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Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad

versión impresa ISSN 1909-3063

rev.relac.int.estrateg.segur. vol.14 no.2 Bogotá jul./dic. 2019

https://doi.org/10.18359/ries.3801 

Artículos

Ramón Cañas Montalva (1896-1977). Consejero geopolítico de las administraciones radicales en Chile, 1938-1952*

Ramón Cañas Montalva (1896-1977). Geopolitical Advisor to Radical Administrations in Chile, 1938-1952

Ramón Cañas Montalva (1896-1977). Assessor geopolítico das administrações radicais no Chile, 1938-1952

Cristián Garay Veraa 

a Doctor en Estudios Americanos por la Universidad de Santiago de Chile; doctor en Geografía e Historia de la UNED; magister en Historia de la Universidad de Chile y profesor titular de la Universidad de Santiago de Chile, Instituto de Estudios Avanzados. Correo electrónico: cristian.garay@usach.cl ORCID: orcid.org/0000-0002-6575-7456


Resumen:

En el desarrollo de la geopolítica chilena, el nombre del general Ramón Canas Montalva ocupa un lugar destacado por sus ideas acerca de la importância del Pacífico "Sur-Austral y Polar" -como le denominaba- para la constitución de Chile como una "pequena potencia del Pacífico Sur". Su geopolítica, que es tridimensional: terrestre, marítima y aérea, tuvo un especial auge en los tres periodos de gobierno del Partido Radical chileno (centro-izquierda), entre 1939 y 1952. Este artículo describe su relación de consejero de dichos gobiernos y también las circunstancias políticas y profesionales que explican su influencia, en ese tiempo y en el largo plazo, en la política exterior chilena.

Palabras clave: geopolítica chilena; pensamiento militar; política exterior (Chile)

Abstract:

In the development of Chilean geopolitics, the name of General Ramón Canas Montalva occupies a prominent place for his ideas about the importance of the "South-Austral and Polar" Pacific -as he called it- for the consolidation of Chile as a "small power in the South Pacific." Its geopolitics, which is three-dimensional (land, sea and air), experienced a special boom during the three administrations of the Chilean Radical Party (center-left) between 1939-1952. This article describes his position as an advisor to these governments, as well as the political and professional circumstances that account for his influence on Chilean foreign policy at the time and in the long term.

Keywords: Chilean geopolitics; military thought; foreign policy (Chile)

Resumo:

No desenvolvimento da geopolítica chilena, o nome do general Ramón Canas Montalva ocupa um lugar de destaque por suas ideias sobre a importância do Pacífico "Sul-Austral e Polar" - como ele o chamava - para a constituição do Chile como uma "pequena potência do Pacífico Sul ". Sua geopolítica, que é tridimensional (terrestre, marítima e aérea), teve seu auge, principalmente, nos três períodos de governo do Partido Radical chileno (centro-esquerda), entre 1939 e 1952. Este artigo descreve a relação dele como conselheiro desses governos e também as circunstâncias políticas e profissionais que explicam sua influência, naquele tempo e em longo prazo, na política externa chilena.

Palavras-chave: geopolítica chilena; pensamento militar; política externa (Chile)

Introducción

Para Jack Child (1990), Chile constituía el caso peculiar de un país cuyo gobernante era a la vez geopolítico. En efecto, la literatura sobre Augusto Pinochet ha recalcado sus ideas geopolíticas, basadas en el enfoque clásico, propio de la época1. Además, se resalta el hecho de haber dejado una huella docente entre los militares a través de sus libros Síntesis geográfica de Chile; Argentina, Perú y Bolivia, y Geopolítica (Badwen, 2016). La idea central de este artículo es que el Pinochet geopolítico fue, en todo caso, antecedido y sucedido por dos escuelas geopolíticas: la del Ejército (del general Canas Montalva, el coronel Von Chrismar y el general Toro Dávila), y la de la Armada (de los almirantes Ghisolfo y Martínez Busch). Entre estas escuelas y representantes nos vamos a centrar en el general y comandante en jefe del Ejército Ramón Canas Montalva, quien sería influyente décadas antes del año 1973 como consejero de los gobiernos del Partido Radical (socialdemócrata). En este periodo es fundamental tomar en cuenta los cuatro postulados básicos de este general: 1) "el advenimiento de la Era del Pacífico"; 2) la importancia de la ubicación geográfica de Chile; 3) "la responsabilidad geoestratégica de Chile en la defensa continental y en su propio destino"; y 4) su configuración como "potencia del Pacífico" (Child, 1990, p.181).

Una característica de Canas Montalva fue su animadversión respecto de lo que denunciaba como el expansionismo argentino (Child, 1990). Al respecto, su discípulo, el coronel Julio von Chrismar, relató en el curso de una conversación, que su insistencia se acrecentaba por su peculiar forma de destacar sus ideas en negritas o mayúsculas, y repetirlas una y otra vez para concientizar a los demás. Canas Montalva, en suma, fue un formidable comunicador y propagandista geopolítico, así como consejero en asuntos antárticos y oceánicos para los tres gobiernos radicales de centro-izquierda que tuvo Chile (Von Chrismar, 1988).

Este artículo busca situar la labor de Canas Montalva en la comunicación de las ideas geopolíticas durante en esas tres administraciones presidenciales de centroizquierda (entre 1938 y 1952), del Partido Radical2, colectividad de centro, de perfil socialdemócrata, en el espectro chileno. En este caso, se ha pasado por alto un análisis más preciso de su influencia en el ámbito de la defensa militar y organizativa como, por ejemplo, la potenciación de las unidades al sur del país3.

Los inicios

Ramón Canas Montalva fue enviado a Suecia a estudiar el método de Ling, con el fin de prepararse para su labor como instructor en Chile; había obtenido ese destino por ser el mejor alumno de gimnasia y participar de las Olimpíadas de Amberes. Allí, tomó clases en la Universidad de Upsala con Rudolf Kjellen, el geopolítico sueco. Para él, guardadas las distancias, Suecia era un análogo de Chile, pues estaba comprometida en su situación geoestratégica y condicionada, por su tamaño contenido, frente a otras potencias y vecinos4. Su profesor lo recomendó para realizar un "tour" en Europa, el cual incluiría conversaciones con Mackinder, Dix y Haushofer, en Reino Unido, Francia y Alemania, respectivamente. Tenía facilidad para los idiomas, por lo que, si bien escribió sobre educación física en el Memorial del Ejército de Chile, fue un interés menor frente a la geopolítica.

De regreso a Chile, Canas Montalva afrontó había sido partidario de Arturo Alessandri (1920-1925), presidente chileno depuesto por Carlos Ibánez (1927-1931). No compartió el golpe militar y, en 1926, poco antes de entrar en la Academia de Guerra, decidió no postularse, por lo que se presentó voluntariamente al Regimiento Magallanes en Punta Arenas. Esto era inusual para una carrera de oficial, porque reglamentariamente solo graduándose de la Academia de Guerra se podía mandar tropas; no obstante él consideraba que Punta Arenas era el lugar central desde el cual Chile se podría convertir en una potencia del Pacífico Sur con ambiciones antárticas. Esta petición personal (ser jefe en Punta Arenas) fue aceptada, en parte, porque los mandos ibanistas consideraron que allá no hacía ningún ruido (Pena, 2013). Dicho destino, lugar conocido por su lejanía, duro clima y pocas diversiones, se convirtió en su caballo de batalla en los años posteriores, y, con el mando de coronel, empezó a escribir en la prensa sobre la necesidad de proclamar soberanía efectiva sobre la Antártida. Allí empezó a llamar la atención en el ámbito militar y político por su defensa de la soberanía en la Patagonia, en instantes en que era recusada desde Argentina.

