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Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad

versión impresa ISSN 1909-3063

rev.relac.int.estrateg.segur. vol.12 no.2 Bogotá jul./dic. 2017

https://doi.org/10.18359/ries.2316 

ARTÍCULO DE REFLEXIÓN
DOI: http://dx.doi.org/10.18359/ries.2316

LA CONSTRUCCIÓN DEL CAMPO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES ARGENTINAS: CONTRIBUCIONES DESDE LA GEOPOLÍTICA*

THE CONSTRUCTION OF THE ARGENTINIAN INTERNATIONAL RELATIONS (IR) FIELD: CONTRIBUTIONS FROM GEOPOLITICS

A CONSTRUÇÃO DO CAMPO DAS RELAÇÕES INTERNACIONAIS ARGENTINAS: CONTRIBUIÇÕES DESDE A GEOPOLÍTICA

Melisa Deciancio**

* Este trabajo se enmarca en la investigación doctoral La construcción del campo de las Relaciones Internacionales en la Argentina (marzo de 2016), realizada por la autora, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Argentina.
** Ph.D. en Ciencias Sociales, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Argentina; becaria posdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Investigadora del Área de Relaciones Internacionales de Flacso, Argentina. Correo electrónico: mdeciancio@flacso.org.ar

Referencia: Deciancio, M. (2017). La construcción del campo de las relaciones intermacionales argentinas; contribuciones desde la geopolítica. Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad, 12(2), 179-205. DOI: http://dx.doi.org/10.18359/ries.2316

Recibido: 10 de noviembre de 2016
Evaluado: 11 de diciembre de 2016
Aprobado: 24 de enero de 2017


Resumen

Este artículo aborda la contribución de la geopolítica a la construcción del campo de las Relaciones Internacionales en Argentina, y está englobado en un trabajo más amplio que busca responder a la pregunta más general sobre cómo se desarrolla el proceso de constitución del campo de las Relaciones Internacionales como disciplina académica autónoma en la Argentina. Se pone de relieve el ímpetu que la geopolítica dio al campo en términos conceptuales e institucionales. A partir del análisis bibliográfico y la revisión de documentos históricos de la Revista de la Escuela de Guerra Naval (1969-presente), la Revista Geopolítica (1975-2000) y la Revista Estrategia (1969-1983), se busca identificar debates y perspectivas comunes en ambos campos sobre lo internacional. Tanto desde las instituciones militares como desde los círculos académicos, la geopolítica sirvió de marco para el surgimiento de los estudios sobre seguridad internacional y los análisis de corte realista dentro de las Relaciones Internacionales argentinas.

Palabras clave: historia, relaciones internacionales, geopolítica, Argentina.


Abstract

This paper addresses the contribution of Geopolitics to the construction of the International Relations (IR) field in Argentina. Enclosed in a broader study that seeks to answer the more general question about how the process of constitution of the field of International Relations (IR) is developed as an autonomous field of research in Argentina, the article will highlight the impetus that Geopolitics gave to the field in conceptual and institutional terms. Based on the bibliographical analysis and the revision of archival documents of the Revista de la Escuela de Guerra Naval (1969-present), Revista de Geopolitica (1975-2000), and Revista Estrategia (1969-1983), the paper aims to identify common debates and perspectives on ''the international'' issue. From both military institutions and academic circles, Geopolitics served as a framework for the emergence of studies on International Security and realist approaches within the Argentinian IR.

Keywords: History, international relations, geopolitics, Argentina.


Resumo

Este trabalho abordará a contribuição da Geopolítica a construção do campo das Relações Internacionais (RI) na Argentina. Englobado em um trabalho mais extenso que procura responder a pergunta generalizada sobre como se desenvolve o processo de constituição do campo das Relações Internacionais (RI) como disciplina acadêmica autônoma na Argentina, o artigo salientará a intensidade que a Geopolítica deu ao campo em termos conceituais e institucionais. A partir da analises bibliográfica e a revisão dos documentos históricos da Revista da Escola de Guerra Naval (1969-presente), a Revista Geopolítica (1975-2000) e a Revista Estratégia (1969-1983), procura identificar debates e perspectivas comuns em ambos campos sobre o internacional. Tanto desde as instituições militares como desde os círculos acadêmicos, a Geopolítica ajudou como ponto de partida para o surgimento dos estudos sobre Segurança Internacional e as análises de corte realista dentro das RI argentinas.

Palavras-chave: história, relações internacionais, geopolítica, Argentina.


Introducción

Este trabajo aborda la contribución de la geopolítica a la construcción del campo de las Relaciones Internacionales (en adelante RI) en Argentina en su proceso de autonomización. En el desarrollo de la investigación se muestra, primero, el vínculo entre los campos de la geopolítica y las RI, con el fin de identificar debates y perspectivas comunes entre ambos campos sobre lo internacional; segundo, se ahonda sobre el desarrollo del pensamiento geopolítico argentino que sentó las bases de una rama de estudio de las RI con un marcado sesgo realista. Tercero, se analizarán las publicaciones e instituciones encargadas de la difusión de las cuestiones geopolíticas que incorporaron reflexiones del campo de las RI, como la Revista de la Escuela de Guerra Naval (1969-presente), la Revista Geopolítica(1975-2000) y la Revista Estrategia(1969-1983). Cuarto, se examina la confluencia entre el pensamiento y la agenda geopolítica argentina con diversos gobiernos militares que tuvo el país a lo largo del siglo XX. Por último se esbozan conclusiones acerca de la incidencia del desarrollo de la geopolítica en la definición del campo de las RI.

Por otra parte, se enmarca en una investigación más amplia que busca responder a la pregunta general acerca de cómo se desarrolla el proceso de constitución del campo de las RI como disciplina académica autónoma en la Argentina, con un doble objetivo: por un lado, se busca indagar acerca de los orígenes de la disciplina en la Argentina, para así poder reflexionar acerca de cómo la historia particular del campo ha conducido a la conformación de una disciplina con las características que posee en la actualidad. Por otro lado, pretende identificar los aportes teóricos y metodológicos esbozados desde la Argentina para un estudio más universal e inclusivo de la disciplina a nivel global.1 Así, busca delinear el proceso de autonomización del campo de las RI y los diversos ejes desde donde se construyó un pensamiento independiente sobre la disciplina en el país (Deciancio, 2016a).

