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Diversitas: Perspectivas en Psicología

versão impressa ISSN 1794-9998

Divers.: Perspect. Psicol. vol.9 no.1 Bogotá jan./jun. 2013

 


Anclando los significados, contribuyendo al diálogo:
el uso de imágenes en la producción de relaciones y significados
*

Anchors of Meaning, Helpers of Dialogue:
The Use of Images in Production of Relations and Meaning

Christina Hee Pedersen**1

1 Universidad de Roskilde, Dinamarca

* Articulo de investigación.

** Correspondencia: Christina Hee Pedersen, CBIT, Universidad de Roskilde, Postbox 260, 4000 Roskilde, Dinamarca.
Correo electrónico: chp@ruc.dk

Recibido: 7 de mayo de 2012 Revisado: 8 de agosto de 2012 Aceptado: 1 de octubre de 2012



Resumen

¿Qué tipo de procesos se pueden estimular con imágenes, que las palabras por sí solas no logran generar tan fácilmente? Este artículo ilustra y discute cómo las expresiones visuales intervienen en diálogos en grupos en relación con los significados de fenómenos socioculturales. Mi tesis principal consiste en mostrar cómo la inclusión de un material visual facilita la generación de datos para estudios empíricos que buscan entender cómo las personas adscribimos significado a las cosas y los fenómenos en nuestro mundo. El objetivo principal es presentar el método que, en ausencia de un nombre más sofisticado, llamo "el ejercicio de imágenes", a fin de inspirar otros investigadores que exploran sus potencias en sus propios campos de investigación. Sugiero que el método presentado tiene la posibilidad de establecer lazos, conciencia política y producción de conocimientos colectivos significativos entre todos los participantes involucrados en un proceso de investigación.

Palabras clave: metodologías relacionales, producción del conocimiento, posestructuralismo, género.



Abstract

What is it that images can do that cannot be done by words alone? This article illustrates and discusses how visual expressions act as helpers of dialogue - anchors of meaning. The main argument is that the inclusion of pictorial material is a useful way to develop poststructuralist thinking technologies to further expand our understandings of the complexities of communication in individual as well as collective sense-making. The primary aim of the article is to present the method -the image exercise 1- so as to inspire other researchers to explore its potential wit in their own research contexts. It will also be argued that the method presented has the potential of establishing bonding, political awareness and meaningful collective knowledge production among all participants involved in a research process.

Keywords: relational methodologies, knowledge production, post structuralism, gender.



Introducción

Dentro de la investigación feminista posestructuralista existe un interés explícito en explorar posturas metodológicas que se alinean con el pensamiento que afirma los conocimientos como contingentes e interdependientes de los contextos donde son producidos (Haraway, 1991; Sondergaard, 1999; Davies, 2000; Markussen, 2005; Krojer, 2003; Lykke et ál., 2005; Hee Pedersen y Gunnarson, 2004; Hee Pedersen y Ravn Olesen 2008; Hee Pedersen, 2010). El giro posestructuralista ha inspirado ideas metodológicas innovadoras. La atención acerca del texto y el uso del lenguaje mismo ha resultado en un análisis en el que el detalle se mira con mucho cuidado y en el que el trabajo de interpretación privilegia la identificación y la deconstrucción del funcionamiento de patrones de pensamiento. Sin embargo, el esfuerzo posestructuralista por perturbar hábitos culturalmente labrados aún constituye un desafío fundamental para la producción de conocimientos; si se toma en serio, producirá nuevas prácticas analíticas (Haavind, 2000).

Basándome en Sondergaard (1996), me parece importante hacer una distinción entre la perspectiva metateórica a la cual pertenece la metodología, por un lado, y el método, por el otro. Nuestra metodología debe tener una conexión estrecha tanto con los posicionamientos ontológicos como epistemológicos. En consecuencia, una posición posestructuralista, en vez de hablar sobre "recolección de datos" o "hallazgos/resultados", hablaría de "producción de datos empíricos" o "producción de análisis". Esto también implica una visión sobre el investigador como un sujeto productor.

Sin embargo, aún existe una tendencia a percibir la metodología meramente como una forma de responder a la pregunta del cómo. Pero "una tecnología para pensar" no debería ser reducida a un arreglo meramente práctico (Staunœs, 2001, pp. 56-57) aplicado exclusivamente para dar al investigador o investigadora lo que necesita: datos (registros, información o testimonios). Como señalan Reason y Bradbury (2001) y Gergen (2003), el investigador, en su experimentación con nuevos enfoques metodológicos, debe estar consciente de no adoptar un método creativo como un fin en sí mismo. A mi parecer, un método siempre debe guardar una relación o una discusión explícita identificable con la(s) postura(s) teóricas de nuestros trabajos.

En este texto me referiré a "método" cuando hablo de una serie de secuencias concretas a ser realizadas por los individuos participantes en un proceso de investigación: procedimientos sugeridos para el proceso de producción, ya sea de material empírico o de análisis. El presente artículo se sitúa dentro del esfuerzo de reflexionar críticamente sobre cómo construimos conocimientos, y el principal objetivo es inspirar la exploración de diálogos mediados por imágenes, como una forma de generar saberes sobre el impacto sociocultural de los procesos de dar sentido al mundo y sus fenómenos sociales. Al mismo tiempo, argumento que estos diálogos producidos en el proceso del "ejercicio de imágenes" puede establecer relaciones de investigación caracterizadas por el compromiso, la curiosidad y el interés en "el otro diferente".


