Introducción
Las especies de Haemonchus que afectan a los rumiantes pueden causar anemia severa capaz de ocasionar la muerte, especialmente en terneros. Tradicionalmente, los pequeños rumiantes se han considerado los hospedadores naturales del H. contortus, mientras que los bovinos lo son para el H. placei. Estudios experimentales con infecciones establecidas de larvas con la especie H. contortus, han demostrado que el número de larvas capaces de instaurarse y llegar a completar el ciclo es mucho menor en bovinos que en ovinos (7,16 vs 28,8%); por ello se considera a los bovinos mucho más resistentes para dicha especie de Haemonchus que los pequeños rumiantes 13. Sin embargo, ambas especies de Haemonchus (contortus y placei) son igual de patógenas en terneros por presentar tasas de infección similares de alrededor del 7% 8,9, y existen reportes que implican al H. contortus en casos de mortalidad en terneros 15,23.
Por ser quizás ésta la especie de trichostongylidos donde mayor resistencia está descrita a la mayoría de antiparasitarios 10,16, es importante poder llegar a la diferenciación de especies en exámenes coprológicos. Con respecto a la situación de parasitosis gastrointestinales en la ganadería colombiana, apenas se han hecho estudios epidemiológicos. Un estudio descriptivo reciente en 29 fincas y 1003 bovinos del norte de Antioquia, mostró una prevalencia general de trychostrongilidos del 31,6%. En terneros menores de un año la prevalencia fue de 45,1%, de los cuales 39,1% presentaba carga parasitaria baja (1-200 HPG), 3,4% carga moderada (201-700 HPG) y 2,6% carga alta (mayor a 700 HPG) 6.
Las prácticas corrientes de usar antihelmínticos periódicamente como medida preventiva y con base a supuestos beneficios en la producción animal han producido una presión de selección hacia la resistencia de los parásitos gastrointestinales a la mayoría de antiparasitarios comerciales. En particular, en al menos cinco granjas de pequeños rumiantes de Antioquia, estudios recientes in vivo e in vitro han demostrado que la mayoría de antihelmínticos comerciales han perdido toda su eficacia frente a Haemonchus contortus5. En bovinos, aunque la situación no es tan alarmante, el número de reportes de menor eficacia a la mayoría de antihelmínticos va en aumento en muchos países 4,10,12.
Recientemente, las compañías farmacéuticas y con el objetivo de preservar la eficacia de sus productos, ya incluyen en los insertos de antihelmínticos la recomendación de no tratar todo el lote de animales, sino hacerlo selectivamente a individuos que más se pueden beneficiar del tratamiento. Sin embargo, no se ha establecido un buen parámetro diagnóstico que permita establecer cuáles son los umbrales de infección por parásitos gastrointestinales que justifiquen el tratamiento con antihelmínticos. Por ejemplo, para el caso de Ostertagia ostertagi, modelos matemáticos que han valorado varios criterios de selección, muestran que la ganancia diaria de peso es el mejor parámetro, seguido por el conteo de huevos en materia fecal y los niveles de pepsinógeno plasmáticos 3.
Aunque el conteo de huevos por gramo de heces (HPG) ha sido el parámetro más usado en la mayoría de estudios, no se correlacionan bien con la carga parasitaria y un animal con gastroenteritis parasitaria puede estar eliminando desde varios cientos hasta miles de HPG. De igual manera, tampoco se han establecido umbrales de HPG que produzcan perdidas subclínicas por reducción en la ganancia de peso 26, si bien en un estudio experimental reciente se observó que terneros con cargas moderadas entre 200-700 HPG y que no produjeron alteraciones hematológicas ni clínicas, sí tenían menor ganancia de peso que en los animales no infectados 8,9. A pesar de no existir evidencias claras para establecer umbrales de HPG, varios autores han establecido niveles arbitrarios para clasificar el grado de infecciones mixtas por trichostrongylidos en: leves (<200 HPG), moderadas (200-700 HPG) y altas (>700 HPG) 20,22.
