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Diversitas: Perspectivas en Psicología

Print version ISSN 1794-9998

Divers.: Perspect. Psicol. vol.12 no.2 Bogotá July/Dec. 2016

https://doi.org/10.15332/s1794-9998.2016.0002.05 

Influencia de la religión en la toma de decisiones sobre sexualidad en estudiantes católicos practicantes*

Influence of religion in decision making about sexuality in practicing catholic students

Juan Pablo Sanabria Mazo**, Juliana Jiménez Sierra**, Katherine Parra Blandón**, María Alejandra Tordecilla Casallas**

* Artículo de investigación.
http://dx.doi.org/10.15332/s1794-9998.2016.0002.05

** Pontificia Universidad Javeriana, Cali, Colombia.
Correspondencia: Juan Pablo Sanabria Mazo, Pontificia Universidad Javeriana, Cali, Colombia, Departamento de Psicología, facultad Humanidades y Ciencias Sociales, Pontificia Universidad Javeriana de Cali (Colombia). Dirección postal: calle 18 # 118-250, Cali, Colombia.
Correo electrónico: jsanabria22@javerianacali.edu.co

Recibido: 2 de marzo 2016 / Revisado: 30 de abril 2016 / Aceptado: 20 de mayo de 2016



Resumen

Esta investigación cualitativa de diseño fenomenológico tuvo como objetivo comprender la influencia de la religión en la toma de decisiones sobre sexualidad en estudiantes católicos practicantes. La muestra, seleccionada intencionalmente, estuvo conformada por cuatro hombres y cuatro mujeres, de los cuales dos de cada sexo habían iniciado su vida sexual y dos no. Las entrevistas en profundidad se analizaron con el apoyo del programa Atlas.ti. Las motivaciones para no iniciar su vida sexual se relacionaron con el amor hacia Dios y no convertir sus relaciones en un acto sexual, mientras que para iniciarla se asociaron con la exploración y la madurez espiritual. Los participantes que no habían iniciado su vida sexual estuvieron en contra de los métodos anticonceptivos artificiales al percibirlos como un elemento que solo promueve la satisfacción sexual. Se identificó que la religión influyó en las motivaciones que tuvieron los estudiantes para iniciar o no su vida sexual.

Palabras clave: sexualidad, religión, toma de decisiones, estudiantes, investigación cualitativa.



Abstract

This qualitative phenomenological research aimed to understand the influence of religion in decision making about sexuality in practicing Catholic students. The selected sample consisted of eight men and women, four men who had already started their sexual life and four that had not. In-depth interviews were analyzed using Atlas.ti. Motivations for not starting having sex were associated with love for God and not converting their relations into a sexual act, while those who had started their sexual life had motivations associated with exploration and spiritual maturity. Participants who had not started their sex lives were against artificial contraception and perceived them as elements that promoted only sexual satisfaction. Religion seemed to influence the motivations of students to start having sex.

Keywords: Sexuality, religion, decision making, students, qualitative research.



Introducción

En los últimos años la sexualidad en los jóvenes ha sido un tema ampliamente abordado por las ciencias sociales y de la salud (García, Menéndez, Fernández y Cuesta, 2012; López, Carcedo, Fernández, Blázquez y Kilani, 2011). En la literatura se ha definido la sexualidad como un concepto transhistórico cargado de representaciones simbólicas que dependen de aspectos biológicos, económicos, culturales y espirituales. Especialistas en el tema han destacado la importancia que tiene esta dimensión en la forma que tienen las personas de pensar, sentir e interactuar con los demás (Figari, 2010; Foucault, 1996; Weeks, 1986).

En Colombia, la sexualidad ha sido tradicionalmente considerada como un tema tabú que ha generado repercusiones sociales, económicas, políticas y personales (Hernández, 2002). De acuerdo con la investigación realizada por Beltrán (2011), el 71 % de la población colombiana son católicos y, dentro de este porcentaje, el 61 % son católicos practicantes. Conocido el impacto social que ha tenido la religión católica durante las últimas décadas en este país, algunos estudios han pretendido explorar cómo la religión, como constructo social que influye en la toma de decisiones, los valores y las creencias de las personas, puede delimitar en los individuos aspectos personales e interpersonales (Ahrold, Farmer, Trapnell y Meston, 2011; Davidson, Moore, Earle y Davis, 2008; Regnerus y Smith, 2005; Wallace y Williams, 1997).

