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Introducción
En muchos documentos de orden supranacional y nacional referentes a la seguridad se mencionan las llamadas amenazas a la seguridad (Organización de Estados Americanos [OEA], 2003; Fontana, 2003; Organización de las Naciones Unidas [ONU], 2004; Unicef, 2020). Diferentes organismos internacionales consideran las amenazas desde un mismo enfoque, mientras que los Estados suelen plantearlas según sus necesidades particulares en seguridad. Más allá de esta divergencia, ¿cuántas y cuáles son las amenazas a la seguridad?
El concepto de amenaza hace referencia al anuncio de un suceso que puede ocurrir, que en la mayoría de casos viene acompañado de peligro y que se materializa por la acción del ser humano. En este sentido, como punto de partida de este artículo, se aborda la amenaza como categoría de investigación, se caracteriza y se identifican cuáles y dónde están todas las posibles amenazas a la seguridad contemporánea, lo que repercute en la complejidad de las respuestas requeridas en seguridad.
Así, el presente artículo es el resultado de una investigación cuyo objetivo es identificar las amenazas globales contemporáneas, generadoras de polos de poder, y caracterizarlas para su comprensión a partir de un enfoque contemporáneo. Como fruto de esta investigación, se evidenciaron cien amenazas a la seguridad global, lo que conlleva la formulación de una buena cantidad de enfoques en seguridad y defensa de orden nacional y supranacional que buscan, desde sus definiciones, anticipar, contener y superar todas las amenazas que proliferan en el mundo contemporáneo.
Esta investigación se basó en el paradigma de investigación hermenéutica analógica que estableció Mauricio Beuchot (2016), ya que este permite entender, en medio de las similitudes y contrastes entre las fuentes documentales, las diferentes relaciones que pueden haber entre las amenazas a partir de ciertas características, para hacer una organización y diagnóstico de ellas, lo que posibilita la “comparación o relación entre varias razones o conceptos” (García, 1974, p. 193). El enfoque de investigación fue cualitativo (Olabuénaga, 2012), fortalecido con un análisis mediante la plataforma Atlas.ti para presentar nuevas valoraciones. Se espera que estos hallazgos contribuyan al conocimiento actual y sean útiles como referente para nuevos enfoques u otros estudios de investigación sobre el tema.
En este sentido, se recurrió al estudio de caso como instrumento epistemológico, debido a que este permite analizar “la particularidad y la complejidad de un caso singular [como es el caso de las amenazas a la seguridad global], para llegar a comprender su actividad en circunstancias importantes” (Stake, 2007, p. 11), en medio de la globalización.
Este estudio se desarrolla en tres apartados. En el primero se da cuenta de la definición de amenaza desde la etimología, y a partir de allí se desarrollan las teorías de la polemología de la guerra de Gaston Bouthoul (1971), de las nuevas guerras de Mary Kaldor (2012) y de la historia de la guerra de John Keegan (2014), en contraste con la doctrina de la OEA (2003) y la teoría de Mark Hamilton (comunicación personal con D. Barrero-Barrero, 3 de agosto de 2021), con el fin de llegar a la interpretación analógica de las amenazas. En el segundo apartado, con base en 25 fuentes documentales de orden supranacional, se identifica y caracteriza cerca de un centenar de amenazas que existen actualmente en el planeta. En el tercer apartado se discute el problema ético que implican estas amenazas. Y por último, se presentan algunas conclusiones.
Las fuentes documentales analizadas fueron de diversidad supranacional. En orden cronológico, van desde la Carta de las Naciones Unidas de 1945 (ONU, 2015), pasando por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR), la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la OEA, la Asamblea General de la ONU, el Comité Internacional de la Cruz Roja, la Corte Penal Internacional, la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), entre otras más.
Definición de amenazas y el formato para su organización
Etimológicamente, amenaza proviene del término minancia, que en latín se refiere a un gesto intimidante, promesa de castigo, el anuncio de algo terrible, desgracia o desagrado. Además, la amenaza trae consigo el peligro que es externo al ser humano, más allá del anuncio de lo que representa (Saint-Pierre, 2003). En el Glosario de terminología de uso conjunto del Estado Mayor de la Defensa de España (2019), amenaza se define como “toda circunstancia real, que ponga en peligro la seguridad” (p. 6). En otro sentido, es
La probabilidad de que un fenómeno, de origen natural o humano, se produzca en un determinado tiempo y espacio. Peligro (potencial) de que las vidas o los bienes materiales humanos sufran un perjuicio o daño. Posibilidad a la que están expuestos los pobladores de un determinado lugar. (Descriptores en Ciencias de la Salud, s.f.; cursivas añadidas)
Con esta definición se puede deducir que tiempo y espacio representan el modo asimétrico como aparecen las amenazas, más aún en un mundo globalizado y temporalmente desincronizado (Rosa, 2011, p. 38), frente a la cantidad de medidas y sistemas de seguridad y defensa estructurados para tratar de anticiparlas, contenerlas y neutralizarlas.
