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Entramado

Print version ISSN 1900-3803

Entramado vol.10 no.2 Cali July/Dec. 2014

 

Requerimientos laborales para Ciencias Sociales: Una mirada a sociología y trabajo social1

Labour requests for Social Sciences: A look at sociology and social work

Requisitos Trabalhistas para Ciências Sociais: Uma olhada a sociologia e trabalho social

Sandra Iturrieta-Olivares

Doctora en Ciencias Sociales y Magíster en el análisis de los problemas sociales de las sociedades avanzadas, Universidad de Granada, España. Trabajadora Social, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaiso - Chile. Académica de la Escuela de Trabajo Social, Pontifica Universidad Católica de Valparaíso, Chile. sandra.iturrieta@ucv.cl

• Clasificación JEL: Y

Fecha de recepción: 13-04-2014. Fecha de aceptación: 20-06-2014


Resumen

El artículo tiene como finalidad describir algunos de los requerimientos del mercado laboral chileno para las profesiones de las ciencias sociales, en particular para la sociología y el trabajo social. En el entendido que las profesiones son dinámicas, interactúan entre ellas y se influyen mutuamente, intentando mantener sus jurisdicciones laborales y agregar otras nuevas, se desarrolló una investigación empírica, enmarcada en el paradigma explicativo con enfoque cuanti-cualitativo, para conocer las actuales tendencias sobre la superposición de los límites profesionales entre tales profesiones. De manera que, luego de revisar avisos de ofertas laborales, y hacer encuestas a empleadores, sociólogos y trabajadores sociales en ejercicio, además de entrevistar a estos últimos, es posible concluir que ambas profesiones confluyen en el campo de la intervención social directa, compartiendo requisitos referidos al tiempo y tipo de experiencia; al nivel de estudios; y los conocimientos exigidos por el mercado laboral. A partir de esta realidad se insta a las instituciones de educación superior del país y a los órganos del Estado chileno competentes en esta materia, a regular la oferta formativa para trabajadores sociales, y a definir de modo perentorio, concreto y exhaustivo, los campos laborales, áreas de desempeño y perfiles profesionales de cada una de estas carreras, ello con el afán de tener profesionales que se sientan retribuidos e integrados y de la necesaria cohesión social del país.

Palabras clave: Sociología de las profesiones, requisitos del mundo laboral, tiempo y tipo de experiencia, nivel de estudios, conocimientos exigidos, sociología y trabajo social chilenos.


Abstract

This article aims to describe some of the requirements of the Chilean labor market for professions in the social sciences, particularly sociology and social work. On the understood that professions are dynamic, interact with each other and influence each other, trying to keep their labor jurisdictions and add new ones, empirical research framed in the explanatory paradigm with quantitative and qualitative approach was developed for current trends in the overlapping professional boundaries between these professions. So after reviewing notices of job offers, and survey employers, sociologists and social workers practicing and interviewed the latter, one can conclude that both professions together in the field of direct social intervention, referring sharing requirements time and type of experience; the level of education; and skills required by the labor market. From this reality, institutions of higher education in the country and the Chilean State bodies competent in this area, are urged to regulate the supply of training for social workers, and define an urgent, concrete and comprehensive manner, labor camps, and occupational performance areas of each of these careers profiles, this with the aim of having paid professionals sitting and integrated and the necessary social cohesion of the country.

Keywords: Sociology of professions - workplace requirements - time and type of experience - education level - knowledge required - chilean sociology and social work.


Resumo

O artigo tem como finalidade descrever alguns dos requisitos do mercado de trabalho chileno para as profissões das ciências sociais, particularmente para Sociologia e Trabalho Social. Compreendendo que as profissões são dinâmicas, interagem entre elas e influenciam-se mutuamente, tentando manter suas jurisdições laborais e adicionar outras novas, desenvolveu-se uma investigação empírica sob o paradigma explicativo com uma abordagem quanti - qualitativa, para conhecer as atuais tendências sobre a sobreposição dos limites profissionais entre essas profissões. De forma que logo de revistar avisos de ofertas de emprego e fazer entrevistas aos empregadores, sociólogos e trabalhadores sociais em exercício, além de entrevistar a estes últimos, é possível concluir que as duas profissões se encontram no campo de intervenção social direto, compartilhando requisitos sobre o tempo e o tipo de experiência; ao nível de estudo; e as habilidades exigidas pelo mercado de trabalho. Partir desta realidade insta as instituições de ensino superior do país e aos organismos do Estado chileno competentes nesta matéria, a regular a oferta de formação para trabalhadores sociais e definir de forma urgente, concreta e exaustiva, os campos laborais, áreas de desempenho e perfis profissionais de cada uma destas profissões, isto com o desejo de ter profissionais que se sintam retribuídos e integrados na necessária coesão social do país.

Palavras-chave: Sociologia das profissões - requisitos do mundo do trabalho - tempo e tipo de experiência - nível de estudo - habilidades exigidas - Sociologia e Trabalho Social chilenos.


Introducción

Siguiendo los planteamientos de Sánchez, Carreras y Svensson (2003), diremos que la evolución de la sociología de las profesiones puede ser dividida en cuatro períodos: El inicio, que estaría entre los años 1930 y los primeros años de la década de los ‘50, en que destacan los aportes de algunos autores que se centraron directamente en el estudio de las profesiones, además de las contribuciones de Marx, Weber y Durheim, que aunque no se dedicaron a estudiar derechamente las profesiones, sus argumentos han sido ampliamente utilizados en el estudio de éstas:

…Marx intenta establecer el carácter de las clases profesionales, especialmente en su contribución negativa a la plusvalía. Contempla la especialización de los expertos como elemento básico para el desarrollo completo de la división del trabajo y del sistema de dominación de clases. Weber dedicó muchas páginas de su obra a intentar elucidar entre su racionalidad e irracionalidad. Como expertos, las profesiones aportan conocimiento al poder, y son centrales en el proceso de racionalización al facilitar formas de organización y dominación a través del conocimiento. En Durkheim, que se centra en los aspectos corporativos de las profesiones francesas, las profesiones son condición necesaria para el consensus en la sociedad industrial (función de cohesión social). Las profesiones juegan el doble papel de amortiguar las relaciones entre el Estado y el individuo, a la vez que promueven una ética social superior. (Rodríguez y Guillén 1992, p. 11).

El segundo período de la evolución de esta rama de la sociología, correspondería a la época clásica de la sociología de las profesiones, que abarcaría entre la segunda mitad de la década de 1950 y mediados de los años ‘60. “Puede considerarse a Parsons como autor inexcusable de la sociología de las profesiones en este período, aunque uno de sus artículos clave esté ya escrito a finales de los 30”. (Sánchez y Sáez, 2003, p. 211).

Seguidamente, el tercer período corresponde al revisionismo en la sociología de las profesiones, que abarca desde mediados de los años ‘60 y hasta finales de la década de 1970. En estos años de revisión crítica de la sociología de las profesiones, “los autores y las obras se multiplican en tanto en cuanto las profesiones se han convertido en el mundo anglosajón en el objeto de estudio de muchos sociólogos preocupados por explicarse el papel de los grupos profesionales en las dinámicas sociales”. (Sánchez y Sáez, 2003, p. 215).

El cuarto período de esta evolución correspondería a la etapa de consolidación de la sociología de las profesiones. Dicho afianzamiento estaría dándose debido a que “en los últimos veinte años se investiga mucho en este campo. La producción es amplísima, al igual que los temas que atraen la investigación de los estudiosos. (Sánchez y Sáez, 2003, p. 227).

Desde otro punto de vista, la evolución de la sociología de las profesiones tendría cuatro momentos diferentes. El primero, denominado escuela definidora, el segundo escuela evolutiva, el tercero escuela revisionista y el momento actual, caracterizado por la aplicación de múltiples enfoques para el estudio de las profesiones.

La escuela definidora se caracterizó por resaltar “la importancia de un cuerpo de conocimientos al que el público no puede acceder, la autonomía de las profesiones, y su potencial para contribuir socialmente. (Rodríguez y Guillén,1992, p.11) Por su parte, la escuela evolutiva entiende a las profesiones como un proceso hacia su profesionalización, el que estaría dado por:

La creación de una ocupación a tiempo completo, la creación de asociaciones profesionales, la elaboración de códigos de ética, y la conquista de la autonomía para asegurarse el derecho exclusivo a la práctica profesional y a la evaluación de su trabajo. Las actitudes características son la utilización de la organización profesional como referencia principal, la creencia en el servicio a la comunidad, la creencia en la autorregulación, la idea de llamada, y la creencia en la autonomía como sentimiento de que el profesional debería tomar sus propias decisiones sin presiones externas. En esta aproximación algunas ocupaciones son realmente ocupaciones, mientras que otras son copias aproximadas, todavía en proceso de obtención de algunos de esos atributos. (Rodríguez y Guillén, 2003, p. 7).

Seguidamente, la escuela revisionista se centra en el estudio de las profesiones pasando de su aprobación a la desaprobación:

Se abandona el estudio de las normas profesionales y la relación con los clientes. Ben-David, Hughes, Freidson y Johnson son los primeros autores de la llamada Escuela Revisionista. Los atributos profesionales clásicos ya no son interpretados como componentes de un tipo ideal, sino más bien como instrumentos utilizados por diversas ocupaciones para aumentar su poder con respecto a otros grupos sociales. Se analizan sus actividades en términos políticos, y se destaca la autonomía como el corazón político del profesionalismo. Johnson mantiene que las profesiones no servían las necesidades sociales, sino más bien imponían las definiciones de necesidad y las formas de servirlas en consumidores atomizados. Eliot Freidson mantenía que el dominio y la autonomía son el centro del profesionalismo. Berlant atribuye las estructuras de las profesiones a sus objetivos de monopolio económico. (Rodríguez y Guillén, 1992, p. 12).