Algunas investigaciones han identificado que la religión, a partir de experiencias espirituales, modelos de conducta y redes de apoyo social, promueve normas morales que permiten retrasar el inicio de la vida sexual en los jóvenes católicos (Estupiñán, Amaya y Rojas, 2012; Regnerus y Smith, 2005; Vargas, Martínez y Potter, 2010). La religión, como uno de los principales agentes socializadores, se ha convertido en un sistema que regula la conducta sexual de los jóvenes a través de la internalización de las normas morales, la vigilancia y la estigmatización (Ellingson, van Haitsma, Laumnn y Tebee, 2004; Lefkowitz, Gillen, Shearer y Boone 2004; Palma, 2008).

Las prácticas religiosas, al caracterizarse por tener una visión tradicionalista de la actividad sexual, siguen considerándose un factor predictivo en las conductas sexuales de los adolescentes (Moral, 2010; Njus y Bane, 2009; Rowatt y Schmitt, 2003). En México se encontró que los jóvenes creyentes practicantes de la religión católica tuvieron una conducta sexual más conservadora que los católicos creyentes no practicantes (Vargas et al., 2010). Ahora bien, en Estados Unidos se identificó que el grado de religiosidad reportado por los jóvenes puede retrasar el inicio de su actividad sexual o, por el contrario, promover tanto prácticas sexuales sin preservativo como actitudes negativas alrededor del uso de los métodos anticonceptivos (Ahrold et al., 2011; Rostosky, Wilcox, Wright y Randall, 2004). Del mismo modo, se halló que la mayoría de los jóvenes que iniciaron su vida sexual decidieron no utilizar preservativo para evitar infringir las normas que promovían en su religión (Collignon, 2010; Vargas et al., 2010).

Otras investigaciones han resaltado que las motivaciones de los jóvenes para iniciar su sexualidad se relaciona con la búsqueda de placer, la afirmación de la identidad, el fortalecimiento de vínculos, la curiosidad y el amor (García y Díaz, 2011; Vargas y Barrera, 2002). Himphreys y Herold (2007) y Jones (2010) han encontrado que los adolescentes hombres asumen su primera relación sexual sin mayor trascendencia en su significado, mientras que para las motivaciones de las mujeres para iniciar su vida sexual estuvo mayormente vinculada a cuestiones emocionales. En Colombia, concretamente, Rincón (2013) encontró una relación entre el inicio de la vida sexual de los adolescentes hombres y las creencias tradicionales sobre la masculinidad hegemónica.

Siguiendo esta misma línea, se ha asegurado que los jóvenes católicos, a pesar de que son conscientes de las normas de su religión sobre la actividad sexual premarital, tienden a separar la moral aprendida de su práctica (Amuchástegui, 1998). Según Smith (2003) esta manera en la que los jóvenes conciben la sexualidad denota un cambio considerable respecto a la forma en que ellos significan esta experiencia. A pesar de que algunas investigaciones han planteado una relación entre el inicio de la vida sexual y el abandono de sus prácticas religiosas (Vargas et al., 2010), lo cierto es que actualmente no existen suficientes estudios que permitan establecer esta relación. No obstante, autores como Hardy y Raffaelli (2003) han afirmado que esta experiencia en los jóvenes podría alterar tanto el modo en el que se relacionan con sus compañeros de la iglesia como la manera en la que significan sus creencias.

En la investigación realizada por Vargas et al. (2010) se halló una relación negativa entre el uso del condón y la adscripción religiosa de los jóvenes, siendo menor en los católicos practicantes (57 %) que en los no practicantes (65 %). Cabe resaltar que estos mismos autores plantean que las diferencias encontradas pueden deberse a las características socioeconómicas de los jóvenes que formaban parte del estudio. Los hallazgos de los estudios mencionados permiten identificar que la asociación negativa de los jóvenes católicos frente al uso del condón se presenta como un factor de riesgo en su salud sexual y reproductiva (Sierra, Perla y Santos, 2011).