Relegado al lejano sur y abocado a la presencia del Ejército en la zona de Magallanes, Canas Montalva tuvo tiempo de madurar las ideas aprendidas en Europa, en el marco de la geopolítica clásica (la tesis organicista del Estado y la geopolítica como ciencia). Como pensador militar fue un geopolítico "a la alemana", pero aplicado a la realidad chilena y regional, en el contexto de América del Sur. Defendió su planteamiento para refrendar la soberanía chilena en el espacio sur-austral frente a Argentina.

Como se dijo, el aprendizaje con R. Kjellen y su contacto con los exponentes más seneros de la época condicionaron su perspectiva. En 1948, al reflexionar sobre la geopolítica, afirmó que era en "la actualidad, la disciplina científica que estudia y procura dar expresión a tales interrogantes, discriminando entre los vínculos y fenómenos que unen los procesos políticos con el suelo" (Canas Montalva, 1948, p.15). Proseguía afirmando que la interpretación geográfica identificaba "la vida y la relación entre las naciones", y hacía de la geografía "la determinante fundamental de su grandeza" (1948, p.15). De estas líneas expuestas se sigue el carácter aplicado de su saber geopolítico, según el cual la geopolítica se puede entender como un saber de consejeros, cuya finalidad puede ser asesorar en las decisiones políticas. Esta idea se corresponde con su propia conducta en relación con el poder ejecutivo, y cuya base de análisis era geográfica y luego política.

Canas Montalva sostenía:

Bastaría enunciar aspectos de orden espiritual o material, que influyen en la vida de las naciones, como consecuencias originadas por insalvables interdependencias entre los estados, para comprender el poder de los factores geográficos en relación con su desarrollo y progreso. Ubicación geográfica, extensión, geomorfología, clima, población (características raciales), naturaleza de las fronteras, calidad de sus materias primas, potencial económico y tecnológico, poder financiero, nivel social, solidez política, espíritu nacional, etc., son términos comunes a la ecuación de poder. En que necesariamente ha de fundamentarse toda política interna o externa, orientada a robustecer un país (1948, p.15).

A su regreso a Chile, fue nombrado intérprete del príncipe Umberto de Saboya. Su carrera profesional fue jalonada por estos episodios que hablan de su visibilidad en la institución. Fue, como se comentó, el único comandante en jefe de los tiempos modernos que no pasó por la Academia de Guerra chilena (lo que teóricamente significaba una imposibilidad de ejercer mando y, sin embargo, lo ejercería). Su contacto con autoridades civiles y sus dotes de comunicador fueron evidentes.

Luis Godoy Gómez, que le conoció entre 1942 y 1943, en Punta Arenas, publicó en La Prensa Austral un testimonio en el que recordaba su larga estadía en la ciudad, su matrimonio con Isabel Suárez Ladouch y sus actividades:

En pleno desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, el estratego seguía el curso de las acciones bélicas ante mapas desplegados en su escritorio [...] Abrió las puertas del Regimiento Pudeto a la ciudadanía, instaló en él un pequeno zoológico y se habilitó la cancha de patinaje en hielo para el uso público. Los sábados en las tardes se proyectaban filmes en el Gimnasio. Era la época del cine mudo; operaba la proyectora el suboficial Sr. Lineros. Chaplin nos deleitaba. Al tiempo de cambiar cada tambor de la película, se encendían las luces y los ninos corrían por entre y sobre las bancas. Como factor tranquilizante se dispuso que la banda del Regimiento amenizara las funciones (citado por Ramón Canas C. (nieto del general), 9 de febrero de 2009).

Esos años en el Sur austral fueron decisivos para su ascenso.

Consejero geopolítico

Al ser nombrado jefe de la recién creada unidad austral del Ejército de Chile, la misión de Canas Montalva fue constituir un bloque militar que subrayara la soberanía chilena, para lo cual enfatizó -con cierto protagonismo personal- los actos patrimoniales que testificaran dicha soberanía. Así, impulsó la reconstrucción del Fuerte Bulnes, el primer asentamiento chileno en la zona. Fue además participe de actividades culturales de significación regional en la zona de Magallanes.

Finalmente, en 1941, Canas Montalva tomó el comando de la Zona Militar Regional Sur (Austral), una posición desde la cual promovió la creación de la 5a División de Ejército y, en el siguiente año, propuso crear la "Zona Sur Antártica", la cual incluía "no solo el territorio antártico y magallánico, sino también sus bases naturales de aprovisionamiento -el archipiélago de Chiloé-. En 1943, después de la Expedición Antártica del estadounidense Richard Byrd, publicó "Zona Austral-Antártida", un estudio que sirvió para la futura discusión (antártica, en Chile), mostrando la imagen de un territorio que se extendía al sur desde Puerto Montt a la Antártida" (Garay y León, 2015, p. 113).

En su labor pedagógica sobre los derechos antárticos chilenos asesorará dos presidentes radicales directamente. En un testimonio contemporáneo a los hechos, escribiría:

Los decretos clarividentemente dictados por el excelentísimo senor don Pedro Aguirre Cerda -sobre "Límites del Dominio Antártico"-y por el excelentísimo senor don Gabriel González Videla -con anterioridad a su viaje a la Antártica, acerca del "zócalo continental adyacente al territorio nacional"-, son resoluciones de profunda significación e importantes y amplísimas derivaciones, que imponen a los hombres y organismos responsables de la marcha independiente y segura de la nación, de la inteligente ejecución de las tareas del presente y de la concienzuda preparación de las intervenciones del futuro, las deducciones, orientaciones, iniciativas y trabajos pertinentes al integral aprovechamiento -en beneficio del continente y del país- de esas visionarias y magnas determinaciones (Canas Montalva, 1948, p. 23).

Otro aspecto de su influencia fue en el plano militar. Canas Montalva era un hombre de línea dura frente a los conflictos fronterizos con Argentina. Una de sus obras fue reforzar la presencia del Ejército en la zona sur-austral para aumentar la disuasión frente a Argentina. Fue un sello de su personalidad, bastante polémica, ser anti-argentino. Así lo relató Julio Von Chrismar al autor de estas líneas, y recordó a otro militar en un evento, el general retirado Tomás Opazo Santander5. Este último recordó en un seminario de la Academia de Guerra, en agosto de 1992, respecto a la distensión de las relaciones con Argentina:

Un gran geopolítico, que fuera profesor mío, el general Canas, siempre decía: "Cuando se abra un camino con Argentina, con Perú o con Bolivia, hay que siempre ponerle una puerta con candado y esa puerta es un regimiento de infantería bien equipado". Muchas gracias (risas) (Foro, 1992, p.158).