Interpretaciones situadas, elaboración de significados en movimiento

En el ejercicio del imagen se incluye imágenes de todo tipo como el punto de partida en procesos comunicativos entre grupos de personas. Las imágenes trabajan como colaboradoras o puentes de enlace en la comunicación. Colaboran en transformar sentimientos, opiniones, experiencias y abstracciones complejas en objetos más tangibles y entendibles sobre los que se puede hablar, explicar y ampliar. En comparación con los sistemas lingüísticos, se podría decir que una imagen tiene un contenido más amplio y más abierto que una sola palabra u oración (Kjorup, 1991). La imagen es una fusión de varios signos, imposible de identificar con un inicio y un fin. En los diálogos, las imágenes se convierten a veces en metáforas fuertes o en representaciones de algo que se establece por el grupo, en tanto como es el sentido acordado por este en la situación concreta. Sin embargo, para interpretar una lectura particular de una imagen, sí se necesitan palabras.

Durante décadas, los estudios de medios masivos de comunicación, los estudios culturales y, en general, la investigación en comunicación han lanzado miradas a las representaciones visuales y su papel en la sociedad (Barthes, 1987; Collier y Collier, 1986; Ali, 2004; Hall, 1997; Kjorup, 1991; Thorlatius, 2002). Los últimos casi cuarenta años de investigación sobre género han observado las imágenes y la formación de la identidad, especialmente relación con los medios masivos de comunicación (Lauretis 1984; Kuhn, 2007). No obstante, en la investigación feminista posestructuralista, el interés principal ha estado en el lenguaje hablado y escrito, mas no en las imágenes. Se podría decir que mi contribución con el ejercicio de imágenes es la combinación de pensamientos metodológicos tanto del giro lingüístico como del giro relacional (Marshall, 1999; Newman, 1999; Reason y Bradbury, 2001; Gergen, 2003), en tanto lo que este método hace es enfocarse en procesos de dar sentido al mundo y, al mismo tiempo, generar relaciones humanas.

Un intérprete de una imagen siempre se relacionará con una multiplicidad de significados potenciales de esa imagen. En el ejercicio de imágenes, se pide a los participantes que se relacionen con una serie de imágenes y que realicen elecciones y adscriban significado a una imagen en un lapso limitado de tiempo. Las personas eligen y adscriben significados a sus imágenes según lo que encuentran relevante. Sin embargo, las palabras que acompañan a su elección solo expresarán una perspectiva particular de la imagen o fracciones de sus múltiples mensajes potenciales. En ese sentido, el seleccionar una interpretación particular, verbalmente expresada sobre una imagen, siempre será una selección de una perspectiva particular en un momento particular. El contexto en el que el método y las relaciones se despliegan nunca permanecerá estático. Por tanto, la interrelación dinámica que el intérprete establece entre imagen y palabras permite interpretaciones sobre las que se puede reflexionar, verbalizar, comunicar, mover o, incluso, re-interpretar radicalmente en el grupo. El encuentro entre interpretaciones posibles y múltiples es lo que hace que los diálogos sobre los significados de las imágenes tengan potencial para establecer tanto cercanía como distanciamiento en los grupos que realizan el ejercicio de imágenes.

El análisis de los diálogos que surgen durante el trabajo con imágenes en un grupo de personas ilustrará cómo se construyen las relaciones a través de la comunicación y cómo tanto el lenguaje como los movimientos corporales crean fronteras sociales de forma bastante sutil. En el caso que voy a describir en la sección siguiente, la exploración de cómo se establecieron fronteras normativas mediante la comunicación nos abre la posibilidad de descubrir y cuestionar los discursos dominantes y las categorías sociales existentes, contribuyendo de esta manera a nuestros entendimientos de los mecanismos de inclusión y exclusión social.

Por ello también sostengo el carácter político de este método, debido a su capacidad para establecer unos conocimientos coproducidos sobre las relaciones de poder y sobre lo entrelazado en las relaciones humanas, la normatividad y la producción de sentido entre integrantes del grupo. El trabajo con imágenes en contextos colectivos pareciera ampliar el horizonte de aprendizaje de todos los participantes, incluyendo el del investigador. En otras palabras, el participante individual experimentará, a menudo, una mayor claridad no solo sobre la temática que trabaja el grupo, sino también sobre cómo adscribimos significado y, no menos importante, valor a las cosas, personas y fenómenos.

El encuentro con imágenes y el encuentro con las interpretaciones de otras personas sirve como una plataforma para establecer relaciones sociales y producir conocimiento juntos, y una metodología de ese tipo debería ser evaluada en estos términos. Hasta qué punto se logra a través de la participación en el ejercicio establecer relaciones que estimulan e inspiran nuestra participación en el mundo (Gergen 2003). He tenido más que diez años experimentando con el ejercicio de imagenes, y los resultados confirman la capacidad que tienen imagenes en el proceso de entender el cómo se adscribe significados al mundo. Se ha mostrado como una metodología con gran capacidad de abrir procesos colectivos de aprendizaje y de relación1.


El ejercicio de imágenes: una presentación

El método fue creado en relación con un estudio específico y como uno de varios métodos para estudiar los significados hegemónicos respecto al tema de género en las instituciones de cooperación del desarrollo danesas. Mi proyecto de investigación buscaba cuestionar los entendimientos, expectativas y discursos de género naturalizados e "invisibles" existentes en las instituciones estudiadas. A través de diferentes metodologías, buscaba hacer visibles los efectos concretos de los significados de género en la vida organizacional de las personas, iniciando así un debate político y profesional sobre ellos y entre ellos2. La razón por lo cual la que elegí un acercamiento metodológico multimodal era una suposición de que una diversidad de enfoques metodológicos me permitiría captar un mayor despliegue de los significados asignados al género, con el fin de contar con estos significados y discursos empíricamente anclados, para así, mediante mi investigación, impulsar y motivar debates políticos sobre significados de género e igualdad entre los participantes de las instituciones de cooperación del desarrollo.

