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Antipoda. Revista de Antropología y Arqueología

Print version ISSN 1900-5407

Antipod. Rev. Antropol. Arqueol.  no.54 Bogotá Jan./Mar. 2024  Epub Feb 19, 2024

https://doi.org/10.7440/antipoda54.2024.04 

Tema Libre

Identidad cultural de los migrantes acorianos en Lima a través de la danza Los negritos de Acoria*

Cultural Identity of Acorian Migrants in Lima through the Dance Los negritos de Acoria

Identidade cultural dos migrantes acorianos em Lima por meio da dança Los negritos de Acoria

Hernán Silvera La Torre** 

Liliana Fernández Fabián*** 

**Magíster en Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), Perú, licenciado en Arqueología de la Universidad San Cristóbal de Huamanga, Perú. En la actualidad labora en el Museo de Sitio Pucllana, Perú. Está a cargo de la colección y curaduría del museo. Es miembro externo del grupo de investigación Diseñando el Perú: Estado, Ciudadanía, Intelectuales y Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM. Entre sus últimas publicaciones están: (en coautoría con Isabel Flores Espinoza y José Ccencho Huamaní), “Los wari en el Centro Ceremonial Pucllana: una mirada de la muerte en la Costa Central”, en Wari: nuevos aportes y perspectivas, ed. de José Ochatoma y Martha Cabrera (Ayacucho: UNSCH, 2022), 239-262; “Educando en Pucllana y reforzando la identidad cultural”, en Lima, muchas miradas. Catálogo de ideas y acciones para Lima (Lima: Unesco, 2019), 42-46. hernan.silvera.mm@gmail.com , https://orcid.org/0000-0002-5426-5552

***Magíster en Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), Perú, licenciada en Lingüística de la misma universidad. Actualmente trabaja como docente de Antropología Visual en la Escuela de Fotografía Fuera de Foco y es consultora del Estado. Integra el grupo de investigación Territorio, Historia, Sociedad y Cultura de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM, como miembro externo. Entre sus últimas publicaciones están: “Los matsigenka. Sostenimiento y cambio desde la colonización hasta la actualidad”, en Pueblos indígenas de Madre de Dios, ed. de María C. Chavarría, Klaus Rummerhöller y Thomas Moore (Lima: Usaid, 2020), 315-337; “(Re)valoración territorial del Gran Pajonal en la construcción de la identidad ashéninka”, ISHRA, Revista del Instituto Seminario de Historia Rural Andina 4 (2020): 7-22, https://doi.org/10.15381/ishra.v0i4.17627. lifernandezf@gmail.com, https://orcid.org/0000-0003-0676-344X


Resumen:

La identidad cultural en el contexto de la migración es regulada por la reunión de migrantes en los llamados clubes provinciales que se han formado en Lima. En estos espacios, los acorianos recrean festividades y expresiones como la danza de los negritos que reúne a las familias con la comparsa ganadora de la festividad celebrada en Acoria (Huancavelica, Perú). Este momento festivo está cargado de símbolos de reconocimiento de la identidad de los acorianos residentes en Lima, a partir de un sentido de pertenencia que comprende la comunidad desde la diáspora hasta la danza misma que sostiene la memoria e identidad de los acorianos. Este artículo de enfoque cualitativo y diseño etnográfico tiene como objetivo analizar la relación entre estos elementos significativos de la identidad acoriana de migrantes residentes en Lima. Hemos aplicado entrevistas de profundidad a nueve acorianos que residen en la capital (durante los meses de septiembre y octubre de 2022), unos vinculados a la organización de la fiesta, otros partícipes recurrentes de las actividades que proponen los clubes, y los resultados de la investigación se basan en esas entrevistas. Se concluye que las redes sociales, familiares, son las que generan el sentido de identidad en los procesos migratorios, y manifestaciones culturales como la danza contribuyen a la consolidación de la identidad cultural por el reconocimiento de su valor social y cultural que la hace representativa de un pueblo. En suma, este artículo recoge las voces de migrantes acorianos que valoran su origen y encuentran en la expresión dancística un símbolo de unión entre los residentes en Lima y los residentes en Acoria. Esto da sostén al sentido de pertenencia y fortalece al grupo que construye su identidad reconociéndose como migrante. Así, el artículo contribuye a las discusiones sobre la reconstrucción de la identidad en un contexto de migración.

Palabras clave: Acoria; asociaciones de cultura; danza Los negritos de Acoria; identidad cultural; migración

Abstract:

Cultural identity in the context of migration is shaped by the gathering of migrants in so-called provincial clubs that have formed in Lima. In these spaces, Acorian migrants recreate festivities and expressions such as the dance Los negritos, which brings families together with the winning troupe from the celebration held in Acoria (Huancavelica, Peru). This festive moment is loaded with symbols that recognize the identity of Acorian residents in Lima, based on a sense of belonging that encompasses the community from the diaspora to the dance itself, sustaining the memory and identity of the Acorians. This qualitative, ethnographically designed article analyzes the relationship between these significant elements of Acorian identity among migrants in Lima. In-depth interviews were conducted with nine Acorians residing in the capital (during the months of September and October 2022), some involved in organizing the festival, others recurring participants in club activities. The research results are based on these interviews. It is concluded that social, familial networks generate the sense of identity in migratory processes, and cultural expressions such as dance contribute to the consolidation of cultural identity by recognizing its social and cultural value, making it representative of a people. In sum, this article captures the voices of Acorian migrants who value their origin and find in dance a symbol of unity between residents in Lima and those in Acoria. This supports the sense of belonging and strengthens the group that constructs its identity by recognizing itself as migrants. Thus, the article contributes to discussions on the reconstruction of identity in a context of migration.

Keywords: Acoria; cultural associations; cultural identity; dance Los negritos de Acoria; migration

Resumo:

A identidade cultural no contexto da migração é regulada pela reunião de migrantes nos chamados “clubes provinciais” que foram formados em Lima. Nesses espaços, os acorianos recriam a festividades e expressões como a dança Los negritos, que reúne as famílias com o grupo vencedor da festa realizada em Acoria (Huancavelica, Peru). Esse momento festivo é carregado de símbolos de reconhecimento da identidade dos acorianos que vivem em Lima, com base em um senso de pertencimento que inclui a comunidade desde a diáspora até a própria dança, que sustenta a memória e a identidade dos acorianos. Este artigo tem uma abordagem qualitativa e um desenho etnográfico, e visa analisar a relação entre esses elementos significativos da identidade acoriana dos migrantes que vivem em Lima. Realizamos entrevistas em profundidade com nove acorianos que vivem na capital (durante setembro e outubro de 2022), alguns ligados à organização do festival, outros participantes recorrentes das atividades propostas pelos clubes, e os resultados da pesquisa são baseados nessas entrevistas. Conclui-se que são as redes sociais e familiares que geram o senso de identidade nos processos migratórios, e as manifestações culturais, como a dança, contribuem para a consolidação da identidade cultural por meio do reconhecimento de seu valor social e cultural que a torna representativa de um povo. Em suma, este artigo reúne as vozes de migrantes acorianos que valorizam sua origem e encontram na expressão da dança um símbolo de união entre os residentes de Lima e os residentes de Acoria. Isso dá suporte ao sentimento de pertencimento e fortalece o grupo que constrói sua identidade ao se reconhecer como migrante. Assim, o artigo contribui para as discussões sobre a reconstrução da identidade em um contexto de migração.

