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Luna Azul

versión impresa ISSN 1909-2474

Luna Azul  no.39 Manizales jul./dic. 2014

 

CONFLICTOS TERRITORIALES Y PATRIMONIALES EN "EL PESEBRE DE ORO DE COLOMBIA"1

TERRITORIAL AND PATRIMONIAL CONFLICTS IN MARMATO "THE GOLD MANGER IN COLOMBIA"

 

Carolina Arias Hurtado2

1 Artículo derivado de investigación (Arias, 2013)

2 Administradora Ambiental de la Universidad Tecnológica de Pereira (Colombia). Magíster en Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial de la Universidad Mayor de San Simón (Bolivia). Joven Investigadora del "Grupo de Investigación Gestión en Cultura y Educación Ambiental" de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Tecnológica de Pereira. Pereira, Colombia. lcarias@utp.edu.co

Recibido el 06 de marzo de 2013 y aprobado el 22 de enero de 2014, , actualizado el 11 junio de 2014

RESUMEN

El artículo presenta los resultados de la investigación realizada durante los dos últimos años: "¿Neo-extractivismo o desarrollo local? Conflictos territoriales y patrimoniales en el pueblo minero de Marmato (Colombia)"3, que tuvo como objetivo analizar los conflictos en torno al manejo del territorio y el patrimonio entre la visión de desarrollo neo-extractivista promovida por agentes transnacionales-gubernamentales frente a la visión de desarrollo local de los agentes comunitarios. Para tal efecto, se tuvo como referentes teóricos los conceptos y procesos sociales de "territorio", "cultura", "patrimonio" y "desarrollo" como un derecho social; y como enfoque metodológico la "teoría de los campos" de Pierre Bourdieu, que propone un modelo analítico a partir de dos momentos: momento diacrónico u objetividad del primer orden y momento sincrónico u objetividad del segundo orden.

Para legitimar la visión de desarrollo neo-extractivista los agentes transnacionales y gubernamentales han elaborado y puesto en práctica diversos discursos y estrategias conservadoras en torno a la illusio o idea de que el crecimiento económico y el desarrollo sostenible solo puede ser efectuado por capital privado y transnacional. No obstante, los agentes comunitarios también han generado discursos y estrategias de resistencia desde abajo en defensa del territorio, el patrimonio cultural y la visión de desarrollo local basada en la minería tradicional, con el apoyo de diversos sectores sociales. Pero los conflictos territoriales y patrimoniales además de enfrentar dos visiones de desarrollo, están enfrentado a diferentes agentes sociales, dotados con capitales e intereses diversos, quienes compiten por la forma legítima de autoridad específica para conservar o transformar el orden actual en Marmato.

Finalmente, se sugiere que los conflictos territoriales y patrimoniales en torno al desarrollo podrían constituirse en un campo, de acuerdo con los postulados del sociólogo francés Pierre Bourdieu, con características del campo político.

PALABRAS CLAVE

Conflictos, neo-extractivismo, desarrollo local, Marmato.

ABSTRACT

This paper shows the results of a two years investigation named "Neo-extractivism or local development? Territorial and patrimonial conflicts in the minning town of Marmato (Colombia)", which had the objective of analyzing conflicts related to territory and patrimony management between the neo-extractivist development viewpoint promoted by transnational-governmental agents and the local development viewpoint promoted by community agents. For this end, concepts and social processes of "territory", "culture", "patrimony",and "development" as a social right were taken as theoretical referents. As methodological approach Pierre Bordieu's "field theory" that proposes an analytical model from two moments: diachronic moment or objectivity of first-order, and synchronic moment or objectivity of second-order was used.

To legitimate the neo-extractivist development viewpoint, the transnational-governmental agents have developed and implemented different speeches and conservative strategies around the illusion or idea that economic development and sustainable development only can be led by private and transnational capital. However, community agents have also developed speeches and resistance strategies from the people in defense of their territory, cultural heritage and local development viewpoint based on traditional mining with the support of different social sectors. But territorial and patrimonial conflicts in addition to facing two visons of development are facing different social agents with different capitals and interests, who compete for the legal authority to preserve or transform the current order in Marmato.

Finally, it is suggested that territorial and patrimonial disputes around development, could be established, according to the postulates of the French sociologist Pierre Bordieu, as a field with the characteristics of a political field.

KEY WORDS

Conflicts, neo-extractivism, local development, Marmato.


INTRODUCCIÓN

Marmato:
"Aquel pueblo minero de abrupto panorama
anclado en la inmensa cañada y circundado por ásperos cerros;
allí el conjunto del caserío ofrece la curiosa apariencia
de un enorme pesebre de Navidad"
(Gregorio Sánchez, La bruja de las minas, 1947)

América Latina ha enfrentado durante las últimas décadas los rigores del modelo de desarrollo neo-extractivista ligado al control, explotación y exportación del patrimonio natural a través de los megaproyectos transnacionales, con el consecuente incremento de las brechas y desigualdades sociales existentes, así como de las asimetrías económicas: "Doce de los veinticinco Estados más dependientes de minerales del mundo fueron clasificados por el Banco Mundial como 'países pobres altamente endeudados'" (Carrere, 2004, p.19).

Frente a este panorama el caso colombiano no es una excepción, aunque presenta algunas particularidades asociadas con la importancia del país para la proyección de los intereses norteamericanos en la región, la persistencia del conflicto armado y social, los rasgos autoritarios de los sucesivos gobiernos para dar curso a la implementación de dicho modelo, entre otros factores. En consecuencia, los megaproyectos transnacionales mineros han sido declarados como la principal "locomotora de desarrollo" en Colombia.

Es así como en el contexto del Eje Cafetero colombiano, declarado "Paisaje Cultural Cafetero - Patrimonio de la humanidad", 11 municipios integran los distritos mineros para el desarrollo de megaproyectos transnacionales (UPME, 2005). Entre dichos distritos se encuentra el municipio de Marmato (Caldas), conocido también como "El pesebre de oro de Colombia" (ver Figura 2), donde sus habitantes han practicado la minería tradicional de oro, base de la historia, la cultura, el patrimonio y la economía; por tanto, de la visión de desarrollo local.

Pero el oro que se encuentra entre las montañas del municipio, explotado por los marmateños de manera tradicional de acuerdo con su visión de desarrollo local, hoy se constituye en un "recurso" de interés para el desarrollo de un megaproyecto de minería a cielo abierto liderado por la transnacional Gran Colombia Gold Corp., con el apoyo del gobierno colombiano.

No obstante, el modelo de desarrollo neo-extractivista y el interés por el control de minerales estratégicos como el oro ha creado condiciones para que los agentes comunitarios generen procesos de resistencia cultural, como los organizados en la Asociación de Mineros Tradicionales de Marmato y el Comité Cívico Prodefensa de Marmato, con el apoyo de diversos sectores sociales de Colombia y el mundo que actúan como grupos de presión.

Procesos de resistencia en defensa del territorio, el patrimonio cultural y la visión de desarrollo local en torno a la minería tradicional:

[…] desde el sentido de pertenencia a partir de las lecturas que se contraponen a la lógica dominante y que refieren al territorio como una totalidad a la cual los sujetos pertenecen, en las que la tierra no es solo un recurso sino que se traduce en un ámbito de relación donde tierra y humano se funden. (Sturich y Kuntek, 2008, p.12)

En suma, la implementación del modelo de desarrollo neo-extractivista y la defensa del modelo de desarrollo local se constituyen en los factores integrantes de los conflictos territoriales y patrimoniales en el municipio de Marmato entre agentes transnacionales y gubernamentales frente a agentes comunitarios y grupos de presión, para quienes los conceptos y procesos sociales de "territorio", "cultura", "patrimonio" y "desarrollo" son diametralmente opuestos.