Se entiende a la disciplina de las RI como aquella encargada del estudio de la realidad internacional, sus actores e instituciones y las interacciones entre ellos, que posee sus propias prácticas profesionales, planteos teóricos y conceptuales, redes e instituciones para la formación de conocimiento especializado y el desarrollo de actividades de investigación; además, cuenta con productos científicos para la difusión de sus resultados, como revistas y congresos especializados. No se trata aquí de definir si existe o no un campo intelectual de las RI, lo cual se considera como dado; más bien, se intenta responder a la pregunta de cómo es que este ha sido conformado, observando la incidencia que la geopolítica ha tenido en el proceso histórico de autonomización y diferenciación interna que le ha permitido a la disciplina legitimarse como tal en nuestro país (Bourdieu, 2002). Así, vale la pena destacar que el objeto de estudio no está constituido por las relaciones o políticas exteriores argentinas ni por su historia,2 sino por el campo académico de las RI, que ha logrado tener un conocimiento autorizado sobre las problemáticas de dichas relaciones exteriores. En este sentido, se asume que las RI poseen en la actualidad un capital común de conocimientos adquiridos, conceptos, métodos y procedimientos de verificación que demuestran y confirman su existencia como tal (Bourdieu, 2002). Para el análisis se consideran los agentes de producción de conocimiento, así como los espacios donde se desarrollaron los saberes especializados sobre RI en el país. No se trata de asociar el proceso de la disciplina a la historia particular de una institución y de las personas que por ella circularon, sino de rescatar las instituciones, redes, personas y saberes que incidieron en la formulación de nuevas aproximaciones al pensamiento sobre lo internacional. Así, entre los espacios estudiados se consideran tanto las universidades, en cuanto ámbitos de formación y difusión de saberes, así como instituciones públicas y privadas de producción del conocimiento y aquellas redes de colaboración que estimularon la proliferación de los estudios internacionales a nivel nacional (Altamirano y Sarlo, 2001; Buchbinder, 2005; Clark, 1997; Serrano, 1997). Los agentes considerados serán diversos intelectuales, vistos como sujetos atravesados en la producción del conocimiento especializado, tanto por el ámbito académico, como por el estatal (Altamirano y Sarlo, 1997; Plotkin y Zimmermann, 2012). Por último, se abordan también las revistas especializadas, consideradas como mecanismos de difusión y legitimación de saberes (Pita González y Grillo, 2015; Dosse, 2007). Para ello se seleccionaron las revistas más representativas dentro del ámbito de la geopolítica de la época, sin desarrollar exhaustivamente toda la producción, sino aquella que ha tenido mayor impacto y servido de fuente de consulta e información. Con el fin de cumplir con el objetivo del trabajo, para el análisis de estas revistas se hizo una revisión exhaustiva de cada una de ellas, examinando cada número publicado (y disponible) de cada colección (ver en "Referencias"). En esta tarea se observaron los índices completos de las revistas, haciendo un recorte a partir de la selección de aquellos titulares vinculados a temáticas de las relaciones internacionales. A partir de allí se observaron y sistematizaron las temáticas abordadas y los autores que participan. En consonancia con su interés y relevancia para esta la investigación, se analizaron artículos específicos, los debates en los que se inscribieron y las biografías de los autores.

Mientras el Derecho Público Internacional y la Historia Diplomática marcaron el inicio de un pensamiento sistemático en las RI argentinas (Deciancio, 2017), el cambio de rumbo político que se dio en la década de los cuarenta dejó una nueva impronta en la construcción de la disciplina en el país. Marcada por los acontecimientos locales e internacionales, la geopolítica emergió como un nuevo enfoque que abonó el incipiente campo de las RI en su proceso de construcción. A pesar de que no desaparecieron los estudios basados en las visiones jurídico-normativas, a principios de este periodo comenzaron a utilizarse de manera progresiva nuevos enfoques teóricos y por ende puede ser considerado como la etapa fundacional de los estudios más sistemáticos y empíricamente orientados (Russell, 1992).

El golpe de estado de 1943 que catapultó a Juan Domingo Perón al centro de la escena política tuvo un impacto en todos los ámbitos de la vida política, social y cultural argentinas. Paralelamente, el desenlace de la Segunda Guerra Mundial y sus nefastas consecuencias en vidas y recursos pusieron a la política internacional en el centro de las inquietudes de políticos e intelectuales y despertaron el debate en todas las latitudes, como había sucedido con la Primera Guerra Mundial. Con la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y organismos regionales como la Organización de los Estados Americanos (OEA), y la firma de tratados como el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), marcados todos por el predominio de Estados Unidos y la virulencia del conflicto Este-Oeste, se inició una nueva etapa en la evolución de las RI.

Así, la urgencia de los acontecimientos internacionales y un escenario local fuertemente influenciado por la tradición militar llevaron al desarrollo de un campo de estudio que emergió en paralelo con la organización interna y la delimitación fronteriza de los nuevos Estados, así como con las discusiones acerca de si Argentina debía asumir una proyección continental o marítima. Las primeras aproximaciones hacia una geopolítica argentina habían sido desarrolladas por el almirante Segundo Storni (1876-1954), en su obra Intereses argentinos en el mar (1916) inspirada en Alfred Mahan y Friedrich Ratzel. En esta línea cobraron relevancia los estudios geopolíticos como ámbito dominado por las escuelas militares y desde donde se elaboran nuevos abordajes a las RI en el país. Mientras en la academia anglosajona la disciplina se asentó sobre las bases de las instituciones liberales que buscaban evitar guerras futuras, en América Latina en general, y en Argentina en particular, las dinámicas que guiaron a la disciplina estuvieron principalmente asociadas a su condición de insularidad.3

Geopolítica y Relaciones Internacionales

Sin duda, el contexto en el cual se desenvolvió el enfoque geopolítico argentino fue uno que marcó un antes y un después en las RI en todo el mundo. La década de los cuarenta y los años que le sucedieron estuvieron signados por el auge de los nacionalismos, el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial y la emergencia de un nuevo orden internacional. Los acuerdos internacionales firmados por los vencedores de la guerra sentaron las bases para el surgimiento de organismos internacionales orientados al mantenimiento de la paz, como la Sociedad de Naciones y, posteriormente, la ONU, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). De la mano de estos organismos, los estudios internacionales cobraron un lugar central para comprender la nueva realidad. Fue en este momento cuando, para Stanley Hoffman, surgieron las RI como disciplina académica, a partir de la preocupación por el comportamiento de Estados Unidos en el mundo y el surgimiento del enfrentamiento norteamericano-soviético. ''Estudiar la política exterior de los Estados Unidos era estudiar el sistema internacional'' (Hoffman, 1991, p. 23).

En este sentido, la geopolítica, concebida como un modo de análisis de los estudios sobre lo internacional, permite vincular los contenidos y escalas de los marcos geográficos con el ejercicio del poder político, y a la vez identificar aquellos marcos espaciales a través de los cuales el poder se mueve de un lugar a otro (Cohen, 2015). Tanto la expansión europea como el imperialismo atrajeron la atención de los factores geopolíticos a las relaciones internacionales y estos, a su vez, contribuyeron a fortalecer la concepción clásica de la política mundial (Wilhelmy, 1988). Por ello, la geopolítica y las RI se han nutrido mutuamente en una de las corrientes clásicas de esta última: el realismo político.4

Los estudios sobre geopolítica poseen una larga tradición, desde que se acuñó el término en 1899 y se sentaron las bases de los estudios sobre geografía política en Alemania. El desarrollo del pensamiento geopolítico tuvo estrecha relación con los conflictos entre las potencias que ya desde el siglo XIX competían por asegurar su dominación sobre otras regiones del mundo, respaldadas internamente por el espíritu nacionalista en boga. Estuvo definido por el rol del espacio y la geografía en la política y subrayó la importancia de la geografía, la población, los recursos naturales, la situación estratégica de los Estados, los transportes y las comunicaciones. Kjellén (1916) la definió como la teoría del estado, visto como organismo o fenómeno geográfico en el espacio; mientras que el ''padre de la geopolítica alemana'', Karl Haushofer (1869-1946) (1925) entendía la geopolítica como: ''la nueva ciencia nacional del estado [...] una doctrina sobre el determinismo espacial de todos los procesos políticos, basado en las amplias bases de la geografía, especialmente, de la geografía política'' (p. 102). Autores como Alexander von Humboldt (1769-1859), Karl Ritter (1779-1859), Friedrich Ratzel (1844-1904) y, más tarde, Halford Mackinder (1961-1947) también hicieron sus aportes en este campo, y proveyeron de herramientas y abordajes para su estudio en Europa y alrededor del mundo (Cohen, 2015).

