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Antipoda. Revista de Antropología y Arqueología

Print version ISSN 1900-5407

Antipod. Rev. Antropol. Arqueol.  no.24 Bogotá Jan./Apr. 2016

https://doi.org/10.7440/antipoda24.2016.10 

Concurso de fotografía etnográfica del Departamento de Antropología de la Universidad de los Andes

Entrevista a: Ana María Forero Ángel*

Santiago Martínez Medina**, Giselle Figueroa de la Ossa***

** Editor de Antípoda. Candidato a Doctor en Antropología de la Universidad de los Andes, Colombia.

*** Gestora editorial de Antípoda. Antropóloga de la Universidad de los Andes, Colombia.

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/antipoda24.2016.10


Las imágenes que acompañan a Antípoda 24 son el resultado de la convocatoria del concurso de fotografía etnográfica que organizó el Departamento de Antropología de la Universidad de los Andes entre sus estudiantes en el segundo semestre de 2015. En la medida en que nuestro interés, como equipo editorial de Antípoda, es conversar con y a partir de las fotografías que acompañan cada número de la revista, estas fotografías y el concurso mismo brindan una buena oportunidad para reflexionar sobre la manera en la que la antropología hace uso de la imagen fotográfica y sobre la particularidad que el antropólogo da o no a las imágenes que produce en su trabajo. A continuación conversaremos al respecto con la doctora Ana María Forero, profesora del Departamento y artífice del certamen.

Equipo editorial. Primero nos gustaría que nos contara sobre el proceso mismo del concurso.  Cuáles fueron sus motivaciones y su orientación?

Ana María. El concurso nace de la idea de divulgar el material visual elaborado por los estudiantes del Departamento. En el año que llevo trabajando acá muchos alumnos se han acercado mostrándome fotografías y videos en los que, si bien la calidad no es la mejor, es evidente el esfuerzo por narrar vivencias y vidas cotidianas de una forma no verbal. Me impresionó la intensidad de algunos intentos, y el compromiso con estas formas de narrar. En muchas de las fotos era evidente el esfuerzo por hacer de la imagen no un ´complemento del lenguaje escrito' o un 'ejemplo de lo que se dice' sino la forma adecuada de expresar.

Equipo editorial. En la medida en que estaba destinado a estudiantes del Departamento, también nos gustaría conocer su opinión sobre lo que se espera de un estudiante que al hacer campo también toma fotografías. Nos interesa mucho saber si el Departamento espera que un antropólogo, en formación o ya profesional, haga con la cámara cosas diferentes a las que haría cualquier otra persona con dicha herramienta.

Ana María. Creo que un antropólogo en formación o profesional desarrolla una "forma de mirada" en la que puede percibir los detalles que dan sentido a la vida cotidiana y a las relaciones en las que las acciones sociales adquieren sentido, en las que las narrativas de los sujetos crean y justifican realidades. Lo observado -no sólo a través de la vista- por el antropólogo debe plasmarse en un objeto que, creo, debe respetar su forma: no es lo mismo dar cuenta de procesos de migración en fronteras, que de violencia o autorrepresentaciones de algunos grupos sociales. Cada encuentro con "el otro" constituye ciertas formas de representación, y por esto mismo el uso de lo visual -no sólo de la cámara- debe insertarse en este continuum. Si el proceso de investigación y de dar cuenta del mismo exige el uso de imágenes, debe hacerse, si demanda que éste se complemente con escritura debe hacerse. Se trata de dejar de pensar la polaridad "texto escrito" o "texto visual" para concentrarse en lo que demandan los procesos de representación, en los que lo visual debe jugar un papel protagónico. Y aquí quiero subrayar que no me refiero sólo al uso de cámaras, sino en general de las herramientas visuales que pueden venir del arte. Esto me trae a la mente el trabajo de la antropóloga Fiamma Montezemolo (http://www.fiammamontezemolo.com/#fieldwork-notes), quien renuncia a limitarse al lenguaje escrito para abrazar el lenguaje visual y dar cuenta de sus procesos de investigación de una manera multisensorial.

Así las cosas, pienso que cualquier científico social, no sólo un antropólogo, que desarrolle una forma de mirada como la ya descrita debe poder respetar las demandas que impone el proceso de representación de su investigación y usar los medios necesarios para tal efecto.