Conocida la influencia que tiene la religión en la de toma de decisiones sexuales de los jóvenes católicos, parece necesario realizar investigaciones que permitan explorar los sistemas morales que configuran y regulan sus comportamientos sexuales. Por este motivo, esta investigación tuvo como objetivo comprender la influencia de la religión en la toma de decisiones sobre sexualidad en estudiantes católicos practicantes. Para ello se indagaron los motivos por los que se vincularon a la religión, y las motivaciones de los estudiantes para iniciar o no su vida sexual, se identificaron los significados que atribuyeron a la sexualidad y se caracterizaron las creencias que tuvieron respecto a la utilización de los métodos anticonceptivos.


Método

Diseño de investigación

Este estudio se realizó desde un enfoque metodológico cualitativo de diseño fenomenológico interpretativo, en la medida que este abordaje permite describir el significado de las experiencias que perciben las participantes de su realidad y reconoce, a su vez, la función del investigador en la interpretación de la experiencia (Willig, 2013).


Participantes

La muestra estuvo conformada por ocho estudiantes católicos, cuatro hombres y cuatro mujeres, pertenecientes a una universidad privada de la ciudad de Cali (Colombia). Con la intención de que los participantes cumplieran con los objetivos específicos que pretendió indagar este estudio, se seleccionó intencionalmente a dos participantes de cada sexo que habían iniciado su vida sexual y otros dos que no. La edad media de los participantes estuvo comprendida entre los 18 y los 24 años (M= 22.71). En cuanto al estatus socioeconómico, el 40 % pertenecían al medio (estrato 3 y 4) y el 60 % al alto (estrato 5 y 6). Se tuvieron en cuenta como criterios de inclusión que los participantes fueran mayores de edad, se consideraran católicos practicantes y estuviera matriculados en una universidad privada.


Técnicas de recolección

La técnica de recolección de información empleada fue la entrevista en profundidad. La guía de preguntas utilizadas contó con la validación de dos jueces expertos, quienes verificaron la coherencia, la redacción y la pertinencia de las preguntas según los objetivos de la investigación y las categorías de análisis (Hernández, Fernández y Baptista, 2006). A partir de los comentarios realizados por los jueces y la aplicación de una entrevista piloto, se ajustaron las preguntas que conformaron la guía final de la entrevista.

Procedimiento

Las entrevistas se realizaron en un consultorio privado y tuvieron una duración aproximada de una hora y media. Una vez firmado el consentimiento informado en el que se les notificó los alcances del estudio, se hizo entrega de una ficha de datos sociodemográficos. En estas entrevistas se exploraron como categorías de análisis: (1) motivos para vincularse a la religión, (2) motivaciones para iniciar o no la vida sexual, (3) significados atribuidos a la sexualidad y (4) creencias respecto a la utilización de los métodos anticonceptivos.


Análisis de datos

Con el objetivo de validar los resultados de la investigación y reducir el sesgo en la interpretación de la información, el análisis de los datos fue realizado por cada uno de los miembros del grupo de investigación, con el apoyo del programa Atlas.ti, basándose en las guías de preguntas establecidas, las categorías y los objetivos de estudio. Así pues, se siguió el esquema de organización, segmentación y correlación, a partir del cual se realizó un primer trabajo de transcripción y codificación con cada una de las piezas, seguido de un trabajo con las categorías de análisis y una orientación hacia la construcción del análisis final. Para ello, se realizó una primera lectura de las entrevistas que permitió localizar los códigos previamente establecidos, generar algunas notas de análisis y compararlas con las establecidas paralelamente por los otros investigadores. Durante este proceso se seleccionaron los fragmento pertenecientes a las categorías creadas y se interpretaron conjuntamente (Hernández et al., 2006).


