SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número1EL ANTROPÓLOGO COMO OTRO:: CONOCIMIENTO, HEGEMONÍA Y EL PROYECTO ANTROPOLÓGICOLA VOCACIÓN CRÍTICA DE LA ANTROPOLOGÍA EN LATINOAMÉRICA índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Antipoda. Revista de Antropología y Arqueología

versión impresa ISSN 1900-5407

Antipod. Rev. Antropol. Arqueol.  no.1 Bogotá ene./dic. 2005

 

Presentación

Carlos Alberto Uribe

Bogotá, 27 de junio de 2005


Los cinco ensayos que a continuación se publican en esta nueva etapa de la revista del Departamento de Antropología de la Universidad de los Andes tienen ya una larga historia. Ella comenzó por allá en diciembre del 2001 cuando en un vuelo de Bogotá a Popayán, Myriam Jimeno y quien esto escribe discutíamos animados sobre la antropología colombiana. Entonces viajábamos a dar sendas conferencias en la sede del Banco de la República de esa ciudad, invitados por nuestros colegas caucanos. En medio del debate que siempre acompaña nuestras conversaciones antropológicas, Myriam y yo comenzamos a jugar con la idea de organizar un simposio para desarrollar dentro de los marcos del x Congreso de Antropología en Colombia, que por entonces organizaba el Departamento de Antropología y Sociología de la Universidad de Caldas (Manizales, 22 al 26 de septiembre de 2003). Pronto acordamos que queríamos un simposio donde pudiéramos airear los resultados de los quehaceres de la antropología colombiana a partir del decenio de 1970. Queríamos, además, que quienes hicieran esta evaluación fueran antropólogos y antropólogas extranjeros que hubiesen hecho de Colombia el objeto de sus preocupaciones investigativas durante esos más de treinta años. Ellos y ellas nos mirarían y nosotros, los locales, les responderíamos, en un diálogo de pares y de compañeros de muchas lides. Nuestros ardores intelectuales de a bordo no caerían en el vacío.

Y una vez regresamos a Bogotá comenzamos a organizar el simposio que titulamos "Antropologías metropolitanas y antropologías periféricas: encuentros y desencuentros". El texto de la convocatoria del evento, que se convirtió en uno de los simposios centrales del congreso, rezaba así:

    La antropología colombiana se inició como carrera profesional en el Instituto Etnológico Nacional creado en 1941 bajo el impulso del etnólogo francés Paul Rivet, quien huía de la guerra europea. Un primer puñado de jóvenes profesionales se interesó en estudiar las culturas indígenas, la arqueología, la lingüística y la antropología física. Esta primera generación fue central para la organización posterior de carreras de pregrado en antropología en varias universidades colombianas. También fundaron el primer ente institucional público para la investigación antropológica y para la preservación del patrimonio arqueológico, el Instituto Colombiano de Antropología (1952) que absorbió el anterior Instituto Etnológico y el Servicio Nacional de Arqueología (antes adscrito al Ministerio de Agricultura).

    Desde ese primer contacto con Paul Rivet, antropólogos de distintas nacionalidades han realizado sus trabajos en Colombia. A lo largo de estos años se produjo la consolidación de la antropología como profesión. Desde finales de los años sesenta se crearon en el país cuatro carreras de pregrado en antropología a las que se le sumaron otras dos hace pocos años [a la fecha ya hay otras dos nuevas]. Durante el último lustro tres programas abrieron estudios de postgrado en antropología social y cultural y antropología forense y jurídica. Todos combinan con bastante libertad distintas influencias teóricas de la antropología mundial.

    En este orden de ideas, Colombia posee una sólida tradición antropológica situada en el contexto de las llamadas antropologías periféricas. ¿Cómo ha sido la relación entre esta antropología «nativa», que se fortalece y cambia con el tiempo, y los colegas extranjeros? ¿Qué ha significado Colombia como país en la antropología realizada por los colegas extranjeros? ¿Cómo ven los antropólogos colombianos esas antropologías realizadas por los antropólogos de afuera? ¿Recoge la tradición antropológica colombiana una voz de la subalternidad con eco en nuestros colegas internacionales o, por el contrario, el discurso de dicha tradición busca mimetizarse como discurso metropolitano? Estos son los temas de interés en este simposio.

Como se aprecia, la idea original era lograr un intercambio entre antropólogos nativos y extranjeros, todos vinculados por un mutuo interés en Colombia. Entonces comenzó el arduo camino de seleccionar a los participantes. De una larga lista de antropólogos y antropólogas internacionales y nacionales que hicieron trabajo de campo en el país desde el decenio de 1960, a quienes cursamos las debidas invitaciones, la lista de quienes aceptaron quedó reducida a seis de cada categoría. Nuestros seis colegas internacionales debían enfrentar los temas de interés en sus ponencias y los seis colegas nacionales debían hacerles los comentarios correspondientes. Myriam y yo nos limitaríamos a moderar cada uno de los dos paneles en los que pensábamos articular las presentaciones. No obstante, a medida que se acercaban las fechas del congreso comenzamos a recibir comunicaciones de unos y otros excusándose de participar. Al final nos quedamos sin ningún antropólogo extranjero y con sólo cuatro comentaristas, ahora ponentes, nacionales. Y quien esto escribe pasó de moderador a ponente. Myriam, la única moderadora que quedó en el simposio, luego se animó a mandar su propio escrito para esta publicación. En las propias deliberaciones del simposio una silla vacía simbolizó a los antropólogos extranjeros. ¿O sería más bien éste el símbolo de un desencuentro?

Largo ha sido el tránsito editorial de estas ponencias desde que finalizaron las deliberaciones del x Congreso de Antropología en Colombia. Al final, la nueva revista del Departamento de Antropología de la Universidad de los Andes abrió sus puertas para la publicación de los cinco artículos cuyos autores tuvieron la paciencia de escribir y re-escribir sus contribuciones originales y de esperar el imprimatur final. Hoy los sometemos al ojo escrutador de los lectores y lectoras de esta revista, con la esperanza de que las preguntas originales de la convocatoria hayan recibido por lo menos algunas respuestas interesantes. Acta est fábula.