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Antipoda. Revista de Antropología y Arqueología

Print version ISSN 1900-5407

Antipod. Rev. Antropol. Arqueol.  no.24 Bogotá Jan./Apr. 2016

https://doi.org/10.7440/antipoda24.2016.01 

Nota editorial

Santiago Martínez Medina*, Giselle Figueroa de la Ossa**

* Candidato a doctor en Antropología de la Universidad de los Andes, Colombia. Correo electrónico: s.martinez65@uniandes.edu.co

** Antropóloga de la Universidad de los Andes, Colombia. Correo electrónico: g.figueroa58@uniandes.edu.co

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/antipoda24.2016.01


Como ya es usual para nuestros lectores, Antípoda 24, con aportes desde Brasil, Colombia, México y Argentina, presenta un conjunto de artículos con una amplia variedad temática. En este número, el conflicto y la violencia son nuevamente protagónicos. En las diferentes propuestas, gracias al estudio de escenarios etnográficos específicos, el Estado emerge como un protagonista ambiguo, mediador y al mismo tiempo generador de toda clase de conflictos. Se trata pues de entender la manera en la que el Estado, a través de sujetos particulares, inmersos en instituciones y normativas que los reglamentan, participa en cómo se constituye, vive, escenifica, perpetúa y resuelve una serie amplia de problemáticas sociales relevantes para los lectores interesados en la realidad social de nuestro continente. Con Estado, mediación y conflicto en América Latina, el equipo editorial agrupa así un conjunto de artículos que dan cuenta de la manera en la que el Estado es producido por personas y relaciones particulares en situaciones y contextos específicos, ya sea a través de actividades de control explícito policial, de la experticia de funcionarios en programas de atención psicosocial, o en la mediación de conflictos entre vecinos, tal como analizan los autores en la sección Meridianos. En cada uno de los artículos de este apartado, a su vez, los conflictos estudiados no sólo son mediados por funcionarios, sino que se constituyen ellos mismos en aquello que conecta al Estado con los ciudadanos.

Uno de los aportes más interesantes de Renzo Taddei en su análisis de la invención de la violencia es considerar la forma en que ésta es el resultado de relaciones particulares entre las hinchadas, la Policía y los medios de comunicación en un país ampliamente conocido por su devoción al fútbol. De la misma manera en la que Roy Wagner entiende cultura como una "estrategia que emplea el antropólogo para comprender las situaciones de choque cultural" (Taddei, en este número, 22), el autor entiende violencia como una acusación que vincula a los actores involucrados, al tiempo que modela la realidad que designa. Es esta matriz relacional la que perpetua el conflicto. Por otra parte, expertos y experticia son protagónicos para Angélica Franco en su análisis sobre la manera en que profesionales y operadores burocráticos informan y ejecutan el marco legal que protege a las víctimas de la guerra en Colombia. El problema, por lo demás urgente, es el divorcio existente entre la voluntad política que informa el marco legal y las acciones específicas de los profesionales en el terreno. Para Franco, no se trata solamente de ajustar el publicitado "enfoque diferencial", sino de cuestionar en sí misma la episteme que subyace a la acción con las víctimas. Experticia y experto, indiferencia burocrática y ciencia como dispositivo de distanciamiento son elementos claves en el artículo sobre los cuales vale la pena reflexionar con cuidado. Antípoda invita pues a sus lectores a enviar materiales que amplíen el diálogo académico en este sentido.

En los desencuentros epistémicos que documenta Franco, el punto central es la manera en la que puede responderse a la experiencia de dolor desde el Estado. Si, como argumenta Veena Das, no reconocer el dolor del otro es una falla espiritual, más que una falla intelectual (Das 1998, 92), la cuestión de la experticia necesariamente conduce a considerar las condiciones locales en las que las actividades se despliegan, y a preguntarse, al tiempo, sobre la forma como la entendemos en términos de indiferencia y desapego. En este sentido, el siguiente artículo presenta un panorama distinto. Precisamente, el reconocimiento es uno de los temas centrales para Juan Pablo Matta en su análisis sobre la manera en que el Estado y sus expertos son mediadores de conflictos entre vecinos. A través de un análisis detallado de un caso, Matta nos permite comprender cómo el reconocimiento y el sentido de justicia están inmersos en relaciones más amplias. No se trata pues solamente de ajustar la reparación al daño, sino también de reconocer al otro en su queja, para restablecer la continuidad del vínculo afectado.

Por su parte, Paralelos presenta artículos en los que el conflicto se materializa en la apropiación de sentidos por parte del Estado y la sociedad mayoritaria. Así, los artículos de esta sección resuenan fuertemente con el panorama de desencuentros epistémicos propuesto por Angélica Franco en Meridianos. Mateo Pazos nos muestra que concebir las manifestaciones culturales afropacíficas contemporáneas en términos de industria no sólo las transforma, sino que produce una serie de tensiones que generan un contexto en el que las experiencias de las poblaciones afrocolombianas en Cali resultan "invisibilizadas". La constitución de este marco hegemónico produce, a su vez, una serie de saberes y prácticas alternativos. Siguiendo esta línea, el artículo de Jaime Peralta se refiere precisamente a estas otras maneras no sólo de concebir sino también de hacer el mundo. Peralta reconstruye, a través de las pocas fuentes disponibles, las formas propias de identificar y clasificar la naturaleza, lo humano y el entorno de los "estamentos negros" en el Virreinato de la Nueva Granada en el siglo XVIII. Gracias a su artículo, el lector puede imaginar verdaderos mundos locales que exceden, con creces, la interpretación científica de su época. Vale la pena hacer una lectura del sugerente material de Peralta en relación con los artículos precedentes, en la medida en que permite imaginar cómo las prácticas estatales y expertas no sólo producen una diferencia de legitimidad con respecto a los saberes locales, sino que amenazan materialmente la existencia de otras formas de hacer mundo, naturaleza y sociedad.

