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Antipoda. Revista de Antropología y Arqueología

Print version ISSN 1900-5407

Antipod. Rev. Antropol. Arqueol.  no.28 Bogotá May/Aug. 2017

 

Nota Editorial

Nota editorial

Santiago Martínez Medina1 

1Universidad de los Andes, Colombia,s.martinez65@uniandes.edu.co; antipoda@uniandes.edu.co


Este año será muy importante para Antípoda. Como nuestros lectores irán descubriendo, en los meses por venir implementaremos una serie de cambios con el fin de continuar ampliando y mejorando nuestra propuesta editorial. En primera instancia, la Revista contará con una nueva plataforma para la administración de contenidos, Scholar One (Clarivate Analytics), a través de la cual trabajaremos con autores, evaluadores y editores invitados de una forma más organizada y eficiente. Se trata de fortalecer nuestros procesos para continuar ofreciendo a la comunidad académica una revista seria, abierta y de alta calidad. En segundo lugar, también en el transcurso de este año, inauguraremos por fin una página web con la que esperamos continuar avanzando en nuestra digitalización. Esperamos tener novedades importantes para su fecha del lanzamiento, particularmente en cuanto al fortalecimiento de nuestra oferta de publicación de propuestas visuales. A ello nos referiremos en su momento.

Estos cambios son importantes en el contexto de las rápidas transformaciones que está sufriendo la publicación científica en todos los niveles. Antípoda, a pesar de llegar a muchos más sitios y de forma mucho más eficiente gracias a su página web, se sigue aun pensando e imaginando en su versión impresa. La publicación de propuestas en nuestro espacio de ensayo visual es un buen ejemplo de esta particular situación: dedicamos una gran cantidad de energía para brindar al lector una revista que pueda leerse también a través de las imágenes. En nuestro número 26, por ejemplo, Carolina Rojas y su grupo de estudiantes, con las aves vivas y muertas, reflexionaban sobre muchas de las mismas tensiones a las que se referían los artículos. Pero este efecto es particularmente apreciable en el impreso. Tal vez por ello, alcanzamos un número de observadores récord en la versión Issuu -plataforma que permite la visualización en línea del número impreso- de ese número. Sin embargo, sabemos que estamos aún lejos de reproducir ese mismo efecto en nuestra versión digital, que favorece la publicación de los artículos como propuestas discretas. Este no es un tema menor, en la medida en que para Antípoda se trata no sólo de publicar los ensayos visuales que diferentes autores nos están haciendo llegar, cada vez con mayor frecuencia, sino también de abrir al lector nuevas formas de lectura, o dicho de otra manera, de ampliar nuestra oferta en algo más que el número de artículos que publicamos al año. Nuestro propósito último es hacernos con un grupo cada vez mayor de lectores de la Revista, aquellos que se acercan a nuestras páginas buscando algo más que artículos dispersos. Ese sigue siendo nuestro ambicioso objetivo, cuyo derrotero incluye un amplio rango de modificaciones que ya hemos iniciado.

La publicación de números con temáticas particulares que permitan el diálogo de diferentes subdisciplinas de la antropología y la arqueología es también una de nuestras apuestas. En Antípoda 28 esto es precisamente lo que encontrará el lector. Gracias al trabajo de nuestro equipo de editores invitados, los profesores Elizabeth Ramos Roca, Eduardo Corona-M y Fabio Flores Granados, ensamblamos un número en el que aspiramos a que puedan apreciarse las complejas relaciones entre lo humano y lo animal en contextos temporales y geográficos específicos, y mediante un amplio rango de aproximaciones. Iniciamos con un artículo, autoría de dos de nuestros editores invitados, que, además de dar cuenta de una revisión sobre el campo, presenta los contenidos de Antípoda 28 en el marco de las interacciones entre subdisciplinas, particularmente entre la zooarqueología y la etnozoología. El lector encontrará además otros muchos campos de intersección en los documentos publicados en esta oportunidad. Por ejemplo, el artículo de Daniel Quiroz y Gastón Carreño habla desde una “etnografía retrospectiva”, en la que el documento histórico es parte de narrativas sobre ballenas y balleneros que desafían la temporalidad; mientras que la propuesta de Jennifer Andrea Rivera Zambrano argumenta, desde una “lectura cruzada” entre la antropología y la filosofía, que las historias de chamanes que devienen jaguares merecen pensarse más allá del registro culturalista de la creencia.

