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CS

versión impresa ISSN 2011-0324

CS  no.10 Cali jul./dic. 2012

https://doi.org/10.18046/recs.i10.1362 

ARTÍCULOS

 

SOCIÓLOGAS PIONERAS Y LA SOCIEDAD SOCIOLÓGICA AMERICANA: PATRONES DE EXCLUSIÓN Y PARTICIPACIÓN1

 

EARLY WOMEN SOCIOLOGIST AND THE AMERICAN SOCIOLOGICAL SOCIETY: THE PATTERNS OF EXCLUSION AND PARTICIPATION

 

SOCIÓLOGAS PIONEIRAS E A SOCIEDADE SOCIOLÓGICA AMERICANA: PADRÕES DE EXCLUSÁO E DE PARTICIPAÇÁO

 

 

MARY JO DEEGAN1, 2

1 Universidad de Nebraska– Lincoln, Estados Unidos. mdeegan2@unl.edu

 

Artículo de investigación: recibido 21 /11 /11 y aprobado 24 /10 /12

 


RESUMEN

La sociología americana tiene una deuda importante con las primeras mujeres profesionales. Aunque fueron discriminadas como colegas, contribuyeron al pensamiento sociológico y participaron en actividades profesionales. La evidencia tanto de las barreras como de las oportunidades que tuvieron estas primeras mujeres líderes, reposa en los registros de los primeros años de fundación de la Sociedad Sociológica Americana (ASA); por ejemplo entre 1906 y 1931. El análisis de esta información, así como de documentos personales de sociólogos que trabajaron durante este periodo, revela que las mujeres participaron en un rango restringido de especialidad, frecuentemente asociado con roles tradicionales de género. Jane Addams fue una figura importante durante estos primeros años, y una líder en la separada y más institucionalmente limitada red de mujeres sociólogas.

Palabras clave: Historia de la sociología, Sociedad Sociológica Americana, Escuela de Chicago, Mujeres sociólogas.


ABSTRACT

American sociology owes a significant debt to early women professionals. Although discriminated against as full colleagues, they nonetheless contributed to sociological thought and participated in professional activities. Evidence of both the barriers and opportunities affecting these early female leaders is found in the records of the American Sociological Society during its founding years; i.e., from 1906–1931. Analysis of this information, as well as personal documents of sociologists working during this period, reveals that women did participate within a restricted range of 'expertise', often associated with traditional sex roles. Jane Addams was a significant figure in these early years and was a leader within the separate, more institutionally limited female sociologist's network.

Key words: History of sociology, American Sociological Society, University of Chicago, Women sociologists.


RESUMO

A sociologia americana está em dívida com as primeiras mulheres profissionais. Embora discriminadas como colegas, elas contribuíram ao pensamento sociológico e fizeram parte de atividades profissionais. A evidência, tanto das limitações como das oportunidades que as primeiras mulheres líderes tiveram, jaz nos registros dos primeiros anos de fundação da Sociedade Sociológica Americana (ASA); por exemplo, entre 1906 e 1931. A análise desta informação, bem como de documentos pessoais de sociólogos que trabalharam durante este período, revela que as mulheres participaram em uma faixa restrita de especialidade, frequentemente associada a funções tradicionais de gênero. Jane Addams foi uma figura importante durante os primeiros anos, e uma líder dentro da separada, e mais institucionalmente limitada, rede de mulheres sociólogas.

Palavras–chave: História da sociologia, Sociedade Sociológica Americana, Escola de Chicago, mulheres sociólogas.


 

 

Introducción

Desde sus inicios, la Sociedad Sociológica Americana (ASA)1 ha discriminado a la mujer.2 Organizada por un pequeño grupo de hombres de la Asociación Americana de Economía, durante sus primeros veinticinco años (entre 1906 y 1931), la Asociación nunca eligió una mujer para sus cuatro cargos más altos, y rara vez las incluyó como ponentes, jefas de departamento o miembros del comité.3 Sin embargo, saber que este machismo institucional existió no es suficiente. Para entender la exclusión de las mujeres sociólogas por parte de sus colegas hombres, se necesita un análisis cuidadoso, pues todavía hay muchas preguntas sin resolver. Por ejemplo, ¿cómo y por qué estos hombres mantuvieron a las mujeres fuera de la organización? ¿Qué mujeres tuvieron participación a pesar de estos obstáculos? ¿Hubo esfuerzos para abrir la organización a la participación femenina? Y si los hubo, ¿qué sucedió cuando se llevaron a cabo?

Las respuestas a estos interrogantes no sólo revelan la forma y el tipo de discriminación ejercida sobre las las mujeres sociólogas, sino también las contribuciones que estas mujeres hicieron al establecimiento de la profesión durante sus años cruciales de formación. Por ende, cada una de estas preguntas será abordada en este artículo. Esto se hará, primero, examinando las actitudes y el comportamiento de los primeros presidentes de ASA que incidieron directamente en la participación de mujeres en la estructura de la organización. Posteriormente, estudiará el grupo de mujeres que ocuparon cargos electos, y se examinan dos departamentos de ASA que proveen información sobre las barreras y oportunidades de la participación en actividades profesionales.

 

La estructura de liderazgo patriarcal en la ASA

Albion Small fue una figura central en la organización de ASA, y por ello sus opiniones sobre las mujeres son particularmente relevantes. Como defensor de la 'doctrina de esferas separadas' (ver Kraditor, 1970), Small creía que los hombres y las mujeres eran claramente diferentes. Su filosofía, como la de muchos de sus contemporáneos, justificaba la necesidad de estar 'separados pero iguales'. Small, sin embargo, sostenía que esta igualdad era obvia y que había sido subrayada. Era necesario entender la naturaleza diferenciada de los hombres y las mujeres, ya que:

...somos conscientes que la producción mental de los dos géneros, en referencia a un tema específico, no es la misma. Hay una diferencia sutil de calidad, de pronto como aquella entre una misma nota musical producida, por ejemplo, entre una corneta y un violín. Cada una tiene la misma relación con otras notas más altas o mas bajas en la escala, pero ninguna podría remplazar a la otra en su propia serie (Small, 1902: 261–262).