En este orden de ideas, la guerra, el terrorismo, la trata de seres humanos, el narcotráfico, la explotación sexual, el genocidio, el feminicidio, la mutilación genital, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, el tráfico de especies silvestres, la esterilización forzada, el trabajo forzoso, el asesinato por razón de género, los ciberataques y -en un sentido más amplio que se analizará más adelante- los desastres naturales, el hambre y la pobreza, entre muchas otras, constituyen lo que se ha identificado como amenaza. Adicionalmente, a pesar de que una amenaza puede ser solo una señal, la percepción de una posibilidad:
[...] ella puede provocar temor ante la posibilidad de perder el estado de seguridad. En cuanto señal, la amenaza representa, en nuestra percepción, aquello que nos preocupa e intimida. La amenaza es una representación, una señal, una cierta disposición, gesto o manifestación percibida como el anuncio de una situación no deseada o de riesgo para la existencia de quien percibe. (Saint-Pierre, 2003, p. 2)
Desde la óptica ética, las amenazas traen como consecuencia males no solo para la propia vida y la especie humana, sino también para la naturaleza en general. Todos estos males se agudizan en el mundo contemporáneo, donde abunda el narcotráfico y la explotación minera ilegal, y año tras año, por solo señalar unos ejemplos, Boko Haram secuestra niños en las escuelas de Nigeria, mientras que China construye islas artificiales para aumentar su extensión territorial, lo que afecta a Japón y Taiwán. Otro evento a destacar es la reciente invasión de Rusia a Ucrania, que ha provocado el desplazamiento de miles de refugiados hacia Europa, sin contar los ataques por fuera de los Convenios de Ginebra (Comité Internacional de la Cruz Roja, 2012).
La Figura 1 presenta un resumen de los elementos constitutivos de las amenazas según Saint-Pierre (2003), para identificar el entorno de estas, su objeto e impacto en las políticas de defensa y seguridad de las naciones.
Fuente: Elaboración propia a partir de Saint-Pierre (2003, p. 4)
Figura 1. Elementos constitutivos de la amenaza según Héctor Saint-Pierre.
Origen del concepto de amenazas a la seguridad
En el año 2003, la OEA promulgó la Declaración sobre seguridad en las Américas, en la que los Estados miembros “convinieron un nuevo concepto de seguridad para la región, basado en un enfoque multidimensional” (Sistema de Información de la Cumbre de las Américas, 2004). En dicha Declaración aparecen los conceptos de amenazas tradicionales, nuevas amenazas y vulnerabilidades sociales y ambientales, como parte de lo que desde entonces se llamó la seguridad multidimensional, concepto introducido en la Cumbre de Bridgetown un año antes (OEA, 2002).
Pese a constituir un hito en la seguridad hemisférica, la Declaración presenta una lista de amenazas tradicionales y nuevas, así como de las vulnerabilidades, pero sin organización específica. Además, tampoco incluye las definiciones de estos conceptos, por lo cual se puede dudar si estas eran todas las amenazas que afectaban el hemisferio en aquel entonces. Por otra parte, la ONU se sumó a la mención de las amenazas con el Seguimiento de los resultados de la Cumbre del Milenio (ONU, 2004), pero igualmente sin una organización de mayor profundidad.
De hecho, años más tarde, la OEA formuló el documento Promoción de la seguridad hemisférica: un enfoque multidimensional (OEA, 2020), en el que amplió la lista de amenazas y vulnerabilidades como preocupaciones adicionales a lo tratado en el 2003, pero con el mismo vacío teórico. A pesar de esto, si bien es cierto que los países estructuran las amenazas según sus propias necesidades en seguridad, lo cierto es que no hay una bibliografía única para saber cuántas son, cuáles son y cómo organizarías, a fin de ampliar las respuestas globales por los problemas que estas implican para la vida y la supervivencia humana. Este cuestionamiento es el que motiva una búsqueda supranacional para encontrarlas, responder cuántas y cuáles son las amenazas a la seguridad en el siglo XXI y formular un diagnóstico al respecto.
Amenazas tradicionales y la polemología de Bouthoul
Por su parte, la Declaración sobre seguridad en las Américas habla de amenazas tradicionales (OEA, 2003), mientras que la ONU en el Seguimiento de los resultados de la Cumbre del Milenio las denomina “antiguas amenazas” (ONU, 2004, p. 11). A pesar de que ambas se refieren a lo mismo sin definirlas, estas amenazas se identifican con los problemas de defensa frente a la guerra: “es decir, la posibilidad de conflicto con otro Estado”; por lo tanto, “las fuerzas externas que impactan el ámbito de la seguridad -entendidas estas como la pervivencia de las amenazas tradicionales interestatales [...]- [impactan] el escenario de la seguridad global” (Griffiths, 2009, p. 18).
Desde la perspectiva tradicional, estas amenazas son las que han acompañado al ser humano en su historia, en relación con las diferencias entre sociedades, comunidades y naciones, que han resuelto desde siempre sus desacuerdos por medio de la guerra. Sin embargo, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, en la Carta de las Naciones Unidas en 1945 (ONU, 2015) se reemplaza este término por fricción internacional o controversia, en busca de reducir el impacto de lo que definía la guerra en aquel momento, en un esfuerzo por buscar mecanismos en seguridad internacional para que estos eventos no volvieran a ocurrir.