Mientras en Europa el concepto cayó en desuso luego de la Segunda Guerra Mundial por su asociación a los proyectos políticos de la Alemania nazi, en América Latina, la geopolítica tuvo un extenso desarrollo (Child, 1979).5 La geopolítica fue cultivada activamente desde la década de los treinta en los círculos militares, siendo Brasil pionero por la participación de Everardo Backheuser en Zeischriftfür Geopolitik y por habertraducido en 1925 un ensayo titulado ''La política y la geopolítica según Kjellen''. Este hecho incidió en una fuerte reactivación del pensamiento geopolítico, especialmente en Argentina y Chile (Quintana Binimelis, 2005). En el caso argentino, la geopolítica comenzó a cobrar fuerza a partir de la década de los cuarenta, principalmente en los círculos militares y escuelas de defensa, influenciadas por la escuela geopolítica clásica alemana de principios del siglo XX. A su vez, como importante centro editorial, ''Argentina ha sido la principal propagadora del pensamiento geopolítico clásico y latinoamericano'' (Fornillo, 2015, p. 125).

Las cuestiones referidas a problemas limítrofes y al espacio -terrestre, marítimo y posteriormente aéreo- han estado presentes en la literatura argentina dedicada a analizar la acción externa del país, con predominio de las visiones historicista y legalista o juridicista (Colacrai, 1992).

El pensamiento geopolítico argentino

El problema de la territorialidad es una constante en los estudios internacionales argentinos desde el período colonial.6 El mito sobre la pérdida de territorio mantuvo el interés por la geografía y el rol de los políticos ante dicho fenómeno, y funcionó como antecedente de una concepción geopolítica preocupada por la organización interna del Estado y su delimitación fronteriza. Sin embargo, no fue sino hasta entrada la década de los cuarenta que comenzó a desarrollarse un enfoque geopolítico argentino. Este enfoque estuvo ligado a las Fuerzas Armadas, desde donde se avanzó no solo en la traducción y distribución de textos fundamentales, sino también en las primeras reflexiones sobre geopolítica argentina (Jasson y Perlinger, 1948; Isola & Berra, 1950). Desde allí se continuaron produciendo y reproduciendo muchos de los postulados que sirvieron de base para las políticas territoriales del Estado, incidiendo directa o indirectamente en las políticas de gobierno (Quintana Binimelis, 2005). Evidentemente, si la ideología militar debe bastante a la combinación de guerra, nación y territorio, la geopolítica encuentra entre ellos una simbiosis natural, y en nada extraña que en esta concepción el Estado sea un entendido organismo vivo obligado a expandirse y proyectarse como modo de ser viable (Fornillo, 2015).

En RI, el concepto de interés nacional ha permeado gran parte de losestudios, principalmente los posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y constituyó uno de los principales elementos del acervo de la corriente teórica realista clásica. Al respecto, uno de los padres de esta corriente, Hans Morgenthau, señaló -pensando en el caso de Estados Unidos- que el interés nacional está determinado por las tradiciones políticas y el contexto cultural dentro del cual se formula la política exterior; por ende, toda política exterior hace referencia a la entidad física, política y cultural a la que se denomina nación.7 La idea de interés pertenece a la esencia misma de la política, por lo que se ve influenciada por el tiempo y lugar en el que se desarrolla. Asimismo, desde esta perspectiva, el interés mínimo de una nación es conservar la integridad de su territorio, de sus instituciones políticas y de su cultura, es decir, su supervivencia (Morgenthau, 1979). Sobre estos postulados descansa, en términos generales, gran parte del marco de referencia del realismo clásico de las relaciones internacionales y que, naturalmente, marcó los estudios geopolíticos alrededor del mundo y donde los militares se sintieron mejor representados teóricamente.8

De esta manera, el interés nacional fue retomado por los sectores militares argentinos, para el desarrollo de gran parte de sus postulados geopolíticos. Entre los principales exponentes de la geopolítica argentina se encuentra el almirante Segundo Storni, quien sentó las bases para los trabajos futuros en sus obras sobre geopolítica marina, como Trabajos hidrográficos y límite argentino en el canal de Beagle (1905), Proyecto de régimen de mar territorial (1911) y El mar territorial (1926). En esta última planteó la necesidad de contar con un mar territorial de 12 millas y una zona adyacente de 200 millas náuticas con ejercicio limitado de la soberanía (Storni, 1926), pautas que fueron posteriormente incluidos en la Convención de Naciones Unidas sobre Derechos del Mar (1982). Por otro lado, en 1916, en una conferencia en La Prensa, con el patrocinio del Instituto Popular de Conferencia, delineó los postulados de su trabajo más destacado: Los intereses argentinos en el mar (editado sin modificaciones en 1952).

Storni logró delinear tanto el sentido nacional del desarrollo marítimo, como el sentido tecnológico de la industria naval argentina en tiempos cuando el país ejercía su primacía en la región (Quintana Binimelis, 2005). Reconociendo la influencia del ''ilustre contraalmirante de la marina yanqui, Alfredo Thayer Mahan, y el gran geógrafo alemán, Federico Ratzel'' (Storni, 1916, p. 26), postuló la relevancia que adquiere el mar para la Argentina, tomando consciencia de su insularidad, característica que, afirma, es ''una de las principales determinantes en nuestro génesis y desenvolvimiento histórico, y [...] seguirá siendo una de las determinantes más poderosas en todas las manifestaciones de la vida externa argentina en el porvenir'' (Storni, 1916, p. 29). La posición marítima argentina primaba, para el autor, por sobre la continental; de la primera se debía esperar todo, en lugar de mirar hacia los vecinos, con quienes se debían ''hermanar esfuerzos, pero de los cuales poco podemos recibir'' (1916, p. 29).

En una segunda conferencia, dictada también en 1916, Storni argumentó acerca de la importancia de desarrollar una política naval que respondiera al interés nacional de la Argentina, con base en su condición de insularidad y de proyección atlántica. La política naval era, ''ante todo, una acción de gobierno; pero es indispensable para que tenga nervio y continuidad, que sus objetivos arraiguen en la nación entera, que sean una idea clara, un convencimiento de las clases dirigentes y una aspiración constante de todo el pueblo argentino'' (Storni, 1916, p. 67). Debía apoyarse en tres ''columnas'' fundamentales: producciones, transportes propios y mercados, que permitirían avanzar hacia el desarrollo de una flota que convirtiera a la Argentina en una potencia marítima.

La obra de Storni sentó las bases y se constituyó como el antecedente más claro de la emergencia de un pensamiento geopolítico argentino, fundado en una perspectiva realista de las relaciones entre Estados. A partir de la década de los cuarenta, estos estudios ''adquieren una singular dinámica, con una perspectiva de análisis muy vinculada a la estrategia nacional'' (Colacrai, 1992, p. 23) y fuertemente asociados a los Institutos Superiores de las Fuerzas Armadas, sobre los cuales se profundiza en el siguiente apartado. Las intenciones expansionistas y el avance militar de Brasil estuvieron siempre en las preocupaciones de los militares argentinos y acrecentaron el interés por estos estudios. En 1941, la traducción y difusión en los círculos militares argentinos del libro Proyección continental de Brasil, de Mario Travassos, ''demostró el adelanto de los intelectuales de la nación hermana en el conocimiento y aplicación de la nueva disciplina y [...] despertó inquietudes por conocer los fundamentos y la teoría de ésta'' (Atencio, 1965, p. 122). Es en las instituciones militares donde se empezó a indagar puntualmente sobre la geopolítica como campo y su aplicación a la Argentina a partir de la traducción de una de las obras fundamentales de la geopolítica alemana titulada Introducción a la geopolítica9 de Richard Henning y Leo Körholz (1944), por parte de la Escuela de Guerra Naval. Esta publicación llenó el espacio vacío de la teoría, y satisfizo así la necesidad surgida de la obra de Travassos (Atencio, 1965). Como indicaba la nota inicial de los traductores ''El objetivo principal de la traducción de esta obra es difundir, entre el personal Superior de la Marina, los problemas científicos, suficientemente comprobados por la experiencia que ella estudia, como así también la copiosa referencia histórica que contiene'' (Henning y Körholz, 1944). Se trataba de uno de los pocos libros en español que permitió la iniciación metódica en el estudio de la geopolítica (Atencio, 1965).