Aspectos éticos

La presente investigación estuvo orientada por la resolución n.° 008430 de 1993 del Ministerio de Salud que expone las normas científicas, técnicas y administrativas para la investigación en salud con seres humanos a nivel nacional. Del mismo modo, se tuvieron en cuenta las consideraciones éticas definidas en el Manual Deontológico y Bioético de Psicología y la ley 1090 del 2006 que regula el ejercicio de la psicología en Colombia.


Resultados

A continuación se presentan los resultados obtenidos, de acuerdo con los objetivos y las categorías de análisis propuestas en esta investigación.


Motivos para vincularse a la religión

Las principales motivaciones de los participantes para vincularse a la religión católica estuvieron relacionadas con la tradición familiar, las experiencias previas con la religión y la proximidad de personas significativas. Dentro de las prácticas religiosas más habituales en ellos se encontraron asistir a misa, rezar el rosario, acudir a grupos de encuentros, confesarse con frecuencia, orar todos los días, realizar liturgias y participar en obras sociales.


Creencias sobre prácticas y normas religiosas

Los participantes aseguraron estar de acuerdo con los mandamientos, los sacramentos, la confesión y el amor como normas máximas de su religión. Para ellos aceptar estas normas significa comprometerse con la religión y permitirse vivir una vida centrada en la igualdad y la justicia. Algunos de ellos entienden, del mismo modo, que la religión es un camino que permite a los seres humanos vivir en una sociedad más igualitaria y que, además, posibilita tener una vida más plena y feliz.

Uno de los participantes afirmó que, más que entenderlas como normas que deben cumplir, las entendían como invitaciones de Dios:

La verdad, estoy de acuerdo con todos, es que es tan bonito, o sea todos encierran dos mandamientos: amar a Dios sobre todas las cosas y amar a tu prójimo como a ti mismo (hombre, 19 años, no había iniciado su vida sexual).

En contraposición, algunos aseguraron no estar de acuerdo con las normas de la religión que promueven no mantener relaciones sexuales antes de casarse, así como las que no permiten a los sacerdotes contraer matrimonio.

A diferencia de los que no habían iniciado su vida sexual, algunos participantes que la habían iniciado afirmaron no estar de acuerdo con la norma religiosa que promueve no mantener relaciones sexuales antes del matrimonio. Los motivos expuestos se asociaban a la doble moralidad que ellos percibían en la religión y a que tanto la religión como la sexualidad son apreciadas en ellos como dos dimensiones independientes de sus vidas:

Yo creo que decir que hay que esperar hasta el matrimonio es algo tan del buen decir; es como decir, no pues me casé entonces ahora puedo tener relaciones sexuales, pero, eso sí, mi novio me tocaba todo el noviazgo sin que hubiera coito porque nosotros respetamos la religión. Es una especie de doble moral (Lucía, 21 años, ya inició su vida sexual).

Es que una cosa es mi vida genital y otra cosa es mi religiosidad, y por más que yo cometa pecados no he tenido que abandonar mi religión, por muy pecador que sea, porque mi religión también se basa en la redención (Jerónimo, 21 años, ya había iniciado su vida sexual).

Por su parte, los motivos que defendían los participantes que no habían iniciado su vida sexual se relacionaban con la misión de la sexualidad que imparte la religión, el amor por el otro, la confianza en la pareja y el cumplimiento de los deseos de Dios:

Es algo que es querido por Dios. Para las parejas casadas es como un don, porque es muy digno que la sexualidad se dé dentro de la fe, porque a través de ese medio no solamente se comparte el amor y se expresa de una forma completa, sino que también puede ser una generadora de vida (Carolina, 21 años, no había iniciado su vida sexual).


Significados de la sexualidad

Para todos la sexualidad implicó comprender el afecto y la expresión corporal que tiene una persona con un otro o consigo mismo. Los participantes consideraron la sexualidad como todo aquello que genera placer o una orientación del ser humano cuando logra identificarse:

Para mí la sexualidad es algo corporal y mental. La sexualidad puede ser como las sensaciones y los pensamientos que se despiertan en mí con otro ser o conmigo misma, cuando me genero placer. Para mí la sexualidad va muy vinculada a generar placer, pero también creo que está relacionado con los órganos sexuales de mi cuerpo y con mi mente, ya sea en el momento del coito, de la atracción o de algo más corporal (Lucía, 21 años, ya había iniciado su vida sexual).