Irónicamente, como defensor de una sociedad basada en la competencia y la supervivencia del más apto, Small no creía que se le debería enseñar a las mujeres a competir. Si bien reconocía que algunas mujeres 'modernas' eran entrenadas como hombres, sentía que ésta era una fase transitoria y posiblemente destructiva del cambio social. A pesar de su evidente prejuicio (Schwendinger and Schwendinger, 1974: 290), el pensamiento de Small era complejo. Por ejemplo, sus ideas contradictorias son evidentes en el siguiente aparte:

El mismo pago por el mismo trabajo es sencillamente justicia. Pero a lo sumo, los ideales sociales que entrenan a la mujer a competir con el hombre son veneno administrado como medicina (Small, 1902: 262).

Small pensaba que el lugar de la mujer se encontraba, literalmente, en el hogar. Sin embargo, también afirmaba que la gente no entendía la importancia del hogar para el funcionamiento social, y que esto merecía un estudio y estatus académico serio. Se crearon numerosas oportunidades para entender el status de la mujer, sin embargo, la realidad de Small siempre se traducía en pérdida de poder social y de control para la mujer. Estando de acuerdo en lo abstracto, que los hombres y las mujeres tenían la misma capacidad para votar, se oponía a la extensión del sufragio femenino por motivos de utilidad social. Las mujeres no deberían votar, pues esto alteraría las divisiones complementarias de trabajo en donde debían reservarse a los hombres 'las funciones representativas en nuestro sistema político' (Small, 1902:236).

De acuerdo con este pensamiento, las mujeres tampoco deberían mantener a sus familias con sus ingresos. No podían dedicarle el tiempo a sus hogares y familias, ya que el trabajo en el mundo moderno no solo era competitivo, sino que también, como una nueva religión, cumplía con nuestra obligación a la comunidad y el servicio a Dios (Small, 1902: 236).4

Parece bastante evidente que Small creía que la ASA era una sociedad para hombres. Esta debería ser controlada, liderada y definida por hombres para el desarrollo profesional de los mismos. Aunque Small estaba en la posición única de contratar la mayor cantidad de mujeres para docencia e investigación en el Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago, lo hizo poniendo a las mujeres a trabajar en 'sus áreas especializadas': administración del hogar, ciencia sanitaria, asentamientos sociales y estadística (Deegan, 1978). Por lo tanto, cuando creó esta sociedad profesional, hizo una selección de su red de viejos contactos masculinos y ayudó a establecer una tradición de poder patriarcal que continuaría por décadas.

Numerosas razones hacen que sea necesario entender el machismo de Small. Primero, como Presidente del primer Departamento de Posgrado de Sociología de la Universidad de Chicago, editor fundador de The American Journal of Sociology (AJS), y uno de los organizadores y primeros presidentes de la ASA (1912–1913), tuvo influencia en la elaboración de políticas en torno a las mujeres profesionales. Segundo, sus actitudes eran compartidas por otros hombres sociólogos de la época, y ayudaban a explicar la presencia de la mayoría de mujeres que participaron en los primeros años de la ASA. La participación de estas mujeres recaía sobre un rango más amplio de temas que posteriormente empezaron a ser reducidos. Finalmente, este tipo de machismo dependía de una red fuerte y separada de mujeres que se podía aprovechar para tener colaboradores y relaciones activas entre ambas redes. En cambio, la red de mujeres se separó de la sociología más visiblemente durante los últimos años de la década del veinte y los treinta; las mujeres sociólogas fueron menos segregadas durante este periodo y subsecuentemente se identificaron más con la red de hombres que con la de mujeres.5

La ASA tenía, entonces, un carácter de 'club de hombres'. Esta tradición, sin embargo, permitía a las mujeres participar si eran parte de esa 'red de mujeres' que se suponía especializada en temas frecuentemente asociados con la 'sociología aplicada' (Deegan, 1978). Esta sub–especialidad, no obstante, a menudo cubría un amplio rango de temas e ideas que tenían implicaciones políticas importantes, además de aquellos asuntos asociados con los intereses femeninos tradicionales.6 A fin de tener mujeres activas, incluso en este nivel, era necesario contar con presidentes hombres que invitaran a mujeres como oradoras o ponentes en las reuniones anuales.

Durante el primer cuarto de siglo de la organización, hubo cuatro hombres que trabajaron estrechamente con la red de mujeres e incentivaron su participación. Cada uno va será examinado brevemente para ilustrar la existencia de este sub–grupo y la resistencia ocasional de algunos miembros de la ASA a incluir mujeres en las reuniones.

El primer Presidente, Lester F. Ward, escribía con frecuencia sobre el rol de la mujer en la sociedad y parece haber compartido muchos de los sesgos de Small (Schwendinger and Schwendinger, 1974: 290). Aunque un análisis profundo de su opinión sobre las mujeres no ha sido escrito y escapa al objeto de este artículo, se sabe que él fue un recurso intelectual importante para Charlotte Perkins Gilman, la notable socióloga y economista feminista.7 El apoyo de Ward a la participación de las mujeres en la ASA es evidenciado por la inclusión de una mujer, la señora J. Oldenwalrd–Unger, en las primeras reuniones (habló sobre un tema 'tradicional' para las mujeres: 'Las Bellas Artes como un Factor Dinámico en la Sociedad'), así como por la inclusión de un numero de mujeres como ponentes en la segunda reunión anual. Gilman fue ponente en tres ocasiones, Addams en una, y Anna Garlin Spencer en otra más (ver Publications of the ASA, 1908: v–vi). Si bien la mayoría de artículos importantes era presentada por hombres, la inclusión como ponentes de mujeres controversiales y articuladas sentó un buen precedente que probablemente ayudó al reconocimiento del 'punto de vista' de las mismas.