Palavras-chave: Acoria; associações culturais; dança Los negritos de Acoria; identidade cultural; migração

Desde inicios de la década de 1980 se formaron los primeros espacios de sociabilidad de los migrantes acorianos en Lima, como la Asociación Club Acoria Huancavelica y la Asociación Centro Cultural Representativo Acoria. En estos espacios se han recreado actividades sociales como las festividades religiosas, entre ellas la fiesta en honor al Niño Jesús, celebración en la que destaca la danza Los negritos de Acoria, cuyos orígenes están vinculados a la presencia de afrodescendientes en la región (Robles 2015; Schmidt 2007; Vásquez 2021; Yangali 2021). Robles (2012) especifica algunas características de representación histórica de esta danza.

Los pasajes del sufrimiento por la dura explotación en la condición de esclavos de los negros, desde la época colonial, y la conquista de la libertad experimentada a partir de la abolición de la esclavitud han sido ampliamente plasmados en el arte de la danza campesina de la negrería, que se recuerda en muchas fiestas de distintas regiones del país. (146)

Según Vásquez (2021) , en el proceso de evangelización y catequización, la Iglesia Católica utilizó la música, las danzas y el teatro para modelar el sistema de creencias de los pueblos originarios. Así, a través de la danza Los negritos de Acoria, las danzas de diablos, moros y cristianos, no solo se formaba a las personas en otra religión, sino que se pretendía que estas olvidaran y negaran su propia historia. Se imponía, en consecuencia, “otra cultura, con su idioma, religión y artes”. Respecto de la danza de negritos, Vásquez (2021) manifiesta lo siguiente:

[Tienen] contenidos de evidente raíz católica que, y los pueblos andinos, afrodescendientes costeños, criollos, morenos, zambos etc., han sabido transformar con el tiempo, y las han dotado de nuevos contenidos, de manera que se convirtieron en una forma de guardar la memoria de la esclavitud de los afrodescendientes en el Perú desde la visión popular, desde su propia reinterpretación. Los contenidos de estas danzas se circunscriben a una cultura popular de tradición oral, distinta a la oficial hegemónica académica y escrita, aunque en los últimos tiempos desde la cultura oficial se trata de Patrimonializar; es decir, declarar Patrimonios Culturales de cada nación y de la humanidad, con el fin (dicen) de resguardar, preservar, difundir, las expresiones culturales y artísticas de los pueblos del mundo en tiempos de globalización. (9)

En la actualidad, “el baile de los negritos se danza en varios lugares de la región andina y en una variedad de representaciones” (Bigenho 1993, 220 ). Esto de hecho se repite en todas las regiones del país. Existen distintas variedades de una misma danza ya sea por estilos regionales, la variación en los mensajes que transmiten (Palacios 2017; Yangali 2021). Los cambios que han sufrido en cada generación impactan la vestimenta, la elaboración y uso de máscaras y la simbología de los diferentes elementos que componen este tipo de manifestación cultural (Domínguez 2003). Vásquez (2021) afirma que

tenemos una gran cantidad de danzas de negritos, negros, morenadas, negrerías en general, que estarían mostrando las poblaciones andinas, campesinas quechuas, mestizas en ciudades de los Andes, con personajes, vestuarios, máscaras y elementos que simbolizan ese periodo colonial con la presencia de negros esclavizados. (10)

Dada su relevancia, la importancia de esta danza de Acoria se señala oficialmente en la declaratoria como Patrimonio Cultural de la Nación que se hace a la Festividad en Honor al Niño Nativo, al Niño Dulce y al Niño Poder de Acoria (R. V. 163-2015)1, siguiendo, tal como indica Vásquez (2021) , la tendencia a reconocer las distintas variedades de esta danza como patrimonio de la nación. No obstante, independientemente de estos procesos políticos, con las nuevas generaciones, las expresiones culturales adquieren nuevos significados, es decir, no son solo un vehículo que transporta memoria, sino un espectáculo artístico, turístico, mercantil y de competencia. Los acorianos residentes en Lima reconocen el valor de esta danza como vínculo de pertenencia a Acoria que los une y congrega más allá de su lugar natal.

Cada proceso de migración y adaptación a una ciudad tan grande y diversa como Lima es personal o familiar. No obstante, estamos seguros de que los acorianos residentes en Lima han experimentado una “densidad de las relaciones socioculturales, en contextos donde se transparentan diversos encuentros y desencuentros y donde en ocasiones prevalecen expresiones de rechazo e intolerancia, construidas desde posicionamientos marcados por el prejuicio, los estereotipos y el racismo” (Sanz y Valenzuela 2016, 21 ). Esto resulta significativo porque va a incidir en la manera como se dan estos encuentros en los clubes provinciales donde se recrea la cultura e incluso se define el sentido de la pertenencia. Las experiencias pueden variar considerando variables sociales como la edad o el tiempo de residencia en la capital, pero que encuentran un denominador común en la organización y participación en las festividades de los clubes donde se reconstruye la identidad acoriana.

La migración campo-ciudad de los acorianos ha estado motivada por la búsqueda de un progreso económico y académico, de acuerdo con las entrevistas que hemos realizado. Así tenemos a una primera generación migrando para conseguir nuevas fuentes de ingreso económico que bien podrían invertirse en el mismo Acoria o en una mejor calidad de vida en la ciudad. Una segunda generación estaría motivada principalmente por el acceso a la educación superior. De todos modos, pueden existir una variedad de migraciones motivadas por distintos factores y no es lo mismo decir que esta migración estuvo o está direccionada hacia Lima, la capital, ya que esta es enorme, diversa y no todos los distritos son conspicuos ni permiten la recreación de un sistema cultural ajeno (como se explica en los estudios sobre la migración realizados por Altamirano 2000; Matos 2012, 1986; Tamayo 2010).

En efecto, son los distritos periféricos aquellos que albergan la mayoría de los clubes provinciales y donde se da con mayor libertad la organización de actividades de origen provinciano. Ventajas que quizás se sostengan en la informalidad o precariedad de la gestión municipal o en la libertad con la que los individuos expresan su procedencia. Así, personas que habitan en distintos distritos confluyen a través de redes familiares o amicales en las actividades que ofrecen los clubes. Altamirano (2000) denomina a esto “capital social y cultural” y lo define como la “capacidad de ciertos grupos sociales para poner en marcha relaciones de cooperación, solidaridad e identidad étnica propias de las comunidades campesinas y/o indígenas en los nuevos contextos de migración, como son las ciudades grandes” (38). Estas redes aminoran el peso que cargan los migrantes pues mantienen sus vínculos de origen, determinan los lugares de destino, son canales de información y condicionan a los migrantes a una nueva integración en la ciudad (Gurak y Caces 1998, citados por Lacomba 2001).