Motivaciones para iniciar o no su vida sexual

Las motivaciones de las participantes mujeres para haber iniciado o no su sexualidad coital estuvo asociada con encontrar el amor y sentir confianza hacia la pareja, la madurez espiritual, el contraer matrimonio, la solvencia económica y la necesidad de explorar, sentir placer y conectarse con otro:

Que yo tenga la capacidad económica, digamos la madurez espiritual para traer también al mundo a una persona, entonces como que tener esas... como que esos respaldos, obviamente también para mí la gracia que te da el sacramento del matrimonio sería lo que me motivaría a iniciar mi vida sexual (sic) (Carolina, 20 años, no había iniciado su vida sexual).

Los hombres, en cambio, reportaron que sus motivaciones para tomar esta decisión fueron la curiosidad, la preparación espiritual y el sentimiento de paz:

La curiosidad. Desde el colegio, desde niño, uno se da cuenta de que existe, a pesar de que yo salí de un colegio de solo hombres, siempre tuve muy claro que ya habían mayores practicando sexualidad (David, 20 años, había iniciado su vida sexual).

Se hallaron algunas similitudes entre aquellos participantes que ya iniciaron su vida sexual, como la curiosidad, y entre los que no la habían iniciado, como la madurez espiritual.

Por su parte, las participantes mujeres reportaron que sus motivaciones para no iniciar su vida sexual fueron el amor que le tienen a Dios, los deseos de controlar sus propias pasiones, las consecuencias físicas que conlleva el iniciarla, la idea de que les permite tener un corazón más puro, la libertad de amar más allá de las relaciones coitales y el no haber encontrado una pareja adecuada:

Siento que puedo amar más libremente y que no estoy atada a una persona por una relación sexual, yo creo que psicológicamente es sano y espiritualmente también (Carolina, 20 años, no había iniciado su sexualidad).

Los hombres manifestaron que su motivación para no iniciar su vida sexual fue la relevancia que le dan a la vida espiritual, evitar que la relación de pareja se convierta en algo físico y encontrar a la persona indicada:

Todo parte desde la importancia con la que uno tome la persona con la que quiere iniciar esa relación sexual. Si es tu novia, si no están preparados espiritualmente, va a llegar un punto donde los conflictos llegan de una forma desorbitante, llega un punto donde esa unión se convierte más carnal que espiritual; se convierte en algo mucho más placentera, entonces es porque aún no se ha preparado la parte espiritual (Ramiro, no había iniciado su vida sexual, 19 años).

A diferencia de las mujeres, los participantes hombres no destacaron como una de sus motivaciones para no iniciar su vida sexual las consecuencias físicas que se pueden derivar de las relaciones sexuales.


Acciones para evitar la actividad sexual

Las acciones que realizaban los participantes que no habían iniciado su vida sexual cuando se veían atraídos sexualmente por una persona, o cuando se encontraban en situaciones que propiciaban la actividad sexual fueron centrarse más en la razón que en los sentimientos, buscar la incomodidad del momento, pensar en Jesús y huir de la situación:

Sí, muy difícil pero sí, se ha logrado (...), cuando ha llegado ese momento pienso en Jesús y digo, no cagada, esperemos, no. todavía no, ¿porque cómo voy a hacer esto con Él en mi mente? Entonces ha sido un medio para controlarlo (Ramiro, 19 años, no había iniciado su vida sexual).

Una de las participantes afirmó que ella evitaba compartir mucho tiempo a solas con su pareja, que acostumbraba a resaltar otro tipo de actividades como el practicar deporte y fortalecer constantemente su fe y relación con Dios:

Evito compartir, estar todo el tiempo juntos, solos, embelesados; intento buscar, exaltar otras áreas de la relación (...), nosotros somos muy deportistas, entonces el deporte es algo que te educa mucho en eso, la disciplina, como que muchas veces tú purificas como que tu. tu sexualidad (...). Lo principal de todo: pedir mucho a Dios, pedirle que todos los días que te dé ese don, que te ayude, que te muestre el camino correcto (Carolina, 20 años, no ha iniciado su vida sexual).


