Introducción
La adolescencia es una etapa vulnerable para la aparición de conductas de riesgo que pueden traer consecuencias para la salud, económicas y sociales (Borrás, 2014; Tol, Song & Jordans, 2013), por lo que la influencia de la familia y los amigos, entre otros, es primordial, en tanto que las redes de apoyo que de aquí se deriven puedan tener efectos positivos (Coppari; 2013; Leiva, Pineda & Encina, 2013); o negativos (Kiecolt- Glaser, Mcguire, Robles & Glaser, 2002); por ello se resalta la necesidad de dicho apoyo para el bienestar del adolescente (Orcasita & Uribe, 2010). El bienestar depende de los recursos biológicos, psicosociales, estructurales y culturales (Panter-Brick & Leckman, 2013). Dentro de estos se encuentra el apoyo social que los adolescentes perciben de su entorno (González- Arratia & Valdez-Medina, 2005, 2006, 2012).
El apoyo social se define como la percepción subjetiva acerca de la adecuación del soporte proporcionado por la red social, como lo son familia, amistades y otros individuos del entorno. Este constructo implica un factor psicosocial asociado al bienestar en la adolescencia (Chu, Saucier, & Hafner, 2010), desempeñando un papel protector ante las amenazas graves al desarrollo, y en favor de la adaptación de los adolescentes (Masten, 2012).
Entre los factores psicológicos que afectan al bienestar también destaca la resiliencia, entendida como un conjunto de cualidades personales positivas que mejoran la adaptación individual ante circunstancias adversas (Connor & Davidson, 2003; Masten & Tellegen, 2012; Rutter, 2013).
Para los adolescentes, la resiliencia supone superar los potenciales efectos negativos producidos por la exposición al riesgo mediante estrategias positivas de fortalecimiento y afrontamiento (Fergus & Zimmerman, 2005). Estas herramientas resilientes ayudan a los adolescentes a superar exitosamente los riesgos que implican esta etapa de transición (Wright, Masten, & Narayan, 2013). La resiliencia no supone un término para designar un funcionamiento superior, sino uno relativamente mejor que el que muestran otros adolescentes que experimentaron el mismo nivel de adversidad (Barcelata, 2015).
Las relaciones interpersonales positivas favorecen el crecimiento, la resistencia saludable, y la capacidad de recuperación. El contexto social o cultural determina en gran medida los tipos de relaciones que un individuo pueda tener y estas determinan la capacidad de uno para responder al estrés. El apoyo social favorece el bienestar individual y familiar, actuando como herramienta en momentos de transición dentro del proceso de desarrollo (Barber, 2013; Jordan, 2013; Orcasita & Uribe, 2010).
La relación entre apoyo social y resiliencia ha sido establecida en distintas poblaciones (Lam et al., 2008; Leiva, et al., 2013; Sun, Guan, Qin, Zhang & Fan, 2013), dentro de las cuales se trataron específicamente con adolescentes (Gaxiola & González, 2012; Gaxiola, González&Contreras,2012;Gaxiola,González,Contreras, & Gaxiola 2012; Omar, 2013; Rodríguez-Fernández et al., 2015; Torres & Ruiz, 2013), y donde el apoyo social y la resiliencia actúan como factores protectores. El fomento del crecimiento y enriquecimiento de estas conexiones se encuentra en el núcleo de la noción de resiliencia (Wright et al., 2013). Asimismo, aspectos relacionados con la resiliencia pueden variar en función del sexo, la edad y el contexto en el que se desarrollan los adolescentes (Gaxiola, González & Contreras, 2012; Gaxiola, González, Contreras, & Gaxiola 2012; Omar, 2013; Torres & Ruiz, 2013).
El apoyo social percibido, y el autoconcepto han sido identificados como predictores de la resiliencia (Rodríguez-Fernández et al., 2015; Rodríguez-Fernández, Ramos-Díaz, Ros, Fernández-Zabala, & Revuelta, 2016). Del mismo modo, el apoyo social es considerado como un factor de influencia causal en el bienestar subjetivo (Brannan, Biswas-Diener, Mohr, Mortazavi, & Stein, 2013; Proctor & Linley, 2014; Rodríguez-Fernández, Droguett, & Revuelta, 2012; Rodríguez-Fernández, Ramos-Díaz, Madariaga, Arrivillaga, & Galende, 2016).