El vocablo guerra proviene del latín bellum, o del germánico werra (“desorden, pelea”), que más tarde derivó en el término war (“guerra” en inglés). En el sentido simple, guerra es el “desastre causado por el hombre” (Unesco, 2021)1, lo que guarda relación con el concepto de perturbación, que a su vez conlleva un riesgo y peligro para la vida humana, inclusive para la supervivencia de la naturaleza en general.
Gaston Bouthoul (1971), quien estudió ampliamente la guerra, la define como “una lucha armada y sangrienta entre agrupaciones organizadas” (p. 35). Lo cierto es que históricamente ha sido la amenaza más violenta que ha podido producir el ser humano, por cuanto la guerra ha tecnificado al ser humano hasta hacerlo capaz de acabar, neutralizar, destruir, arrasar y someter a sus congéneres, con una multiplicidad de recursos violentos, como las armas nucleares.
Por otra parte, John Keegan, en la traducción de la definición de guerra de Clausewitz, habla de que en realidad “la guerra es la continuación ‘de la relación política’ (des politischen Verkehrs) con la intrusión de otros medios (mit Einmischung anderer Mittelf) (Keegan, 2014). Así las cosas, la guerra se ha ubicado históricamente en el punto más alto de lo que debe enfrentar la seguridad internacional y la seguridad nacional; aunque las nuevas guerras, el terrorismo y el ciberterrorismo, por ejemplo, han sobrepasado estos límites de respuesta. Lo cierto es que las guerras “han dejado huellas en toda la geografía mundial; son restos de contiendas que no se olvidarán y que modificaron el curso de la historia, pero también la vida de quienes las vivieron” (ACNUR Comité Español, 2017).
Como lo menciona Bouthoul (1971), desde pequeños, “todos los niños juegan a guerras y a soldados” (p. 7), lo cual se debe, según este autor, a que “todas las formas sociales y las instituciones nacen de la guerra” (p. 28). A lo largo del planeta y de la historia de la humanidad, ciudades y civilizaciones han desaparecido o se han fundado por causa de alguna guerra. El hecho es que la guerra como amenaza tradicional sigue vigente, a pesar de que hoy suceden menos, debido al aumento de las nuevas amenazas a la seguridad.
Nuevas amenazas de acuerdo con la OEA, Kaldor y Hamilton
Las nuevas amenazas a la seguridad planteadas en la Declaración sobre seguridad en las Américas (OEA, 2003) son presentadas en un listado, pero sin definiciones ni en un orden claro que permita entender mejor de lo que se está hablando. Si bien es cierto que el documento es un testimonio muy importante para entender lo que pasaba en el hemisferio en ese momento, se echa de menos en él un aporte mayor para determinar estas amenazas. Afortunadamente de allí se ha desprendido mucha literatura que ha contribuido a entender y adoptar en cada nación lo descrito en el texto. En su parte inicial, la Declaración argumenta como antecedente lo siguiente:
Teniendo presente el Compromiso de Santiago con la Democracia y la Renovación del Sistema Interamericano, de 1991, [la OEA] decidió iniciar un proceso de reflexión conjunta sobre la seguridad hemisférica, desde una perspectiva actualizada e integral, a la luz de las nuevas circunstancias mundiales y regionales. (OEA, 2003, p. 1; cursivas añadidas)
El tema se ha fortalecido con las contribuciones de autores como Andrés Fontana (2003) y John Griffiths (2009), respecto a la definición de las nuevas amenazas. Por una parte, Fontana (2003) afirma que:
en el marco de [una] distinción conceptual, el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado constituyen amenazas en sentido estricto porque en ellos hay una voluntad hostil y deliberada. Estas nuevas amenazas afectan principalmente a las personas, la población civil, las comunidades y sus valores, la integridad de sus instituciones, pero no necesariamente la soberanía de los Estados ni la integridad de sus territorios, (p. 4)
Como se observa, Fontana hace una apreciación puntual respecto a la hostilidad de la amenaza, lo que tiene relación con la materialización de esta. Por otra parte, y en la misma línea interpretativa de las amenazas, Griffiths (2009) dice:
Las nuevas amenazas del escenario internacional son un conjunto de fenómenos de diversa naturaleza. Algunos de ellos se expresan violentamente mientras que otros crean las condiciones para que fenómenos violentos se expresen. Dentro de los de expresión violenta encontramos al terrorismo, las organizaciones criminales, el narcotráfico, etc. Dentro de los factores que crean condiciones podemos citar la pobreza, el desempleo, la exclusión social, la corrupción, etc. [Por lo tanto], las nuevas amenazas explotan las debilidades estatales referidas a la falta de gobernabilidad, institucionalidad y presencia estatal en el territorio. Con ello se quiere enfatizar que las nuevas amenazas encuentran una mayor facilidad para desarrollarse en ambientes o zonas con escasa institucionalidad. (pp. 18-19)
Un tema muy cercano a este son las nuevas guerras según lo plantea Mary Kaldor (2012). Dichas nuevas guerras están asociadas con las debilidades de un Estado (p. 6) y son libradas por actores estatales y no estatales, desde insurgencias, milicias, contratistas en seguridad privada, pandillas, guerras civiles, hasta la delincuencia en su multiplicidad de formas, todas fortalecidas y desarrolladas en la globalización (p. 59).