Small continuó esta tradición durante su periodo como presidente, de 1912 a 1913. De hecho, invitó a Addams, a través de E.A. Ross, para que presentara un artículo como ponente principal en las reuniones.8 Igualmente invitó, en 1913, a Lucy M. Salmon, del Vassar College, y a Emily Green Balch, del Wellesley College, ambas en calidad de ponentes (Publications of the ASA, 1914: v–vi).

Aparentemente, Small y Ward institucionalizaron la costumbre de incluir a las mujeres como ponentes, aunque hubo muchos años en los cuales esta pequeña inclusión ni siquiera tuvo lugar. La inclusión de mujeres en roles mas importantes rara vez ocurrió, y las dos excepciones a este patrón arrojan luces sobre las limitaciones a la aceptación de las mujeres y la posibilidad de cambiar la organización estructuralmente. Esta excepciones sucedieron con E.A. Ross and W.I. Thomas.

Ross, presidente de 1914 a 1915, era un colega cercano alos miembros de la red de mujeres, especialmente a Jane Addams. Como se anotó anteriormente, él envió la invitación a la dirección de Addams en 1912, y cuando fue nombrado presidente le pidió que presentara un artículo sobre 'Guerra y Militarismo en sus Aspectos Sociológicos'. Aunque Addams aceptó9, no fue ella sino su colega Emily Green Balch quien aceptó y, de hecho, presentó el artículo sobre el tema. Esto generó una reunión controversial en 1915, que no puede ser comprendida sin conocer algunos antecedentes de la perspectiva de Adam y de Balch sobre la guerra, así como el historial sociológico de Balch.

Balch es una de las sociólogas mas importantes que escribieron durante las primeras décadas de este siglo. Aunque no es posible esbozar todas sus contribuciones intelectuales aquí (ver Deegan (1979), en proceso de publicación), su libro Our Slavic Fellow Citizen (1910) fue un estudio fundamental sobre inmigración y cambio social que precedió y anticipó muchos de los asuntos discutidos en The Polish Peseant (1918) de Thomas y Znaniecki. Además de este trabajo, una de sus áreas de estudio más importantes era el pacifismo. Balch escribió un libro junto con Addams que describía la organización de mujeres en contra de la guerra en el Hague en 1913 (Addams, Balch, y Hamilton, 1915). Por esta razón, durante ese año y los siguientes, ella y Addams se volvieron figuras cada vez mas controversiales en contra de la guerra (ambas ganarían el Premio Nobel de la Paz por su trabajo, Addams en 1931 y Balch en 1946). Claramente, Balch representaba una elección lógica para presentar la perspectiva sociológica en contra de la guerra. Sin embargo, a Ross se le hizo bastante difícil encontrar hombres que hicieran las veces de comentaristas del artículo de Balch. Consultó a quince hombres que respondieron con una serie de excusas de por qué no podían estar presentes o por qué no estaban preparados para criticar el discurso de la socióloga.10

Dada la dificultad de encontrar sociólogos para comentar su ponencia, Ross finalmente invitó a dos mujeres, Lilian Wald, la residente en jefe del Asentamiento de Henry Street de la ciudad de Nueva York y cercana colega de Addams, y a Anna Garlin Spencer, una de las primeras sociólogas que enseñó en el Seminario Teológico de Meadville en Meadville, Ohio. Spencer era una colega cercana de Ross y de Addams, y por lo tanto era parte tanto de la red de hombres como de la de mujeres. Georg Elliot Howard (presidente en 1917), un amigo cercano y colega de los primeros años de Ross en Stanford y en la Universidad de Nebraska, también fue elegido como comentarista. Lo acompañaban otros dos hombres, J.P. Lichtenberg y Francis D. Tyson, desconocidos para la autora y claramente miembros poco activos o reconocidos de estas primeras redes sociológicas. De esta manera, Ross intentó crear una oportunidad para la participación de mujeres en las reuniones anuales, pero encontró una fuerte resistencia interna.

Thomas, presidente en 1927, también fue efectivo a la hora de incluir mujeres en la estructura organizacional. Ethel Sturgess Dummer, la filántropa que encargó a Thomas escribir The Unadjusted Girl (1923), fue una figura central en su carrera (Deegan y Burger, en proceso de publicación). Thomas estaba desempleado después de ser expulsado de la Universidad de Chicago en 1917, cuando estaba en el clímax de su carrera y The Polish Peasant estaba en proceso de impresión. Acusado –pero nunca condenado– de haber violado el Mann Act11, fue despedido de la Universidad sin una justa audiencia. Después de ser aislado de la profesión, su reintegro triunfal como presidente de la ASA, una década después, fue un reflejo de su apoyo a la señora Dummer cuando fue elegida para el comité ejecutivo de 1927 a 1930 (véase también mas adelante).

La asociación de Dummer con la ASA y Thomas, y su poder como filántropa y líder del pensamiento sociológico, fueron factores que hicieron posible su participación en la jerarquía de la organización. No obstante, la estructura básica de la ASA se mantuvo patriarcal. Los veintiún hombres que lideraron la organización durante su primer cuarto de siglo mantuvieron la jerarquía masculina, y aquellas mujeres permitidas en la estructura a través de apoyo del presidente siguieron siendo parte de una red separada de mujeres. Ahora bien, incluso con este rango estrecho, la participación de la mujer era mas la excepción que la regla.