Sentimientos al iniciar la vida sexual

Al haber iniciado su vida sexual, algunos participantes manifestaron sentir culpa, cargo de conciencia y tristeza por no haber seguido las normas de su religión:

Cuando inicié mi vida sexual sentí culpa, porque mi religión dice esto pero yo quiero hacer esto, y yo no lo veo malo porque yo tengo unos criterios acerca de cómo lo estoy haciendo y de la persona con que la que estoy haciendo. Pero sí hubo muchísima culpa, y, digamos, hubo mucha más culpa con mi segunda pareja que con mi primer pareja, como que fui más consciente de la religión. Al principio yo sentía que eso era algo que me ponía a mí un freno que no hacía antes (sic) (Lucía, 21 años, ya inició su vida sexual).

La mayoría de los participantes coincidieron al asegurar que iniciar la vida sexual no implicaría para ellos tener que renunciar a sus creencias religiosas, y a la forma de relacionarse tanto con Dios como con su comunidad religiosa. No obstante, una de las participantes que había iniciado su vida sexual afirmó que haber tenido relaciones sexuales antes del matrimonio le generó a ella una crisis con su religión:

Yo entré en una crisis porque yo me consideraba una persona muy comprometida con la iglesia. Inicialmente para mí fue un engaño, como una traición a Dios. Me sentí realmente mal con mis creencias (Lucía, 21 años, ya inició su vida sexual).


Percepción sobre el uso de los métodos anticonceptivos

A pesar de que los participantes manifestaron conocer los métodos anticonceptivos, la mayoría de los que no habían iniciado su vida sexual expresaron estar en contra de los métodos anticonceptivos, al percibirlos como un instrumento que promueve únicamente la satisfacción sexual y como un contaminante para su salud y el ambiente. Estos mismos participantes aseguraron estar de acuerdo con el uso de métodos anticonceptivos naturales porque no tienen contraindicaciones y están abiertos a la vida:

Pienso que no están bien, que son creaciones para satisfacer unas necesidades sexuales, pero que no engrandecen en nada el sexo, que no engrandecen en nada a la persona humana. Eso pienso de los métodos anticonceptivos, que están cerrados a la vida cuando el hombre está llamado a dar vida (Ramiro, 22 años, no había iniciado su vida sexual).

Por su parte, aquellos que habían iniciado su vida sexual concibieron los métodos anticonceptivos naturales como poco seguros y confiables, mientras que resaltaron que los artificiales les permitían prevenir embarazos y enfermedades:

No confío en ninguno de los métodos naturales porque no todos los cuerpos son iguales. O sea, muchas veces hay mujeres que cuando menos te los esperas... ¡trum!, ¡quedó! (David, 20 años, ya había iniciado su vida sexual).

Algunos de los participantes que ya iniciaron su vida sexual afirmaron estar únicamente de acuerdo con los que no sean abortivos.


Influencia de la religión en sus vidas

Al preguntar sobre la influencia que tenía la religión en la toma de decisiones sexuales, la mayoría de los participantes consideraron que su religión ha influido en todos los aspectos de su vida, pues consideran que sus acciones están encaminadas bajo las enseñanzas de la iglesia y de lo que piensan que Dios quiere para ellos. Respecto a la sexualidad, aseguraron que sus creencias religiosas les habían ayudado a tener una postura más amplia y a no verla simplemente como un acto sexual coital. Algunos de los que ya habían iniciado su vida sexual afirmaron que la religión les ha ayudado a respetar más su cuerpo y el del otro:

Me invita a hacer del sexo algo más grande, hacer del sexo no solo una cuestión de placer, de utilitarismo. La religión me invita a hacer del placer un contacto con Dios. Entonces sí, definitivamente, la religión sí ha influido en mi forma de ver la sexualidad, y siento yo que de una manera positiva (...). He dejado de ver a las mujeres como un objeto y las he empezado a ver como otro, como un semejante (Andrés, 22 años, no había iniciado su vida sexual).