En ese mismo año apareció la primera publicación sobre geopolítica de Sudamérica, La República Argentina en el panorama geopolítico del mundo,de Ricardo De Labougle, quien concibió a la geopolítica de manera singular, al considerar el lugar particular que correspondía a cada nación en el concierto internacional. Se trató de una conferencia dictada por el entonces rector de la Universidad Nacional de La Plata, en el marco de la cátedra de Defensa Nacional, y fue la primera vez que oficialmente se abordó un tema basado en consideraciones netamente geopolíticas en nuestro país (Atencio, 1965). La geopolítica debía verse como el aprovechamiento inteligente del territorio, con el objetivo de buscar su armonización y preparar su cohesión y el aprovechamiento de sus recursos al máximo. Lo primero que un estudioso de la geopolítica nacional debía estudiar era la posición de la nación en el sistema internacional, para luego observar el espacio y sus recursos naturales (De Labougle, 1944).

Así, como señala Colacrai, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, se empezó a hablar abiertamente de la geopolítica en Argentina. La publicación de las producciones mencionadas disparó el interés sobre estos temas, que se materializó en una serie de trabajos elaborados en el Círculo Militar. En 1948, Jorge Jasson y Luis Perlinger publicaron Geopolítica: origen, evolución, principales fundamentos, la política de poder, inspirados por lapublicación en español de Henning y Körholz. Según indicaban estos autores, hasta ese momento, poco se sabía en el país acerca de la llamada geopolítica, y ellos emergían como pioneros en la materia (Jasson y Perlinger, 1948). En su trabajo, realizaron un recorrido por las distintas corrientes geopolíticas, desde la escuela alemana liderada por Ratzel, hasta las obras de Kjellén, MacKinder y Haushofer, en las cuales ponían el foco de su atención. Asimismo, señalaban a la American Political Science Review y las obras de NicholasJ. Spykmann, Hans W. Weigert, Robert Strausz Hupé y Andreas Dorpalen, a los que consideran ''verdaderos actos de divulgación de la geopolítica'' (Jasson y Perlinger, 1948, p. 70).

Luego de analizar los principales fundamentos de la geopolítica argentina a partir del estudio del espacio, la posición, el clima, la geomorfía y la hidrografía, la economía, el mar y la circulación, en un último y destacado apartado sobe la política de poder planteaban muchos de los postulados del realismo clásico y el rol de la política de poder. Los autores entendían el poder como potencialidad, y a la política de poder como ''las relaciones internacionales de un estado cuando para el logro de sus fines, use su potencialidad, de las distintas fuerzasque lo componen, en forma coercitiva'' (Jasson y Perlinger, 1948, p. 194). El poder era visto como la capacidad integral para luchar por la subsistencia. El estadista debía abocarse a un aumento constante del poder. Cuando con este acrecentamiento no podía lograr una supremacía de poder, debía buscar al menos una situación a la que denominaban equilibrio de poder. ''Equilibrio de poder no significa poner en juego un poder de igual magnitud al del oponente sino aptitud para neutralizar el poder del o de los posibles adversarios'' (Jasson y Perlinger, 1948, p. 197). Así, la supremacía o el equilibrio de poder podían lograrse de forma directa o indirecta. En el primer caso se obtenía mediante el aumento del poderio del Estado; en el segundo caso existían más opciones, como las alianzas, los pactos, los tratados, o bien disminuir la situación de poder del posible adversario. Esta perspectiva descansaba sobre muchos de los postulados señalados por Nicholas Spykman en America's Strategy in World Politics (Spykman, 1942).

La segunda obra que cobró relevancia en esta década provenía también del Círculo Militar y seguía la misma línea de lo trabajado por Jasson y Perlinger. Emilio Isola y Ángel Carlos Berra -alumnos de Jorge Atencio, otra de las figuras destacadas en la materia- publicaron Introducción a la geopolítica argentina (1950). Su objetivo fue''proporcionar algunos elementos para encarar el estudio de la materia en lo que a nuestro país se refiere'' y estaba destinado a los ''jóvenes camaradas que, como nosotros, se verán abocados al estudio de la misma'' (1950, p. 13). Los autores analizaban extensamente las características del territorio argentino y sus recursos naturales, para así reunir los principales antecedentes que permitieran valorizar la influencia del medio geográfico en el desarrollo del país desde una perspectiva interna, teniendo en cuenta las particularidades que este presentaba. Así, admitían su voluntad de no dejarse influir por ''doctrinas foráneas de geopolítica, que, si bien pueden ser justificadas en otras partes del mundo, no son valederas en lo que atañe a nuestro país'' (Isola y Berra, 1950, p. 13).

La geopolítica fue entonces creciendo lentamente como campo de estudio, hasta abarcar múltiples temáticas y complejos desarrollos, siempre centrada principalmente en cuestiones como el control de la cuenca del Plata, la amenaza siempre latente de Brasil, los modos de integrar el territorio nacional y las proyecciones posibles hacia la Antártida y las islas del Atlántico Sur. Así fue como la geopolítica argentina se concentró en el desarrollo de una concepción que entendía a Argentina como un país bicontinental (América y Antártica) y bioceánico (Atlántico y Pacífico), que cobraría mayor impulso en la década de los setenta con el régimen militar iniciado en 1976 (Quintana Binimelis, 2005).

A pesar de que los primeros textos fueron principalmente traducciones de autores alemanes, a partir de la década de los cincuenta y sesenta comenzó a desarrollarse una serie de trabajos en la cual se destacó la falta de consenso entre sus autores en cuanto a si la Argentina era un país continental o marítimo. Estas posiciones contrapuestas derivaron en una producción fecunda y variada, principalmente en el interior de las Fuerzas Armadas, a las que pertenecieron sus máximos representantes (Quintana Binimelis, 2005).

Como respuesta a estos acontecimientos, hacia la década de los sesenta se incorporaron los trabajos de Jorge Atencio, Fernando Milia y Gustavo Cirigliano (Caviedes, 1990), de los cuales se destaca la labor del primero. En su obra más relevante, ¿Qué es la geopolítica? (1965), analizaba desde una perspectiva general los factores geográficos que con mayor preponderancia incidían en la vida política de los Estados, pero distante de la visión alemana que había preponderado los años anteriores. También repasaba teórica y conceptualmente los estudios sobre geopolítica realizados hasta el momento, y proveía un marco explicativo para su aplicación al caso argentino. Atencio consideraba la geopolítica como una ciencia política basada en la realidad geográfica y señalaba la relevancia que poseía para la determinación de la política exterior. Así, rechazaba la visión determinista que proporcionaban las doctrinas geopolíticas más ortodoxas y observaba que las características geográficas de un país debían ser tenidas muy en cuenta por los encargados de las relaciones internacionales, pero sin sobreestimar sus influencias al punto que oscurecieran el criterio en la apreciación de otros factores (Atencio, 1965).