Con este artículo pretendemos analizar la relación entre los elementos significativos de la danza como actividad cultural y la reconstrucción de la identidad acoriana de los migrantes que residen en Lima. Así, este estudio recoge las experiencias de nueve migrantes hombres, acorianos de origen, que migraron por distintas razones (estudio y trabajo principalmente) y se vinculan de diferentes maneras con las actividades de sus paisanos en la capital de Lima. El contenido de este artículo ha sido organizado en la especificación de algunos conceptos antropológicos como identidad cultural en el contexto de la migración hacia la capital, Lima, la explicación de la importancia de las danzas en contextos migratorios, la descripción de la metodología empleada y la interpretación de las entrevistas realizadas. Finalizamos el artículo con una conclusión que sintetiza el proceso de investigación llevado a cabo.

Identidad cultural y migración

Kuper (2000, 227) define cultura como “un sistema simbólico”: una forma de pensamiento, un conjunto de ideas y valores. La cultura es un sistema compartido, no existe de manera individual, sino que encuentra sentido en el compartir de un grupo. Asimismo, la identidad no es solo individual, aunque como proceso pueda ser definida así, se inicia en un contexto multicultural y se define en diálogo con los demás integrantes de un grupo. En este diálogo se fabrica una identidad. El sujeto migrante -para el caso de nuestro estudio- encuentra un sentido de pertenencia en la ciudad al participar en la identidad de una colectividad (originarios o descendientes de Acoria) en un espacio como los clubes provinciales.

El concepto cultura debe entenderse desde varias dimensiones. Desde su variabilidad, dinamicidad, como función social y fuente para la reconstrucción de identidades. Sus funciones sociales repercuten en la vida de las personas y a nivel de grupo puede generar características en común en los modos de vida como una forma de cohesión social. Si bien los procesos de reconstrucción de la identidad pueden ser inconscientes e individuales, el contexto migratorio evidencia su recreación colectiva frente a un nuevo espacio al que no se termina de pertenecer. La identidad acoriana en Lima parte del sentido de pertenencia a una colectividad. La referencia inmediata es la procedencia de propios o descendientes, los vínculos familiares, los encuentros y también desencuentros que se tengan en la gran ciudad, así como el retorno al lugar de origen.

La cultura encierra muchos aspectos del desarrollo humano que se manifiestan en lo inmaterial (como el conocimiento, las tradiciones, la forma de ver la vida, los valores, etc.) y en lo material de una colectividad. Sin embrago (sic), las manifestaciones culturales generan un sentimiento de pertenencia a un determinado grupo, es decir, un sentimiento de identidad que, hasta cierto punto, lleva a fomentar el desarrollo económico del grupo y del territorio de origen. (Tamayo 2010, 192)

En este proceso de reconstrucción de la identidad, los migrantes pueden encontrarse frente a un debilitamiento cultural, un momento de ocultamiento o también creación de nuevas identidades. Colectivamente, se articulan formas de afrontar las pérdidas culturales debido a la migración: los vínculos familiares y económicos que se mantengan con el lugar de origen o en la nueva ciudad donde se habite. El reencuentro con los acorianos desencadena actos de habla propios del lugar de origen, desde la elección de la variante del castellano hasta el uso preciso de léxico para la expresión y narración de vivencias, experiencias y relatos de la memoria. La existencia de clubes provinciales no solo se justifica para la recreación del espacio con fines de confraternidad acoriana, sino para la ejecución de actos de solidaridad y celebraciones más grandes que reúnan no solo a migrantes sino a los acorianos visitantes de la capital. Justamente, la existencia de estos espacios revela una organización social de migrantes desde la unión familiar o vecinal que se reencuentra en Lima y se organiza para preservar rituales culturales tradicionales. Concordamos con Matos (1986), quien afirma que

Como en el pueblo de origen, la vida de la asociación provinciana gira en torno a la fiesta folklórica. La conmemoración del santo patrono del pueblo da lugar a la urbanización del viejo sistema de cargos con sus alferazgos y mayordomías que ofrecen una referencia continua de prestigio y status (sic). (82)

La danza, entonces, “constituye uno de los discursos gestuales tradicionales andinos más significativos, en el cual el tema de la identidad ha sido una de las preocupaciones principales” (Cánepa 1994, 256 ). Así, la identidad se entiende como proceso social que se va construyendo a partir de la influencia que ejercen los grupos más dominantes. Un grupo social está conformado por otros grupos como familias. La repercusión en manifestaciones culturales como la danza está, además, mediada por la política (la declaración nacional de patrimonios, por ejemplo), la influencia de los medios de comunicación (y redes sociales), las organizaciones sociales de los propios migrantes para mantener los vínculos con Acoria y conservar una notoriedad distintiva en Lima. El nivel de educación y la religión influyen en cómo se organiza la sociedad. A través de los procesos de socialización, entonces, se transmite cultura: valores, actitudes y modos de actuar que cada individuo encontrará significante para la reconstrucción de su identidad (Castro 2007; Cuche 2002; Guerrero 2002).

Los encuentros festivos siempre se moldean con producciones culturales como la música y danza. Estos son seleccionados o reconocidos como referentes simbólicos en el proceso de reconstrucción de identidades: unas referidas al origen acoriano, otras modificadas por la migración. Este proceso reconstruye las rupturas espaciotemporales y los clubes provinciales son los espacios de encuentro y performance de estos procesos. Los migrantes han formado estos clubes para ejecutar distintas prácticas a modo de rituales. Las celebraciones de festividades son interpretadas o reinterpretadas en las diversas prácticas. No solo es un proceso que comparten los migrantes, sino que se ve fortalecido por los lazos familiares que se mantienen a distancia o que se propician en encuentros culturales y deportivos.

Los vínculos sociales y culturales entre las comunidades de origen y las comunidades migrantes en los lugares de llegada se observan en la participación de los migrantes en las festividades cívico-religiosas; aunque, en forma paralela, estas poblaciones han establecido compromisos con los lugares de destino: el trabajo, la casa y la escuela de los hijos, por ejemplo. Así, la vida comunitaria en los nuevos territorios combina, en sus prácticas cotidianas, las necesidades, normas y recursos, tanto de los lugares de origen, como de los lugares de destino. (Tamayo 2010, 192)

Los sistemas de redes sociales en la migración se crean por lazos familiares, por las amistades que buscan reencontrarse en la ciudad, por el orgullo provinciano de pertenencia a Acoria y de forma extendida a Huancavelica. Los significados de los pensamientos se verán determinados en función de un trazo previo que determine qué conducta es adecuada para producirlo. Así, las agrupaciones de danzas, específicamente la pertenencia a estos conjuntos, también dan cuenta de un complejo sistema de redes sociales en las que interactúa el migrante (Benza 2004). Estas interacciones con otros sujetos que están vinculados emocionalmente con Acoria se convierten en rituales espontáneos para sobrellevar la nostalgia cultural y encontrar significados en un nuevo contexto. Significados que permiten recrear la cultura de origen y generar sostenibilidad en nuevas tierras. Pueden existir distintas estrategias culturales con el fin de lograr estabilidad y beneficios sociales como migrantes y la agrupación en la gran ciudad es una de ellas.