La mutación de la guerra tradicional hacia el terrorismo produjo nuevas formas de combatir. Por ejemplo, los suicidas de Al Qaeda tuvieron que ser combatidos con nuevas tecnologías de inteligencia artificial y robótica, a través de drones para inteligencia, señales y ataques de mayor precisión. En este escenario, la distinción y los dilemas morales aparecen al momento de disparar, por cuanto las nuevas guerras se sitúan también dentro de ciudades y en medio de población civil ajena a las confrontaciones.
En este sentido, las nuevas amenazas se manifiestan en varias formas, que siguen siendo complejas, difusas y dispersas en la globalización y la literatura jurídica. Ante la abundancia de este tipo de amenazas encontrada en la revisión documental, en la Tabla 1 se presentan tres formas de entenderlas analógicamente. Dada la complejidad de ubicar amenazas como el terrorismo en un mismo grupo con el tráfico de migrantes, la explotación infantil, el crimen ambiental o las guerras civiles, es indispensable buscar la mejor forma de dar una organización que mantenga cierto grado de afinidad, medio y modo de actuar de estas. Esto implica contemplar incluso la forma de enfrentarlas desde los derechos humanos o desde el Derecho Internacional Humanitario (DIH).
Tabla 1. Distinción de las nuevas amenazas
Fuente: Elaboración propia
Como puede observarse, la organización puede ser compleja, puesto que contempla alrededor de cien nuevas amenazas (aunque se excluyen seis de carácter tradicional), incluyendo las vulnerabilidades que potencialmente pueden convertirse en amenazas. Lo cierto es que, al final, las nuevas guerras, relativas a temas internos de los países, junto con la criminalidad, se asocian en un mismo grupo, mientras que los ataques asimétricos a la población (AAP) se configuran en otro grupo, debido a que, aparte del carácter político respecto a la seguridad nacional, se enmarcan dentro de la competencia del DHL Por ejemplo, los atentados del 11 de septiembre de 2001 se deben considerar, no solo un ataque contra los Estados Unidos, sino contra el mundo entero, puesto que allí especialmente habían seres humanos de distintas partes del mundo.
Además, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de acuerdo con el capítulo 7 de la Carta de las Naciones Unidas (ONU, 2015) y la Resolución 1373 del 28 de septiembre de 2001 (Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, 2001), “decidió que los Estados adoptaran todo tipo de medidas para prevenir y reprimir las actividades terroristas” (Iglesias, 2002, p. 1)
En general, lo anterior se configuró durante el periodo inicial de la posguerra fría, en la última década del siglo XX, debido principalmente al reordenamiento geopolítico a consecuencia de los grandes cambios y el paso a la unipolaridad de los Estados Unidos. Con esto surgieron tanto las nuevas amenazas como los diferentes enfoques de seguridad y defensa para dar respuesta a lo que sucedía: seguridad humana, seguridad global, seguridad cooperativa, seguridad pública, seguridad democrática, seguridad colectiva y defensa colectiva, entre otros enfoques que existen actualmente, además de la seguridad multidimensional.
Por otra parte, debido al enfoque de las nuevas amenazas, sumadas a las amenazas tradicionales y especialmente a la “naturaleza diversa y alcance multidimensional” de las amenazas hemisféricas presentadas por la OEA (2003, p. 1), para el análisis, la clasificación y la forma en que debían adaptarse a los problemas de seguridad, se consideraron también “los aspectos políticos, económicos, sociales, de salud y ambientales” (OEA, 2003, p. 1) de cada país y de la región hemisférica. Este es un aspecto importante que facilita el entendimiento, el alcance y el análisis desde la ética. Así las cosas, las nuevas amenazas y los AAP serán el segundo y tercer grupo de amenazas, en cada uno de los cuales se incluyen las amenazas según se considere su pertenencia.
Vulnerabilidades sociales y ambientales de la OEA
Finalmente, la OEA plantea las vulnerabilidades sociales y ambientales que pueden generar algunos conflictos, respecto a las cuales cada Estado asume su propio enfoque. La pobreza, el hambre o el cambio climático pueden considerarse amenazas para unos, mientras que para otros se mantienen dentro del grupo de las vulnerabilidades. En este análisis se sigue la línea de la OEA, considerando que las vulnerabilidades son la consecuencia o el efecto de las amenazas tradicionales, las nuevas amenazas y los AAP.
En este sentido, la atención de los Estados debe orientarse a la seguridad humana, debido a que debe atender a las personas en condición desfavorable y sus necesidades particulares, como superar los problemas de pobreza extrema y exclusión social, desastres naturales y de origen humano, VTH/SIDA y otras enfermedades, deterioro al medio ambiente y accidentes de materiales peligrosos (Mark Hamilton, comunicación personal con D. Barrero-Barrero, 3 de agosto de 2021).