Cuando una investigación toca temas sensibles, polémicos o, inclusive, potencialmente subversivos -o que requieren que el investigador cree tecnologías específicas para hacer posible la exploración de temas que sacan a la luz experiencias consideradas íntimas- también se necesita una postura ética clara reconocida por los participantes en el proceso de investigación. En mi caso, "género e igualdad de género" era un tema de esta naturaleza (Hegnhoj, 2004; Hee Pedersen y Gunnarsson, 2004; Hee Pedersen & Olesen, 2008; Olesen & Hee Pedersen, 2012).


Preparación

Había recolectado un paquete de 160 imágenes diferentes de periódicos, revistas y publicaciones periódicas. Eran dibujos, material gráfico, fotos a color y fotos en blanco y negro (las expresiones visuales eran tanto concretas como abstractas). El criterio principal para la selección era que las imágenes invitaran a múltiples interpretaciones y que se pudieran relacionar con la vida laboral, para poder abrir discusiones sobre género en la vida organizacional. La idea original fue usar una diversidad de imágenes, lo que era una forma de que los participantes en mis talleres identificaran discursos dominantes y contradictorios sobre masculinidades, femineidades, hombres, mujeres y neutralidad de género, para crear así diálogos en los cuales estos significados se fueran convirtiendo en el centro de la conversación. Este diseño permitió que los participantes se movieran entre diferentes modos/niveles de reflexión, relaciones y actividades; algo que se puede describir como "desplazamiento" entre momentos de elección, reflexión, intercambio de opiniones, cambios de perspectiva y negociación. Este es un proceso similar a lo que pasa en otras dinámicas de comunicación. Posteriormente sugiero que los cambios entre diferentes momentos y modos de comunicación brindan un estado particular de concentración para establecer relaciones particulares en la producción de datos.


Investigador y facilitador

El ejercicio de imágenes consiste en cinco momentos distintos, y toma entre una y una y media horas para realizarlo3. Durante su realización, la investigadora se posiciona como la guía que facilita el proceso. Ella garantiza el flujo entre los momentos y contesta preguntas que pueden aparecer sobre los pasos y "la tarea" en cada uno de ellos. Además, mantiene el enfoque claro durante todo el ejercicio.

A fin de llevar a cabo el ejercicio exitosamente, es vital que el investigador sea capaz de conectarse con los participantes y crear confianza. En este sentido, la claridad en la introducción, el marco del ejercicio y los procedimientos concretos son de vital importancia. Los participantes deben sentirse cómodos y estar convencidos de que su confianza no será mal utilizada. El investigador debe mostrarse cuidadoso y experimentado, cómodo en el papel de facilitador y ser capaz de mantener el enfoque con soltura durante el tiempo que dura el ejercicio. El grupo necesitará aceptarlo como facilitador, sabiendo bien que están participando en un proceso de producción de datos para un proyecto de investigación.

La interrelación entre responsabilidad del investigador y la confianza de los participantes es cardinal por razones varias. Por ejemplo, la interpretación de imágenes puede ser considerada como algo revelador de asuntos personales y, por cierto, más difícil de controlar para un participante en una investigación, que el dar respuestas verbales en una entrevista. Eso es algo que las personas saben. La pérdida de control podría llevar a sentimientos de inseguridad o de perplejidad en la situación. La persona puede temer que otros participantes, por ejemplo un colega o el investigador, lo juzguen equivocadamente en ese momento o se establezca una conexión entre la personalidad de la persona y la elección de imagen. Al introducir el ejercicio, siempre he hecho hincapié en verbalizar posibles escenarios de un mal manejo del ejercicio. Esto permite establecer una atmósfera relajada y de confianza. Subrayo siempre que asumo plena responsabilidad por el proceso y que los significados adscritos por cada participante a una imagen serían respetados. Ellos son los que se trabajan con posterioridad a la elección de las primeras imágenes. Explico además siempre cómo se usarán los datos producidos.

Un detalle que podría parecer insignificante, pero que contribuye a crear una atmósfera de apertura durante el primer momento en el ejercicio, es mencionar la posibilidad de dibujar lo que quieren traer a la conversación (el facilitador trae papeles blancos y crayolas de colores), si no les es posible encontrar una imagen adecuada. Muy pocas veces he experimentado que se use esta alternativa, pero considero que el mismo hecho de formularla crea un ambiente de posibilidad y es importante.

En mi introducción al ejercicio, explico cuidadosamente cómo pasar de un momento a otro. Le digo al grupo que en un primer momento van a trabajar individualmente y que luego tendrán la oportunidad de hablar con las otras personas. El ejercicio requiere de toda su atención, por la cantidad de cambios en momentos y por la diversidad de actividades. Le aseguro al grupo que como facilitadora del proceso, los voy a guiar a lo largo del ejercicio. Si surgen dudas sobre cualquier cosa, tienen la libertad de preguntar. Luego viene la primera instrucción: En el caso del proyecto de investigación que utilizo como ejemplo, la instrucción fue: "Elige cuatro imágenes que según tu entendimiento representan cuatro competencias requeridas para que un/a empleado/a se sienta bien en tu organización".


El flujo del ejercicio

Primer momento

Los participantes pasan los primeros diez minutos caminando alrededor de las imágenes, explorándolas detenidamente, mientras tienen presente la pregunta dada. A cada participante se le entregó un pequeño cuaderno y un lapicero. Los recortes estaban esparcidos por todo el piso. Tenían más o menos el mismo tamaño. Esto se hizo para que el tamaño de la imagen no fuera de mucha importancia al elegir una imagen4.

Nuevamente se recordó a los participantes que debían elegir cuatro imágenes y que cada una debía representar una competencia requerida, para sentirse cómodos en su organización. Se les pidió que identificaran en qué parte de su organización les gustaría enfocarse (todos escogieron su propio departamento). Luego solicité a los participantes que volvieran a observar sus cuatro imágenes y que anotaran en su pequeño cuaderno un título o un par de palabras que les recordara cuáles eran las razones tras sus elecciones. Las imágenes debían permanecer en el piso, ya que algunas podrían ser elegidas por más de una persona.