 

Las mujeres líderes

Jane Addams fue una socióloga muy importante durante los años de fundación de la sociología americana, especialmente entre 1892 y 1920. Ella lideró a las mujeres que básicamente formaron una red separada. Generalmente segregadas de cargos docentes en instituciones masculinas o mixtas de educación superior (Deegan, 1978), las mujeres encontraban trabajo en instituciones educativas femeninas o en trabajo social. Aunque se consideraban a ellas mismas como sociólogas, eran excluídas de afiliaciones institucionales que legitimaran sus demandas. Además de esta discriminación estructural, las mujeres se adherían a una visión de la sociología diferente a la practicada hoy día. Durante el periodo que interesa a este trabajo, las mujeres practicaban una sociología convencional que había sido subsecuentemente interpretada como 'trabajo social'. Durante la década de 1920 también cambió el contenido de su trabajo, su posición ideológica y su práctica profesional, dando origen a dos profesiones separadas.

Ninguna mujer ejerció los cargos más altos de la ASA entre 1906 y 1931. Sin embargo, ocho mujeres ejercieron cargos electos en el comité ejecutivo, y todas participaron en trabajos influenciados por Jane Addams. ¿Quiénes eran estas mujeres y qué tipo de sociología les interesaba escribir y analizar? Esta pregunta es fundamental para entender el rol de la mujer en los años de fundación de la sociología como profesión.

Jane Addams y la Hull House

Jane Addams es una de las más importantes pragmatistas americanas.12 Influyó directamente en todos los hombres del Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago,13 así como en John Dewey (Mills, 1964), George Herbert Mead (Deegan and Burger, 1978) y otros importantes pragmatistas americanos. Como residente en jefe del Asentamiento Social Hull House14, Addams se convirtió en la líder simbólica de un movimiento que arrasó la nación. Addams asumió el liderazgo a través de su habilidad para capturar la conciencia y la imaginación americana. Escribiendo acerca de la pobreza, la inmigración, el sufragio femenino, la delincuencia juvenil, la tercera edad y el cambio en los valores americanos, logró articular las preocupaciones de muchos americanos.

Hull House, fundado en 1889, se convirtió en el centro intelectual de Chicago tres años antes de la fundación del Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago. Addams adquirió un reconocimiento nacional casi inmediato al participar activamente en la huelga Pullman y en otros asuntos políticos de la rápidamente creciente y volátil ciudad. Intelectuales de todo el mundo llegaron a este asentamiento para conocer a esta intelectual y a la gente que la rodeaba.

Una de las habilidades más grandes de Addams era su capacidad para organizar a otros trabajadores, generar entusiasmo en otros para sus intereses, y fomentar el debate y la discusión académica. Para muchos americanos, ella representaba lo mejor de la condición femenina: la preocupación por otros, el auto–sacrificio, el lenguaje común y las acciones concretas para el cambio social. Simultáneamente, simbolizaba una voz de razón y justicia en una época de cambio desorientador. Era vista como comunicadora de la verdad y como una radical. Este rol de líder antagonista para el público en general ha sido olvidado, y su talla intelectual ha sido ignorada. Pero en su tiempo, sus posiciones controversiales y su poder intelectual eran bien reconocidos.

Fue esta combinación de feminidad simbólica, inteligencia aguda, liderazgo en asentamientos sociales y de la mujer profesional emergente, lo que la convirtió en la líder de las sociólogas que eran marginadas de las instituciones masculinas controladas por profesionales hombres. Addams se consideraba a sí misma como una socióloga, y los sociólogos, tanto hombres como mujeres, aceptaban este liderazgo profesional.15 Esta afirmación es reforzada por aquellas sociólogas que eran visibles en la ASA. Ya que todas éstas realizaban trabajos similares al de Addams o estaban directamente influenciadas por ella, su liderazgo de la red de mujeres esta más documentado (ver la tabla 1 para una lista de sus nombres y cargos).

 

Emily Green Balch, la primera funcionaria mujer de la organización, fue por años una colega cercana de Addams. Activa en el movimiento de asentamientos sociales casi desde tan temprano como Addams (Balch fue fundadora de la Denison House en Boston), ambas mujeres recibieron reconocimiento internacional por su trabajo, ganando Premios Nobel de paz y siendo las únicas mujeres americanas en ostentar tal honor (Addams en 1931; Balch en 1946). Balch estudió con Giddings, Small y Simmel, y escribió dos textos sociológicos clásicos: Public Assistance of the Poor in France (1893) y Our Slavic Fellow Citizen (1910). Fue contratada para revisar artículos en el Wellesley College en 1899, y luego se convirtió en profesora para el Departamento de Sociología y Economía, que posteriormente presidiría. En 1919, debido a su trabajo pacifista durante la Primera Guerra Mundia, fue despedida de su cargo, y no pudo encontrar otro trabajo académico más adelante. Trabajó por décadas en las Naciones Unidas y ayudó a diseñar políticas internacionales, especialmente relacionadas con Haití (Balch, 1927; Randall, 1964; Deegan, en proceso de publicación).

Julia Lathrop también fue una amiga y colega cercana de Addams por décadas. De hecho, Jane Addams escribió su biografía describiendo sus años de colaboración y el trabajo de Lathrop sobre bienestar infantil. Lathrop era admirada tanto por su intelectualidad como por su liderazgo administrativo en asuntos de bienestar social. Por ejemplo, fue la primera presidenta de la Liga Protectora de Inmigración (IPL), una precursora del Departamento de Inmigración, y la primera presidenta del Departamento de la Niñez.

