Introducción
El paso de la secundaria a la universidad supone una transición académica compleja, pues constituye un proceso crítico dentro de un período de múltiples transformaciones trascendentales (Manzano-Soto & Roldán-Morales, 2015). Los jóvenes que ingresan a la universidad deben enfrentar una serie de retos personales, relacionales, familiares e institucionales que requieren atención y apoyo específico que faciliten su permanencia y posterior culminación académica (Almeida, Soares, & Ferreira, 2002). El ingresar a una institución de educación superior y terminar una carrera profesional se convierte para muchos estudiantes en una meta, que determina su proyecto de vida profesional y de desarrollo para su familia; sin embargo, algunos estudiantes abandonan los estudios por múltiples factores incidentes, teniendo un efecto negativo a nivel económico y humano (Oliha & Audu, 2015).
Existe un sinnúmero de comportamientos bajo el concepto de abandono de los estudios, término diferenciado de la deserción (Tinto, 1989). Sin embargo, algunos autores consideran el abandono y la deserción como sinónimos, aludiendo tanto a la suspensión como la no culminación de los estudios (Román, 2013). En Colombia, la medición del problema de la no terminación de los estudios se realiza a través del Sistema para la Prevención de la Deserción de la Educación Superior (SPADIES, 2012), el cual considera a un estudiante como desertor cuando no presenta matrícula académica durante dos períodos académicos consecutivos o más.
Precisamente, es la deserción académica en el pregrado una problemática que afecta a la educación colombiana. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2013) para el año 2010, Colombia se posicionaba en el séptimo lugar entre los países de América Latina con 4700 estudiantes matriculados en instituciones de educación superior por cada 100.000 habitantes, una cifra ligeramente por encima del promedio. No obstante, según datos del Ministerio de Educación Nacional- MEN (2009), hasta el 2007 el país presentaba un nivel de deserción del 49%, es decir, casi la mitad de los alumnos universitarios no culminaban sus estudios, colocando el interés de las organizaciones gubernamentales y las instituciones de educación superior en identificar los factores que puedan influir en la permanencia estudiantil mientras el alumno sigue matriculado, de forma que se pueda garantizar su profesionalización. La deserción de los estudios podría estar antecedida por la intencionalidad del estudiante de no continuar con sus estudios por una decisión personal relacionadas con múltiples factores psicosociales. Esta intencionalidad es conocida como propensión al abandono, conviertiendose en un riesgo para la deserción.
La propensión al abandono de los estudios a nivel de la educación superior ha ganado mayor atención en los últimos años, considerado como un problema producto de complejos factores interdependientes que pueden configurarla (Cabrera, Bethencourt, González, & Álvarez, 2006; Martínez & Salanova, 2003), sin embargo, diversos estudios señalan la relevancia de las variables de salud mental en la propensión al abandono de los estudios, como son las manifestaciones emocionales de malestar evidenciadas en sensación de no poder dar más de sí mismo, física o psicológicamente (agotamiento), actitud negativa de desvalorización y pérdida de interés por los estudios (cinismo) y una constante dudas sobre la propia capacidad para hacer el trabajo académico (ineficacia académica) (Hederich-Martínez, & Caballero, 2016), característicos del síndrome de burnout académico (Rosales & Rosales, 2013). Este estado se origina en respuesta al estrés crónico asociado al rol, la actividad y el contexto académico, que puede afectar el desarrollo, satisfacción y compromiso de los estudiantes con su formación e incidir en su salud psicosocial.
En el contexto universitario, los alumnos que sufren síndrome de burnout, en especial aquellos con mayores niveles de agotamiento, suelen presentar bajo rendimiento académico y una mayor disposición para no culminar sus estudios (Caballero, Breso, & González, 2015). Asimismo, tener niveles altos de cinismo puede ser un factor predictor sobre un mal desempeño y de expectativas pobres de éxito en ellos (Manzano, 2002; Martínez & Marques, 2005), siendo también un factor significativo que predice el abandono académico (Bask & Salmela-Aro, 2013). Se tiene evidencia de que el burnout académico se relaciona con una disminución de la capacidad atencional y el éxito en la resolución del problema, además que se relaciona negativamente con la autoeficacia, poniendo al estudiante en una situación de vulnerabilidad para abandonar los estudios (Bilge, Tuzgol Dost, & Cetin, 2014; May, Bauer & Fincham, 2015; Rahmati, 2015).
