.

En esta mirada sobre el contexto escolar resulta bastante inquietante el que los docentes no tienen un protagonismo en la construcción de la confianza, ubicando al maestro en porcentajes mínimos con relación al circulo de confianza de los niños y en algunos datos está ausente.

En la exploración realizada surge como necesidad de los niños por mejorar la infraestructura del colegio para pasarla bien y en porcentajes menores, el deseo de un colegio como lugar de la amistad, el respeto y el buen trato.

b) Contexto familiar

Llama la atención que en el ámbito familiar la confianza no esté puesta en primera instancia en los padres, la confianza esta puesta en los amigos, es decir, es una experiencia que encuentra mayor sentido en la calle. No obstante, es importante resaltar que la poca confianza que se ubica en el contexto familiar esta puesta en la mamá, lo que puede ser un elemento estratégico para recuperar la confianza familiar.

Los resultados evidencian rasgos de maltrato, regaños, falta de valoración y violencia familiar, aspectos que pueden influir significativamente en las formas de relacionarse en la escuela.

Pese a este panorama sombrío, es importante resaltar que, aunque sea en porcentaje menores, en el ámbito familiar hay gestos de buen trato, amor, diálogo, respeto

c) Trato esperado

Es interesante cómo los niños reclaman un buen trato, una relación respetuosa, sin insultos, con amor, y algo que llama mucho la atención la necesidad de ser reconocidos, valorados como personas.

d) Persona en la que más se confía

En este ejercicio surge nuevamente que la confianza esta puesta en la calle, en los amigos,seguidos de la mamá y el papá o en otros miembros de la familia. En el marco de esta lectura, es importante resaltar que entre las personas de mayor confianza de los niños no están los docentes, dato que llama la atención, en particular, en los grados con docentes únicos de quienes se esperaría un mayor tejido de confianza, toda vez que están presentes durante todo un año electivo.

En los grados con docentes por áreas

a) Contexto escolar

Los resultados en los grados con docentes por área no distan de los obtenidos en los grados con docentes únicos. En ambos se dan las mismas tendencias.

Los resultados expresan una significativa ausencia de la confianza, siendo muy llamativo el hecho que los estudiantes, en un gran porcentaje, afirmaron de entrada no confiar en sus docentes. Sin embargo, hay que resaltar, que en porcentajes mínimos hay un reducto aprovechable para recuperar las relaciones basadas en el respeto y el aprecio.

También, en este grupo de trabajo surge la necesidad de mejores instalaciones escolares y reclaman mayor compromiso de sus docentes, esperan de ellos más amabilidad y afectividad, que sus clases sean bien explicadas y dinámicas.

Igualmente surge, en porcentajes mínimos, la necesidad de que sus colegios sea un lugar para la amistad y que se viva con mucho respeto, amor y mucha cultura.

b) Contexto familiar

En el contexto familiar se expresa un trato respetuoso, cariñoso, cuidadoso y con diálogo, dándose en porcentajes menores actos de maltrato.

c) Trato esperado

Los niños esperan ser tratados con respeto, con cariño, con tolerancia, sin insultos, sin discriminación y también en esta población surge la necesidad de ser reconocidos, valorados y tenidos en cuenta, tanto en la escuela como en la familia.

d) Persona en la que más se confía

Los niveles de confianza, de mayor a menor están puestos en los hermanos, amigos, mamá, papá, abuelos, tíos y primos. Se resalta igualmente la ausencia del docente.

Conclusiones

En términos generales es necesario resaltar que en los niños en grados con docentes únicos y por área hay ausencia de padres y maestros en su círculo de confianza. Que la confianza está puesta en amigos del colegio y amigos del barrio, es decir, está fuera de los patrones formativos y expuestos otros enfoques de vida que pueden influir negativamente impidiendo que el trato afectuoso que pueda recibir de sus padres y maestros sea leído como acontecimiento que permita construir confianza.

Igualmente se evidencia que hay tratos favorables y respetuosos tanto en el aula como en los hogares de los niños, lo cual sería estratégicamente fundamentales para fomentar el respeto, el reconocimiento y la valoración del otro. Para esto sería propicio fortalecer la necesidad de ver en el colegio un lugar para la amistad y que se viva con mucho respeto, amor y mucha cultura, Surge, igualmente, que los niños esperan ser tratados con respeto, con cariño, con tolerancia, sin insultos, sin discriminación y también en esta población surge la necesidad de ser reconocidos, valorados y tenidos en cuenta, tanto en la escuela como en la familia.

Conclusiones

En torno a esta conclusiones que referencia un escenario escolar y familiar con aspectos inadecuados con relación a la confianza y trato interpersonal, se constituye en un reto fundamental generar acciones que permitan potenciar, tanto en el aula como en la familia, aquellas expresiones de valoración y respeto que son el eje central de la experiencia de la confianza y la conquista de un trato humano y respetuosos. Para este propósito resulta esencial dinamizar los rasgos positivos que surgen de la indagación que nos conectan con expresiones favorables de confianza y buen trato. Es clave apropiar estas experiencias para potenciarlas y a partir de ella avanzar en la transformación de los aspectos que afectan la convivencia escolar y familiar.

Para esto será un aporte necesario generar acciones formativas dirigidas a docentes, niños y padres de familia para avanzar en la construcción de una auténtica cultura solidaria en el ámbito de la comunidad educativa.

A continuación se presentan algunas estrategias, a manera de ejemplo, como resultado de esta investigación, buscando hacer visibles los gestos de respeto, reconocimiento y afecto, como dinámicas que permiten construir escenarios de confianza. La dinámica de aplicación de estas estrategias involucra a estudiantes, docentes, padres de familia y ambiente escolar. Así, las estrategias se direccionan de la siguiente manera:

a) Estrategias de aula para la construcción de confianza: en donde se propone desarrollar actividades que favorezcan la convivencia, potenciando dinámicas en torno al respeto, el afecto y el reconocimiento.

b) Estrategias para generar ambiente amables en los espacios comunes: en la que se proponen actividades que impacten el colectivo, aprovechando los momentos de descanso, de actividades institucionales, entre otras.

c) Estrategias para potenciar el sentido educativo de la familia: Estas estrategias se orientan, particularmente, a fortalecer los vínculos con las madres, toda vez que en la investigación surgen como las principales acompañantes de sus hijos en el desarrollo de las actividades escolares.


Referencias bibliográficas

Torres, R. (1994). Entrevistita realizada a Paulo Freire. Recuperada en http://www.youtube.com/watch?v=zwri7pO8UHU        [ Links ]

Freire, P. (1994). Cartas a quien pretende enseñar. Buenos Aires: Siglo XXI.         [ Links ]

Freire, P. (2009). La educación como práctica de la libertad. España: Siglo XXI.         [ Links ]

Larrosa, J y Skiliar, C. (2009). Experiencia y alteridad en educación. Argentina: FLACSO.         [ Links ]

Skliar, C; Téllez, M. (2008). Conmover la educación. Ensayos para una pedagogía de la diferencia. Argentina:Noveduc.         [ Links ]

Universidad La Gran Colombia. (2015). Acciones posibles para la conciliación y la convivencia escolar. Un aporte a la paz de Colombia. Documento de trabajo.         [ Links ]

Zambrano, A, (2005) La mirada del sujeto educable, la pedagogía y la cuestión del otro. Santiago de Cali: Gráficas del Valle.         [ Links ]