Antípoda 24 incluye en su sección Panorámicas dos artículos de clara vocación teórica que dan la puntada final a estas consideraciones. En el primero, Julieta Gaztañaga contribuye al debate sobre antropología e ideología al reflexionar sobre la relación entre etnografía y teoría en el caso particular de los estudios de procesos políticos que producen Estado. Para lograr esto, la autora analiza la dimensión política de la infraestructura pública vial en Argentina y evalúa el potencial de los estudios etnográficos para comprender las tensiones entre la política y lo político. Es notable la manera en la que, para Gaztañaga, el Estado es producido como "una herramienta de transformación social", a la vez que como "contexto y espacio de imaginación" que permite los vínculos que su etnografía devela. Por último, Sergio Tonkonoff trae a nuestra revista una reflexión sobre algunos conceptos centrales en la obra del sociólogo decimonónico Gabriel Tarde. Autor prácticamente desconocido en nuestro medio, pero que se puede calificar como:

    [...] a theorist whose account of circulating energies and minute oppositions had anticipated Michel Foucault's conceptualization of the microphysics of power; a philosopher whose metaphysics of universal difference and creative repetition has inspired philosopher Gilles Deleuze; a sociologist who has been described by Bruno Latour as the forgotten grandfather of Actor-Network Theory. (Candea 2010, 1)

Un teórico, en suma, que está recibiendo una renovada atención en diversos círculos académicos, precisamente porque abre la posibilidad de pensar de otra manera muchas de las relaciones que cotidianamente establecemos y muchas de las entidades sobre las que usualmente teorizamos. El punto, por eso mismo, no es para nada un asunto de minucia intelectual, un preciosismo teórico. En juego está una lista fundamental de nociones que son tan centrales como equívocas: individuo y sociedad, estructura y agencia, singular y general (Latour 2002; Candea 2010). Tal vez, incluso, pensando con Tarde puede imaginarse que "otra ciencia social es posible" -una ciencia social no durkheimiana-, tal como lo propone Latour (2002 y 2012). Es pues un verdadero placer para Antípoda traer esta discusión a colación, en tiempos en los que la teoría antropológica está cada vez más interesada en la manera en la que pensamos y hacemos relaciones (Jensen 2012), y en la forma como hacemos teoría a partir de la información empírica que producimos en terreno.

En la sección Reseñas, les presentamos un texto elaborado por el académico jesuita Fernán González acerca del libro Después de la masacre: emociones y política en el Cauca indio, escrito por Myriam Jimeno, Ángela Castillo y Daniel Varela. En esta reseña, muy acorde con las temáticas tratadas en este número, González destaca la importancia de este libro como contribución a la comprensión sobre la manera como las identidades colectivas de comunidades locales se configuran, desconfiguran y reconfiguran en contextos contemporáneos de violencia y desplazamiento, siempre en relación con los procesos culturales y políticos que las rodean. Finalmente, en Documentos, la profesora Ana María Forero presenta las imágenes que acompañan este número, resultado del concurso de fotografía etnográfica realizado por el Departamento de Antropología de la Universidad de los Andes.

Para concluir, quisiéramos manifestar nuestro profundo agradecimiento a la labor realizada por la editora saliente, Mónica Espinosa, ya que este número ha sido también fruto de su trabajo. Con el ejemplar que el lector tiene en sus manos comienza una nueva etapa para Antípoda. Nuestros lectores encontrarán diferentes cambios con los que esperamos seguir adecuando la Revista a las exigencias del mundo digital. Les presentamos entonces una revista renovada en términos visuales y de formato, pensada para facilitar su lectura tanto en físico como en digital, y que continúa con el tradicional cuidado de la imagen. Así,Antípoda 24 simboliza el cambio y el comienzo de una nueva etapa en la que esperamos continuar con el valioso aporte de autores, evaluadores y lectores, con el fin de consolidar un proyecto académico que ya suma más de diez años de vida.


Referencias

1. Candea, Matei. 2010. "Revisiting Tarde´s House". En The Social after Gabriel Tarde. Debates and Assessments, 1-24. Londres: Routledge.         [ Links ]

2. Das, Veena. 1998. "Wittgenstein and Anthropology". Annual Review of Anthropology27: 171-195.         [ Links ]

3. Jensen, Casper Bruun. 2012. "The Presentations: 'The Task of Anthropology Is to Invent Relations' proposing the Motion". Critique of Anthropology 32: 47-53.         [ Links ]

4. Latour, Bruno. 2002. "Gabriel Tarde and the End of the Social". En The Social in Question. New Bearings in History and the Social Sciences, editado por Patrick Joyce, 117-132. Londres: Routledge.         [ Links ]

5. Latour, Bruno. 2012. "Otra ciencia social es posible". En "El debate entre Gabriel Tarde y Émile Durkheim". Traducido por Antonio Vallejos Izquierdo. Empiria. Revista de Metodología de las Ciencias Sociales 23: 194-199.         [ Links ]


Artículo recibido: 7 de abril de 2015; aceptado: 19 de agosto de 2015; modificado 31 de agosto de 2015