En este sentido, resulta evidente que algunos problemas de salud mental podrían guardar relación con la propensión al abandono de los estudios (Wang et al., 2015), entre los cuales pueden resaltarse, además del síndrome de burnout, síntomas de ansiedad y depresión (Vallejo & Gastó, 2000). Entendiendo que la ansiedad como una respuesta conductual, fisiológica, afectiva y cognitiva ante una amenaza, que se activa al anticipar situaciones que se consideran muy aversivas, ya que se perciben como acontecimientos imprevisibles e incontrolables que representan una amenaza potencial para los intereses vitales del individuo y que conllevan a un cambio rápido del foco de atención hacia estos acontecimientos que representan peligro (Barlow, 2002; Clark & Beck, 2012), puede experimentarse de dos formas: como una condición emocional transitoria (estado), es decir en el momento presente y como propensión ansiosa relativamente estable, es decir en general o en la mayoría de ocasiones (Fonseca-Pedrero, Paino, Sierra-Baigrie, Lemos-Giráldez, & Muñiz, 2012). Por otra parte, la depresión afecta la capacidad de pensar con claridad, socava la motivación para actuar, altera el funcionamiento corporal interno como el sueño o la alimentación, genera disminución de la concentración, apatía, autoevaluación personal y sentimientos de desesperanza (Consuegra, 2010; Segal, Williams, & Teasdale, 2013). Aun cuando el estado depresivo sea mínimo, casi siempre repercute en la vida cotidiana y en el rendimiento académico (Spa- done, 2006).
Es poca literatura científica que relaciona la ansiedad y depresión con la propensión al abandono de los estudios; las investigaciones se han enfocado más en la influencia de éstas dos variables con el rendimiento académico en los estudiantes universitarios (Pérez & Urquijo, 2001; Serrano, Rojas, & Ruggero, 2013; Ortiz, 2016). No obstante, se ha encontrado que la ansiedad escolar se encuentra asociada a una mayor probabilidad de abandonar los estudios (Hernández-Pozo, Ramírez- Guerrero, López-Cárdenas, & Macías-Martínez, 2015). Lo anterior puede ocurrir porque un estado anímico ansioso intenso provoca que el estudiante se altere con facilidad por experiencias cotidianas, incluyendo las actividades escolares, alterando su desempeño y comportamiento (Jadue, 2001). Asimismo, los estudiantes con una disposición y expectativas pesimistas, con niveles bajos de claridad emocional y alta rumiación depresiva, muestran una mayor tendencia a descontinuar los estudios (Roso-Bas, Jiménez & García-Buades, 2016). De este modo, los síntomas depresivos pueden ser un factor predictor para la propensión al abandono, siendo la autopercepción de competencia académica una variable mediadora entre ambos (Quiroga, Janosz, Bisset, & Morin, 2013).
La propensión al abandono de los estudios es un fenómeno que requiere un seguimiento sistemático de los determinantes de salud mental, que pueden ser factores protectores o de riesgo asociados a la misma; por ello, el estudio del burnout académico, la depresión y la ansiedad rasgo-estado es necesario para comprender como algunos variables de salud mental pueden asociarse con la propensión al abandono, en aras de diseñar acciones no solamente para la prevención del abandono de los estudios, sino también contribuciones a los procesos de autoevaluación de la eficiencia del sistema educativo y de la calidad. Por todo lo anterior, el objetivo de esta investigación fue conocer la asociación de algunos variables de salud mental (burnout académico, ansiedad rasgo-estado y depresión) con la propensión al abandono en estudiante universitarios de una institución universitaria de la ciudad de Santa Marta, Colombia.
Método
Diseño
Este estudio es de tipo observacional, analítico, trasversal porque se indaga sobre la presencia de un evento y su asociación con otros factores cuando es conformada la muestra. La medición es realizada en un solo momento (Hernández-Avila, Garrido-Latorre, & López-Moreno, 2000).
Participantes
La población corresponde a 732 estudiantes del área de la salud (Enfermería, Medicina y Psicología), en el momento del estudio, de una institución universitaria de la ciudad de Santa Marta, Colombia. Para la selección de la muestra se realizó un muestreo aleatorio estratificado por carrera cursada. El cálculo del tamaño y distribución de la muestra se estimó de manera proporcional con la población de estudiantes de cada uno de los programas académicos, con lo cual resultó una muestra de 252 estudiantes, distribuidos así: 23% (59) del programa de Enfermería, 39% (99) del programa de Medicina y 37% (94) del programa de Psicología.
Aunque la aplicación de los instrumentos fue con la participaron de los 252 estudiantes, se eliminaron 9 sujetos por omisión de respuestas. En total, la pérdida de sujetos de la muestra fue del 3.6%, con lo cual el tamaño efectivo de la muestra final fue de 243 sujetos distribuidos así por programa académico: 23% (56) Enfermería, 39.5% (96) Medicina, 37.4% (91) Psicología.