Este autor hizo hincapié en los factores históricos y geográficos que dieron forma al país, partiendo de una concepción antiexpansionista que rescataba la tradición pacifista y de apego a las normas del derecho internacional, dado que el país se había sometido a las normas ''que rigen la convivencia interestatal'' y a la vez ''ha hecho de estas la base de nuestra política exterior'' (Atencio, 1965, p. 163, incluso, en ocasiones, en desmedro de las propias conveniencias. Es decir que la política exterior se había inspirado en las realidades geográficas del país y las normas del derecho internacional, en consonancia con lo planteado por las teorías espaciales. A partir de la posición que sustentaba el país en su espacio geográfico, Atencio (1965) afirmaba que:

    [...] debemos seguir una política destinada a valorizar nuestro patrimonio espacial y a conservar intangible la soberanía sobre nuestra jurisdicción terrestre, marítima y aérea, preconizando, como únicas ambiciones espaciales, el reconocimiento de nuestros derechos de posesión del as Malvinas y la delimitación definitiva del Sector Antártico Argentino. (p. 165)

Otras visiones alternativas al antiexpansionismo de Atencio surgieron de la mano de uno de los más prolíficos escritores militares argentinos, Osiris Villegas, y de Juan Guglialmelli. Ambos centraron sus trabajos en una concepción de la geopolítica focalizada en las problemáticas internas del país, basada en las doctrinas de seguridad nacional y otorgándole una menor relevancia a los problemas fronterizos. Desde esta perspectiva, Guglialmelli indicó que la cultura nacional (espiritual y material) constituye una verdadera frontera interior y que en las guerras modernas, lamayor presión recae sobre ella, de ahí su peligrosidad (Quintana Binimelis, 2005). Mientras que Osiris Villegas fue secretario del Consejo Nacional de Seguridad y luego embajador en Brasil, Guglialmelli fue cabeza de las Escuela Superior de Guerra y del Centro de Altos Estudios (formación militar avanzada), comandante del 5to Cuerpo de la Armada y secretario del Consejo Nacional de Desarrollo durante el Gobierno de Onganía (1966-1971). Sus trabajos invitaban a articular el nacionalismo económico, el desarrollo nacional y la integración del país, como modo de resolver el estancamiento regional, frenar la expansión de posturas comunistas o procubanas y cercar a los oponentes internacionales, particularmente el acoso de Brasil, Chile e Inglaterra. Siempre desde una concepción política conservadora y militantemente anticomunista, la compleja elaboración de sus planteos sobre la ''península'' Argentina se plasmaron en la Revista Estrategia que se publicó entre 1969 y 1984 (Fornillo, 2015).

Espacios y difusión del pensamiento geopolítico argentino

Hacia fines de la década de los treinta, el intervencionismo estatal en el área cultural y la politización del debate intelectual cobraron especial relevancia. Se crearon mecanismos y canales oficiales de mayor sofisticación y articulación para intervenir en el área, a partir de la fundación de instituciones que nuclearan a distintos sectores de la intelectualidad argentina.10 La creación de dichas instituciones tenía un efecto contradictorio sobre el campo intelectual, ya que, si bien se convertían en proveedoras de recursos, podían constituirse también como mecanismos de control estatal sobre los intelectuales y la cultura. Así, es posible pensar el avance del intervencionismo estatal como la reacción del Estado a la progresiva autonomización del campo intelectual (Fiorucci, 2011).

Sobre esta coyuntura se sobreimprimió el advenimiento del peronismo, que a su vez tuvo efectos concretos sobre el campo intelectual. Muchos intelectuales, cada vez más politizados, interpretaron a este movimiento político desde el prisma del antifascismo y, para ellos, ''Perón se convirtió para los antifascistas en la encarnación del fascismo criollo'' (Fiorucci, 2011, p. 23).11 Por otra parte, las universidades volvieron a ser intervenidas y los estudiantes rechazaron esto a través de distintos tipos de movilizaciones y huelgas que fueron rápidamente desarticuladas. A partir de la aplicación sistemática y permanente de medidas discriminatorias hacia diferentes miembros del personal docente y del estudiantado, y el reemplazo de muchos profesores titulares por sus adjuntos o auxiliares, se provocó un recambio docente que transformó por completo los cuerpos profesionales universitarios. Aquellos que habían sido expulsados o cuyo acceso a las universidades estaba cerrado desarrollaron una activa vida cultural por fuera de dichas instituciones. Los que no habían optado por el exilio se nuclearon en institutos privados y establecimientos de segunda enseñanza, y de esta manera conformaron una coalición académica opositora que agrupaba a los sectores intelectuales descontentos con distintas orientaciones académicas y políticas (Buchbinder, 2005).

Al mismo tiempo, avanzó la intervención estatal en otras áreas de la cultura. En un mundo que estaba en la segunda posguerra imbuido en una confianza profunda en la capacidad del conocimiento científico para transformar la sociedad y que, al mismo tiempo, atribuía un rol decisivo al Estado en la construcción y planificación de la ciencia, se otorgó un peso cada vez mayor a la investigación científica entre las actividades de la enseñanza superior. En ese clima de ideas, se creó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y Publicaciones en 1947. En 1950 ya existía la Junta de Investigaciones Científicas y Experimentaciones, que dependía del Ministerio de Defensa y, en 1951, se creó a Dirección Nacional de Investigaciones Técnicas y el Consejo Nacional de Investigaciones Técnicas y Científicas, con el objetivo de coordinar la labor científica que se implementaba en organismos del Estado y en las universidades (Buchbinder, 2005).

Revistas de geopolítica y el estudio de las relaciones internacionales argentinas desde una perspectiva realista

El desarrollo de los estudios geopolíticos se plasmó también en una serie de publicaciones que, por su contenido, sirvieron al desarrollo de las RI en el país y también en la región. En la década de los setenta, surgieron tres proyectos de publicaciones: el Boletín de la Escuela de Guerra Naval (que luego se denominó revista), la Revista Geopolíticay la Revista Estrategia. Todas ellas sirvieron a los debatesgeopolíticos nacionales, sin limitarse exclusivamente al ámbito castrense, y abrieron discusiones sobre política exterior, seguridad y otras cuestiones relacionadas a la política internacional argentina (Sarthou, 2012).

El Boletín de la Escuela de Guerra Naval de la Armada Argentina se creóen 1969, con la finalidad de proveer un medio de difusión de las ideas de ese instituto. En el primer número del boletín, publicado el 10 de diciembre de ese mismo año, se especificaba su propósito:

    [...] proveer a los Oficiales Superiores y Jefes egresados de esta Escuela información de interés destinada a orientar, ampliar y/o consolidar el bagaje cultural y profesional, tomando como base los trabajos de producción original e inédita que resulten seleccionados por la Dirección dentro de las conferencias previstas anualmente en su Plan de Enseñanza; los de igual carácter producidos por la Plana Mayor, Cuerpo Docente y/o Alumnos; y/o así mismo los que procedentes de otras fuentes, resultaran por su jerarquía o índole, de interés divulgar a través de este medio. (p. 4)

Diez años más tarde, en febrero de 1979, y con la publicación del Nº 10 comenzó a denominarse Revista de la Escuela de Guerra Naval-Armada Argentina, aunque manteniendo elmismo formato y con los mismos propósitos que el boletín. Desde sus comienzos (la revista continúa al día de hoy sus publicaciones periódicas), se ha abocado a temáticas de geopolítica, estrategia, poder naval, liderazgo, intereses marítimos, historia naval, sociología, filosofía y otras de interés para la Escuela de Guerra Naval. Asimismo, sirvió de plataforma para las publicaciones de sus alumnos (Cal, 2013).