Paralelamente, la evolución de la sociología de las profesiones puede ser resumida en términos temáticos en que:

Desde las primeras preocupaciones en torno al profesionalismo (como valor normativo) la atención ha derivado hacia la profesión como institución. Mirando atrás, este período de cambio, que duró unos ‘20 años -en las décadas de los ‘50 y 60- fue bastante inútil. Los investigadores, con mucho esfuerzo pero con poco éxito, trataron de definir lo que era una profesión. Esto fue seguido en los años ‘70 y ‘80, por una preocupación en torno al concepto de profesionalización, considerada como un proceso histórico o contemporáneo de cierre ocupacional, con el fin de preservar y mantener los privilegios y ventajas ocupacionales. Esta crítica hacia los profesionales fue a su vez sometida a revisión en los años ‘90 de la mano de una vuelta al concepto de profesionalismo como centro de los análisis. (Evetts, 2003, p. 30).

Debido a que:

No existe un “modelo universal” de lo que debe ser una profesión; tampoco, una “definición científico-objetiva” de lo que es un grupo profesional; “cada corriente teórica, más o menos explícitamente anclada en un modelo contingente, desarrolla un punto de vista privilegiado sobre las profesiones: su estructura, dinámica, funciones y efectos”. (Sánchez y Sáez 2003:197) Es por ello que actualmente, los intereses de las investigaciones sobre sociología de las profesiones van en diferentes sentidos, entre los que se encuentran aquellos estudios cuyo tema central es el desarrollo de las profesiones “ligado a las relaciones interprofesionales y al contenido de la actividad profesional: las características formales de las profesiones no tienen sentido si no se entienden en su contexto”. (Abbott, 1998).

Esta corresponde a la línea investigativa en que se engarzó la investigación que da origen al presente artículo, ello en conformidad a que:

El panorama actual reclama, necesariamente, el desarrollo de investigaciones históricas (las profesiones como procesos de construcción histórica), sociológicas (rasgos y características de las profesiones recreadas en organizaciones y estudiadas en las situaciones donde los profesionales actúan, con el fin de explicar y comprender los propios fenómenos profesionales u otros de la estructura social) y pedagógicos (modelos de formación de profesionales y diferenciación de nuevas profesiones educativas). (Sánchez y Sáez, 2003, p. 243).

Como queda en evidencia, a lo largo de la evolución de esta rama de la sociología han sido aplicados diferentes enfoques para el estudio de las profesiones, entre los que se encuentran la perspectiva funcionalista de Durkheim, que es quien “inicia” esta tarea, al “analizar el lugar de los grupos profesionales en la sociedad y en la división social del trabajo”, convirtiéndose en el “paradigma de la socialización moral y profesional” (Sánchez y Sáez, 2003, p.196). Dentro de esta línea de pensamiento se encuentra el funcionalismo de Parsons, que se basa en tres criterios centrales para definir las profesiones: la formación especializada; la habilidad para utilizar los preceptos de la tradición cultural relacionada con la profesión en cuestión; y la necesidad de que cada profesión cuente con un medio institucional para garantizar que se dedique a actividades socialmente responsables.

La corriente funcionalista ha sido de gran impacto en el estudio de las profesiones a lo largo del tiempo. No obstante, la tendencia en los últimos años es a estudiar las profesiones a través de diferentes enfoques, tales como el neo-estructuralista; neo-marxista; neo-weberiano; sistémico y la perspectiva interaccionista.

1. Nuevas tendencias en la sociología de las profesiones

Los nuevos enfoques para el estudio de las profesiones, la mayoría inspirados en teorías de huella marxista y sobre todo neo-weberianas, se centran en:

… poner de manifiesto, contrariamente al punto de vista funcionalista, que las profesiones no son “elementos constitutivos” de la estructura social, sino que “son construcciones sociales” (McDonald, 1995) o “construcciones históricas” (Larson, 1997) que surgen, se desarrollan y promueven históricamente en la relación que éstas mantienen con el Estado y diferentes instituciones colectivas. En este proceso histórico profesionalizador, jugará un papel importante “la institucionalización del saber formal” y su utilización por los profesionales (Freidson, 1986): la meta es el control de la demanda, la captación del público hacia posiciones en las que perciba la urgencia de acudir a los profesionales, ya que éstos son los únicos capaces de responder a sus necesidades y problemas porque son los que están legitimados para definirlos y resolverlos. (Sánchez y Sáez, 2003, p. 218).

De modo que aunque:

… la definición de profesión aparece de maneras muy distintas en la literatura neo-weberiana, la base de las definiciones varía dentro de un espectro que va desde el control directo del mercado de servicios concretos (Parry and Parry, 1976) hasta formas derivadas de control del productor sobre el consumidor (Johnson, 1972) o el reconocimiento de una legítima independencia organizada sobre las valoraciones técnicas y la organización del trabajo (Freidson, 1994) Dada la referencia más o menos explícita que se hace de la posición comparativa entre grupos considerados como profesiones en la división del trabajo, el enfoque neo-weberiano está, sin duda, teóricamente enraizado en una visión más amplia de la estructura ocupacional. (Saks 2003, p. 53).

De manera que, concebidas las profesiones como construcciones sociales históricamente situadas, en cuyas determinaciones influyen múltiples factores, entre ellos las instituciones formadoras, el grupo profesional y por sobre todo, el mercado laboral, diremos que el presente trabajo se inscribe en una perspectiva neo-weberiana.

El enfoque neo weberiano se basa en las relaciones del mercado, más que en las del proceso de producción, como ocurre en la perspectiva marxista. Para ello considera que:

… la racionalización general de la vida social da lugar a organizaciones cada vez más poderosas, “que adoptan la legitimidad legal/racional como principio dominante de funcionamiento” (Sánchez y Sáez, 2003, p. 196) en que “la interpenetración creciente de las esferas económicas, políticas y sociales favorece la difusión de un mismo modelo de racionalidad y de organización donde acaba imponiéndose la figura del experto profesional, quien obtiene su competencia de las credenciales obtenidas en las instituciones legitimadas para ello”. (Sánchez y Sáez, 2003, p.196).

Tal enfoque habría permitido el desarrollo de investigaciones centradas en:

Analizar los grupos profesionales a partir del concepto de cierre social, derivado del trabajo de Weber (1968). Este proceso se refiere al grado en virtud del cual las colectividades sociales tratan de regular, a su favor, condiciones de mercado mediante la limitación del acceso al mismo de un grupo restringido de potenciales competidores.(Saks, 2003, p. 53).

Sin embargo, al mismo tiempo que un grupo profesional es exclusivo, también es inclusivo, ya que el “establecimiento de límites o jurisdicciones exclusivas permite a los miembros concentrarse en un corpus común de conocimiento y destrezas formales, en una disciplina. Sin límites, no podría existir nada que pudiera ser llamado con propiedad una disciplina formal” (Saks, 2003, p. 53) La idea de inclusión estaría sustentada en que:

El desarrollo de un corpus especializado de conocimientos y habilidades formales requiere un grupo de personas con ideas afines, que aprendan y practiquen dicho corpus, se identifiquen con él, lo distingan de otras disciplinas, se reconozcan unas a otras como colegas en virtud de su formación común y de su experiencia con un conjunto similar de tareas, de técnicas, de conceptos y de problemas laborales, y se sientan inclinadas a buscar la compañía mutua, aunque sólo sea para discutir unos con otros. (Freidson, 2003, p.71).

Es así como:

… realizar el mismo trabajo crea intereses intelectuales, sociales y económicos comunes. Esto parece ser especialmente cierto entre quienes pasan por un período de formación profesional o de estudios más largo que la media, hacen un trabajo discrecional relativamente complejo y en el cual ponen gran interés, y perciben su trabajo como una carrera profesional de largo plazo. (Freidson, 2003, p.71).

Por otra parte, en la medida que consideramos que las profesiones están en permanente cambio como producto de las transformaciones sociales de los contextos en que se desarrollan, en que la influencia del mercado laboral es decisiva en sus mutaciones, la investigación que da origen a este artículo asumió un enfoque sistémico. Dicha perspectiva:

… sostiene que las profesiones no son entidades distintas, separadas, sino más bien son parte de un sistema social en el cual las ocupaciones y las profesiones están interactuando constantemente y afectándose unas a otras. Además, estos grupos ocupacionales y profesionales están cambiando constantemente en respuesta a los avances tecnológicos y a factores económicos, políticos, ideológicos y sociales. Abbott indica también que los actores de grupos ocupacionales y profesionales concretos compiten con otros grupos, tanto para proteger sus aspiraciones jurisdiccionales a realizar un cierto tipo de trabajo, como a la hora de realizar nuevas reivindicaciones, con el fin de adscribirse a una área de especialización en desarrollo. (Evetts, 2003, p. 143).

Sin embargo, hablamos de perspectiva y no de modelo sistémico, en la medida en que el análisis se centra en el mercado laboral en desmedro de otras variables. Ello debido a que tal variable se considera fundamental en las transformaciones de las profesiones en la actualidad y en el contexto de un sistema neoliberal como el chileno, en que las influencias sobre las transformaciones profesionales, provenientes de los centros de formación y de los grupos profesionales, son en términos concretos, mucho más débiles que la presión del mundo laboral.

Como es posible ver, la evolución temática de la sociología de las profesiones, en el contexto hispano parlante, ilustra los cambios que se han ido produciendo a lo largo del tiempo como reflejo de las sociedades en que se desarrollan las ocupaciones. Tal progresión va desde la preocupación respecto de la contribución y efectos de las profesiones a la sociedad, su organización, poder, especialización y la autonomía de los profesionales como conjunto de expertos, llegando en la actualidad a centrarse en la inquietud por los corpus de conocimientos y destrezas que darían legitimidad al saber formal, y en el modo en que las profesiones se afectan entre sí, dadas sus constantes interacciones en el actual sistema social, siendo ello relevante en el contexto chileno caracterizado por el sistema neoliberal que ha potenciado la flexibilidad laboral y la precariedad del empleo.

Afirmaciones como las anteriormente expuestas, sustentaron la investigación cuyo objetivo es indagar sobre la superposición en el mundo laboral entre sociología y trabajo social, desde la perspectiva de los requerimientos del mercado laboral a ambos tipos de profesionales. Como sabemos, trabajo social es una profesión de menor reconocimiento social en relación con la sociología; no considerada como disciplina en el contexto nacional; conformada mayoritariamente por mujeres, por tanto afectada por variables referidas a las construcciones simbólicas respecto de lo que significa ser mujer u hombre en una sociedad patriarcal como la chilena. Además de presionada por el mundo laboral, en el sentido de las diferentes titulaciones derivadas, que coexisten en el actual mercado laboral chileno2. Por su parte, sociología es una disciplina reconocida en el país como tal por los órganos oficiales correspondientes; con un mayor prestigio social respecto de otras carreas afines; conformada en términos relativamente homogéneos por hombres y mujeres, y presionada por su universo profesional en el sentido de ampliar las plazas laborales.