Las características sociodemográficas y socioeconómicas de la muestra del estudio se observan en la Tabla 1.
Frecuencia | Porcentaje | ||
---|---|---|---|
Género | Masculino | 18 | 7.4 |
Femenino | 225 | 92.6 | |
Edad X=21.54 Dt=3.304 | Entre 17 - 20 años | 104 | 48.8 |
Entre 21 - 24 años | 88 | 41.3 | |
Entre 25 - 27 años | 21 | 9.9 | |
Estado civil | Soltero | 227 | 93.4 |
Casado | 10 | 4.7 | |
Separado | 6 | 2.5 | |
Estrato socioeconómico | Uno | 34 | 14 |
Dos | 91 | 37.4 | |
Tres | 83 | 34.2 | |
Cuatro | 35 | 24.9 | |
¿Quién paga los estudios? | Padres | 197 | 81.1 |
Pareja | 16 | 6.6 | |
Estudiante | 11 | 4.5 | |
Familia | 19 | 7.8 | |
Beca | 14 | 5.8 | |
¿Cómo paga los estudios? | Crédito bancario | 70 | 28.8 |
Efectivo | 91 | 37.4 | |
Financiación con universidad | 68 | 28.0 | |
Depende económicamente de | Padre | 219 | 90.1 |
Pareja | 11 | 4.5 | |
Familia | 5 | 2.1 | |
Sí mismo | 8 | 3.3 | |
¿Tiene responsabilidades de cuidado económico de otros miembros familiares? | No | 222 | 91.4 |
Sí | 21 | 8.6 |
Instrumentos
Se utilizaron los siguientes instrumentos para evaluar las variables del estudio:
Escalas | Subescala | Alfa de Cronbach | Media | Desv. Típ. |
---|---|---|---|---|
Burnout académico | Agotamiento | 0.77 | 11.71 | 5.40 |
Cinismo | 0.71 | 2.18 | 3.19 | |
Ineficacia | 0.78 | 7.93 | 4.93 | |
Ansiedad Estado | 0.91 | 38.19 | 10.94 | |
Ansiedad Rasgo | 0.89 | 39.72 | 11.39 | |
Depresión | 0.90 | 6.79 | 7.08 |
Maslach burnout inventory-student survey (MBI-SS). Usado para evaluar el síndrome de Burnout (Schaufeli, Salanova, González-Romá & Bakker, 2002), el cual fue adaptado a la población de estudiantes universitarios colombianos por Hederich-Martínez y Caballero (2016). Todos los ítems de este cuestionario puntúan en una escala de frecuencia de 7 puntos que va desde 0 (nunca) a 6 (siempre) y evalúa a través de 14 ítems las siguientes tres dimensiones que componen al síndrome:
Agotamiento emocional. Evalúa la vivencia o sentimiento de encontrarse física, mental y emocionalmente exhausto y una sensación de no poder dar más de sí mismo frente a las actividades del proceso formativo, a través de 5 ítems.
Cinismo. Evalúa la actitud negativa del estudiante frente a sus estudios, evidenciada a través de la autocrítica y la pérdida del interés, de la trascendencia y valor del estudio, a través de 4 ítems.
Eficacia académica. Evalúa la percepción del estudiante sobre la propia competencia o eficacia en sus estudios, a través de 5 ítems. Salanova, Bresó, y Schaufeli (2005) señalan que el utilizar la escala de eficacia académica ha generado dificultades metodológicas y psicométricas en diversos estudios dentro del ámbito laboral y académico, debido al sentido como están construidos los ítems de esta escala: en términos de percepción de autoeficacia, y no de ineficacia; por consiguiente, para esta investigación se decidió invertir los puntajes obtenidos de los ítems de la escala para evaluar la percepción de ineficacia académica en los estudiantes partícipes en el estudio.
Ansiedad de rasgo y de estado (STAI). Utilizada para evaluar la ansiedad (Spielberger, Gorsuch, & Lushene, 1982). Ésta escala comprende 40 ítems, que evalúan Ansiedad de Estado (A/E) (1-20) y Ansiedad Rasgo (A/R) (21-40), mediante una escala likert que va de (1) no en lo absoluto y (4) mucho.
Inventario de depresión de Beck. Usado para medir la depresión (Beck, Rush, Shaw, & Emery, 1979). Este instrumento consta de 21 ítems, que evalúan síntomas cognitivos, fisiológicos y conductuales característicos de la depresión, mediante una escala likert que va de (0) y (3) ausencia/presencia del síntoma.