En este contexto surgió la siguiente pregunta que orientó el proceso de investigación: ¿Por qué en el municipio de Marmato (Colombia) se están generando conflictos territoriales y patrimoniales entre la visión de desarrollo neo-extractivista frente a la visión de desarrollo local? Para tal efecto se identificaron los discursos y estrategias, por un lado, de los agentes transnacionales y gubernamentales para legitimar su visión de desarrollo neo-extractivista y el megaproyecto minero (primer objetivo); y, por otro lado, de los agentes comunitarios para legitimar su visión de desarrollo local y defensa de la minería tradicional (segundo objetivo). Por último, se construyó el espacio social de los conflictos territoriales y patrimoniales en el territorio de estudio (tercer objetivo).

En virtud de lo anterior, la investigación "¿Neo-extractivismo o desarrollo local? Conflictos territoriales y patrimoniales en el pueblo minero de Marmato (Colombia)" tuvo como referentes teóricos los conceptos y procesos sociales de "territorio", "cultura", "patrimonio" y "desarrollo" como un derecho social; y como enfoque metodológico la "teoría de los campos" que exigió emplear técnicas de investigación cualitativas, cuantitativas y mixtas.

El territorio, como construcción social y dimensión espacio-temporal, integra espacios geográficos o configuraciones territoriales (Santos, 2000) y espacios sociales o sistemas de diferencias y posiciones de los agentes sociales (Bourdieu, 1990). Por tanto, es el escenario de procesos de continua producción y transformación desde la representación y la acción o desde el habitus y la cultura (Giménez, 2005). De acuerdo con Lefebvre (1974), el territorio es además objeto de dimensiones simbólicas y un escenario de intereses y confrontaciones ideológicas. Por esta razón, el territorio es fuente y objetivo de conflictos en las nuevas geopolíticas mundiales que ponen en contacto no solo lo local y lo global sino también las relaciones de poder (Santos, 2000).

Por lo tanto, la cultura y el patrimonio, como concepción del mundo y conjunto de significados que subyacen a las prácticas sociales, deben situarse siempre en un territorio y no pueden pensarse "haciendo abstracción de las relaciones de poder que atraviesan esas prácticas" (Hopenhayn, 2005, p.5); pues en torno a la cultura y el patrimonio de territorios como Marmato se libran conflictos decisivos en el actual contexto de la globalización. Conflictos que transforman expresiones culturales sobre las cuales tradicionalmente se ha construido el desarrollo como discurso geopolítico y régimen de representación, responsable de colonizar y moldear ineluctablemente toda concepción de la realidad y la acción social desde la segunda mitad del siglo XX (Escobar, 1998).

Es así como la cultura y el patrimonio empiezan a redefinir su papel frente al desarrollo "de una manera más activa, variada y compleja […] Ya la cultura no es lo valiosamente accesorio, el 'cadáver exquisito' que se agrega a los temas duros del desarrollo" (Rey, 2009, p.2). No son un medio para el desarrollo sino un fin "que no será realizado sino a condición de modificar radicalmente el modelo de 'desarrollo' basado en la lógica del mercado" (Rist, 1999, p.19).

De esta manera, en contextos como el municipio de Marmato no se puede eludir el papel que desempeña la cultura y el patrimonio en las relaciones hegemónicas y contra-hegemónicas (entre lo global y local), al estar socialmente condicionados y al constituir un factor condicionante que influye sobre las dimensiones económicas, políticas, sociales y ecológicas; por ende, en los conflictos territoriales y patrimoniales.

En este sentido, teniendo como premisa que deben ser los conflictos territoriales particulares requisitos ineludibles para orientar las elecciones metodológicas más pertinentes, la investigación tuvo como enfoque metodológico la teoría de los campos del sociólogo francés Pierre Bourdieu4, que exigió emplear técnicas de investigación cualitativas, cuantitativas y mixtas.

Para la aprehensión diacrónica y sincrónica del mundo social y las relaciones de poder Bourdieu desarrolla la categoría de campo, como un conjunto de relaciones objetivas e históricas entre posiciones dominadas y dominantes ancladas a ciertas formas de poder (o capital) (Bourdieu y Wacquant, 2008); como un espacio de luchas simbólicas donde se despliegan estrategias de conservación y subversión "que oponen a los agentes en cuanto al sentido del mundo social y de su posición en ese mundo, de su identidad social" (Bourdieu, 1990, p.290).

De acuerdo con Vázquez (2002, p.129): "Bourdieu caracteriza los campos como filtros, como 'prismas' que refractan, según su estructura propia, tanto los acontecimientos de la historia política y social como lo relacionado con la posición de los agentes en el espacio de las clases y las fracciones de clases", gracias a los recursos o capitales acumulados por dichos agentes a lo largo del tiempo. De este modo, la estructura del campo es un estado de las relaciones de fuerzas entre agentes que intervienen en la lucha por un recurso específico que es el fundamento del poder o de la autoridad característica de dicho campo (Bourdieu, 1990).

Es necesario precisar que el análisis desde la teoría de los campos se fundamenta en la teoría de los capitales o recursos objeto de luchas que dinamizan el mundo social, como:

[…] trabajo acumulado (en su forma materializada o en su forma 'incorporada', encarnada) que, de resultar apropiado de forma privada, es decir, exclusiva, por agentes o grupos de agentes, los habilita para apropiarse de la energía social bajo la forma de trabajo reificado o viviente. (Bourdieu, 1986, p.241)

Pero también son disposiciones incorporadas en forma de habitus, como instancia mediadora entre las estructuras objetivas y la conciencia subjetiva, adquiridos social e históricamente como una realidad colectiva que existe en forma individualizada como cultura interiorizada (Vázquez, 2002).

De esta manera, existen cuatro formas capital que generan, de acuerdo a su posesión o no, una distinción jerárquica en el espacio social entre los diferentes agentes sociales: El capital cultural, el capital económico, el capital social y el capital simbólico. Asociada con las cuatro formas de capital, la teoría de los campos apela por la categoría de agentes sociales y clases sociales y fracciones de clase. En lugar de las categorías de actor social, propio de tendencias funcionalistas, o de sujetos sociales, pertenecientes a versiones fenomenológicas y comprensivas de los estudios socioculturales, la teoría de los campos prefiere hablar de agentes sociales quienes constituyen sus acciones a partir de sus habitus (Cubillos, 2012).

Por su parte, la clase social, como una "clase sobre el papel", está constituida por el:

[…] conjunto de agentes que se encuentran situados en unas condiciones de existencia homogéneas que imponen unos condicionamientos homogéneos y producen unos sistemas de disposiciones homogéneas, apropiadas para engendrar unas prácticas semejantes, y que poseen un conjunto de propiedades comunes, propiedades objetivadas, a veces garantizadas jurídicamente (como la posesión de bienes o de poderes) o incorporadas, como los habitus de clase (y, en particular, los sistemas de esquemas clasificadores). (Bourdieu, 1999, p.100)

Los esquemas generadores de habitus permiten a los agentes construir el mundo social de un modo distinto según la clase, como una "clase sobre el papel", pero a su vez son el resultado de la incorporación de las propias estructuras sociales y sus divisiones que pueden ser de dos tipos: la primera, ubicada en la división del trabajo separa a dominantes y a dominados; la segunda, asentada en la división del trabajo de dominación enfrenta a los ricos en poder material (capital económico) y los ricos en poder espiritual (capital cultural). En este marco, las diferencias objetivas de posición, "clases sobre el papel", se traducen en diferencias de disposición, en luchas por imponer sistemas de clasificación, por hacer surgir identidades políticamente activas, "clases reales" (Vázquez, 2002).

De acuerdo con lo expuesto, la investigación se realizó a partir de los dos momentos propuestos por el enfoque metodológico de la teoría de los campos, en coherencia con los objetivos específicos:

En el primer momento –diacrónico– se analizó estructuralmente la posición del mundo social frente al campo del poder, a partir de la identificación de los discursos y estrategias, por un lado, de los agentes transnacionales y gubernamentales para legitimar su visión de desarrollo neo-extractivista y el megaproyecto minero (primer objetivo); y, por otro lado, de los agentes comunitarios para legitimar su visión de desarrollo local y defensa de la minería tradicional (segundo objetivo).