2. Metodología

Sobre las bases anteriormente descritas se realizó una investigación empírica, enmarcada en el paradigma explicativo con enfoque cuanti-cualitativo, para conocer las actuales tendencias sobre la superposición de los límites profesionales en carreras de las Ciencias Sociales.

En función de ello, se revisaron los avisos de ofertas laborales publicados en el diario El Mercurio3 de Santiago de Chile, entre los años 1997 y 2007. La revisión de estos once años, arrojó un universo de 518 ofertas laborales para trabajadores sociales, sociólogos y profesionales de las ciencias sociales. Para evitar posibles sesgos se complementó con otros 518 datos provenientes desde avisos publicados entre los años 2008 y 2010 en la Red Virtual de empleos Cheung4. La totalidad de los datos fueron tabulados en el software SPSS, sobre la base de variables categóricas, construidas a partir de los contenidos de tales avisos.

Desde los indicadores y sub-indicadores anteriores, se elaboró una encuesta con la finalidad de triangular datos primarios y secundarios. Se creó un muestreo teórico sobre criterios referidos a tipo de cargo; tiempo de ejercicio laboral; tipo de institución y región de desempeño laboral. La muestra quedó conformada por 39 empleadores de sociólogos y 277 sociólogos en ejercicio. En el caso de los trabajadores sociales se encuestó a 72 empleadores y a 500 profesionales en ejercicio. La encuesta fue aplicada cara a cara a sociólogos y trabajadores sociales en la región metropolitana y enviada, vía correo electrónico, al resto del país. La selección de informantes se hizo al azar y los datos fueron trabajados en cinco matrices diferentes con fines comparativos, a partir de análisis porcentual, elaboración de tablas de frecuencias y de contingencia, y pruebas de asociación entre variables de Pearson, χ².

Seguidamente, para triangular datos y profundizar la descripción cuantitativa, se elaboró sobre la base de los indicadores definidos con anterioridad, una entrevista abierta, que fue aplicada en la Región Metropolitana debido a criterios de accesibilidad. Por saturación teórica, esta muestra quedó conformada por 31 sociólogos y 56 trabajadores sociales en ejercicio. La selección de informantes se hizo al azar, contactando directamente en instituciones públicas y privadas a ambos tipos de profesionales. La validez de esta investigación estuvo dada por la saturación de los contenidos de la entrevista abierta, como del mismo modo, por la triangulación de informantes ya que hablaron desde distintas superficies de enunciación5.

Los datos se registraron en cintas de audio que fueron transcritas íntegramente, para luego hacer una primera lectura longitudinal identificando las principales categorías presentes en los discursos, posteriormente, en un segundo nivel de análisis, se identificaron los diferentes tópicos presentes en esas categorías. Finalmente, se estructuró una matriz de análisis considerando las categorías y sub-categorías extraídas desde los discursos. Cabe mencionar que los procedimientos desplegados a lo largo de la investigación respetaron los principios éticos de la Declaración de Helsinki, contándose con el consentimiento informado de los actores sociales con quienes se desarrolló el trabajo, una vez que fueron explicitadas las finalidades y los métodos de la investigación.

3. Superposición en el mundo laboral

A continuación, damos cuenta de parte de los resultados de esta investigación, correspondientes al: Tiempo y tipo de experiencia, nivel de estudios y conocimientos exigidos por el mundo laboral.

3.1. Tiempo de experiencia requerido

Respecto del tiempo de experiencia requerido para la contratación de profesionales, de la totalidad de ofertas de empleo que explícitamente consideran el tiempo de experiencia como requisito para optar a un puesto de trabajo, lo más recurrente en el caso de los sociólogos, es la exigencia de más de seis años, mientras que en el caso de los trabajadores sociales, se exige entre uno y dos años. No obstante, en el 43,49% de las ofertas para sociólogos, y el 55,56% de las dirigidas a trabajadores sociales, el tiempo de experiencia, explícitamente, no es considerado como requisito para optar a un empleo. El Gráfico 1 ilustra al respecto.

Por otra parte, las pruebas de asociación entre variables muestran que no existe asociación significativa entre el tiempo de experiencia exigido y los cargos ofrecidos para ambos tipos de profesionales. Sin embargo, sí existe asociación significativa (0.000) entre el tiempo de experiencia como no requisito de contratación de trabajadores sociales en el área correspondiente a sujetos de intervención social (40 casos). En el caso de los sociólogos, no hay asociación entre ambas variables.

Tampoco existe asociación entre el tiempo de experiencia exigido y los conocimientos requeridos para ambos tipos de profesionales. No obstante, sí es posible establecer una asociación significativa para el caso de trabajo social, entre el tiempo de experiencia requerido y el tipo de institución ofertante. Esta asociación está dada por la coincidencia entre las instituciones privadas y el requisito de entre 1 y 2 años de experiencia en 28 casos; y también en 28 casos en que se exige entre 3 y 4 años de experiencia laboral. Mientras que en 62 casos, este tipo de instituciones no considera la experiencia previa como requisito de contratación de trabajadores sociales, contra 23 casos en instituciones públicas. En el caso de los sociólogos no existe asociación significativa entre ambas variables.

Cabe mencionar que las pruebas de asociación entre variables, establecen relaciones significativas en 28 casos de ofertas de trabajo social y en 7 de sociología, en que el tiempo de experiencia y el nivel de estudios exigidos, explícitamente no son requisitos para optar a un puesto laboral.

La Tabla 1 resume las asociaciones entre el tiempo de experiencia laboral como requisito para optar a un puesto laboral y las otras variables analizadas. Cabe mencionar que aun cuando una de ellas no es estadísticamente significativa, y está marcada con ** ha sido incluida por su valor descriptivo.

3.2. Tipo de experiencia requerida por los sociólogos y trabajadores sociales

En lo relativo a la experiencia requerida por este tipo de profesionales, aun cuando es bajo el nivel de exigencia en tal sentido, los datos recolectados fueron agrupados en las siguientes categorías:

  • Planificación social.
  • Género.
  • Sujetos de intervención social, que incluye el conocimiento específico en alguna de estas áreas: familias, jóvenes, adolescentes, infancia, mujeres, adultos mayores, refugiados. (No excluyentes).
  • Sectores sociales, donde se requieren conocimientos específicos en alguna de estas áreas: salud, justicia, trabajo, economía, educación, vivienda, seguridad social. (No excluyentes).
  • Investigación social cualitativa y cuantitativa.
  • Metodologías y/o estrategias específicas de intervención.
  • Programas sociales específicos.
  • Bienestar/Recursos humanos.
  • Redes institucionales; programas sociales específicos y legislación social.
  • Administración pública.
  • Pobreza y exclusión social.
  • Adicciones.
  • Orientación/Asistencia social.

Sobre la totalidad de los datos agrupados en sociólogos y trabajadores sociales, podemos decir que ambos tipos de profesionales confluyen en que se les exige, con énfasis distintos, experiencia en planificación social; sujetos de intervención social y metodologías y/o estrategias específicas de intervención social. Coinciden además en que lo menos demandado en el ámbito de la experiencia previa a ser contratado, es el trabajo desde la perspectiva de género.

En el caso específico de sociología, la mayor experiencia previa exigida es en el campo de la planificación, seguida de la aplicación de metodologías y/o estrategias específicas de intervención y de la experiencia en sujetos de intervención. Con una menor preponderancia les es exigida experiencia en investigación y en redes institucionales; programas sociales específicos y legislación social.

En cuanto a los trabajadores sociales, destaca en orden descendente la exigencia de experiencia previa a la contratación, en los campos referidos a: sujetos de intervención; metodologías y/o estrategias específicas de intervención, planificación, pobreza y exclusión, y sectores sociales.

La Tabla 2 muestra los datos agrupados de acuerdo con la exigencia para cada una de estas profesiones (ver Tabla 2).

En el caso de los sociólogos, la visión de los profesionales en ejercicio y la de los empleadores es discordante, en cuanto a la relevancia que otorgan a cada una de las áreas en las cuales es necesario contar con experiencia previa a la contratación. Los empleadores destacan en orden descendente la experiencia previa en: Sujetos de intervención social; planificación; y en la aplicación de metodologías y/o estrategias específicas de intervención social. Mientras que los sociólogos en ejercicio relevan también en orden descendente la necesidad de contar con experiencia en planificación; metodologías y/o estrategias específicas de intervención social e investigación.

En cuanto al trabajo social, tanto los empleadores como los profesionales en ejercicio relevan la necesidad de contar con experiencia previa a la contratación, en el área referida a sujetos de intervención. Por su parte, los empleadores valoran en una segunda instancia la experiencia en la aplicación de metodologías y/o estrategias específicas de intervención y en planificación. Seguidamente valoran la experiencia en la actuación en contextos de pobreza y exclusión, y en sectores sociales específicos. A su vez, los profesionales en ejercicio relevan la necesidad de contar con experiencia previa en la actuación en contextos de pobreza y exclusión; en sectores sociales; como del mismo modo es valorado el fogueo en las áreas referidas al trabajo en redes institucionales; programas sociales específicos y legislación social, siendo también relevada la experiencia en planificación. Los detalles al respecto se pueden observar en la Tabla 3.

En cuanto a las pruebas de asociación entre variables, sobre la base de los datos obtenidos es posible sostener que existen visiones discordantes entre empleadores y profesionales en ejercicio.

Los empleadores de sociólogos estiman relevante que este tipo de profesionales cuenten con experiencia en planificación social y conocimientos en sectores sociales (15 casos - 0.002). Del mismo modo, consideran pertinente que tengan experiencia en recursos humanos y conocimientos en administración pública (16 casos - 0.001). A la par, los empleadores de sociólogos valoran la experiencia en administración pública, sumada a los conocimientos sobre sujetos de intervención social (10 casos - 0.000). Sin embargo, los datos obtenidos desde los sociólogos en ejercicio, no evidencian asociaciones significativas en ninguna de las áreas exploradas, correspondientes a experiencia vinculada a conocimientos; áreas temáticas y tipo de institución.

