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CES Medicina Veterinaria y Zootecnia

On-line version ISSN 1900-9607

Ces. Med. Vet. Zootec. vol.12 no.1 Medellín Jan./Apr. 2017

 

Editorial

Producción de alimentos de origen animal y cambio climático

Juan Fernando Naranjo1 

1 Editorialista invitado, Colombia


Según la Organización Meteorológica Mundial el 2016 fue el año más caluroso del que se tenga registro. De acuerdo con el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Chance, por sus siglas en inglés), desde la era industrial la temperatura promedio de la tierra ha aumentado 1 °C. La comunidad científica internacional concuerda en que el calentamiento global observado desde 1750, es causado por las emisiones de gases efecto invernadero generadas por distintas actividades humanas; y que dicho cambio ha ocasionado impactos en sistemas humanos y naturales en todo el mundo. De continuar con la tendencia de emisiones, la temperatura promedio global aumentará en más de 4 °C y como consecuencia la probabilidad de impactos climáticos severos e irreversibles, entre otros, la pérdida de ecosistemas, inseguridad alimentaria e inundaciones.

El cambio climático es considerado como una importante variación estadística en el estado medio del clima o en su variabilidad, que persiste durante un período prolongado (normalmente decenios o incluso más); es por esto que plantea riesgos para la sociedad, la infraestructura y los ecosistemas que varían entre regiones, según los diversos factores climáticos que se presenten. El cambio climático más que un reto de corto plazo es una realidad para los sectores y los territorios, de carácter creciente, razón por la cual resulta pertinente la formulación de medidas de adaptación a corto, mediano y largo plazo.

Para el 2050, se prevé que la población mundial aumentará y alcanzará casi los 9700 millones de personas y por lo tanto la demanda global de productos pecuarios, particularmente leche y carne bovina, se duplicará; se espera que las producciones futuras tengan en cuenta los efectos ambientales negativos ocasionados por este sector. La agricultura y la vida rural tienen una relación compleja y de doble vía con el cambio climático, puesto que la agricultura se considera parte del problema y a la vez parte de la solución.

Según datos oficiales, se estima que el sector ganadero a nivel mundial es responsable del 14,5% de las emisiones de gases de efecto de invernadero (GEI), del 37% de las emisiones de metano (CH4) y del 65% de las emisiones de óxido nitroso (N2O). En Colombia por ejemplo, la agricultura se considera como uno de los principales sectores emisores de GEI contribuyendo con el 26% de las emisiones, donde actividades ganaderas como la fermentación entérica de los bovinos y la renovación de cultivos permanentes contribuyen con el 31% y 30%, respectivamente.

Ante la alta proporción de GEI que aporta la ganadería en el contexto nacional, es necesario establecer estrategias productivas que permitan aumentar la productividad y disminuir las emisiones de GEI, y de este modo contribuir al logro de la meta de reducción de emisiones nacionales, que para el 2030 se propone sean del 20% de las emisiones actuales.

Bajo estas premisas y condiciones, enfoques como los que propone la FAO y su programa de Agricultura Climáticamente Inteligente que promueve estrategias de Intensificación Sostenible, implementado el concepto de crecimiento verde el cual recientemente viene apareciendo en las distintas esferas académicas y políticas regionales e internacionales; aunque su conceptualización sigue siendo objeto de debate, ha involucrado a la ganadería por obvias razones.

Según el Banco Mundial el desarrollo del sector agropecuario tiene un papel fundamental en la reducción de la pobreza y el mejoramiento de la calidad de vida de las personas. El crecimiento del sector agropecuario ha sido de 2 a 4 veces más efectivo en reducir la pobreza que el crecimiento proveniente de otros sectores de la economía. Por lo tanto, los recursos financieros y las investigaciones e innovaciones enfocadas en la agricultura representan inversiones vitales para los países en desarrollo.

La agricultura es uno de los sectores con un rol crítico en lo que concierne al cambio climático, por ser uno de los sectores más vulnerables a los impactos del cambio climático y por su gran potencial de mitigación. Esta situación se ve reflejada en el proceso de construcción de planes nacionales de acción, tanto para la adaptación como para la mitigación. No obstante, aún existen muchos desafíos que se deben abordar desde estos dos puntos de vista, entre ellos, el acceso a financiamiento para la construcción y puesta en marcha de dichos planes de acción, el acceso a tecnologías y el desarrollo de capacidades en los países para que puedan ser implementados.

Las buenas prácticas ganaderas que incluyen el manejo adecuado de suelos, pastos, suplementos, animales, maquinaria, personal y tecnologías asociadas, representan formas seguras de incrementar la productividad y reducir los impactos ambientales de la ganadería, porque a pesar de que la ganadería es considerada por muchos como la principal fuente responsable del cambio climático global, también se sustenta que es la actividad productiva que mayor potencial de mitigación representa en el mundo.

La intensificación sostenible no solamente incrementa la productividad de los sistemas tropicales basados en forrajes, sino que también reduce la huella ecológica de la producción pecuaria y genera una diversidad de servicios ecosistémicos como el mejoramiento de la calidad del suelo, la reducción de la erosión y la sedimentación, y la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Básicamente los enfoques que deben implementarse deben fundamentarse en desarrollar estrategias de intensificación productiva sostenible y responsabilidad ambiental a través de herramientas que permitan demostrar que en el trópico los forrajes mejorados pueden llevar a la intensificación sostenible de sistemas de producción mixta que integran forrajes/ganadería y cultivos o árboles, produciendo un sinnúmero de beneficios sociales, económicos y ambientales. Y será muy importante la ciencia y la academia si consigue documentar y divulgar tecnologías y desarrollos emprendidos por diferentes empresas del sector que contribuyen con el mejoramiento de los sistemas de producción sin detrimento del medio ambiente.

Referencias

1. FAO. 2017. The future of food and agriculture - Trends and challenges. Rome. 180p. [ Links ]

2. IDEAM, PNUD, MADS, DNP, CANCILLERÍA. 2016. Inventario nacional y departamental de Gases Efecto Invernadero - Colombia. Tercera Comunicación Nacional de Cambio Climático. IDEAM, PNUD, MADS, DNP, CANCILLERÍA, FMAM. Bogotá D.C., Colombia. [ Links ]

3. Makkar, HPS. Smart livestock feeding strategies for harvesting triple gain - the desired outcomes in planet, people and profit dimensions: a developing country perspective. Animal Production Science, 2016, 56, 519-534. [ Links ]

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