Otros participantes consideraron que la religión no había influido en sus vidas, puesto que las decisiones que tomaron las afrontaron dependiendo del momento, la persona y el lugar en el que se encontraban:

No creo que la religión haya influido en mi sexualidad (...). Pienso que mis prácticas sexuales no son incorrectas, no es que vaya en contra de la religión, pero no creo que mis prácticas sean incorrectas. ¿Sí me hago entender? No hay nada que me diga que eso es incorrecto. Para mí, no estoy en contra de lo que dijo el Señor (David, 20 años, ya había iniciado su vida sexual).

Al preguntarles qué pensarían ellos si una persona mantuviese relaciones sexuales antes del matrimonio, quienes no habían iniciado su vida sexual afirmaron que esa persona podría no estar comprometida en su totalidad con su religión:

Pienso que esa persona debería formarse en la fe (risas) y que debe enamorarse de Jesús. La fe va mucho más allá de una serie de preceptos, ni siquiera de prohibiciones (...). Si ella decide tener sexo antes del matrimonio y se dice ser creyente, pues yo pongo eso en tela de juicio, no sé hasta qué punto ella se enamoró de Jesús, no sé hasta qué punto la religión forma parte de lo que ella quiere para su proyecto de vida (Andrés, 22 años, no había iniciado su vida sexual).


Discusión

El objetivo principal de este estudio fue comprender la influencia de la religión en la toma de decisiones sobre sexualidad en estudiantes católicos practicantes. Los resultados obtenidos en esta investigación permiten identificar que prácticas religiosas como asistir a misa, acudir a grupos de encuentros, confesarse regularmente, realizar lecturas espirituales y orar diariamente facilita que los jóvenes internalicen las normas morales de la iglesia (Moral, 2010; Njus y Bane, 2009; Regnerus y Smith, 2005; Vargas et al., 2010).

En concordancia con Hernández (2002) se evidenció que la forma en la que son percibidas las normas por los participantes varía en función del significado que ellos otorguen a su experiencia con la religión. La forma de percibir el control que ejercía las normas religiosas en el individuo son percibidas por los estudiantes católicos practicantes más como invitaciones que como obligaciones que deben cumplir estrictamente (Palma, 2008; Rowatt y Schmitt, 2003). En este sentido, los participantes que iniciaron su vida sexual manifestaron no compartir la visión de la iglesia de mantener relaciones sexuales solo durante el matrimonio, pues ellos creen que la religión y su sexualidad son dimensiones diferentes. Esto concuerda con la postura de Amuchástegui (1998), quien afirma que aunque los jóvenes conocen la normatividad de la iglesia en cuestiones sexuales, tienden a separar su práctica de la moral.

Ahora bien, los estudiantes que no habían iniciado su vida sexual aseguraron estar de acuerdo con que las relaciones sexuales únicamente se debían mantener en el matrimonio. En este orden de ideas, las principales motivaciones para no iniciar su vida sexual estuvieron relacionadas con cuestiones espirituales, como evitar que sus relaciones se convirtieran en un acto coital sin trascendencia. Conforme con lo expuesto por Ahrold et al. (2011) y Wallace y Williams (1997), se encontró que los participantes que no habían iniciado su vida sexual manifestaron haber evitado este tipo de situaciones a través de la autorregulación de pensamientos, la evitación de situaciones propiciadoras de momentos comprometedores y el fortalecimiento constante de la fe y la relación con Dios.

A pesar de que la mayoría manifestó que la religión influía en su vida sexual, se podría pensar que la manera en la que lo hace varía según el significado que ellos le otorguen a sus creencias personales y a su experiencia de vida. Esta última afirmación concuerda con lo expresado por Vargas et al. (2010), quienes aseguraron que la influencia de la religión dependía de la interacción que las personas tenían con la sociedad y con la formación de valores.