Segundo momento

Al concluir el primer momento, los hombres y las mujeres trabajaron en grupos separados. Cada participante presentó sus imágenes elegidas, por turno y sin ser interrumpidos por el grupo. Sin embargo, se podían hacer preguntas para profundizar en lo que había elegido cada uno. El segundo momento duró poco. En el caso particular de la investigación a la cual me refiero, los grupos separados trabajaron durante 5-7 minutos.

Tercer momento

Los hombres y las mujeres se reunieron nuevamente, llevando sus imágenes y colocándolas en una mesa de muestras en el centro de la habitación. Se expuso un total de veinte imágenes, en tanto algunos participantes eligieron las mismas imágenes (aunque expresaban diferentes competencias). Los siguientes diez minutos fueron utilizados para una ronda en la que cada participante nuevamente presentó y explicó el porqué de sus elecciones. Los otros escuchaban y hacían preguntas, en el caso que tuvieron algunas dudas de compresión.

Cuarto momento

En los siguientes veinte minutos, el grupo ingresó a una situación de negociación. Estaban de pie alrededor de la mesa y les pedí que se pusieran de acuerdo y eligieran siete imágenes que respondieran a la instrucción original: "Elige cuatro imágenes que según tu entendimiento representan cuatro competencias requeridas para que un/a empleado/a se sienta bien en tu organización". Ahora los participantes podían argumentar, cuestionar e interactuar más libremente, pero estaban obligados a llegar a un acuerdo dentro de un tiempo limitado.

En este momento emerge una parte importante del material empírico: cómo entiendo el lenguaje como constructor de realidades e identidades. Es una práctica en la que las formas de organización social se producen y reproducen a través de disputa y negociación, a la vez que las identidades culturales empiezan a relucir.

Quinto momento

Cuando los participantes habían llegado al consenso, les pedí reflexionar crítica e individualmente sobre el proceso y las imágenes elegidas. En mi proyecto de investigación en particular, pedí al grupo reflexionar sobre si las competencias elegidas o las imágenes estaban relacionadas con el tema de género, y si así fuera, qué tipo de relación se podría establecer. Algunas de las imágenes aludían explícitamente a cuestiones de género; por ejemplo, una ilustraba un posible momento de paternidad. Otras parecían "neutrales" al género. Esa pregunta fue hecha para invitar a los participantes a que establecieran una conexión entre las competencias que habían elegido y los significados culturalmente asociados con lo masculino y lo femenino. Sus reflexiones fueron escritas en sus pequeños cuadernos.

Sexto momento

Lo que siguió fue una ronda para compartir las reflexiones sobre las representaciones de género, sin que los participantes se interrumpieran mutuamente. Este momento también duró poco; tomó alrededor de 8-10 minutos.

Séptimo momento

Para cerrar el ejercicio, se pidió a los participantes que comentaran libremente sobre lo que habían experimentado y aprendido. Podían hablar sobre la interacción, el contenido, sorpresas provocadas por su encuentro, las nuevas interpretaciones de género o las ideas y opiniones sobre su propio entorno laboral. También podían intercambiar opiniones específicas sobre el método. Finalmente, se distribuyó un documento con el diseño del ejercicio, en caso de que quisieran usar o rediseñar el método en otros contextos de investigación o educación. Todo el proceso fue grabado.

Como es de imaginar, el rico material producido por estos siete momentos es tan amplio como heterogéneo. Esto representa un reto significativo para la investigadora, al llegar al momento del análisis a profundidad. Con un ejemplo ilustraré cómo la dinámica entre lenguaje y visualidad construyen significados con legitimidad y cómo las relaciones de poder están inmersas siempre, aun en las más pequeñas negociaciones. He elegido un pequeño trozo de las negociaciones más vibrantes del cuarto momento. Ilustra el tipo de comunicación que se desarrolló, en la cual los participantes tenían que llegar a un consenso y tomar decisiones rápidas sobre cuáles de las imágenes iban a representar la capacidad para planificar y manejar el consumo del tiempo, en tanto competencia para sentirse a gusto en la organización.

Un ejemplo de negociación sobre los significados de género: una selección del cuarto momento

Tomaré un trozo del diálogo en una de las organizaciones que participó en mi investigación, cuando el grupo iba a elegir entre dos imágenes para representar la capacidad para manejar la presión de tiempo. El grupo acordó rápidamente que la capacidad para planificar y manejar el tiempo era una capacidad importante para sentirse cómodos en su departamento. Casi todos mencionaron el tiempo como problema crítico y omnipresente. Sin embargo, se desarrolló una extensa discusión en torno a qué imagen iba a tener el privilegio de representar este tema tan trascendental.

Lise:5 ¿Qué te parece esta imagen? (El hombre corriendo).

Erik: Sí, es buena, pero ¿qué es lo que indica exactamente?

Maj: Aquí parece que uno debería ser capaz de balancear el tiempo y manejar y mantener una buena relación con el tiempo.

Kasper: ¡Pero este tipo no lo maneja bien! [ tono de voz de protesta ].

Maj: Claro que sí lo hace; mira cómo se ríe.

Kasper: ¿Se ríe? [ tono de voz que demuestra fuerte desacuerdo ].

Maj: Sí, casi lo está...

Søren: Sí, estoy de acuerdo [ se refiere al hombre del imagen que no está bien ].

Maj: Está estresado, pero se siente bien cuando lo hace.

Kasper: ¡No! (los hombres ríen). [ Maj ríe con ellos, con un trasfondo juguetón, desafiante y provocador, que podría referirse al fervor laboral de los hombres y su propio proyecto de burlarse de lo que ella podría considerar como un estilo de trabajo de los hombres ].

Daniel: ¡Corre en una trotadora!

Maj: Equilibra el tiempo. ¡Y lo logra!

Kasper: ¡No!