Grace Abbott, colega cercana a Addams y hermana de Edith Abbott (otra socióloga que trabajó en la Universidad de Chicago), asumió el liderazgo de la IPL y del Departamento de la Niñez después del retiro de Lathrop. Considerada para un puesto de gabinete, Grace Abbott fue una de las figuras principales en el establecimiento de la seguridad social en el país.16 Lathrop y Abbott residieron en Hull House durante años, y Balch las visitó en varias ocasiones (Addams, 1935; Deegan, 1978, en proceso de publicación).

Susan M. Kingsbury y Lucile Eaves fueron, en períodos distintos, directoras de investigación del Sindicato Educacional e Industrial de Mujeres (WEIU). Esta organización recolectaba información estadística de vidas y oportunidades de mujeres trabajadoras, un trabajo similar al realizado en los asentamientos sociales. Kingsbury, adicionalmente, dirigió el Departamento de Economía Política de Bryn Mawr, donde entrenó a varias notables sociólogas, como por ejemplo Mabel Elliot y Belle Boone Beard.

Eaves enseñó sociología en Stanford y en la Universidad de Nebraska, donde fue colega de Ross y de Howard, antes de trabajar con el WEIU. Fue la única mujer en enseñar en una institución mixta, si bien se retiró debido a la negativa del Departamento de Sociología para promoverla o pagarle un salario digno.17

Dummer, como se mencionó anteriormente, fue una filántropa de Chicago que ayudó a Thomas en su carrera (ver Deegan y Burger, en proceso de publicación). También fue fundadora del Departamento de la Familia de la ASA. Su mayor contribución a la sociología y a otras disciplinas académicas se dio bajo el rol de administradora, amiga y recurso financiero. Su liderazgo intelectual no se encontraba en sus escritos, los cuales fueron pocos. Dummer era una gran admiradora de Addams y trabajó con ella en varios comités y organizaciones. El más importante de estos vínculos fue el trabajo conjunto realizado para la Asociación de Protección Juvenil y el establecimiento de la Corte Juvenil y el Instituto Psicopático Juvenil de Chicago.

Podemos observar, pues, que Balch, Lathrop, Abbott y Dummer eran colegas y amigas cercanas. Adicionalmente, trabajaron para asociaciones similares, en algunas ocasiones realizaron escritos de coautoría y escribieron sobre temas parecidos. Estas mujeres estaban vinculadas por una serie de preocupaciones comunes alrededor de sus compromisos profesionales que fueron activados en una serie de organizaciones (Deegan, 1978). El liderazgo y patronazgo de Addams eran evidentes. Estas mujeres representan una visión sociológica del mundo que ha sido abandonada, y sus contribuciones a la profesión y su reconocimiento han sido negados. Afortunadamente, a través de un estudio de documentos como los aquí analizados, su labor profesional puede todavía ser reconocida y estudiada.

 

La sección sobre sociología y trabajo social de la ASA: la exclusión de las trabajadoras sociales

La composición de la sección de sociología y trabajo social de la ASA también demuestra que las mujeres fueron excluidas de la organización. Ya que la mayoría de trabajadores sociales, especialmente aquellos formados en sociología, eran predominantemente mujeres, su presencia en esta sección debió haber sido evidente desde el comienzo, es decir en 1921. Sin embargo, este no parece ser el caso cuando se observan los primeros intentos por crear esta sección en Publications, una revista de la Sociedad. Si bien se programó una mesa redonda y una sesión para discutir el tema, esta última contó sólo con la presencia de sociólogos. El elitismo de los hombres era claro. Thomas D. Eliot, uno de los ponentes, mencionó que los sociólogos tenían un conocimiento superior que ofrecer a los trabajadores sociales:

...añadiendo a su caudal de conocimiento sobre la naturaleza de las relaciones sociales en una sociedad normal y a su punto de vista sobre el trabajo social, en vez de a la técnica de la organización comunitaria o incluso a la de 'llevar a la Señora Jones a la clínica' (1922: 241).

John Gillin señaló que los trabajadores sociales necesitaban bases en las ciencias que estudiaban los problemas sociales, pero pensaba que había una deplorable falta de apreciación para esta necesidad por parte de los trabajadores sociales y de las agencias (Gillin, 1923: 205). Burgess trajo a colación, de forma descarada, sus ideas sobre la colonización de los trabajadores sociales en su artículo de 1923 'La Independencia de la Sociología frente al Trabajo Social', donde señalaba que los sociólogos podían donar sus conceptos de la sociedad a los trabajadores sociales, a cambio de que ellos pudieran 'contribuir con los materiales acumulados por las distintas agencias sociales para propósitos de enseñanza'18 (Karpf, 1926: 219).

En 1926 Maurice Karpf, jefe de la sección, sintetizó las relaciones entre ambos campos y los artículos escritos al respecto de la siguiente manera:

De acuerdo con lo que se ha dicho, parece justo concluir que hasta el momento los sociólogos han estado más dispuestos a aprovechar el trabajo social y contribuir al mismo, que lo que los trabajadores sociales han estado en buscar, o incluso aceptar, estas contribuciones (1926: 220–221).

El sesgo de estos hombres que sólo citaban como autores a sociólogos que relacionaban la teoría sociológica con el trabajo social (Karpf, 1926: 200), que tenían predominantemente a hombres como miembros del comité y como ponentes, y que querían donar su conocimiento superior a cambio de recursos materiales y datos de los trabajadores sociales, es evidencia elocuente del machismo extremo de la profesión. Adicionalmente, Karpf, señaló que:

Una revisión de los veinticinco colegios universitarios y universidades más importantes alrededor del país que tienen escuelas de trabajo social, u ofrecen cursos en trabajo social, muestra que con la excepción de dos o tres casos, estas escuelas son el resultado directo de los departamentos de sociología (Karpf, 1926: 221).