En estudios sobre el tema aplicados en Paraguay, se identificaron niveles de apoyo social bajos en poblaciones como estudiantes de medicina (Torales, Barrios, Samudio & Samudio, 2017). En cuanto a resiliencia, los hallazgos son diferentes dependiendo si se tiene en cuenta la etapa evolutiva (Coppari, 2013; Coppari, Barcelata, Bagnoli & Codas, 2018), o el nivel socioeconómico y la configuración de la familia (Gómez, 2014).
Se pretende contribuir sobre los factores que influyen o se relacionan con la resiliencia, describiendo la asociación entre la predisposición resiliente y factores personales, tales como el sexo y la edad (Coppari et al., 2018; Omar, 2013; Torres & Ruiz, 2013). El estudio se enmarca en la Psicología de la Salud (Amigo, Fernández, & Pérez, 2010) y la Psicología Positiva (Seligman, 2002), que buscan la promoción del bienestar físico y mental, y la prevención temprana de posibles factores dañinos para el desarrollo pleno del ser humano.
En este estado del conocimiento, con escasos datos locales se justifica la investigación basada en la necesidad de aportar evidencias a políticas públicas de educación y prevención en la adolescencia, y se sustenta el objetivo general, de establecer la relación entre el apoyo social percibido y la disposición resiliente, y compararlas conforme el sexo y la edad de una muestra de adolescentes paraguayos escolarizados.
Método
Es un estudio no experimental comparativo y correlacional (McGuigan, 1996). Se realiza una correlación y comparación entre los puntajes de apoyo social percibido y la disposición resiliente, conforme el sexo y edad de los adolescentes.
Participantes
Participaron de la investigación 1334 adolescentes de entre 12 (46.8%) y 18(42.3%) años de edad (M=14.99; DE=1.66), 725 de los adolescentes son mujeres (54.3%) y 609 son varones (45.7 %). Todos son estudiantes de Educación Escolar Básica y Educación Media en una institución de enseñanza pública de Asunción. El muestreo fue intencional y autoselectivo por consentimiento informado.
Instrumentos
Cédula Sociodemográfica para el Adolescente y su Familia (Barcelata, 2013). Es un instrumento mixto integrado por 26 reactivos, categóricos y de opción múltiple. Se evalúa la estructura familiar (p.ej. vivo con mi padre, (sí, no); nivel educativo (p.ej. primaria, secundaria, bachillerato…); ocupación de los padres (p.ej. obrero, oficinista, comerciante…); y estado civil de los padres (p.ej. casado, divorciado, unión libre…); condiciones de infraestructura de la vivienda y bienes materiales (p.ej. cuarto, departamento, casa sola, etc.; zona de residencia o van a la escuela). La fiabilidad de este instrumento con ( de Kuder-Richardson = .65; ( y nominal = .69).
Escala de Apreciación de Apoyo Social -EAAS de Martínez (2004). Adaptada para población mexicana de la Social Support Appraisal Scale de Cobb (1976). Consta de 23 reactivos con opciones de respuesta tipo Likert, que va de 1 a 4 puntos, donde 1=”es muy de acuerdo” y 4=”muy en desacuerdo”, organizados en tres factores, 8 reactivos para Familia, 7 para Amigos, y 8 para Otros. En su conjunto evalúa apreciación de apoyo social, por medio del cual el adolescente puede valorar su percepción, centrado en su propia experiencia, y en la percepción de disponibilidades de conductas de apoyo por parte de su familia, amigos y demás personas dentro de la sociedad en la cual se desenvuelve (Martínez, 2004). Se reportan alfas de Cronbach de .80 y .90 en su versión original, así como índices de .80 y de .77 en la versión adaptada y obtenidas en otros estudios (Barcelata et al., 2013).
Inventario de Resiliencia IRES (Gaxiola, Frías, Hurtado, Noriega, & Figueroa, 2011). Este instrumento se utiliza para medir las disposiciones que probablemente han desarrollado la resiliencia de las personas, se entiende como disposición resiliente, la capacidad para exhibir respuestas adaptativas frente a diversos riesgos que pueden afectar el desarrollo psicológico (Gaxiola et al., 2011). Está conformado por 24 ítems que evalúan siete dimensiones: actitud positiva, sentido del humor, perseverancia, religiosidad, autoeficacia, optimismo y orientación a la meta. Este inventario cuenta con cinco opciones de respuesta, donde 1 = nunca y 5 = siempre. Ejemplos de preguntas de la escala son: »veo lo positivo de la vida y de las cosas que me pasan« y »acepto que los problemas son parte de la vida«. El inventario reporta un alfa de Cronbach de .93 en la escala total y valores de alfa que van de .65 a .95 para cada uno de sus factores.