En el plano de sus convicciones personales, Canas Montalva evidencia una visión humanista y laica. Su convergencia natural fue el ambiente progresista del Partido Radical. Si bien compartía la filiación masónica, esto es algo que no se evidencia con precisión, pues su discurso estaba dentro de las constantes de un "iberoamericanismo" y de la afirmación republicana, sin visos de filiación con miradas hispanistas (frecuentes en esa época); además, siempre estuvo lejano al mundo intelectual conservador o liberal. Su mundo cultural era laico, republicano, progresista moderado y cercano al ámbito de liceos y de la educación pública:

Visitaba asiduamente el Liceo de Hombres, rectorado por don Luis Barrera. En una sabatina se le concedió el uso de la palabra. De uniforme y con el sable de reglamento, se plantó frente al juvenil auditorio y profesores, ilustrándonos sobre la actualidad cultural. Expresó conceptos de admiración por José Ortega y Gasset, filósofo español fundador de la Revista de Occidente y autor de numerosos libros, entre ellos Meditaciones del Quijote (Canas C., 9 de febrero de 2008).

Según su nieto, era un "acendrado ohigginiano y decía que a nuestro prócer no lo teníamos en el sitial debido" (Canas C., 9 de febrero de 2009). Se refería a Bernardo O'Higgins, el líder de la independencia chilena, quien en su lecho de moribundo, el 24 de octubre de 1842, reiteró la necesidad de tomar posesión del Estrecho de Magallanes, repitiendo solo dos palabras: "Magallanes. Magallanes", para oponerse a británicos y franceses que aspiraban a lo mismo. Apenas un año después, en 1843, Chile tomó posesión oficial del Estrecho de Magallanes y de Tierra del Fuego.

Importante es el contexto directo de su influencia: el Partido Radical. Esto tiene que con la sincronía de ese pensamiento militar con el anticomunismo, la preocupación por la soberanía, la sensibilidad generacional de una "élite antártica"; las repercusiones y posicionamiento de Chile frente a Argentina en el plano geopolítico vecinal y el papel de líder del bloque occidental de Estados Unidos, en el plano geopolítico mundial.

En este sentido, Canas Montalva representa un perfil habitual en esas décadas, el de un oficial ilustrado y hasta donde se percibe progresista liberal (sector político que tenía, además, afinidad con ciertos ámbitos de la masonería).Si bien compartía la filiación masónica, esto es algo que no se evidencia con precisión, pues su discurso está dentro de las constantes de un iberoamericanismo laico. Así era la influencia también del entorno en el que se movía: el Partido Radical y los militares6, siendo el caso más obvio el propio ministro de Defensa, Guillermo Barrios Tirado, hecho que reconoce en sus memorias. Aunque no es prodigo al dar pistas sobre su pensamiento político, basta recordar que no solo fue un activo consejero de los presidentes radicales, sino que, en el contexto de la crisis de gobernabilidad del gobierno de González Videla, cuando fue proscrito el Partido Comunista, fue comandante en jefe. A pesar de su tensión con el ministro de Defensa y también militar, Guillermo Barrios Tirado, y de su ausencia de manifestaciones políticas, salvo las de carácter anticomunista, fue parte de ese equipo gubernativo.

Canas Montalva, Barrios Tirado y González Videla , además de presidentes e importantes líderes políticos radicales y diplomáticos, fueron parte de la "segunda elite antártica" chilena, comunidad que estaba preocupada por el tema, y que requirió más que sus consejos geográficos y geopolíticos. León (2018) ratifica el criterio de esta élite antártica -diplomática, militar y política- de carácter transversal, pues estaba unida por su anti-ibanismo, de modo que el apoyo a los radicales no era un accidente, ni tampoco la participación de las derechas partidistas (liberales y conservadores), también adversos al caudillo militar nacionalista. Los militares comprometidos en esta élite antártica habían resistido a conatos de insubordinación militar de tipo nacionalista. En 1939, Barrios Tirado arrestó a partidarios de la revuelta del nacionalista Ariosto Herrera, desde su cargo de director de la Escuela de Infantería. Canas Montalva y Barrios Tirado, además, fueron hostigados por Ibánez en su primer gobierno (León, 2018, pp. 228-229). León sostiene que en este grupo informal había predominio de la masonería, de la Universidad de Chile, y los socios de los salones del Club de la Unión (al que concurrían los conservadores y liberales, y luego los radicales) (2018, pp. 226-227). En cada uno de estos lugares, Canas Montalva se convirtió en un publicista de la idea antártica y, tras su retiro (bajo Ibánez justamente), pasó a representar a Chile en foros y organizaciones como el Instituto Panamericano de Historia y Geografía.

Además, Canas Montalva era parte del consenso respecto de la amenaza geopolítica de Argentina y del peronismo, movimiento al cual los presidentes radicales temieron por razones también ideológicas, ya que alentaba movimientos nacionalistas convergentes con el líder transandino.7 El eje de nacionalistas chilenos con peronistas era parte del temor frente a Argentina, que se verificaba también en el reforzamiento de las fronteras, sobre todo después de que Perón creara unidades de montana que podrían servir como vías de penetración hacia Chile, temores que venían desde finales de los años 20 para militares de ambos países (por ejemplo en la visión argentina: Cornut, 2018, pp. 201-202 y 223-226).

La influencia de Canas Montalva no fue indiferente al contexto de la Guerra Fría. Sostuvo que Estados Unidos tenía más condiciones que Europa, Reino Unido, China o la URSS para estar en el eje del cambio geopolítico del Atlántico al Pacífico, y remató diciendo, "se evidenciará meridianamente que no pecamos de optimistas al asignar a América y a Estados Unidos el puesto preeminente y la misión magnífica que destacamos en estas reflexiones" (Canas Montalva, 1948, p.16). A su juicio, Estados Unidos no podía caminar ese camino solo, sin el apoyo latinoamericano, y vio en esa (supuesta) necesidad una oportunidad para reclamar ayuda de Estados Unidos, apoyándola ante la URSS, y beneficiándose con un pequeno rol de Chile como responsable de la conexión Pacífico-Austral y Polar. Su geopolítica se estructuró sobre la base de que la plataforma de seguridad hemisférica tenía la obligación de contar con una geopolítica marítima capaz de conectar los puntos del amplio territorio nacional; en suma, aprovechar el alineamiento con Estados Unidos para reforzar las condiciones de la soberanía en los puntos australes del territorio.

Canas Montalva fue un ecléctico en asuntos internacionales. A pesar del contexto de su formación alemana y la geopolítica clásica, propuso de ejemplo a Suecia como sociedad, y a Churchill como un estadista. Su pensamiento geopolítico se actualiza al incorporar los postulados de Nicholas Spykman (1893-1943) en Estados Unidos frente al mundo (FCE, México, 1944) y del enfoque de la Guerra Fría realista.

