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Diversitas: Perspectivas en Psicología

Print version ISSN 1794-9998

Divers.: Perspect. Psicol. vol.8 no.1 Bogotá Jan./June 2012

 


El bienestar de los jóvenes en las representaciones sociales de
las personas mayores
*

The Well-being of the Youth in the Social
Representation of the Elderly

Vanessa Sánchez Mendoza**

Universidad Católica de Colombia, Bogotá

* Artículo de investigación. Grupo de investigación: Psicología social y política, Semillero de investigación POLITEIA.

Recibido: marzo 29 de 2011 Revisado: mayo 20 de 2011 Aceptado: noviembre 23 de 2011



Resumen

Esta investigación tuvo como objetivo identificar las representaciones sociales que las personas mayores tienen sobre el bienestar de los jóvenes, para ello se contó con la participación de dos poblaciones, una compuesta por 50 personas mayores (25 hombres y 25 mujeres) con edades comprendidas entre 60 y 70 años, y otra compuesta por 50 jóvenes (25 hombres y 25 mujeres) entre los 15 y 25 años de edad. Los datos se analizaron a partir de las categorías emergentes tras la aplicación de una entrevista semiestructurada con preguntas abiertas. Los resultados obtenidos muestran que las personas mayores asocian el bienestar de los jóvenes con las siguientes categorías: un trabajo estable y bien remunerado, una relación de pareja, acceso a la salud y la educación.

Palabras clave: psicología social aplicada, bienestar y calidad de vida, persona adulta, jóvenes y representaciones sociales.



Abstract

This research aimed to identify the social representations the elderly have on the well-being of the younger people. In order to that, 50 elderly (25 men, 25 women) with a range of age between 60 and 70 years were interviewed and 50 young people (25 men, 25 women) in a range between 15 and 25 years as well. The data were analyzed from the emergent categories after a semiestructured interview with open questions. The results show that the elderly's representations of well-being in the youth are related to: a stable and well paid job, a relationship, access to health and access to education.

Keywords: applied social psychology, welfare and quality of life, elderly young people, social representations.



La juventud no es un escenario de crecimiento y desarrollo fácil de definir, existen diversas miradas al respecto y formas diferentes de aproximarse a este, que van desde lo biológico hasta lo societal. Los investigadores del tema han asumido diversas perspectivas y explicaciones para su abordaje, de acuerdo con el momento histórico en el que se vive (Sánchez, 2008). Una mirada particular hacia los jóvenes en las representaciones sociales de los mayores surge alrededor de las prácticas diarias, donde la visión de joven está ligada a características específicas, propias de un ciudadano capaz de ejercer sus derechos y deberes (Alpizar & Bernal, 2003).

El concepto de juventud es un concepto en continua elaboración y que, como tal, surge desde la perspectiva productiva, centrada en la formación de adultos capaces de solventar necesidades económicas; sin embargo, en América Latina nace mucho después y está ligado al hecho de ser estudiante; es entendida como una etapa intermedia previa a la asunción de roles adultos, se ha destinado para el ejercicio de la profesionalización y perfeccionamiento de los jóvenes y se asocia con un producto determinado por el lugar que ocupa dentro de la estructura jerárquica de una formación social y por el tipo de relaciones que establece con las demás instancias de esta formación (Aparicio & Tornos, 2006).

Sánchez (2008) menciona que algunos de los factores que han sido utilizados como descriptores de la juventud son: edad, generación, educación, consignación, mercado de trabajo, procesos de construcción de identidad, mercado de consumo, y exclusión; además, se ha hipotetizado que los comportamientos definidos o que se reconozcan como de juventud, son producidos por la sinapsis que se establece entre los medios de comunicación de masas y ciertos sectores de la población juvenil. Sinapsis que se traduce en comportamiento juvenil y que deviene en comportamiento social.

Ser joven desde este enfoque, en el que culturas juveniles permiten la aproximación al conocimiento de sus afectos, virtudes y necesidades, como identidad particular y que incide sobre las concepciones de la sociedad en general, remite al reconocimiento de dos planos para su análisis. El primero, se refiere a las condiciones sociales definidas como el conjunto de derechos y obligaciones que moldean la identidad del joven en el seno de la estructura juvenil determinada; el segundo, es el plano de las imágenes culturales, entendido como el conjunto de los atributos ideológicos y simbólicos apropiados por los jóvenes. Así, la multiplicidad de sentidos sobre el mundo juvenil es tanto producida por la cultura como apropiada por las juventudes, con lo que se produce una representación compartida como miembro de cierta cultura juvenil (Feixa, 2006).