En el segundo momento –sincrónico– se analizó relacionalmente las posiciones, tomas de posición y relaciones de poder entre los agentes sociales y las fracciones de clase, a partir de la construcción del espacio social de los conflictos territoriales y patrimoniales (tercer objetivo).

NEO-EXTRACTIVISMO: AGENTES TRANSNACIONALES Y GUBERNAMENTALES

Para legitimar la visión de desarrollo neo-extractivista y el megaproyecto de minería a cielo abierto en Marmato los agentes transnacionales, representados actualmente por la Gran Colombia Gold Corp.5, y los agentes gubernamentales desde el contexto nacional hasta el municipal, han elaborado y puesto en práctica diversos discursos y estrategias en torno a la illusio6 o idea de que el crecimiento económico y el desarrollo sostenible en el municipio solo puede ser efectuado por capital privado y transnacional.

Los discursos de estos agentes sociales, "como formaciones simbólicas diseñadas alrededor de ideales políticos […] que ocupan una posición hegemónica en los sistemas de poder" (Peet, 2002 citado por Sánchez, 2008, p.10), han estado directamente asociados con los discursos ideológicos sobre el territorio, la planificación y el desarrollo promovidos con el Consenso de Washington por las instituciones financieras y las agencias internacionales de desarrollo. De esta manera, se "delegó" al sector privado y transnacional la generación de crecimiento económico en nuestro continente sobre la base del neo-extractivismo, en el marco de una nueva geopolítica mundial en la cual países como Colombia son fundamentales, no solo por su estratégica ubicación sino también por los rasgos autoritarios de los sucesivos gobiernos para dar curso a la implementación de dicho modelo de desarrollo.

En este sentido, los discursos de los agentes transnacionales y gubernamentales para legitimar la visión de desarrollo y el megaproyecto minero en el municipio de Marmato se han materializado en la siguiente normatividad e instrumentos de política, como condicionamientos estructurales y mecanismos de reproducción social (Bourdieu y Wacquant, 2008) desde la última década del siglo XX:

• Proyecto Mesoamérica para la Integración y el Desarrollo y Proyecto de Integración de la Infraestructura Regional Suramericana –IIRSA–. Han promovido la modernización de la infraestructura en América Latina, incluyendo los megaproyectos transnacionales, y determinado la agenda pública de Colombia en los últimos años.
• Planes Nacionales de Desarrollo, cobrando especial relevancia en los tres últimos períodos de gobierno con los Planes "Hacia un Estado Comunitario" (2002-2006), "Estado Comunitario Desarrollo para Todos" (2006-2010) y "Prosperidad para todos" (2010-2014). Han trabajado en procura de establecer un gobierno de "tercera vía", implementado políticas de competitividad bajo el liderazgo del sector privado y transnacional como los únicos agentes "con alto potencial de impulsar el crecimiento económico del país en los próximos años […] en una economía emergente y atractiva para la inversión […] bajo los principios del desarrollo sostenible" (DNP, 2010, p.16). Asimismo, han reducido considerablemente la inversión social por parte del Estado y declarado a la gran minería como la principal "locomotora" de desarrollo.
• Políticas nacionales para el sector minero, tales como el Documento CONPES 2898 "Estrategias para el Fortalecimiento del Sector Minero Colombiano", la Ley 685 de 2001 o Código Minero y "Colombia País Minero - Plan Nacional para el Desarrollo Minero Visión al año 2019". A través de estas políticas el Estado ha incentivado en forma eficaz y contundente la inversión privada, con prelación del capital transnacional, desconociendo la configuración histórica y cultural del territorio colombiano donde prevalece la minería tradicional, ahora declarada como minería ilegal; negando el derecho de las comunidades a la consulta previa e informada; contraponiendo los intereses del sector de la gran minería a las necesidades de ordenamiento territorial del país; entre otros aspectos.
• Políticas nacionales de competitividad como "Visión Colombia II Centenario 2019" y "Agenda Interna para la Productividad y Competitividad". Las cuales determinaron que "la iniciativa privada es la única fuerza capaz de generar y fomentar el desarrollo minero del país" (DNP, 2005, p.15).
• Políticas nacionales en materia de seguridad como el "Plan Colombia" y la "Política de Defensa y Seguridad Democrática". Han tenido como objetivos garantizar la confianza de inversionistas privados y transnacionales en el sector minero.
• Instrumentos regionales como el "Distrito Minero de Marmato", la "Agenda Interna para la Productividad y Competitividad de Caldas" y el Plan Departamental de Desarrollo 2008-2011 "Para hacer de Caldas nuestra mejor empresa". Han estado orientados a la consolidación del sector minero con prioridad para inversionistas privados y han fortalecido la idea de que las comunidades mineras tradicionales son in-competitivas para los intereses del sector y la nación.
• Instrumentos municipales como el Plan municipal de Desarrollo 2012-2015 "Marmato hacia la prosperidad integral" y los Esquemas Básicos de Ordenamiento Territorial para el municipio de Marmato. Han servido de plataforma para promover la inversión transnacional en contravía de los intereses de la comunidad.

De este modo, como lo plantea Guimarães (1994, p.46): "El recetario continúa obedeciendo a la farmacopea neoliberal, y sigue incluyendo los programas de ajuste estructural, de reducción del gasto público y de mayor apertura en relación al comercio y a las inversiones extranjeras". Para tal efecto, los discursos de los agentes transnacionales y gubernamentales se justifican desde el discurso de la sostenibilidad que:

[…] busca inscribir las políticas […] en las vías de ajuste que aportaría la economía neoliberal a la solución de los procesos de degradación ambiental y al uso racional de los recursos ambientales; al mismo tiempo, responde a la necesidad de legitimar a la economía de mercado, que en su movimiento inercial resiste el estallido que le está predestinado por su propia ingravidez mecanicista […] Estas estrategias de capitalización de la naturaleza han penetrado el discurso oficial de las políticas y de sus instrumentos legales y normativos. (Leff, 2008, p.110)

Por su parte las estrategias, como líneas de acción objetivamente orientadas que conforman patrones coherentes y socialmente inteligibles, han servido a los agentes transnacionales y gubernamentales para salvaguardar o mejorar su posición e imponer principios de jerarquización más favorables para su visión de desarrollo (Bourdieu y Wacquant, 2008) y el megaproyecto minero en el municipio de Marmato.

De este modo, las estrategias desplegadas por los agentes transnacionales y gubernamentales han operado desde diferentes ámbitos y contextos, como a continuación se observa:

• La creación de "mantos de legitimidad" mediante los cuales las transnacionales se presentan como sectores promotores del desarrollo sostenible y la responsabilidad ambiental empresarial, a partir de códigos de comportamiento avalados por la banca multilateral y otras instituciones que hacen de juez y parte.
• La intervención del gobierno canadiense en la políticas del sector minero del país, como es el caso del Canadian International Development Agency –CIDA–, el Canadian Energy Research Institute –CERI– y el International Resources Investment Corporation –IRIC–, encargados de adecuar las leyes colombianas a los intereses de las transnacionales.
• El despliegue mediático durante la última década promovido y financiado por las transnacionales y el gobierno colombiano en torno al panorama minero del país que quieren presentar.
• La manipulación de la situación real de riesgo del centro histórico de Marmato para justificar el destierro tanto de la comunidad como de los mineros tradicionales y dar paso al establecimiento del megaproyecto de minería a cielo abierto; lo cual ha estado acompañado del uso de la violencia simbólica legítima por parte del gobierno nacional para decretar la situación de calamidad pública en varias ocasiones.
La presentación del traslado del centro histórico de Marmato como algo inminente a través de un gran despliegue mediático a nivel nacional; paralelamente, el uso del capital económico de la transnacional para intimidar a mineros y habitantes al ofrecer cuantiosas sumas de dinero por las minas y las viviendas, así como algunos empleos para las actividades adelantadas en la fase de exploración del megaproyecto.
• El desconocimiento de la declaratoria de Marmato como Monumento Histórico Nacional realizada en el año 1982 y los estudios realizados por el Ministerio de Cultura con base en dicha declaratoria.
• El desconocimiento del derecho a la consulta previa e informada de la comunidad de Marmato, integrada por población indígena, afrodescendiente y mestiza.
• Las actuales labores de exploración por parte de la Gran Colombia Gold Corp. que han implicado perforaciones desde la zona baja hacia la zona alta, lo cual podría ocasionar que el centro histórico de Marmato, ubicado en la zona alta, pueda quedar parado sobre un abismo subterráneo y crear un desastre geológico para manejarlo mediáticamente.
• La contratación de funcionarios públicos por parte de la Gran Colombia Gold Corp., entre los cuales se encuentra un exministro de Minas, quien participó en la elaboración de la normatividad del sector minero durante los últimos años.
• La manipulación de la información real acerca del megaproyecto de minería a cielo abierto de la Gran Colombia Gold Corp., el cual implicaría no solo el traslado del centro histórico sino la desaparición del municipio de Marmato.