Søren: No parece contento. [ Pausa larga en la que nadie habla, pero en la que las diferencias de opinión se sienten como un conflicto latente ].

Lise: Pero, ¿no creen que ser capaz de equilibrar el tiempo es una buena competencia para sentirte bien en tu organización?

Søren: Pero, según tu perspectiva, ¿cómo debe ser entendido el equilibrar el tiempo? [ Søren todavía suena escéptico, pero también pregunta con sincero interés por conocer la respuesta de Lise ].

Maj: Lograr cumplir los plazos.

Kasper: Sí, pero... ¿supongo que sin estresarse?

Søren: Lo que incluye, entonces, ¿es ser capaz de priorizar entre diferentes tareas laborales?

Maj: Por un lado, priorizar, pero también aprender a trabajar dentro de un plazo fijo de tiempo.

Erik: Y sería bueno si te gustara la presión de tiempo. [ Un par de hombres ríen ].

Maj: Que cada minuto es efectivo. Tendrías que manejar esto para sentirte bien. Si tienes demasiados pensamientos vacíos, entonces pierdes tiempo y luego...

Erik: Sí... , entonces debe gustarte la dimensión de tiempo. [ No convencido ].

Maj: Sí [ ligeramente titubeante ].

Lise: Sí, una debería sentirse cómoda haciendo... Sí, porque la alternativa., porque yo preferiría decir esta [ señala otra imagen de un reloj ]..., porque podrías argumentar que él no se siente bien, ¿verdad? Pero esta solo representaría una competencia ligada a la capacidad de una persona de ser buena para organizarse, en esto diez minutos aquí y diez minutos allí y cinco minutos aquí.

Maj: Y luego te ganas todos los diamantes [ se refiere a los diamantes en el reloj; puede ser que conoce el modelo ]. Sí, claro... que tú, si tú, si es parte de una, entonces, te sentirías bien en el departamento.

Søren: Pero, no podría uno ser entendido como, de cierta forma, como es un valor para la compañía o el departamento, que sea capaz de mantener una visión clara de las metas, de ser capaz de establecer metas claras, cuando trabajas dentro de marcos de tiempo ajustados.

Lise: Si. Cuando una se preocupa en lograr entender cómo llegar a lo sustancial [ de la tarea ]. Saber que necesitas estos y estos elementos para llegar donde quieres ir.... y en una estapa temprano del proceso ser capaz de decir: tengo cuatro días nada más para escribir este informe.

Søren: Sí. Entonces, esto significa que tendría que exteriorizar esta primera parte, porque diría que algo como esto sería algo que deberías ser capaz de manejar [ refiriéndose al hombre en la trotadora ].

Erik: Si estamos de acuerdo en que se ve contento, entonces, de hecho, esta está bien y la podemos elegir [ se ríe un poco ].

Kasper: Sí, pero ¡no lo está! [ continúa protestando ].

Erik: Sí, pero tenemos la libertad de decidir que parece contento. Algunas tienen esa opinión [ refiriéndose a las dos participantes mujeres ].

Kasper: Para mí, es verdaderamente difícil considerar que este es un símbolo que expresa que te sientes cómodo en el departamento. Tendría que decir. Es imposible para mí [ todos hablan al mismo tiempo ].

Lise: No, ¡es una competencia que es bueno tener para sentirse bien!

Erik: Sí, que eres capaz de manejar la presión de tiempo y que este tipo de cosas no vienen fuera de ti misma. Puedes vivir con ello.

Kasper: No, pero este, ¡definitivamente está fuera de sí mismo, según lo veo yo! [ pausa ]

Erik: Bueno, ahora aún nos faltan elegir cinco imágenes [ ríe un poco ]. ¿En qué podemos estar de acuerdo? ¿La cerveza? [ Refiriéndose a una imagen con dos vasos de cerveza ].

Lise: No, pero, ¿no podemos elegir una de estas dos?

Maj: Sí. [ Silencio. Luego las negociaciones en torno al tema del tiempo y su manejo se paraliza la discusión y el grupo recurre a discutir otro temática. Más tarde, cuando necesitan retomar la discusión para poder terminar la selección final, la discusión se reinicia ].

Lise: Sí, y esta cosa del tiempo y. de sentirse bien sobre ello.

Søren: Sí, pero entonces, ¿el reloj no es necesario?

Lise: No, es una de las dos.

Søren: Necesitamos una de las imágenes.

Søren: Sí, necesitamos una de ellas.

Erik: Ok., esta es sobre el tiempo [ se refiere al reloj ]. Es acerca de ser capaz de vivir con ello y sentirse bien sobre ello, ¿no es así? Luego, tengo otra aquí llamada "compromiso". ¿Qué dicen de esta? Creo que es muy buena porque es de una importancia enorme si sobrevives a todas estas dificultades y a todo esto [ la presión en el trabajo ]. Erik continúa la discusión y, en la selección final, entra la imagen del reloj.


Vías analíticas

A continuación quiero sugerir una serie de vías analíticas a perseguir, orientadas por mi interés específico en este proyecto particular de identificar significados de género, a modo de ilustrar cómo desarrollé el análisis del material producido en el cuarto momento. Tenía como objetivo que al presentar un material, este produciría discernimientos sobre la manera como los participantes identificaron, usaron y, eventualmente, fueron más allá de los significados socioculturales adscritos al género en la vida organizacional. Cualquier análisis de una interacción generizada (Haavind, 2000) indagaría sobre cómo hombres y mujeres entienden e interpretan las acciones de unos y otros. Qué significados son expresados, cuáles son asumidos, cuáles son rechazados y cuáles son transformados en el proceso de comunicación6.

Estaba interesada en identificar discursos y argumentos sociales más amplios que parecieran tener legitimidad dentro del grupo. Preguntas como las siguientes orientaron mis acciones: ¿cómo se construyeron las alianzas? ¿Cómo fue que los otros respondieron a lo que se hizo/dijo? ¿A qué coherencias culturalmente naturalizadas se les dio legitimidad? ¿Qué generó conflictos y desacuerdos? ¿Qué significados crearon tal consenso y que no hicieron necesaria ninguna palabra para explicar la selección de una imagen?