Respecto de la danza, como manifestación cultural y referente para la reconstrucción de la identidad, Tamayo (2010, 187) precisa que “la identidad puede manifestarse a través del patrimonio cultural, cuya existencia es independiente de su reconocimiento o valoración”. La danza Los negritos de Acoria es patrimonio cultural de Acoria y es referente de los migrantes en Lima para la celebración de sus fiestas, independientemente de la época en que estas se lleven a cabo. Los acorianos residentes en Lima reconocen esta danza como patrimonio cultural valioso y asumen este valor de manera significativa para su identidad.

Este carácter activo de la identidad cultural que se expresa en la práctica dancística convierte al migrante acoriano en un sujeto activo al seleccionar los referentes culturales necesarios para construir la identidad acoriana en un contexto de migración. Aunque es posible que no reconozca el valor histórico de la danza, la actividad en sí misma como parte de las celebraciones en los clubes provinciales o como representación de acorianos residentes en Lima adquiere un sentido importante en la conformación y el establecimiento de las redes sociales que generan una estructura social con límites culturales y referentes geográficos bien definidos. “En primer lugar, los procesos de definición colectiva interna dan origen a un grupo, al ser identificado por sus miembros y en las relaciones entre ellos” (Jenkins 2008, 106 )2. Los miembros de un grupo social se reconocen como tal mediante el sentido de pertenencia y la conciencia de las prácticas culturales comunes los sostienen como colectividad. “El patrimonio y la identidad cultural no son elementos estáticos, sino entidades sujetas a cambios permanentes, condicionadas por factores externos y por la continua retroalimentación entre ambos” (Tamayo 2010, 187).

Canevaro y Gavazzo (2009, 35) afirman que “existen una multiplicidad de formas de dar sentido y significar y resignificar lo que se define como un ‘nosotros’, como aquellos que una sociedad nacional o una comunidad de inmigrantes de un mismo origen tienen en común”. Los cambios culturales vinculados al territorio pueden afectar la identidad cultural de los grupos que se desarticulan. Pueden surgir casos de crisis de identidad. No obstante, la articulación o conformación de nuevos grupos construidos sobre la base de un origen común permite la reestructuración de los símbolos identitarios tradicionales vinculados al lugar de procedencia y ejecutados en un nuevo contexto e incluso por nuevas generaciones. Aunque pueden darse cambios en las performances de estas prácticas culturales y su valoración puede ser motivo de disputas al interior o exterior del grupo, su transformación da cuenta de la dinamicidad cultural y su reposicionamiento y exhibición pública denotan su importancia para construir identidad (Barreto 2015; Colorado 2018; Cuche 2002; Matos 2012).

Gavazzo (2016, 84-85) explica que el “activismo cultural” se canaliza a través del consumo cultural que no es sino un conjunto de “actos creativos y posicionamientos ideológicos”. Esto significa que la reproducción cultural de origen en un contexto de migración no solo revaloriza la identidad colectiva -en el caso de los acorianos, su patrimonio cultural- sino que esta se halla influenciada por nuevas corrientes de creación que por medio de “prácticas artísticas, musicales y dancísticas” pueden expresar nuevos sentidos. Esto dejaría en evidencia nuevas dinámicas culturales limitadas por el vínculo y el trabajo colaborativo entre los pobladores de Acoria y los migrantes en Lima, pero también desde una perspectiva etaria estaría marcada por las relaciones y el rol que cumplen los distintos grupos generacionales de acorianos.

Mir Gual (2022) describe estas dinámicas socioculturales como “movimientos de resistencia identitaria ligados a culturas y tradiciones locales” (4) cuando el fin es la recreación de la cultura en un contexto de migración. Benza (2005) indica que las presentaciones o exposiciones públicas de la cultura originaria constituyen rituales de afirmación de identidad. La exposición de la cultura propia a un público ajeno, considerando que por llevarse a cabo en una capital como Lima su alcance es mayor y sale, se quiera o no, del círculo de migrantes acorianos, va a repercutir en la autoafirmación de los migrantes.

En consecuencia, la identidad cultural del migrante está determinada por el valor que adquiere a nivel de grupo el patrimonio inmaterial de su cultura de origen. Tras un proceso de selección, manifestaciones como la danza adquieren un estatus social para la representatividad del origen e identidad en un contexto de múltiples identidades donde es necesario sobresalir para ser. Así, el tradicionalismo adquiere importancia fundado en la identidad cultural y social regional que encuentra en los pequeños grupos de migrantes una forma de representación básica para sostenerse y adquirir beneficios vinculados a la aceptación social.

Danzas que migran

Las danzas tienen importancia de tipo no solo sociocultural, sino histórico para las sociedades que se han encargado de sostener su práctica a través de sus generaciones. “Expresan la memoria de sus hechos, recuerdos permanentes de sucesos y acontecimientos de hondo contenido social ocurrido en algún momento de su pasado” (Robles 2012, 142). En efecto, las danzas tienen raíces ancestrales. La danza de los negritos ha sido transmitida de generación en generación. Su valor tradicional y simbólico es indudablemente significativo porque es la representación de un grupo social que habitó los Andes y cuya presencia se guarda en la memoria gracias a esta manifestación cultural. Según Vásquez (2021) , “evocan, presentan o representan a africanos o afrodescendientes que vivieron en la época colonial en situación de esclavitud” (5). “La población africana que llegó a tierras peruanas [tuvo] el trabajo minero, la agricultura y el servicio doméstico como principales áreas de trabajo” (7).

Pulgar Vidal (1935) afirma que, durante el periodo de esclavitud, en la “Semana del Niño”, a fines de diciembre, los esclavos negros “eran libres para buscar por sí solos qué comer y beber durante aquel tiempo” (186). Estos formaban grupos, se vestían con las ropas viejas de gala de sus patrones, tocaban algunos instrumentos musicales y, de esta manera, visitaban casas e iglesias y su performance era pagada con comida. Así “Los Negritos” cada año engalanaban las Pascuas, lo que convirtió esta acción, con el paso del tiempo, en una costumbre.

La danza de los negritos refleja la diversidad sociocultural de los pueblos que habitan en distintas regiones andinas. Por medio de esta danza se transmite la memoria de un pueblo que habitó por largo tiempo en estas zonas y que es parte de la historia de muchos pueblos. Robles (2012) indica que las danzas

Tienen mayor fuerza y coherencia en sociedades rurales, como una estrategia de preservación de la memoria colectiva. Cada una de ellas representa la relectura de hechos importantes del pasado, a semejanza de lecciones prácticas para que las generaciones sucesivas guarden memoria simbólica de lo ocurrido, por qué ocurrió y cómo ocurrió. (142)

Ser conscientes de esto es importante para preservar la identidad cultural y religiosa y es una forma de honrar una tradición ancestral. Así lo señala Cánepa (1993) cuando se refiere al pueblo de Paucartambo (Cusco): “Podemos afirmar que el lenguaje religioso y ritual sigue siendo uno de los ámbitos en los cuales la población paucartambina busca definir su identidad” (342). Aunque en la actualidad esta idea se difumina con un aspecto más superficial de las danzas como son la expresión artística y la creatividad de las nuevas generaciones. No se puede negar que muchas danzas son explotadas visualmente para la promoción cultural local e incluso nacional, dejando de lado el aspecto histórico.