Procedimiento
Los cuestionarios se aplicaron en formato electrónico y en formato papel y lápiz, con previa solicitud de permiso, a todos los alumnos de dos instituciones públicas de Educación Escolar Básica (EEB), tercer ciclo, y Educación Escolar Media (EEM) de Paraguay, a quienes se les pidió consentimiento informado, teniendo en cuenta el código de Ética de APA (2013) en todo el desarrollo de la investigación. La obtención de datos se realizó en horarios de clase, en las mismas aulas, y una vez firmados los consentimientos informados por los padres y adolescentes. Se motivó a los participantes destacando la importancia de responder honestamente a los cuestionarios. Se procedió al tratamiento de los datos en pareja de examinadores de manera a obtener la confiabilidad del cargado de los datos.
Análisis estadísticos
Los datos obtenidos se analizaron por medio del software SPSS v. 15, analizándose las variables sociodemográficas y los puntajes de los cuestionarios de acuerdo a medidas de centralización y dispersión. Con el alfa de Cronbach se observó un alto índice de consistencia interna para la muestra estudiada (0.91). Los análisis inferenciales utilizados fueron la correlación de Pearson para el análisis de las correlaciones, en pocos casos, Spearman, y la prueba t de Student para las comparaciones por sexo. De manera previa a los análisis mencionados se realizaron pruebas de normalidad de asimetría y curtosis de las variables para valorar la pertinencia de las pruebas paramétricas y no paramétricas. Se calculó el tamaño del efecto de las diferencias que fueron estadísticamente significativas con d de Cohen (1988).
Resultados
El coeficiente de correlación (Tabla 1), entre niveles de apoyo social y disposición resiliente posee un valor muy bajo por lo que no se puede indicar que exista asociación entre ambas variables en los participantes del estudio. En congruencia con estos datos, un análisis de regresión indica que el apoyo social (VI) no predice puntajes en disposición resiliente (VD).
Apoyo Social | r s (p valor) | B | ß | Intervalo de confianza 95% | |
---|---|---|---|---|---|
Disposición resiliente | -.07 | (.01) | .01 | .01 | (-.03, .05) |
Nota. B: Coeficiente no estandarizado; ß: Coeficiente estandarizado.
El coeficiente de correlación (Tabla 2), entre las escalas de apoyo social, las escalas de resiliencia, y la edad presentan un valor mínimo, por lo mismo, se descarta que exista asociación entre las variables en la presente muestra de adolescentes. Para los análisis de regresión lineal, se tomó la edad como VI y las distintas escalas de apoyo social y disposición resiliente como VD.
Escalas de Apoyo social y puntaje total | Edad | B | ß | Intervalo de confianza 95% | |
---|---|---|---|---|---|
r (p valor) | rs (p valor) | ||||
AS Familia* | .13 (.00) | .70 | .13 | (.42 - .98) | |
AS Amistad* | .10 (.00) | .33 | .10 | (.15 - .50) | |
AS en otros* individuos | .11 (.02) | .41 | .11 | (.21 - .61) | |
AS total* | .12 (.00) | 1.45 | .12 | (.82 - 2.07) | |
Disposición Resiliente | |||||
Afrontamiento | .04 (.07) | .08 | .05 | (-.01 - .18) | |
Actitud Positiva | .02 (.39) | .10 | .05 | (.00 - .20) | |
Sentido del Humor | .07 | .09 | .08 | (.03 - .15) | |
Empatía | (.00) .08 | .10 | .03 | (.04 - .17) | |
Flexibilidad | (.00) .06 | .07 | .06 | (.01 - .13) | |
Perseverancia | (.01) .07 | .07 | .07 | (.02 - .12) | |
Religiosidad* | (.00) .05 (.04) | .08 | .04 | (.00 - .16) | |
Autoeficiencia | .06 (.01) | .07 | .07 | (.01 - .12) | |
Optimismo | .02 (.44) | .02 | .02 | (-.03 - .07) | |
Orientación a la meta | .06 (.01) | .09 | .10 | (.05 - .14) | |
Resiliencia total | .09 (.00) | .78 | .09 | (.32 - 1.24) |
Nota. B: Coeficiente no estandarizado; ß: Coeficiente estandarizado. *Se realizó la prueba d de Cohen
Se observa (Tabla 3), diferencias significativas entre las diferentes escalas de apoyo social en la franja etaria de los adolescentes. Así, en el apoyo social familiar (d= 0.19), en los amigos (d= 0.17), en otros individuos (d= 0.17), y en el puntaje total de apoyo social (d= 0.20), el valor más elevado se presenta entre los participantes de 16 a 18 años. Todas las pruebas de la d de Cohen realizada a los resultados con diferencias significativas se muestran con un tamaño pequeño en su efecto.