Spykman, de origen holandés, aunque nacionalizado estadounidense, tomó las ideas de Mackinder y las reconfiguró. Para él, como dice Aguiar (2018), lo decisivo es la localización del Estado para definir "sus enemigos y aliados potenciales, los límites de su papel y la naturaleza del territorio limítrofe, así como su tamaño". Spykman fue además un geopolítico terrestre y naval, lo mismo que Canas Montalva, y postuló la necesidad de una gran estrategia que subsumiera la política interna con la externa y lo militar para el caso de Estados Unidos. Según él, para mantener el equilibrio mundial era necesario "dominar el camino circunferencial marítimo (Rimland), o el Creciente Interno de Mackinder" (Aguiar, 2018, pp. 90-91). La visión geopolítica de Spykman era funcional con las necesidades de la Gran Estrategia contenida en las siguientes orientaciones de seguridad nacional de Estados Unidos. Aunque Spykman falleció antes que la Guerra Fría empezara, fue útil para Canas Montalva, al permitirle mostrar a Chile como socio confiable de Estados Unidos, versus la Argentina de Perón.

Chile era presentado, según Canas Montalva, como un actor democrático, confiable y en sintonía con Estados Unidos: con base en estos aspectos reforzaba la cooperación de defensa con EE.UU. Los elementos entregados para la seguridad hemisférica confluían en reforzar las capacidades militares chilenas en el teatro austral .

Un contexto conflictivo

El contexto de las acciones de Canas Montalva fueron las disputas sobre la Antártida8 y el control del paso entre el Océano Pacífico y el Atlántico, en la conjunción del Cabo de Hornos y, de paso, afirmar el predominio en el área sur del Océano Pacífico. En efecto, Chile, Argentina y Reino Unido contendían sobre la misma zona antártica, situación que se agravó cuando entraron otros jugadores globales: Alemania, Estados Unidos y la URSS. Antes de 1945, Japón y Noruega también habían evidenciado aspiraciones en el sector.

Si en 1911 Japón inició exploraciones, el revuelo mayúsculo fue dado con la Expedición Antártica Alemana (1938 y 1939), a bordo del Schwabenland. La llegada del buque, en enero de 1939, a los 69° 14' sur, inauguró la idea de apropiarse de territorio antártico, creando una nueva provincia denominada Nueva Suabia (Fontana, 2014, p. 177 y ss).

Para empeorar dicha situación, las actividades alemanas se sumaron a las noruegas. Por ello, en 1939 se constituyeron en Chile y Argentina las respectivas comisiones antárticas. Se designó como jefe de la comisión chilena al comandante Enrique Cordovéz, junto con el abogado Julio Escudero Guzmán y el jefe del Departamento Diplomático del Ministerio de Relaciones Exteriores, Enrique Gajardo Villarroel (Villalón, León y Jara, 2010, p. 135). El presidente Pedro Aguirre Cerda fijó la directriz, debido a que Estados Unidos había sugerido reclamar frente a las incursiones alemanas lo que le fue comunicado por Canas Montalva (Marcelo Ruiz, 1991, p. 8; Villalón, et ál. 2010, p. 138).

El entonces coronel Canas Montalva aprovechó la coyuntura y el 30 de marzo de 1940 publicó, en el diario La Verdad de Punta Arenas -antecesor de La Prensa Austral-, un artículo en el que sostenía que, a propósito del regreso del almirante Byrd a Estados Unidos, y el inicio de reclamaciones por 14 millones de kilómetros cuadrados, que era "el momento más oportuno para que Chile [definiera] su posición en la hegemonía que se disputa, aprovechando para hacer una realidad las conversaciones iniciadas al respecto con la República Argentina, hace más de treinta años". A lo que anadía: "si se estima la actual política internacional de 'buen vecino' que anima a la gran nación americana, al buscar, como parece, soluciones de conveniencia continental a sus problemas económicos y estratégicos, es de suponer que cualquier insinuación de nuestra parte será considerada con el mérito que merece". (Citado por Canas C., 9 de febrero de 2008. El subrayado es mío).

Canas Montalva esperó una actitud favorable de Estados Unidos, pero se decepcionó. Primero, cuando se dio cuenta de la fragilidad de Chile y Argentina frente a terceros, quiso un espaldarazo de Washington a ambos países, y esto no ocurrió en el sentido de favorecer a Reino Unido. Desde 1942, había inquietud por la presencia alemana en la zona antártica. Ya entre 1943 y 1944, los británicos hicieron una ocupación preventiva de la península antártica, pero esto afectaba tanto a Alemania como a Chile y Argentina, que disputaban la zona. La que se denominó Operación Tabarín, se instaló en Isla Decepción, Puerto Lockroy y Bahía Hope. En suma, la maniobra británica fue un condicionante de la conducta posterior para Chile, Argentina, Estados Unidos y la URSS; además, desde 1911, Japón mantenía reclamaciones informales sobre la zona (Aguiar, 2018, p.120).

En otro momento, Chile rechazó la idea estadounidense de impulsar la internacionalización del continente blanco (Jara, 2002-2003, p. 176). Después de haber acompanado al almirante Byrd, Canas Montalva publicó su artículo "Zona Austral Antártida", que fue la base técnica del concepto austral antártico, que fijó los mapas chilenos. Para él, este empezaba en el Golfo de Penas, al sur de Puerto Montt, y abarcaba, finalmente, en un triángulo, a la Antártida. Reafirmaba frente a los estadounidenses, argentinos y británicos, que Chile era dueno de una porción de la región.

La salida de los alemanes no aminoró las tensiones. Por otra parte, en 1946 se declaraba el interés de explorar los recursos de uranio como algo fundamental en el nuevo equilibrio de poder del planeta. En noviembre del 1946, Estados Unidos pasaba a la acción argumentando actividades de investigación y exploración, pero que incluían, por cierto, este otro más controversial sobre el uranio (Villalón, et ál. 2010, p.150). Los intereses extractivistas dieron paso a propósitos más concretos: controlar el Estrecho de Magallanes y el Mar de Drake para los estadou-nidenses, pues no se confiaban de la debilidad militar chilena para un escenario de confrontación global, como se consignó en un documento de principios de 1947 (Villalón, et ál., 2010, p. 138). Chile rechazó la pretensión estadounidense de tomar la custodia de la zona inmediata del Cabo de Hornos. La competencia entre EE.UU y URSS desplazó a los británicos y la expedición High Jump, liderada por Byrd, cartografió la zona en disputa con propósitos políticos, económicos y militares.

En diciembre de 1946, la Task Force 68 del almirante Byrd llegó al Mar de Ross con un portaaviones, 9 buques de superficie, un submarino, aviones, helicópteros y 4.700 efectivos. La Operación Highjump estableció la base Little America IV. Además, desde Japón se envió una flota de apoyo compuesta por balleneros japoneses (Fontana, 2014, p. 176).

En noviembre del mismo año, el presidente chileno Gabriel González Videla invitó, por medio de su embajador, a oficiales argentinos a participar de una expedición. La respuesta fue que Buenos Aires invitaba a un oficial chileno para una expedición que saldría en cinco días. En enero de 1947, el Iquique, un buque recién adquirido, partió a Isla Greenwich (Sheetland del Sur). Poco después lo haría el barco Angamos, con una nutrida delegación civil, militar y científica, con pequenos incidentes protocolares con los británicos. Para marzo de 1947, los ministros de exteriores de Chile y Argentina perfilaron una actitud común frente a Reino Unido (Fontana, 2014, p. 177).