Vásquez (2021, 13) define danzas como “narrativas complejas en las que se expresan la naturaleza de las relaciones sociales”. En el contexto de migración y reterritorialización de nuevos espacios, los migrantes forman los llamados clubes provinciales que se convierten en nuevos focos de cohesión social andina en las ciudades. Aquí, el deporte y las fiestas fomentan la convivencia, el trabajo en equipo y el sentido de pertenencia. La práctica de las danzas andinas reúne a personas de diferente género y edad e incluso procedencia. No hay reglas tan tajantes como en los lugares de origen, pues prevalece un ambiente de celebración y camaradería. Compartimos una descripción que hace Bigenho (1993) de la organización de las fiestas en Lima que realizan los migrantes de Lucanas (Ayacucho).

En los volantes que se preparan para anunciar las fiestas en Lima aparecen los siguientes cargos: el mayordomo, el alférez, el adornante, el negro capataz, el chamizo, el comisario, y el danzaq mayor. El mayordomo o “dueño de la fiesta” es el cargo principal e implica el resguardo de la imagen del santo durante todo el año. El alférez está a cargo de la realización de la misa “con la asistencia de la imagen” del santo. El adornante cuida la presentación y ornamentación del santo durante la fiesta y contrata a la banda que “anima la procesión”. El danzaq mayor contrata a la cuadrilla del danzante de tijeras que baila el “gran atipanakuy hasta las últimas consecuencias”. El negro capataz contrata a los negritos que están “ataviados de cintas multicolores, poesías y canciones como para la ocasión”. El chamizo representa a los “cómicos autóctonos que son el hazmereír (sic) del público asistente”. Todo esto es un ejemplo de cómo los lucaninos esperan que se realice su fiesta. (220)

En Lima el esfuerzo consiste en mantener la organización original, si no se puede, se invita a los danzantes del lugar de origen o a los ganadores del concurso de danzas. Esta forma de accionar sostiene las relaciones de poder simbólico dentro y fuera del lugar de origen, en este caso, de Acoria. Las danzas han sido utilizadas históricamente como distintivo social en diversas culturas y sociedades. No solo expresan identidad, sino también jerarquía o pertenencia a una comunidad específica. Respecto de la fiesta de Paucartambo (Cusco) en honor a la Virgen del Carmen, Cánepa (1993, 341) sostiene que existen “criterios de diferenciación de tipo cultural y étnico” que delimitan la identidad de los paucartambinos y que los procesos de migración alteran esta diferenciación.

Las danzas no solo son susceptibles de cambios generacionalmente, sino que estos pueden acentuarse en los contextos de migración. “La población andina que se aventura a cambiar su hábitat […] construye su nuevo hogar, se organiza con los suyos y se asimila al mundo que lo ha cobijado, su segundo territorio” (Robles 2015, 23). Lo que nos importa en esta investigación es lo que permanece y es referente para la identidad acoriana del migrante.

Metodología

Este trabajo se ha desarrollado siguiendo el modelo de investigación cualitativa con un diseño etnográfico. Así abordamos el estudio de la identidad en el contexto de migración, analizando la voz de nuestros protagonistas, quienes nos han brindado entrevistas en las que han revelado su sentir respecto de las celebraciones en Lima de acorianos residentes en la capital y la importancia que adquiere la danza de los negritos en los contextos de festejo. El análisis que presentamos se ha propuesto como objetivo principal describir la importancia de la danza de los negritos para la reconstrucción de la identidad acoriana en Lima.

El procedimiento ha consistido en revisar la documentación existente relacionada con los conceptos de la identidad cultural y la migración, principalmente aquella vinculada a la danza como elemento significativo sobre la cual se articula la teoría. También se ha diseñado una entrevista semiestructurada con veinte preguntas para la recolección de información relativa a aspectos que configuran los procesos de reconstrucción identitaria de nueve hombres de origen acoriano. Se decidió entrevistar solo a hombres debido a la confianza establecida con uno de los investigadores, Hernán Silvera La Torre, quien ha residido en Acoria alrededor de tres años durante la década de 1980, y con frecuencia asiste a compartir con ellos las actividades que se ofrecen, tanto en Acoria como en los clubes provinciales. Su interés por las festividades religiosas de Acoria, en Huancavelica y en Lima, se debe además a que su investigación para obtener el grado de magíster en antropología es sobre la danza Los negritos de Acoria.

El proceso de selección de los participantes de la investigación se realizó teniendo en cuenta los siguientes criterios: edad (entre treinta y sesenta años), origen (nacidos en Acoria), sexo (masculino). Las entrevistas se hicieron en algunas casas de los entrevistados y en el Club Acoria Huancavelica durante los meses de septiembre y octubre de 2022. Para este estudio se mantiene el anonimato de los entrevistados tal como se detalla en la tabla 1.

Resultados

La información obtenida en las entrevistas se ha sistematizado en las categorías “vínculos y contactos”, “clubes provinciales”, “conservación de costumbres” y “significado de la danza de los negritos” que nos permiten describir y comprender desde la voz de nuestros entrevistados cómo estos construyen su identidad acoriana en el contexto de la migración y el establecimiento en la capital.

Tabla 1. Identificación de informantes 

Informantes Edad Oficio o profesión Lugar de residencia Año de migración Motivo de migración
Informante 1 50 Minería técnica en electricidad Huaraz 1998 Economía más formal
Informante 2 60 Asesoría en informática y sistemas San Juan de Lurigancho 1970 Estudios superiores
Informante 3 42 Empresa privada Santa Anita 1998 Buscar proyectos nuevos, nuevas vidas, un medio de ingreso
Informante 4 57 Empleado en comercio exterior Lurigancho- Chosica 1976 Estudiar secundaria
Informante 5 30 Empresa de proyectos de saneamiento de agua y desagüe Ate Vitarte 2015 Estudios superiores
Informante 6 39 Ingeniería industrial Los Olivos 2001 Estudios superiores
Informante 7 40 Estudio contable San Juan de Lurigancho 2000 Progreso y oportunidad laboral
Informante 8 45 Construcción San Juan de Lurigancho 2004 Oferta laboral y estudios
Informante 9 40 Arquitecto Jesús María 1999 Estudios universitarios

Fuente: elaboración propia a partir de los resultados de la entrevista.