De manera que, desde lo cultural, se indaga por el joven en las diferentes concepciones que, a partir de lo cotidiano, permiten acceder al modo en que se sitúa frente a las concepciones de vida o muerte, cuerpo y estética; así como a los conflictos generacionales de donde su bienestar y calidad de vida supondrán aquello que lo hace sentir bien y el imaginario que el otro construye del sujeto joven (Secretaría Distrital de Salud, 2008).

En contraste con la juventud se encuentra la persona mayor, cuya connotación se asocia a una etapa de la vida que está marcada por los cambios biológicos, físicos, psicológicos, sociales y culturales que imprimen sus condiciones de vida. Así, la expresión persona mayor incluye a hombres y mujeres que comparten entre sí la etapa del envejecimiento y que también son llamados abuelos, ancianos, tercera edad, viejos. Según Garzón, Ospina, Restrepo & Albornoz (2006) la academia y las experiencias de asociaciones que trabajan con esta población buscan eliminar algunas expresiones que incluyan evaluaciones peyorativas para, en su lugar, hacer mención a la persona mayor, haciendo referencia a esta población y al mismo tiempo teniendo en cuenta la edad cronológica; el grado de deterioro ya sea intelectual, sensorial, motor o de disminución de los sentidos o aparición de enfermedades; cambios cognitivos-afectivos de la personalidad y finalmente el aspecto social a la hora de evaluar a la persona.

Una visión particular de las personas mayores es la manera como designan a los diferentes procesos sociales y a los individuos que participan en ellos, de manera que sus representaciones sociales están marcadas por criterios de acuerdo con los medios en que se desenvuelvan, así mismo es la manera como perciben a los jóvenes actuales y lo que para ellos significa tener bienestar (Cardona & Agudelo, 2007). Estas representaciones de las personas mayores se anidan en torno a cómo ellos experimentaron ciertos ciclos de su vida y, al mismo tiempo, la comparación respecto a cómo es vivida en la actualidad por algunos grupos y en particular por los jóvenes.


Metodología

Tipo de estudio

El tipo de diseño de investigación que se va a utilizar en esta investigación es no experimental, de tipo descriptivo, puesto que pretende determinar las representaciones sociales de las personas mayores frente al bienestar de los jóvenes. También se puede decir que es un estudio metodológicamente cualitativo, puesto que incluye el trabajo de análisis de entrevistas y de categorías emergentes.


Supuesto de análisis

Las representaciones sociales de las personas mayores asocian el bienestar de los jóvenes con tener trabajo, un grupo de amigos y estabilidad emocional.


Categorías de análisis

Con el fin de organizar la información recogida, se utilizarán los siguientes tópicos para integrar las respuestas de una manera coherente y significativa para los propósitos de la presente investigación:

Bienestar de los jóvenes: referido a la satisfacción de necesidades que van desde lo básico como alimento o cariño, hasta las metas o logros, como posición social, económica, profesional, entre otras. Todo lo que encierra bienestar es fácilmente transformable mediante la experiencia y la influencia cultural.

Jóvenes y ocupación laboral: el Informe Mundial Sobre la Juventud de las Naciones Unidas (2007) menciona la transición de los jóvenes a la edad adulta, estudia los desafíos a los que se enfrentan los 1.200 millones de jóvenes de 15 a 24 años que hay en el mundo, lo que supone el 18 por ciento de la población mundial. Respecto a los jóvenes de Latinoamérica, las conclusiones del documento ponen en evidencia que los sustanciales avances logrados en la última década en materia educativa en la región no se han traducido en una mejora de las oportunidades laborales para sus jóvenes (Duarte, 2000).

Jóvenes y educación: la educación como mecanismo que ayuda a impulsar la calidad de vida y los niveles de bienestar de los jóvenes se ve abocada cuando, a la educación, se suman una serie de connotaciones que impiden que esta, como un derecho ineludible, sufra transformaciones y se convierta en una barrera que muy pocos pueden superar (Hopenhayn, 2008). Para los jóvenes la educación representa la posibilidad de acceder a mejores condiciones laborales y de vida. Sin embargo, hablar de educación como derecho fundamental significa las posibilidades que estos tienen para acceder a la profesionalización de una carrera en particular, que los oriente y los aliente a la ubicación laboral y a una buena remuneración.

Jóvenes y salud: el concepto de salud está relacionado con la oportunidad de acceso a los servicios de salud ofertados, pero también con vitalidad, ausencia de enfermedad que genera bienestar y, por lo tanto, los ubica en una etapa de la vida en la que se cuenta con todas las capacidades físicas e intelectuales para desarrollar cualquier tipo de actividad.