Por su parte, los empleadores de trabajadores sociales consideran relevante que este tipo de profesionales cuenten con experiencia y conocimientos en planificación social (23 casos - 0.000). No obstante, ello no es relevado por los trabajadores sociales en ejercicio, quienes valoran la experiencia en planificación social, asociada a conocimientos sobre sujetos de intervención social (122 casos - 0.002). Igualmente aprecian la experiencia en metodologías y/o estrategias específicas de intervención social, ligada a conocimientos sobre sujetos de intervención social (123 casos - 0.003).

3.3. Nivel de estudios exigidos

En cuanto al nivel de estudios exigidos, partiendo de la base de que se exige título profesional, las titulaciones específicas han sido agrupadas en: Licenciatura; postítulo o diplomados; posgrado donde se incluye el grado de magíster y doctorado; y no es requisito explícitamente. El Gráfico 2 ilustra los datos obtenidos.

Sobre la base de la totalidad de las ofertas laborales revisadas, es posible sostener que en términos generales no se considera un nivel de estudios específico como requisito explícito de postulación al empleo ofertado. Siendo lo más recurrente la exigencia de post títulos o diplomados para el caso de trabajo social (35,29%) Mientras que la exigencia del grado de magíster o doctorado, equivale a un 5.51% para sociólogos y un 5,89% para trabajadores sociales. Cabe recordar que en las universidades chilenas el grado de licenciatura es requisito de titulación para este tipo de carreras.

Por otra parte, las pruebas de χ² no muestran asociaciones significativas entre el nivel de estudios y los conocimientos exigidos a ambos tipos de profesionales.

4. Conocimientos requeridos por sociólogos y trabajadores sociales

En cuanto a los conocimientos requeridos cabe destacar que luego de recolectados los datos, éstos fueron agrupados en las siguientes categorías:

  • Planificación social.
  • Género.
  • Sujetos de intervención social, que incluye el conocimiento específico en alguna de estas áreas que no son excluyentes entre sí: familias, jóvenes, adolescentes, infancia, mujeres, adultos mayores, refugiados.
  • Sectores sociales, que corresponde a conocimientos específicos en alguna de estas áreas que no son excluyentes entre sí: salud, justicia, trabajo, economía, educación, vivienda, seguridad social.
  • Investigación social cualitativa y cuantitativa.
  • Metodologías y/o estrategias específicas de intervención.
  • Recursos humanos.
  • Redes institucionales; programas sociales específicos, legislación social.
  • Administración pública.
  • Pobreza y exclusión social.
  • Adicciones.
  • Asistencia social.

Sobre la base de la totalidad de los datos, y considerando que en la aplicación de los cuestionarios fue permitido marcar más de una alternativa, es posible afirmar que los conocimientos sobre asistencia social son los menos requeridos para ambos tipos de profesionales.

En el caso de los sociólogos, los conocimientos más demandados según empleadores y profesionales en ejercicio, corresponden en orden descendente a: Investigación social; metodologías y/o estrategias específicas de intervención social; redes institucionales; programas sociales específicos y legislación social; planificación social; género, además de pobreza y exclusión social.

Por su parte, para los trabajadores sociales, los conocimientos más requeridos corresponden, también en orden descendente, a: Planificación; redes institucionales; programas sociales específicos y legislación social; seguidos de sujetos de intervención social; metodologías y/o estrategias específicas de intervención, y sectores sociales.

Como es posible observar, ambas profesiones confluyen en la necesidad de contar con conocimientos sobre metodologías y/o estrategias específicas de intervención social, y referidos a redes institucionales; programas sociales específicos y legislación social. Asimismo, requieren conocer sobre planificación social. La Tabla 4 ilustra al respecto:

Es relevante la similitud entre ambas profesiones, en lo relativo a la demanda por conocimientos sobre asistencia social, área que tradicionalmente ha sido asociada al trabajo social, y la que según los datos obtenidos es sólo levemente más demandada para este tipo de profesionales, respecto de los sociólogos.

En el caso de los sociólogos, los empleadores destacan que se requieren conocimientos sobre metodologías específicas de intervención y referidos a redes institucionales, programas sociales específicos y legislación social; ello levemente por sobre la necesidad de que este tipo de profesionales conozcan acercan investigación social. Contrariamente, los profesionales en ejercicio consideran como lo más relevante contar con conocimientos sobre investigación social; seguidos por preparación en género; sectores sociales, y también referidos a pobreza y exclusión social.

Por su parte, los empleadores de trabajadores sociales consideran como lo más relevante, que este tipo de profesionales sepan sobre planificación; sujetos de intervención social, y sectores sociales, Asimismo, se espera que conozcan sobre redes institucionales; programas sociales específicos y legislación social, además de metodologías y/o estrategias específicas de intervención. Sin embargo, desde la perspectiva de los profesionales en ejercicio, los conocimientos más requeridos corresponden a: Redes institucionales; programas sociales específicos y legislación social; seguidos de conocimientos sobre metodologías y/o estrategias específicas de intervención y sectores sociales. Los detalles al respecto se pueden observar en la Tabla 5.

Una síntesis de los principales conocimientos requeridos para ambos tipos de profesionales se puede apreciar en la Tabla 6.

A partir de estos datos, es posible establecer asociaciones entre las áreas de conocimiento más requeridas para ambos tipos de profesionales.

En el caso de sociología, las asociaciones significativas entre las diferentes áreas de conocimientos permiten evidenciar las diferencias en las consideraciones de empleadores y sociólogos en ejercicio, respecto de los temas que se requiere conocer para el ejercicio de la sociología en Chile.

Existe coincidencia entre ambas visiones, respecto de que los sociólogos debieran conocer sobre metodologías y/o estrategias específicas de intervención social, pobreza y exclusión social, además de asistencia social. Asimismo, existe convergencia entre sociólogos en ejercicio y empleadores, respecto de que se requiere que estos profesionales tengan conocimientos sobre pobreza, exclusión social y asistencia social. Como hemos dicho, ésta tradicionalmente ha sido un área asociada al trabajo social, que hoy comienza a ser también abordada por sociólogos.

Por otra parte, los datos también evidencian las divergencias entre el parecer de empleadores y sociólogos en ejercicio, respecto de los conocimientos requeridos para la práctica de la profesión. Tales concordancias y diferencias pueden ser apreciadas en la Tabla 7 que muestra estas asociaciones, desagregadas de acuerdo con ambas visiones.

En el caso de los trabajadores sociales, las asociaciones significativas entre las diferentes áreas de conocimientos también permiten evidenciar las diversas consideraciones de empleadores y trabajadores sociales en ejercicio, respecto de los temas que se requiere conocer para el desarrollo de esta profesión en Chile.

Existe coincidencia entre ambas visiones, respecto de que un trabajador social necesitaconocimientos sobre planificación social e investigación y metodologías y/o estrategias específicas de intervención social. Asimismo, que necesita saber sobre redes institucionales; programas sociales específicos y legislación social, asociado al área de sujetos de intervención social.

Igualmente, un trabajador social requiere conocimientos sobre sujetos de intervención social en los temas específicos referidos a: Género, sectores sociales, administración pública, pobreza y exclusión social, adicciones y asistencia social. Además, tanto empleadores, como trabajadores sociales en ejercicio, opinan que un profesional de este tipo necesita preparación en metodologías y/o estrategias específicas de intervención social, ligadas a la investigación social. Finalmente, ambas visiones son coincidentes en que para el ejercicio del trabajo social se requieren conocimientos sobre sectores sociales y administración pública y adicciones.

La Tabla 8 (ver pág. 158-159) presenta las convergencias y divergencias entre las visiones de empleadores y profesionales en ejercicio, respecto de los conocimientos que se requieren para practicar el trabajo social en Chile.

Por otra parte, las pruebas de χ² de Pearson, muestran que existen asociaciones significativas entre los conocimientos requeridos por sociólogos y trabajadores sociales y el tipo de institución ofertante, pública o privada.

En el caso de sociología existe asociación entre el ejercicio de la profesión en instituciones públicas y la necesidad de contar con conocimientos sobre investigación social (20 casos - 0.000). En cuanto a trabajo social, existe una asociación significativa entre el desarrollo de la profesión en instituciones públicas y la necesidad de tener conocimientos sobre género (245 casos - 0.001), además de administración pública (223 casos - 0.002).

5. Conocimientos requeridos según los relatos de los profesionales en ejercicio

Los sociólogos entrevistados han planteado que la comprensión sociológica requeriría conocimientos “…transdisciplinarios que abarquen temas de psicología social, historia antigua y actual que expliquen los fenómenos…” (e18) De manera que sería relevante contar con conocimientos “…teóricos, históricos, y conocimientos sustantivos respecto de una diversidad de temas relacionados con la sociedad, que tiene su fuente desde la teoría sociológica más abstracta y heredera de toda la tradición europea, norteamericana e incluso latinoamericana. Por otro lado, una vertiente que es más profesionalizante, tiene que ver con la metodología de investigación fundamentalmente, aunque también metodología aplicada a la programación y planificación…” (e27).

Desde otra perspectiva, dentro de los conocimientos referidos al área de las ciencias sociales en general, son relevados aquellos concernientes a las “…metodologías de análisis social, de comprensión de los fenómenos que suceden en el área específica en la cual se está trabajando, por lo tanto, es muy variado…” (e18) Dentro de esta diversidad de conocimientos, resultarían centrales aquellos referidos a la “…teoría sociológica propiamente tal, y a la metodología, y dentro de eso hay dos formas de aproximación, una es la aproximación a lo social, a la interacción, y lo otro es el análisis de la sociedad de civilizaciones, a partir de eso es fundamental el manejo de metodología de investigación, eso implica manejo de estadística y manejo de la teoría sociológica, cuáles son las corrientes principales, y por otro lado, no tan académico, se debe conocer el funcionamiento del Estado, que es indispensable, independientemente de que se trabaje en instituciones privadas, tener un manejo de la organización del Estado.” (e18) Paralelamente, los entrevistados resaltan que “…lo mínimo es que un sociólogo tenga nociones básicas de teoría o de metodología, esos son pisos mínimos pero que a la vez tienden a separar mucho porque encasillan a los teóricos en una sola línea, y eso no debe ser así porque la teoría no basta solamente.” (e31) En tal sentido, habría que considerar que el “…manejo teórico que se pueda tener no basta, no sólo se debe saber qué dice tal autor de tal tema, sino que hay que bajar esa teoría a la práctica, (…) eso es un ejercicio que no en muchas universidades se hace, sino que más bien se entregan macro teorías, pero bajarlas a contextos mucho más micro cuesta mucho y es necesario porque si no hay una relación entre el constructo teórico, el paradigma y el trabajo mucho más en terreno, el saber cómo aplicar esas teorías es mucho más necesario, sobre todo en temas de proyectos, que son más prácticos…” (e6).