Con razón, Consuelo León (2010) hace notar el "cada vez mayor relieve con el correr de los años" del comandante en jefe del ejército, Canas Montalva, "y la voluntad del sucesor de Juan Antonio Ríos por el tema antártico, el recién electo presidente Gabriel González Videla" (Villalón, et ál., pp. 158-159). El presidente recibía informes continuos del embajador en Gran Bretana, Manuel Bianchi, y de su agregado naval, Hernán Cubillos, como el del 9 de enero de 1947, desde Londres, en el que se advertía la complejidad de la situación respecto a Reino Unido (Villalón, et ál., 2010, p. 160).

En enero de 1947 se reconocía que la expedición High Jump, como la de Finn Rose, tenía propósitos de entrenamiento militar. Los soviéticos harían lo mismo, ese mismo mes, en una expedición ballenera al mando del capitán Volgin9. A la vez, la expedición chilena embarcada en el buque Angamos conjugaba los propósitos estatales con una fuerte presencia de personalidades de la cultura, periodistas y políticos que tenderían a afirmar la importancia del hecho y ratificar la determinación del Gobierno (Villalón, et ál., 2010, p. 181). El 12 de febrero, el buque se encontró en Bahía Discovery con la embarcación Iquique.

"El 12 de febrero de 1948 se anunció el viaje del presidente González Videla hacia la posición elegida por Canas Montalva para instalar la Base O'Higgins"10. Le acompanaba un nutrido grupo de personalidades, incluida su esposa, y la elite política administrativa del país. El 18 de febrero, se realizó la inauguración del busto del general O'Higgins. González Videla se refirió en duros términos a "las colonias que ciertos países de Europa (Gran Bretana) mantenían en América para vergüenza de la comunidad americana" (Garay y Soto, 2013, p. 179). También es posible consultar: "Don Francisco Bulnes Sanfuentes (senador) se refiere a la protesta de Gran Bretana", La Unión, 1948, pp. 1 y 6; y Villalón, et ál., pp. 211-228). Canas Montalva recordó el pensamiento de O'Higgins para delinear el futuro de Chile, destinado a "convertirse en potencia del sur del Pacífico" (Citado en Garay y Soto, 2013, p. 179).

Resulta tan evidente la influencia de Canas Montalva que en los discursos del presidente Gabriel González Videla, que en el Fondo Archivístico Gabriel González Videla se reitera dos veces un mismo texto en dos volúmenes distintos: uno, atribuyéndolo al ministro secretario general de gobierno, Darío Poblete, y otro, al propio presidente11 (son dos volúmenes que contienen la misma cita, en la que se conceptualiza la imagen de Chile como nudo neurálgico de las comisiones transpolares). Punta Arenas será referido como "el gran centro de abastecimiento de las poblaciones que en el futuro se sigan estableciendo [...] Chile ha ganado, Punta Arenas servirá de centro a todas las líneas aéreas y marítimas que podrían unir a América con Australia, Nueva Zelandia y otras regiones" (Garay y Soto, 2013, p.181)

Como consecuencia de la instalación de la primera base en la Antártida, se inicia la actividad científica, que es la otra columna de la política antártica (Villalón, León y Jara, 2010).

A la par, las tensiones con Gran Bretana alcanzaron su cénit con el envío del crucero Nigeria. Pero las tensiones venían desde 1944, cuando sellos postales relativos a las Islas Falkland incluyeron el territorio antártico alegado por Chile. Al poco tiempo, se incrementaron los intercambios de notas por la regulación de la caza de ballenas de acuerdo con la Conferencia de 1946. Cuando Chile protestó por la actividad ballenera británica, la contestación británica fue que no había evidencia de que el territorio antártico fuera prolongación del chileno.12 El clima de tensión fue en aumento debido al supuesto pillaje de las tripulaciones del Angamos e Iquique a una base británica, en febrero de 1947. Ante los desmentidos chilenos, un sarcástico oficial de la Secretaría de Colonias contestó: "Entonces habrán sido pingüinos disfrazados con uniformes chilenos" (Espinosa, 2014, pp. 4-5).

El 30 de mayo de 1947, se dictó el Decreto n° 587, que amplió la Comisión Antártica Chilena, incluyendo a los ministros de Defensa y Relaciones Exteriores, 2 parlamentarios, dos ex cancilleres, dos juristas y dos militares. El Ejército nombró en uno de esos puestos a Canas Montalva (Villalón, León y Jara, 2010, pp.196-197). El 23 de julio de 1947, se redactó el Decreto, que declaró oficialmente el Territorio Antártico Chileno. El funcionario diplomático Eugenio Orrego Vicuna confeccionó, en base a este texto legal, una cartografía oficial elaborada en 1948, bajo la denominación de Terra Australis.

En 1948, el Memorial del Ejército de Chile, órgano oficial de la institución, repartida entre los oficiales, ensalzó al comandante en jefe, el propio Canas Montalva. En nota firmada por la Dirección de la publicación, exponía sobre la creación de la Sección Antártica, de parte del Ministerio de Defensa:

[...] Y en cuyo servicio nuestra institución tomará su parte correspondiente con el celo, espíritu de trabajo y de sacrificios constructivos, para demostrar que su presencia en esas latitudes no se limita a tener meros centinelas y guardia orgullosos. Una Sección como la creada, de tan complejas, vastas y delicadas tareas y representaciones, es ahora la célula vital para la formación futura de la Antártica, porque según las completísimas directivas dadas para su trabajo, se ve que se sobran las necesidades de la misión estrictamente profesional y que todo se ha hecho con miras a obtener conclusiones que sirvan para la aclimatación de futuros pobladores (La Dirección, 1948, p. 8).

Y agregaba:

Y, es de justicia reconocer que el auge del interés nacional por los nuevos territorios ha tenido su mantenedor denodado en el actual Comandante en Jefe del Ejército, Senor General de División Ramón Canas Montalva, que de su mística, por la figura egregia del General don Bernardo O'Higgins, el Fundador, sacó probablemente la llama de su tesón infatigable para colocar en primer plano las necesidades inherentes, a constituir luego a la Antártica en zona activa del progreso chileno13.

Más allá de los elogios institucionales, queda claro que la prioridad del mando era resaltar esa política antártica como parte de la defensa de la soberanía del Ejército.

Según Canas Montalva, la geopolítica está inspirada en los mandatos de la geografía:

La geopolítica constituye, en la actualidad, la disciplina científicaj que estudia y procura dar expresión a tales interrogantes, discriminando entre los vínculos y fenómenos que unen los procesos políticos con el suelo. En síntesis, nuestro tiempo viene dando cada día mayores proyecciones a la interpretación geográfica de la vida y relación entre las naciones; es decir, va haciendo de la geografía la determinante fundamental de su grandeza (Canas Montalva, 1948, p. 15).

En el n° 227 del Memorial del Ejército se reprodujo un artículo de Canas Montalva, en el que reiteraba la emergencia de la Era del Pacífico, y proponía a Chile como un actor con responsabilidades en la zona. Siguiendo a Haushofer, manifestaba su concordancia con el juicio y, en "ocasión de su primer viaje al Japón", hecho en 1908, advertía: "Un espacio gigantesco se está extendiendo ante nuestros ojos, con fuerza que afluyen a él, las cuales, fríamente objetivas, esperan el alba de la era del Pacífico, sucesor de la vieja etapa del Atlántico y de la caduca del Mediterráneo y la pequena Europa". Esta idea, que suscribió siguiendo a Hans W. Weigert, es repetida por Canas Montalva: "Consideraba el Pacífico como una esfera del poder, que ahora, por primera vez en la historia, está despertando lentamente a la conciencia de ser la unidad de mayores espacios terrestres y marítimos". Y agrega: "Teodoro Roosevelt sugería ya la misma cosa cuando hablaba de los recursos declinantes de la era del Atlántico y predecía la aurora de la del Pacífico" (Canas Montalva, 1948, p.13).