Era evidente que había muchos vínculos estrechos entre ambos grupos. Sin embargo, muchos de estos cursos eran enseñados por mujeres que, aunque habían sido formadas en sociología, se les consideraba parte de la profesión 'para mujeres', el trabajo social. Igualmente, no eran consideradas como pares por sus colegas hombres para ser candidatas al liderazgo de la ASA. Estas mujeres escribieron extensamente, hablaron elocuente y poderosamente, y fueron líderes tanto en sociología como en trabajo social.

Finalmente, no es posible argumentar que los hombres sociólogos tuvieron que escogerse a sí mismos debido a la escasez de trabajadores sociales que eran miembros de ASA. La evidencia de Karpf contradice esta posibilidad, ya que un análisis ocupacional de 1926 sobre la membresía revela el interesante hecho de que los trabajadores sociales, por fuera del grupo de los sociólogos, constituían el grupo más grande dentro de la Asociación (Karpf, 1926: 218).

 

La sección de familia: las mujeres hacen una entrada estructural

Ethel Sturgess Dummer fue la fundadora de esta sección, y ayudó a entablar un precedente organizacional de inclusión de la mujer en la ASA. Aunque la familia es una área que encaja en la las ideas machistas de Small y otros sobre las 'esferas separadas' entre mujeres y hombres, las mujeres sociólogas eran frecuentemente excluidas de otras de estas áreas 'especiales', como se observa en el estudio sobre el departamento de sociología y trabajo social. Esta oportunidad estructural para las mujeres no puede entenderse sin una introducción a la figura de Dummer.

Como se mencionó anteriormente, Dummer fue una importante filántropa que ayudó a la carrera de Thomas y dio inicio a la labor de la Corte Juvenil y la Clínica Psicopática. En esta sub–área, específicamente, era considerada una líder, y en 1921 Ernest W. Burgess, el sociólogo de Chicago y secretario de la ASA, intercambió correspondencia con ella para que ella organizara un panel sobre 'Niñas Delincuentes'. Dummer incluyó en la sesión a todas las pertenecientes a la red de mujeres. El programa quedó organizado de la siguiente manera: Psicología: 'La niña adolescente', Jessie Taft, Ph.D; Psiquiatría: 'La lógica de la delincuencia', Dr. Marion Kenworthy; Sociologia: 'Ilegitimidad', Emma O. Lundberg; Jurisprudencia: 'La Corte como clínica', y 'Métodos de curación', Miriam Van Waters, PhD. (30 de Julio de 1921, Dummer a Burgess, Box 472, Dummer Papers).

Aunque todas estas mujeres, en tanto sociólogas, eran tan bien calificadas como muchos de los hombres que hacían parte del programa de la ASA –sobre todo Taft, quien había sido estudiante doctoral de Mead–, el programa fue objeto de anotaciones machistas por parte de colegas como Burgess, quien escribió a Dummer la siguiente respuesta:

Muchas gracias por su esquema tentativo del programa para la sesión sobre 'Niñas Delincuentes'. El doctor Park y yo, quienes lo aprobamos, lo enviaremos al Profesor Gillin para su aprobación. La única sugerencia que haría sería de que el informe sobre ilegitimidad sea asignado a servicio social y no a Sociología, debido a que su estudio pertenece al primero más que al segundo.19

En la primavera siguiente, Burgess le escribió a Dummer solicitando los nombres y direcciones de las personas que estudiaban el tema de la familia, ya que la ASA había decidido tener una sesión sobre el tema para las reuniones de 1922 (27 de septiembre de 1922, Burgess a Dummer, Box 479, Dummer Papers).

Una vez más, en Febrero de 1924, Burgess le escribió a Dummer sobre su continuado interés en el tema de familia, y solicitando su ayuda para organizar una conferencia o sección sobre el mismo (Burgess a Dummer, 14 de Febrero de 1924, Box 479, Dummer Papers). En 1925 Dummer organizó una sesión incluyendo como participantes a Burgess y a Virginia Robinson, una colega cercana de Jessie Taft (5 de noviembre de 1925, Dummer a Burgess, Box 480, Dummer Papers).

En 1927, como jefa de la sección, Dummer tuvo como colaboradores a cuatro hombres y tres mujeres. El 10 de octubre de 1926 señaló que quería incluir a los hombres, pero que: 'espero poder tener algunas mujeres que se les unan en el liderazgo –para mantener la discusión y evitar que se escape' (3 de octubre de 1926, Dummer to Gillin, Box 407, Dummer Papers).

Aunque Dummer abandonó la sección depués de 1927, estableció una política de incluir a las mujeres en el programa, la cual se mantuvo en 1928 y 1929. Así, para 1928 había otra vez siete colaboradores, con tres mujeres participando, y en 1929, con Ernest Groves de presidente, seis, entre ellos tres mujeres. (Publications of the ASA, Vol. 24, 1929: vii).

El patrón de inclusión estructural dentro del programa muestra que una vez se pensó a las mujeres como dignas de ser participantes, éstas se convirtieron sistemáticamente, y por años, en parte de las actividades de la ASA por años. Cuando los hombres con poder definían que esta área era una donde las mujeres podían ostentar conocimiento, las expertas eran encontradas. (Ver Kanter, 1977, para una discusión de los patrones organizacionales de la discriminación de género.) Aunque esta sección y las mujeres que lo conformaron eran 'cuotas', tuvieron una oportunidad para participar que previamente les había sido negada.

 

Conclusión

En la introducción se presentó una serie de preguntas respecto a las formas y patrones de discriminación contra la mujer en los primeros años de la ASA. Todas estas han sido respondidas, por lo menos parcialmente. La información presentada puede ser brevemente resumida.