Escalas | Edad | N | Media | IC 95% | t | P |
---|---|---|---|---|---|---|
AS Familia | 12 a 15 | 770 | 25.44 | 24.81 - 26.06 | -3.51 | .00 |
16 a 18 | 564 | 27.17 | 26.46 - 27.88 | |||
AS Amistad* | 12 a 15 | 770 | 15.73 | 15.34 - 16.12 | -3.16 | .00 |
16 a 18 | 564 | 16.68 | 16.25 - 17.12 | |||
AS en otros* individuos | 12 a 15 | 770 | 21.27 | 20.83 - 21.72 | -3.64 | .00 |
16 a 18 | 564 | 22.53 | 22.02 - 23.04 | |||
AS total* | 12 a 15 | 770 | 62.45 | 61.06 - 63.83 | -3.68 | .00 |
16 a 18 | 564 | 66.38 | 64.82 - 67.95 |
Nota: *se realizó la prueba d de Cohen
En cuanto a las sub escalas de resiliencia (Tabla 4), se observa que el puntaje de Religiosidad es mayor en adolescentes de 16 a 18 años (d= 0.12). Todas las pruebas de la d de Cohen realizada a los resultados con diferencias significativas se muestran con un tamaño pequeño en su efecto.
Escalas | Edad | N | Media | IC 95% | t | P |
---|---|---|---|---|---|---|
Afrontamiento | 12 a 15 | 770 | 14.83 | 14.62 - 15.05 | -1.91 | .05 |
16 a 18 | 564 | 15.13 | 14.91 - 15.35 | |||
Actitud Positiva | 12 a 15 | 770 | 15.81 | 15.57 - 16.06 | -1.47 | .14 |
16 a 18 | 564 | 16.06 | 15.84 - 16.28 | |||
Sentido del* Humor | 12 a 15 | 770 | 7.68 | 7.55 - 7.82 | -2.52 | .01 |
16 a 18 | 564 | 7.94 | 7.80 - 8.09 | |||
Empatía* | 12 a 15 | 770 | 6.64 | 6.51 - 6.79 | -2.49 | .01 |
16 a 18 | 564 | 6.91 | 6.76 - 7.07 | |||
Flexibilidad | 12 a 15 | 770 | 7.51 | 7.37 - 7.65 | -1.57 | .11 |
16 a 18 | 564 | 7.67 | 7.53 - 7.82 | |||
Perseverancia | 12 a 15 | 770 | 8.36 | 8.25 - 8.48 | -1.95 | .05 |
16 a 18 | 564 | 8.52 | 8.42 - 8.64 | |||
Religiosidad | 12 a 15 | 770 | 7.45 | 7.29 - 7.63 | -2.18 | .02 |
16 a 18 | 564 | 7.74 | 7.55 - 7.94 | |||
Autoeficiencia* | 12 a 15 | 770 | 7.96 | 7.84 - 8.10 | -1.54 | .12 |
16 a 18 | 564 | 8.11 | 7.98 - 8.24 | |||
Optimismo | 12 a 15 | 770 | 8.42 | 8.30 - 8.54 | -.01 | .98 |
16 a 18 | 564 | 8.42 | 8.30 - 8.55 | |||
Orientación a la meta | 12 a 15 | 770 | 8.72 | 8.61 - 8.84 | -2.62 | .00 |
16 a 18 | 564 | 8.94 | 8.83 - 9.06 | |||
Resiliencia total | 12 a 15 | 770 | 93.44 | 92.34 - 94.54 | -2.70 | .00 |
16 a 18 | 564 | 95.49 | 94.49 - 96.50 |
Se observa, en la Tabla 5, que existen diferencias significativas entre las diferentes escalas de apoyo social frente al sexo, en el puntaje del apoyo social total total (d= 0.11), en el de amistades (d= 0.17), y en otros individuos (d= 0.11), el valor más elevado se presenta entre los participantes masculinos, mientras que el apoyo social en el ámbito familiar no registra diferencias respecto al sexo.