En este periodo, Canas Montalva se presentaba como el defensor de la conciencia antártica. Apela a un estilo propio en sus escritos, que utilizaba la reiteración para persuadir:

Aunque aparezcamos repitiendo en exceso las mismas razones y argumentos ya varias veces enunciados en este artículo -lo que no nos interesa mayormente, por cuanto, con premeditación, hemos escrito con ánimo de golpear insistentemente en la conciencia de nuestros compatriotas-, sintetizamos las determinantes fundamentales que hacen que Chile tenga que comprender, aceptar y realizar el destino que le fijan la geopolítica y los acontecimientos que se desarrollan actualmente y que el porvenir puede deparar al mundo: ser una potencia del Sur Pacífico, capaz de enfrentar sus tareas de naturaleza continental y sus impulsos de progreso nacional" (Canas Montalva, 1948, p. 25 ).

Este es el momento de su mayor influencia, cuando además en sus escritos se encarga de recalcar con cursivas y mayúsculas sus ideas, golpeando al lector con su reiteración para que se quedaran como resúmenes de sus postulados. Así, por ejemplo:

Obedezcamos a los imperativos geopolíticos de la época; tengamos la conciencia y la voluntad de convertimos en lo que nos corresponde afirmar: una potencia del Sur Pacífico -no de la magnitud de las conductoras que existen en el mundo; pero soberana, indivisible, digna y respetada desde Arica al Polo Austral-, y trabajemos por obtenerlo, con orgullo de nación y bajo el dictado de la misión trascendente, que nos ha fijado la época (Canas Montalva, 1948, p. 25).

El año 1948 marca el cénit de su influencia. González Videla, alarmado por las informaciones de la penetración de pobladores argentinos, propicia una campana de chilenización de la zona austral14. Parte de esa iniciativa fue la construcción de caminos y el mejoramiento de servicios básicos; ideas que fueron de Canas Montalva (León, 2018, p. 230).

La estructura de su pensamiento llamaba a meditar en la situación geográfica para luego proponer teatros de operaciones y derivar en torno a estos una Estrategia del Pacífico, equivalente a la Estrategia del Atlántico ya existente, y que se traducirá en una Doctrina a nivel nacional. En 1948, se delinea el escenario del próximo conflicto:

El continente americano ha pasado a ser epicentro de posibles e importantes teatros de operaciones de una [...] Guerra Mundial, en la que la cuenca de nuestro océano y América serán factores determinantes: el Pacífico, por constituir el escenario de una nueva era y el mar de las grandes empresas y decisiones, y el mundo de Colón debido a estar rodeado de importantes rutas aéreas y marítimas, que enlazan, desde ambos litorales, los sectores de mayor significación en el desarrollo y porvenir del universo (Canas Montalva, 1948, p. 23).

La situación mundial ponía a Chile en una situación especial:

La circunstancia de que la América del Sur tenga un flanco mirando a este Océano, le da la calidad expectable [sic] de lógico participante inmediato en las significativas actividades de hoy y en las no menos grandes decisiones del futuro, naturalmente más acentuada en los países que radican en su lado occidental; pero también de positiva significación para los pueblos riberenos del Atlántico, a los que (...) la realización de construcciones ferroviarias y camineras, de obras como el Canal de Panamá y el tráfico aéreo -que no sabe de distancias ni obstáculos-, han acercado notablemente hacia el Mar de Balboa y Magallanes. Los estados propiamente del Pacífico -como Ecuador, Perú, Bolivia (por senalar los más cercanos al nuestro) y Chile -necesitan estimar, con mirada y anticipaciones clarividentes, la enorme participación que les depara la nueva era, magno cometido que sería ilógico que pretendieran enfrentar individualmente, lo que les muestra la ineludible y apremiante conveniencia de encararlo en común (Canas Montalva, 1948, p.14).

De su programa geopolítico transcribimos textuales los siguientes supuestos para Chile:

  1. Traslado al Pacífico de una nueva era, del centro de gravedad del interés internacional.

  2. Ubicación geográfica privilegiada en la vertiente andina occidental; con amplios litorales en dicho océano y en la Antártica.

  3. Soberanía en el flanco de la Antártica que da a la cuenca pacífica.

  4. Dominio de las grandes rutas marítimas y aéreas austral-antárticas. Por ser dueno de los estrechos de Magallanes y de Drake, Canal Beagle.

  5. Posesión de islas avanzadas en el Pacífico: Juan Fernández, Pascua.

  6. Sólida organización política - social - económica - militar; potencial humano.

  7. Morfología, configuración geográfica; todo el territorio gran aeródromo; bases navales.

  8. Riquezas naturales; grandes posibilidades industriales, en particular, industria pesada (carbón, petróleo, minerales de hierro, cobre, nitratos, etc.)" (Canas Montalva, 1948, pp. 25-26).15

Su influencia posterior a 1949

Al año siguiente, 1949, Canas Montalva salió del mando, fruto de su propia vehemencia, protagonismo y carácter irascible. Primero, en un discurso en la zona austral vilipendió a la Armada en presencia del Almirante Santibánez, que se quejó al ministro Barrios Tirado. Este se vio obligado a recordarle, por estar en esa instancia negociándose en el Senado un tratado de libre comercio con el país vecino, "una vez más, su investidura y situación de hombre de Gobierno para que midiera sus opiniones anti-argentinas" (Guillermo Barrios Tirado, sin fecha, VIII, pp. 160-161). Furioso por la reconvención, el propio Canas Montalva anunció su retiro para el 2 de agosto de 1949, sin consultar a su superior ni al presidente.

La salida del mando no significó el total eclipse del general Canas Montalva: fue nombrado como representante de Chile, en materias geográficas y antárticas, ante el Instituto Panamericano de Historia y Geografía y en las conferencias sobre el Polo Sur. Pero perdió su capacidad de interactuar dentro de una élite, como dice León (2018, p. 232). Las circunstancias políticas hicieron lo suyo. Esa élite, tan comprometida con las tres administraciones del Partido Radical, cayó en desgracia cuando Carlos Ibánez, su adversario, cercano al peronismo argentino, ganó la primera magistratura. Hubo una renovación del mando militar.

Los siguientes años fueron de actividad geográfica y de difusión. En el ocaso de su vida, Canas Montalva tuvo interés en difundir su pensamiento. Con tal motivo, en 1972 regaló sus libros al Senado de Chile, quien los destinó a la Biblioteca del Congreso de Chile, y editó con posterioridad su bibliografía, un instrumento muy útil para determinar influencias. El Senado retribuyó el gesto con la Medalla Distintiva del Senado. Un fragmento de sus papeles de publicación llegó a la Biblioteca de la Academia del Ejército de Chile (antigua Biblioteca Central del Ejército). A la vuelta de la democracia su nombre fue otorgado a una de las principales avenidas de Punta Arenas por el consejo municipal.