Resultados de investigación para el diagnóstico de las amenazas a la seguridad global
Una vez descrita la amenaza como una intención hostil (Mark Hamilton, comunicación personal con D. Barrero-Barrero, 3 de agosto de 2021) o la intencionalidad de hacer daño (Mariano Bartolomé, comunicación personal), se presentan los resultados de la investigación documental, cuyo diagnóstico de las amenazas a la seguridad global permite entender varias cosas. Para comenzar, no se encontró ninguna organización de carácter internacional que reúna todas las amenazas a la seguridad global y a la seguridad internacional. En las fuentes documentales se encontraron 185 amenazas y vulnerabilidades.
Adicionalmente, se pudo evidenciar que en algunas ocasiones el nombre tiene alguna variación, por lo cual se han agrupado según una sola acepción. Un ejemplo es el caso de la delincuencia organizada trasnacional de la Tabla 4, cuyas acepciones encontradas son delincuencia organizada, delincuencia organizada transnacional y sus actividades ilícitas, crimen organizado y crimen trasnacional. Así las cosas, después de realizar este análisis hermenéutico de las fuentes supranacionales y la evaluación de acepciones con otras amenazas, el total presentado es de 100 amenazas.
Tabla 4. Resumen general de las nuevas amenazas a la seguridad global
| Nuevas amenazas | Acepciones encontradas | |
|---|---|---|
| 1 | Delincuencia organizada trasnacional |
|
| 2 | El problema mundial de las drogas |
|
| 3 | Corrupción | |
| 4 | Lavado de activos | |
| 5 | Tráfico ilícito de armas de fuego, municiones, explosivos y otros |
|
| 6 | Trata de personas y tráfico ilegal de migrantes |
|
| 7 | Secuestro | |
| 8 | Tecnologías de la vida cotidiana | |
| 9 | Tráfico ilícito y el blanqueo de dinero |
|
| 10 | Delincuencia marítima y piratería |
|
| 11 | Crimen de la vida salvaje y forestal | |
| 12 | Falsificación y contrabando de medicamentos e insumos médicos |
|
| 13 | Infanticidio (infanticidio femenino) | |
| 14 | Ataques por razón de género | |
| 15 | Mujeres y niñas asesinadas por parejas | |
| 16 | Programas secuestradores y robo de datos | |
| 17 | Homicidio | |
| 18 | Información falsa en internet | |
| 19 | Violencia contra mujeres y niñas en el ámbito privado (violencia económica, violencia psicológica, violencia emocional, violencia física, violencia sexual) | |
| 20 | Asesinatos de mujeres y niñas por motivos de género o “feminicidio” |
|
| 21 | Violencia sexual (acoso sexual, violación, violación correctiva, cultura de la violación) |
|
| 22 | Mutilación genital | |
| 23 | Matrimonio infantil | |
| 24 | Violencia en línea digital (ciberacoso, sexteo, sexting, doxing) | |
| 25 | Servidumbre por deudas y la condición de siervo | |
| 26 | Trabajo infantil | |
| 27 | Trabajo forzoso u obligatorio | |
| 28 | Reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados |
|
| 29 | Utilización, reclutamiento u oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas | |
| 30 | Utilización, reclutamiento u oferta de niños para la realización de actividades ilícitas | |
| 31 | Nuevas tecnologías (malintencionadas) | |
| 32 | Violencia doméstica |
|
| 33 | Abuso y explotación sexual |
|
| 34 | Amenaza de muerte contra niños, niñas y adolescentes | |
| 35 | Delitos y actividades ilegales vinculadas al tráfico ilícito de metales preciosos y a la minería ilegal |
|
| 36 | Tráfico de especies silvestres |
|
| 37 | Tala y el tráfico ilegal de madera |
|
| 38 | Pesca ilegal, no declarada y no reglamentada |
|
| 39 | Contrabando de mercancías falsificadas y pirateadas | |
| 40 | Delitos contra el patrimonio cultural |
|
| 41 | Economías ilegales y finanzas ilícitas. Mercados ilícitos | |
| 42 | Delitos contra el medio ambiente | |
| 43 | Homicidio femenino | |
| 44 | Esclavitud sexual | |
| 45 | Prostitución forzada | |
| 46 | Embarazo forzado | |
| 47 | Aborto forzado | |
| 48 | Esterilización forzada | |
| 49 | Matrimonio forzado | |
| 50 | Discriminación contra la mujer | |
Fuente: Elaboración propia
Después de la Carta de las Naciones Unidas en 1945 y hasta la última década del siglo XX, la amenaza tradicional de guerra o conflicto internacional fue la constante preocupación en el orden internacional. Al final del siglo, específicamente en 1997 con la creación de la UNODC, aparecieron las nuevas amenazas de forma más notoria, así como los AAP y las vulnerabilidades sociales y ambientales: delincuencia organizada, corrupción, tráfico de drogas, armas de fuego, medicinas fraudulentas, trata de personas y tráfico ilegal de migrantes, delincuencia marítima y piratería, blanqueo de dinero, crimen de la vida salvaje y forestal, terrorismo, cibercrimen, VIH y SIDA (UNODC, 2021).