Vínculos y contactos

Una vez en Lima, los migrantes mantienen contacto con sus familias que aún radican en Acoria, principalmente progenitores. El uso de celular como medio principal conecta a los migrantes con los aconteceres familiares y barriales de Acoria. En lo que corresponde a Lima, se da de dos maneras: mediante un efecto de bola de nieve, a partir de un contacto se van añadiendo otros al compartirse los números de celulares o cuenta de alguna red social. A través de Facebook, por ejemplo, empiezan a encontrar a sus amistades y familiares en la gran ciudad. De este modo y de manera virtual, se forman grupos en WhatsApp principalmente y se establece así una confraternidad que se mantiene gracias a actividades de esparcimiento o culturales como el deporte y las fiestas costumbristas. Uno de nuestros entrevistados nos dice: “En Lima nos vinculamos con nuestros combarrianos y paisanos acorianos por medio de las redes sociales, celular, amigos, etc., por motivo de celebrarse la festividad de los negritos, Señor de Acoria, Santiago, Navidad, actividades de deporte, etc.” (informante 7). Estas festividades constituyen contextos estructurales, donde se performan, visibilizan y aceptan comportamientos individuales, la organización familiar y las redes sociales.

Cada experiencia es distinta. Algunos llegan por primera vez a la ciudad y debido al trabajo o estudios se mantienen aislados de sus paisanos acorianos: “Casi dos años que no me contactaba, la forma que me comuniqué fue mediante la fiesta del Señor de Acoria, febrero de cada año” (informante 3). Otros, en cambio, llegan a Lima e inmediatamente forman parte de la red de residentes acorianos: “Siempre tuve contactos con mis paisanos y nos reuníamos cada vez que podíamos […]. Antes de la pandemia nos reuníamos para compartir una comida y bebida recordando nuestro pueblo” (informante 8).

Los sentimientos de ser migrante, de no terminar de adaptarse a un nuevo espacio, de no poder retornar a Acoria las veces que se desea generan principalmente nostalgia, añoranza, sentimientos que se hacen más fuertes en tiempos de festividad: “Solo escuché y miré por la fase y se tiene esa tristeza de no poder estar ahí y escuchar esa banda con tanto sentimiento, momento de unión, celebración y mucho recuerdo de nuestras tradiciones, descendencia e historias multidiversas” (informante 1). Muchas celebraciones son de tipo religioso. En la festividad en honor al Señor de Acoria, la fe cristiana crece, así como los vínculos sociales y familiares y la reconstrucción de la identidad. Ese sentimiento de nostalgia se vive en Lima, mientras tanto, porque no todos los migrantes pueden retornar a Acoria para las fiestas ni con la misma frecuencia: “Cada vez va menos gente que yo conocí en la infancia y también yo ya dejé de participar, hace muchos años que no asisto a la fiesta en Acoria” (informante 6). Las condiciones laborales y económicas impiden el retorno a Acoria y la participación en dichas festividades se va reemplazando por las que se ofrecen en Lima a través de los clubes provinciales:

Me siento muy feliz y alegre por la celebración de la festividad al Señor de Acoria con los residentes en Lima. Es una fecha muy importante. (Informante 7)

Es un sentimiento encontrado, ya que me encuentro con mis paisanos y es momento de interactuar, enterarme de las cosas que están pasando en nuestro pueblo. De nostalgia y a la vez alegría. (Informante 8)

El soporte social es único como marco para las experiencias en torno a estas celebraciones que van más allá de las músicas, danza y comida. Es el modo de vivir, el reencuentro y la memoria en un espacio humano de migrantes:

Es muy importante que cada pueblo mantenga en constante comunicación a la mayor cantidad de sus paisanos, pues esto ayuda a que como comunidad se puedan extender vínculos de apoyo, ayuda social, vínculos laborales, vínculos de negocios y muchos vínculos más. Lima es una ciudad tan grande que se necesita tener muchos contactos, que en algún momento se va a necesitar. (Informante 6)

Clubes provinciales

Los acorianos residentes en Lima valoran el mantener los contactos según origen o procedencia y se congregan en los llamados clubes provinciales como sostiene otro entrevistado: “Me vinculo con la familia acoriana en Lima a través del club deportivo Acoria que lo dirigía Avelino Gómez Flores (un hermano de mi mamá) y pertenecía a la liga del distrito de Independencia. Luego me integro al centro cultural Acoria-Huancavelica y al cual pertenezco a la fecha” (informante 2). Los clubes son los espacios donde se ratifica el sentido de pertenencia y se construye la identidad acoriana. Las situaciones que motivan y promueven estos procesos se dan en el marco de la festividad y el reencuentro: “Mayormente en las fiestas de Santiago, concursos de negrería de los que radican, a veces piden apoyo para la danza, para colaborar para los disfraces” (informante 1).

Quienes están a cargo de la administración de los clubes promueven valores como la solidaridad: “El Club Acoria Residentes en Lima son los que organizan las reuniones con motivos laborales, familiares, amistad, solidaridad y principalmente por festividades costumbristas” (informante 4). No obstante, cualquier persona puede hacer una convocatoria de ayuda a través de las redes sociales y estas empiezan en círculos muy cerrados como la familia, pero se extiende a todos los migrantes. Los momentos de mayor convocatoria son las fiestas religiosas o costumbristas. Se reconoce el valor de los clubes como espacios de reunión: “Cumple un rol vital en la organización, porque ya llevan muchos años en esta organización y eso hace que todo acoriano sepa de su existencia y ese es un medio o espacio físico donde podrás reencontrarte con nuestros paisanos” (informante 6). Definitivamente, estas redes sociales permiten la continuidad de los flujos migratorios, su adaptación a la gran ciudad y la recreación de su identidad de origen.

La expectativa en torno al potencial de los clubes es notoria en el discurso de los acorianos. Se espera que sean centros culturales de fomento y desarrollo cultural:

Deben organizar continuamente no solo una vez al año, personas que investiguen y apoyen a las investigaciones, para que sea visto en otros lugares. (Informante 1)

Deberían establecer una comunicación entre acorianos, mantener las costumbres vivas de nuestra tierra, y para ello se forman diversas instituciones que ayudan a cubrir diversas necesidades. Deben llevar a cabo las festividades costumbristas y brindar un espacio de entretenimiento social y cultural. Unir esfuerzos para tener una representación en la capital y que trabaje en la difusión. (Informante 2)

Realizando talleres en danza, con los niños y jóvenes y así que perduren en el tiempo. (Informante 4)

Los clubes cuentan con directivas y el trabajo que realizan es reconocido de manera positiva, pero consideran que existe potencial para que las costumbres acorianas trasciendan en la capital por medio de estos clubes:

Hacen un buen trabajo, y mi sugerencia es que se haga mayor publicidad a través de todos los medios posibles, que se pongan metas y objetivos y hacer partícipes a los residentes a cumplir estas metas con el objetivo de mejorar esta fiesta para convocar cada año a la mayor cantidad de acorianos que sea posible. (Informante 6)

También se exige una mayor visibilidad desde la performance de los clubes, se exige integración, porque no todos los acorianos que residen en Lima saben de la existencia de estos clubes, cuya mayor visibilidad se da en la celebración de la festividad del Señor de Acoria en febrero de cada año. Así, los acorianos, tal como relata uno de nuestros entrevistados, “son partícipes de nuestra costumbre, participan en las actividades que se les invita, etc., generando así aporte económico e intercambio cultural en las sociedades” (informante 7). Este mismo entrevistado considera que los clubes deben abrirse a un público más amplio, de distintas procedencias: “Hacerles llegar una invitación a las organizaciones culturales, deportivas, políticas, etc. en San Juan de Lurigancho para que participen de nuestras celebraciones aquí en Lima. La junta directiva de los residentes debería hacer esas gestiones” (informante 7).