¿Cómo y por qué los hombres mantuvieron a las mujeres fuera de la organización? En el campo laboral académico, las mujeres generalmente estaban limitadas a colegios universitarios femeninos. En la academia, eran ciudadanas de segunda clase. Los fundadores de la ASA, especialmente Small, creían que esto era justo ya que las mujeres pertenecían a una 'esfera separada'. Las mujeres que trabajaban en asentamientos sociales, como Jane Addams, estaban haciendo sociología aplicada y eran colegas que hacían un trabajo necesario pero diferente. Las mujeres rara vez fueron invitadas a participar en la estructura organizacional de la ASA, pero aquellas que lo hicieron estaban afiliadas a una red separada de mujeres.

La exclusión de las mujeres de la sección de sociología y trabajo social demuestra un machismo extremo. En esta área especializada, las mujeres eran de lejos las representantes más numerosas, las líderes más prestigiosas, y la opción más lógica para ser miembros del comité y jefas de departamento. Las actitudes de los sociólogos hombres frente a esta profesión dominada por mujeres también revela la condescendencia que sentían respecto a este tema.

¿Quiénes fueron las que participaron a pesar de estos obstáculos?

Las mujeres que estuvieron activas en la ASA eran generalmente aquellas que estudiaban temas como la pobreza, la inmigración, la delincuencia juvenil y la familia. Algunas de estas mujeres fueron elegidas a cargos en el comité ejecutivo. Por lo menos en una ocasión (Charla de Balch en 1915 sobre Guerra y Militarismo), una mujer fue una ponente controversial, y la dificultad de encontrar hombres comentaristas reveló la profundidad del antagonismo respecto a su tema y su género. La participación de Dummer como jefa de la sección de familia brinda evidencia no sólo de una mujer que trabajó en un tema femenino aceptable, dentro de su 'esfera de conocimiento', sino también de que la inclusión de mujeres dentro de la estructura organizacional ayudó a establecer un patrón menos machista para futuras colaboradoras.

Como se menciona en la introducción, no es suficiente saber que la ASA era intrínsecamente machista. Es más, había un patrón complicado que ocasionalmente daba cabida a las mujeres en sus 'esferas especializadas' de competencia. Además, hubo algunos intentos de incluir a las mujeres en la jerarquía, ya fuese por el respeto a su trabajo, como en el caso de Balch y Addams, o debido a su poder financiero y administrativo, como en el caso de Dummer. La marginación deliberada y el machismo posiblemente podrían ser documentados con una revisión más profunda de los archivos, relatos escritos y entrevistas. Esto debe hacerse, pero incluso sin este trabajo adicional, es evidente que, en los primeros años de la profesión, las mujeres lucharon y en algunos casos tuvieron éxito en participar, y que los patrones machistas institucionalizados son las más injustos y difíciles de destruir.

 


NOTAS

1 Artículo publicado originalmente en The American Sociologist 1981, Vol. 16 (Febrero): 14–24. Nota del editor: CS agradece al Special Licensing Department de Springer por concedernos el permiso para publicar este artículo en nuestra revista. Este artículo fue publicado originalmente en The American Sociologist. 1981, Vol. 16 (February), 14–24.

2 La autora quisiera agradecerle a Alan Booth, Mary Kay Schleiter, y a dos evaluadores anónimos por sus útiles sugerencias sobre un borrador preliminar de este artículo. Además, las siguientes sociedades de archivos y librerías han sido extremadamente cooperativas y generosas con su tiempo y acceso a sus colecciones: the Schlesinger Library, the Swarthmore College Peace Collection, the Wisconsin Historical Society, y the Newberry Library. (Correspondencia a la siguiente dirección: Mary Jo Deegan, Department of Sociology, University of Nebraska, Lincoln NE 68588.)

 

1 La Sociedad Sociológica Americana (ASS) fue renombrada la Asociación Sociológica Americana (ASA) para evitar el uso de las iniciales del grupo. Así pues, se utilizará las siglas ASA para hacer referencia a dicha organización.

2 Documentación sobre la discriminación a la mujer en sociología durante el ultimo cuarto de siglo (ver: Acker, 1973; Hughes, 1973; Wilkison, 1979; Chubin, 1974; Davis, 1969; Fava, 1960) así como a la mujer académica en general (ver: Deegan, 1978; Bernard, 1964; Rossi and Claderwood, 1973) es bastante extensa.

3 Información sobre funcionarios y participantes de la organización fue recogida de The Publications of the American Sociological Society publicada de 1906 a 1931. El revés de la carátula enlista todos los funcionarios de la asociación y presenta nombres de miembros del comité y funcionarios de departamento. Una lista de participantes de las reuniones anuales es presentada en cada volumen anual.

4 Small repitió sus argumentos sobre los distintos patrones de pensamiento y comportamiento entre géneros en 1903 (Small, 1903).

5 La existencia y la extensión de la red de mujeres tiene poca documentación contemporánea. Para una breve introducción del concepto y las mujeres que participaron en ésta, así como algunos de sus vínculos organizacionales, ver Deegan (1978; 1979; en proceso de publicación) and Deegan and Burger (1978; 1981).

6 El trabajo de hombres y mujeres sociólogos en estas subespecialidades generalmente ha sido olvidado o incluso, borrado. Para un análisis de dos sociólogos, G.H. Mead y W.I. Thomas, quien escribió en estas mismas áreas, ver Deegan and Burger (1978; 1981).

7 Ward creía que la mujer habían sido el sexo dominante primero y que el hombre moderno era una variación de ella (Ward, 1888). Sin embargo, creía que los hombres y las mujeres tenían distintas capacidades innatas y apoyaba la 'doctrina de esferas separadas'. Gilman estaba tan impresionada con Ward que le dedicó su libro The Man–Made World (1911). Los Schwendingers han examinado algunas de sus opiniones machistas sobre las mujeres, pero han sido negligentes al no considerar sus contribuciones positivas en este tema (1974: 310–333).