El objetivo de este estudio es el de dar a conocer un caso de haemonchosis en bovino, que suele pasar desapercibida en el trópico colombiano y que, como se describe, puede llegar a causar la muerte en terneros. También se hace hincapié en la importancia de realizar las pruebas de reducción de recuento de número de huevos en materia fecal posterior a los tratamientos con antihelmínticos para valorar la eficacia y resistencia que puede existir a los productos comerciales antiparasitarios.
Evaluación del paciente
Anamnesis
Una ternera de 7 meses de edad y 123 kg de peso, nacida y criada en una finca del municipio de Yarumal (Antioquia, Colombia) murió con una historia de caquexia, condición corporal 1 de 5; con mucosas oral, nasal y ocular pálidas sin tiempo de llenado capilar; el animal llevaba 7 días con signos de debilidad y postración a pesar de mantener el apetito. Pertenecía a un grupo de cien terneros de levante en potreros con poca cobertura a base de pasto estrella (Cynodon plectostachyus) y que no recibían suplementos adicionales. La condición corporal de los animales en general era muy mala por falta de pasto y el 80% de los animales presentaban una condición corporal de 2 - 2,5 en una escala de 5.
La granja estaba dedicada a la cría y levante (de 6 meses a 1 año de vida) de ganado bovino razas Brahman rojo y Simmental. Se encontraba dividida en 42 potreros, de los cuales 24 recibían abono (porquinaza), mientras que los 18 restantes no recibían ningún tipo de fertilización. La mortalidad anual reportada es de 2% en la etapa de levante. El único plan sanitario de la finca era la vacunación contra la Fiebre Aftosa.
Hallazgos al examen clínico
El día de la muerte, el animal amaneció en decúbito lateral con palidez extrema de membranas mucosas y murió en las horas de la tarde (Figura 1). Seis horas antes, se obtuvo una muestra de sangre y se realizó un hemograma completo (Tabla 1). Al examen clínico, presentaba temperatura corporal de 36 ºC, una frecuencia respiratoria de 40/ min, y una frecuencia cardiaca de 160/ min.
Ayudas diagnósticas
Los resultados del hemograma mostraron una anemia severa de tipo normocítica y normocrómica que junto con la hipoproteinemia era sugestivo de pérdida aguda de sangre. El leucograma y parámetros de bioquímica no mostraron valores fuera del rango normal. La necropsia se realizó a los dos días de la muerte.
Hallazgos macroscópicos posmortem
No se observaron hallazgos relevantes en la mayoría de órganos examinados: pulmones, corazón, hígado, riñones, bazo, intestinos, rumen. La tráquea y bronquios contenían algo de líquido espumoso que se consideraron agonales y sin importancia en la causa de muerte. Se observó la presencia de líquido translucido subcutáneo por todo el cuerpo y especialmente a nivel submandibular. La cavidad peritoneal tenía alrededor de 1-1,5 L del mismo líquido translucido. El abomaso no mostró lesiones visibles en la mucosa, pero sí cientos de nematodos de unos 3 cm de longitud repletos de sangre (Figura 1b). En dos tubos vacutainers que se llenaron con unos 10 mL de líquido abomasal, posteriormente se contabilizaron 49 nematodos adultos de Haemonchus spp.
Histopatología
Debido a que la ternera llevaba casi dos días muerta, no se pudieron evaluar las lesiones a nivel abomasal por autolisis avanzada de la mucosa. Tampoco se pudieron determinar lesiones por el estado avanzado de autolisis en otros órganos, incluidos: corazón, pulmón, hígado, riñones, y bazo.
Parasitología
Morfológicamente los especímenes adultos de Haemonchus spp son difíciles de distinguir entre las especies de H. placei y H. contortus. El examen coprológíco por McMaster de tres cámaras 24 cuantificó 19.000 HPG de heces de trichostrongylidos en el ternero necropsiado, valor muy por encima al de cualquier otro ternero muestreado en esta explotación ganadera y aparentemente sano (Tabla 2). El coprocultivo para identificación de larvas 3 de un pool de heces en los terneros muestreados identificó un 70, 20 y 10% de larvas de Haemonchus spp., Cooperia spp, y otras especies de trichostrongylidos, respectivamente (Figura 2). En los frotis de sangre no se observaron estructuras compatibles con hemoparásitos.