Jóvenes y relación con sus pares: la categoría de jóvenes se remonta a una serie de significados construidos históricamente, que le han aportado un lugar de importancia de acuerdo con el contexto cultural vivido en el momento. En algunas culturas esta se asocia con el periodo de adquisición de madurez, autonomía e independencia y se celebra mediante ritos de paso construidos y valorados socialmente (Perea, 2000). De manera que, en los procesos de relación con los pares, abarca el proceso de construcción de la identidad que necesariamente es diferente para cada persona. En este proceso de construcción, los jóvenes toman en consideración el valor de la apariencia física como instrumento fortalecedor de las relaciones sociales, y solo la aceptación y el reconocimiento de la misma permite a los jóvenes asentar dichas relaciones con sus pares (Hernández & Saldaña, 2004).

Jóvenes y estabilidad emocional: los jóvenes en su proceso de formación, evolución y constante cambio, atraviesan por situaciones a donde se construyen diversas formas de respuesta o expresión del afecto. Así, se encuentra que cada joven tiene su propia forma de relación; en la cual se incluye la manera como se resuelve en las situaciones difíciles, como expresa el afecto, como enfrenta los cambios vitales de su vida, en fin, construye formas propias de responder a su relación con el medio que lo rodea.

Representaciones sociales: entendidas como el sistema de valores y prácticas que proporcionan a los individuos los medios para orientarse en el contexto social y material, para dominarlo (Moscovici, 1961, p. 18; citado por Garrido & Alvaro, 2007).

Construcción de imaginarios: los imaginarios sociales, como construcción de la sociedad, permiten a los individuos asignar significados a la cotidianidad en la que generalmente se desenvuelven y se transmiten a través de la comunicación. Los imaginarios van desde la subjetividad y particularidad de quien los construye hasta las formas de objetivación en donde, una sociedad o comunidad, llegan a manejar los mismos significados para nombrar su realidad. De ahí que los imaginarios acerca de la percepción de los jóvenes es una mirada particular que supone una forma única de estos con relación a su mundo.

Sistema de creencias: el ser humano como tal se moviliza en un mundo de creencias que asimila y le da un valor sin el cual se sentiría fuera de cualquier realidad; dichas creencias parten, desde luego, de construcciones dadas por la cultura, la religión, las ideologías, y la sociedad en su conjunto. Estas transmitidas generacionalmente dan un sentido subjetivo y propio en el modo de actuar y de pensar, bien sean hombres o mujeres.

Según Perronne & Nannine (1998) de lo anterior se derivan las creencias, solo que este es más que un modelo del mundo, ya que supone haber integrado en su mapa un orden del mundo establecido por las generaciones precedentes, el que, por otra parte, resulta compatible con la propia clave personal de descodificación: "Es decir, que cuando el conjunto de experiencias vividas por sí mismo y por los otros a lo largo de muchas generaciones se articula de manera coherente y funcional, constituye un sistema de creencias al que la persona se atiende y se vale para actuar" (p. 45).


Universo, población, muestra

Esta investigación se realizó con dos poblaciones; la primera, personas mayores con edades comprendidas entre 60 y 70 años, y la segunda población son jóvenes cuya edad oscila entre los 15 y 25 años de edad (de acuerdo con el criterio de Naciones Unidas para definir joven). Para realizar la recolección de datos la muestra estará compuesta por 50 personas mayores (25 hombres y 25 mujeres) y 50 jóvenes (25 hombres y 25 mujeres).


Instrumento

La investigación recolectó la información por medio de entrevista semiestructurada, con tipo de pregunta abierta; e indagaró por las representaciones sociales que sobre bienestar tienen las dos poblaciones. La guía para realizar la entrevista consta de dos directrices que orientan las preguntas específicas de acuerdo con las respuestas dadas por los entrevistados.

Las preguntas directrices de la entrevista se centran en recoger información sobre bienestar de los jóvenes y representaciones sociales de las personas mayores, mediante una conversación libre del entrevistado, acompañada de la escucha de la investigadora. Con el fin de recoger información subjetiva que pudiera identificar cómo es percibido el bienestar de los jóvenes, desde la concepción de las personas mayores; así, se elaboraron los siguientes interrogantes: ¿cómo debe ser un trabajo para contribuir con el bienestar de los jóvenes?, ¿cómo debe ser la educación para contribuir con el bienestar de los jóvenes?, ¿cómo debe ser la salud para contribuir con el bienestar de los jóvenes?, ¿cómo deben ser las relaciones sociales para contribuir con el bienestar de los jóvenes? y ¿cómo deben ser las relaciones de pareja para contribuir con el bienestar de los jóvenes?.


Procedimiento

Elaboración del marco teórico y el establecimiento del problema de investigación: se consultaron libros de texto y artículos de revistas que tuvieran relación con la temática de interés y, a partir de estos, se planteó la pregunta de investigación.

Entrevistas: tras una invitación formal a las personas mayores participantes de las actividades realizadas en el salón comunal de una localidad de Bogotá, se procedió a grabar las respuestas que estos aportaron a los interrogantes antes mencionados.