Propensión al abandono. Usado para evaluar la propensión al abandono a través de 3 ítems, con una escala likert que va de (0) Nunca y (3) Siempre.
Procedimiento
Previo al trabajo de campo, se solicitó permiso a los programas académicos para el acceso a la muestra de estudio, seguidamente se ubicaron en las aulas de clases a los participantes para explicar los objetivos de la investigación y los aspectos éticos. Los universitarios que voluntariamente manifestaron su interés de participar firmaron el consentimiento informado, y diligenciaron los cuestionarios. El estudio no representó riesgo para los participantes de acuerdo con el aval otorgado por el comité de ética de la Universidad financiadora.
Análisis estadístico
El procesamiento de los datos se realizó mediante el IBM SPSS, versión 21.0. Inicialmente, se estimó la confiabilidad de cada una de las escalas, mediante los coeficientes de alfa de Cronbach. Posteriormente, todas las variables se dicotomizaron, para observar la oportunidad de riesgo (OR) con intervalos de confianza del 95% (IC- 95%). Se tomó como variable dependiente la propensión al abandono y como variables independientes el burnout académico, ansiedad rasgo, ansiedad estado, y depresión.
Resultados
Como se observa en la Tabla 3, los estudiantes con propensión al abandono presentan alta ansiedad rasgo (60.9%), alta ansiedad estado (2.3%), alta depresión (5.7%), alto agotamiento (58.6%), alto cinismo (16.1%), y alta ineficacia (24.1%); en contraposición, estudiantes sin propensión al abandono presenta baja ansiedad rasgo (65.4%), baja ansiedad estado (1.3%), baja depresión (96.2%), bajo agotamiento (46.2%), bajo cinismo (89.1%), y baja ineficacia (81.4%).
Variable | Categorías | Sin Propensión al Abandono | Propensión al Abandono |
---|---|---|---|
Ansiedad rasgo | Baja ansiedad rasgo | 65.4% (102) | 39.1% (34) |
Alta ansiedad rasgo | 34.6% (54) | 60.9% (53) | |
Ansiedad estado | Baja ansiedad estado | 1.3%(2) | 2.3%(2) |
Alta ansiedad estado | 98.7%(154) | 97.7% (85) | |
Depresión | Baja depresión | 96.2% (150) | 94.3% (82) |
Alta depresión | 3.8% (6) | 5.7%(5) | |
Agotamiento | Bajo agotamiento | 46.2%(72) | 41.4%(36) |
Alto agotamiento | 53.8%(84) | 58.6%(51) | |
Cinismo | Bajo cinismo | 89.1%(139) | 83.9%(73) |
Alto cinismo | 10.9%(17) | 16.1%(14) | |
Ineficacia | Baja ineficacia | 81.4%(127) | 75.9%(66) |
Alta ineficacia | 18.6%(29) | 24.1%(21) |
La Tabla 4 expone las asociaciones de las variables en donde el cinismo, ineficacia, ansiedad estado y depresión no se asociaron con la propensión al abandono de los estudios. No obstante, la ansiedad estado (OR= 2.944 p= 0.015) incrementa significativamente la posibilidad de abandonar los estudios, considerándose como un factor de riesgo para la misma.
Discusión
El objetivo de esta investigación fue conocer la asociación de algunos variables de salud mental con la propensión al abandono de los estudios universitarios. Generalmente, la comprensión de este problema se enfoca en los factores del entorno del individuo, como la pobreza o dificultades económicas, sin embargo, estas por si solas no predicen el abandono de los estudios (Mo et al., 2013), e incluso en algunos contextos este factor solo podría explicar el 8% del problema (Yi et al., 2012). Por esta razón, las recomendaciones se centran en estudiar los factores centrados en la persona, como la salud mental del estudiante.
De acuerdo a los retos para comprender la propensión al abandono a partir de la salud psicológica de los individuos, en este estudio se exploraron variables como burnout académico, ansiedad y depresión. Los resultados mostraron que la ansiedad rasgo es un factor de riesgo para la propensión al abandono de los estudios, en concordancia con diversas investigaciones, aunque enfocadas en la ansiedad sin tener en cuenta su presencia como rasgo de la estructura de personalidad del sujeto o estado como respuesta a situaciones evaluadas como amenazantes (Contreras, Caballero, Palacio, & Pérez, 2008; Chen & Li, 2000; Hernández- Pozo et al., 2015; Jadue, 2001; Moreno, Escobar, Vera, Beltrán, & Castañeda, 2009). La ansiedad rasgo como una manifestación fisiológica, cognitiva, emocional y conductual estable está mediada por la valoración irracional, ilógica y desproporcionada de los eventos incluso ante el poco o nada de estrés. La ansiedad como rasgo se establece como una característica individual que predispone al individuo a la experiencia duradera y constante de ansiedad afectando su capacidad de resolver los estresores de manera adecuada, por lo que podría reflejarse en la propensión al abandono. Así mismo, podría incrementar el riesgo de presentar ansiedad estado o situacional (Spielberger, Gonzalez-Reigosa, Martínez- Urrutia, Natalicio, & Natalicio, 1971).