*Valores de medianas con distinto superíndice en la misma fila son significativamente distintos (P<0,05). Prueba no paramétrica de Wilcoxon para muestras emparejadas.
** %Reducción=1-((Σ(día 14 HPG)÷ Σ(día 0 HPG))*100
Enfoque del tratamiento
Evaluación del tratamiento con albendazol
Posteriormente al diagnóstico de haemonchosis, se administraron 10 mg/kg PO de albendazol (Sinthelmin ®, albendazol 15%) al resto de terneros/as de levante de menos de 1 año de edad y con un rango de peso entre 130-200 kg. A 17 de los animales tratados se les tomaron muestras fecales directamente del recto el día 0 antes de la administración del antihelmíntico, y a los 14 días postratamiento. A 9 de los 17 animales se les administró una segunda dosis a las 24 horas tras la primera dosis, con objeto de comparar la eficacia de 1 sola dosis (como recomienda el inserto del producto) o dos dosis, basados en estudios que muestran la importancia de prolongar el período de exposición a los benzimidazoles por más de 24 horas para así aumentar la eficacia frente a trichostrongilidos, y en particular el H. contortus2,21,17.
Cada grupo tratado con 1 y 2 dosis se analizó por separado. Los datos de los recuentos de huevos en materia fecal no mostraron una distribución normal a pesar de usar una transformación logarítmica (log x +1). Por tanto, el conteo de HPG se comparó entre el día 0 y 14 mediante una prueba no paramétrica de Wilcoxon para muestras apareadas. Por su parte, las diferencias obtenidas para cada grupo entre los días 0 y 14 se compararon entre sí mediante una prueba no paramétrica de Mann-Whitney.
El tratamiento con albendazol mostró que redujo las cargas parasitarias en todos los animales sin observarse diferencias significativas entre el grupo tratado con una sola dosis o dos dosis (Tabla 2). No obstante, en la mitad de los animales tratados, los niveles no desaparecieron totalmente y pasaron de ser cargas moderadas (200-700 HPG) o altas (>700 HPG) a cargas bajas entre 16-100 HPG.
Discusión
Los hallazgos clínicos y posmortem de este caso indican que la haemonchosis fue la causante de la anemia y consiguiente muerte del animal. Sin embargo, la pobre condición corporal de la ternera (1 de 5) por malnutrición es muy probable que disminuyera su capacidad de resistir la infección (Figura 1a). Estudios de hace varias décadas ya demostraron que tanto la resiliencia (p.e., capacidad de resistir la infección) como la resistencia (p.e., capacidad de prevenir y repeler la infección) a infecciones parasitarias en rumiantes aumenta con el estado nutricional del animal, y en especial con el aporte de proteínas 25.
Terneros experimentalmente infectados con 50.000 larvas de H. placei y que recibían dietas ricas en proteínas (469 g proteína cruda/animal) eran capaces de disminuir las cargas parasitarias de parásitos adultos en abomaso en hasta la mitad en comparación con los que recibían una dieta más baja en proteínas11. Más recientemente, un estudio epidemiológico en granjas bovinas reportó que en aquellas que aportaban suplementos alimenticios tenían menor riesgo de presentar muertes por Haemonchus que las que no lo hacían; además la mortalidad aumentaba a medida que lo hacía el recuento de huevos de trichostrongylidos en materia fecal 23. En dicho estudio también se observó que la infección por H. placei aumentaba la morbilidad y mortalidad causada en casos de co-infecciones con otros patógenos como la Theileria parva23.