En consecuencia, parafraseando a Bourdieu y Wacquant (2008), los agentes transnacionales han trabajado para orientar los discursos ideológicos sobre el territorio así como los discursos técnicos de la planificación y el desarrollo materializados en la normatividad y los instrumentos de política del sector minero en Colombia, apelando a estrategias de coaliciones y vínculos con otros agentes burocráticos cuya preferencia por un determinado tipo de medida comparten, y confrontando a otras entidades y organizaciones con recursos e intereses propios.

De este modo, "los intereses de la nobleza de Estado pueden solaparse con los de los poderes privados, asociados al capital económico o político. En este caso el Estado se convierte en un instrumento de los dominantes" (Vázquez, 2002, p.164); o como lo plantea Cubillos (2006), las estrategias de los agentes sociales eficientes, en este caso de la transnacional Gran Colombia Gold Corp. y de los agentes gubernamentales, están obrando como estrategias conservadoras para legitimar la visión de desarrollo neo-extractivista y el megaproyecto de minería a cielo abierto en el municipio de Marmato.

En el marco de la globalización económica, los discursos y estrategias de apropiación del patrimonio natural y de los territorios "han transferido sus efectos de poder al discurso de la sostenibilidad. Ante la imposibilidad de asimilar sus propuestas críticas, la política del desarrollo sostenible va desactivando, diluyendo y pervirtiendo el concepto de ambiente" (Leff, 1996, p.154), así como el concepto de cultura. La narrativa generada en torno al modelo de desarrollo neo-extractivista y los megaproyectos transnacionales es, ante todo, un discurso justificador de los agentes transnacionales y gubernamentales.

No obstante, es una paradoja:

[…] como el concepto y las propuestas de desarrollo sostenible surgen en un momento en que se declara el triunfo de la lógica del mercado sobre el Estado y la planificación gubernamental, en circunstancias en que la mantención del stock de recursos y de la calidad de vida requiere de un mercado regulado y de una visión de largo plazo. (Guimarães, 1994, p.51)

En consecuencia, la illusio de que el crecimiento económico y el desarrollo sostenible en el municipio de Marmato solo puede ser liderado por el sector privado y transnacional a través del megaproyecto minero "se inscribe así en una 'política de representación', que constituye identidades para asimilarlas a una lógica, a una razón, a una estrategia de poder para la apropiación de la naturaleza como medio de producción" (Leff, 1996, p.25).

DESARROLLO LOCAL: AGENTES COMUNITARIOS

"Ellos llegaron diciendo:
'Ahora sí llegó el progreso y el desarrollo para Marmato,
lo que nunca han tenido, ahorita si lo va a haber'.
Pero uno se pregunta: ¿Cuál es el desarrollo?
¿Cuál es el progreso si tienen que desaparecer el pueblo?"

(Mario Tangarife, Entrevista, 2012)

En el marco de la globalización y el modelo de desarrollo neo-extractivista imperante han surgido procesos organizativos constituidos por los agentes comunitarios afectados por los megaproyectos transnacionales en defensa de las visiones de desarrollo local, con la participación de diversos sectores sociales, erigidos en movimientos sociales transnacionales hacia la "globalización desde abajo" (CIDSE y ALAI, 2009) y en verdaderos territorios de resistencia.

Los agentes comunitarios afectados, con el apoyo de diversos sectores sociales, han desafiado y dibujado nuevas fronteras de lo político mediante el cuestionamiento de la legitimidad del modelo de desarrollo imperante y el funcionamiento aparentemente normal y natural de sus efectos sobre la sociedad (Escobar, Álvarez y Dagnino (2001). De este modo, en Colombia, como en otros países de América Latina, actualmente se vive un momento de fuertes protestas de comunidades locales y movimientos sociales quienes se sienten gravemente amenazados por el modelo de desarrollo neo-extractivista y los megaproyectos transnacionales que dejan a las comunidades y sus territorios vulnerados en sus derechos y arrasados sus patrimonios biológicos, culturales políticos y sociales (CINEP, 2012).

Además, si bien es cierto que en muchos territorios de Colombia la lógica del conflicto armado y de los agentes transnacionales y gubernamentales imposibilita cualquier acción social para generar procesos de desarrollo autónomo, muchos agentes comunitarios afectados por la lógica neo-extractivista siguen encontrando discursos y estrategias alternativas para exigir la protección de sus derechos cuyo reconocimiento está consagrado en la Constitución Política de Colombia; en la Declaración Universal de los Derechos Humanos; en el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales; entre otros (Vélez, Idárraga y Muñoz, 2010). El Espectador (2012) reveló que solamente durante el año 2012 hubo cerca de 64 acciones sociales contra megaproyectos transnacionales mineros en Colombia, desde marchas, reclamos, paros cívicos, bloqueos de vías y huelgas de hambre. En el 57% de los casos las protestas estuvieron relacionadas con la extracción de petróleo, en un 19% con la de oro, en un 18% con la del carbón y en un 6% con la de otros minerales.

De esta manera, en el municipio de Marmato la producción de discursos y estrategias por parte de los agentes gubernamentales y transnacionales no ha sido un proceso unilateral; por el contrario, ha creado condiciones para que los agentes comunitarios generen discursos y estrategias de resistencia desde abajo en defensa del territorio, el patrimonio cultural y la visión de desarrollo local basada en la minería tradicional, con el apoyo de diversos sectores sociales de Colombia y el mundo que actúan como grupos de presión: "Marmato, un pesebre de oro anclado en una de las montañas del departamento de Caldas, es un ícono de la resistencia de un pueblo sometido desde hace 400 años a la más cruel explotación de su riqueza" (Lizcano, 2012, párr. 1).

Se trata de discursos inevitablemente atados al territorio y el patrimonio, orientados a dar nuevas definiciones del poder en el contexto de condiciones históricas particulares, desafiando y transformando las culturales políticas dominantes; y estrategias de descolonización mediante las cuales los agentes comunitarios han aprendido a usar los instrumentos de la modernidad sin perder su visión del mundo o de cartografías de resistencia como propone Mohanty (Mohanty, 1991 citado por Escobar, 1998).

El territorio para un marmateño significa todo, su historia, sus ancestros, su trabajo, su vida. Significa todo y aquí hay sentido de pertenencia por este pueblo porque aquí está nuestro pasado, nuestro trabajo. El territorio lo representa todo para nosotros, es nuestro patrimonio […] Por eso ese proyecto a cielo abierto no es posible porque de un tajo acabaría con la historia de uno de los pueblos más antiguos del país, con la cultura, con sus tradiciones. (Yamil Amar, Entrevista, 2013)

El territorio es como la ropa que nosotros tenemos, son los colores que utilizamos, es el lugar donde nosotros nacimos, vivimos y queremos morir. Es la cultura, es nuestra gente […] El territorio es la vida, sin territorio no hay vida […] Como el territorio, la minería tradicional significa todo para nosotros, es Colombia, es su gente, es el futuro de un país; ha sido el pasado, es el presente y será el futuro […] La minería es la mayor fuente de riqueza que tenemos, de manera que si dejamos que se acabe, que no la arrebaten, el país va a quedar completamente pobre […] Por eso nuestra posición y nuestra misión es defender la minería tradicional y el territorio a capa y espada. El reto de nosotros es tratar de mantener la tradición aquí en Marmato, tratar de que la minería siga siendo minería de subsistencia, siga siendo una minería para los marmateños y las generaciones futuras, porque esa es la herencia que nos han dejado nuestro abuelos y nuestros padres. (Mario Tangarife, Entrevista, 2013)

En Marmato estos discursos y estrategias contemplan un proceso de afirmación cultural desde la búsqueda de la identidad, la autonomía y el derecho a decidir sobre sus propias perspectivas de desarrollo: una lucha contra la dominación social y cultural.