Respecto de los conocimientos en investigación social, los entrevistados destacan que “…los conocimientos con los que debiera o debiese contar un sociólogo son necesariamente herramientas de investigación, con esto me refiero a la metodología cualitativa y cuantitativa…” (e9). Al manejo metodológico, se adiciona la necesidad de que los sociólogos cuenten con “…conocimientos (…) para levantar buenas investigaciones, adecuándose al contexto, plazos y recursos que existen en el contexto laboral.” (e11) Específicamente se valora que los profesionales de las ciencias sociales tengan los conocimientos suficientes en dicha área “…ya que es necesario y elemental que un sociólogo o cualquier profesional de las ciencias sociales tenga un buen desarrollo en la conformación de un problema de investigación…” (e10).

Otro aspecto relevado por los entrevistados corresponde a que este tipo de profesionales debiese “…tener un buen manejo en técnicas cuantitativas y cualitativas para elaborar instrumentos que se complementen y permitan una mejor recogida de datos, que es lo que nos caracteriza a los sociólogos.” (e11). Asimismo, se destaca que estos profesionales debiesen conocer sobre “…técnicas e instrumentos como interpretar, de análisis, y herramientas computacionales, programas de procesamiento, programas de análisis cualitativo…”(e3). Conjuntamente, los conocimientos sobre estadística son recurrentemente mencionados por los entrevistados como saberes específicos, ya que “…se debe contar con herramientas estadísticas, principalmente saber usar al revés y al derecho el SPSS, u otro programa estadístico.” (e14). Ello aun cuando en los últimos años se ha comenzado a expandir el requerimiento hacia el dominio de técnicas cualitativas de investigación social, no obstante, que el manejo del software estadístico otorgaría cierto grado de especificidad a los sociólogos, por cuanto “…es súper importante el SPSS, casi como que si necesitas SPSS llamas a un sociólogo. Pero también ahora se está abriendo un poco a la cualitativa, o sea, muchas veces uno ve “se necesita Sociólogo con experiencia en focus group”. (e4). Sumado a los “conocimientos exhaustivos en SPSS, Excel y Power Point, que son herramientas tecnológicas claves a la hora de elaborar diagnósticos, presentaciones, planillas…” (e10), sería necesario contar con conocimientos sobre las tecnologías de comunicación e información, consideradas centrales para un buen desempeño profesional, ya que “…el tema de las nuevas tecnologías, de las TIC's, yo creo que permiten simplificar los trabajos…” (e4).

Respecto de la intervención social, la visión de los entrevistados es divergente, puesto que por una parte los discursos relevan la necesidad de contar con conocimientos en metodologías de intervención directa, ya que “…en mi caso, para mi pega yo me he metido mucho en el tema de las metodologías de intervención.” (e4) En tal sentido, es valorada la intervención social directa, ya que los entrevistados destacan el hecho de que “…necesitamos un mayor énfasis práctico, que permita a los sociólogos desacoplarse de la pesadez de la teoría sociológica, de modo que las intervenciones tengan una conexión con la realidad, por lo que se necesita mucho del terreno, el trabajo en equipo, el cara a cara como por así decirlo.” (e15).

Conjuntamente, la intervención social indirecta es considerada como el lugar desde el que los profesionales de este tipo desarrollan su actuación profesional, ya que “…un sociólogo que haga intervención social directa es menos frecuente, habitualmente cuando es necesario están más en el ámbito de la planificación, que tiene que ver con diseñar programas o proyectos y planificar intervenciones, entonces es bueno que tengas al menos la teoría y después tengas la práctica porque así tu planificas mejor cómo intervenir, pero no necesariamente para estar haciendo la intervención; pero sí ciertos conocimientos teóricos tienes que tener de intervención.” (e3).

Sin embargo, independientemente si la actuación profesional se desarrolla en intervención social directa o indirecta, los entrevistados consideran necesario que un sociólogo “…que está en un área determinada, que es lo que usualmente ocurre, sepa cuáles son las principales corrientes en esa área determinada, cuales son los principales mecanismos de intervención social si es que está en una red de intervención social…” (e29) Del mismo modo que “…se debe contar con conocimientos básicos de problemas sociales, como drogas, pobreza, etcétera…” (e 25).

Siempre en el tema de la intervención social, se considera relevante contar con conocimientos acerca del diseño, ejecución y evaluación de proyectos sociales. Al respecto los entrevistados establecen que la “…gestión y evaluación de proyectos sociales, dentro de mi experiencia laboral han sido lo más fundamental que me ha tocado realizar. “ (e9) Asimismo, plantean que la “…evaluación y ejecución de proyectos sociales es lo que también se requiere harto…” (e16) De modo que en este ámbito, son centrales los “…conocimientos generales… yo diría algo de estadísticas, algo de elaboración de proyectos, de estudios de impacto…” (e29).

Ligado a la necesidad de contar con conocimientos en el tema de proyectos sociales, surge el tema de la planificación social, como una de las dimensiones del trabajo sociológico en el área de la intervención social indirecta. En tal sentido, “las herramientas de planificación también son importantes, para mí ha sido muy relevante manejarme en eso… en como planificamos estratégicamente las acciones o los proyectos… y creo que la elaboración de proyectos es un tema relevante también en sí mismo, en el fondo los temas de evaluación me parece que son importantes y que siempre se nos solicita ciertas destrezas en eso, en tener claro cuáles son las dimensiones a evaluar, cómo evaluar, cuáles son las vías para evaluar un proyecto o un programa, tener una visión clara respecto a eso también es importante.” (e2) Igualmente, ligado al tema de la planificación social, es subrayada la necesidad de contar con conocimientos acerca de “…la gestión de recursos, no sólo financieros, sino humanos y también del tiempo.” (e1).

Simultáneamente, enlazado al tema de la intervención y la planificación social, los entrevistados relevan la necesidad de contar con conocimientos en el área de las políticas públicas, ya que “…es importante que se maneje lo que tiene que ver con toda el área del desarrollo del Estado, de las políticas de Estado, esa es un área importante a tener como conocimiento para el desempeño laboral.” (e21) De modo que “tener los conocimientos actualizados y obviamente el saber sobre las políticas públicas respecto del tema en que uno se ha especializado (e38), sería relevante para el logro de un desarrollo profesional adecuado. En términos concretos, se considera óptimo conocer “…cómo está articulado el aparato estatal, los programas que existen y las funciones que hay…” (e4).

De manera global, es posible decir que en los discursos de los sociólogos entrevistados se distinguen tres tipos de conocimientos considerados significativos para un buen desempeño profesional, adicionándose, de modo emergente, el tema de la ética: “…de estos tipos de conocimientos, uno de los que destacaría es de orden más teórico que permitan entender lo que pasa más allá de lo que parece concreto y externo, y ese elemento lo aporta la teoría, un conocimiento más acumulado. Pero también un sociólogo tiene que distinguirse por un buen manejo instrumental metodológico, como es la capacidad de capturar esa realidad, de comprenderla y hacerla asequible -lo teórico y lo metodológico- y como tercer factor, la tecnología o sea de cómo intervenir la realidad que ahora está en cuestión y me atrevo agregar una cuarta perspectiva no sólo teórica, sino también ética-valórica, por ejemplo: tener hoy en día una perspectiva de derechos, logrando así una comprensión de los sujetos, permitiendo así lograr un respeto hacia las personas.” (e17).

Finalmente, existe consenso entre los entrevistados en que “…si trabajas en el área del mercado se necesita mucho más conocimientos metodológicos y en el ámbito estatal necesitas mucho conocimiento de administración pública, de estatutos, depende mucho de donde sea y lo que vas a postular…” (e18) De manera que se requeriría “…tener 100% conocimiento sobre lo que es la investigación cualitativa y cuantitativa junto con saber realizar una evaluación de proyectos, esa es la especialización real para trabajar en una institución pública. En el ámbito privado conocer las metodologías cualitativas y cuantitativas sobre todo en el manejo de base de datos…” (e16).

En síntesis, “…podríamos decir que los trabajos de los sociólogos están en tres categorías: la gestión desde el gobierno u ONG; la investigación en un rango que va desde universidades hasta estudios de mercado, pasando por la consultoría; y el trabajo académico. Para cada uno de ellos se requieren habilidades distintas; para el primero se requiere habilidades de gestión, buenas relaciones interpersonales, pro-actividad y conocimientos en el área en que se interviene, por ejemplo, en drogas, educación, infractores de ley, etcétera. Para la segunda se deben tener conocimientos en lógica y técnicas de investigación, además de habilidades blandas como el poder conducir equipos de trabajo, pro actividad, capacidad de trabajar en equipo, capacidad para establecer buenas relaciones con una contraparte, etcétera. Para estos últimos se debe tener conocimientos en un tema, además de habilidades para desarrollarse en la docencia.” (e8).

Por su parte, los trabajadores sociales entrevistados consideran relevantes los conocimientos correspondientes a ciencias sociales en general; investigación e intervención social; planificación y proyectos sociales; y herramientas específicas que potencian un buen desempeño laboral.

En lo referido a las ciencias sociales, los entrevistados destacan la importancia de contar con conocimientos sobre algunas disciplinas en particular, como asimismo respecto de teorías específicas. Así, el ejercicio laboral demandaría conocimientos acerca de las ciencias sociales, específicamente se requeriría de “…una formación rigurosa en epistemología y filosofía de las ciencias (…) creo que el trabajo social necesita subir un escalón más en todo lo que tiene que ver con la sistematización, la generación de conocimientos científicos y es por eso que creo que los profesionales tienen que estar muy bien formados en matemática, lógica y filosofía…” (e31) A ello se adiciona que un “…trabajador social debe saber de todo un poco, un poco de historia, (…) un poco de psicología…” (e9) Además de “…derecho, sociología, antropología… eso es una formación que nosotros tenemos en la universidad, pero en la práctica en general se exige mucho más…” (e41).