Equipo editorial. ¿Podría entonces hablarse de una mirada del antropólogo que la cámara materializa? ¿Desde ese punto de vista puede decirse, desde su opinión informada por el conocimiento que tiene en la manera en que la etnografía utiliza la fotografía, que el concurso fue exitoso?

Ana María. Teniendo en cuenta la respuesta anterior, pienso que en las imágenes el investigador social materializa su forma de mirada, narra su historia. Subrayo que éstas no deben estar supeditadas al lenguaje escrito, no deben ser usadas como ejemplo del "haber estado allá" y "haber participado" de la vida cotidiana de las personas, para dar autoridad al "producto" del investigador.

Volviendo al concurso, considero que éste fue exitoso, en la medida en que pudimos rastrear el interés de los estudiantes por aprender este tipo de lenguaje, y que pudimos encontrar material muy valioso sobre el que vale la pena seguir trabajando en escenarios académicos que se están consolidando en el Departamento. Los profesores Pablo Jaramillo, Alhena Caicedo y Xavier Andrade están ocupándose en fortalecer la formación de los estudiantes en lo visual -no sólo en el manejo de la cámara- lo que repercutirá en repensar las formas de representación de los procesos investigativos. El concurso puede pensarse así como una antesala que demuestra la importancia de consolidar los estudios en lo visual.

Equipo editorial. Pensando un poco en esa relación de la imagen fotográfica con el texto escrito, quisiéramos saber si consideraron o utilizaron información accesoria aportada por el concursante para emitir un veredicto como jurados. ¿Tuvieron en cuenta datos textuales, nombre de las fotografías o pies de imagen? Y en términos de la manera en la que un conjunto de imágenes modifica el sentido de cada una de las que lo componen, ¿consideraron la participación a través de series fotográficas y no de imágenes únicas?

Ana María. No, no consideramos información accesoria. Los estudiantes únicamente señalaron el lugar en donde la foto había sido tomada. Decidimos premiar una imagen y no una serie porque en el material que me hicieron conocer durante este año no había series. El concurso estaba pensado para visibilizar el trabajo que los estudiantes ya habían hecho, y con ello comenzar a estimular las aproximaciones a lo visual. En las próximas ediciones, de la mano con el conformado equipo de antropología visual, definiremos nuevas directrices.

Equipo editorial. Nos interesa mucho la deliberación del jurado. No tanto sobre las fotos ganadoras y los argumentos para tomar tal decisión, sino sobre lo que hace que una imagen sea galardonada en un concurso como éste. Nos referimos a la particularidad que una fotografía debe tener para ser etnográfica y para ser considerada como tal, incluyendo tanto los requerimientos estéticos y los criterios antropológicos, por llamarlos de alguna manera, que sin dejar de ser estéticos acompañaron la reflexión sobre las fotografías del concurso.

Ana María. Para decidir qué foto premiar tuvimos en cuenta los siguientes criterios: que la foto narrara una historia, no necesariamente en la forma en la que lo hace el documental etnográfico tradicional. Estábamos abiertos a recibir fotos experimentales -pero no llegó tal material-, que narraran una historia y que no exotizaran a la persona o situación fotografiada. Los criterios técnicos los aclaró un fotógrafo profesional, Santiago Escobar Jaramillo. El diálogo que sostuvimos con él nos ayudó a elegir de manera más certera las fotos ganadoras y nos sirvió además para comprender mejor qué era para nosotros, los antropólogos, una foto buena. Llegamos a la conclusión que ésta debe ser una en la que la intención del narrador/fotógrafo sea clara y que cuente una historia.

Equipo editorial. Finalmente nos gustaría conocer su balance del concurso y si puede hacer una reflexión sobre la importancia de estas iniciativas en un campo disciplinar que ha privilegiado el texto como lo hace la antropología.

Ana María. El balance para mí es bueno. Hace clara la necesidad de concentrarnos en estrategias pedagógicas en lo que lo visual sea tomado como parte fundamental en los procesos de representación de las investigaciones. Insisto en que no se trata de plantear el debate texto escrito vs. producción visual, se trata de buscar formas de dar cuenta de los encuentros con "el otro" que satisfagan las demandas de representación de los participantes en las pesquisas y hagan evidentes las tensiones existentes en los mismos.


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* Doctora en Teoría e Investigación Social de la Universita Degli Studi La Sapienza, Italia.