8 Carta remitida de Ross a Adams, el 18 de enero de 1911. Colección de documentos de Ross – Ross Papers. Su ponencia fue 'La Recreación como una Función Publica en Comunidades Urbanas,' ver Addams (1912).

9 Carta remitida de Ross a Adams el 13 de septiembre de 1915. También, Carta remitida de Adams a Ross el 29 de septiembre de 1915. Colección de documentos de Ross – Ross Papers.

10 Algunos de los hombres a los que se les preguntaron y declinaron la invitación fueron: Franklin H. Giddings, el tercer presidente de ASA y el mentor de Balch; Charles Ellwood quien fue Presidente de ASA en 1924, y E.T. Devine y Hamilton Holt, ambos notables reformistas sociales. La correspondencia referida a las solicitudes y rechazos puede ser encontrada en Box #8, Ross Papers.

11 El White–Slave Traffic Act, más conocido como el Mann Act, fue una ley de los Estados Unidos, aprobada el 25 de Junio de 1910. En su versión original, prohibía la trata de blancas y el transporte interestatal de mujeres para 'propósitos inmorales'. Inicialmente su objetivo era enfrentar la prostitución, la 'inmoralidad', y el tráfico humano. Sin embargo, su lenguaje ambiguo sobre la 'inmoralidad' permitió, por muchos años, persecuciones individualizadas, y fue utilizada para criminalizar formas de comportamiento sexual consensuado. Fuente: http://www.pbs.org/ unforgivableblackness/knockout/mann.html. Revisada el 26 de noviembre de 2012.

12 La literatura sobre Addams es tan extensa que sólo puede recomendarse una serie introductoria de artículos. Para un excelente registro de la vida en Chicago y las actividades de la Hull House ver Addams (1910; 1930). Las referencias bibliográficas más accesibles, incluyendo un listado de los 514 trabajos publicados por Addams, se puede encontrar en Farrell (1967). Una excelente introducción a su trabajo se encuentra en The Social Thought of Jane Addams (1965) de Lasch, y una interpretación importante de su impacto en la época puede encontrarse en Davis (1973) o Levine (1971).

13 La influencia de Addams en los sociólogos de Chicago entre 1892 y 1920 es extensa. Los trabajos que se mencionan a continuación pueden dar muestra de esta importante conexión sociológica, así como de la correspondencia y los trabajos conjuntos. Jane Addmas, 'Charles R. Henderson, 1848–1915,' Taylor Papers : 22. La correspondencia de Mead y Thomas y su trabajo con Addams están respectivamente señalados en Deegan y Burger (1978; en proceso de publicación). Burgess escribió un largo poema titulado 'To Jane Addams' en Burgess Correspondance, Graham Taylor Papers, Librería Newberry; Zeublin era residente en la Casa Hull; y Small solicitó que los artículos de Addams fueran incluidos en el American Journal of Sociology como importantes contribuciones a la sociología (Small a Addams, 14 de Octubre 1899, Box 24, Addams Papers, Swarthmore College Peace Collection).

14 N.T. Hull–House es un social settlement, una casa en la que viven individuos de una condición social muy distinta a la de quienes habitan en sus alrededores. Existen seis cualidades que caracterizan al social settlement: 1) es un movimiento que traspasa las fronteras de clase; 2) requiere que algunos miembros de una clase relativamente privilegiada traten de vivir con quienes pertenecen a las clases más desfavorecidas; 3) supone que esa residencia se convierta en una buena vecindad; 4) se espera que las personas de la clase privilegiada aprendan de esta experiencia; 5) que ese aprendizaje sea tanto informal como sistemático; 6) se avizora que los residentes usarán lo aprendido para cambiar la sociedad y lograr una distribución más justa de los bienes sociales, no solo de los materiales. Hull–House es una réplica del Toynbee Hall, fundado en 1884 en un barrio pobre de Londres con el objeto de que los jóvenes de clase alta conocieran directamente esa parte de la urbe de la que su posición social los mantenía a distancia. En 1889, y gracias a la colaboración de una rica filántropa, Jane Addams y Ellen Gates Starr abren Hull–House, que pronto se convierte en modelo y arquetipo de los cada vez más extendidos settlements norteamericanos. Para mayor información, consúltese Quintín, P. (2012). La ciudad de Chicago como laboratorio. La etapa formativa de la escuela de Sociología. En C. Mejía (Comp.). Sociedad e intervención social en Colombia. Cali, Colombia: Universidad del Valle.

15 La mayoría de los artículos de mi autoría ofrecen documentación adicional sobre el rol de Addams. Un análisis adicional más comprensivo se encuentra disponible en uno de mis textos inéditos.

16 Helen Springer está documentando, en su investigación biográfica, el rol de Grace Abbott en el establecimiento del régimen de seguridad social.

17 Carta remitida de Eaves a Ross el 12 de noviembre de 1914. Colección de documentos de Ross – Ross Papers. Puede encontrarse información sobre el trabajo de Eaves en Nebraska en Hertzler (1979: 54–56).

18 Esta es una cita directa de la interpretación de Karpf sobre el artículo de Burgess publicado en 1923.

19 En un aparte importante, Dummer le envió un telegrama a Burgess diciéndoe que si él no recibía, para el 12 de enero de 1922, el artículo de Van Waters, podía llamar a Jessie Binford, quien presidía la Asociación de la Protección Juvenil en la Hull House, para pedir una copia (Enero 1921, Dummer Telegram a Burgess, Box 479, Dummer Papers). El vínculo entre Addams (y la Hull House) y los sociólogos masculinos está, pues, documentado.


 

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