Los conocimientos de historia que requeriría un trabajador social se refieren particularmente a historia universal, política, social y económica, además de conocer la historia de los diferentes contextos en que se interviene. En tal sentido, un trabajador social “…debería conocer un poco de la historia y del mundo como ha ido evolucionando para poder insertarse en un campo y saber más o menos la evolución histórica en el campo donde va a llegar, sean las drogas, como han evolucionado las políticas sociales, qué historia ha habido para intervenir en ese fenómeno, o sea que les permita comprender, saber dónde están cuando llegan a trabajar normalmente en la ejecución de una política social, sea a nivel gubernamental o en el ámbito privado…”. Este conocimiento permitiría sustentar la intervención social desde la perspectiva del contexto en que se han suscitado los problemas sociales, como desde los enmarcamientos y acciones que circunscriben el fenómeno.

Asimismo, sería importante “…saber ubicarse en la historia de las políticas sociales, saber las transformaciones mundiales, cómo están operando, cuáles son los mecanismos con los cuales está operando el mundo en el campo económico, social, cultural, las grandes transformaciones que ha habido y cómo esas impactan en las personas con las cuales uno va a tener que intervenir, sean sujetos solos, sean las comunidades, en fin, para poder dar un cierto contexto, histórico, político, social y económico a la situación de intervención…” De modo que el análisis sociopolítico y económico de los contextos que circunscriben a los fenómenos debiera constituirse en una herramienta más de la intervención social.

Al mismo tiempo, se necesita contar con “…conocimientos sobre la historia social de Chile…” (e27) y “…también profundizar la economía aplicada al trabajo social, ya que sería importante que los trabajadores sociales se manejen en materias económicas, porque los problemas de la pobreza están vinculados también a temas económicos, entonces no siendo economistas, se puede dialogar con la economía y analizar las temáticas vinculando conceptos económicos…” (e26).

En el ámbito específico de la psicología, se requiere aplicar conocimientos sobre “…psicología social, psicología del desarrollo…” (e41) Además de “…la psicología personal, la de grupo, la de masas…” (e36).

En cuanto al tema de la intervención social, los conocimientos requeridos por los trabajadores sociales abarcarían tanto estrategias de intervención, como de análisis contextual, ya que “se requieren herramientas para la intervención… y cuando pienso para la intervención digo cómo uno puede problematizar los contextos que está interviniendo y pensar efectivamente diseños de programas o acciones que sean pertinentes a esos contextos particulares, donde ojalá no sea sólo asumir e implementar una política que viene definida desde esferas superiores, sino también que uno pueda hacer lo que sea pertinente en ese contexto…”(e12) Por tanto, que los trabajadores sociales cuenten con conocimientos en estos planos, fomentaría la existencia de profesionales con mayores potencialidades en cuanto a la creación de nuevas estrategias de intervención, acorde con los microcontextos sociales.

De un modo más concreto, en el ámbito de la intervención social directa se impone la necesidad de conocer “…teorías con perspectivas para mirar la realidad…” (e3) Básicamente, “…las teorías que en la actualidad se manejan sobre los conflictos sociales y sobre las problemáticas sociales, cuando estamos hablando de participación desde la dialéctica y desde el capitalismo, o sea tener un marco referencial donde uno pueda tomar cosas de aquí y acá y ser capaz de entregarlo.” (e51) Asimismo, sería fundamental tener “…conocimientos en administración de instituciones y de recursos humanos también…” (e30).

Simultáneamente, se alude a la necesidad de contar con conocimientos en el campo específico de la intervención social directa con familias. En tal sentido, el mundo laboral demandaría que los trabajadores sociales conozcan “…todo lo relacionado con la intervención familiar, todo lo que tenga que ver con eso, o sea, tener conocimientos claros de las composiciones de las familias, los cambios que se van presentando a través del tiempo y conocimientos más específicos que se van aprendiendo dependiendo del lugar donde el profesional se sitúe…” (e22) De modo que en el ámbito del trabajo con familias sería necesario que los profesionales contaran con “…algunos antecedentes teóricos, sobre el funcionamiento de las familias, saber qué es un sistema y cómo funciona, (…) cómo funciona un niño a través de la familia, entonces ahí tienes que ir viendo la teoría de sistemas, (…) vas usando la teoría…” (e34) Es por eso que se requeriría “…manejar el tema sistémico, para poder entender problemáticas mucho más amplias, desde el punto de vista más ecológico, en el sentido de que todas las condiciones influyen en la dinámica familiar.” (e7).

Ligado a lo anterior, los trabajadores sociales entrevistados, realzaron la necesidad de contar con conocimientos en el campo de la intervención social directa, en que el ejercicio laboral demandaría “…un abanico de conocimientos, entonces, de repente manejamos conocimientos que tienen que ver con intervención en redes que uno aplica; de repente con una teoría más psicosocial que uno también va aplicando; a veces con una teoría más sistémica, según yo, el trabajo social tiene una mirada sistémica de la realidad social… los problemas son multicausales, entonces no tengo una mirada única sobre una problemática…” (e1).

Es así como dentro del ámbito de la intervención social directa, los conocimientos que más demandaría el ejercicio laboral dicen relación con los modelos y técnicas de intervención; con temas legales; recursos humanos y bienestar; políticas públicas y redes. Adicionándose temas transversales, que todos los trabajadores sociales debiesen conocer referidos a problemáticas que afectan a los sujetos de intervención social, al ordenamiento y funcionamiento estatal y a la seguridad social.

En cuanto a los modelos de intervención social directa, el ejercicio laboral demandaría “…manejar distintos tipos de modelos de intervención porque eso (…) permite abordar los casos de formas diferentes, porque todos los casos tienen su particularidad, todos los modelos son distintos de aplicar y en base a eso, uno tiene que ver, de acuerdo a cada persona, cual debe aplicar…” (e1) Lo mismo sucede en la intervención comunitaria, por tanto, sería relevante, “…saber mucho sobre comunidad y modelos de intervención comunitaria…” (e20).

Desde otra perspectiva, el mundo laboral demanda este tipo de conocimientos, dado que “…los modelos de intervención son fundamentales porque en el fondo permiten ordenar, hacer un trabajo más metódico, o un plan de trabajo ordenado que hace que nada quede al azar y tener previstas muchas de las situaciones… si bien nosotros trabajamos con sujetos sociales que su vida cambia continuamente, sin embargo tenemos que ser capaces de planificar una intervención como corresponde bajo un modelo en específico.” (e21).

Dentro de este mismo tópico, son relevadas las técnicas y /o estrategias de intervención social directa, ente las cuales destacan las “…técnicas básicas de entrevistas…” (e5); la “…animación sociocultural…” (e6); “…los conocimientos sobre conciliación y mediación…” (e44) y “…la resolución de conflictos…” (e46) Sería importante también contar con conocimientos acerca de la “…intervención inmediata, lo que son modelos de crisis, de autoayuda, (…) la intervención de choque…” (e39). Paralelamente, el ejercicio laboral demandaría “…conocimientos transversales que tienen que ver con técnicas del trabajo social, como visitas domiciliarias, elaboración de informes y realización de diagnósticos…” (e43) Los trabajadores sociales entrevistados relevan la importancia del manejo metodológico en el campo de la intervención social directa.

En este campo, los trabajadores sociales realzan la trascendencia de tener conocimientos sobre redes “…que se manejan en el Estado y en la red social…” (e46) Asimismo, se requiere “…el manejo de las redes internas de la institución, de las redes externas de la institución donde se desenvuelve el profesional…” (e43) En este mismo campo, el ejercicio laboral demandaría a los trabajadores sociales conocer sobre temas legales. Particularmente, sería necesario contar con “…conocimientos básicos en legislación de familia y legislación juvenil, en general…” (e14).

En cuanto al derecho de familia, los entrevistados subrayan las demandas del mundo laboral referidas a conocer sobre “…todos los conceptos legales, las nuevas normas, leyes que hacen referencia a lo que es familia, violencia intrafamiliar, tiene que tener un muy buen manejo de todo lo que es la normatividad.” (e20).

Asimismo, es subrayada la importancia de conocer sobre “…el tema de la reforma de la ley penal, de protección social, de todo el tema de la reforma de los tribunales de familia…” (e7) Igualmente, sería importante “…conocer harto el tema de la reforma previsional…”(e29) Más ampliamente, en “…términos de seguridad social deberíamos manejar todas las reformas …”(e46) ya que este es “…un ámbito que está en permanente cambio, hay reformas y es un tema que no es tan simple de manejar…”(e27) Vinculado al tema de la seguridad social, los trabajadores sociales entrevistados acentúan la necesidad de conocer sobre temas referidos a “…recursos humanos y responsabilidad empresarial…” (e12).

Paralelamente, los entrevistados estiman que los conocimientos sobre seguridad social, aquellos relativos a los sujetos de intervención, y los relacionados con el ordenamiento y funcionamiento estatal, son transversales al ejercicio profesional de los trabajadores sociales. En tal sentido, se juzga que “…la seguridad social es transversal en términos de desempeño, como que pasa por todos los tópicos, el área de la salud, familia (…) pero creo que lo más universal es lo de la previsión social.” (e2) Por su parte, los conocimientos en temas relativos a los sujetos de intervención social y las problemáticas que se deben enfrentar, también serían transversales al ejercicio profesional y por tanto se requeriría que los trabajadores sociales cuenten con “…conocimientos básicos en consumo de drogas, de alcohol, de violencia intrafamiliar, enfoque de derechos del niño…” (e14).

Simultáneamente, y siempre desde la perspectiva de los conocimientos estimados transversales al ejercicio del trabajo social, se valora que los profesionales cuenten con “…conocimientos del funcionamiento del Estado, para así aportar una visión más concreta y realista de la intervención.” (e47) De modo que el ejercicio laboral demandaría “…conocimientos sobre el escenario político y social que tiene el país, (…) que tenga ciertas claridades de cómo está funcionando la política actual, donde se están poniendo los énfasis, cuáles son los programas que se están trabajando a nivel del gobierno, cuáles son las tendencias internacionales con respecto a ciertas políticas públicas que bajan, por ejemplo, desde el Banco Mundial Interamericano de Desarrollo. Por lo tanto, tener un conocimiento real del escenario político y social, segundo, tener claridades con respecto a lo que tiene que ver con movimientos y participación social, creo que es súper importante, saber dónde hoy día van las tendencias, cuáles son las vanguardias en participación, cuáles son los programas que están hoy día instalando distintos tipos de participación, qué fondos concursables existen…” (e51).