Mientras tanto, no se encontraron asociaciones para la depresión y burnout académico. La depresión no mostró asociarse a la propensión al abandono, a diferencia de estudios que señalan este vínculo (Nolen- Hoeksema et al., 1986; Roso-Bas et al., 2016), aunque, existe evidencia que en universitarios los síntomas de depresión son indicadores de riesgo para el abandono académico (Estrada, 2015). Al respecto, si bien algunos autores indican que los síntomas de depresión son de alta prevalencia en estudiantes de ciencias de la salud, no necesariamente podrían afectar el rendimiento académico debido que la fluctuación del estado de ánimo podría disminuir o incrementar la energía y la inmersión en el trabajo, en consecuencia no todos los estudios son concluyentes que la depresión se relacione con la propensión del abandono (Olmedo-Buenrostro, Torres-Hernández, Velasco-Rodríguez, Mora-Bambila, & Blas-Vargas, 2006; Fouilloux et al., 2013). Por otra parte, si los síntomas de depresión se manifiestan ante las creencias de incapacidad e inadecuación hacia el trabajo académico si podría predecir el retiro de cursos universitarios (Ruthig, Hladkyi, Hall, Pekrun, & Perry, 2002) y el abandono de los estudios (Ziegler, 2001).
Por su parte, el burnout académico es frecuentemente asociado a la propensión al abandono (Bask & Salmela-Aro, 2013), pero en este estudio no se registró. Precisamente, existe divergencias en su asociación con el rendimiento académico (Caballero, Abello, & Palacio, 2007; Caballero et al., 2015), pero es clara su trascendencia en la manifestación de otros síntomas con importancia clínica, lo que demostraría que su carácter negativo e insidioso incrementa la severidad de otros problemas de salud mental, pero no directamente afectaría el rendimiento académico y no siempre la propensión al abandono, dependiendo de las características de los participantes y los factores psicosociales que configuran el burnout académico (Marenco, Suárez, & Palacio, 2017; Salanova, Martínez, Bresó, Llorens, & Grau, 2005).
Es importante indicar que en diversos estudios todos estas variables de salud mental, ansiedad, depresión y burnout académico, se encuentran claramente asociados al bajo rendimiento (Caballero et al., 2007; Caballero, González, & Palacio, 2015; Mihăilescu, Diaconescu, Ciobanu, Donisan, & Mihailescu, 2016), es decir que los problemas en la salud mental si pueden afectar el funcionamiento académico, no obstante, la experiencia de ansiedad podría ser un factor relevante en la intención de abandonar el contexto académico, al generar suficiente malestar fisiológico, afectivo y cognitivo ante eventos percibidos como amenazantes e incontrolables (Barlow, 2002; Clark & Beck, 2012), aún más si estas manifestaciones de ansiedad están directamente relacionadas con situaciones académicas, preocupaciones por el rendimiento o el éxito (Beiter et al., 2015; Khalaila, 2015).
Esta aproximación a la propensión al abandono a partir de los problemas de salud mental de los estudiantes requiere de la evaluación de las características familiares como fuente de apoyo social ante las vivencias académicas y sociales de carácter negativo, en este sentido, cuando estas familias atraviesan por la experiencia de la migración, victimización, familias extensas/familias monoparentales (Zhang, 2006), tienen dificultades para brindar soporte a los miembros.
Este estudio presenta limitaciones al no considerar variables del contexto familiar de los estudiantes participantes, sin embargo, sugiere que la ansiedad rasgo, característica estable de la personalidad del estudiante, es un factor de riesgo para la propensión al abandono. Se recomienda en futuros estudios considerar el rol de la familia como posible factor protector para la propensión al abandono y el abandono propiamente de los estudios (Oliha & Audu, 2015; Villamizar & Perez, 2011). De este modo, prevenir la propensión o estrictamente el abandono de los estudios universitarios a apartir del conocimiento de la ansiedad como factor de riesgo, podría estar orientada al fortalecimiento de los recursos personales como la autoeficacia y la incorporación de la familia desde el inicio de la vida universiaria; sin dejar de lado los programas de beneficios económicos que contribuyen a la permanencia de los estudiantes.