Poco abría que escatimar en las cuestiones ambientales. El compromiso con éste, que es tanto un compromiso con las demás especies como con la especie humana, puede venir de tantas rutas como sea posible. Algunos conservan, reciclan, tienen grandes habilidades con los residuos sólidos. Otros pelean, combaten, entierran en el asfalto, camino a un bosque, sus miembros inferiores, justamente para no permitir el paso de los tractores que devastaran un bosque. Otros escriben, modifican con las palabras y las ideas esta ya vencida razón tecnológica. Otros, en su vida cotidiana, equilibran las cargas del consumo proyectadas por los mass media y entonces es así como en sus alimentos no entra, por decisión propia, ni los animales ni nada que tenga que ver con el maltrato de especies hermanas; cambian así el leguaje, las costumbres, la cotidianidad. La palabra carne se suspende para volverla viva, la palabra piel reemplaza lentamente el término de muerte que apela al "cuero". Otros, se diría mucho más comprometidos, no consumen ni siquiera derivados de la Soja puesto que, además de estar comprometidos con la causa animal, comprenden que las grandes extensiones de tierra, sus propietarios y las redes del mercado generadas por su producción implican pobreza y desplazamiento de grandes poblaciones, además de un profundo desequilibrio social. Pero el compromiso ambiental está también en el combate por la humanidad, por la especie, por las aberrantes relaciones de dominación que causan muertes diariamente, sea de hambre, sea de guerra, sea de humillación. Las imágenes son escalofriantes. La obesidad mórbida en los países del norte, auspiciada por la ganadería intensiva, el maltrato animal y las modificaciones genéticas a las que se ven sometidas todas y cada una de las especies que se consumen por el humano. Pero al otro lado, la desnutrición mórbida en los países del sur, quienes dada su miseria se convierten en los humanos más sostenibles. Comen aquello que en los mercados ya no se vende, las frutas a medio podrir, las hortalizas ya dañadas por el día. El compromiso por el medio ambiente es un compromiso por la vida en el planeta, provenga de donde provenga. No es pues, como lo quieren mostrar gobiernos, ideologías y teorías, una moda que se viste de verde y esconde mayores problemas estructurales. Bienvenida cada una de las manifestaciones que se asientan en pos del planeta. Bienvenidas las siguientes páginas que, a partir de la escritura, de la investigación cualitativa y cuantitativa, de la sociología, de la biología, intentan seguir con el eco que nos habla de esta crisis civilizatoria en la que estamos sumergidos.

Natalia Agudelo Sepúlveda
Profesional en Filosofía
Mg Estudios Latinoamericanos