En cuanto a la intervención social indirecta, los trabajadores sociales juzgan necesario que los profesionales en ejercicio cuenten con conocimientos sobre políticas públicas, planificación social, y relativos al diseño, ejecución y evaluación de proyectos sociales.

Respecto de las políticas públicas, “…es necesario un amplio manejo de cómo se desarrollan estas, para poder tener esa visión crítica, porque muchas de las políticas públicas son elaboradas detrás de un escritorio…” (e15) Igualmente, sería necesario tener conocimientos sobre “…las políticas sociales, estar al tanto de todo lo que viene en el tema de la reforma social, que se está implementando ahora, de estar al tanto de todos los programas que están funcionando, Chile Crece Contigo, el Chile Solidario, Programa Vínculos, etcétera.” (e7) Es así como el ejercicio laboral demandaría “…conocimiento acabado en el tema de previsión social, en vivienda, en Fondos Solidarios, que conozcan el sistema de la Ficha de Protección Social…” (e18) Porque “…hoy en día es súper importante la ficha de protección social, tratar de conocerla, no solamente en cómo ver el puntaje, nombre o Rut, hay que manejarse en el código, qué significa cada código dentro de la ficha de protección social…” (e29) De modo que para el logro de un desempeño laboral se requieren “…conocimientos en cómo se arman las políticas sociales, pienso que eso es súper importante cómo se arman, cuáles son, cómo se aplican, etcétera…” (e36).

Derivado de lo anterior, los entrevistados juzgan necesarios los conocimientos relativos a los programas sociales. En consecuencia, precisan la necesidad de que un trabajador social “…sepa cómo funcionan los programas, esté al tanto de cuáles son los requisitos, cuáles son las modalidades, cómo se estructura ese programa, yo creo que uno sabiendo todo ese abanico de información puede hacer bien el trabajo…” (e18).

Desde otra perspectiva y enlazado al tema de los proyectos sociales, los entrevistados relevan la necesidad de contar con conocimientos sobre planificación social, ya que “…un trabajador social debe saber al revés y al derecho lo que es la planificación, desde la planificación situacional hasta la planificación estratégica…” (e50).

La importancia de tener conocimientos sobre planificación, estaría vinculada a la calidad del desempeño laboral, por cuanto “…de repente tengo que hacer una matriz de marco lógico, para la Fundación que me lo piden y tengo que saber y tiene que ser con indicadores precisos porque ahí me estoy jugando la pega …” (e6) Es así como dentro de los “…conocimientos prácticos fundamentales, lo principal es el tema planificación y gestión de proyectos, eso es algo en que ningún trabajador social puede flaquear, porque en todo equipo multidisciplinario a la hora de planificar o gestionar proyectos o al sociólogo o al trabajador social le cargan la mata en eso…” (e50).

Entretanto, los trabajadores sociales entrevistados acentúan la necesidad de que los profesionales de este tipo, cuenten con conocimientos sobre la gestión, diseño, ejecución y evaluación de proyectos sociales. La necesidad de contar con este tipo de conocimientos se vincula, por una parte, a las posibilidades de inserción laboral por cuanto se considera que “…hoy en día hay una demanda amplia de gente que sepa hacer buenos proyectos, buenos diagnósticos, y a su vez que éstos proyectos tengan seguimientos y evaluación, en términos de impactos, que es un concepto mucho mayor, más que una evaluación de si lo logramos o no lo logramos, sino qué cambios generamos en el fondo y si ese cambio se sostiene en el tiempo…” (e26).

Por otra parte, la demanda del mercado laboral respecto de contar con conocimientos sobre esta temática, se vincula al trabajo con grupos y comunidades, en que tener “…conocimientos en lo que tiene que ver con proyectos y políticas públicas, es importante ya que hoy se está manejando el tema de los fondos concursables, y el trabajador social debiera tener una sólida formación en proyectos, para que pueda prestar asesoría a las comunidades y a las personas que no han tenido acceso a ese conocimiento, para que así puedan aprovechar las oportunidades que las políticas públicas le dan a la comunidad.” (e27) De modo que desde ambas perspectivas, sería un requerimiento del mundo laboral “…saber cómo se postula a un proyecto…” (e49).

A partir de lo anterior, surgiría otra demanda específica del mundo laboral para este tipo de profesionales en el sentido que “…debemos manejarnos en términos de números, aquí los trabajadores sociales se asustan, pero si vas a hacer un proyecto, no puedes decir lo lindo que es el proyecto, unos objetivos preciosos, muy bien enmarcado, muy buena metodología, pero resulta que cuando vas a hacer el planteamiento de cuántas lucas cuesta eso, no tienes ni idea…” (e5) Por eso es necesario tener “…conocimientos en temas administrativos, ser capaz de manejar dinero, no sólo saber sumar y restar, sino saber distribuir los recursos…” (e15).

Por otra parte, los trabajadores sociales entrevistados relevan la necesidad de contar con conocimientos en el ámbito de la investigación social, por cuanto sería una demanda constante del medio laboral, ya que “…el tema de la investigación (…) lo vas a ver en todas partes, o sea estés donde estés siempre te van a pedir la elaboración de un proyecto, la implementación también” (e22) De modo que el mercado laboral exigiría una mayor “…profundización en investigación…” (e30); “…más conocimientos en estadísticas…” (e46); “…un marco general con respecto a las metodologías cualitativas y cuantitativas de investigación…” (e51) y el manejo de los “…enfoques teóricos acerca de investigación social…” (e14).

Sin embargo, el sentido que tendría contar con conocimientos en investigación social, radicaría en la necesidad del trabajo social de validar su accionar profesional. Por ello se requieren “…conocimientos, en el tema de investigación, pero no como investigación en sí, (…) sino que la sistematización de procesos de intervención social, que es la única manera que encuentro de poder validarnos…” (e6) Desde esa perspectiva, se considera que “…dentro de la profesionalización hace falta mucho la sistematización, lo que quiero decir con esto es que muchos de nosotros realizamos trabajo social en distintas instituciones, ya sean privadas o públicas, pero no la sistematizamos, o sea, no producimos conocimientos acerca de lo que hacemos…” (e47).

Por otra parte, se estima que la investigación propiamente tal “…es un pilar clave, que si bien hoy en día se está trabajando, lo que pasa es que la mayoría de las teorías que nosotros tenemos o provienen de la sociología, o de algunas corrientes que tienen que ver con la teología, la antropología que nos genera datos, la historia también nos genera datos. Pero, por ejemplo, hoy en día nosotros debiésemos ser amigos de la nueva historia, esa historia que se construye desde abajo, la historia local como tal, que hoy en día pudiésemos trabajar, que implica conocer cuáles son los códigos de ese sector, los códigos para poder intervenir en esos sectores, no de un modo general, sino desde esa particularidad…” (e18) Es así como la investigación ligada a la intervención social, es considerada en la actualidad como una demanda para los trabajadores sociales, en el sentido de la sistematización de sus prácticas y de la realización de diagnósticos previos a la intervención social directa.

No obstante, los conocimientos en metodologías de investigación se constituirían en demandas del mercado laboral en el momento de la participación en algunos equipos de trabajo interdisciplinarios, donde sería importante que un trabajador social sea capaz de “…identificar problemas (…) tratar de ser lo más objetivo posible, tener mucho conocimiento en cuanto a lo metodológico…” (e10) Desde esa perspectiva sería que “…lo básico para situarte bien dentro de lo que es el mercado laboral, es el tema de la metodología de investigación, elaboración de proyectos y… digamos, herramientas cualitativas y métodos cuantitativos, como el tema de la estadística…” (e26) De manera que sería una demanda del mercado laboral que los trabajadores sociales sean capaces de “…introducir métodos cuantitativos, el tema de la estadística, es importante manejarse, aplicar herramientas que permitan cuantificar al momento de investigaciones, cuantificar en tus proyectos…” (e26).

Igualmente, los trabajadores sociales entrevistados relevan la necesidad de contar con herramientas específicas que potencien el buen desempeño laboral. En tal sentido, es valorado “…un conocimiento avanzado en lo que tiene que ver con TIC's” (e51) Asimismo, se estima necesario contar con conocimientos en “…computación, Word, Excel y hoy tenemos el Power Point para las exposiciones, que cada vez son más exigentes y el tema de manejar bases de datos, por ejemplo, ya sea de casos, o comunidad…” (e12) Específicamente en el área empresarial se requeriría “…manejo de Excel, tablas dinámicas, sistemas de RP o administración de recursos humanos, son fundamentales, un trabajador social en una empresa que no sepa Excel está perdido, total y absolutamente perdido…” (e4).

Finalmente, los trabajadores sociales entrevistados vinculan los conocimientos que requeriría el mercado laboral con el tipo de institución ofertante. En tal sentido, se plantea que “…en el espacio privado, se debe saber sobre el tema de los recursos humanos, por ejemplo, y en el caso del ámbito público, hay que estar muy al tanto de lo que son los programas sociales, el tema de los beneficios, el tema de las becas, el tema de las postulaciones a lo que son los programas habitacionales, (…) postulación a algún tipo de beneficio (…) el tema de salud, por ejemplo, la discapacidad, o sea digamos, que hay una diferencia de acuerdo al ámbito, pero lo importante, es que en el ámbito público se debe manejar harta información de los distintos programas sociales que están funcionando en la actualidad…” (e6).

6. Conclusiones

Como hemos dicho, la evolución temática de la sociología de las profesiones la ha llevado en la actualidad a centrarse en el estudio de los corpus de conocimientos y destrezas que darían legitimidad al saber formal; al análisis del contenido de la actividad profesional y de las relaciones interprofesionales, centrándose en el modo en que las profesiones se afectan las unas a las otras, debido a sus interacciones en el actual sistema socio-laboral.