Para entender la razón de un centenar de amenazas a la seguridad, cabe recordar que, a lo largo de la historia de la humanidad, la violencia y la lucha con su propia especie ha sido una presencia constante. En su libro Historia de la guerra, John Keegan (2014) afirma: “la antropología nos dice, y la arqueología nos indica, que nuestros antepasados civilizados eran sanguinarios, en tanto el psicoanálisis trata de persuadirnos de que en todo hombre anida un salvaje en lo más profundo de su ser” (p. 10).
Por otra parte, cada Estado es libre de definir sus problemas y necesidades como considere, respecto a las amenazas que enfrente y conforme a la seguridad que prevea para mantener el orden interno y las condiciones de estabilidad a su alrededor. Asimismo, pueden haber divergencias en cómo ubicar una amenaza debido a los diferentes enfoques teóricos; lo aquí planteado ya fue justificado en la forma como se estructuró.
A pesar de que algunas amenazas tienen similitudes, se evidenciaron definiciones que las distinguen. Así se diferenciaron casos como la violencia doméstica, la violencia política, la violencia de género, la violencia infantil y otras más. Igual sucede con las diferentes formas de conflicto: conflicto armado, conflicto prolongado, guerra civil, etc.
Por su parte, las vulnerabilidades son desafíos a la seguridad, como lo menciona la OEA. Esto no significa, sin embargo, que no puedan generar problemas a la seguridad y lleguen a considerarse amenazas debido a la forma de actuar de las organizaciones criminales, el terrorismo o Estados criminalizados.
Finalmente está la guerra, que tiene otros nombres en diferentes documentos supranacionales, comenzando por la Carta de las Naciones Unidas. De igual modo, la guerra per se tiene profundas diferencias con los conflictos regionales, como es el caso de India y Pakistán en la región de Cachemira, o el problema entre China y Taiwán, o Ucrania y Rusia, que pueden llamarse agresiones, invasiones o conflictos regionales. En últimas, esta investigación analógica no discute con la forma cómo diferentes actores llaman a sus propios eventos, para mantener centralidad entre la disparidad o la diferencia (López, 1974, p. 194).
Fuentes supranacionales de las amenazas a la seguridad global
En la Figura 2, desde 1945 hasta la fecha, se presentan cronológicamente 25 fuentes de orden supranacional en las que se evidenciaron 185 amenazas, de acuerdo con el propósito de cada documento: guerra, terrorismo, crimen organizado trasnacional (COT), discriminación por temas de género, discriminación racial, crímenes de guerra y violencia infantil, entre otros más.
Esta línea de tiempo, de acuerdo con el propósito de cada documento supranacional, permite dar paso al segundo apartado e identificar las amenazas que existen actualmente en el planeta en perspectiva de su evolución durante el siglo XXI. De acuerdo con lo encontrado, las nuevas amenazas y los AAP han venido en aumento, en contraste con las amenazas tradicionales, que no registran incrementos, si bien sí han permanecido en el tiempo. Por su parte, las vulnerabilidades sociales y ambientales han tomado relevancia en el último siglo. Para facilitar la comprensión y el análisis, a continuación se presentan los hallazgos de la investigación en cuatro tablas, conforme a lo explicado.
Resultados
De acuerdo con la OEA (2003), pero especialmente de acuerdo con Hamilton (comunicación personal con D. Barrero-Barrero, 3 de agosto de 2021), quien modela el enfoque a partir de la Declaración de la OEA, la organización de las amenazas, preocupaciones y otros desafíos sugiere cuatro grandes grupos (Figura 3).
Fuente: Mark Hamilton (comunicación personal, 3 de agosto de 2021)
Figura 3. Estructura de las amenazas para el diagnóstico encontrado.
A partir de esta estructura, a continuación se busca responder cuáles son las amenazas a la seguridad global contemporánea. Todas ellas afectan la vida y la dignidad humanas, impiden el desarrollo de las capacidades de cada persona y restringen la igualdad y la equidad. Después de revisar las acepciones con que se nombran las amenazas en las fuentes supranacionales y dar cuenta de su similitud, se concluye que en la actualidad existen cien amenazas y vulnerabilidades, como se presentan en los cuatro grupos analizados.
Amenazas tradicionales
En la Tabla 3 se describen las amenazas tradicionales a la seguridad. Aunque son 6, por estar orientadas a lo que se define como guerra, conflicto internacional o conflicto entre Estados, lo cierto es que la guerra sigue siendo una amenaza latente en las relaciones internacionales.
Tabla 3. Resumen general de las amenazas tradicionales a la seguridad global
| Amenazas tradicionales | Acepciones encontradas | |
|---|---|---|
| 1 | Guerra |
|
| 2 | Fricción internacional o controversia |
|
| 3 | Amenaza o uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado | |
| 4 | Amenazas internacionales, conflictos internacionales | |
| 5 | Ataque armado contra uno o más Estados en Europa o América del Norte | |
| 6 | Conflictos regionales | |
Fuente: Elaboración propia
Nuevas amenazas
En la Tabla 4 se presenta un total de 50 nuevas amenazas que guardan estrecha relación con la criminalidad o la delincuencia trasnacionales, dado que esta categoría es la más numerosa de las amenazas.