Tuvo un discípulo director, el coronel Julio von Chrismar (1926-2010)16, cuyos postulados eran paralelos a la influencia de A. Pinochet entre los geopolíticos militares (Chateau, 1977). A diferencia de su maestro Canas Montalva, Von Chrismar siguió más ortodoxamente la escuela alemana y concebía la geopolítica como una ciencia dotada de leyes. También para él, la geopolítica era una ciencia auxiliar del mando (una frase a menudo usada por los militares), aunque su influencia fue más tardía: desde el gobierno de Frei Montalva (1964) hasta finales del primer gobierno de Bachelet (2010). En los cenáculos militares elaboró una de sus obras tempranas: Geopolítica: leyes que se deducen del estudio de la expansión de los Estados (Estado Mayor General del Ejército, Biblioteca del Oficial, Santiago de Chile, 1968). Luego fue asesor permanente del régimen militar de A. Pinochet (1973-1989). Por razones de salud, se recluyó a escribir publicando lo que puede ser considerado su testamento: Los Objetivos nacionales, base de la política nacional de los Estados (Academia de Guerra, Santiago, 2010) en el que se reivindica el concepto realista de políticas exteriores sobre principios permanentes del Estado.

Más controversial fue su influencia sobre la geopolítica brasilena de Therez-inha de Castro (1930-2000), quien fue la autora de la Teoría de la Defrontación que justificó la presencia de Brasil en el Polo Sur. Obviamente, esto fue visto por Canas Montalva como un efecto indeseado de su ensenanza, ya que atacaba las reclamaciones de soberanía de Chile. T. De Castro, reconoció este hecho en el Primer Seminario Internacional de Geopolítica, realizado en Santiago de Chile, en el Campus Militar de La Reina, en 1997. En esa ocasión sostuvo:

Debo indicar que la Antártica es mi hija regalona. Ya que aquí la mayoría son chilenos, debo decirles que quien me inició en la Antártica y quien me llevó a defender la tesis sobre la Antártica fue un general chileno, que hasta hoy yo lo guardo en mi memoria. Se llamaba Ramón Canas Montalva y yo era entonces una joven de veintitrés años, que estaba eligiendo una tesis, a la que él le dio varios artículos que había escrito sobre la Antártida chilena. Fue de esa forma como me interesé en la Antártida y llegué a la tesis de la defrontación17.

Defendiéndose de las imputaciones de aspiraciones en la Antártida, en el debate posterior, T. De Castro argumentó:

Para mostrar que el gobierno de Brasil no va a actuar sobre posibles posiciones en la Antártica, le puedo decir que el gobierno creó su estación en el Archipiélago de Shetland, exactamente en la Isla del Rey Jorge, próxima a una base chilena, país que nos ha apoyado en las pesquisas científicas y nos ha dado apoyo logístico para llegar a nuestra estación; nosotros no tenemos base. De manera que esta es la posición del gobierno brasileno, el cual montó una estación cerca de un país, que es Chile, con tradición antártica, para que nos ensene a estudiar y a hacer investigaciones. En el momento actual, el gobierno brasileno no apoya en nada mi tesis de la defrontación en particular; ella no es oficial (Mesa De Reflexión, 1997, p. 108)18.

Pese a no tener carácter oficial como doctrina, Brasil realizó su primera expedición en 1982. En 1983, pidió su ingreso al Tratado Antártico, y ese mismo año inauguró su primera base, Comandante Ferraz, a las que han seguido Padre Rambo y Astrónomo Cruls. Así mismo, en 1986 se propugnó, de modo informal (Brasil no es signatario originario del Tratado Antártico), sus aspiraciones informales sobre el paralelo 60° S y entre los meridianos 28° O al 53° O. En suma, lo que en Chile se denomina Tierra de O'Higgins. En el 2008, el presidente Luiz Inácio Lulada Silva visitó la base Ferraz. Y esto es paralelo al carácter no oficial de la teoría, que fue difundida por "funcionarios claves" de los gobiernos militares de Brasil hasta 1985, pero que, como dice Child, "aparece (aún hoy) con frecuencia en los medios populares brasilenos y en las publicaciones geopolíticas especializadas".19 La teoría de la defrontación (por "frentes" en portugués) está vigente de hecho.

Conclusiones

En la evolución del pensamiento geopolítico chileno, en sus varias vertientes: civil y militar, enfoque terrestre, marítimo o multidimensional, desde el punto de vista clásico o más renovado, lo cierto es que Ramón Canas Montalva es fundamental para la adaptación de la geopolítica clásica al caso chileno. La peculiaridad de su influencia es su posición de consejero de los tres presidentes radicales chilenos entre 1939 y 1952. Ello determina su influencia en un contexto civil y democrático y le hace transversal, por cuanto abordó el posicionamiento frente a la Antártica y el Pacífico Sur en el marco de la Guerra Fría y en conexión con las perspectivas estadounidenses que aprovechaba para consolidar las necesidades chilenas.

Su activo rol en los asuntos antárticos se desvanece con la edad en los años 70, no obstante seguía siendo un referente y sus apreciaciones eran aprovechadas por los especialistas antárticos del Ministerio de Relaciones Exteriores chileno. Sus ideas estaban ya firmemente diseminadas. Por ejemplo, la referente al rol de Chile en el Pacífico fue un antecedente lejano de las políticas hacia el Asia Pacífico desarrolladas desde Pinochet y reforzadas por Frei R-T y Lagos, presidentes de décadas muy posteriores. También dejó una huella respecto a la argumentación en los litigios con Argentina por el sector austral y polar, y creó la idea de que Chile tenía "responsabilidades" en el control ambiental de la zona marítima económica exclusiva hasta 200 millas al interior del mar. En cambio, sus ideas respecto a crear un eje aéreo mundial. A través de Chile del tráfico aéreo y marítimo global vía transpolar eran técnica y tecnológicamente superiores a las capacidades reales del país. En la actualidad, parte sustantiva de la política exterior chilena está sustentada en las ideas de Canas Montalva y, a la vez, las relativas a la Argentina perdieron vigencia desde los procesos de integración bilateral de los años 90 en adelante.

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* Proyecto Fondecyt Regular n.° 1120372, “Radicales y militares en los inicios de la Guerra Fría. Política internacional y estrategia militar en la política nacional 1946-1952”

1 No obstante, recientemente esta perspectiva centrada en Pinochet, ha sido equilibrada, al afirmarse que otros militares como Bernardino Parada y Manuel Montt, además de Carlos Prats, fueron también determinantes en las ideas de la institución.

2Pedro Aguirre Cerda (1938-1942), Juan Antonio Ríos (1942-1946) y Gabriel González Videla (19461952).

3Howard T. Pittman (1990, p. 33) ve la geopolítica chilena en consonancia con el desarrollo de las de Argentina y Brasil, no como algo excepcional, sino como reflejo de las ideas europeas y estadounidenses sobre mar y tierra, y su aplicación a las mutuas tensiones entre los tres actores indicados. Ejemplo de lo anterior serían Alexandre de Gusmão, el Barón de Rio Branco (Brasil); o Estanislao Zeballos y Segundo Storni (Argentina). Postuló, igualmente, que la geopolítica alcanzó niveles más altos en el ABC (Argentina, Brasil, Chile) que en el resto de Sudamérica.