Los exámenes coprológicos en el resto de terneros muestreados revelaron que 5 de 17 (29%) estaba entre 200-700 HPG, una carga considerada como de niveles moderados. Otros 5 de 17 tenían cargas por encima de 700 HPG, considerada como altas, y el resto (7 de 17) tenían menos de 200 HPG 20,22. Si bien no existe consenso en el umbral que justifica tratamiento, actualmente las recomendaciones de la mayoría de expertos y las propias compañías farmacéuticas es la de no realizar tratamientos colectivos, y si seleccionar aquellos animales que más se beneficien del tratamiento 3,19. Estos obviamente incluyen aquellos que tengan signos clínicos compatibles con gastroenteritis parasitaria: diarrea, menor ganancia o pérdida de peso, pelo hirsuto áspero, anorexia, y mala condición corporal 26. Aparte de los signos señalados y según la literatura consultada, no hay otros criterios objetivos que indiquen cuál sería el recuento de huevos en materia fecal que justifique un tratamiento, lo que sí está demostrado es que cuanto más frecuente se traten los animales más rápido aparece la resistencia a cualquier producto antiparasitario.
Varios autores han usado umbrales de alrededor de 200 HPG como factor de riesgo que aumenta el porcentaje de animales con parasitosis clínica y lo proponen como criterio a la hora de tomar o no la decisión de tratar el animal, si bien la recomendación era para terneros de menos de 6 meses de edad 19. Valores de <200 HGP es el que utilizan también otros autores a la hora de catalogar una infección como leve 20,22. Considerando el problema de resistencia creciente, quizás sería un umbral que podría recomendarse en fincas bovinas como la aquí estudiada. En 7 de los 17 terneros muestreados, los valores estaban por debajo de los 200 HPG, y en 5 animales estaban por encima de los 700 HPG, que ya se deberían considerar como cargas altas.
Por tanto, si el estudio no hubiese sido para valorar la eficacia del albendazol, lo recomendable hubiese sido realizar tratamientos selectivos en solo 10 de los animales que superaban el valor de 200 HPG, a menos que los otros mostrasen signos compatibles con parasitosis gastrointestinales.
De acuerdo a la “World Association for the Advancement of Veterinary Parasitology” (WAAVP), la detección de resistencia a antihelmínticos en bovinos debe hacerse en al menos 15 animales con conteos mínimos de 100 HPG 7. Si la media aritmética de reducción al cabo de dos semanas está ≥95%, entonces no se considera que exista resistencia al antiparasitario. En este estudio, el albendazol resultó eficaz tanto con 1 o 2 dosis en reducir la media aritmética de HPG en un 95%, lo que sería compatible con la ausencia de resistencia. Quizás el hecho de que no hubiese resistencia explique que la eficacia fuese similar. Existen estudios que han investigado como aumentar la eficacia de los benzimidazoles frente a parásitos resistentes, incluido el H. contortus1,2. En uno de ellos se observó que cuando el fenbendazol se administraba conjuntamente al piperonilbutoxido, se producía una mayor biodisponibilidad (p.e., cantidad relativa del fármaco capaz de llegar y permanecer en circulación sistémica) del antiparasitario, y eso se traducía en una mayor reducción de Ostertagia circumcincta y H. contortus en pequeños rumiantes 2. Otros métodos para aumentar la duración del tiempo que los parásitos están expuestos al antiparasitario es por medio de reducir la velocidad de paso a través del tracto digestivo 1,18. De hecho, se ha visto que la administración directamente en el rumen es mejor que cuando se inyecta en el abomaso, ya que se aumenta la biodisponibilidad al actuar el rumen como reservorio del fármaco 14. Por ejemplo, en un estudio en ovejas en el que se redujo el flujo de salida del rumen por medio de ayuno administrando menos alimento, no solo se aumentó al doble el tiempo de retención y absorción del oxfenbendazol en sangre, sino que además se obtuvo una mayor eficacia (94 vs 61%) en la reducción de H. contortus1.
En conclusión, este caso muestra que la haemonchosis debería ser incluida en los diagnósticos diferenciales de terneros anémicos del trópico colombiano alto, y que este tipo de infecciones por lo general suelen ser asintomáticas, pero pueden llegar a ser fatales en animales con mala condición corporal o que presenten otras condiciones que reduzcan su resistencia frente a infecciones parasitarias. Por otra parte, el muestreo en animales congéneres mostró cargas parasitarias moderadas y elevadas que respondieron bien al tratamiento con albendazol, y que era recomendable con base al estado nutricional que presentaban.