Trascripción de datos aportados en las entrevistas: fueron transcritas cada una de las entrevistas realizadas a las personas quienes, de manera voluntaria, colaboraron con este proceso; primero, firmando un consentimiento informado y luego, aportando sus respuestas a cada una de las cinco preguntas de la entrevista.

Codificación de las entrevistas: se realizaron códigos, los cuales permitieron identificar y conocer el género, grupo al que pertenece y edad de cada uno de los entrevistados que, a su vez, serán llamados informantes: (H = Hombre), (M= Mujer), (J= Joven) (PM= Persona Mayor).

Análisis por categorías: los datos aportados fueron organizados por categorías y subcategorías para su posterior análisis de contenido.


Resultados

Los reportes de los informantes permitieron identificar las categorías emergentes y las subcategorías de análisis propias de la temática trabajada.

Tabla 1

De la anterior tabla es posible establecer que, en lo que respecta a la categoría trabajo y a la categoría marco legal, este es entendido como lo que dignifica y da sentido a muchos aspectos de la vida, pues, en primer lugar, satisface sus necesidades básicas y, en segundo lugar, se ocupa de darle un estatus en la sociedad en la que vive. De ahí que, en la narrativa de los entrevistados indistintamente de ser hombres o mujeres, jóvenes o personas mayores, lo que esperan desde sus percepciones es un sistema de prestaciones sociales y remuneración económica justa al trabajo realizado, y lo expresan de las siguientes formas:

... contrato fijo ya sea indefinido ya como lo quiera establecer en la empresa compañía o el contratante que pueda estar con todos sus pagos legales, EPS pensión y creo que esa es una forma de motivar mucho al empleado joven que tenga también subsidio de transportes algunas bonificaciones ... (MJ25); ... con todos los requisitos de las prestaciones sociales deben ser íntegras en su punto de vista de la ley respetar la norma ...(H.PM65); ... que les paguen lo justo ... (M. PM61); ... un trabajo donde ganen buena plata pues lo justo de su trabajo ... (MJ21).

En la subcategoría de horario establecido sí se encuentran diferencias dentro de las dos poblaciones, siendo la población de persona mayor la que más hace énfasis en que el horario es importante en los jóvenes, que debe ser como la norma lo dice y, además, para la población de personas mayores es más relevante el establecimiento de horarios de trabajo como lo expresa en su narrativa: "... el horario que sea de acuerdo a las ocho horas que exige la ley ..." (H. PM64), "... que le brinde las posibilidades de estudiar, se les dé tiempo ..." (M.PM66). De esta forma, se contribuye a dejar espacios que generan en los jóvenes otras actividades que ayudan a su crecimiento personal y profesional.

En la categoría sistema de reconocimientos se encuentra primero el trato respetuoso, factor importante para las dos poblaciones, expresando que el trato respetuoso debe ser fundamental en el área laboral y que ese buen trato debe ser en doble vía, permitiendo, de esta manera, una mayor satisfacción con sus actividades y una mejor comunicación, afirmando así las buenas relaciones y bienestar de todos los que allí se encuentran, pero en esta subcategoría la (MJ) es quien marca una gran diferencia, resaltando la importancia de esta categoría como eje fundamental para su reconocimiento y bienestar físico y psicológico, por encima de los demás informantes.

En la subcategoría que facilite o promueva el estudio, los informantes tanto en los jóvenes como en las personas mayores, lo consideraron esencial para el desarrollo y que proporciona herramientas eficaces para el desempeño en otras áreas de la vida, brindando así mayor bienestar a los jóvenes. En esta categoría, las mujeres mayores y las mujeres jóvenes fueron las que más resaltaron e hicieron énfasis con sus respuestas.

En la subcategoría hacer lo que le guste, los jóvenes expresan con su narrativa una mayor vehemencia frente a este factor, sobre todo los (HJ); por el contrario, las personas mayores, aunque lo consideran importante para contribuir al bienestar en los jóvenes, este factor no se acentúa en la narrativa de los mismos.

En la subcategoría que promueva valores se hace evidente la diferencia tanto de edades como de género, ya que son las mujeres mayores quienes realzan esta subcategoría, creyendo que estos valores son importantes para contribuir con el bienestar de los jóvenes y que ayudarán a generar una mejor calidad de vida; los hombres jóvenes, hombres mayores y las mujeres jóvenes, dentro de su narrativa, no contemplaron esta subcategoría como generadora de bienestar dentro del ámbito laboral. Así, se espera que un trabajo permita acceder a condiciones legales de salud, pensión, buena remuneración, horarios acordes a las necesidades de los jóvenes, un trato respetuoso que brinde posibilidades de desarrollar valores y que hagan lo que les guste dentro de su quehacer en el trabajo.