Por tanto, los discursos de los agentes comunitarios de Marmato, organizados en el Comité Cívico Prodefensa de Marmato y la Asociación de Mineros Tradicionales de Marmato, son discursos inevitablemente atados al patrimonio y el territorio, orientados a dar nuevas definiciones del poder en el contexto de condiciones históricas particulares y desafiando las culturales políticas dominantes.

Discursos locales en torno a la defensa del territorio, el patrimonio cultural y el desarrollo local basado en la minería tradicional, que se articulan con demandas globales frente a:

• La justicia social.
• La protección de las culturas y el territorio.
• La defensa del agua y la conservación de la naturaleza.
• La autodeterminación en los procesos de desarrollo local
• La soberanía nacional como una de las primeras y más necesarias medidas para hacer frente al poder del capital transnacional.

De este modo, las estrategias de los agentes comunitarios de Marmato, como estrategias de subversión frente al poder hegemónico transnacional y gubernamental, han implicado:

• La articulación con otras organizaciones y movimientos sociales, ambientalistas, políticos y académicos en el contexto departamental, nacional e internacional.
• La defensa de sus derechos por vías legales.
• La apropiación de diferentes escenarios y espacios para divulgar y denunciar el conflicto territorial y patrimonial.
• La realización de acciones de resistencia civil y protesta social que trascienden el ámbito local.

Como lo plantea la Defensoría del Pueblo (2010), en las regiones colombianas donde se realizan o realizarán megaproyectos transnacionales extractivos, las protestas sociales dan cuenta de demandas de las comunidades rurales en defensa de sus tradiciones y prácticas históricas, culturales y económicas, así como de sus territorios.

De esta manera, para los agentes transnacionales y gubernamentales imponer su visión de desarrollo neo-extractivista y el megaproyecto minero en el municipio de Marmato, ha sido necesario confrontar un movimiento social que desde lo tradicional tiene una relación con lo moderno, desde lo local tienen propuestas de desarrollo basadas en la afirmación de la cultura y la autonomía sobre su territorio, frente a la lógica cultural dominante tienen su visión propia y esta tiene una historia.

El modelo de desarrollo neo-extractivista y el megaproyecto minero está generando posibilidades "para desarrollar la 'cultura propia' a través de mecanismos de resistencia que puedan arraigar en espacios propios o que, incluso, trasciendan el ámbito territorial vinculando las reivindicaciones de carácter local con dinámicas más amplias" (Mac Gregor, 1999, p.116); lo cual está refrendando en los discursos y estrategias de los agentes comunitarios de Marmato para resistir y subvertir el poder hegemónico del capital transnacional.

En este escenario, surge la reafirmación de la comunidad, la democracia local y la ciudadanía activa, "en la medida en que la consideran la única respuesta políticamente relevante al predominio de la 'razón instrumental' y de la burocratización e instrumentalización de nuestro mundo vital" (Zizek, 1998, p.26). Se trata entonces de luchas culturales por la construcción de discursos y estrategias de resistencia desde abajo, dando paso a la creación de un movimiento social marmateño.

Por lo tanto, la crisis del modelo de desarrollo promovido por los poderes hegemónicos, como una crisis de civilización (Leff, 2008), y las crecientes voces de resistencia que piden el desmonte de dicho modelo, impone repensar la acción colectiva de los agentes comunitarios y los movimientos sociales como el de Marmato, quienes no solo luchan por bienes y servicios, sino por la definición misma de la vida y el territorio.

ESPACIO SOCIAL DE LOS CONFLICTOS TERRITORIALES Y PATRIMONIALES EN MARMATO

"¿Quién dijo que vamos a vender la montaña,
quién dijo que la historia tiene precio,
quién dijo que la cultura marmateña es negociable,
quién dijo que la identidad de este pueblo se puede feriar por unos pocos pesos,
quién dijo que los sentimientos no cuentan,
quién dijo que el marmateño no merece respeto,
quién dijo que somos sumisos,
quién dijo que no vamos a luchar por nuestro territorio,
quién dijo que puede más la plata que la voz de un pueblo?
Marmateño nuestros ideales no serán pisoteados por extraños,
nuestros tesoros no serán saqueados,
y nuestros sueños jamás serán negociados.
¡Marmato tú no tienes precio!"

(Bernardo Álvarez, Director Casa de la Cultura de Marmato)

Los conflictos territoriales y patrimoniales en el municipio de Marmato además de enfrentar dos visiones de desarrollo opuestas –la visión de desarrollo neo-extractivista frente a la visión de desarrollo local–, están enfrentado a diferentes agentes sociales (organizaciones sociales, instituciones, academia y sector privado-transnacional), quienes dotados con capitales e intereses diversos compiten por la forma legítima de autoridad específica para conservar o transformar el orden actual en el espacio social.

De este modo, el espacio social, como una construcción analítica creada por el investigador, es un "un sistema de diferencias sociales jerarquizadas en función de un sistema de legitimidades socialmente establecidas y reconocidas en un momento determinado" (Giménez, 1997, p.13). Por tanto, el espacio social de los conflictos territoriales y patrimoniales en el municipio de Marmato posee una historia, pues los agentes sociales situados en dicho espacio están desigualmente equipados de capitales, acumulados a lo largo del tiempo y combinados entre sí en distintas proporciones, ubicándolos en trayectorias sociales dispares (Vázquez, 2002).

En virtud de lo anterior, para la construcción del espacio social de los conflictos territoriales y patrimoniales en el municipio de Marmato fue necesario identificar tanto los agentes sociales como las especies de capital y sus respectivas propiedades específicas. La identificación de los agentes sociales (ver Tabla 1) se efectuó considerando la siguiente premisa de Pierre Bourdieu (2000, p.15):

Se reconoce la presencia o la existencia de un agente dentro de un campo por el hecho de que transforma el estado del campo (o que cambian muchas cosas si lo retiramos) […] En todo campo está la cuestión de los límites del campo, de la pertenencia o de la no-pertenencia al campo.

Es importante precisar que el análisis de cada uno de los 16 agentes sociales seleccionados se efectuó a partir de lo que Pierre Bourdieu (2003) denomina "individuos eficientes" (y a través de ellos organizaciones sociales, instituciones, academia y sector privado-transnacional); es decir, aquellos individuos con suficiente peso para orientar efectivamente la dinámica del espacio social, a quienes en el marco de la presente investigación denominamos "individuos representativos".

Para establecer la lista de individuos representativos (ver Tabla 2) se procedió por tanteos sucesivos, "aplicando no sólo los criterios basados en la reputación que se desprende del análisis de las conversaciones y de los relatos publicados, sino criterios institucionales, como la ocupación de posiciones de poder reconocidas" (Bourdieu, 2003, p.128).

A partir del análisis relacional de los 16 agentes sociales –a través de los individuos representativos– y las especies de capital, se tomó como base la labor metodológica utilizada por Pierre Bourdieu para la realización de un análisis de correspondencias múltiples que permitió la construcción de un "modelo" de las posiciones de los agentes sociales en el espacio social de los conflictos territoriales y patrimoniales en el municipio de Marmato (ver Figura 5).