Los criterios de selección escogidos al desarrollar los temas a ser analizados fueron:

  • La duración de los debates relacionados con cada competencia/imagen.

  • La participación particular de hombres y mujeres en relación con estas.

  • La energía/involucramiento encontrados en cada diálogo.

El uso sistemático de estos criterios simples, mientras leía las transcripciones y escuchaba las grabaciones una y otra vez, formaba patrones y visibilizaba temas inesperados como el humor, las condiciones de trabajo, la toma de decisiones y sus lazos con la dimensión de género.

A continuación tocaré brevemente sobre cada uno de estos aspectos anteriormente mencionados. Por ejemplo encuentro en el material una clara muestra de lo que conceptualiza "burlas de género" (Pedersen 2007). En la sección aquí presentado Kasper en particular se muestra descontento frente a la imagen del hombre en la trotadora. Maj practica la broma de género a través de esta pequeña parte de la negociación. Cuando Kasper argumenta que el tipo no se siente muy bien, la respuesta de Maj es: "Por supuesto que sí, mira cómo se ríe"7.

La discusión en relación con esta imagen es un ejemplo de una negociación prolongada. Ni Kasper ni Erik se sienten cómodos con esta imagen, lo que hace que la negociación sea particularmente larga.

Sugiero que una posible explicación es que esta imagen representa la masculinidad de modo tan negativo, que se torna demasiado perturbadora para que los hombres puedan usarla como objeto de identificación. La trotadora es, después de todo, un símbolo de correr y correr sin llegar a ningún lado; un hecho que es comentado por Kasper y lo que le hace rechazarla. Uno podría preguntarse, a modo de polémica, si lo que ocurre es que resulta demasiado fácil identificarse con la imagen, y que esta identificación causa malestar. En el curso de la negociación hubo dos momentos de silencio significativos, y parece que las dos partes (hombres y mujeres) se enfrentan una a la otra sin ninguna intención de rendirse. La disputa vibra en el aire, el proceso de toma de decisiones se estanca. En cada una de estas situaciones es Lise la que toma la iniciativa de liderar la negociación hacia una decisión. Realmente, como finalmente admite Lise, es fácil ver que el hombre de la trotadora no está tan feliz como Maj burlonamente reclama. Lise logra satisfacer a los hombres con su pregunta: "¿Pero no piensan que ser capaz de equilibrar el tiempo es una buena competencia?". Ella sugiere una imagen más neutral de un reloj. No obstante, el intento de Lise es ignorado en este momento, pero la imagen permanece en la mesa y es reconsiderada, siendo la opción final al concluir la negociación.

Mientras que saltaban de una imagen a otra y argumentaban sus opciones, el grupo dio vida, a través de la palabra, a significados culturales del género en la vida laboral. Un gran número de estereotipos de género aparecieron en el diálogo, evidenciando su contundencia como categoría social. Se observa tanto un recurso discursivo como un signo biológico a lo cual se refiere en la conversación, en tanto categoría social que tiene consecuencias para las prácticas de las personas. El género opera como un organizador que establece normas, límites y facilita o imposibilita la comunicación.

El material arrojó luces sobre cómo las posiciones sociales de género y los códigos general limitan -pero también en momentos dados posibilitan- las opciones de interpretación e interacción en un grupo. El poder y el estatus interactúan en el proceso tanto de reproducir como de responder a las comprensiones establecidas sobre la importancia del género.

Cuando Maj introduce la competencia "equilibrar el tiempo", ella comienza, de un modo pícaro y coqueto, a burlarse de los hombres con esta crítica indirecta. Resulta claro que el remitente del mensaje es una mujer y que los otros, pensados como receptores del mensaje, son hombres. Se podría afirmar que ella, a través de la elección de esta imagen, se burla de su propia cultura laboral, pero, al mismo tiempo, al elegir la imagen de un hombre se sitúa a sí misma fuera de esta cultura. De lo que se ríen las mujeres es del supuesto fervor laboral de los hombres. Como el sexo de ella no está presente en la imagen, no necesita sentirse incluida por la crítica indirectamente formulada y podría sugerirse que la crítica es más legítima que si hubiera sido formulada con relación a ambos sexos o por un grupo de hombres. Una imagen de un grupo grande de hombres y mujeres en una trotadora gigante hubiera contenido connotaciones radicalmente diferentes. Una posible interpretación podría ser que el género es un imán para una crítica más generalizada de las condiciones modernas de trabajo, y que el material de conflicto es trasladado discretamente a un lugar donde aparece como un conflicto entre hombres y mujeres, no entre empleador y empleado/a, y al ser formulado por mujeres, solo le otorga un estatus menor.

Otros traslados de significado están presentes en el extracto arriba mencionado. Søren trata de ampliar el significado de "equilibrar el tiempo" y "tener una buena relación con el tiempo", manteniéndose en marcos de tiempo con nuevos significados como "ser capaz de priorizar entre diferentes tareas" o "ver metas claras bajo marcos de tiempo estrechos".

Se podría decir que él traslada el significado de ser capaz de vivir con la presión del tiempo (donde el empleado, de cierta manera, está posicionado como sujeto a sus propias condiciones laborales) hacia un contenido donde lo que está en juego son sustancia, metas y planificación (el empleado es un sujeto activo capaz, eligiendo por sí mismo, algo asociado con palabras de moda en los discursos de la nueva administración pública dominante). Lise también apoya este "traslado" aparentemente insignificante y dice: "Debes ser bueno para organizarte. Con esto, con diez minutos aquí y cinco minutos allá, y planificar tu tiempo de modo que puedas mantener el plazo límite de una tarea".