Escalas | Sexo | N | Media | IC 95% | t | P |
---|---|---|---|---|---|---|
AS Familia | M | 609 | 26.45 | 25.73 - 27.16 | 1.05 | .29 |
F | 725 | 25.94 | 25.31 - 26.57 | |||
AS Amistad | M | 609 | 16.64 | 16.21 - 17.06 | 3.09 | .00 |
F | 725 | 15.71 | 15.31 - 16.11 | |||
AS en otros individuos | M | 609 | 22.19 | 21.70 -22.68 | 2.05 | .04 |
F | 725 | 21.48 | 21.02 - 21.94 | |||
AS total | M | 609 | 65.27 | 63.73 - 66.82 | 2.01 | .04 |
F | 725 | 63.13 | 61.73 - 64.54 |
En la Tabla 6, se observaron diferencias significativas en las escalas de resiliencia en sentido del humor (d= 0.13), empatía (d= 0.20) y autoeficiencia (d= 0.02) mayormente en las mujeres. Todas las pruebas de la d de Cohen realizada a los resultados con diferencias significativas se muestran con valores pequeños en su efecto.
Escalas | Sexo | N | Media | IC 95% | t | P |
---|---|---|---|---|---|---|
Afrontamiento | M | 609 | 14.68 | 14.44 - 14.94 | -3.09 | .00 |
F | 725 | 15.18 | 14.99 - 15.39 | |||
Actitud Positiva | M | 609 | 15.58 | 15.31 - 15.86 | -3.49 | .00 |
F | 725 | 16.20 | 15.99 - 16.41 | |||
Sentido del Humor | M | 609 | 7.65 | 7.50 - 7.81 | -2.49 | .01 |
F | 725 | 7.91 | 7.78 - 8.05 | |||
Empatía | M | 609 | 6.54 | 6.55 - 6.39 | -3.70 | .00 |
F | 725 | 6.94 | 6.80 - 7.08 | |||
Flexibilidad | M | 609 | 7.44 | 7.29 - 7.60 | -2.36 | .01 |
F | 725 | 7.69 | 7.56 - 7.83 | |||
Perseverancia | M | 609 | 8.33 | 8.20 - 8.46 | -2.23 | .02 |
F | 725 | 8.52 | 8.42 - 8.63 | |||
Religiosidad | M | 609 | 7.32 | 7.13 - 7.52 | -3.56 | .00 |
F | 725 | 7.59 | 7.63 - 7.96 | |||
Autoeficiencia | M | 609 | 8.00 | 7.87 - 8.15 | -.38 | .70 |
F | 725 | 8.04 | 7.92 - 8.17 | |||
Optimismo | M | 609 | 8.31 | 8.17 - 8.45 | -2.30 | .02 |
F | 725 | 8.51 | 8.41 - 8.63 | |||
Orientación a la meta | M | 609 | 8.61 | 8.47 - 8.75 | -4.51 | .00 |
F | 725 | 8.99 | 8.90 - 9.09 | |||
Resiliencia total | M | 609 | 92.52 | 91.27 - 93.76 | -4.24 | .00 |
F | 725 | 95.81 | 94.89 - 96.75 |
Discusión
El objetivo principal del estudio, establecer la relación entre los niveles de apoyo social, la disposición resiliente y la edad no se pudo comprobar en la muestra evaluada. No se halló ninguna correlación entre las variables estudiadas. Este resultado no coincide con los antecedentes donde se halla una relación entre apoyo social y resiliencia, y donde el primero actúa como factor protector del individuo (Chu, et al., 2010; Lam et al., 2008; Leiva; Pineda & Encina, 2013; Rodríguez- Fernández et al., 2015; Sun et al., 2013; Wright et al., 2013), tampoco con resultados sobre las dimensiones contextuales de la resiliencia (Barber, 2013; Omar, 2013), ni en su relación con la edad (Gaxiola & González, 2012; Gaxiola et al., 2012a; Gaxiola et al., 2012b; Omar, 2013; Torres & Ruiz, 2013). Sin pretensión explicativa de estos resultados, es probable, que además de estas variables contextuales existan también características individuales que permitan enfrentar las adversidades (Gaxiola & González, 2012; Torres & Ruiz, 2013; Wright et al., 2013), y que interactúen con las primeras para generar disposiciones resilientes en los adolescentes. Ello implica la búsqueda de dichas interacciones en futuras investigaciones por realizar en otros muestreos de preferencia aleatorizados.