En 1975, el Instituto de Estudios Geopolíticos comenzó a editar la revista Geopolítica. Era publicada trimestralmente y dejó de imprimirse en 2000. Sus autores provenían, principalmente, de las áreas castrenses, aunque también publicaron en sus páginas especialistas en política exterior argentina, defensa y seguridad internacional. En su primer número se plantearon como objetivo:

    [...] examinar, dialogar, elaborar hipótesis posibles para adecuar el espacio nacional y regional a las futuras necesidad políticas del continente [...] se trata entonces de formar propuestas para los grandes objetivos, lanzar al debate aquellas instancias que imaginamos para la Argentina posible, partiendo de estrictas realizaciones. Entre ellas, la conformación y ubicación de nuestro espacio nacional y de sus recursos humanos, sus especificidades y las pautas de los juegos de poder en el sistema internacional, los grandes procesos de cambio que se gestan y desarrollan actualmente en el mundo. (1975, p. 2)

Las reflexiones sobre la política internacional, concebida esta última casi por definición como seguridad internacional, fueron una constante en las páginas de la revista. Reconocidos especialistas del campo de las RI hicieron allí sus primeras publicaciones, introduciendo, por un lado, una agenda específica de la disciplina a la discusión geopolítica, y dando difusión de perspectivas y maneras de aproximarse a lo internacional a otros campos de las ciencias sociales.

Carlos Moneta, discípulo de Juan Carlos Puig y uno de los primeros egresados de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador,12 publicó en la revista desde su primer número, donde apareció su artículo ''Tendencias de la política internacional contemporánea. ¿Estereotipos o realidades?''. Otras colaboraciones suyas posteriores incluyeron los artículos ''Las relaciones argentino-brasileñas. Factores ideológicos, económicos y geopolíticos relevantes'' (1980, N. 19), ''Japón en el sistema internacional del futuro. Situación y perspectivas'' (1986, N. 33) y ''América Latina-Europa. Posibilidades de cooperación'' (1995, N. 55). En el número 5/6 de 1976, el especialista en RI Vicente Palermo publicó, junto a Ernesto Gore, el artículo ''Geopolítica del Virreinato del Río de La Plata'' y, en el número 7/8 del año siguiente, ''Islas Malvinas: cuáles son las implicancias de la doctrina Shackleton''.

Ya llegada la democracia, otro de los discípulos de Juan Carlos Puig y reconocido internacionalista proveniente de la Universidad Nacional de Rosario, Alfredo Bruno Bologna, publicó, entre otros, ''Los derechos del Reino Unido sobre las Islas Malvinas: ocupación. Análisis crítico'' (1986, N. 34) y ''Los conflictos en América Latina'', (1995, N. 55). Recientemente, aparecieron, entre otros, los artículos de Mariano Bartolomé -especialista en Seguridad Internacional- titulados ''Tecnología y economía en el nuevo sistema internacional'' (1992, N. 46), ''Seis impactos de la tecnología en la política internacional'' (1994, N. 53) y ''Europa Central-Oriental. Un lustro después de la caída del muro'' (1995, N. 56). Sergio Cesarín, especialista en China, también encontró en las páginas de la revista un espacio donde publicó, entre otros, ''El factor demográfico en la República Popular China'' (1993, N. 50) y ''Cultura y sociedad en la China de hoy'' (1995, N. 54).

Al recorrer las páginas de la revista y los artículos publicados, es evidente -aunque no sorprende- el cambio en las temáticas abordadas antes y después de la llegada de la democracia. Los primeros años de la revista se abocaron puramente a temáticas de geopolítica, estrategia, cuestiones limítrofes y las relaciones con los países vecinos, pero desde una perspectiva que defendía los proyectos de integración interna en la región, más que la anexión de territorios.

Sin embargo, a partir de la llegada de la democracia, aunque no abandonó el enfoque geopolítico, la revista profundizó mucho más sobre temas de integración regional y cooperación internacional.13 Este viraje, además de reflejar los cambios políticos del país, también muestra el cambio de orientación en las temáticas discutidas. Se incorporaron así, a los temas tradicionales de defensa y seguridad, temas económicos y abordajes más sistémicos sobre la realidad internacional,con un objeto de estudio más definido y con ''lo internacional'' como centro.

El Instituto Argentino de Estudios Estratégicos y de las Relaciones Internacionales y la Revista Estrategia

A principios de 1960, Juan Guglialmelli creó el Instituto Argentino de Estudios Estratégicos y de las Relaciones Internacionales (Insar). A pesar de que no surgió dedicado exclusivamente a la indagación de problemáticas internacionales, dedicaban gran parte de su producción a temas como seguridad nacional, relaciones externas y otros aspectos afines a la realidad política actual y pasada de la Argentina (Sarthou, 2012). En los años en los que mantuvo sus actividades, tuvo como objetivo

    [...] realizar, promover y estimular los estudios e investigaciones sobre los problemas nacionales e internacionales, con particular dedicación a todos los asuntos vinculados con la seguridad nacional, las relaciones exteriores, la educación, la tecnología, la cultura, la economía y otros aspectos afines a la vida nacional, tanto en su situación actual como en su evolución histórica. (Revista Estrategia, 1969, p. 4)

A partir 1969, el Insar lanzó la Revista Estrategia(1969-1983), consideradapor Jack Child como la revista especializada en geopolítica más sofisticada y penetrante de América Latina (y posiblemente, del mundo) (Child, 1979) y una de las revistas líderes en publicación de artículos sobre las RI, junto con la Revista Argentina de Relaciones Internacionales (Lowenthal, 1983). Aligual que las revistas mencionadas con anterioridad, no se limitó a publicaciones de autores provenientes de las áreas militares, sino que contó con la participación de funcionarios públicos, intelectuales y académicos nacionales e internacionales.

En los años cuando se editó dicha revista, se publicaron 74 números, y fue una de las más destacadas del pensamiento geopolítico argentino. En sus páginas prevalecieron los trabajos sobre geopolítica y, en menor medida, de política exterior argentina. Las cuestiones limítrofes y las estrategias de competencia y cooperación con los países vecinos ocuparon gran parte de los artículos. Sin embargo, es posible vislumbrar también el interés por autores extranjeros, a partir de la traducción de textos pertenecientes a académicos de otras latitudes como Robert Potash, Raymond Aron, Jon Rosembaum, James Petras, Robert La Porte, y Celso Furtado, además de numerosos funcionarios públicos y militares de Brasil, Chile, China, Colombia, Estado Unidos, Francia, Inglaterra, Israel, Perú, Uruguay, Vietnam, entre otros.

El propósito de la revista, como se señalaba en su primer número, fue ''formular puntos de vista y soluciones concretas en un sector relevante de la temática nacional'' (Revista Estrategia, 1969, p. 5) con el objetivo de ''aportar un sistema de ideas al servicio de la toma de conciencia por parte de la Argentina de las responsabilidades que le corresponden en el mundo de nuestro tiempo, en el área de su interés directo, el Cono Sur y el resto del Hemisferio Occidental'' (p. 5). Su director, el general retirado Juan Guglialmelli, creía firmemente en el rol de los militares en la promoción del desarrollo social y económico de la nación, aunque públicamente siempre destacaba la importancia del respeto a la Constitución Nacional y las autoridades legítimas y legalmente constituidas (Potash, 1996).