Asimismo, el análisis de correspondencias permitió identificar las diferencias primarias del espacio social, las cuales distinguen las grandes fracciones de clases de condiciones de existencia, encontrando "su principio en el volumen global del capital como conjunto de recursos y poderes efectivamente utilizables, capital económico, capital cultural, y también capital social" (Bourdieu, 1999, p.113). De este modo, el análisis citado nos permitió recomponer las cinco fracciones de clases sociales constituyentes del espacio social de los conflictos territoriales y patrimoniales en el municipio de Marmato (agentes transnacionales, alta función pública, grupo de presión, agentes institucionales ajenos a la alta función pública y agentes locales) (Ver Figura 5), como un espacio de diferencias de los habitus de clase, "como forma incorporada de la condición de clase y de los condicionamientos que esta condición impone" (Bourdieu, 1999, p.99).

De este modo, en la primera posición, CUADRANTE A, se ubican los que hemos designado como agentes transnacionales en alianza con la alta función pública, es decir, la Gran Colombia Gold Corp. y la Asociación del Sector de la Minería a Gran Escala, por un lado; y la Presidencia de la República y el Ministerio de Minas, por el otro.

Estas fracciones de clases configuran un bloque de poder hegemónico, unidos por solidaridades de enseñanza y de cuerpo, con un capital de competencia específico asociado a su formación académica y su trayectoria burocrática, cuyos habitus están impregnados de todos los presupuestos heredados de la inmersión en la economía neoliberal e investidos de poderes para imponer su visión de desarrollo neo-extractivista y el megaproyecto minero mediante estrategias ortodoxas o conservadoras, las cuales representan los intereses de los agentes sociales eficientes.

Por su parte, en la segunda posición, CUADRANTE B, se ubican los que hemos designado como grupo de presión –en oposición a los agentes sociales del CUADRANTE A y en alianza con los del CUADRANTE D–, constituido por agentes sociales muy heterogéneos (Colombia Support Network, Confederación Nacional de Mineros de Colombia, asesor académico independiente, partido político Polo Democrático Alternativo, Centro de Estudios Mineros Colombia Punto Medio, Contraloría General de la República y Red Colombiana Frente a la Gran Minería Transnacional).

Esta fracción de clase, aunque no detenta el mayor capital económico del espacio social, tiene un peso significativo por su capital cultural y social, pues posee una competencia específica asociada a su formación académica, se encuentra unida por alianzas de intereses y afinidades de habitus y ha intervenido para imponer sus intereses o los de sus representados en defensa del territorio y la minería tradicional mediante estrategias de subversión, estableciendo así tensiones en el espacio social.

En la tercera posición, CUADRANTE C –subordinado al bloque de poder hegemónico del CUADRANTE A–, se ubican los que hemos designado como agentes institucionales ajenos a la alta función pública, en este caso la Alcaldía de Marmato y la Gobernación de Caldas. Esta fracción de clase comparte el hecho de poseer los volúmenes más bajos de capital en todo el espacio social, carecer de títulos académicos exclusivos que poseen los altos funcionarios y percibir la minería como la más rentable actividad económica del municipio de Marmato.

Finalmente en la cuarta posición, CUADRANTE D –en oposición a los agentes sociales del CUADRANTE A y en alianza con los del CUADRANTE B–, con la estructura más baja de capital económico pero con una de las más altas de capital cultural e imprescindibles para el funcionamiento del espacio social al cual le proporcionan su justificación simbólica, se ubican los que hemos designado como la fracción de clase de los agentes locales. Es decir, la Asociación de Mineros Tradicionales de Marmato, el Comité Cívico Prodefensa de Marmato y el Sindicato de la Gran Colombia Gold Corp. en Marmato; cuyos habitus se encuentran estructurados por la minería, como el principal patrimonio del territorio.

De este modo, las posiciones y oposiciones en el espacio social de los conflictos territoriales y patrimoniales en el municipio de Marmato, a partir de los cuatro cuadrantes y las cinco fracciones de clase analizadas, reproducen la estructura del campo del poder entre la fracción dominada y la fracción dominante, entre los poseedores y los pretendientes, entre la ortodoxia y la herejía (Bourdieu, 1999). De este modo, como lo afirma Bourdieu (1996, p.130), "agentes sociales ubicados en el espacio social tienen más propiedades en común cuanto más próximos estén en dicho espacio, y tantas menos cuanto más alejados. Las distancias espaciales –sobre el papel– coinciden con las distancias sociales".

Por tanto, habida cuenta que las fuerzas del espacio tienden a reforzar las posiciones dominantes de los agentes transnacionales y la alta función pública, ubicados en el CUADRANTE A, sería necesario preguntarnos: ¿Cómo pueden producirse auténticas transformaciones de las relaciones de fuerza en el seno del espacio social de los conflictos territoriales y patrimoniales en el municipio de Marmato?

Los que dominan el espacio social analizado –agentes transnacionales y alta función pública, "mano derecha" del Estado–, están sin duda en posición de hacerlo funcionar para su conveniencia. Para tal efecto, han elaborado y puesto en práctica diversos discursos ideológicos sobre el territorio, la planificación y el desarrollo materializados en la normatividad y los instrumentos de política desde el contexto internacional hasta el local, como condicionamientos estructurales y mecanismos de reproducción social; así como estrategias para salvaguardar o mejorar su posición e imponer principios de jerarquización más favorables (Bourdieu y Wacquant, 2008) para su visión de desarrollo y el megaproyecto minero en el municipio de Marmato.

De este modo, la Gran Colombia Gold Corp. y la Asociación del Sector de la Minería a Gran Escala, cuyas funcionarias han ocupado ambas partes del espacio social pasando del sector público al privado, han trabajado para orientar la normatividad y las políticas mineras formando coaliciones y vínculos con los agentes burocráticos de la Presidencia de la República y el Ministerio de Minas, quienes a su vez poseen el monopolio de la violencia simbólica legítima y, con esto, el poder de construir e imponer como universal y universalmente aplicable el conjunto de normas coercitivas y creencias en torno a la legitimidad implicada en sus procesos de dominación simbólica que funcionan como enunciados performativos para garantizar la eficacia del poder simbólico (Vázquez, 2002).

Asimismo, han logrado subordinar a los agentes sociales ubicados en el CUADRANTE C, Alcaldía de Marmato y Gobernación de Caldas, quienes se constituyen en los:

[…] representantes oficiales de los intereses oficialmente reconocidos que, aun tratándose precisamente de autoridades públicas regionales o locales […] quedan relegados al bando de los intereses particulares, privados, y condenados por ello a ocupar una posición subalterna respecto a quienes poseen por su condición el monopolio de la definición legítima. (Bourdieu, 2003, p.159)

Es así como los intereses particulares de la nobleza de Estado, "la mano derecha" personificada por el presidente de la República –Juan Manuel Santos– y el ministro de Minas y Energía –Federico Renjifo–, se solapan con los intereses privados asociados al capital económico y político de la Asociación del Sector de la Minería a Gran Escala y, específicamente, de la Gran Colombia Gold Corp. En este caso, "el Estado se convierte en un instrumento de los dominantes" (Vázquez, 2002, p.164).

Sin embargo, aunque este bloque hegemónico ha logrado "una apropiación preferencial de las instancias de poder en alianza con otras clases" (García Canclini, 1984, p. 72), no tiene el monopolio absoluto del poder. "Siempre deben enfrentarse a la resistencia, las pretensiones, la discrepancia, 'política' o de otro tipo, de los dominados" (Bourdieu y Waquant, 2008, p.156), en este caso de los agentes locales, quienes se están erigiendo en un movimiento social en resistencia, y del heterogéneo grupo de presión, conformado entre otros agentes por una "mano izquierda" del Estado.

Es así como este bloque de poder contrahegemónico se ha inclinado a utilizar estrategias de subversión, de herejía, de resistencia, mediante las cuales "han podido alejar el mundo burocrático del statu quo" (Bourdieu, 2003, p.192) al que parecía condenarlo el equilibrio de las fuerzas del bloque de poder del CUADRANTE A, a través de un grupo de presión legítimo, conocido y reconocido públicamente. Generándose así "una relación no convencional entre cultura y política, entre valores y poder" (García Canclini, 1984, p.75).