De manera que, como explica en un estudio la Universidad Nacional de Colombia, Proyectar imaginarios (2006) "los imaginarios sociales están siendo: esquemas socialmente construidos, que nos permiten percibir, explicar e intervenir, en lo que en cada sistema social diferenciado, se tenga por realidad" (p. 31). En la construcción social, para esta categoría, se encuentra que ha sido establecida socialmente y desde las nacientes políticas emanadas por la Organización Internacional del Trabajo OIT, las representaciones sociales están arraigadas y construidas para estas personas desde la realidad social y política en la que se hallan inmersos. Cobra significado que, el bienestar de los jóvenes, implica construcciones de una realidad asociada a significantes particulares sobre las atribuciones propias del trabajo en donde este se ve transformado de acuerdo con los cambios técnicos y tecnológicos de la sociedad.

Frente a la pregunta, ¿cómo debe ser la educación para contribuir con el bienestar de los jóvenes?, se encontraron siete categorías en las cuales se puede comprobar la importancia que estas tienen frente al tema de investigación. Se considera la educación como fundamental para el bienestar de los jóvenes y se asocia con las subcategorías: formas de transmisión de conocimiento, accesibilidad, que prepare para el futuro, flexible académicamente, integral y que inicialmente surja desde su hogar en afecto, valores, ética y conocimiento que los prepare para la vida.

La educación, según las repuestas dadas por los entrevistados, empieza por casa, se evidencia notoriamente que la población de personas mayores, tanto hombres como mujeres, hacen gran vehemencia en este factor, encontrando dentro de su narrativa características fundamentales como por ejemplo: la educación es compartida, surge desde la familia, los maestros en el hogar son papá y mamá, entre otras; esto muestra, desde su narrativa, la percepción del futuro de los jóvenes y su bienestar, involucrando aquí el pasado, presente y el futuro, dejando ver, a su vez, la importancia y preocupación por generar una educación con bases sólidas desde el hogar.

Que la educación sea accesible a los jóvenes, según su condición económica y sus intereses, se realza e intensifica en la narrativa de las dos poblaciones, lo cual permite reflexionar en torno a la importancia que tiene la educación en el país, la sociedad y el individuo; siendo en esta investigación las personas mayores un grupo representativo que percibe la accesibilidad a la educación como un factor fundamental para construir y contribuir con el bienestar de los jóvenes y la sociedad, el grupo de jóvenes reafirma con sus respuestas el significado que tiene la accesibilidad a la educación para ellos, como garantía de su bienestar y mejoramiento en la calidad de vida.

En la subcategoría que prepare para el futuro se encontró que las personas mayores creen que es importante afianzar conocimientos que les ayuden a afrontar y proyectar el futuro, la vida; en esta categoría, las mujeres mayores reafirman y resaltan más, por medio de las narrativas, que los hombres mayores; los jóvenes realzan aún más esta categoría, siendo en su narrativa más específicos en la intención de preparase mejor para la vida y para afrontar todo lo que viene y que, aun así sabiendo que el futuro los espera, no están siendo capacitados en prácticas vivenciales que les genere más interés en seguir estudiando, además de explicitar que deberían existir sistemas diferentes de enseñanza.

El ser integral es importante para las dos poblaciones desde el mismo nivel sin hacer diferencia en las edades presentadas, pero, sí se presenta gran diferencia en la población de jóvenes, ya que las mujeres realzan esta categoría, viendo la importancia en que la educación vaya más allá de ser solo personas que aprenden un oficio, sino que les forme como personas; la percepción de las personas mayores frente a esta categoría es que se ha ido perdiendo el respeto y la moral; sin embargo, comparten la visión de los jóvenes sobre la formación integral.

De esta manera, el discurso construido alrededor de la educación para estas personas presupone maneras en las que los conocimientos y lo aprendido dentro de los procesos de formación contribuyen considerablemente a la calidad de vida y a la forma como los jóvenes hacen parte de una sociedad alienante para quien no cumpla con ciertos aspectos que, desde la formación académica, se logren construir. Así, desde las percepciones de los mayores, en este estudio se ratifica lo que socialmente se ha construido alrededor de la educación como aquella que integra formas de objetivar el mundo y la realidad de los jóvenes.