A diferencia de la Revista Geopolítica, la Revista Estrategia intentó mantener las temáticas sobre geopolítica, defensa y seguridad a lo largo de todos sus números, con pocas incorporaciones de otros temas asociados tradicionalmente a la baja política. Así, los trabajos publicados sobre cuestiones de política internacional estuvieron muy ligados a estas perspectivas. Todos los números -que se iniciaban con una sección de presentación del tema por tratar a cargo del director, Juan Guglialmelli,- fueron el conflicto con Uruguay por los límites en el Río de La Plata (1969, N. 1), las Fuerzas Armadas en el Cono Sur (1969, N. 2), el conflicto por las Islas Malvinas (1970, N. 6), la Guerra de Vietnam (1970, N. 6 y 1970, N. 8), el Tratado de No Proliferación (1970/71, N. 9), la guerra entre India y Pakistán (1971/72, Ns. 13 y 14), la visita de Richard Nixon a Moscú (1972), N. 16, las Fuerzas Armadas en América Latina (1972, N. 17), el conflicto por la represa de Itaipú (1973, N. 22), Brasil como potencia emergente (1974, N. 30), y la política nuclear en América Latina (1976, N. 42), entre otros.

Entre los académicos especializados y reconocidos en el campo de las RI se destacan14 las publicaciones de Alfredo Bruno Bologna: ''Metodología para el estudio de las relaciones internacionales'' (1975, Ns. 34 y 35), ''Malvinas, las negociaciones y las propuestas de Ridley'' (1980, Ns. 67 y 68); de Juan Carlos Moneta: ''El pluralismo en el sistema comunista'' (1970, N. 6), ''Argentina y Australia: esquemas para la cooperación'' (1971, N. 11), ''Antártida argentina: los problemas de 1975-1990'' (1974/75, Ns. 31 y 32), ''Intereses argentinos en el Atlántico Sur: el caso de las riquezas mineras en alta mar'' (1976, Ns. 40 y 41); de Elvira Montes: ''Chile y la política exterior argentina'' (1969, N. 4); y de Roberto Etchepareborda: ''Una hipótesis de guerra'' (1970, N. 6).

Puede observarse entonces que las revistas geopolíticas sirvieron para el desarrollo de líneas de investigación que, aunque en un principio estuvieron reservadas a las áreas militares, más tarde incorporaron a otros sectores intelectuales, como lo demuestran los autores citados anteriormente. Académicos especializados en RI, abocados al estudio de la política exterior, la geopolítica, la defensa y la seguridad internacional, encontraron un espacio de debate y proyección de sus ideas.

Así como el Insar se destacó en el desarrollo de la geopolítica con un tinte académico, otros centros colaboraron a la misma tarea ofreciendo espacios para los estudios geopolíticos y de seguridad internacional en el país. Entre ellos están el Centro de Estudios de Relaciones Internacionales y de Estrategia Internacional (Cerien), el Centro de Estudios Internacionales Argentinos (Ceinar), el Instituto de Estudios Estratégicos de la Universidad de Belgrano, y el Instituto de Estudios Geopolíticos (IDEG). Desde estos centros se elaboraron numerosos trabajos de investigación desde una perspectiva geopolítica y, cada vez más, enmarcada en postulados teóricos y metodológicos de las RI, como se abordará en el próximo aparte.

La perspectiva geopolítica inauguró un enfoque y toda una línea de investigación de gran preponderancia en las RI argentinas. Los estudios geopolíticos surgidos en la década de los cuarenta marcaron el camino hacia los estudios en seguridad internacional y el enfoque realista de las RI, entendiendo por tal aquel que comprende que prima la política de poder y que por ende los Estados viven en anarquía y permanente conflicto. En paralelo, el corolario del desarrollo de la geopolítica estuvo plasmado en el accionar del Gobierno militar inaugurado en 1976, que tradujo los postulados desarrollados por las escuelas militares en ''guerras ideológicas'', con marcado ímpetu nacionalista y militarista. Así, la geopolítica pasó a convertirse en política pública y a empapar numerosos aspectos de la vida política argentina.

La dictadura militar y la geopolítica aplicada

Con la llegada de Onganía (1966-1970) al poder la competencia con Brasil resurgió con virulencia y emergió el conflicto en torno a la utilización de los recursos hídricos de la Cuenca del Plata. Los militares consideraban la explotación de la cuenca como un medio de poder e influencia geopolítica en competencia con el Brasil, país con el cual la relación durante estos años fue de marcada rivalidad en diversos ámbitos: desde una vertiente económica, por los resultados del ''milagro brasileño'' y la preocupación por la ruptura del equilibrio de poder regional; desde la geopolítica, que temía el peligro del ''subimperialismo brasileño'' en la Cuenca del Plata y el papel de Brasil, a partir de su alianza privilegiada con Washington, como gendarme de Estados Unidos en la subregión. La dictadura de Onganía adoptó una política exterior marcadamente orientada hacia las buenas relaciones con Estados Unidos, apoyada en la idea de defender las ''fronteras ideológicas'' que dividían al bloque ''occidental y cristiano'' del comunista. El Ejército adscribió a las ideas de la Doctrina de Seguridad Nacional, fundada en la hipótesis de guerra interna permanente en distintos frentes, y estableció una estrecha relación entre seguridad y desarrollo. Sin embargo, si bien se priorizó el conflicto Este-Oeste, no se llegó a plantear un alineamiento automático con Estados Unidos.15

A partir de la consolidación del militarismo conservador y represivo con el golpe de 1976, se dio el auge de la geopolítica de cuño nacional y militarista. Los trabajos teóricos y de alcance general que habían caracterizado la etapa anterior dieron paso a la geopolítica aplicada, como la denomina Colacrai (1992). Los distintos abordajes realizados tendieron a priorizar en sus análisis la transferencia de las claves conceptuales de la geopolítica a problemas concretos y a evaluarlos en términos prescriptivos. Se compartieron ciertos supuesto básicos que guardan relación con lo que algunos caracterizan como la ''falencia de una geopolítica nacional'', que contribuyó al análisis de cuestiones profundamente descuidadas, a saber: el componente espacial, de las regiones fronterizas vinculadas al crecimientos de los países vecinos y su presión sobre las áreas de frontera, la relevancia de los recursos humanos y energéticos para la potenciación de la nación.

La diplomacia regional mezclaba en su diseño consideraciones geopolíticas, económicas e ideológicas donde no solo estaban en juego apreciaciones sobre inseguridad e hipótesis de guerra, sino también opciones entre la ortodoxia liberal y las formulaciones nacional/distribucionista. El tablero regional se configuraba de manera tal que las disputas y desconfianza hacia Brasil se compensaban con el acercamiento a Chile, país con el cual se mantenían aún conflictos limítrofes irresueltos. De esa forma, las hipótesis de conflicto sobre las que tanto se había trabajado en los ámbitos militares hasta el momento pasaban a manifestarse en escenarios reales de actuación. Como resultado, la geopolítica no solo adquirió una nueva significación para la implementación de políticas, sino además para el ámbito público. Así lo señalaba Reboratti al llegar la democracia:

    [...] las ideas desprendidas de la geopolítica o inspiradas en ella han tomado estado público, su vocabulario es usado ampliamente por muchos medios de comunicación y todo hace pensar que esto sucede sin que los conceptos básicos de esa disciplina sean analizados, criticados y ni siquiera conocidos. Una de las causas que permiten el libre uso de la geopolítica como aparente fundamento para todo tipo de declaraciones es su oscuridad tanto de principios como de métodos y de fines. Al mismo tiempo creo que no existe un cuerpo teórico capaz de ejercer controles internos a la disciplina que requieran una cierta coherencia o la aplicación de una metodología estricta. Por lo tanto, pueden invocar razones geopolíticas miembros de grupos sociales diferentes, con afiliaciones ideológicas dispares y formación profesional en distintos campos, sin tener que llegar necesariamente a conclusiones similares. (Reboratti, 1983, p. 183)

Así, durante estos gobiernos militares, la geopolítica adquirió un esquema filosófico-teórico sustentado en la obra de Kjellén (1916), según el cual la práctica política se apoya en una ''fetichización'' del Estado, este ''debe aumentar su poder'' y el rol de la geopolítica se reduce a informar y prescribir caminos a los ''conductores del Estado'' (Fornillo, 2015). De este modo, la geopolítica se convirtió en la caja de herramientas de los líderes militares que pensaban en sus términos, y proveyó una explicación consistente sobre los esquemas de desarrollo nacional, integración territorial, las relaciones con sus vecinos y el mundo.