Los entrevistados perciben que la falta de gestión se produce por la existencia de dos clubes: uno más formal que el otro, lo cual impide una mejor organización:

Hay dos clubes, un local propio de los acorianos residentes y otro club que es Mangomarca que alquilan un local donde se dice que están los del pueblo, pero al final llegado las altas horas de la noche todos terminan en el club de los pobres entre comillas. (Informante 8)

La existencia de dos clubes y la clasificación en ricos y pobres se debe a una percepción de informalidad porque uno de los clubes existe como estructura social, pero sin un local propio, mientras que el otro, al contar con local propio, crea la percepción de riqueza por la posesión del bien inmueble. En ambos casos, existe la idea de que las directivas gestionan las ganancias económicas para beneficios de quienes las conforman: “Percibo que su papel está enfocado en el lucro, no hay una gestión de carácter sociocultural. Se debe apuntar para que sean organizaciones culturales que cultiven las costumbres e identidad del pueblo acoriano y no entes con fines de lucro” (informante 9).

Conservación de costumbres

Muchos consideran que el retorno a Acoria es imprescindible durante la festividad principal para reencontrarse con la familia y amigos, sobre todo si se tiene algún tipo de participación en la organización de la fiesta o en la competencia de danzas. Por celebrarse en diciembre, muchos ya tienen vacaciones y pueden viajar. El compromiso que destacamos es la participación como danzantes y músicos:

Ya se iniciaron las coordinaciones, mi sobrino pide permiso del trabajo que es en la mina: ir a bailar y viajar a Acoria. Entre todos los barrios que son seis cuadrillas y el año pasado gano Anta, el consejo le da premio a la mejor banda, y al mejor grupo de baile de negros y también al mayordomo. (Informante 1)

Las actividades culturales vinculadas a la danza de los negritos se retoman todos los años en el mes de diciembre, a partir de la quincena en adelante. Muchos migrantes organizan su tiempo y trabajo para estar libres desde entonces y viajar a Acoria. Para definir las actividades a realizar con respecto a la festividad, se celebran reuniones con las autoridades locales, los mayordomos, caporales y danzantes de todos los barrios participantes.

Los acorianos identifican sus costumbres y tradiciones como rasgos culturales propios. Aquí no solo se hace referencia a la danza de los negritos, sino a la tradición oral en general:

La celebración de la festividad en honor al Señor de Acoria, en la cual siempre estará presente la danza de los negritos. La festividad del Santiago Acoriano, Fiesta de las Cruces. La verdad lo más autóctono de Acoria son las danzas. (Informante 4)

Nuestro pueblo tiene muchas costumbres, así como la sacaleña, el Santiago, el Sara tarpuy, las novenas, todos los santos, etc. el cual conservamos hasta el día de hoy muy presente en mi familia. (Informante 7)

La lengua (quechua), comida y música son nuestras tradiciones. (Informante 9)

La cultura culinaria, los cuentos es parte de nuestra tradición también. (Informante 2)

Una característica de la transmisión de la cultura en las generaciones son las familias danzantes. La preferencia por danzantes jóvenes se debe a la fuerza que se requiere para formar las torres humanas; no obstante, esto no exime a los mayores de participar de diferente manera:

La mayoría: primos, tíos, sobrinos, hasta mis abuelos fueron bailarines como negro mayor, mi tío Calisto fue el caporal. En nuestra familia, todos sabemos danzar. Mis tíos danzaban, pero ahora solo quieren danzantes jóvenes. (Informante 3)

Para iniciar a bailar empecé como latamacho y luego fui negrito. Hay que ser cumplido y tener amor al baile. El último de mis hijos practica la danza y se para de cabeza; José mi sobrino, como la marica. (Informante 1)

La danza de los negritos en el mismo Acoria, solo tengo un primo que danza. Acá en Lima no tengo ningún familiar que dance. (Informante 6)

Al día de hoy ya dejamos de danzar, dándole oportunidad a los más jóvenes, pero sí participamos activamente en la celebración siendo parte del mismo, ofreciendo chicha, refrescos, vestimenta, etc. a los danzantes, amigos y sobrinos. (Informante 7)

Bailar es entendido como una característica natural de todo acoriano:

La danza es nato de cada uno de nosotros, salvo que tengamos que presentarnos para una competencia, ahí sí ensayamos de acuerdo a los tiempos. (Informante 4)

Para la danza, solo la voluntad de participar; pero para las pirámides humanas se requieren de habilidades de fortaleza física para los que soportan la base y parte media, y de equilibrio físico y emocional para los que ocupan la parte superior. (Informante 9)

Cabe indicar que es una actividad masculina. Las mujeres no danzan, no porque esté prohibido, sino que no corresponde a su rol en la sociedad acoriana. Esto se mantiene entre migrantes: no hemos encontrado a danzantes mujeres en Lima.

Significado de la danza Los negritos de Acoria

Para los acorianos residentes en Lima, la danza de los negritos representa cultura y pertenencia:

Al ser una danza tradicional te llena de mucho orgullo y emoción el verlo ejecutar y sentirse identificado con la costumbre muy ancestral. (Informante 2)

Es muestra del legado cultural, identidad. Es una costumbre muy antigua y que cada año se renueva y adquiere más adeptos. (Informante 5)

Es una expresión cultural muy importante para nuestro pueblo y el país, por lo mismo que fue reconocida como patrimonio cultural de nación, un orgullo para nuestro pueblo acoriano. (Informante 7)

Este valor adquirido por un reconocimiento nacional se ve retribuido en el orgullo que siente cada acoriano de su lugar de origen. Por eso, en Lima la danza es uno de los principales referentes culturales de Acoria para los migrantes:

Identidad, amor por el pueblo, es parte de mi infancia y adolescencia, siempre crecí ansioso por que llegue esa fecha de la fiesta y lo disfrutaba. (Informante 8)

Trasladarme a mi etapa de niñez, en la cual, la música y danza de dicha festividad estaba presente constantemente, en los juegos de amigos, en las actividades de la escuela, etc. Los negritos es un ícono cultural y la forma de danzar y sentir la música es algo único que caracteriza a todo acoriano. (Informante 9)

Indudablemente, la danza de los negritos forma parte de sus memorias y está fuertemente vinculada a la festividad religiosa como casi todas las danzas andinas:

Para mí significa traer a la memoria todos los bellos momentos vividos en Acoria y significa sentirme orgulloso y feliz del barrio donde crecí, y las personas, familiares, vecinos y amigos con los que disfrutaba cada momento de mi infancia y juventud. (Informante 6)

Religiosamente es muy milagroso el santito niño negrito y nos une en esta fiesta, al menos en la misa o la fiesta nos reúne, eso hace el niño. (Informante 1)