Desde ese prisma, el presente artículo intentó ilustrar la realidad de las profesiones de las ciencias sociales en Chile, particularmente de la sociología y el trabajo social, donde es posible observar superposiciones en el establecimiento de límites o jurisdicciones de la actividad profesional, fundamentalmente el campo de la intervención social directa o micro-social. Por tanto, si concordamos con Evetts (2003) respecto de que las profesiones no son entidades separadas, sino que son parte de un sistema social en el que interactúan afectándose las unas y las otras, lo que las hace mutar, y más aun considerando que las profesionales están en constante cambio, debido a los avances tecnológicos y a factores económicos, políticos, ideológicos y sociales, tenemos que al analizar el tiempo y tipo de experiencia, nivel de estudios y conocimientos requeridos por el mundo laboral, hay matices distintos para ambos tipos de profesiones, pero no necesariamente jurisdicciones propias, lo que en alguna medida solo se encuentra presente en el imaginario profesional debido a las definiciones tradicionales, tales como por ejemplo, los sociólogos ligados a la producción de conocimientos y los trabajadores sociales como dominantes de la intervención social.

Respecto del tiempo de experiencia y nivel de estudios requerido por los empleadores, en ambas profesiones en términos generales, ello no es considerado explícitamente como requisito para la postulación a un puesto laboral, sin embargo, evidentemente la experiencia acumulada en el ejercicio laboral y los mayores grados académicos son valorados por los contratantes, de modo que corresponden a factores de competitividad subyacentes a la postulación, que se agregan a factores relativos a género, clase y etnia que tampoco son explícitos, pero que dada la cultura chilena que aún mantiene raigambres patriarcales y segregadores, sabemos que operan al momento de la elección de un profesional para ocupar una plaza laboral.

En lo concerniente al tipo de experiencia previa a la contratación exigida por el mercado laboral, ello es más preponderante en el campo de la intervención social indirecta o macro social, ligada a la planificación social, lo que evidencia la existencia de un tipo de sociología que forma parte de la élite profesional que determina los lineamientos de acción para quienes se desarrollan en el campo de la intervención social directa. Dicho campo -el de la intervención social directa- congrega a sociólogos y trabajadores sociales que para su ejercicio laboral requieren experiencia previa a la contratación, en campos prácticos, los que a su vez conforman un grupo de profesionales cualificados que aplican en la intervención micro-social, los lineamientos entregados por los sociólogos que se desarrollan en el ámbito de la intervención macro-social.

Igualmente, en relación con la experiencia previa a la contratación exigida por el mundo laboral, la visión de los empleadores y la de los profesionales en ejercicio coincide en que es necesario que los sociólogos cuenten con experiencias previas en planificación y en la aplicación de metodologías y/o estrategias específicas de intervención social. Sin embargo, ambas visiones son discordantes en cuanto a la valoración de la experiencia previa en investigación social, ya que los profesionales en ejercicio consideran necesario contar con experiencia en investigación previa a la contratación. Mientras que los empleadores, relevan la necesidad de que este tipo de profesionales tenga experiencia en el campo de los sujetos de intervención social. Ello muestra una contradicción en la mirada de los empleadores, puesto que juzgan como relevante que los sociólogos desarrollen actividades relativas a la investigación social, mientras que valoran la experiencia en intervención social directa, más vinculada a la vertiente profesionalizante de la sociología, lo que demuestra la distancia existente entre la imagen de lo que es un sociólogo, y lo que habitualmente se requiere en el mundo laboral, tendiente más bien hacia la versión profesionalizante de la sociología, ya que la experiencia previa y los conocimientos requeridos apuntan más bien hacia la intervención social que hacia la producción de conocimientos.

En el caso de los trabajadores sociales, los profesionales en ejercicio relevan la necesidad de contar con experiencia previa a la contratación, en las áreas referidas al trabajo en redes institucionales; programas sociales específicos y legislación social. Por su parte, los empleadores consideran relevante que este tipo de profesionales cuente con experiencia y conocimientos en planificación. No obstante, ello no es relevado por los trabajadores sociales en ejercicio, quienes valoran la experiencia en planificación, asociada a conocimientos sobre sujetos de intervención social. Igualmente, juzgan importante contar con experiencias en metodologías y/o estrategias específicas de intervención, ligada a conocimientos sobre sujetos de intervención social. De manera que la necesidad de contar con conocimientos aplicados, evidencia nuevamente el perfil práctico de este tipo de profesionales, siendo esta la impronta definida desde los orígenes de la profesión, y que desde una perspectiva constituye su especificidad y el sustento de su profesionalismo, aun cuando desde otro punto de vista ello se considere como uno de los factores que ha obstaculizado el avance disciplinar del trabajo social, sumado a que hoy en día, es un campo compartido con los sociólogos de la acción, por lo que tal impronta comenzaría a desdibujarse.

Respecto de los conocimientos, un buen desempeño laboral exige a los sociólogos conocimientos transdisciplinarios lo que da cuenta por una parte, de la versión disciplinaria de la sociología como una expresión minoritaria respecto de la sociología profesionalizante en Chile, lo que responde a la actual necesidad de la sociología chilena de ampliar sus campos laborales y que es concordante con la mirada de la sociología como profesión y no como disciplina, proveniente con mayor fuerza desde el mercado laboral, en que se espera que este tipo de profesionales manejen conocimientos ligados más bien a la intervención social directa, por sobre los relativos a la producción de conocimientos. Este es otro punto de confluencia con el trabajo social chileno, cuyas demandas de conocimientos por parte del mercado laboral, lo perfilan como profesionales de la intervención social directa, y los vincula a la noción de producción de conocimientos ligados a lo micro-social. De manera que pese a que los profesionales en ejercicio y los empleadores valoran con énfasis diferentes los conocimientos que este tipo de profesional requiere, ambas visiones enfatizan en la necesidad de contar con conocimientos ligados al saber práctico, lo que aleja a la profesión de aquella postura sobre producción de conocimientos que se fundamenta en que el trabajo social debería apartarse del pragmatismo que ha arrastrado a lo largo de su historia.

Pareciera ser entonces que en la actualidad, dada la masificación de la educación superior en Chile, y por tanto, el aumento del número de sociólogos y trabajadores sociales presentes en el país, comienza a hacerse realidad la idea de Evetts (2003) referida a que los grupos profesionales compiten con otros grupos, para proteger sus aspiraciones jurisdiccionales a realizar un cierto tipo de trabajo, como asimismo al momento de adicionar nuevos dominios.

Es así como si consideramos que desde la perspectiva neo-weberiana, las profesiones son construcciones sociales, más que elementos constitutivos de la estructura social como en la mirada funcionalista, cobra centralidad el modo en la formación profesional de sociólogos y trabajadores sociales, asume la superposición de las jurisdicciones profesionales que se evidencian en el mercado laboral chileno, de manera que los recién titulados tengan elementos concretos para enfrentarse a ello, como por otra parte, para que el proceso histórico profesionalizador caracterizado por su dinamismo en la actualidad, otorgue espacios y condiciones de empleo en su justa medida y retribución, a cada una de estas profesiones en un futuro laboral no lejano.

De modo que urge la necesidad de que tanto las Instituciones de Educación Superior como los órganos del Estado correspondientes, no sólo limiten la oferta formativa de algunas profesiones como trabajo social, sino que además es perentorio que definan de un modo concreto y exhaustivo, y que además difundan los campos laborales, áreas de desempeño y perfiles profesionales de cada una de estas carreras, de manera que los futuros estudiantes universitarios y sus familias, que como ha sido suficientemente demostrado, realizan una fuerte inversión económica y en tiempo en la educación universitaria, con altas expectativas de empleabilidad y movilidad social, no vean frustrado su esfuerzo debido al subempleo de profesionales que terminan ubicándose en los niveles más bajos de la escala socio-profesional, viendo desmoronadas sus esperanzas, ya que su inversión no se complementa con el retorno social y económico que alcanzan, una vez ubicados en el mercado laboral.

Es así como dentro de la responsabilidad social de las Instituciones de Educación superior debiera estar el imperativo de contribuir a la cohesión social a través de la formación de profesionales no sólo críticos y conscientes de la realidad en la que se desarrollarán, sino además que se sientan retribuidos e integrados, ya que como sabemos la frustración de las expectativas de movilidad social, o al menos, de acceso a los recursos y al prestigio social, de acuerdo con lo que subjetivamente se considera, justo dado lo invertido, deterioran la confianza sistémica, disminuyen la legitimidad de la democracia y exacerban los conflictos sociales, lo que en definitiva perjudica el sentido de pertenencia a la sociedad, lo que se constituye en un eje central de la cohesión social.

Conflicto de intereses: La autora declara no tener ningún conflicto de intereses.


Notas

1 Este artículo es resultado de la investigación titulada “Sociología y trabajo social en el mercado laboral chileno: un análisis sociológico” desarrollada entre los años 2010 y 2013, para optar al grado de doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Granada, España.

2 Cabe mencionar que en el año 2005, el Congreso chileno aprobó la devolución del rango universitario para Trabajo Social, perdido durante la dictadura militar. Produciéndose una diferenciación por título entre Trabajo Social, impartido en universidades y Servicio Social, dictado en institutos profesionales. Al mismo tiempo, coexisten titulaciones técnicas tales como: Técnico en Trabajo Social; Técnico en Servicio Social; Técnico en bienestar, etcétera.

3 El diario El Mercurio de Santiago, se encuentra disponible en la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile.

4 Para más detalles sobre la Red Virtual Cheung ver: http://lists.comunitarios.cl/listinfo.cgi/bolsadetrabajocheung-comunitarios.cl.

5 Con vistas a asegurar el anonimato de los informantes, las entrevistas fueron numeradas al azar en forma correlativa del 1 al 56. Cada párrafo textual extraído desde las entrevistas fue identificado con la letra e, seguida del número correspondiente a esta.

6 Chilenismo que significa trabajo, oficio u ocupación. Disponible en: http://www.mainframe.cl/diccionario/diccionario.php?palabra=pega&accion=Buscar, mayo 2010

7 Chilenismo, que significa aumentar el trabajo o castigo, enfatizar. Disponible en: http://www.profecampusano.cl/coa.htm. Mayo 2010.

8 Chilenismo que alude al dinero.


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