Ataques asimétricos a la población (AAP)
En la Tabla 5 se incluyen 30 AAP, que guardan relación con el terrorismo en todas sus formas.
Tabla 5. Resumen general de las amenazas definidas como AAP
| Nuevas amenazas (APP) | Acepciones encontradas | |
|---|---|---|
| 1 | Terrorismo |
|
| 2 | Terrorismo nuclear | |
| 3 | Ciberataques |
|
| 4 | Amenazas a la infraestructura crítica | |
| 5 | Acceso, posesión y uso de armas de destrucción en masa y sus medios vectores por terroristas |
|
| 6 | Amenaza nuclear |
|
| 7 | Guerra civil | |
| 8 | Conflictos armados |
|
|
|
||
| 9 | Violencia civil |
|
| 10 | Violencia doméstica | |
| 11 | Depuración étnica | |
| 12 | Crímenes contra la humanidad | |
| 13 | Desaparición | |
| 14 | Detención arbitraria | |
| 15 | Discriminación | |
| 16 | Ejecuciones extrajudiciales | |
| 17 | Esclavitud | |
| 18 | Genocidio | |
| 19 | Crímenes de lesa humanidad | |
| 20 | Crímenes de guerra | |
| 21 | Crimen de agresión | |
| 22 | Tortura | |
| 23 | Violencia política | |
| 24 | Minas terrestres antipersonales | |
| 25 | Atentados contra la vida y la integridad corporal, especialmente el homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles, la tortura y los suplicios | |
| 26 | Toma de rehenes | |
| 27 | Atentados contra la dignidad personal, especialmente los tratos humillantes y degradantes | |
| 28 | Condenas dictadas y ejecuciones sin previo juicio ante un tribunal legítimamente constituido, con garantías judiciales reconocidas como indispensables por los pueblos civilizados | |
| 29 | Discriminación racial (segregación racial y apartheid) | |
| 30 | Desaparición forzada | |
Fuente: Elaboración propia
Vulnerabilidades sociales y ambientales
Por último, en la Tabla 6 se presentan 14 vulnerabilidades sociales y ambientales. Es de anotar que todas ellas son la fuente por la que se establecieron los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la Agenda 2030 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2015).
Tabla 6. Resumen general de las vulnerabilidades sociales y ambientales
| Vulnerabilidades sociales y ambientales | Acepciones encontradas | |
|---|---|---|
| 1 | Pobreza extrema y exclusión social |
|
| 2 | VIH/SIDA y otras enfermedades |
|
| 3 | Otros riesgos a la salud | |
| 4 | Hambre |
|
| 5 | Deterioro del medio ambiente |
|
| 6 | Cambio climático (efecto invernadero) |
|
| 7 | Desastres naturales y de origen humano |
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| 8 | Epidemias | |
| 9 | Daño por accidente o incidente durante el transporte de materiales altamente peligrosos, incluido el petróleo, material radioactivo y desechos tóxicos | |
| 10 | Declive de la salud mental | |
| 11 | Migraciones masivas y otros desplazamientos de la población | |
| 12 | Apatridia | |
| 13 | Agotamiento de la capa de ozono | |
| 14 | Reducción de los recursos | |
Fuente: Elaboración propia
Finalmente, el resultado presentado en los cuatro grupos propuestos y definidos anteriormente en la Figura 3 arroja lo siguiente: 6 amenazas tradicionales, 50 nuevas amenazas, 30 ataques asimétricos a la población civil y 14 vulnerabilidades sociales y ambientales.
El problema ético y bioético de la dignidad respecto a las amenazas a la seguridad T1 La existencia del centenar de amenazas y vulnerabilidades presentadas en los resultados genera un cuestionamiento ético y bioético acerca de lo que representa la dignidad humana, dado que estas amenazas la comprometen seriamente. Debido a esto, corresponde preguntar a los líderes mundiales si la mención a la dignidad humana quedó inscrita solamente como un formalismo en la Carta de las Naciones Unidas o si realmente es algo que debe protegerse con toda prioridad.
Parte de los resultados de esta investigación se analizaron considerando la dignidad del ser humano como la principal categoría ética y bioética que se debe invocar frente a la violencia que representan estas amenazas y sus fines, sean políticos, económicos o religiosos. Esto implica las circunstancias actuales de la vida humana y el centenar de formas en que se puede hacer daño a un ser humano, llegando incluso a eliminarlo.
A pesar de que la palabra dignidad puede considerarse una palabra polisémica (Torralba, 2005), lo cierto es que, desde la perspectiva de la seguridad y la defensa, mantiene estrecha relación con la importancia de la vida y la libertad de los seres humanos. Así las cosas, en lo que se refiere a los derechos humanos, la dignidad es la “garantía legal que protege al individuo contra ataques a sus libertades personales, derecho a juicio justo, derecho al voto y libertad en relación con la discriminación racial, religiosa, sexual, de edad, invalidez u origen nacional” (Descriptores en Ciencias de la Salud, s.f.).