Conclusión

La geopolítica imprimió a las RI un nuevo matiz. Tanto el derecho internacional como la Diplomacia sirvieron de puntapié para pensar lo internacional frente a las necesidades de un Estado joven y en proceso de construcción. Sin embargo, mientras que el Derecho y la Diplomacia se centran en la cooperación, en la geopolítica prima la rivalidad y la necesidad de control interno y desarrollo del territorio en clave defensiva. Del mismo modo, el enfoque desde la geopolítica emerge de la mano de las necesidades del Estado, controlado por Gobiernos militares y con una perspectiva ideológica y de política exterior particular. Incluso cuando en el escenario europeo de posguerra el término geopolítica o geopolotik (por su acepción alemana)habían caído en desuso por su asociación a las políticas del tercer Reich, en América Latina adquirió un peso significativo. La incorporación de estos estudios al ámbito castrense, primero, y al académico, después, permitieron el desarrollo de una línea de abordaje de los estudios internacionales vastamente elaborada por los estudiosos de las RI en otros lugares del mundo.

En este enfoque se destaca el rol de las escuelas de formación militar, como la Escuela de Guerra, la Escuela de Guerra Naval y el Centro de Altos Estudios, desde donde se produjeron las primeras publicaciones de textos geopolíticos, así como en años posteriores surgieron intelectuales especializados en estos asuntos que dieron un impulso, desde diversos ámbitos como el Insar y la Revista de la Escuela de Guerra Naval, Geopolítica y Estrategia.Paralelamente, los trabajos enfocados desde la defensa y la seguridad nacional imprimieron un fuerte componente de la teoría realista clásica a las aproximaciones a la política internacional. Esto se manifestó en varios de los trabajos publicados en las revistas analizadas. Sin duda, esto inauguró de alguna manera una de las ramas que más fuerza ha cobrado en la disciplina en los ámbitos universitarios en años posteriores, que es la de la seguridad internacional (Tickner, 2002). Menos evidente, pero no menos relevante, fue su asociación con las corrientes desarrollistas del momento y el impulso que la rivalidad con Brasil dio a temas vinculados con el desarrollo. En este sentido, el peso que adquirió la geopolítica dentro del campo de las RI se entiende, en parte, por el rol de las Fuerzas Armadas, pero su gravitación más amplia no puede comprenderse sin su contrapartida desarrollista.

A partir de este momento, la disciplina pareció adquirir lentamente un espacio entre las publicaciones académicas, donde muchos de sus jóvenes especialistas lograron encontrar arenas de debate sobre los temas de su interés. Con ello, también se empezó a pensar una disciplina con mayor especificidad, con sus propios métodos de análisis y asociada a las necesidades del Estado, como política pública.

El gran desarrollo de la geopolítica cumplió un rol fundacional para las RI, razón por la cual -incluso hasta hace pocos años- fue evidente la tendencia a asociar a esta última con política exterior, que en Argentina durante mucho tiempo tendieron a verse como sinónimos. Así es como, en el proceso de diferenciación interna de la disciplina, el enfoque histórico-jurídico que caracterizó a los periodos anteriores se tradujo en el estudio del Estado-nación como unidad de análisis y a las relaciones intergubernamentales como escenario de dichas relaciones. En esta etapa comenzaron a cobrar fuerza los trabajos sobre política exterior argentina, basados en la evidencia histórica como fuente para comprender los procesos.

Notas

1 Para profundizar acerca de los enfoques globales de las RI, ver Acharya (2014) y Deciancio (2016b). Volver

2 Para indagar sobre la historia de la política exterior argentina ver Corigliano (2006) y Simonoff (2012). Volver

3 La idea de insularidad estuvo presente en gran parte del pensamiento geopolítico argentino, principalmente a partir de que Segundo Storni planteara esta característica como condición natural de la Argentina en el mundo. Volver

4 Sobre la teoría realista de las RI ver Morgenthau (1948) Waltz (1988), Walt (1998), Holsti (1996), Aaron (1967). Volver

5 Sin ser exhaustivos, sobre geopolítica en América Latina ver: Child (1985), Child (1988), Dodds (1993), Hepple (1988), Hepple (1992), Kelly (1997), Kelly y Child (1988). Volver

6 Sobre los debates en torno al territorio ver: Escudé, 2008; Romero (2004, 2009). Volver

7 No es el objetivo de este trabajo realizar un relevamiento exhaustivo de los debates en torno a este concepto, sino mostrar la relevancia que cobra a partir de la emergencia de los enfoques geopolíticos en Argentina. Volver

8 Sin embargo, nuevos análisis han criticado el uso práctico y teórico de tal concepto por la multiplicidad de actores que actualmente son tomados en consideración en los estudios de cuestiones internacionales (Tomassini, 1985). Además, el interés nacional hoy es criticado como categoría-valor para legitimar las decisiones que se adoptan en su nombre, aun aquellas que solo responden a conveniencias sectoriales y que pueden imponer al conjunto de la sociedad (Paradiso, 1993). Volver

9 Esta publicación, además de la relevancia que presenta para el campo de la geopolítica, fue fuertemente criticada con posterioridad por la propaganda a favor del Tercer Reich. En la versión traducida al español puede leerse en la nota del traductor: ''En cuanto a los problemas raciales o políticos que figuran, especialmente en los últimos capítulos, han sido traducidos al sólo efecto de no dejar trunca la obra'' (Henning y Körholz, 1944, p. VI). Volver

10 Ejemplos de estas instituciones fueron la Academia de Letras, la Comisión Nacional de Cultura, la Comisión Argentino de Cooperación Intelectual y la Academia Nacional de Bellas Artes. Volver

11 Los intelectuales se dividieron a partir de sus manifestaciones abiertas a favor y en contra del fascismo, que había cobrado vigencia durante la Guerra Civil Española y que cobró más fuerza con la Segunda Guerra Mundial. Volver

12 Además de docente e investigador, Moneta fue funcionario del canciller Puig, y subdirector y director de Relaciones Económicas Externas y Secretario General del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), un organismo regional intergubernamental, creado el 17 de octubre de 1975, con sede en Caracas, Venezuela. Volver

13 Ya un editorial del número 19, de septiembre de 1980, analizaba, en el artículo ''Relaciones Internacionales y Geopolítica'' la política exterior argentina en el escenario internacional y regional con un marcado sesgo hacia la integración latinoamericana. Volver

14 No se incluyen la totalidad de trabajos publicados, sino algunas muestras de referencia para destacar quiénes y qué publicaban en esta revista. Volver

15 Algunos ejemplos de no alineamiento fueron la insistencia en la compra de tanques a Francia en 1968 en lugar de Estados Unidos; para la construcción tecnológica de Atucha I, se optó por la propuesta de Siemens que proveería uranio natural frente a las opciones de General Electric y Westinghouse que proveerían uranio enriquecido (a menor precio). Argentina no firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear por considerarlo discriminatorio y argumentó que su intención era 'desarmar a los desarmados'. En este sentido, Argentina no era vista por Estados Unidos como un país dócil. Volver


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