Es notable cómo los editores invitados optaron por dar fuerza a estas interacciones montando, uno tras otro, artículos diversos en sus apuestas analíticas y metodológicas. Muchas diferencias pueden apreciarse entre las propuestas incluidas en la sección Meridianos, aunque también pueden encontrarse muchos puntos de encuentro. Así, los artículos se tocan y se repelen. Tal vez por ello, dedicamos toda la sección de Panorámicas a una discusión alrededor del jaguar. Lo que para Gómez Garcia-Reyes y Payán son iconografías y representaciones que permiten incluir lo humano en el hábitat de la Panthera onca, para Rivera Zambrano son pistas de un devenir, formas densas de una relación en la que taita y jaguar pueden ser uno con el otro. Ambas propuestas, mediante caminos muy diversos, intentan a la larga mostrarnos que la forma en que pensamos la relación entre las personas y los jaguares excede los parámetros amparados por las viejas y persistentes divisiones propias de la modernidad.

Entrecruzamiento, amalgama, mezcla. Pareciese que este fuera el tono indicado para leer este número de Antípoda. Una vez más, la propuesta visual no puede ser inmune a estas mutuas infecciones. Esta vez, dos fotógrafos jóvenes colombianos dialogan, discuten, se interpelan y divergen a través de sus imágenes. Para Juanita Escobar, el tema es la relación de los llaneros del Casanare colombiano con sus caballos, y a partir de allí el paisaje, el ganado, los cielos y los pastos. Es imposible no mencionar la cercanía de su forma de trabajar con la etnografía. Juanita requiere largos períodos en el campo para captar esos instantes fugaces, que, al fin y al cabo, son el tiempo que dura abierto el diafragma de su cámara en una toma. Pero esa fugacidad de la fotografía no debe engañarnos, pues en cada imagen está también -con la fugacidad y a pesar de ella, como en una buena descripción etnográfica- todo el tiempo transcurrido junto a caballos y llaneros, todos esos años de cabalgata bajo la lluvia y el sol, todo ese tiempo de aprendizaje de las faenas propias de una forma muy particular de habitar el mundo. Si la aproximación de Juanita es más cercana a lo documental, la de Santiago Escobar-Jaramillo prefiere rehuir lo que usualmente entendemos como tal. En su trabajo, la luz, la tela de construcción blanca, las obras de infraestructura sin terminar y los elefantes -y claro, nuestra idea de los elefantes y la manera como podemos llamar con la palabra elefante a algo más que al animal, lo que a la postre hace más complejo al animal mismo- confluyen para documentar sequía y corrupción. Así pues, la aparente diferencia entre ambas propuestas no es simple. A esta conclusión llegaron los dos fotógrafos a fuerza de trabajar juntos para este número de Antípoda. Caballo y elefante, Escobar y Escobar-Jaramillo, reflexionan a partir de lo visible y lo intuido, de lo que esperamos de la fotografía y de las artes plásticas, de lo que permitimos o no hacer a los animales con los que habitamos este contaminado planeta. Una vez más, la Revista se cierra con un pequeño documento sobre la propuesta visual, en el que esperamos dar cuenta de esa mutua interferencia entre ambos artistas.

Nuestros lectores podrán encontrar en este número también nuestra sección de temática libre, Panorámicas, en donde, con el mismo ánimo, emparejamos dos documentos muy diferentes que insisten en la diversidad creciente de nuestra disciplina. Así pues, jóvenes porteños y hombres que lloran al sentirse en relación con el Espíritu Santo terminan de poblar este número habitado por caballos, jinetes, balleneros, jaguares y taitas que son también jaguares; todo este buen número de personajes que se suman a editores, autores y lectores para hacer de Antípoda el tipo de conversación que nos gusta sostener.

***

Antípoda. Revista de Antropología y Arqueología

Agradece la colaboración de los evaluadores anónimos de este número.

Agradece a los profesores Elizabeth Ramos Roca, Eduardo Corona-M y Fabio Flores Granados por su participación como editores invitados de este número.

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