4El pensamiento estratégico chileno insistía en la condición de aislamiento de Chile frente a sus vecinos, en el carácter vecinal de la hipótesis de conflicto (Perú-Bolivia-Argentina), y Canas Montalva consideraba que la situación geopolítica de Suecia con Rusia evidenciaba una condición similar. Aunque no parece que este símil estratégico fuera correcto, había una segunda idea, que era la consideración de Suecia como una pequena potencia. Efectivamente, Canas Montalva estimaba que Chile debía llega a ser una pequena potencia, en el contexto sudamericano. Para él, Suecia era un modelo a seguir como pequena potencia, democrática, pacífica y armada.

5Presidente del Instituto Histórico de Chile. Ex director del Instituto Geográfico Militar, y miembro de la Comisión de Límites con Argentina, Bolivia y Perú por 12 años.

6Esta presencia de la masonería es relevante en la milicia, la educación, las profesiones liberales y la política, y se inscribe dentro del proceso de secularización de la sociedad chilena y su ética militar, no obstante empieza a declinar en el curso de una década cuando la democracia cristiana y la iglesia católica sustituyen en los sesenta al radicalismo y la masonería (Piuzzi, 1994, pp. 70-73 y 95).

7El presidente Gabriel González Videla, durante una reunión con sus ministros Barrios Tirado y Pedro Enrique Alfonso, el 24 de junio de 1950 -al terminar una exposición sobre el ibanismo en las fuerzas armadas- acota que esos conspiradores eran "los elementos nazistas manejados y amparados por el gobierno del Sr. Perón, que trata de dominar a los países vecinos mediante gobernantes dóciles a sus designios" (Barrios Tirado, sin fecha, p. 23).

8 Canas Montalva (1944, 1956-57) qué fechas están entre paréntesis? sistematizó sus puntos de vista en 1944, en su artículo "La Antártida. Visionaria apreciación del General O'Higgins", publicado por primera vez en Magallanes y luego reeditado en la revista Terra Australis, que dirigíaCanas Montalva dirigía la revista? en su n° 14 (1956-1957, pp. 5-9).

9Como se sabe, las flotas mercantes soviéticas también tenían propósitos militares durante todo el periodo de la Guerra Fría.

10La Base Soberanía se creó en febrero de 1947, y O'Higgins en febrero de 1948.

11La explicación de esta duplicidad es que el secretario general de gobierno es el vocero oficial, y seguramente sirvió para reiterar las expresiones del presidente chileno. Los textos están simultáneamente en Fondo Gabriel González Videla (Discursos enero-mayo 1948).

12Los títulos británicos provenían de las patentes de caza emitidas en 1908 y 1917 (Espinosa 2014, pp. 2-3).

13"Si se examina la biología de estas grandes y nobles empresas se verá que siempre hay un hombre que se constituye en el dinamo propulsor y en el cerebro de su desarrollo y éxito. Pioneros espirituales que van aumentando la caravana que se adentra en lo desconocido por la fuerza, de sus convicciones, fe en sus ideales, y por la seguridad de quien los guía, la obra del Sr. General Canas, comenzada desde hace mucho tiempo atrás en favor de la marcha nacional... por medio de trabajos profesionales y de divulgación pública fue haciendo prosélitos en todas las esferas nacionales" (La Dirección, 1948, p. 9. El subrayado es mío).

14La zona chilena era más accesible por tierra a través de caminos argentinos. La comunicación normal en Chile era por barco, situación que se agudizó en la zona de Aysén. Esto hasta la construcción de la Carretera Austral en el gobierno de Augusto Pinochet.

15El ambiente de estas determinaciones estaba impulsado también por la inminencia de la presencia soviética en la zona, la búsqueda de carbón y el petróleo cuya explotación se sugería en el futuro, tal como decía una carta del cónsul general chileno al ministro de Relaciones Exteriores de Chile el 29 de marzo de 1950 (Garay y Soto 2013, p. 179).

16Coronel de Ejército. Fue profesor de la asignatura de Geografía Militar y Geopolítica en la Academia de Guerra del Ejército de Chile. En marzo de 1976 fue nombrado presidente de la Comisión de Estudios Geográficos. En 1976 publica en el Memorial del Ejército de Chile N° 390 su artículo "La Geopolítica y su Objetivo de Estudio: El Estado". Pasa a retiro en 1985 y dedicó su actividad a la docencia e investigación. En 1986 ingresó en la Academia de Seguridad nacional que sería luego la Academia Nacional de Estudios Estratégicos y Políticos (ANEPE) dependiente del Ministerio de Defensa donde hizo clases en los anos venideros. En uno de sus últimos escritos (1996) dedicó espacio al tema de Irak y sus consecuencias. "Recuerdos del Pasado. Homenaje a un Colaborador del Memorial. Crl. Julio Von Chrismar Escuti", 2010, pp. 189-193.

17De Castro en el debate en la Academia de Guerra de Chile dijo: "Veamos la política de gobierno, porque estas son aspiraciones de Brasil. Brasil firmó el tratado de la Antártica en 1976. Todos los países que firmaron este tratado se comprometieron a no reivindicar el territorio. Por lo que la posición del gobierno brasileno, en el momento actual, no es territorialista. El gobierno brasileno respetará el tratado de la Antártica y no pretende emitir ningún decreto. La tesis de la defrontación (sic) está por lo tanto en cuarentena" [...] "La Antártica es un continente que unos quieren internacionalizar y otros quieren dividir; si fuera dividido, sería entonces mi propósito el de hacer prevalecer la defrontación". [....] "Respecto a la teoría de la defrontación -prosigue la autora- puedo senalar lo siguiente: Mackinder lanzó su célebre teoría del Heartland, que colocaba la tierra corazón frente a las islas árticas. Inmediatamente, en 1907, un senador canadiense, Pascal Pourrie, lanza la teoría de los sectores polares que entregaba las islas a aquellos países que tuvieran costa delante y frente a estas islas. Yo simplemente tomé la teoría de los sectores de defrontación y creé y defendí mi tesis. Ahora en el norte, en el Ártico, la teoría de los sectores prevalece en estos momentos y las islas fueron divididas" (Memorial del Ejército de Chile, 1997 pp. 107-108. El subrayado es nuestro).

18T. De Castro publicó en 1958, en la Revista de Clube Militar, su primer artículo con esta teoría bajo el título de "Antárctica: Assunto do Momento".

19Para Child, una consecuencia de la teoría de los frentes fue debilitar las pretensiones de soberanía chilena y argentina, y alentar las reclamaciones y la presencia de Perú, Ecuador y Uruguay en un enfoque de "Antártica Sudamericana" (1990, p. 203).

Cómo citar: Garay Vera, C. E. (2019). Ramón Canas Montalva (1896-1977). Consejero geopolítico de las administraciones radicales en Chile, 1938-1952. Revista Relaciones Internacionales, Estratégia Y Seguridad, 14(2). pp. 83-106. https://doi.org/10.18359/ries.3801

Recibido: 03 de Diciembre de 2018; Revisado: 24 de Enero de 2019; Aprobado: 08 de Febrero de 2019

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