En cuanto a la salud, entendida como aquello que alude al bienestar físico y emocional de todas las personas, se encuentran cuatro categorías emergentes de las narrativas de los informantes, tanto persona mayor como jóvenes. Que sea subsidiada por el Gobierno es algo que se considera relevante para las dos poblaciones ya que, en su narrativa, expresan la importancia de la salud como factor indispensable, como derecho fundamental que debe ser garantizada y subsidiada por el gobierno a todas las personas sin importar su clase social, raza, credo y demás características. En esta categoría, las mujeres jóvenes son quienes dan mayor relevancia, mostrando la importancia de la salud subsidiada por el gobierno para contribuir con el bienestar, inicialmente de los jóvenes y posteriormente con el bienestar de toda la sociedad, afirman: "La salud también es una necesidad básica que el gobierno debería no solo garantizar sino cumplir, por que como mínimo es lo que el ser humano necesita, la salud es muy importante para el buen desarrollo de un persona como tal ..." (MJ). Así, las mujeres mayores y los hombres mayores reafirman la narrativa desde su percepción, resaltando los costos elevados para la salud y la precaria situación económica del país; por su parte, los hombres jóvenes recalcan la importancia de esta categoría.

Informar a los jóvenes sobre hábitos saludables es un aspecto mencionado por las dos poblaciones, sin diferencias de género o edad, y se encuentra en sus narrativas similitudes en cuanto a la importancia de la información a tiempo sobre hábitos que sean saludables para contribuir con el bienestar, además que se capaciten y se concienticen de la importancia de cuidar su salud, ya que las personas mayores perciben que los jóvenes no ven las consecuencias de sus actos y que las enfermedades se ven en la adultez.

La atención eficaz, según las narrativas de las dos poblaciones, hace referencia a que la salud debe tener una atención activa, eficiente, segura, que realmente contribuya al bienestar de los jóvenes, que sea una atención en la cual el usuario quede satisfecho, que sea competente y útil para mejorar la calidad de vida. La población de personas mayores hace referencia, no con mucha vehemencia, a esta categoría pero desde la experiencia personal aluden que es una de las características de la salud que debería mejorar notoriamente para contribuir con el bienestar; para los jóvenes esta categoría hace parte fundamental para tener mayor calidad de vida.

Se espera, según la narrativa de estas personas, que en Colombia se le garantice a los jóvenes una salud tejida desde los principios de la promoción y prevención de la misma, hasta la construcción de hábitos saludables que sean tangibles en la práctica y acciones que, desde las políticas de Salud Pública, permitan a los jóvenes concebir y construir percepciones más satisfactorias respecto a las concepciones que estos tienen acerca de su salud.

Las narrativas de las dos poblaciones en la pregunta: ¿cómo deben ser las relaciones sociales para contribuir con el bienestar de los jóvenes?, permitió extraer seis categorías fundamentales para esta investigación, se encontró en la primera categoría que permitir el desarrollo de la identidad es un factor importante.

El proceso de construcción de identidad supone un doble movimiento de aceptación personal por parte del joven de: sus capacidades, limitaciones y potencialidades, segundo, asumir adecuadamente las expectativas de rol que los individuos y el resto de los agentes sociales depositan en él. Así, para las dos poblaciones esta categoría tiene fuerza en las narrativas, siendo más insinuante en la población de jóvenes, quienes afirman la importancia en las relaciones sociales: el poder compartir, estar en contacto con el otro, buscar seguridad de sí mismo frente a otros. Las personas mayores informantes en esta investigación ven la importancia del desarrollo de la identidad en las relaciones sociales, su percepción es que los jóvenes tienen que aprender a socializarse para que otras personas puedan contribuir con el bienestar que buscan, no solo ellos si no toda la sociedad.

Que las interacciones de los jóvenes sean incluyentes, es asumida por las personas mayores desde la corresponsabilidad social, la familia, el colegio y demás entidades o personas encargadas de ser socializadores y responsables de las relaciones sociales de los jóvenes; ya que, por medio del ejemplo en casa, la orientación para la elección del grupo social, así como la importancia de las relaciones sociales como medio generador de nuevo conocimiento, experiencias y expectativas, se hace hincapié en la necesidad de establecer relaciones sociales efectivas.

En lo que corresponde a las relaciones orientadas a desarrollar valores sociales o comunitarios, se acentúa, por parte de la población de personas mayores, que se han ido perdiendo los valores, los jóvenes no sirven a la comunidad, ni a la sociedad y ellos quisieran ver a los jóvenes desarrollándose activamente dentro de áreas que incentiven la participación cívica, cultural, el deporte, que ayuden a la sociedad y al país a salir adelante, así como lo afirma este informante "... los jóvenes deben escoger sus amistades, deben participar en grupos sociales y cívicos, participar en la política, ser ediles para el bien de la ciudadanía, de sus barrios, de su patria ..." (H.PM).

Así, las relaciones sociales en las percepciones de las personas mayores indican la construcción de lazos fuertes tejidos desde la familia y reflejados más adelante en sus interacciones y relaciones personales. Para las personas mayores de este estudio, las relaciones de los jóvenes deben ser supervisadas, deben ayudar a formar y, por ende, deben contribuir a la formación de los mismos. En cuanto a los jóvenes, estos conciben las relaciones sociales como la oportunidad de liberarse y sentirse parte no excluyente de un grupo, de manera que cualquier relación está enmarcada dentro de la oportunidad de liberar tensiones, pertenecer a un grupo con características particulares, pensar y hablar sin temor al rechazo.