De este modo, "ni los representantes de los poderes públicos forman grupos homogéneos […] Están sujetos a confrontaciones, a divisiones objetivas que se manifiestan en sus confrontaciones" (Bourdieu, 2003, p.155). Por tanto, pese al respaldo que la alta función pública (Presidencia de la República y Ministerio de Minas) ha brindado a las políticas neo-extractivas en el país, la "mano izquierda" del Estado, las fuerzas partidarias de la defensa de los derechos sociales, en el seno de la institucionalidad colombiana (Contraloría General de la República), todavía son muy poderosas porque están inscritas en las instituciones como una conquista social. En este caso, "el Estado puede funcionar como un árbitro cuyas decisiones, al frenar las pretensiones de los más fuertes, puede resultar favorable para los dominados, que siempre pueden apelar a esta vocación universalista, fuente de la legitimidad del Estado" (Vázquez, 2002, p.164).

Por lo tanto, en el espacio social de los conflictos en el municipio de Marmato se observa una escisión entre una "mano izquierda" estatal, un complejo de agentes e instituciones cuyos intereses concuerdan con los intereses universales y cuyo arbitraje protege a los dominados; y una "mano derecha" que, alejándose de la definición oficial del propio Estado, se despliega a las exigencias de los dominantes, reduciendo al mínimo sus funciones sociales y convirtiéndose en un instrumento para dinamizar y flexibilizar los mercados, ampliando cada vez más su dimensión policial y penal, apoyándose en autoridades públicas regionales y locales subordinadas al poder hegemónico. En consecuencia:

[…] los campos burocráticos que componen el Estado son un lugar de luchas entre agentes e instituciones que hacen valer –porque coinciden con sus intereses– la vocación oficial y universalista del Estado, y los que pliegan sus intervenciones al reclamo de los intereses particulares. (Vázquez, 2002, p.175)

Por otra parte, apelando a la inversión de capital cultural, una parte de la eficacia de los agentes locales (Asociación de Mineros Tradicionales de Marmato, Comité Cívico Prodefensa de Marmato y Sindicato de la Gran Colombia Gold Corp. en Marmato) ha estado en el establecimiento de alianzas con agentes sociales "detentores de suficiente sentido político y de capital político para conseguir darles una expresión visible, para hacer que accedan a la percepción" (Bourdieu, 2001, p.19).

Asimismo, han puesto en común sus recursos y capitales para inventar nuevas estrategias jurídicas y mediáticas, movilizando la opinión nacional e internacional a través de los medios de comunicación y las redes establecidas con organizaciones como Colombia Support Network, la Confederación Nacional de Mineros de Colombia, el partido político Polo Democrático Alternativo, el Centro de Estudios Mineros Colombia Punto Medio y la Red Colombiana Frente a la Gran Minería Transnacional, inspirándose en los modelos de defensa de los derechos humanos. En tal sentido, "si bien el habitus tiende a reproducir las condiciones objetivas que lo engendraron, un nuevo contexto, la apertura de posibilidades históricas diferentes, permite reorganizar las disposiciones adquiridas y producir prácticas transformadoras" (García Canclini, 1984, p.73).

Además, en la lucha por la imposición de la visión legítima del mundo social, los agentes poseen un poder proporcional a su capital simbólico, es decir, al reconocimiento que reciben de un grupo (Bourdieu, 1990). En este contexto, los agentes locales del municipio de Marmato, erigidos en un movimiento social, han llegado a suscitar el interés específico de personas que están en el campo político (Bourdieu, 2001), en este caso del partido de oposición Polo Democrático Alternativo; así como de las organizaciones sociales del contexto nacional e internacional y de los agentes académicos vinculados con la institucionalidad. Como lo plantea Pierre Bourdieu:

[…] esta fuerza, es ya un poco milagroso que haya podido acceder a la existencia dentro del mundo mediático-político, y ser percibida, y ser objeto de discusiones. Porque lo propio de las víctimas de la opresión económica es ser sin voz, en todos los sentidos del término. (Bourdieu, 2001, p.19)

Es así como la construcción del espacio social de los conflictos territoriales y patrimoniales en el municipio de Marmato estableció un conocimiento de las relaciones objetivas entre las diferentes posiciones de los 16 agentes sociales analizados, así como de las relaciones establecidas por medio de los habitus de sus ocupantes entre dichas posiciones, con las tomas de posición y las relaciones de poder que participan de la realidad y el devenir del espacio social, con las cuales los agentes sociales aspiran a conservar o a modificar el orden actual.

REFLEXIONES FINALES

Por el oro que se encuentra entre sus montañas, "El pesebre de oro de Colombia" es el escenario de conflictos territoriales y patrimoniales entre dos visiones opuestas de desarrollo:

De un lado, la visión de desarrollo neo-extractivista, con una larga historia en nuestro continente agudizándose durante los últimos 50 años, a través de los megaproyectos mineros promovidos por las corporaciones transnacionales, las agencias internacionales de desarrollo y el gobierno nacional. De otro lado, la visión de desarrollo local de los agentes comunitarios, con el apoyo de diversos sectores sociales del contexto nacional e internacional, en torno a la minería tradicional base de la historia, la cultura, el patrimonio y la economía local desde los tiempos de los primeros pobladores indígenas. Para legitimar la visión de desarrollo neo-extractivista y el megaproyecto de minería a cielo abierto en este territorio, los agentes transnacionales y gubernamentales han elaborado y puesto en práctica diversos discursos y estrategias en torno a la illusio o idea de que el crecimiento económico y el desarrollo sostenible solo puede ser efectuado por capital privado y transnacional.

Los discursos de estos agentes sociales han estado directamente asociados con los discursos ideológicos sobre el territorio, la planificación y el desarrollo promovidos con el Consenso de Washington por las instituciones financieras y las agencias internacionales de desarrollo en el marco de una nueva geopolítica mundial.

En Colombia y, específicamente, en el municipio de Marmato estos discursos se han materializado con la implementación de los instrumentos normativos y de política, como condicionamientos estructurales y mecanismos de reproducción social (Bourdieu y Wacquant, 2008) desde la última década del siglo XX, los cuales han permitido delimitar con letra escrita y con ritos de institución tanto las formas de consagración como la "legitimidad" (Cubillos, 2006) del megaproyecto minero.

De igual manera, mediante diversas estrategias, que están obrando como estrategias conservadoras, los agentes transnacionales y gubernamentales han procurado salvaguardar o mejorar su posición e imponer principios de jerarquización más favorables para su visión de desarrollo (Bourdieu y Wacquant, 2008), apelando al monopolio de la violencia simbólica legítima implicada en sus procesos de dominación simbólica.

No obstante, los agentes comunitarios también han generado discursos y estrategias de resistencia desde abajo, dando paso a la creación de un movimiento social marmateño que desde lo tradicional tiene una relación con lo moderno, desde lo local tiene propuestas de desarrollo basadas en la afirmación de la cultura y la autonomía sobre su territorio, frente a la lógica cultural dominante tienen su visión propia y esta tiene una historia.

Se trata de discursos inevitablemente atados al patrimonio y el territorio, orientados a dar nuevas definiciones del poder en el contexto de condiciones históricas particulares y desafiando las culturales políticas dominantes. Discursos locales en torno a la defensa del territorio, el patrimonio cultural y el desarrollo local basado en la minería tradicional, que se articulan con demandas globales. Así como de estrategias, que están obrando como estrategias de subversión, frente al poder hegemónico transnacional y gubernamental.

Pero los conflictos territoriales y patrimoniales en el municipio de Marmato además de enfrentar dos visiones de desarrollo opuestas están enfrentado agentes sociales, dotados con capitales e intereses diversos, quienes compiten por la forma legítima de autoridad específica para conservar o transformar el orden actual: agentes sociales quienes, al encontrarse "situados en unas condiciones de existencia homogéneas que imponen unos condicionamientos homogéneos y producen unos sistemas de disposiciones homogéneos" (Bourdieu, 1999, p.99), componen cinco fracciones de clases sociales, como "clases sobre el papel".