En cuanto a los resultados según la edad, se observa que los adolescentes de 16 a 18 años puntúan más alto en el apoyo social familiar, de amigos y otros. La presencia de mayor apoyo social familiar confirma varios hallazgos que sitúan este tipo de apoyo como el principal factor social del individuo (Rodríguez-Fernández et al., 2015, Rodríguez-Fernández et al., 2016). En una muestra de edad similar (Leiva et al., 2013; Omar, 2013; Torres & Ruiz, 2013) se observó que, tanto apoyo social de la familia como de amigos funcionaron como predictores de la resiliencia.
Asimismo, en la escala de resiliencia, son los adolescentes de 16 a 18 años quienes puntúan más alto, específicamente en la sub-escala de religiosidad. Al parecer los adolescentes paraguayos mantienen la fe y la espiritualidad mientras van superando progresivamente los desafíos de la adolescencia, lo cual aumenta las disposiciones de resiliencia (Coppari et al., 2018).
En relación al sexo de los participantes, los varones presentan mayores niveles de apoyo social en su escala total, en la de amistad y en otros. Mientras que, las mujeres fueron las que tuvieron mayor puntaje en las subescalas de resiliencia de sentido del humor, empatía y autoeficiencia. Resultados que difieren de aquellos en los que los hombres mostraron mayor resiliencia, con rasgos más independientes, mientras que las mujeres logran ser más eficientes cuando existe un mayor apoyo externo significativo de amigos, maestros y familia (González- Arratia & Valdez-Medina, 2005, 2006; Kotliarenco, Cáceres & Fontecilla, 1996; Prado & Del Águila, 2003; Vera, 2004).
Otra evidencia mostró resultados significativos para el género femenino en la interacción, habilidad social en la que las mujeres tienen gran capacidad para tener lazos íntimos y satisfactorios con otras personas, balanceando las propias necesidades con la simpatía y capacidad de dar a los otros (Prado & del Águila, 2003). Estos hallazgos son semejantes a los del presente estudio, favoreciendo las escalas del humor y empatía a la muestra femenina en la escala de resiliencia.
La evidencia más sólida de impacto converge en las variables de nivel familiar (crianza y apoyo), para promover la salud mental en contextos de adversidad (Panter-Brick & Leckman, 2013, Proctor & Linley, 2014; Rutter, 2013). Todas las familias tienen potencial para la resiliencia. La identificación de las fortalezas de la familia y su capacidad para aprovechar los recursos desde dentro de sus sistemas integrados proporciona mecanismos para el desarrollo de la resiliencia (Sheridan, Sjuts & Coutts, 2013).
A partir de estos resultados, se aprecia la necesidad de estudios multidimensionales e intervenciones de mayor cobertura que conviertan los entornos de cuidado en menos carenciados, menos violentos y prostéticos para los adolescentes. El desarrollo de la resiliencia implica una combinación de fortalezas personales, apoyo político y social (Tol et al., 2013). Esto resalta el papel de las instituciones sociales que deben velar por el desarrollo y la promoción de conductas saludables y resilientes en los adolescentes (Coppari, 2013).
Las posibles limitaciones del estudio apuntan al tipo de muestra diversificada, y a un muestreo por conveniencia, donde solo participan adolescentes escolarizados de las instituciones beneficiarias voluntarias, por lo que no se trataría de un grupo representativo de los jóvenes del país. Además, el hecho de que solo se tomaron muestras de instituciones públicas y no privadas, y que dichas instituciones estaban ubicadas en las capitales. Esto dificulta la generalidad de las conclusiones que puedan formularse de la investigación.
El enfoque de la resiliencia desvía el punto de atención de los esfuerzos para evaluar el riesgo o la vulnerabilidad, hacia esfuerzos para mejorar la fuerza o la capacidad de los individuos (Panter-Brick & Leckman, 2013). Investigaciones futuras podrían apuntar a estudiar simultáneamente más variables relacionadas como el autoconcepto, la autoestima, el nivel socioeconómico, entre otros, y así construir una comprensión multidimensional del tema. Las evidencias aportadas, aun sin ser generalizables y definitivas, son relevantes para el desarrollo de políticas públicas de prevención y educación basadas en el enfoque de la reducción de riesgos y la promoción de la resiliencia como el proyecto Adolescencia Prevenida (Coppari, 2013), en nuestro país.