El contexto discursivo alrededor de la situación se muestra poderoso y penetra la discusión a través de la comunicación en el contexto local específico del ejercicio de imágenes. En este caso, son ideas sobre qué debe ser entendido como el buen empleado en una buena compañía. Es posible encontrar signos de cómo los requerimientos y dilemas organizacionales son transformados y percibidos como dilemas individuales, en vez de ser concebidos como constreñimientos organizacionales (Gunnarsson, 2003).


Una materialidad con la cual relacionarse

En el ejercicio de imágenes se solicitó a los participantes que identificaran una imagen que expresara las competencias que ellos consideraban importantes para sentirse cómodos en su organización. En otras palabras, las imágenes deberían funcionar para inspirar un tipo de metáforas cotidianas para lo que fuera que el participante quisiera expresar. La imagen serviría como un punto de referencia, un ancla para la construcción individual de significado, así como un diálogo subsiguiente para la comunicación del significado metafórico. El/los significado(s) inicial(es) adscrito(s) a una imagen funcionaron como base desde la cual podrían desencadenarse otras interpretaciones adicionales y quizás otras completamente nuevas8.

Las imágenes fueron una materialización de nociones, sentimientos, experiencias, opiniones complejas, permitiendo, por tanto, apoderarse, interpretar y comunicar sobre las contradicciones y deseos ligados al género y a la vida organizativa. Lo que es importante aquí es que, a diferencia de las palabras, las imágenes están abiertas a una multiplicidad de interpretaciones y asociaciones, mientras que al mismo tiempo son objetos tangibles, identificables, de complejidad reducida, con las que uno también se puede relacionar físicamente. Los recortes están ahí en el piso y sobre la mesa durante el ejercicio, no se desvanecen en el aire, como sí lo hacen las palabras u oraciones transitorias. Se puede dejarlos y regresar a ellos, tomarlos en la mano, tirarlos a la mesa, tocarlos delicadamente o ignorarlos. Su materialidad favorece al diálogo y pueden ser entendidos como una invitación al diálogo. Están a la disposición del participante; no son retirados durante toda la sesión. Especialmente en el cuarto momento, las elecciones de cada participante funcionan como un lugar de encuentro para las negociaciones sobre qué imágenes e interpretaciones obtendrían la autoridad para representar a todo el grupo, tanto hombres como mujeres.

Como ya he mencionado, mi interés en este proyecto de investigación no era la interpretación particular del contenido de una imagen. Tampoco estaba interesada específicamente en estudiar, por ejemplo, la atracción de imágenes particulares para ciertas personas. Lo que buscaba era los significados adscritos a estas expresiones pictóricas y estaba interesada en las negociaciones en torno al contenido que tuvo lugar entre los participantes. Había desarrollado el ejercicio de imágenes como un instrumento para explorar asuntos del lenguaje, para dar sentido al mundo y la comunicación, no como un método o prueba de proyección psicológica (Lykke, 2005; Schatz y Walker, 1995; Staunœs y Petersen, 2000). El uso de imágenes generó conversaciones e invitó a los participantes a una interacción con sentido, demostrándoles la utilidad en su esfuerzo por verbalizar interpretaciones y lecturas sobre las cuales era difícil hablar y compartir en su organización sobre el tema "significados y relaciones de género".


Modos de comunicación cambiantes

Cuando los participantes se pararon alrededor de la mesa, con la tarea de reducir el número de veinte imágenes a siete, el modo de comunicación cambió. De un estado mental, donde ellos habían reflexionado y establecido sus propios significados "dentro de sí mismos", se volvieron "productores/as de significados" en interacción con otros9.

Mi afirmación sería que el diseño del ejercicio en sí, con sus modos cambiantes de comunicación desde la reflexión individual hacia adentro (en el primer momento), una rueda donde los hombres y las mujeres trabajan por separado (el segundo momento), pasando por la negociación (el cuarto momento), de vuelta a la reflexión individual (quinto momento), luego el "debate libre" (en el séptimo momento), hacen más explícitos, para todos, los procesos de dar significados, y de allí se amplían las posibilidades de aprendizaje mutuo sobre la racionalidad subyacente. Aunque pienso en la construcción de relaciones y el dar sentido como procesos de causalidad no lineales, algunas veces, el marco artificialmente instalado por el ejercicios de imágenes, claro, externamente facilitado y fijo, parece ofrecer libertad para relacionarse y pensar en términos que rompen con "lo usual" (Gergen, 2003). En el ejercicio de imágenes, los participantes experimentarán tanto dirección como propósito, creados por el marco secuencial del método, la facilitación y la reflexión sobre el proceso.


Trabajando con imágenes: ¿relaciones cambiantes?

La última discusión acerca de la dinámica entre lo individual y lo colectivo me lleva a mi último punto sobre las potencialidades políticas ofrecidas por la metodología presentada. El proceso en sí del ejercicio de imágenes, como Gergen (2003) lo formula, "excluye la tradición de la autonomía individual" y, potencialmente, "trae a un primer plano nuestra responsabilidad en procesos de relaciones en curso" (p. 53).

En el material de datos a los que me refiero en este artículo, encontrarán diálogos y pronunciamientos que portan signos de los lazos sociales debilitados de los lugares de trabajo modernos (Hochshield, 1997). Las crecientes expectativas relacionadas con un cierto tipo de profesionalismo y las demandas del "manejo del sí mismo" sin fricción alguna son experimentadas por el individuo como demandantes y desestabilizadoras. Las palabras, oraciones e imágenes reflejan esta situación de estrés y frustración raramente compartida con colegas en el trabajo a través de un diálogo significativo. Para los participantes, el ejercicio de imágenes representó una oportunidad recibida con agrado para intercambiar con los otros pensamientos y consideraciones normalmente mantenidos fuera de la esfera pública. En lo que yo llamaría "un proceso colectivo de aprendizaje mutuo", se descubre que lo que es percibido como percepciones, deseos y dificultades individuales está relacionado con un significado social y cultural en contextos discursivos sociales poderosos.