Fracciones de clases que expresan las relaciones de poder y las estrategias para conservar o modificar el orden actual en el pueblo minero de Marmato; y reproducen la estructura del campo del poder entre la fracción dominada y la fracción dominante, entre los poseedores y los pretendientes, entre la ortodoxia y la herejía (Bourdieu, 1999) al confrontar visiones de desarrollo y concepciones frente al territorio, la cultura y el patrimonio diametralmente opuestas.

En este sentido, tras haber realizado nuestro análisis estructuralista del mundo social frente al campo del poder (momento diacrónico: objetivos específicos uno y dos), así como el análisis subjetivista o constructivista de los agentes sociales en el espacio social (momento sincrónico: objetivo específico tres), consideramos que los conflictos territoriales y patrimoniales en torno al desarrollo podrían constituirse en lo que el sociólogo francés Pierre Bourdieu denomina como campo, es decir, como un conjunto de relaciones objetivas e históricas entre posiciones dominadas y dominantes ancladas a ciertas formas de poder (Bourdieu y Wacquant, 2008); como un espacio de luchas simbólicas donde se despliegan estrategias de conservación y subversión "que oponen a los agentes en cuanto al sentido del mundo social y de su posición en ese mundo, de su identidad social" (Bourdieu, 1990, p.290).

Asimismo, el análisis de los conflictos territoriales y patrimoniales en torno al desarrollo exigen el reconocimiento, por un lado, de nuevos agentes sociales y nuevas figuras de lo político que "emergen de los modos como se movilizan los procesos de identificación al ritmo de las grandes transnacionales" (Barbero y Ochoa, 1999 citados por Hopenhayn, 2005); de otro lado, de la nueva centralidad del patrimonio y el territorio, así como de la resignificación de la política en el marco del cuestionamiento de las matrices dominantes (Dagnino, 1999 citado por Hopenhayn, 2005).

En este contexto, asumir en la investigación los conceptos y procesos sociales de "territorio", "cultura" y "patrimonio" como un derecho social, permitió comprender que en contextos como Marmato el territorio y el patrimonio no solo se encuentran en el centro de los conflictos, sino también en el centro de la renovación de la visión del desarrollo desde el reconocimiento de la cultura como trasfondo de las relaciones de poder y, por ende, del desarrollo mismo:

Sólo actuando en pro de la autonomía particular de cada campo se pueden beneficiar los intereses universales evitando así su sacrificio a la lógica del campo económico, a un laissez faire que otorga todas las ventajas a los intereses de los privilegiados. (Vázquez, 2002, p.220)

En términos metodológicos se desea resaltar la pertinencia del enfoque metodológico de la teoría de los campos que, con los límites encontrados por el lector7, se constituyó en un enfoque integral para el análisis de la problemática de investigación a partir de los dos momentos sugeridos por Bourdieu:

• Momento diacrónico u objetividad del primer orden: Análisis estructuralista del mundo social frente al campo del poder.
• Momento sincrónico u objetividad del segundo orden: Análisis relacional de las posiciones, tomas de posición y relaciones de poder entre los agentes sociales a partir de la construcción del espacio social (Bourdieu y Wacquant, 2008)

Y en un claro ejemplo de cómo los territorios son los que "imponen" las técnicas que el investigador debe utilizar y no viceversa. Al respecto es importante precisar que si bien el sociólogo francés Pierre Bourdieu consideraba a Colombia como "el laboratorio social más importante" (Moreno, 2012, párr. 2), sus estudios fueron en otros campos (la educación, el arte y la literatura, el deporte, la dominación masculina, los gustos y el consumo cultural, la vivienda, el derecho, la política y la pobreza) y se restringieron al contexto francés.

En virtud de lo anterior, tanto los referentes teóricos de la investigación como el enfoque metodológico de la teoría de los campos permitieron proponer un posible campo de estudios, el de los conflictos territoriales y patrimoniales en torno al desarrollo, que por supuesto será tarea de investigaciones posteriores refutar o desarrollar. En tal sentido, se recomienda validar los referentes teóricos de cultura, territorio, patrimonio y desarrollo, así como el enfoque metodológico de la teoría de los campos que orientaron este proceso investigativo.

Entre tanto, al momento de escribir estas últimas líneas y mientras en La Habana se "negocia" la paz y se exigen reformas estructurales al modelo de desarrollo impuesto por la "mano derecha" del Estado, las agencias internacionales de desarrollo y las corporaciones transnacionales, los marmateños –como otras comunidades rurales y urbanas del país– fortalecen sus procesos de resistencia social en defensa del territorio y la soberanía en un Paro Nacional Agrario, Minero y Popular… En un despertar territorial de Colombia…

AGRADECIMIENTOS

A COLCIENCIAS y a la Universidad Tecnológica de Pereira, instituciones que financiaron la investigación en el marco de las Convocatorias "Joven Investigador" 2011 y 2012. Al M.Sc. Arq. Humberto Solares, profesor de la Maestría en Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial de la Universidad Mayor de San Simón (Bolivia) y director de la investigación. Al Ph.D. León Felipe Cubillos Quintero, profesor de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Tecnológica de Pereira y asesor académico. Al Ph.D. Carlos Eduardo López Castaño, director del Grupo de Investigación Gestión en Cultura y Educación Ambiental de la Facultad citada.


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Fuentes secundarias

Mario Tangarife. (14 de Junio de 2012). Entrevista realizada a Mario Tangarife. Presidente de la Asociación de Mineros Tradicionales de Marmato. (Carolina Arias Hurtado, Entrevistador).

________. (24 de Junio de 2013). Entrevista realizada a Mario Tangarife. Presidente de la Asociación de Mineros Tradicionales de Marmato. (Carolina Arias Hurtado, Entrevistador).

Yamil Amar. (25 de Junio de 2013). Entrevista realizada a Yamil Amar. Presidente del Comité Cívico Prodefensa de Marmato. (Carolina Arias Hurtado, Entrevistador).

3 Como trabajo de grado de la Maestría en Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial de la Universidad Mayor de San Simón (Bolivia), realizado en el marco de las Convocatorias "Joven Investigador" 2011 y 2012 de COLCIENCIAS (Arias, 2013)

4 La sociología de Pierre Bourdieu, como "una sociología del conocimiento o de las formas culturales es en sí misma una sociología política, esto es, una sociología del poder simbólico […] Toda la obra de Bourdieu puede interpretarse como una antropología materialista de la contribución específica que diversas formas de violencia simbólica hacen a la reproducción y transformación de las estructuras de dominación" (Bourdieu y Wacquant, 2008, p. 23).

5 Durante las últimas dos décadas en el municipio de Marmato se han establecido cuatro transnacionales: Gran Colombia Resource Inc. (1995 a 1997); Conquistador Mines Ltd. a través de su filial colombiana Corona Goldfields S.A. (1996 a 2000); Colombia Goldfields Ltd. a través de su filial en Colombia la Empresa Minera de Caldas (2005 a 2009); Medoro Resource Ltd. (2010) que se fusionó con la Gran Colombia Gold (2011) para dar origen a la transnacional Gran Colombia Gold Corp. (Arias, 2013)

6 En la teoría de los campos la illusio, es decir, la creencia en la validez y legitimidad del "estado de las cosas" (Bourdieu y Wacquant, 2008), es una forma específica de interés a la que convoca un campo particular en el cual cada agente tiene una intención y un objetivo definido (Cubillos, 2006); y como construcción histórica solo puede conocerse mediante el análisis histórico.

7 En particular, porque la formación académica de la investigadora no es en el campo de la sociología.

Para citar este artículo: Arias-Hurtado, C. (2014). Conflictos territoriales y patrimoniales en "El pesebre de oro de Colombia". Revista Luna Azul, 39, 207-233. Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=view&id=956