Por lo tanto, el principal objetivo global, junto con la anticipación, contención y neutralización de las amenazas a partir de un cooperativismo en seguridad a nivel regional y global, debe ser velar por la dignidad de cada uno de los seres humanos del planeta por igual, y este debe ser el norte de las decisiones por el bienestar común de todos. Respecto a la necesidad de una ética para la seguridad y la defensa actuales, cabe decir que, después de la Carta de las Naciones Unidas, no hay justificación alguna para que en el presente pervivan cien amenazas a la seguridad, tanto amenazas tradicionales, nuevas amenazas, ataques asimétricos a la población y vulnerabilidades sociales y ambientales.
En la Figura 4 se presenta una nube de palabras elaborada a través de la plataforma Atlas.ti, que permite dimensionar gráficamente tanto la cantidad de amenazas que circulan en el planeta, como las que son mayormente mencionadas en las fuentes documentales. Sin acciones claras para anticiparlas, contenerlas y neutralizarlas, todas estas amenazas seguirán constituyendo el mayor error que podamos cometer contra nosotros mismos.
De acuerdo con las fuentes consultadas, las cuatro palabras que más se repiten, en su orden, son “tráfico”, “terrorismo”, “armas” y “violencia”. Claramente, estas cuatro palabras están en la órbita de la cotidianidad a nivel global, lo cual da cuenta de la correspondencia de las fuentes consultadas con las preocupaciones del planeta en términos de amenazas y otros desafíos. De igual manera, la cantidad de veces en que se repiten duplica o triplica las veces en que se repiten las palabras “nuclear”, “drogas”, “ilícito”, “guerra”, “mujeres”, “niñas”, “sexual”, entre otras. Esto da cuenta también del incremento de nuevas amenazas y de la creciente atención a desafíos relacionados con ataques asimétricos a la población y vulnerabilidades sociales y ambientales.
Conclusiones
Dado que la OEA en el 2003 y la ONU en 2004 no definieron en su momento el término amenaza, pero sí lo aplicaron desde entonces, esta investigación se apoyó en expertos sobre el tema y presentó las definiciones de lo que es y representan hoy por hoy las amenazas a la seguridad global, la vida y la supervivencia del planeta. En este sentido, la amenaza, entendida como un anuncio de que algo con contenido de riesgo o peligro va a suceder, y materializada por el propio ser humano, es la fuente para entender, desde un principio, a qué se enfrenta el mundo contemporáneo.
La situación vivida el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York prendió las alarmas de nuevas situaciones adversas a la seguridad que surgían mientras las grandes potencias pensaban todavía en la seguridad nacional tras la caída del Muro de Berlín sobre la base de sus llamados intereses nacionales. Así, respecto a las amenazas a la seguridad global en el siglo actual, exploradas por esta investigación en 25 fuentes, se obtuvo como resultado 100 amenazas y vulnerabilidades que afectan directamente la seguridad global, debido a su impacto en muchas partes alrededor del mundo. Entre estas, el terrorismo aparece como la amenaza mayoritariamente nombrada en las fuentes, seguida de la delincuencia organizada trasnacional, la trata de personas, el tráfico ilegal de armas, el problema mundial de las drogas, las ciberamenazas, la producción de armas bacteriológicas y tóxicas, así como la corrupción.
Para organizar dicho centenar de amenazas encontradas en las fuentes supranacionales, se recurrió a un formato que permitiera hacer una categorización y distinción de las amenazas y vulnerabilidades, a fin de entender y dar mayor claridad, no solo de su evolución, sino también de cómo se han dado las respuestas en segundad y defensa en las últimas décadas después de la caída del Muro de Berlín, cuando se detectó la aceleración y evolución de las amenazas y vulnerabilidades en seguridad.
El diagnóstico presentado en este artículo se basó en una estructura de cuatro grandes grupos: las amenazas tradicionales relacionadas con la guerra, que ha acompañado al ser humano a lo largo de la historia; las nuevas amenazas, que guardan estrecha relación con la delincuencia organizada transnacional; los ataques asimétricos a la población como el terrorismo, y finalmente las vulnerabilidades sociales y ambientales, que se evidencian en la pobreza extrema, el hambre y las afectaciones por el cambio climático y los desastres naturales. Previamente se tuvieron en cuenta algunas consideraciones a la hora de realizar este modelo, como el enfoque hermenéutico analógico para el análisis documental, que permitió ver desde esa óptica cada una de las amenazas, así como el libre derecho de cada país a determinar, definir y contener sus propias amenazas y vulnerabilidades, entre otras más, y ajustar su estrategia de seguridad nacional, que en mayor o menor medida debe beneficiar el entorno mundial de seguridad.
Finalmente, cabe reiterar que lo que está en riesgo bajo estas amenazas es la dignidad humana. No solo la de los afectados por cualquiera de las amenazas, sino la de todos por igual. La proliferación de armas nucleares, el terrorismo extremo y la multiplicidad de amenazas de carácter trasnacional impactan la vida de todos. Se trata de un problema ético y bioético por el cual se deben tomar medidas inmediatas.