Abogaría, entonces, por una serie de explicaciones sobre cómo este aprendizaje inusual es creado. Una de ellas tiene que ver con las imágenes. Es la interacción con imágenes lo que motiva una comunicación diferente que estimula la curiosidad e interés en el otro. Parece que nos podemos relacionar de modo mucho más abierto hacia las preferencias de los otros cuando estas están emparejadas con acciones en las que las sensaciones y experiencias poseen legitimidad, que cuando las relaciones son establecidas a través de modos convencionales de expresar opiniones o evaluaciones racionales sobre los fenómenos en el mundo. Cuando otra persona nos invita a ser partícipes de sus experiencias, la mayoría de la gente siente que le han dado acceso a un lado más personal de esa persona, lo que la hace estar más abierta, ser más respetuosa y expectante. Lo que se despliega es una "Practica mucho más rica", tan lamentablemente dejada de lado en la investigación posestructuralista (Gergen, 2003, p. 42). Aquí, Gergen (2003) afirma que "el desafío de sostener las tradiciones vividas ha sido tristemente dejado de lado", y él lo explica parcialmente por su ubicación en la arena cultural alejada de la academia. Curiosamente, su afirmación no enmarca esta comprensión con lo que puede añadir y enriquecer al análisis una perspectiva de género:

A medida que ganamos saber de estas fuentes de valor, los diálogos constructivistas llaman nuestra atención hacia la importancia de interpretaciones colectivas y su integración con formas de prácticas. Se requiere del medio para llevar a las personas a relaciones de colaboración, de ellos pueden surgir entendimientos y apreciaciones mutuas, junto con patrones de acción que están, a la vez, respaldados por estos discursos y simultáneamente traídos a la vida (Gergen, 2003, p. 42).

Otra explicación de por qué el ejercicio de imágenes involucra a sus participantes positivamente tiene que ver con su invitación a formar parte en un proceso analítico. La perspectiva de coinvestigador puede ser todavía más amplia de lo que he explorado acá.

La última explicación tiene que ver con los modos cambiantes de la comunicación. Los cambios claramente enmarcados entre las reflexiones individuales, el intercambio de percepciones, la discusión y la negociación crean cambios en los estados mentales, lo que motiva y activa a todos los participantes. En el ejercicio, la participación es demandante y todos están alertas a las instrucciones y el paso a seguir. Los modos cambiantes de comunicación perturban los procesos culturales prevalecientes de inclusión y exclusión social. Los participantes siempre comentan que un proceso tan altamente estructurado, paradójicamente, crea una participación más abierta que cuando ellos participan en una discusión de grupo sin una dirección planificada.

El ejercicio parece estimular el compromiso y el deseo de explorar los contenidos llevados a la mesa por los individuos y los contenidos desarrollados por el grupo. En la evaluación, un comentario se refirió a que más personas normalmente consideradas calladas habían participado. El "otro" fue descubierto tanto como "similar" y "diferente" y, en este caso, funcionó como un alivio y como un proceso que potencialmente aumentaba la esperanza, la comunidad, y que creaba relaciones a través de los procesos de compartir y llegar juntos a significados. Como es señalado por Gergen, la creación conjunta de significado depende de la generación de la diferencia. Del mismo modo que el significado de una sola palabra depende de su diferencia con otras palabras, cualquier expresión en un diálogo adquiere su significado de la diferencia de otras expresiones. Consideraría el método presentado, el ejercicio de imágenes, una organización colaboradora del diálogo que "genera una integración temporal del Yo" y una realidad del "nosotros" (Gergen, 2003; Hee Pedersen, 2007; Olesen & Hee Pedersen, 2012), una metodología que nos estimula a encontrarnos y a relacionarnos con el mundo del que somos parte,, tanto investigadores como participantes.


1 Luego de haber usado el ejercicio de imagen para el propósito específico de explorar los significados de género en organizaciones, lo he empleado en varios contextos muy diversos de enseñanza e investigación.

2 Esta investigación fue parcialmente financiada por el Danish Research Council of Social Science SSF durante el periodo 2000-2003.

3 He trabajado durante más de dos décadas como fotógrafa. De hecho, esta práctica me ha dado cierta sensibilidad y experiencia hacia las dimensiones visuales de la vida: un recurso en el que me apoyé durante el proceso de selección mencionado.

4 En el caso aquí referido, participaron seis personas, dos mujeres y cuatro hombres.

5 En una prueba preliminar del ejercicio, encontré que el tamaño de las imágenes tenía un efecto sobre cuáles eran preferidas. Para evitar esto, puede elegir imágenes de aproximadamente el mismo tamaño o colocar las imágenes pequeñas juntas y hacer lo mismo con las imágenes medianas y con las grandes. Este es un ejemplo de un detalle que parecía tan insignificante que no había considerado sus efectos no deseados.

6 Una tendencia que luego fue teorizada por los dos grupos hablando de toda la compañía/ONG, como "el otro", una forma de distanciarse y crear una identidad colectiva, abriendo posibilidades para mantener posiciones críticas y distanciadas.

7 Lise y Maj son mujeres; Kasper, Erik, Søren y Daniel son hombres.

8 Esta actividad estuvo presente en muchos momentos durante el ejercicio. Los hombres y las mujeres se refieren al sexo y género de maneras alegres, lúdicas, "solo como diversión". Este proyecto de investigación concluye que las discusiones sobre las relaciones de género frecuentemente tienen lugar en espacios no formales de las organizaciones, como fiestas, eventos sociales, la fotocopiadora, la mesa de almuerzo.

9 Para una mayor elaboración del concepto "broma de género", contactarse con la autora para la copia de un texto aun sin publicar: "It would not hurt if you can take a joke".



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