Como expresa Perea (2000), el proceso de construcción de identidad supone un doble movimiento de aceptación personal por parte del joven, de un lado, de sus capacidades, limitaciones y potencialidades; y por otro, asumir adecuadamente las expectativas de rol que los individuos y el resto de los agentes sociales depositan en él.

De este modo, las representaciones sociales de los mayores respecto a las de los jóvenes se ven segmentadas por el mismo ciclo evolutivo y por creencias y constructos que, trasgeneracionalmente, se tienen frente a la construcción de las relaciones sociales en los jóvenes.

En la pregunta ¿cómo deben ser las relaciones de pareja para contribuir con el bienestar de los jóvenes?, las narraciones de las poblaciones arrojaron categorías importantes para las relaciones de pareja. La primera categoría es permitir la construcción de proyecto de vida a mediano y largo plazo, categoría que es importante y relevante en la etapa de la juventud, ya que se tiene una visión personal sobre la misión a desempeñar en un futuro, asociadas con el qué, el por qué y el para qué del proyecto de vida de los jóvenes. En esta categoría, las mujeres jóvenes fueron las que dieron mayor importancia a que la relación de pareja contribuya al bienestar, pensando en los proyectos por realizar, seguido de los hombres jóvenes, las mujeres mayores y con una baja respuesta en esta categoría en los hombres mayores.

En cuanto a que las relaciones de pareja puedan favorecer o facilitar la comunicación y confianza, se observa que, para los jóvenes tanto hombres como mujeres, es una categoría importante en la relación de pareja sin dejar a un lado a las personas mayores, quienes también perciben esta categoría como importante, aportando desde su perspectiva. Así: "el ejemplo empieza por casa y que es el mejor modelo para los hijos" (M.PM), sustentando que, así como son los papás así serán los jóvenes en sus relaciones de pareja, construcción realizada desde la experiencia y concepción de la vida en pareja; para los jóvenes es más importante poder dialogar y si existe confianza es mucho mejor la comunicación. De acuerdo con Moscovici (1979) las representaciones sociales solo aparecen en grupos y sociedades en las que el discurso incluye comunicación, lo cual implica puntos de vista compartidos como divergentes sobre diversas cuestiones. Por su parte, la categoría que provea a la persona de estabilidad emocional, son las mujeres jóvenes quienes resaltan esta categoría en su narrativa, al momento de hablar de estabilidad para contribuir con el bienestar de los jóvenes; por su parte los hombres jóvenes y las mujeres mayores mostraron indiferencia absoluta en este punto.

Las categorías fortalecer la comprensión y tolerancia y expresar sentimientos de afecto, compartir espacios y actividades, se evidencian con alta frecuencia en los discursos de las mujeres, sin diferencias de edad, haciendo énfasis en que dan significado para el progreso de las parejas y la sociedad. Esto viene seguido de la percepción de los hombres jóvenes que consideran importante conocer bien a la pareja para conseguir una mayor calidad de vida en las relaciones de pareja. En general, las relaciones de pareja para las personas mayores se consideran como aquello que provee estabilidad y que surge desde el modelo que los padres ofrecen a los jóvenes.

Las relaciones de pareja, según Valdes (1991) y Montenegro (2004), cumplen con la función de dar y recibir afecto, tener el apoyo de alguien, compartir sentimientos, comunicarse o simplemente ser necesarios para alguien. Las relaciones de pareja tienen como función llenar necesidades emocionales, afectivas y sexuales, dentro de un contexto de exclusividad y compromiso a largo plazo. Es comprensible que, para los jóvenes de este estudio, referirse a las relaciones de pareja como sustento que les posibilite su bienestar en todos los sentidos, salvo el discurso marcado por hombres jóvenes y mujeres jóvenes cuando afirman que es importante para las mujeres que la estabilidad esté marcada por el afecto, la comprensión y el apoyo incondicional de sus parejas.


Discusión

La sociedad, desde las construcciones sociales, psicológicas, culturales, económicas, políticas, concibe el estado de ser joven como una etapa de la vida dentro del ciclo evolutivo normal, lo que connota una serie de características propias que van desde lo físico hasta las formas particulares en que este construye y asume su realidad.

De ahí, la importancia de este estudio de tener un acercamiento teórico y descriptivo de la manera como es concebido el bienestar de los jóvenes desde las representaciones sociales de los mayores. Como lo define Moscovici (1986) en su teoría de las representaciones sociales, son una modalidad particular del conocimiento, cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. De lo anterior:

La representación es un corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a los cuales los hombres hacen inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes de la imaginación (pp. 17-18).