Es renovar nuestra fe en el Niño Nativo, siendo esta festividad tradicional uno de los más grandes que se realizan en nuestro pueblo de Acoria. (Informante 4)

La importancia de la celebración a través de la danza radica en que genera unión entre quienes se perciben con un origen común: el haber nacido en Acoria. Gracias a la danza -sea practicándola, gestionando su reproducción o simplemente valorándola- se refuerzan los vínculos acorianos:

La danza une a diferentes personas incluso paisanos que viven en el extranjero, por las fiestas se reúnen. (Informante 1)

Te da la oportunidad de revivir una costumbre muy arraigada y sobre todo delegarlo a las nuevas generaciones y esto hace que se mantenga en el tiempo. (Informante 2)

Une a muchos acorianos, y las descendencias son partícipes. (Informante 3)

Realizando estas reuniones tenemos la posibilidad de poder reencontrarnos y confraternizar con los amigos, familiares. (Informante 4)

La añoranza por la tierra de origen es la fuerza que une y reconstruye la identidad. De esta manera, entendemos las promociones de la danza de los negritos en Lima. Es el principal símbolo identitario de Acoria que se reproduce en un contexto de migración para la unión de los residentes en Lima y la recreación de su identidad acoriana:

La danza de los negritos es parte de la identidad de los acorianos, además que congrega mucha a mucha gente para reencontrarnos. (Informante 5)

Es importante la fiesta del Señor de Acoria en Lima porque ahí es donde se integra la fiesta de los negritos y todos nos identificamos como paisanos y dejamos fluir nuestra identidad. (Informante 8)

Porque le brinda identidad a un pueblo. El pueblo se une a través de la identidad que le brinda esta festividad, es un rasgo que está impregnado de raíz en todo acoriano. (Informante 9)

En la fiesta del Señor de Acoria, que se celebra en febrero, se produce una integración entre residentes acorianos en Lima y personas que radican en Acoria y viajan a Lima a celebrar:

Bailan la danza de los negritos que vienen desde Acoria, el barrio que fue ganador de la competencia en Acoria. (Informante 8)

A pesar de los diferentes barrios en competencia en el pueblo, aquí todos nos unimos en solo abrazo de combarrianos. (Informante 4)

Ellos buscan a paisanos acorianos para realizar el encuentro, colaborar y hacer más tipo propaganda de los negritos. (Informante 1)

Justamente en esta festividad, la danza de los negritos adquiere mayor valor simbólico y de representación. En torno a esta imagen y a la celebración se construye y se vive la identidad acoriana.

Conclusiones

La danza Los negritos de Acoria tiene una importancia significativa para los migrantes acorianos en Lima: fortalece la identidad en las nuevas generaciones, ya que a través de la danza se da un proceso de preservación y retención cultural, es decir, son un medio para mantener vivas su cultura y memoria. En el contexto de habitar las grandes ciudades, la danza aporta al recrear un ambiente de camaradería y pertenencia en el contexto de la celebración de festividades. Aquí los clubes provinciales son esenciales al ser espacios de reunión: observación, vinculación y jolgorio, donde se mantiene un sentido de comunidad que fortalece el sentido de pertenencia acoriana.

Los clubes provinciales son espacios de reunión, solidaridad, celebración, expresión emocional y distensión. Convocan y son el lugar de encuentro de migrantes, ascendientes y descendientes. Esa consciencia de compartir un origen cultural común se refleja en el reconocimiento de la danza de los negritos como actividad integradora que favorece la memoria, por un lado, y la adaptación cultural, por otro. A través de presentaciones de danzas tradicionales, los migrantes pueden enseñarles a las nuevas generaciones y a gentes procedentes de otros lugares sobre su cultura, historia y valores. Dado que una capital como Lima es multicultural, esto puede promover la comprensión mutua y reducir prejuicios y estereotipos culturales, valorando no solo las similitudes culturales sino también las diferencias.

En general, la danza Los negritos de Acoria es una poderosa forma de conectarse con la identidad cultural. Su trascendencia la convierte en un medio para interactuar con la comunidad de acogida y en una herramienta para fomentar la adaptación y el bienestar emocional de los migrantes acorianos. La preservación de estas expresiones requiere un cierto nivel de organización en la gestión cultural para hallar formas propias de reproducir la vida cultural y artística. De esta forma, se lucha por el derecho a la cultura como un ejercicio de la ciudadanía, aunque esto no se mencione explícitamente. Las prácticas artísticas fomentan una organización más efectiva de los migrantes, gracias a la planificación, realización y fiscalización de las festividades o actividades que promueven. La supervisión de la producción, difusión y consumo de esta forma de arte empodera al grupo. El hecho de que esta danza se siga reproduciendo continuamente y amplíe su esfera de influencia muestra cómo distintas generaciones reconocen su valor y se apropian de ella como un símbolo de identidad. Incluso en un contexto de migración, los acorianos y descendientes hacen suya esta manifestación cultural y se unen para incorporarla a sus fiestas tradicionales.

El estudio de la reconstrucción de la identidad en el contexto de la migración es crucial porque permite entender cómo las personas equilibran la preservación de sus raíces culturales con la adopción de nuevas identidades en entornos diversos. La migración puede provocar una crisis de identidad debido a la pérdida de roles familiares, sociales y laborales anteriores. Por eso, este tipo de estudios permite comprender las complejidades de la experiencia migratoria.

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*El artículo es resultado del recojo de datos llevado a cabo para la investigación titulada “Influencia de la danza de los negritos en la construcción de la identidad cultural de los jóvenes acorianos residentes en Lima” de Hernán Silvera La Torre, para obtener el grado de magíster en Antropología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), Perú. En ese sentido, este trabajo cumple con los criterios éticos del consentimiento informado a los colaboradores y, a pedido de ellos, se mantiene su anonimato en este artículo. Cabe señalar que para la tesis solo se han considerado las entrevistas a personas entre 20 y 29 años; mientras que, para este artículo, se han empleado las entrevistas a personas de mayor edad. Cabe informar que una versión previa de este artículo fue presentada como ponencia virtual en el 5.º Simpósio Científico Icomos Brasil e 2.º Simpósio Cientifico Icomos/LAC llevado a cabo del 5 al 9 de diciembre de 2022.

1Declaran Patrimonio Cultural de la Nación a la Festividad en Honor al Niño Nativo, al Niño Dulce y al Niño Poder de Acoria, del distrito de Acoria, provincia y departamento de Huancavelica. Resolución Viceministerial n.º 163-2015-VMPCIC-MC. Acceso 20 de marzo de 2023. https://www.gob.pe/institucion/cultura/normas-legales/204438-163-2015-vmpcic-mc

2Traducción libre.

Cómo citar este artículo: Silvera La Torre, Hernán y Liliana Fernández Fabián. 2024. “Identidad cultural de los migrantes acorianos en Lima a través de la danza Los negritos de Acoria”. Antípoda. Revista de Antropología y Arqueología 54: 87-109. https://doi.org/10.7440/antipoda54.2024.04

Recibido: 31 de Julio de 2023; Aprobado: 22 de Octubre de 2023

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