Al igual que la investigación realizada por Lefkowitz et al. (2004), se encontró que los católicos practicantes evitan comportamientos que su religión conciba como actos inmorales o en dirección distinta a la esperada. Aunque estudios como el de Hardy y Rafaelli (2003) se han preguntado si iniciar la vida sexual podría influir en la forma que tienen de relacionarse los estudiantes católicos con su comunidad y con sus prácticas religiosas; en este estudio se encontró que la mayoría de los participantes afirmaron que iniciar su vida sexual no implicó para ellos renunciar a la forma de relacionarse con Dios. No obstante, cabe resaltar que para ellos esta situación podría implicar un momento de crisis que los invitaría a la reflexión sobre sus acciones y sus creencias. Este hallazgo, sumado al estudio realizado por Vargas et al. (2010), parece denotar que, actualmente, no existen estudios que permitan establecer una relación directa entre el abandono de la religión y el inicio de la sexualidad en los estudiantes católicos practicantes.

Resultados previos han señalado, del mismo modo, que el grado de religiosidad podría retrasar el inicio de la vida sexual o, por el contrario, podría llevar a promover prácticas sexuales de riesgo (Rostosky et al., 2004). Al igual que en la investigación de Vargas et al. (2010), se encontró que la adscripción religiosa influye en la concepción que tienen los estudiantes católicos practicantes del uso del condón. Se evidencia, asimismo, que existe una mayor influencia y compromiso con las normas de la religión en aquellos que no han iniciado su vida sexual.

Los resultados de este estudio permitieron identificar que las principales motivaciones para que los jóvenes iniciaran su vida sexual se asociaron a factores como la curiosidad y la madurez espiritual (García y Díaz, 2011; Vargas y Barrera, 2002). Otros motivos para dar inicio a su sexualidad fueron la confianza hacia la pareja, el contraer matrimonio, el amor y la necesidad del ser humano de explorar, sentir placer y conectarse con otra persona (Rincón, 2013). A diferencia de los estudiantes hombres, las mujeres reportaron que factores emocionales como el matrimonio y la solvencia económica fueron sus motivaciones para iniciar su vida sexual (Himphreys y Herold, 2007; Jones, 2010).

Del mismo modo, se encontró que las mujeres manifestaron sentir mayor culpabilidad y cargo de conciencia al iniciar su vida sexual; con respecto a los hombres, expresaron no experimentar ningún sentimiento negativo al haberla iniciado (Sierra et al., 2011). Se identificó, además, que los participantes que aún no la habían iniciado evidenciaron en sus acciones un mayor nivel de experiencias en la religiosidad y compromiso con las normas que imparte la religión. En cambio, aquellos que la iniciaron aseguraron no estar de acuerdo con algunas normas, a la vez que afirmaron no ceñirse siempre a lo esperado por la religión. Una posible explicación es que los jóvenes que iniciaron su vida sexual afirmaron desligar la sexualidad de la religión, mientras que los que no aseguraron que ambas dimensiones forman parte de una sola. Se podría entender, por tanto, que a mayor internalización de las experiencias en la religiosidad, mayor compromiso con las normas.

Entre las limitaciones de este estudio, se pueden señalar principalmente el reducido tamaño de la muestra. Ahora bien, es importante resaltar que las entrevistas de esta investigación permitieron centrarse no solamente en lo que creían los participantes, sino que también en lo que ellos sentían al respecto. Un valor diferenciado del abordaje metodológico de esta investigación es que permitió dar cuenta desde la voz de los participantes la influencia que tuvo la religión en la toma de sus decisiones sobre sexualidad (Hernández, 2002; Vargas et al., 2010).

Así pues, los hallazgos de esta investigación se presentan como un primer acercamiento cualitativo a este fenómeno, que puede servir para que futuras investigaciones sigan explorando con mayor profundidad el impacto de la religión en las motivaciones que tienen los estudiantes católicos practicantes para iniciar o no su vida sexual. Se sugiere, del mismo modo, que estos trabajos hagan énfasis en explorar las implicaciones que tiene esta decisión en la salud sexual y reproductiva de esta población.



Referencias

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