De manera que, la narrativa de estas personas da cuenta de un sin número de imaginarios y creencias que permiten tener una mirada a la forma particular como es percibido el bienestar de los jóvenes, las cuales han sido construidas e interiorizadas por las personas mayores a lo largo de su vida. Representaciones como trabajo, educación, salud, relaciones sociales y relaciones de pareja, marcan una concepción particular al hecho de ser joven; así, el bienestar de este depende, de acuerdo con el discurso de los mayores, de la satisfacción y el acceso a estas formas de vida que brindan y hacen parte del bienestar de los seres humanos en la actualidad.

La respuesta sobre el bienestar de los jóvenes, en las representaciones sociales de las personas mayores, toma como referente el contexto donde cotidianamente se mueven los mayores, así como su prevalencia en la práctica cotidiana. De modo que las representaciones sociales de las personas mayores se encuentran determinadas, por un ente sociocultural que se prioriza sobre la manera como tiene que ser ejercido el rol de ser joven, sus sentimientos, sus actitudes, su modo de ser, su familia, su disciplina y el control estatal que este pueda ejercer sobre los mismos. Ya que, bajo un supuesto orden social y sin importar los cambios que consigo trae el desarrollo de las sociedades, aún es posible encontrar el arraigo a representaciones, creencias, imaginarios construidos e interiorizados por estos individuos, a riesgo de no parecer o pertenecer a un grupo social; de manera que sus narrativas representan y confirman lo que su grupo social ha construido y transmitido.

Como referente, se puede mencionar a Moscovici (1979) quien afirma que, una representación social se define como la elaboración de un objeto para la comunidad, las representaciones en cuanto proceso social, solo aparecen en grupos y sociedades en los que el discurso social incluye comunicación, lo cual implica puntos de vista tanto compartidos como divergentes sobre diversas cuestiones. En consecuencia, las personas mayores consideran relevante el acceso a la educación y a la salud, así como el trabajo bien remunerado y una relación de pareja estable como criterios que determinan la calidad de vida de los jóvenes, los demás aspectos, denominados subcategorías, son relevantes en cuanto promueven la autoevaluación y mejoramiento constante, así como la satisfacción personal. En coherencia con lo anterior, es importante mencionar que según Tuesca (2005):

La calidad de vida es un concepto relacionado con el bienestar social y depende de la satisfacción de las necesidades humanas y de los derechos positivos (libertades modos de vida, trabajo, servicios sociales y condiciones ecológicas). Estos son elementos indispensables para el desarrollo del individuo y de la población; por tanto caracterizan la distribución social y establecen un sistema de valores culturales que coexisten en la sociedad (p 77).

Se encontró que, para los jóvenes participantes en este estudio, sus condiciones de vida les provee bienestar, ya que reviste para estos asumir ciertas representaciones definidas social y culturalmente, que les permite establecer su individualidad y, al mismo tiempo, hacer parte de un sistema en donde la satisfacción de necesidades y el acceso a ciertas formas de construir su vida se ven reflejadas en la manera como se expresan de acuerdo a las oportunidades que estas representaciones ya estructuradas les permiten construir.

Warner & Willis (2003) consideran que los nuevos indicadores del bienestar subjetivo son, vivir una larga vida, que sea saludable y que se manifieste en una vida feliz. Por su parte, Valdés (1991) indica que, al usar el término well-being para los individuos, tres cosas son importantes de distinguir: las condiciones de vida, las habilidades para vivir y los resultados de vida. Lo anterior denota calidad del medio ambiente, la capacidad para afrontar el medio ambiente de vida y la calidad de vida final que resulta de la configuración de las dos anteriores.

De manera que, cómo se vive, cómo se percibe la vida y cómo se asume la vida, para los jóvenes de este estudio, se ve reflejado en la condición en que estos tienen oportunidades de mejorar su calidad de vida día a día teniendo como referentes la educación, el trabajo, sus relaciones afectivas, y por ende la vinculación con un grupo social.

De todo lo anterior se concluye cómo el bienestar de los jóvenes, en las representaciones sociales de las persona mayores, está marcado por las definiciones que cultural y socialmente se han tejido en la sociedad colombiana sobre lo que significa ser joven. De modo tal que las representaciones de las personas mayores como aspecto relevante para este estudio trae consigo la manera como afecta el significado que los jóvenes tienen y perciben sobre su bienestar, su forma de obtenerlo y lo que puede llegar a producir al tener o carecer de bienestar.



Referencias

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** Correspondencia: Vanessa Sánchez Mendoza, Facultad de Psicología. Universidad Católica de Colombia. Correo electrónico: vsanchez@ucatolica.edu.co. Dirección postal: Avenida caracas No. 46 - 22 Segundo piso. Bogotá, Colombia.

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